Lección 009 – Las Vitaminas: expertas metabólicas de los procesos orgánicos

             EL SISTEMA DE SALUD DEL HIGIENISMO

           Copyright@ 1986 life science institute

                 La Ciencia de la Nutrición

                       SEGUNDA PARTE:

             LAS BASES NUTRICIONALES DE LA VIDA

                       NOVENA LECCIÓN:

            Las vitaminas: las expertas metabólicas

                  de los procesos orgánicos

                Life Science Institute

     TEMA: Las vitaminas son fundamentales y sus fuentes se encuentran en los alimentos. 

            PROFESOR: Doctor Alan M. Immerman.

                      Adiciones editoriales de Marti y T. C. Fry

     * Prólogo: El papel de las vitaminas en la nutrición humana desde el  punto de vista higienista.

                   Comparación entre las perspectivas higienistas y médicas sobre las vitaminas.

     * Generalidades

     * Objetivos de esta lección

     * Definiciones

     * Conceptos clave

     * Hechos destacables

     * Esquema global de la lección

     * Presentación de la lección

     * Preguntas sobre la lección

     * Resumen de la lección

     * Textos complementarios

     * Hojas de trabajo

     * Respuestas

                           PRÓLOGO

      El papel de las vitaminas en la nutrición humana

             desde el punto de vista higienista

                    T. C Fry y Marti Fry

           Conceptos erróneos sobre las vitaminas

     El papel de las vitaminas en la nutrición es uno de los temas más conflictivos de la ciencia nutricional. En la actualidad, abrumados por la era de la tecnología, la expansión de las industrias alimenticias y la comercialización masiva de productos farmacológicos, numerosos individuos ─desde personas cercanas al mundo de la medicina, a grupos holísticos y naturópatas─ consideran esencial para la salud la ingestión de complementos vitamínicos. Algunos promueven la utilización diaria de productos farmacológicos, otros, en cambio, recomiendan la ingestión de sustancias vitamínicas disponibles en las herboristerias. Entre tanto, son muchos los que reclaman la necesidad de ingerir complementos minerales y proteínicos para obtener un equilibrio perfecto. Ambos grupos promueven la necesidad de seguir un programa nutricional «completo», que abarque todos los elementos nutritivos y no sólo las vitaminas.

     En futuras lecciones analizaremos detalladamente los inconvenientes de los complementos nutricionales y sus consecuencias para el organismo. En esta lección nos contentamos con recalcar que la preocupación actual existente en torno a las vitaminas no tiene ningún fundamento y recordar que la única forma de obtener nuestras necesidades vitamínicas esenciales es mediante la ingestión de productos naturales adaptados a nuestra herencia biológica.

     Asimismo, debemos tener presente que los alimentos no pueden actuar como complementos nutritivos o «productos terapéuticos». Su utilización para combatir enfermedades que las personas achacan a deficiencias nutritivas (vitamínicas) es totalmente inadecuada. Deberíamos consumir los alimentos considerando por igual su contenido carbohidratado (calorías) y su contenido vitamínico, mineral o proteínico. Tampoco debemos pasar por alto el contenido acuoso y nutritivo de los alimentos naturales. Le recomendamos que evalúe los alimentos por su contenido nutritivo global y no por su valor específico en vitaminas u otros nutrientes.

     En esta lección le mostraremos la riqueza vitamínica de cada alimento, pero nuestro objetivo no es indicarle qué alimento o alimentos deberían consumirse para obtener ciertas vitaminas, sino demostrarle cómo aquellos alimentos a los que nos hallamos biológicamente adaptados (frutas, hortalizas, nueces y semillas) nos suministran todas las vitaminas que necesitamos.

     La cantidad de vitaminas que necesitamos es pequeña

     En uno de los libros más importantes del mercado, Everything You Always Wanted to Know About Nutrition, el doctor David Reuben rechaza, con desdén, nuestra preocupación por las vitaminas, al señalar que si tomáramos todas las vitaminas que necesitamos y consumiéramos las cantidades requeridas (mucho mayor que la verdadera necesidad orgánica), necesitaríamos todo un año para llenar parte de un dedal.

     A modo de ejemplo, analicemos cuánta vitamina A requiere el cuerpo humano. Según datos oficiales, un ser humano adulto requiere unas 5.000 unidades internacionales al día para satisfacer sus necesidades. Una unidad internacional equivale a un microgramo (o lo que es lo mismo, a una millonésima parte de un gramo) y existen 28 gramos y medio en cada onza. Teniendo en cuenta todos estos datos, podemos afirmar que 5.000 unidades equivale a una cincomilsetecientava parte de onza. Si consumiéramos 5.000 unidades cada día, necesitaríamos un año para consumir sólo una onza.

     Algo parecido sucede con la vitamina D. Esta vitamina surge de la interacción de la luz del sol y el ergoesterol existente en la piel. El organismo requiere sólo una pequeña cantidad de luz solar para satisfacer sus escasas necesidades. Por esta razón, el doctor Reuben afirma que los únicos casos de deficiencia de vitamina D podrían darse solamente en las monjas negras que habiten en Noruega.

     El doctor Reuben afirma que, a pesar de las atrocidades de la mayoría de las dietas, es prácticamente imposible padecer deficiencias vitamínicas, ya que aunque lo intentemos, el organismo no puede evitar la presencia de muchas de ellas. Para dar por válidas estas afirmaciones, basta analizar algunos de los experimentos realizados por los científicos para determinar las consecuencias de la deficiencia vitamínicas B-12 y K. Aunque intentaron reiteradamente crear una condición de deficiencia, las bacterias intestinales produjeron una y otra vez la cantidad necesaria para evitar la deficiencia.

     Algo parecido sucede con la vitamina C, ya que una simple onza sirve para satisfacer nuestras necesidades en dos años. Casi todas las personas obtienen la cantidad necesaria de vitamina C de las ensaladas y las frutas, a pesar de la ingestión de alimentos perjudiciales para su salud. Aunque no se ha detectado relación directa entre la presencia de escorbuto y la edad, sí pueden surgir algunos síntomas relacionados con la deficiencia de vitamina C entre fumadores.

     La sociedad está obsesionada con el tema de la deficiencia vitamínica, aún cuando, como afirma el propio doctor Reuben, ningún médico ha encontrado jamás relación directa entre las condiciones patológicas (beriberi, pelagra, raquitismo o escorbuto) y la deficiencia vitamínica.

         El origen de las enfermedades es la toxemia

                    y no las deficiencias

     Como higienistas, afirmamos que los causantes de las enfermedades son las toxemias y no las deficiencias vitamínicas por dos razones. En primer lugar, porque muchas de las vitaminas, principalmente la vitamina C, actúan directamente en las operaciones de desintoxicación iniciada por el propio organismo, mermando así su presencia en el cuerpo. Y, en segundo lugar, porque son las sustancias tóxicas, como los fármacos, el café, el té, la cola, el azúcar, los alimentos precocinados, las bebidas alcohólicas, las píldoras anticonceptivas, etc., las que interfieren en la absorción y utilización orgánica de las vitaminas y otros nutrientes. Asimismo, recuerde que existen algunos alimentos cuyo contenido tóxico impiden su consumo, este es el caso de los productos que contengan aceite de mostaza, como la cebolla o el ajo.

     Es preciso señalar y recalcar que muchos de los síntomas patológicos achacados a la deficiencia vitamínica y mineral tienen su origen en la ingestión de sustancias nocivas y tóxicas y no en dicha deficiencia. Por esta razón, como higienista tendrá que suprimir las causas de la toxemia y consumir únicamente alimentos naturales que carezcan de sustancias tóxicas, en vez de prescribir suplementos alimenticios o recomendar la ingestión de alimentos ricos en vitaminas (o minerales) que se encuentran fuera del control médico. Además de recobrar su estado de salud, obtendrá las vitaminas necesarias sin tener que ingerir complementos caros y nocivos.    

     Examinemos como ejemplo la vitamina B-12. Su insuficiencia puede provocar la aparición de condiciones patológicas como una anemia perniciosa. Casi todas las personas que sufren esta enfermedad ingieren con asiduidad productos cárnicos, obteniendo la vitamina B-12 de su dieta. Por tanto ¿qué es lo que sucede en realidad?

     La toxemia existente en el interior del organismo inhibe el proceso de absorción orgánica, impidiendo la asimilación de vitamina B-12. El cuerpo humano cuenta con numerosas sustancias que facilitan el transporte activo de nutrientes de un lado a otro de las membranas de separación. El mecanismo de transporte para la vitamina B-12 recibe el nombre de factor intrínseco. Su carencia en el organismo provoca la deficiencia de vitamina B-12 y la consecuente condición patológica (anemia). Recuerde, pues, que el origen de la anemia perniciosa no es la falta de vitamina B-12, sino la presencia de una condición toxémica. El único remedio posible para recobrar esta facultad se encuentra en el proceso de ayuno, ya que, por regla general, acaba con la anemia. Como puede observar, los poderes del organismo cuando éste se encuentra libre de sustancias tóxicas son increíbles.

     No caiga en el error de pensar que las vitaminas no son esenciales en nuestra dieta. Eso sí, si ingerimos una dieta compuesta básicamente de frutas y algunas verduras, no tendremos que preocuparnos por las vitaminas u otros nutrientes, no más de lo que nos preocupamos por cada latido del corazón, la secreción de bilis o cualquier otro proceso fisiológico.

             Comparación entre las perspectivas

          higienistas y médicas sobre las vitaminas

                          Marti Fry

     Teniendo en cuenta que este curso no trata simplemente la ciencia nutricional, sino que también enfoca otros factores importantes del Higienismo, estimamos oportuno analizar las diferencias existentes entre la postura higienista sobre el tema de las vitaminas y la perspectiva convencional aceptada por la mayoría de los especialistas.

             Intentos de convertirse en ciencia

     Gracias a los experimentos e investigaciones iniciados por los científicos, hoy en día conocemos numerosos datos relacionados con las vitaminas (y otros nutrientes). Es más, podemos afirmar que gracias a los esfuerzos de la «ciencia», hemos «descubierto» su existencia. En la actualidad nos encontramos capacitados para analizar numerosos datos relacionados con las vitaminas: sus funciones en el interior del organismo, la cantidad requerida por el cuerpo y otros factores de suma importancia.

     Sin embargo, no podemos olvidar que la «ciencia» y la tecnología son también las responsables de los procesos de refinamiento y procesamiento alimenticio que han precedido a su descubrimiento. Los textos científicos ocultan a la opinión pública un dato de suma importancia, que los seres humanos (y los animales) han sufrido (y todavía sufren) las consecuencias del consumo de alimentos elaborados por las industrias alimenticias, entidades que suelen colaborar estrechamente con los laboratorios científicos. No es la primera vez, ni será la última, que un estudio científico sobre la nutrición se realice en un laboratorio o centro de investigación, propiedad de empresas alimenticias, o subvencionado por ellas.

     En definitiva, debemos dejar bien claro que la «ciencia» no siempre trabaja por el bien de la humanidad, aunque intenten hacernos creer lo contrario. La «intromisión científica» en el orden regular de la naturaleza ha provocado la aparición de numerosas situaciones de sufrimiento. Nuestro objetivo no es, ni mucho menos, condenar los esfuerzos científicos, sino abrir la mentalidad de aquellos que estudien la ciencia de la nutrición para que acepten la realidad tal y como es. Por supuesto, no pedimos que los científicos dejen de estudiar el fenómeno, sino que varíen sus motivos y enfoques para beneficiar realmente a la humanidad, en vez de lanzar esperanzas a una población azotada por el sufrimiento y el dolor. El número de investigaciones científicas dirigidas a la creación de nuevas sustancias farmacológicas (tóxicas) que «curen» enfermedades es impresionante, sin embargo, recuerde que las condiciones patológicas no pueden «curarse». Debemos eliminar las causas de la enfermedad para que el organismo pueda autocurarse sin la interferencia de sustancias farmacológicas, hierbas o cualquier otro producto.

      El enfoque científico al estudio de las vitaminas

     Los libros especializados en fisiología y nutrición nos demuestran que, a pesar del descubrimiento de numerosos datos relacionados con las vitaminas, lo desconocido supera ampliamente el número de datos conocidos. Asimismo, no podemos olvidar que muchos de estos descubrimientos han tenido como objeto de investigación animales y personas que han sufrido. La clave de su filosofía se centra en la siguiente afirmación: a largo plazo, un gran número de seres vivos, especialmente humanos, sufrirán menos gracias a los conocimientos almacenados.

     Sin embargo, debemos refutar esta aseveración seriamente, ya que el ser humano padecía menos enfermedades antes del avance «científico» y antes de que su tecnología comenzara a refinar el azúcar, el arroz o la harina y comercializara estos productos, junto con la leche y otros alimentos nocivos. En otras palabras, es preciso señalar que el hombre no necesitó, en su estado primitivo, las supuestas ventajas de esta «ciencia» para mantener un estado de salud perfecto y radiante. Son los alimentos naturales que obtenemos de los árboles y jardines los que nos suministran nuestras necesidades sin tener que apoyarnos en los estudios científicos, no los productos elaborados en industrias alimenticias. Bajo ningún concepto nos oponemos a los estudios que tienen como finalidad descubrir información interesante para nuestro entretenimiento y utilización. Sin embargo, no podemos aceptar los conceptos que promueven nuestra dependencia y gratitud a la «ciencia» por habernos concedido los instrumentos necesarios para alcanzar un buen estado. Podemos vivir mejor y gozar de un estado de salud más óptimo sin la interferencia de la ciencia, al menos de la ciencia actual.

     Éstas son las bases del Higienismo. Aboga por una forma de vida simple y sana y por una dieta que se encuentre en perfecta armonía con nuestras necesidades. Si respetamos las leyes básicas de la vida, no padeceremos las consecuencias de las enfermedades. Asimismo, si el planeta estuviera cubierto de huertos, en vez de fábricas alimenticias, de industrias farmacológicas o de granjas, sería un mundo maravilloso y sano.

     Sin embargo, no podemos olvidar que las leyes básicas de la vida y los principios defendidos por el Higienismo pueden probarse en un laboratorio. Es más, muchas ya se han probado. Por esta razón, podemos afirmar que el Higienismo es totalmente científico. No sucede lo mismo con los intentos «científicos» de descubrir fármacos que «curen» las enfermedades, cuyos principios son acientíficos y cuyos esfuerzos contradicen las leyes de la vida. Como afirmamos con anterioridad, la ingestión de sustancias farmacológicas puede provocar únicamente la aparición de condiciones adversas y perjudiciales para el organismo y jamás podrá, bajo ninguna circunstancia, mejorar la salud del individuo.

     Como ya dijimos en la lección quinta, cualquier célula, por pequeña que sea, posee más inteligencia que un equipo de científicos cuyo objetivo sea encontrar la «cura» de una enfermedad.    

         El enfoque sobre la deficiencia vitamínica

     Probablemente, el tema más conflictivo y problemático del estudio científico y médico de las vitaminas sea la preocupación por la deficiencia y, especialmente, el estudio de las enfermedades ocasionadas por una falta vitamínica. Las grotescas fotografías de personas que sufren «males carenciales» ilustran gráficamente la percepción distorsionada que los científicos medicinales poseen de las vitaminas, especialmente en su papel como «elementos preventivos de terribles males carenciales». El concepto sobre la «prevención» es completamente erróneo, como ya vimos reiteradamente en lecciones anteriores. Los males carenciales no son enfermedades normales, ni anormales, por lo que no deben «prevenirse». Lo único que debemos hacer es vivir en armonía con las leyes de la vida y la naturaleza para alcanzar un perfecto estado de salud, como desea la propia naturaleza.

     Los estudios convencionales sobre las vitaminas, tal y como aparecen en los textos de medicina actuales, empujan a las personas a pensar simplemente en la posible falta de vitaminas. Sin embargo, el estudio de las vitaminas no debería centrarse en el análisis de los males carenciales, sino en el papel que juegan en la nutrición humana. De hecho, identificar cada una de las vitaminas y enumerar las enfermedades relacionadas con su deficiencia es innecesario. Todo lo que necesitamos saber es que los alimentos naturales contienen la cantidad necesaria de vitaminas y que la ingestión diaria de una dieta compuesta por frutas, hortalizas, brotes y semillas saciará nuestras necesidades. También deberíamos saber que los procesos de elaboración alimenticia ─procesamiento, almacenamiento y conservación─ destruyen las vitaminas y que las drogas y sustancias farmacológicas merman la cantidad vitamínica del organismo e interfieren en los procesos de absorción y utilización. 

                        GENERALIDADES

     En este tema se analizan algunos datos muy importantes sobre las vitamina, datos que cualquier estudiante de Ciencia de la Nutrición debería conocer a la perfección. Las vitaminas son componentes químicos extremadamente importantes que el organismo obtiene de los alimentos ingeridos. Existen numerosos conceptos erróneos sobre este tema.

               OBJETIVOS DE LA LECCIÓN NOVENA

     La finalidad de esta lección es enumerar cada una de las características de la vitaminas con un único fin, que los estudiantes del Higienismo posean un amplio conocimiento de sus funciones generales. Al mismo tiempo, el estudiante conocerá datos importantes sobre sus descubrimientos, características químicas, medidas, fisiologías, requerimientos, fuentes, efectos de deficiencia y consecuencias de exceso de cada una de las vitaminas.

                        DEFINICIONES

ÁCIDO ASCÓRBICO: Término químico que recibe la vitamina C.

ANEMIA PERNICIOSA: Condición que tiene lugar cuando el estómago secreta poco factor intrínseco.

ANTIOXIDANTE: Sustancia química que previene la oxidación, un tipo de desintegración química. La vitamina E funciona como antioxidante. 

BERIBERI: Condición ocasionada por la falta de vitamina B1.

CAROTENO: Provitamina A. El organismo transforma el caroteno en vitamina A. Se encuentra en las frutas y las verduras.

ESCORBUTO: Enfermedad provocada por la falta de vitamina C y caracterizada por ulceraciones en las encías, hemorragias en la piel y membranas mucosas y debilitamiento de los dientes.

FACTOR INTRÍNSECO: Sustancia química secretada por el estómago que debe combinarse con la vitamina dietética B12 para que el organismo pueda absorber esta vitamina.

FISIOLOGÍA: Las funciones y procesos vitales de un organismo.

NIACINA: Nombre químico de la vitamina B3.

PELAGRA: Condición ocasionada por la falta de amida nicotínica.

PIRIDOXINA: Término químico que recibe la vitamina B6.

RAQUITISMO: Condición caracterizada por el reblandecimiento de los huesos y originada por la falta de vitamina D.

RIBOFLAVINA: Nombre químico de la vitamina B2.

TIAMINA: Nombre químico que recibe la vitamina B1.

TRIPTOFANO: Aminoácido que el organismo puede transformar en niacina.

     VITAMINA: Componente orgánico (carbonado) que se encuentra       en pequeñas cantidades en los alimentos y cuya importancia       es fundamental para garantizar algunas funciones específicas       del organismo. Las vitaminas no son proteínas, carbohidratos       o grasas, además el organismo puede sintetizar sólo algunas,       por lo que debe obtenerla de los alimentos.

                       CONCEPTOS CLAVE

1. Las vitaminas son elementos que el organismo necesita para funcionar con normalidad.

2. El cuerpo humano debe obtener sus necesidades vitamínicas de los alimentos, ya sólo puede sintetizar algunas vitaminas. En algunos casos, las bacterias intestinales suministran vitaminas y en otros (vitamina D) es el propio organismo quien la genera con ayuda de la luz solar.

3. En un futuro se descubrirán más vitaminas existentes en los alimentos. En la actualidad, ninguna de estas vitaminas se encuentran en los complementos nutritivos. Por esta razón, depender de sustancias farmacológicas en detrimento de productos naturales puede ser catastrófico.

4. Las deficiencias vitamínicas provocan una mala salud que debemos corregir

5. Los excesos vitamínicos provocan también una condición poco saludable. La ingestión de complementos nutritivos, especialmente grandes dosis de suplementos, puede provocar un gran daño a su salud.

6. Por regla general, no es necesario llevar una contabilidad sobre el número de vitaminas consumidas. La dieta higienista nos suministra nuestras necesidades vitamínicas directamente de los alimentos y nos suministra las condiciones necesarias para que las bacterias intestinales produzcan las vitaminas requeridas.

                     HECHOS DESTACABLES

1. La escasez vitamínica de las dietas convencionales provoca la aparición de males carenciales, condiciones que originan numerosos problemas de salud.

2. Éste no es el único problema de nuestra dieta. La ingestión excesiva de proteínas, grasas, azúcares o calorías, así como el consumo de sustancias tóxicas como los aditivos alimenticios (colorantes, edulcorantes, conservantes, condimentos, sal, etc.) son también perjudiciales para nuestra salud.

3. Aunque estudiemos las vitaminas de forma singular, no podemos corregir errores dietéticos consumiendo vitaminas individuales. Los alimentos son las únicas fuentes que poseen el equilibrio adecuado de vitaminas, un equilibrio que nunca deberíamos alcanzar en los laboratorios. «Los científicos pueden descomponer las vitaminas y analizar sus partes constituyentes, pero nunca volver a recomponerlas.»

4. La mejor forma de combatir deficiencias vitamínicas es  consumiendo una dieta higienista. Su ingestión le garantizará el perfecto suministro de vitaminas, corrigiendo, al mismo tiempo, los excesos dietéticos de proteínas, grasas, azúcares y calorías.

             ESQUEMA GLOBAL DE LA NOVENA LECCIÓN

I. Introducción

A. Definición de vitamina   

     B. Descubrimiento de las vitaminas

     C. Fuentes de vitaminas

     D. Función de las vitaminas

     E. Las vitaminas son inertes

     F. Las vitaminas trabajan en armonía con otros nutrientes

II. Un estudio individual de cada vitamina

     A. Vitaminas liposolubles

     1. Vitamina A

        a. Descubrimiento

        b. Unidad de medida

        c. Características químicas

        d. Fisiología

        e. Funciones

        f. Requerimientos

        g. Fuentes

        h. Efectos de la deficiencia

        i. Efectos del exceso

     2. Vitamina D

        a. Descubrimiento

        b. Unidad de medida

        c. Características químicas

        d. Fisiología

        e. Funciones

        f. Requerimientos

        g. Fuentes

        h. Efectos de la deficiencia

        i. Efectos del exceso

     3. Vitamina E

        a. Descubrimiento

        b. Unidad de medida

        c. Características químicas

        d. Fisiología

        e. Funciones

        f. Requerimientos

        g. Fuentes

        h. Efectos de la deficiencia

        i. Efectos del exceso

     4. Vitamina K

        a. Descubrimiento

        b. Unidad de medida

        c. Características químicas

        d. Fisiología

        e. Funciones

        f. Requerimientos

        g. Fuentes

        h. Efectos de la deficiencia

        i. Efectos del exceso

     B. Vitaminas hidrosolubles

     1. Vitamina C

        a. Descubrimiento

        b. Unidad de medida

        c. Características químicas

        d. Fisiología

        e. Funciones

        f. Requerimientos

        g. Fuentes

        h. Efectos de la deficiencia

        i. Efectos del exceso

     2. Vitamina B1   

        a. Descubrimiento

        b. Unidad de medida

        c. Características químicas

        d. Fisiología y funciones

        e. Requerimientos

        f. Fuentes

        g. Efectos de la deficiencia

        h. Efectos del exceso

     3. Vitamina B2   

        a. Descubrimiento

        b. Unidad de medida

        c. Características químicas

        d. Fisiología y funciones

        e. Requerimientos

        f. Fuentes

        g. Efectos de la deficiencia

        h. Efectos del exceso

    4. Niacina

        a. Descubrimiento

        b. Unidad de medida

        c. Características químicas

        d. Fisiología y funciones

        e. Requerimientos

        f. Fuentes

        g. Efectos de la deficiencia

        h. Efectos del exceso

     5. Vitamina B6

        a. Descubrimiento

        b. Unidad de medida

        c. Características químicas

        d. Fisiología y funciones

        e. Requerimientos

        f. Fuentes

        g. Efectos de la deficiencia

        h. Efectos del exceso

     6. Ácido pantoténico

        a. Descubrimiento

        b. Unidad de medida

        c. Características químicas

        d. Fisiología y funciones

        e. Requerimientos

        f. Fuentes

        g. Efectos de la deficiencia

        h. Efectos del exceso

     7. Biotina

        a. Descubrimiento

        b. Unidad de medida

        c. Características químicas

        d. Fisiología y funciones

        e. Requerimientos

        f. Fuentes

        g. Efectos de la deficiencia

        h. Efectos del exceso

     8. Vitamina B12

        a. Descubrimiento

        b. Unidad de medida

        c. Características químicas

        d. Fisiología y funciones

        e. Requerimientos

        f. Fuentes

        g. Efectos de la deficiencia

        h. Efectos del exceso

     9. Ácido fólico

        a. Descubrimiento

        b. Unidad de medida

        c. Características químicas

        d. Fisiología y funciones

        e. Requerimientos

        f. Fuentes

        g. Efectos de la deficiencia

        h. Efectos del exceso

           Las vitaminas: las expertas metabólicas

                  de los procesos orgánicos

                        INTRODUCCIÓN

                   Definición de vitamina

     Las vitaminas son componentes orgánicos que el organismo necesita para funcionar con total normalidad. El cuerpo humano no puede sintetizarlas (con algunas excepciones), por lo que debe obtenerlas de los alimentos ingeridos. Si existe una deficiencia, puede aparecer una condición patológica.

               Descubrimiento de las vitaminas

     El biólogo holandés Eijkman descubrió la primera vitamina en el año 1897. Advirtió que cuando las personas consumían arroz refinado (sin salvado), éstas desarrollaban el beriberi, una grave enfermedad. Sin embargo, ésta no aparecía cuando el arroz se consumía con el salvado intacto. Este hallazgo alentó a Eijkman y a otros científicos a analizar químicamente el arroz con el fin de encontrar la sustancia cuya ausencia provocaba la aparición del beriberi. Esta sustancia resultó ser la tiamina, conocida con el nombre de vitamina B1.

     A lo largo de los años, los científicos han descubierto la existencia de numerosos elementos químicos en los alimentos, sustancias esenciales para el mantenimiento de la salud. Todas recibieron un nombre específico y se conocieron con el nombre genérico de vitaminas.

                    Fuentes de vitaminas

     Debemos señalar que los científicos no han aislado todavía todas las sustancias esenciales que se encuentran en los alimentos. Por esta razón, nuestra salud depende directamente de los alimentos, no de los complementos vitamínicos. No existe ningún suplemento que contenga todas las vitaminas que necesita el organismo.

                  Función de las vitaminas

     Las vitaminas actúan en el interior del cuerpo humano como coenzimas. Para comprender mejor esta función, suponga que está construyendo una casa cuyas dimensiones están estrictamente limitadas por su presupuesto. El primer paso será adquirir los materiales principales de la construcción: cemento, madera y materiales para construir las fachadas laterales. Una vez fijados los cimientos y levantadas las fachadas, comprará las ventanas necesarias, algo que dependerá, principalmente, del espacio que haya dejado en las paredes. Las ventanas son necesarias para el perfecto funcionamiento de la casa.

     Las vitaminas son como las ventanas de la casa. Su organismo las requiere cuando desea generar un tejido nuevo, producir energía, etc (casa). Su cuerpo determinará la cantidad que necesita para producir y acumular suficientes materiales primarios para iniciar la construcción (cemento, madera, etc.). El organismo genera la cantidad necesaria de apoenzimas (marco de la ventana) que se combinan con la coenzima vitamina (ventana) para formar una enzima activa. Esta enzima desencadena inmediatamente una reacción química (cataliza la reacción) que tendrá como resultado la formación del producto final deseado.

                  Las vitaminas son inertes

     La expresión «función vitamínica» es una frase muy utilizada, al igual que la expresión «acción vitamínica». Sin embargo, ambas expresiones son erróneas, ya que las vitaminas no pueden actuar en el interior del cuerpo humano al ser sustancias químicas inertes. Recuerde que el único ente que puede actuar en todos los procesos fisiológicos es el organismo. El cuerpo humano utiliza las vitaminas en numerosos procesos, principalmente para combinarlas químicamente con otros elementos, cumpliendo así el mandato del organismo. Es preciso recordar que es el organismo quien actúa sobre las vitaminas, y no al contrario.

   Las vitaminas trabajan en armonía con otros nutrientes

     Aunque en esta lección analizaremos únicamente el papel de las vitaminas, debemos destacar que no funcionan individualmente o aisladamente en el interior del organismo. Las vitaminas trabajan en equipo. Uno de los ejemplos más claros es la generación energética que tiene lugar en las células mediante la combustión de los alimentos, ésta no depende únicamente de la vitamina B1, sino también de las vitaminas B2 y la niacina.

     Es más, las vitaminas trabajan en armonía con otros elementos nutritivos, como las grasas, carbohidratos y proteínas. A modo de ejemplo, podemos señalar que el organismo requiere vitamina B6 para efectuar con normalidad el proceso metabólico de la proteína. Por tanto, tenga siempre presente que las vitaminas aparecen asociadas con cualquier otro elemento nutritivo presente en el organismo. Las vitaminas son sólo una pequeña parte de la maquinaria metabólica del cuerpo humano.

           Un estudio individual de cada vitamina

     En este apartado analizaremos una por una todas las vitaminas que se conocen en la actualidad. Cuando finalice su lectura, distinguirá los datos más significativos sobre sus descubrimientos, unidades de medida, características químicas, fisiología, funciones, requerimientos, fuentes, sus efectos de deficiencia y sus efectos de exceso.

                 Las vitaminas liposolubles

     Las vitaminas se agrupan y clasifican de acuerdo con sus propiedades. Existen dos grupos básicos de vitaminas, las liposolubles (vitaminas A, D, E y K) y las hidrosolubles (vitamina C y las vitaminas B complejas).

     Ambos grupos se diferencian entre sí por las siguientes características:

1. Las vitaminas liposolubles se absorben en el interior del organismo como grasas, y como tales pueden diluirse en disolventes grasos (alcohol y éter). En cambio, las vitaminas hidrosolubles pueden disolverse, como su propio nombre indica, solamente en agua.

2. Mientras que las vitaminas liposolubles se eliminan principalmente a través del conducto fecal, las vitaminas hidrosolubles se expulsan por medio del conducto urinal.

3. Algunos libros de texto se contradicen al afirmar que las vitaminas liposolubles se almacenan en el interior del organismo, mientras que las hidrosolubles no pueden almacenarse. Ya que posteriormente afirman que «la vitamina C ─una vitamina hidrosoluble─ puede almacenarse─. En estos libros se pueden leer afirmaciones como la siguiente: «Se  ha demostrado que los seres humanos pueden almacenar cierta cantidad de vitamina C, hasta 1.500 mg diarios. Cuando existe una deficiencia, el organismo utiliza el tres por ciento diario de esta reserva, una cantidad que permite al cuerpo poseer vitamina C por un período de tres meses». Como puede observar, el organismo puede almacenar una cantidad significativa de vitamina C.

                         Vitamina A

Descubrimiento

     McCollum y Davis, de la Universidad de Wisconsin (E.E.U.U.), y Osborne y Mendel, de la Universidad de Yale (E.E.U.U.), descubrieron esta vitamina liposoluble en el año 1913. Después de realizar diversas investigaciones sobre ratas, a las que administraban manteca de cerdo como única fuente de grasa, descubrieron que padecían trastornos oculares y problemas de crecimiento. Posteriormente descubrieron que el causante de estos problemas era la falta de caroteno. Ésta sustancia se transforma en vitamina A en el interior del organismo.

Unidad de medida

     La vitamina A se mide por unidades internacionales. La fórmula por la cual convertimos las unidades del sistema internacional en unidades internacionales (UI) es bastante complicada, basta decir que un microgramo (una millonésima parte de gramo) de vitamina corresponde a una unidad internacional. Los requerimientos de esta vitamina y la cantidad de vitamina A existente en los alimentos se mide en unidades internacionales.

     Características químicas

     La vitamina A es relativamente estable al calor, pero puede destruirse fácilmente con la acción de la radiación ultravioleta (rayos solares). Químicamente puede aparecer de diversas formas, como ácido retinal, retinol o retinoico.

     Fisiología

     Casi siempre se encuentra en forma de caroteno, el pigmento amarillo de las plantas. El organismo transforma la mitad del caroteno consumido en vitamina A, mientras que utiliza la otra mitad como hidrocarbono. Teniendo en cuenta que la vitamina A es liposoluble, los intestinos pueden absorber muy poca cantidad de vitamina A si la dieta carece de grasa, si el hígado secreta muy poca cantidad de bilis (imprescindible para digerir las grasas) o si se secreta muy pocas hormonas tiroides. Esta vitamina se almacena en el hígado.

Funciones

     Las funciones de la vitamina A en el interior del organismo son numerosas. El cuerpo humano utiliza esta vitamina para mantener una visión normal con una luz tenue. También participa activamente en la síntesis de la sustancia mucosa, una secreción que el organismo utiliza para garantizar la protección de la membranas que revisten los ojos, la boca y los conductos gastrointestinales, respiratorios y genitourinarios. Estas membranas se encuentran en perfecto estado cuando existe suficiente vitamina A, cuando se hallan presente los otros elementos nutritivos y cuando el organismo no se ve amenazado por una acumulación tóxica. Sin embargo, si no existe ninguna carencia vitamínica (vitamina A), la ingestión adicional de vitaminas no protegerá al organismo de las enfermedades, ni las «curará». Este es sólo un mito que científicamente se ha demostrado como falso.

     La vitamina A también juega un papel fundamental en otras funciones. Entre ellas, garantiza el perfecto desarrollo de los huesos y los dientes, la formación del esperma, la progresión normal del ciclo reproductivo de las mujeres, la formación de la hormona suprarrenal cortisona del colesterol y el mantenimiento de la estabilidad de las membranas celulares.

     Requerimientos

     El hombre adulto necesita 5.000 unidades internacionales diarias, la mujer adulta, 4.000, las mujeres embarazadas o en período de lactancia, 5.000, y los recién nacidos, una décima parte del requerimiento vitamínico de un ser adulto. Esta cantidad la obtiene fácilmente de la leche materna.

     Fuentes

     Entre las fuentes sanas de vitamina A destacamos las verduras (lechuga), hortalizas de tallo verde (bróculi) y espárrago), hortalizas naranjas y amarillas (zanahorias) y frutas amarillas y naranjas (melocotones, cantalupos, etc).

     Efectos de deficiencia

     Hoy en día es difícil encontrar en nuestra sociedad personas que padezcan deficiencias de vitamina A y sólo existen algunos casos documentados de diarrea crónica provocada por una colitis u otras enfermedades similares, como los trastornos hepáticos. Cuando una persona sufre deficiencias, manifiesta problemas oculares durante la noche y degeneración de las membranas (ojos, nariz, senos, oído medio, pulmones y conducto genitourinario).

     Efectos de exceso

     La ingestión excesiva de vitamina A provoca una acumulación tóxica en el interior del organismo cuyas manifestaciones más significativas son la pérdida del apetito, irritaciones, debilitamiento y resecamiento de la piel, pérdida de pelo, un gran dolor en los huesos y las articulaciones, fragilidad de los huesos, dolores de cabeza, hipertrofia del bazo y el hígado. Entendemos por sobredosis la ingestión diaria de 50.000 unidades internacionales en un adulto y 20.000 en los recién nacidos.

                         Vitamina D

     Descubrimiento

     Los científicos lograron aislar la vitamina D en el año 1930. Con anterioridad a su descubrimiento, el ser humano había obtenido esta vitamina, imprescindible para mantener la estructura ósea normal, del aceite presente en el interior del hígado de bacalao. Durante la primera década del siglo veinte, los científicos lograron identificar la vitamina D como una sustancia necesaria.

Unidad de medida

     Los requerimientos de vitamina D y la cantidad existente en los alimentos se expresan en unidades internacionales. Una unidad internacional de vitamina D equivale a 0,025 microgramos (mcg.) de vitamina D. (Un microgramo equivale a la millonésima parte de un gramo.)

     Características químicas

     Químicamente, la vitamina D es muy estable. Ni el calor, ni el oxígeno pueden destruir este elemento. La vitamina D se genera cuando la piel (o carne) de los animales se expone a la luz ultravioleta.

     Fisiología

     Al igual que la vitamina A, la vitamina D es liposoluble, necesitando, por ello, la presencia de sales biliares para su absorción. Su centro principal de almacenamiento es el hígado. Esta vitamina se forma principalmente en los seres humanos por la acción que la luz solar ejecuta sobre la piel.

     Funciones

     El organismo requiere la presencia de vitamina D para asegurar el perfecto desarrollo del metabolismo del calcio y el fósforo y para garantizar el estado de los huesos y dientes. Cuando posee la cantidad adecuada de vitamina D, el organismo puede regular la absorción de calcio y fósforo de los intestinos y controlar la cantidad de fósforo eliminado a través de los riñones.

     Requerimientos

     El ser humano requiere aproximadamente 400 unidades internacionales de vitamina D diarias, una cantidad que obtiene fácilmente con una exposición moderada a la luz del sol. Durante el período estival, el organismo genera excesos de vitamina D que almacena en el hígado. En cambio, durante el invierno, período donde la luz solar es menor, el organismo utiliza sus reservas vitamínicas existentes en el hígado para mantener el metabolismo normal de la vitamina D.

     Fuentes

     La ropa, el cristal de las ventanas, la niebla y la neblina son elementos que impiden la formación de vitamina D en la piel. Sin embargo, no existe ninguna prueba científica que demuestre que la luz del sol no permite al organismo generar la cantidad necesaria de vitamina D si la piel se encuentra expuesta al sol durante el tiempo requerido. Una hora y media de exposición solar al día, durante los meses de calor, puede ser suficiente.

     Efectos de deficiencia

     La falta de vitamina D puede provocar una condición de raquitismo entre los recién nacidos y la aparición de osteomalacia entre los adultos. El organismo no puede mantener la estructura normal de los huesos cuando carece de la cantidad necesaria de vitamina D. Las características principales del raquitismo son el reblandecimiento y la fragilidad de los huesos, especialmente en las extremidades inferiores; la curvatura de la espina dorsal; el aumento de algunas articulaciones; el pobre desarrollo de numerosos músculos; el sentimiento de irritabilidad y cansancio; una débil estructura dental; y cierta anormalidad sanguínea. La osteomalacia también se caracteriza por el reblandecimiento de los huesos, un dolor en las extremidades inferiores y en la parte inferior de la espalda, una debilidad general y fracturas que tienen lugar sin traumas significantes.

     Efectos del exceso

     La formación excesiva de vitamina D en el organismo provoca algunas enfermedades benignas, como nauseas, diarreas, pérdida de peso o frecuentes secreciones urinales. Pero también puede acelerar la aparición de importantes trastornos hepáticos y la acumulación cálcica en el cuerpo, una condición que origina numerosos problemas en el corazón, los vasos sanguíneos y otros tejidos. Una dosis de vitamina D que supere aproximadamente 100 veces la cantidad necesaria puede provocar la intoxicación del organismo y la aparición de los síntomas anteriormente mencionados.

                         Vitamina E

     Descubrimiento

     En el año 1922 se descubrió otro componente orgánico caracterizado por su solubilidad en un medio adiposo. Su deficiencia provocaba la destrucción del feto en el útero de los animales. Poco después, en el año 1936, los científicos consiguieron aislar químicamente esta sustancia, denominándola vitamina E.

     Unidad de medida

     La cantidad de vitamina E se expresa en unidades internacionales. Una unidad equivale a un miligramo (una milésima parte) de vitamina E.

     Características químicas

     Aunque la vitamina E es una sustancia relativamente estable, cuando se expone ante rayos ultravioletas, grasas rancias, plomo o hierro, se descompone y destruye.

     Fisiología

     Al igual que sucede con todas las vitaminas liposolubles, el organismo requiere la presencia de las sales biliares para poder absorber la vitamina E. Esta vitamina se almacena principalmente en los músculos y tejidos grasos.

     Funciones

     El organismo utiliza la vitamina E como una antioxidante. Al combinarse químicamente con el oxígeno, asegura que este elemento no destruya otros componentes orgánicos. Según los científicos, el cuerpo humano requiere la presencia de vitamina E para producir y generar algunos tejidos esenciales, especialmente glóbulos rojos.

     Requerimientos

     El organismo requiere aproximadamente 15 unidades internacionales diarias para mantener el perfecto funcionamiento de sus actividades. Afortunadamente, una de las fuentes más ricas de vitamina E en la naturaleza son las grasas no saturadas (el aceite que obtenemos de las semillas y las nueces). También podemos encontrar esta vitamina en las frutas, hortalizas, brotes de granos y brotes de legumbres.

     Efectos de deficiencia

     Analizar los síntomas que provoca su deficiencia en los animales continua siendo un reto para los científicos. Cuando la cantidad de vitamina E en el organismo es bastante escasa, el cuerpo sufre la aparición de numerosos síntomas patológicos. Entre los problemas más importantes debemos destacar los trastornos ocasionados en el sistema reproductivo, sistema muscular, sistema nervioso y sistema vascular (vasos sanguíneos). Sin embargo, la condición necesaria para iniciar esta destrucción en el organismo animal requiere una deficiencia vitamínica tan extrema que los científicos consideran imposible que estos problemas puedan surgir en el ser humano como consecuencia de la falta de vitamina D. Por esta razón, podemos afirmar que la impotencia, la infertilidad, los trastornos cardiovasculares y otras condiciones similares no surgen como consecuencia de una falta de vitamina D, por lo que no podemos impedir su aparición consumiendo suplementos vitamínicos adicionales.

     Efectos de exceso

     En la actualidad se ha demostrado que la presencia excesiva de vitamina E en el organismo ─durante bastante tiempo considerada como inofensiva─ provoca una acumulación de colesterina en los vasos sanguíneos, condición que aumenta los niveles de grasa en la sangre. Asimismo, se ha descubierto que interfiere en el proceso de coagulación sanguínea, acelera el crecimiento de tumores pulmonares, interfiere en la labor de la vitamina A y el hierro, daña el conducto gastrointestinal, provoca sarpullidos en la piel, interfiere en las funciones de las glándulas tiroides y daña los músculos. Como puede deducir, las dosis excesivas de vitamina E no deben considerarse como inofensivas.

                         Vitamina K

     Descubrimiento

     Un doctor escandinavo descubrió en el año 1935 que la vitamina K es imprescindible para asegurar el perfecto desarrollo de la coagulación sanguínea.

     Unidad de medida

     Las cantidades de vitamina K se expresan en microgramos, una millonésima parte de un gramo.

     Características químicas

     La vitamina K es la cuarta vitamina liposoluble (las otras son las vitaminas A, D y E). Aunque es estable ante el calor, la luz puede destruirla con facilidad.

     Fisiología

     El ser humano no necesita obtener esta vitamina de los alimentos, ya que las bacterias que se encuentran en el interior del intestino pueden producir la cantidad necesaria para asegurar una perfecta coagulación sanguínea. La bacteria K requiere la presencia de sales biliares para su absorción. Recuerde que es una vitamina liposoluble, y como tal debe absorberse como una grasa.

     Funciones

     El hígado requiere vitamina K para generar ciertos componentes orgánicos que el organismo necesita para iniciar el proceso de coagulación sanguínea.

     Requerimientos

     Como acabamos de mencionar, el organismo genera la cantidad necesaria de vitamina K en los intestinos, por lo que no existe ningún requerimiento dietético establecido. Se desconoce una deficiencia de vitamina K.

     Fuentes

     Las fuentes dietéticas de la vitamina K son las coles, coles rizadas, coliflores y otras verduras.

     Efectos de deficiencia

     La escasez de vitamina K puede provocar un fallo en el sistema de coagulación sanguínea, originando una hemorragia. Sólo puede darse entre recién nacidos prematuros cuyas madres han ingerido fármacos anticoaguladores, en personas con problemas de absorción intestinal y en individuos que tomen sulfamida (fármaco que elimina las bacterias intestinales productoras de vitamina K). Los problemas de absorción intestinal pueden aparecer como consecuencia de un trastorno hepático o un problema de la vesícula biliar, de una diarrea aguda, de una colitis o de cualquier otra condición similar. La falta de uno de los nutrientes esenciales también puede provocar su aparición.

     Efectos de exceso

     Se desconocen los efectos de exceso de la vitamina K.         Las vitaminas hidrosolubles

                         Vitamina C

     Descubrimiento

     La vitamina C, también conocida con el nombre de ácido ascórbico, fue aislada químicamente en al año 1932 en la Universidad de Pittsburgh (E.E.U.U.). Después de realizarse numerosos experimentos, se descubrió que este componente orgánico prevenía el escorbuto. Unos doscientos años antes de su identificación química, el físico británico James Lind advirtió que el consumo de cítricos prevenía la aparición del escorbuto.

     Unidad de medida

     La cantidad de vitaminas C se expresa en miligramos, una milésima parte de gramo.

     Características químicas

     Las vitaminas C y B compleja pueden disolverse en agua, pero no en medios adiposos, como pueden hacerlo las vitaminas liposolubles A, D, E y K. Las vitamina C es la más sensible y frágil de todas las vitaminas. Factores como el calor, la luz, el cobre y el hierro pueden destruirla con facilidad.

     Fisiología

     Casi todos los seres vivos pueden sintetizar sus necesidades de vitamina C sin tener que obtenerla de fuentes alimenticias. Sin embargo, el ser humano debe conseguirla a través de los alimentos ingeridos, aunque, eso sí, requiere muy pocos productos para satisfacer sus necesidades. Cuando el organismo presiente la existencia excesiva de vitamina C, elimina los excedentes por la orina.

     Funciones

     La vitamina C posee numerosas funciones. Su objetivo principal es la de formar tejidos conectivos, la estructura subyacente de los huesos, los cartílagos, las paredes de los vasos sanguíneos y la mayoría de los tejidos. Sin la presencia de vitamina C, el organismo no puede iniciar la reconstrucción de los tejidos dañados.

     Las vitaminas C también participan en otros procesos orgánicos esenciales. Entre ellos debemos destacar el papel que juega en el desarrollo del metabolismo celular, en el funcionamiento enzimático, en el metabolismo del hierro y del ácido fólico (vitamina B) y en la formación de las hormonas de las glándulas suprarrenales.

     Requerimientos

     Existe una gran controversia en torno a los requerimientos de vitamina C. El requerimiento diario recomendado (RDA) no supera los cien miligramos, sin embargo, Linus Pauling afirma que el ser humano necesita cien veces esa cantidad. Las pruebas científicas afirman con claridad que cien miligramos es más que suficiente. No obstante, existen otras pruebas que elevan ligeramente esta cantidad. La dieta higienista, basada principalmente en el consumo de frutas y hortalizas, alcanza fácilmente los 500 miligramos diarios. A pesar de las alegaciones del doctor Pauling, no existe ninguna necesidad de ingerir complementos.     

     Fuentes

     Las fuentes principales de vitamina C son las frutas y las hortalizas, especialmente los tomates y los pimientos. Otros alimentos también contienen esta vitamina.

     Efectos de deficiencia

     La falta de vitamina C provoca la creación de una débil estructura textil conectiva. Los síntomas más comunes son dolores en las articulaciones, irritabilidad, crecimiento retardado, anemia, problemas respiratorios, débil curación de las heridas, secreción de sustancia gomosa y hemorragias. Si se consume una dieta rica en vitamina C, pero los problemas no desaparecen, tendrá que buscar otras causas que no sea la falta de vitamina C. Si consume vitamina C para combatir una enfermedad cuyo origen no se encuentra en la deficiencia vitamínica, aliviará los síntomas, pero no eliminará la causa original del problema.

     Efectos de exceso

     La presencia excesiva de vitamina C siempre es perjudicial para el organismo, aunque se trate de una sustancia hidrosoluble que el cuerpo no almacena en abundancia. Los excesos de vitamina C pueden provocar numerosos problemas, como la destrucción de glóbulos rojos, irritación de la capa intestinal, formación de cálculos renales, interferencia en el metabolismo del hierro, cobre, vitamina A y mineral óseo, interferencia en la función reproductora (condición que provoca la infertilidad del paciente e incluso la muerte del feto), diabetes y escorbuto (aunque existan voces discrepantes que nieguen su formación). Al igual que sucede con el resto de vitaminas, la única forma de originar una acumulación excesiva de vitamina C en el interior del organismo es mediante la ingestión de sustancias farmacológicas.

                         Vitamina B1

     Descubrimiento

     En el año 1897, un doctor holandés descubrió la conexión existente entre la ingestión de arroz refinado y la aparición del beriberi, una enfermedad grave. Desde entonces, se relacionó esta enfermedad con una sustancia conocida con el nombre de tiamina, conocida más popularmente con el nombre de vitamina B1. Durante la década de los años veinte y treinta, los científicos lograron aislar químicamente la tiamina del salvado del arroz.

     Unidad de medida

     Las cantidades de vitamina B1 se expresan en miligramos (mg) o microgramos (mcg).

     Características químicas

     Los alimentos cocinados carecen de vitamina B1, ya que el proceso de elaboración (cocción) la destruye.

     Fisiología y funciones

     Esta vitamina juega un papel fundamental en el proceso de generación energética del organismo. El cuerpo humano produce la energía necesaria a partir de la combustión de glucosa en las células. Posteriormente la almacena cuando aparece una sustancia orgánica denominada adenosin trifosfato (ATP). El organismo necesita la vitamina B1 para la formación de la molécula ATP.

     Requerimientos

     Un ser humano adulto requiere aproximadamente un miligramo o un miligramo y medio de vitamina B1 al día. Los niños y los recién nacidos necesitan sólo medio miligramo diario.

     Fuentes

     Si sigue nuestras recomendaciones e ingiere diariamente una dieta compuesta básicamente de frutas y hortalizas, obtendrá, sin ningún problema, la cantidad necesaria de vitamina B1. También podemos obtener esta vitamina con la ingestión de nueces, semillas, brotes de legumbres y brotes de granos. Los granos refinados pierden gran parte de su valor vitamínico (vitamina B1 y otras vitaminas).

     Efectos de deficiencia

     La falta de vitamina B1 puede provocar la paralización y ruptura del metabolismo celular. Las manifestaciones más significativas de esta paralización son la fatiga, el malestar emocional, la pérdida de apetito, la debilidad, dolores abdominales, vómitos, trastornos cardiovasculares y destrucción del sistema nervioso (provocando una parálisis y/o una debilidad generalizada). Al igual que sucede con el resto de vitaminas, debemos señalar que existen otras causas que también pueden provocar la aparición de estas condiciones patológicas. Si una dieta contiene suficiente vitamina B1, la ingestión de más dosis vitamínicas no solucionará estos problemas.

     Efectos de exceso

     No se han investigado los problemas ocasionados por el exceso de vitamina B1. Sin embargo, podemos asegurarle que cualquier ingestión excesiva de esta vitamina puede provocar la aparición de numerosos problemas.

                         Vitamina B2

     Descubrimiento

     A finales de la década de los años veinte y a principio de los treinta, los científicos descubrieron una sustancia que el organismo necesitaba para garantizar el perfecto funcionamiento del sistema nervioso. Esta sustancia, que se encuentra en los alimentos, se identificó químicamente con el nombre de riboflavina o vitamina B2.

     Unidad de medida

     Al igual que sucede con la tiamina, la rivoflavina se mide en miligramos o microgramos.

     Características químicas

     Aunque es más estable al calor que la vitamina B1, la vitamina B2 puede destruirse fácilmente con la acción de la luz.

     Fisiología y funciones

     La función de la vitamina B2 es prácticamente igual a la de la vitamina B1, aunque ambas son imprescindibles y no pueden sustituirse mutuamente. El organismo necesita la presencia de riboflavina para garantizar la síntesis de ATP.

     Requerimientos

     Los requerimientos de riboflavina son los mismos que los de tiamina. Los recién nacidos necesitan aproximadamente medio miligramo diario, mientras que los niños y adultos requieren entre uno y un miligramo y medio.

     Fuentes

     La riboflavina se encuentra en el interior de las verduras, semillas y nueces.

     Efectos de deficiencia

     La falta de vitamina B2 provoca la aparición de numerosas enfermedades cuyos síntomas más significativos son los siguientes: mayor sensibilidad visual a la luz; mayor cansancio ocular; visión borrosa; picor e inflamación de los ojos; leve ruptura epidérmica en la comisura de los labios; manchas rojas purpurinas en los labios y lengua; aparición de eczemas.

     Efectos de exceso

     Todavía no se han descubierto con claridad los síntomas provocados por una ingestión excesiva de riboflavina.

                           Niacina

     Descubrimiento

     Aunque los científicos no consideraron la pelagra, enfermedad provocada por la deficiencia de niacina, como una condición relacionada con una deficiencia dietética hasta el siglo viente, su génesis se remonta en la historia varios siglos atrás. Su descubrimiento tuvo lugar cuando un científico administró a varias personas una dieta idéntica a la que ocasionaba los síntomas de la pelagra. Después de analizar los resultados, este científico advirtió que la pelagra era una enfermedad provocada por una deficiencia dietética. Poco después, se descubrió que la niacina era el elemento fundamental para corregir el problema.

     Unidad de medida

     Las cantidades de niacina se expresan en miligramos.

     Características químicas

     Esta vitamina (muchos nutricionistas la denominan vitamina B3) es más estable que las otras vitaminas B. El calor, la luz y la exposición al oxígeno apenas pueden destruirla.

     Fisiología

     El organismo no recibe toda la cantidad de niacina necesaria como tal. El cuerpo humano transforma el triptofano, un aminoácido (subunidad de proteína), en niacina. Por esta razón, para que exista una deficiencia de niacina, la dieta ingerida debe carecer de la cantidad suficiente de niacina y triptofano. 

     Funciones

     La niacina participa activamente en las reacciones metabólicas celulares que generan energía a través de la oxidación («combustión») de las grasas, hidratos de carbono (carbohidratos) y proteínas. Su labor se asemeja bastante al trabajo de las vitaminas B1 y B2, aunque la niacina no puede sustituir a otra vitamina B, ni ser sustituida por ellas.

     Requerimientos

     Los recién nacidos y los niños requieren aproximadamente entre cinco y diez miligramos por día. Mientras tanto, los adultos necesitan entre quince y veinte miligramos diarios.

     Fuentes

     Podemos obtener la cantidad necesaria de niacina con la ingestión de verduras, patatas, nueces y semillas.

     Efectos de deficiencia

     Como ya indicamos con anterioridad, la falta de niacina provoca la aparición de la pelagra. Esta enfermedad influye directamente en el conducto gastrointestinal, la piel y el sistema nervioso. Entre sus síntomas más significativos incluimos la aparición de fatiga, dolores de cabeza, pérdida de peso, dolores en la espalda, pérdida de apetito, empeoramiento general de la salud, lengua inflamada y rojiza, inflamación de la boca y la garganta, falta de ácido clorhídrico en el estómago (lo que provoca una deficiencia de vitamina B12 y la consecuente anemia), nausea, vómitos, diarrea, inflamación y enrojecimiento de la piel, confusión, mareos, pérdida de la memoria, y en casos muy avanzados, graves trastornos mentales.

     Si una dieta contiene suficiente niacina y el individuo padece algunos de los síntomas que acabamos de mencionar, consumir una cantidad extra de niacina no solucionará el problema.

     Efectos de exceso

     Se ha descubierto que la presencia excesiva de niacina en el interior del organismo puede provocar trastornos hepáticos, aumentar el nivel de azúcar en la sangre, ampliar los niveles de ácido úrico en los vasos sanguíneos y originar daños gastrointestinales («estomacales»).

                         Vitamina B6

     Descubrimiento

     La primera vez que se provocó en los animales una falta de vitamina B6, o piridoxina, fue en 1926. Posteriormente, en 1938, los científicos lograron aislar químicamente esta vitamina y un año después, pudieron sintetizarla en el laboratorio.

     Unidad de medida

     La vitamina B6 se mide en microgramos o miligramos.

     Características químicas

     La luz puede destruir con facilidad esta vitamina, aunque es prácticamente estable al calor.

     Fisiología y funciones

     La vitamina B6, también conocida con el nombre de piridoxina, participa en el proceso metabólico de la proteína. El organismo requiere su presencia cuando transforma los aminoácidos (subunidades de proteína) en otras sustancias (como ocurre con la conversión de triptofano a niacina). También necesita su participación cuando transforma sustancias no proteínicas en aminoácidos.

     Requerimientos

     Los recién nacidos y los niños requieren aproximadamente entre medio miligramo y un miligramo de vitamina B6 al día. Los adultos necesitan unos dos miligramos diarios.

     Fuentes

     Las hortalizas son la principal fuente de vitamina B6 en la dieta.

     Efectos de deficiencia

     La falta de vitamina B6 provoca la aparición de problemas en la piel, sistema nervioso y sangre de los animales. En cambio, los científicos se han encontrado con numerosos problemas para originar una deficiencia de vitamina B6 en los humanos adultos. En algunos extremos experimentales, se ha descubierto la aparición de ciertos trastornos epidérmicos.

     Efectos de exceso

     Aunque todavía no se ha descubierto el daño que puede provocar su ingestión excesiva en el organismo humano, diversos experimentos efectuados sobre ratas demuestran que su administración excesiva puede causar síntomas generales de intoxicación. 

                      Ácido pantoténico

     Descubrimiento

     Los científicos lograron aislar el ácido pantoténico en el año 1938. Dos años después, sintetizaron esta vitamina en el laboratorio.

     Unidad de medida

     El ácido pantoténico, también conocido como vitamina B5, se mide en miligramos.

     Características químicas

     A pesar de su relativa estabilidad, los alimentos cocinados pierden gran parte de su contenido.

     Fisiología y funciones

     El ácido pantoténico es una parte de la coenzima A, una sustancia orgánica que juega un papel fundamental en numerosos procesos metabólicos celulares.

     Requerimientos

     El ser humano requiere aproximadamente entre cuatro y ocho miligramos diarios de vitamina B5.

     Fuentes

     Entre las fuentes más significativas de ácido pantoténico debemos destacar las frutas, las hortalizas, los brotes de legumbres y los brotes de granos.

Efectos de deficiencia

     Las fuentes de vitamina B5, o ácido pantoténico, son muy amplias y variadas, lo que facilita su obtención. Por esta razón, una condición ocasionada por una falta de ácido pantoténico sólo es posible en los laboratorios. Entre los síntomas más importantes destacamos la aparición de vómito, fatiga, sentimiento de enfermedad general, dolores abdominales, calambres, cambios de personalidad y anormalidades sanguíneas.

     Efectos de exceso

     El único síntoma que hasta el momento se ha relacionado con la ingestión excesiva de ácido pantoténico es la diarrea.

                           Biotina

     Descubrimiento

     El descubrimiento de la biotina tuvo lugar antes de la II Guerra Mundial, cuando se administraron grandes cantidades de huevos crudos a diversos animales. Los científicos descubrieron que el huevo crudo contenía avidina, una sustancia que inactiva la biotina. Por esta razón, debemos señalar que una dieta rica en huevos crudos provoca la aparición de males carenciales entre los animales.

     Unidad de medida

     Las cantidades de biotina se expresan en microgramos.

     Características químicas

     Esta vitamina es estable al calor y a la luz, pero sensible a la acción del oxígeno.

     Fisiología y funciones

     El organismo utiliza la biotina como coenzimas para garantizar el desarrollo normal del proceso metabólico de las proteínas, los hidratos de carbono y las grasas.

     Requerimientos

     Los adultos necesitan diariamente unos ciento cincuenta microgramos de biotina.

     Fuentes

     Podemos obtener la cantidad necesaria de biotina mediante la ingestión de nueces, semillas y brotes de legumbre.

     Efectos de deficiencia

     La ingestión de huevos crudos provoca el origen de problemas relacionados con la falta de biotina. Algunos de los síntomas más significativos son la aparición de trastornos epidérmicos, fatiga, dolores musculares, pérdida de apetito, nausea y anormalidades sanguíneas.

     Efectos de exceso

     Todavía no se han descrito los efectos provocado por la ingestión excesiva de esta vitamina.

                        Vitamina B12

     Descubrimiento

     La vitamina B12 no se identificó químicamente hasta 1955. Sin embargo, los especialistas comenzaron a utilizar alimentos de un gran valor vitamínico (hígado) para combatir la anemia perniciosa durante los primeros años de 1920.

     Unidad de medida

     Las cantidades de esta vitamina se expresan en microgramos.

     Características químicas

     La acción del calor no daña en absoluto la vitamina B12, pero la luz la inactiva. Los alimentos cocinados pierden sólo una pequeña parte de su valor vitamínico (vitamina B12).

     Fisiología

     La fisiología de la vitamina B12 es muy compleja. Antes de absorberse en los vasos sanguíneos, el organismo debe combinar esta vitamina con una sustancia secretada en el estómago, un factor intrínseco. El producto resultante de esta combinación sólo puede absorberse en el extremo final del intestino delgado, el íleon terminal. La falta de factor intrínseco puede provocar el inicio de una enfermedad estomacal, conocida con el nombre de anemia perniciosa. Es esta carencia de factor intrínseco, y no la falta de vitamina B12, la que origina dicha condición patogénica.

     Función

     Todas las células orgánicas necesitan la presencia de vitamina B12 para iniciar sus procesos con total normalidad. Sin embargo, algunos tejidos y órganos, como el conducto gastrointestinal, el sistema nervioso y la médula ósea (región donde se generan las células sanguíneas), requieren más cantidad que otros.

     Requerimientos

     Los recién nacidos y los niños necesitan aproximadamente entre un microgramo y medio de vitamina B12 y dos microgramos. Esta cantidad aumenta paulatinamente en relación con la edad hasta alcanzar los tres microgramos diarios requeridos por un ser adulto. Las mujeres en período de embarazo o de lactancia deberían consumir un microgramo adicional.

     Fuentes

     Deberíamos considerar la vitamina B12 como la «némesis de los vegetarianos», ya que los especialistas nutricionales consideran que sólo se encuentra en alimentos animales (carne, huevo y productos lácteos) y que no existe ninguna fuente vegetariana (frutas, hortalizas, semillas, nueces, brotes de legumbres o brotes de semillas). Sin embargo, debemos señalar que muchos de estos productos vegetarianos contienen pequeñas cantidades de vitamina B12, ya que las bacterias que la crean habitan en cualquier parte de la naturaleza. Asimismo, diversos experimentos científicos han demostrado que las bacterias que se encuentran en el interior del intestino pueden generar esta vitamina. Aunque es cierto que la mayoría de los vegetarianos tienen unos niveles de vitamina B12 en la sangre muy bajos, no existe ningún caso documentado de un vegetariano que haya enfermado por falta de esta vitamina. Por esta razón, debemos afirmar que no existe ningún motivo para considerar la vitamina B12 como la «némesis de los vegetarianos».

     Efectos de deficiencia

     Cuando el organismo presiente una deficiencia significativa de vitamina B12, puede originar una anemia perniciosa. Como resultado directo de esta condición, se originan menos glóbulos rojos en la médula ósea. En aquellos casos en los que la deficiencia vitamínica sea extrema, podrían originarse trastornos en el sistema nervioso caracterizados por sensaciones de «cosquilleos» en las manos y en los pies, depresiones mentales y desequilibrios psíquicos.

     Efectos de exceso

     No se han descrito los síntomas provocados por una ingestión excesiva de vitamina B12.

                        Ácido fólico

     Descubrimiento

     A comienzos del siglo veinte, se descubrió una sustancia orgánica desconocida, distinta del resto de vitaminas, cuya importancia en la salud de los animales era fundamental. Durante la década de los cuarenta, se describió la estructura médica del ácido fólico. Su nombre procede del término latino folium, cuyo significado era «hoja», porque se encuentra principalmente en las hojas de las plantas.

     Unidad de medida

     Las cantidades de ácido fólico se expresan en microgramos.

     Características químicas

     Los alimentos cocinados pierden la mayor parte de su valor vitamínico (fólico), ya que esta vitamina no es estable a la acción del calor o la luz.

     Fisiología y funciones

     El organismo necesita el ácido fólico para garantizar el desarrollo y funcionamiento de los materiales genéticos de las células (ADN) y para facilitar el metabolismo de la proteína y otras sustancias orgánicas.

     Requerimientos

     Los adultos requieren 400 microgramos de ácido fólico al día. Durante el embarazo, la mujer necesita 400 microgramos adicionales, mientras que en el período de lactancia, necesitan 200 microgramos adicionales. Las necesidades de los niños son, por supuesto, inferiores y sólo requieren unos cincuenta microgramos diarios.

     Fuentes

     Las mejores fuentes de ácido fólico son las verduras y los brotes de granos.

     Efectos de deficiencia

     La falta de ácido fólico va unida directamente a la aparición de una anemia. Si la anemia se debe a una falta de vitamina B12 y se consume la cantidad necesaria de ácido fólico, el organismo podrá corregir la anemia. Sin embargo, los trastornos nerviosos ocasionados por la deficiencia de vitamina B12 no pueden solucionarse con la ingestión de ácido fólico.

     Efectos de exceso

     Todavía no se han descubierto los síntomas ocasionados por la ingestión masiva de esta vitamina.

                 PREGUNTAS SOBRE LA LECCIÓN

PREGUNTA: ¿Carece la dieta que consumimos hoy en día de las vitaminas necesarias? ¿Puede considerarse éste como el principal problema de nuestra dieta?

RESPUESTA: No. Aunque en muchos casos se ha demostrado que la dieta convencional carece de las cantidades vitamínicas necesarias, no podemos considerarlo como el principal problema de esta dieta. El gran problema radica en la ingestión continua de sustancias tóxicas, calorías, grasas, proteínas y azúcar. La administración de suplementos vitamínicos no aliviará ni solucionará los problemas que ocasionan los excesos en la dieta occidental. 

PREGUNTA: ¿Debería tomar complementos vitamínicos?

RESPUESTA: Si consume simplemente alimentos sanos, sin refinar y sin estar cocinados, no debería ingerir suplementos vitamínicos.

PREGUNTA: ¿Si obtenemos de nuestra dieta la cantidad precisa de vitaminas, ayudan en algún sentido las vitaminas adicionales?

RESPUESTA: Por supuesto que no. El cuerpo humano puede utilizar sólo una cantidad limitada de vitaminas y cualquier exceso provoca, por lo general, daños en el organismo.

PREGUNTA: ¿Necesitamos ingerir más vitaminas cuando padecemos situaciones estresantes ocasionadas por el tabaco, la contaminación o el trabajo?

RESPUESTA: Sí, y esta cantidad extraordinaria se obtiene fácilmente de los alimentos ingeridos.

PREGUNTA: La deficiencia vitamínica suele provocar la aparición de determinadas enfermedades, como la pérdida de vista nocturna ocasionada por la ausencia de vitamina A. ¿Si una dieta contiene suficiente vitamina A y una persona continua padeciendo trastornos visuales, es preciso ingerir más vitamina A para solventar el problema?

RESPUESTA: No. La ingestión de vitamina A solucionará sólo la deficiencia de vitamina A y con ello los trastornos relacionados con su carencia. Existen numerosas causas de problemas oculares y otros síntomas que se desarrollan cuando existe una deficiencia vitamínica.

PREGUNTA: Sé que la administración masiva de vitamina A y D puede ser perjudicial para nuestra salud. Ahora bien, he oído que el consumo excesivo de vitaminas hidrosolubles, como las vitaminas C y B, es también perjudicial. ¿Es cierto?

RESPUESTA: No. Aunque el organismo puede eliminar rápidamente los excesos de vitaminas C y B, éste sufrirá daños antes y durante la eliminación.

                RESUMEN DE LA NOVENA LECCIÓN

     En esta lección analizamos uno de los temas más importantes de la ciencia de la nutrición, las vitaminas. Su interés radica en dos hechos significativos, su importancia en la nutrición y el gran interés que levanta entre el público.

     Cuando finalice la lección, sabrá que la dieta higienista contiene todas las vitaminas que necesita el organismo y suministra las condiciones apropiadas para que el cuerpo pueda sintetizar las vitaminas que requiere. Asimismo, comprenderá que el ser humano no necesita, bajo ningún concepto, la ingestión de complementos vitamínicos (en forma de pastillas).

     También se discuten los problemas que origina la ingestión masiva de vitaminas. Cualquier persona que consuma más vitaminas de las que pueda obtener fácilmente de los alimentos, tendrá problemas de salud.

     Aunque es importante conocer los detalles de cada una de las vitaminas, el estudiante no debería preocuparse demasiado por estos datos. Una de los objetivos principales de esta lección es mostrarle cómo la naturaleza nos suministra nuestras necesidades mediante una dieta normal (natural). Deberíamos consumir y disfrutar de los alimentos que obtenemos sin preocuparnos, más de lo estrictamente necesario, de su contenido vitamínico. Eso sí, debemos tener presente que sean alimentos naturales, no refinados, ni cocinados. Cuando ingerimos una dieta sana, ni la contaminación, ni el estrés pueden provocar una malnutrición vitamínica.    

                   TEXTOS COMPLEMENTARIOS

        Las sobredosis de vitaminas pueden perjudicar

                     seriamente su salud

           Doctor en quiropráctica, Alan Immerman

     Aunque pueda parecerle sorprendente, la ingestión excesiva de vitaminas ─especialmente las vitaminas liposolubles─ puede ser peligroso para su salud. De hecho, la terapia basada en el uso de sobredosis vitamínicas implica tantos riesgos como cualquier otra terapia que utilice sustancias farmacológicas. Al igual que sucede con los otros medicamentos, la administración masiva de vitaminas puede provocar efectos secundarios y otros trastornos de suma gravedad.

     A lo largo de mi vida, he ingerido grandes dosis de vitaminas. Solía leer muchas de las revistas que se venden en las herboristerías y tiendas naturistas y llegaba a creer todo lo que leía. Estaba convencido de que el consumo de grandes dosis de vitamina C «prevenía» y «curaba» los resfriados y que algunas de las vitaminas B complejas podían calmar mis emociones de forma «natural» sin provocar efectos secundarios. Creía que la vitamina E en grandes dosis podía prevenir la aparición de trastornos cardiovasculares y retardar el proceso senil. Estaba completamente convencido de mi fortaleza diaria, aunque nunca sentía ninguna mejoría al consumir los complementos vitamínicos.

     Entonces, todo cambió. Comencé a leer algunos libros especializados y diversos artículos científicos hasta el punto de que me olvidé de mis libros adquiridos en las herboristerias. Estudié la bioquímica de las vitaminas (obtuve la licenciatura de químicas) y analicé diversos estudios científicos que investigaban los posibles efectos secundarios de las vitaminas. Quedé sumamente sorprendido de todo lo que descubrí.

     En primer lugar, debemos dejar claro qué entendemos por «sobredosis vitamínica». Cuando hablamos de una sobredosis de vitaminas, nos referimos a un nivel de dosis que nunca podría obtenerse de los alimentos. A modo de ejemplo, si ingerimos una gran cantidad de frutas y hortalizas, podremos obtener entre 500 y 1.000 miligramos de vitamina C al día. Aunque la recomendación dietética adecuada (RDA) es de 60 miligramos, podemos superar esta cantidad veinte veces mediante una dieta natural. Teniendo en cuenta estos datos, podemos hablar de una sobredosis de vitamina C, cuando el nivel de ingestión supere los dos gramos diarios (2.000 mg). Aunque pueda parecer una cantidad bastante elevada, tenga presente que algunos organismos cifran la cantidad recomendable de vitamina C en torno a los cinco y diez gramos diarios.

     Cuando se ingieren grandes dosis de vitaminas, éstas actúan en el organismo como verdaderas drogas y no como elementos nutritivos. Si la dosis supera la cantidad requerida, el organismo no puede utilizar las vitaminas ingeridas y debe generar un excedente vitamínico que se depositará en los vasos sanguíneos, los que provocará la aparición de efectos tóxicos.

     Los defensores de las sobredosis vitamínicas argumentan que los requerimientos vitamínicos difieren de una persona a otra (individualidad bioquímica). Esto es cierto, pero sus conclusiones ─defienden que algunas personas deben ingerir, por ello, dosis superiores de vitamina─ son falsas. Las recomendaciones dietéticas adecuadas contienen la cantidad de vitaminas requeridas por el organismo, ya que se formularon teniendo en cuenta la individualidad bioquímica. También tienen presente el hecho de que ciertas personas necesitan más cantidad de una vitamina que de otra, compensando así el desequilibrio existente con algunas vitaminas, como la vitamina E.

     Por otro lado, sus defensores defienden y reclaman que el organismo utiliza las dosis masivas de vitaminas como elementos nutritivos. Recuerde que un nutriente, o sustancia nutritiva, participa en los procesos fisiológicos normales sin provocar ningún daño al sistema. Sin embargo, otros elementos como los fármacos, sustancias que el organismo no utiliza, sí causan trastornos en el interior del sistema. Los estudios científicos han demostrado que las sobredosis de vitaminas pueden provocar la aparición de numerosas condiciones patológicas en el organismo. Por esta razón, debemos clasificarlas como sustancias tóxicas o drogas.

     Nuestros organismos se encuentran perfectamente capacitados para utilizar aquellos nutrientes que se administran moderadamente. Sin embargo, cuando consumimos una dosis que supera nuestras capacidades, el cuerpo humano sufre las consecuencias. Todos hemos escuchado algunos casos extremadamente extraños de personas que mueren después de ingerir demasiada agua. Lo mismo sucede con las vitaminas, la ingestión masiva de un producto beneficioso es perjudicial para la salud.

     Experimentos como el que vamos a analizar a continuación son usuales en el mundo científico. Después de suministrar durante varias semanas sobredosis de vitamina B3 (niacina) a un grupo de personas, los científicos descubrieron que el 45 % de los pacientes sufrieron trastornos hepáticos; entre el 50 y el 66 % sufrieron un aumento anormal del nivel de azúcar en la sangre; entre el 62 y el 78 por ciento alcazaron unos niveles de ácido úrico muy peligrosos y entre el 20 y el 40 por ciento de los individuos padecieron «problemas gastrointestinales» (estomacales). Estos análisis se realizaron antes y después de cada dosis.

     Aunque pueda parecernos imposible que nuestra buena amiga la niacina sea perjudicial si se ingiere en grandes dosis, debemos asimilarlo si queremos alinear nuestra creencia con la realidad.

     Los especialistas siempre han recomendado dosis importantes de niacina para combatir los bajos niveles de colesterol y para controlar los síntomas de la esquizofrenia. Desde mi punto de vista, sugiero se analicen y utilicen otras formas menos peligrosas para luchar contra estos problemas (por ejemplo, la disminución de carne y huevo en su dieta).

     Las sobredosis de vitamina C son también potencialmente peligrosas. Si no, considere los siguientes efectos secundarios: irritación de la capa intestinal; formación de cálculos renales; interferencia en los procesos metabólicos del hierro, cobre, vitamina A y minerales óseos; daños en el aparato reproductor, provocando, con ello, la infertilidad del paciente y la muerte del feto; diabetes; y el escorbuto. Esta última enfermedad, el escorbuto, es una condición patogénica provocada por la falta de vitamina C. Si consume grandes dosis de vitamina C durante bastante tiempo (meses), su organismo aumentará su nivel de eliminación de esta vitamina (el organismo nos comunica que sus reservas de vitamina C se encuentran al máximo). Una vez que finalice la ingestión excesiva de esta vitamina, sufrirá una deficiencia vitamínica, ya que el organismo requiere un tiempo (a veces varias semanas) para ajustar su nivel de eliminación.

     ¿No le parece una medida segura? Es preferible sufrir las consecuencias de un resfriado uno o dos días, que padecer los efectos secundarios de una sobredosis de vitamina C. Además, recuerde que el resfriado es realmente un proceso de desintoxicación que debería permanecer inalterado, ningún producto, ni siquiera una vitamina, supuestamente ventajosa, debería interferir en su funcionamiento.     

     La tercera vitamina que se ha investigado en profundidad es la vitamina E. Se ha descubierto que la sobredosis de esta vitamina (por encima de las 100 unidades diarias) provoca una acumulación de colesterina en los vasos sanguíneos que aumenta el nivel de grasa en la sangre; interfiere en los procesos de coagulación sanguínea; acelera la aparición de tumores pulmonares; interfiere en la absorción de vitamina A y el hierro; causa daños gastrointestinales; provoca la aparición de sarpullidos en la piel; interfiere en el funcionamiento de las glándulas tiroides; y daña los músculos. Como puede observar, la vitamina E también puede funcionar como sustancias tóxicas si se consume excesivamente.

     Todos los nutricionistas reconocen los riesgos que implica la ingestión de grandes dosis de vitamina A y D. De esta forma, aceptan que el consumo masivo de vitamina A provoca en el organismo efectos negativos como la fatiga, sentimiento generalizado de enfermedad, malestar estomacal, dolores en las articulaciones y los huesos, dolores de cabeza agudos, insomnio y cansancio, transpiración nocturna, pérdida de pelo, uñas quebradizas, estreñimiento, menstruación irregular, inestabilidad emocional, piel escamosa y rugosa, y otros síntomas. Las sobredosis de vitamina D pueden provocar nauseas, diarreas, pérdida de peso, trastorno hepático y otros problemas.

     No puedo refutar los argumentos de aquellos que defienden que las sobredosis de vitamina cambiarán sus sentimientos. Aunque ellos tampoco tengan, en la mayoría de los casos, pruebas científicas que lo demuestren. Sin embargo, debemos señalar que los sentimientos no pueden considerarse como un criterio válido para juzgar la ingestión masiva de vitaminas. Si fuera así, tendríamos que considerar las drogas como sustancias netamente ventajosas para nuestra salud, ya que ambas situaciones, las drogas y las sobredosis de vitaminas, pueden alterar sus patrones sentimentales. Si consume mucha vitamina C, existe una ligera probabilidad de reducir los síntomas del resfriado, debido al efecto tranquilizante iniciado por la antihistamina (una sustancia no nutritiva). Lo mismo sucede si padece de artritis e ingiere cortisona, podrá sentir un ligero alivio en el dolor de las articulaciones. Sin embargo, en ambos casos las sustancias poseen efectos secundarios y debemos recordar que no atacan directamente a la causa del problema, sino a sus síntomas. De hecho, ambos elementos provocarán la aparición de otros problemas.

     Pero esto no es todo. Si pretende curar sus condiciones patológicas con la ingestión de vitaminas, puede ocultar la existencia de una enfermedad grave hasta que provoque un daño irreparable. De esta forma, si sufre una condición anémica provocada por una deficiencia de vitamina B12 y consume ácido fólico, esta sustancia corregirá la anemia, pero el problema del sistema nervioso continuará mientras exista dicha deficiencia vitamínica.

     Las sobredosis de vitamina C enmascara la cantidad de azúcar existente en la orina (un indicador común de la gravedad de la diabetes) y la cantidad de sangre presente en las cámaras, interfiriendo en las pruebas que se efectúen para descubrir la existencia de cáncer en el intestino delgado.

     Cuando descubra el origen de su problema, no trate de solucionarlo con sobredosis de vitaminas. Si le sirve de consuelo, su utilización sólo será sintomática. La causa de su problema permanece inmóvil, mientras que la ingestión excesiva de vitaminas puede provocar el inicio de numerosas condiciones originadas por sus efectos secundarios.               

                                                                                                                                                                                            Vitaminas y enfermedad, relación causa efecto

                          Marti Fry

     Las enseñanzas médicas convencionales atribuyen la aparición de enfermedades a las bacterias y virus, a los trastornos hereditarios o genéticos y a la falta de vitaminas u otros elementos nutritivos. Sin embargo, no culpan a los hábitos y la forma de vida de aquellas personas que caen enfermas ─excepto en casos de males carenciales─. Creen que la ingestión de suplementos nutritivos puede resolver los problemas («curar» las enfermedades) originados por la falta de nutrientes. Por esta razón, suelen recetar el consumo de complementos y recomendar la ingestión de alimentos ricos en sustancias nutritivas. Así, cuando se observa un mal carencial provocado por una deficiencia vitamínica, los especialistas recomiendan el consumo de naranjas y tomates (para combatir la falta de vitamina C) o la ingestión de zanahorias y otros alimentos anaranjados (en caso de deficiencia de vitamina A). Sin embargo, la popularidad actual de los suplementos alimenticios entre «las medicinas alternativas», e incluso entre los médicos convencionales, ha realzado la preferencia por el consumo de pastillas y recetas complementarias.

     El problema no radica simplemente en la prescripción o recomendación de tales productos. Estos médicos alternativos o convencionales caen en un grave error, lejos de aceptar las verdaderas causas de la enfermedad, la toxemia y la enervación, continúan culpando a las bacterias, a los virus, a los trastornos genéticos o hereditarios o a la falta de elementos nutritivos. La enfermedad surge como consecuencia directa de la disminución de energía nerviosa, la retención de toxinas y el consumo de sustancias tóxicas (fármacos o alimentos erróneos).

     Aunque los «curanderos alternativos» reconocen que las enfermedades son procesos orgánicos que el propio cuerpo inicia para eliminar las toxinas existentes en el organismo, se preocupan más por suministrar los complementos nutritivos necesarios para equilibrar una deficiencia nutritiva, que por eliminar las causas verdaderas de las enfermedades, la toxicidad orgánica. La única forma de restaurar la salud de forma eficaz y permanente es suministrando las necesidades esenciales de la vida como recomienda nuestra filosofía higienista y eliminando las causas que provocan la aparición de enfermedades.

     A diferencia de lo que puedan pensar muchas personas, la mayoría de las enfermedades que azotan hoy en día a la humanidad no tienen su origen en una deficiencia vitamínica. Por ello, intentar prevenir o curar enfermedades consumiendo más vitaminas, proteínas u otros elementos nutritivos, es incorrecto. Asimismo, debemos señalar que las vitaminas no son sustancias desintoxicantes que puedan asistir al organismo en sus procesos de limpieza orgánica. Si se consumen en grandes cantidades, pueden actuar como drogas, aumentando la carga tóxica existente en el interior del cuerpo. En cambio, si se ingieren moderadamente, a través de alimentos naturales, pueden ejecutar numerosas funciones importantes. No deberíamos interferir en el funcionamiento normal del organismo, ni siquiera utilizando complementos vitamínicos que actúen sobre el problema como lo hacen los fármacos o las drogas. 

               ¿Por qué son tan altas las RDA?

                          T.C. Fry

     Antes de iniciar una discusión sobre cómo se establecen las RDA, sería conveniente distinguir qué entendemos por recomendaciones dietéticas adecuadas (RDA)y requerimientos diarios mínimos (RDM), ya que no es lo mismo, aunque éstos también se hayan establecidos por encima de la realidad.

     El Consejo de Alimentación y Nutrición estadounidense es el encargado de establecer las recomendaciones dietéticas adecuadas. Mientras tanto, el Ministerio estadounidense de Alimentación y Fármacos es el encargado de elaborar los requerimientos diarios mínimos, datos que deben aparecer obligatoriamente en la etiqueta de todos los productos procesados. Como puede deducir, ambas recomendaciones son muy similares, aunque existen ciertas diferencias. El requerimiento mínimo de un alimento se refiere, supuestamente, a la cantidad mínima que un individuo puede ingerir para satisfacer sus necesidades alimenticias, mientras que la recomendación dietética indica la cantidad de alimento idónea. Obviamente, las recomendaciones son más elevadas que los requerimientos mínimos.

     Cuando el Consejo Superior de Investigaciones Científicas estadounidenses elabora las recomendaciones dietéticas adecuadas (RDA) de cada alimento, utiliza un criterio para cada nutriente, vitamina o mineral, y fija sus necesidades utilizando el requerimiento mínimo de dicho elemento como punto de partida. De esta forma, si el requerimiento mínimo de la vitamina C es de 15 miligramos diarios (recomendación establecida en casi todo los países), el Consejo Superior de Investigaciones Científicas considera que puede existir un 30 por ciento de diferencia entre un individuo y otro a la hora de asimilar dicha vitamina, por lo que añade un 30 por ciento a la cantidad mínima establecida. Ahora, en vez de consumir 19,5 miligramos, debemos consumir 30 miligramos.

     Pero eso no es todo, este organismo concede al elemento (en este caso vitamina C) un valor biológico de 2/3, aunque no detalla por qué desaparece el tercio restante, ¿podría ser por la acción del proceso culinario o al sintetizar la vitamina? Como margen de seguridad, la recomendación permite un 100 % extra.

     Así, según las recomendaciones dietéticas adecuadas, un individuo que pese unos sesenta y ocho kilos tendrá que consumir 60 miligramos de vitamina C al día, cuando 15 ó 20 miligramos diarios serían suficientes para satisfacer sus necesidades. Afortunadamente, esta vitamina hidrosoluble puede expulsarse fácilmente en su forma natural, por lo que una ingestión diaria de 60 mg no es realmente peligrosa. De hecho, una dieta natural puede suministrar diariamente entre 200 y 500 mg diarios.

     Aunque en este caso las recomendaciones de vitamina C no son sumamente peligrosas para el organismo, a pesar de superar considerablemente sus necesidades, otros elementos pueden provocar una sobrealimentación y originar numerosos problemas patológicos. Las personas consideran estas recomendaciones como mínimos, por lo que suelen aumentar la cantidad ingerida para asegurarse. En el caso de las proteínas, esta es una de las principales causas de enfermedad.

     Como higienista, debe tener siempre presente que cuanto más sano esté, más preparado se encontrará su organismo para sobrepasar la línea. El valor nutritivo de los elementos que conforman una dieta adecuada roza el 100 por cien de efectividad, ya que los alimentos ingeridos no sufren las consecuencias de los procesos de elaboración y procesamiento. Es más, sus nutrientes se hallan en armonía con las adaptaciones y capacidades digestivas del ser humano. La persona sana puede aprovechar al cien por cien los alimentos ingeridos. Sin embargo, las recomendaciones dietéticas de los alimentos superan las necesidades entre un 200 y un 2.000 por ciento.

     Por qué entrar en un laberinto de números y tablas cuando podemos obtener todas nuestras necesidades nutritivas con un gran margen de seguridad a través de una dieta modesta, compuesta principalmente de frutas, hortalizas, nueces, semillas y algunos frutos secos. Todo lo que tenemos que hacer es ingerirlos en su estado natural para garantizar su integridad nutritiva y evitar, así, cualquier toxicidad.   

                 La vitamina B12 y su dieta

                    Doctor Alan Immerman

                  Informe de investigación

     Si no consume carne animal, este informe disipará todos sus temores sobre la deficiencia vitamínica.

     Una de las preocupaciones más comunes entre los vegetarianos es la posible deficiencia de vitamina B12. Afirmaciones como la que aparece en la prestigiosa revista Nutrition Reviews, «El vegetarianismo estricto que se practica en los países occidentales es sólo una moda pasajera que puede traer consigo graves consecuencias», dan rienda suelta a todo tipo de especulaciones sobre las consecuencias de una deficiencia de vitamina B12. Sin embargo, ¿cómo podemos estar seguro de los datos y los hechos?

     En primer lugar, no puede afirmarse que los vegetarianos consuman muy pocas vitaminas B12, a menos que se demuestre que exista una verdadera deficiencia. Por tanto, lo primero que debemos especificar, si queremos analizar todos los datos con eficacia, es cómo determinar dicha deficiencia.

     Para afirmar que una persona carece de la cantidad necesaria de vitamina B12, debemos asegurarnos que se dan las siguientes características:

1. El individuo no ha respetado el requerimiento diario       mínimo de vitamina B12.

2. El nivel de vitamina B12 en la sangre es anormalmente      bajo.

3. Existe una absorción normal de vitamina B12.

4. El individuo padece alguna de las enfermedades             relacionadas con la falta de vitamina B12 ─un tipo         especial de anemia (megaloblástica) y/o la degeneración     del sistema nervioso.   

5. El consumo de pequeñas cantidades de alimentos que         contengan vitamina B12 elimina las señales y los síntomas     de estas enfermedades.

     Si no se cumplen estos requisitos, la condición carencial no puede achacarse simplemente a una deficiencia dietética. Existen otras situaciones que también pueden provocar una deficiencia de vitamina B12, entre ellas destacamos los trastornos gastrointestinales o estomacales (estas enfermedades inhiben la producción del factor intrínseco, una sustancia química que el organismo requiere para absorber la vitamina B12); trastornos intestinales (pueden interferir en el transcurso normal de la absorción); problemas hepáticos o renales (pueden aumentar la pérdida de vitamina B12); la ingestión de bebidas alcohólicas; el consumo de tabaco; la administración de ciertas sustancias farmacológicas, como la neomicina y las píldoras anticonceptivas; etc. A menos que aparezcan los cinco criterios anteriormente analizados, no podemos diagnosticar como una deficiencia dietética la falta de vitamina B12.

     Imaginemos una persona vegetariana de 58 años de edad que visita a su médico porque sufre problemas con su sistema nervioso. Al comentar que sólo consume productos vegetarianos, el médico relacionará inmediatamente los síntomas con una falta de vitamina B12 y recetará la ingestión de grandes dosis de complementos vitamínicos. Sin embargo, no efectúa ninguna exploración para determinar si su paciente puede absorber con facilidad dicha vitamina. Al no determinar su capacidad absorbedora, el médico no puede especificar con seguridad si el problema radica simplemente en la deficiencia vitamínica, ya que el paciente podría sufrir una anemia perniciosa, condición provocada por la ausencia del factor intrínseco necesario para efectuar la absorción.

     También podría darse el caso de un vegetariano que después de someterse a un simple análisis de sangre descubre que el nivel de vitamina B12 se encuentra por debajo de lo normal. La primera reacción del médico será, sin dudas, advertirle del peligro que conlleva su dieta, aunque el paciente se sienta perfectamente. Sin embargo, esta persona no puede catalogarse como deficitario de vitamina B12, al no presentar los síntomas relacionados con la deficiencia de esta vitamina.

     Finalmente analizaremos un tercer caso más complejo. Considere por un instante un vegetariano que sufre una enfermedad relacionada con la falta de vitamina B12. Después de someterse a varias pruebas para especificar su capacidad de absorción (la prueba de Schilling), descubre que puede absorber cualquier producto con eficacia. Los síntomas de dicha enfermedad desaparecen cuando consume las dosis rutinarias de complementos vitamínicos. ¿Podríamos hablar de un caso de deficiencia dietética? No necesariamente, podría tratarse de un caso de mala absorción que las pruebas rutinarias no pueden revelar. A veces, los problemas de absorción sólo se detectan con la utilización de instrumentos sofisticados.

     Estos medios sólo se encuentran en centros de investigación y el método utilizado difiere considerablemente del método convencional y rutinario, ya que el paciente consume sólo pequeñas cantidades de vitamina B12. Por esta razón, el perfecto cumplimiento de la característica número cinco (repuesta positiva al consumo de pequeñas cantidades de vitamina B12) es esencial para determinar la existencia o no de una deficiencia dietética.

     Pos simples y correctos que puedan parecer, muchos de los casos que se ponen como ejemplos en los libros especializados carecen de uno o más de estos criterios. De esta forma, cuando el científico Smith investigó en 1962 a doce vegetarianos, encontró que tres de ellos sufrían algunas de las enfermedades relacionadas con la falta de vitamina B12. Sin embargo, nunca examinó su capacidad de absorción, por lo que su diagnóstico carece de fundamento necesario. Existen incluso casos considerados como deficiencias dietéticas en los que no se detalla si se consumieron o no alimentos que contenían vitamina B12.

     En el año 1967, Verjaal y otros científicos analizaron a un vegetariano que padecía trastornos en el sistema nervioso. Después de realizar varias pruebas, decidieron que el origen del problema se encontraba en la dieta, pero nunca analizaron su capacidad de absorción, ni la respuesta ante el consumo de pequeñas cantidades de vitamina B12. Cuatro años antes, en 1963, Connor discutió junto con otros científicos dos casos en los que tampoco se habían investigado la absorción.

     Mientras preparaba este artículo, he revisado cada uno de los casos relacionados con la deficiencia dietética de vitamina B12 y puedo afirmar que el incumplimiento de los criterios anteriormente citados es un regla y no una excepción.

     Por otro lado, debemos señalar que existen numerosos estudios que demuestran el perfecto estado de salud de los vegetarianos y su gran nivel de vitamina B12. En el año 1954, Hardinge analizó a veintiséis vegetarianos y descubrió que todos se encontraban en perfectas condiciones. Poco después, en 1970, Ellis descubrió lo mismo.

     En 1973, Roberts analizó a 322 vegetarianas indígenas que se encontraban embarazadas. Todas, excepto una, gozaban de un perfecto estado de salud, aunque nunca se determinó si la única que tuvo problemas padecía algún trastorno de absorción. En 1978, Sanders estudió a 34 vegetarianos sin encontrar ningún caso de enfermedad.

     Como conclusión, podemos afirmar que no existe un sólo estudio que pueda afirmar que la deficiencia dietética sea el único responsable de la carencia de vitamina B12 en los vegetarianos. Asimismo, se han realizado numerosas investigaciones que demuestran la existencia de un nutrido grupo de vegetarianos cuyo nivel vitamínico (B12) es excelente. Aunque los nutricionistas occidentales aceptan a regañadientes la veracidad de estos documentos, los doctores indígenas aprueban de buen grado su autenticidad.

     Los indígenas no son vegetarianos estrictos, ya que consumen pequeñas cantidades de productos lácteos. Sin embargo, estas cantidades se encuentran muy por debajo de los canones establecidos por los países occidentales para satisfacer las necesidades de vitamina B12.

     No obstante, «los indígenas vegetarianos que habitan en el continente americano han sobrevivido durante muchos años, procreando generaciones sanas que nunca han comido pescado, ave o carne. No hay ningún indicio por el cual podamos decir que esta población vegetariana, cuya dieta se basa en el consumo de productos lacto-vegetarianos, sea diferente a cualquier otra población no vegetariana».

     Como afirmara el doctor David Reuben, las noticias que condenan la dieta vegetariana como peligrosa «dejarían perplejos a más de 500 millones de hindúes que no conocen el sabor de la carne (con la excepción de la leche materna). La religión hindú surgió aproximadamente hace más de 10.000 años, prácticamente 98 siglos más que «la medicina moderna».

     Ahora bien, cualquier persona podría preguntarse de dónde adquieren los vegetarianos la vitamina B12 si no consumen productos animales, criaturas que contienen en su segundo estómago (rumen) las bacterias que producen esta vitamina.

     No existe ninguna respuesta concreta a dicha pregunta. Sin embargo, el hecho de que la gran mayoría de vegetarianos gocen de buena salud podría servir para aceptar como válida una de las siguientes hipótesis: el organismo absorbe la vitamina B12 generada por las bacterias que habitan en el intestino (éstas se encuentran supuestamente en una zona donde la vitamina no puede absorberse, pero los vegetarianos podrían sufrir una adaptación); el organismo no elimina ninguna vitamina B12, por lo que su necesidad es innecesaria; el individuo consume vitamina B12 a través del agua (destilada o procedente de los manantiales) debido a la contaminación bacterial; se consume accidentalmente insectos o bacterias que contienen vitamina B12; las raíces de las hortalizas que ingerimos contienen vitamina B12, ésta procede del terreno donde las bacterias la han producido; podemos obtener vitamina B12 de aquellos alimentos vegetales que posean vitamina B12 generada por la acción de las bacterias.

     Es cierto que la vitamina B12 se crea sólo por medio de las bacterias, pero no podemos olvidar que éstas se encuentran en todos los lugares, por lo que muchos alimentos vegetales contienen una pequeña cantidad de vitamina B12.

     Por tanto, podemos refutar la amenaza lanzada por la revista Nutrition Reviews, en la cual se afirmaba que la dieta vegetariana podía traer consigo «graves consecuencias». Es más, podríamos afirmar exactamente lo contrario, que dicha dieta sólo tiene «consecuencias beneficiosas» para la salud, ya que ningún vegetariano debe preocuparse por enfermedades tan comunes como los trastornos cardiovasculares, el cáncer de colon o el cáncer de pulmón. La escasa cantidad de grasa existente en la dieta vegetariana reduce considerablemente la probabilidad de contraer alguna de estas enfermedades. Los problemas ocasionados como consecuencia de la falta de vitamina B12 son más hipotéticos que reales.

     Es preciso dejar bien claro que la deficiencia vitamínica sólo es posible si una persona posee un nivel de vitamina B12 en la sangre muy bajo y padece alguna de las enfermedades relacionadas con la falta de vitamina B12. El curso normal de la vida no puede verse interrumpido únicamente por una indicación sanguínea. Ésta debe ir acompañada de algunas de las enfermedades citadas con anterioridad para paralizar el perfecto funcionamiento del organismo.

               ¿Necesitamos ingerir vitaminas?

                   Doctor Alan M. Immerman

     Hace unos meses adquirí unas de esas revistas promocionales que se venden en las herboristerías, Better Nutrition. En su interior encontré un artículo titulado The Care and Feeding of Vitamins en el que se que recomendaba en consumo de complementos vitamínicos. Teniendo en cuenta que este es un tema sobre el que me gustaría discutir algunos puntos fundamentales, estimé oportuno analizarlo desde mi perspectiva. A continuación expongo un punto de vista alternativo respetando el mismo formato y estilo del mencionado artículo, es decir con preguntas y respuestas.

PREGUNTA: Si consumo una buena dieta, ¿por qué tengo que tomar complementos vitamínicos u otros suplementos?

RESPUESTA : El artículo de la revista Better Nutrition (a partir de ahora utilizaremos las siglas BN para referirnos al mencionado artículo) afirmaba que «en su concepto de «dieta ideal» podían faltar algunos de los elementos nutritivos esenciales», asimismo afirmaba que «numerosos expertos nutricionistas» creían necesario la ingestión de complementos nutritivos bajo condiciones estresantes (ingestión de alimentos de bajo valor nutricional, administración de fármacos, acción de la contaminación atmosférica y aparición de enfermedades crónicas).

MI RESPUESTA: Sin lugar a dudas, el concepto que muchas personas tienen sobre cuál es la «dieta ideal» dista mucho de ser el más apropiado. Sin ir más lejos, la ortodoxia nutricional considera adecuado el consumo de la harina enriquecida, a pesar de la pérdida de elementos nutritivos ocasionada por el proceso de elaboración industrial. Esto no significa que debamos utilizar suplementos vitamínicos, sino todo lo contrario, que debemos elegir aquellos alimentos que se adecuen más a nuestras necesidades. Además, debemos señalar que no existe ningún dato que demuestre que el estrés y la contaminación aumentan nuestras necesidades vitamínicas. Si el consumo de sustancias farmacológicas incrementa nuestra necesidad vitamínica, existe un método muy simple de solucionar el problema, evitar, en la medida de lo posible, la ingestión de fármacos.

     Asimismo, el valor nutritivo de los alimentos cultivados con los métodos convencionales de la agricultura actual merece un análisis específico. Las plantas sintetizan todas las vitaminas que necesitan del dióxido de carbono, del agua y de la luz del sol. Por tanto, los alimentos cultivados según los métodos tradicionales contarán con las mismas vitaminas que poseen los productos que crecen orgánicamente.      

     Finalmente, con todo el respeto que se merecen los «expertos» que estiman necesario el consumo de complementos, debemos señalar que la elección de los alimentos adecuados es una posición muy plausible y apoyada por numerosos expertos de gran prestigio.

PREGUNTA: ¿Cuántas vitaminas y minerales necesitamos?

RESPUESTA: (BN). Las recomendaciones dietéticas adecuadas (RDA) se ajustan a personas que gocen de una buena salud y que ronden los veintidós años, ya sean hombres o mujeres. Cualquier persona que no cumpla estos requisitos podría necesitar una cantidad mayor.

MI RESPUESTA: Esta afirmación se escapa de las verdaderas intenciones del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas al fijar las RDA. Al establecer estas recomendaciones, el Consejo abarcó todas las edades y condiciones, no sólo un grupo reducido. Asimismo, las cantidades establecidas superan considerablemente las recomendaciones reales de cada uno de los elementos nutritivos. Estas recomendaciones han sido blanco de numerosas críticas, al catalogarse como muy elevadas. No existe un sólo caso en el que la recomendación vitamínica no supere las necesidades reales. No existe ninguna necesidad de ingerir pastillas vitamínicas.

PREGUNTA: ¿No hay ningún peligro de consumir demasiadas vitaminas o minerales?

RESPUESTA: (BN) No, si se adquieren las cantidades adecuadas. […] No obra en nuestro poder ningún caso que revele trastornos ocasionados por la ingestión masiva de vitamina E. El organismo puede expulsar del organismo los excesos de vitamina B y vitamina C, ambas hidrosolubles, sin ocasionar ningún daño.

MI RESPUESTA: De nuevo nos encontramos ante una afirmación falsa. Aunque el organismo no muestre señales evidentes de trastornos directos, la ingestión de complementos vitamínicos puede provocar daños indirectos. En primer lugar, el individuo puede descuidar su dieta al considerarse protegido por dichos suplementos. Una suposición infundada, ya que estas pastillas carecen de muchos de los elementos esenciales de la nutrición. Se ha demostrado que muchos de estos productos contienen elementos minerales como vanadio, níquel, estaño y silicio, mientras que carecen de algunas de las sustancias esenciales para la vida. Por esta razón, la amenaza de la deficiencia vitamínica perdurará, a menos que se preste sumo cuidado en los alimentos elegidos.

     Asimismo, cualquier persona que afirme que la ingestión masiva de vitaminas E, C o B compleja, no conlleva ningún peligro, no demuestra otra cosa que una gran ignorancia científica. Las sobredosis de niacina (B3) pueden alterar el perfecto funcionamiento del hígado, incrementar los niveles de azúcar y ácido en la sangre y provocar otros problemas. Por otro lado, la ingestión excesiva de vitamina C puede causar irritación (diarrea), cálculos renales, trastornos en el proceso metabólico de los minerales (hierro, cobre, calcio y fósforo), infertilidad e incluso puede provocar la muerte del feto. Finalmente, las sobredosis de vitamina E pueden aumentar el nivel de grasa en la sangre (se encuentra directamente relacionado con la aparición de trastornos cardiovasculares), interferir en el metabolismo de la vitamina A y el hierro, alterar el funcionamiento de las glándulas tiroides y causar fatigas agudas, provocadas posiblemente por el daño muscular.

PREGUNTA: He oído que algunas vitaminas son incompatibles con otras, llegando a alterar sus efectos, por lo que no deberían combinarse

RESPUESTA: (BN) Lo único que debe hacer es consumir sus complementos vitamínicos y olvidar sus preocupaciones.

MI RESPUESTA: Siempre que se intente obtener los elementos nutritivos por vía artificial, es decir a través de la ingestión de complementos nutritivos, existe una probabilidad de riesgo. La mejor forma de obtener sus vitaminas es consumiendo alimentos naturales, la única fuente fiable de nutrientes.

PREGUNTA: ¿Deberían tomar vitaminas los niños y los ancianos?

RESPUESTA: (BN) Los niños deberían consumir vitaminas para «garantizar el perfecto desarrollo de sus huesos, dientes, músculos y órganos». Los ancianos deberían ingerir más complementos vitamínicos, «ya que la edad es un factor debilitador».

MI RESPUESTA: Tanto los niños, como los ancianos necesitan la ingestión de vitaminas. Sin embargo, debemos señalar que la obtención vitamínica por medio del consumo de alimentos realza considerablemente el valor de los nutrientes.

     En definitiva, podemos afirmar que una dieta compuesta principalmente de frutas naturales y hortalizas suministrará nuestras necesidades vitamínica, aportándonos cantidades que superan considerablemente las recomendaciones dietéticas adecuadas. Deberíamos evitar las situaciones estresantes y los ambientes contaminados, pero nunca compensar sus efectos con el consumo de suplementos. Las frutas y hortalizas disponibles en los mercados contienen las cantidades vitamínicas necesarias para garantizar nuestro perfecto estado de salud.

     Además, debemos señalar que el consumo excesivo de vitaminas puede provocar la aparición de numerosas enfermedades, aunque dichas sustancias sean hidrosolubles, como lo son las vitaminas C y B complejas. Recuerde, evite las sobredosis.

          Antivitaminas y antagonistas vitamínicos

                          Marti Fry

     Definición

     Ambos conceptos son muy similares. Antivitamina es el término utilizado para referirnos a «la sustancia que inhibe la acción de la vitamina». Asimismo, un antagonista vitamínico es una sustancia que retarda o impide la acción química de la vitamina en el organismo.

     A continuación analizamos diversos ejemplos de antivitaminas y antagonistas vitamínicos.

        Algunos ejemplos de antagonistas vitamínicos

     Antagonistas de la vitamina A

     Los medicamentos utilizados para retardar la coagulación sanguínea, entre los que destacan la aspirina, el fenobarbitol, los arsénicos y el dicumarol, destruyen la vitamina A en el interior del organismo.

     La formación de nitrosaminas en el estómago y el contacto de las membranas mucosas del tracto respiratorio con sustancias contaminantes (monóxido de carbono, ozono, dióxido de azufre, plomo, hidrocarburos, etc.) inhiben también la acción de la vitamina A. La nitrosamina es un compuesto químico que se obtiene a partir de la unión de nitritos y aminas secundarias. Además, el aceite mineral utilizado como laxante absorbe y destruye la vitamina A y la carotina (sustancia natural que se encuentra en los alimentos y que el organismo utiliza para generar vitamina).

     Antagonistas de la vitamina K

     La cantidad de vitamina K requerida por el ser humano es bastante escasa. Si a ello unimos su elevada presencia en numerosos alimentos y su capacidad de ser sintetizada por las bacterias intestinales, podemos afirmar que la probabilidad de una deficiencia vitamínica es prácticamente inexistente. Sin embargo, la administración constante de antibióticos, como la penicilina, la estreptomicina, la tetraciclina, la cloromicina o la terramicina, suprime el desarrollo bacterial e inhibe, consecuentemente, la síntesis de vitamina K.

     Otros fármacos, como el dicumarol o el hidrocumarol, utilizados para aliviar los síntomas de la trombosis (formación anormal de coágulos de sangre en los vasos sanguíneos), actúan también como antagonistas de la vitamina K. Puesto que la estructura química de estas antivitaminas se asemeja bastante a la estructura de la vitamina K, actúan como anticoagulantes al desactivar la síntesis de la protrombina y otros factores naturales que causan la coagulación.

     Antagonistas de la vitamina C

     Es un dato contrastado y conocido que los fumadores poseen menos vitaminas C que los no fumadores. El doctor W. J. McCormick, físico canadiense, analizó los niveles de vitamina C de unos 6.000 fumadores y descubrió que todos se encontraban por debajo de la media. Datos similares aparecieron el 9 de marzo de 1963 en la prestigiosa revista Lancet, en dicha revista se publicó un artículo que revelaba los hallazgos descubiertos por tres científicos. El doctor en medicina, Frederick Klenner había defendido toda su vida que un sólo cigarro podía destruir hasta 35 miligramos de vitamina C. (La vitamina C no es el único elemento nutritivo eliminado por el tabaco, se ha comprobado como los fumadores contienen menos cantidad de calcio y fósforo que los no fumadores.)

     Asimismo, debemos recordar que la vitamina C reacciona ante la presencia de cualquier sustancia extraña en los vasos sanguíneos. Por ello, debemos considerar como antagonistas de la vitamina C cualquier sustancia farmacológica o elemento contaminante que penetre en el organismo. Algunos de los productos más dañinos para la vitamina C son el cloruro de amoníaco, el estribesterol, el tiuracil, la atropina, los barbitúricos y las antihistaminas. Las bebidas alcohólicas, así como las situaciones estresantes (las operaciones, los desequilibrios emocionales, las presiones, las altas y bajas temperaturas y las drogas) pueden inhibir también la acción de la vitamina C.

     Antagonistas de la vitamina B

     La cortisona es un antagonista de la vitamina B6 (piridoxina). La harina y el azúcar refinado interfieren en el proceso metabólico de los azúcares al carecer de las vitaminas B necesarias para iniciar el metabolismo. Cuando las fábricas alimenticias refinan y procesan estos alimentos, eliminan todas las sustancias vitamínicas existentes en la remolacha, la caña de azúcar y los granos. La falta de elementos nutritivos tan importantes para el ser humano como la vitamina B1, la vitamina B2, la biotina, la colina, la niacina y el magnesio mineral tiene su origen en el consumo de estos dos productos refinados.

     Las bebidas alcohólicas y el café (sustancia que contiene cafeína y otras sustancias nocivas, como el ácido clorogénico) desactivan la acción de la tiamina y otras vitaminas B complejas. Los consumidores de café pueden sufrir males carenciales provocados por la falta de inositol, biotina o tiamina.

     La ingestión de pescado y marisco crudo, incluyendo las ostras, pueden originar la deficiencia de vitaminas B complejas. Por esta razón, la comida japonesa (pescado crudo, como el sashime) es perjudicial para la salud.

     Las píldoras anticonceptivas actúan como antivitaminas, principalmente de la riboflavina, de la vitamina B6, de la vitamina B12 y del ácido fólico. Diversos experimentos, especialmente uno realizado por dos físicos indios, han demostrado que la ingestión de píldoras anticonceptivas disminuye la presencia de riboflavina en el interior del organismo. Asimismo, se ha descubierto que pueden mermar considerablemente la existencia de vitamina B12 y ácido fólico. (El estrógeno presente en las píldoras anticonceptivas anula también la acción de la vitamina E.)

     La aminopterina es el antagonista que actúa con más fuerza contra la folacina (ácido fólico). Los especialistas utilizan esta sustancia para combatir la leucemia, enfermedad provocada por la producción masiva de leucocitos. Aunque su utilización puede aliviar temporalmente los síntomas de la leucemia, no la «cura». Recuerde que el término «curación» no existe, ya que es el propio organismo el que inicia los procesos de «autocuración». Las antivitaminas no pueden participar en estos procesos, sólo interferir en el perfecto desarrollo de la «autocuración».

     Antagonistas minerales

      Casi todos, si no todos, los antagonistas vitamínicos (fármacos y otros elementos nocivos) pueden actuar también como antagonistas minerales. El ácido oxálico, elemento que se encuentra abundantemente en la espinaca, el ruibarbo, la remolacha, la acelga y el chocolate, es un antagonista cálcico. El calcio inhibe la acción del ácido oxálico en el interior del organismo e inutiliza sus efectos tóxicos. Al efectuar este proceso, el calcio pierde su funcionalidad original.

              Algunas antivitaminas específicas

     Las situaciones estresantes son antivitaminas

     Cualquier situación estresante interfiere directamente en el perfecto funcionamiento del cuerpo humano. La ingestión de sustancias farmacológicas desequilibra la balanza orgánica y altera el curso normal de las funciones vitales, al provocar el inicio de numerosos procesos, cuyo fin no es otro que el de eliminar los elementos tóxicos existentes en el interior del cuerpo antes de que dañen seriamente los tejidos y células. Sin embargo, esta no es la única situación que deteriora el funcionamiento orgánico, las operaciones quirúrgicas, los accidentes, el calor y el frío extremo, el sobresfuerzo físico, las emociones fuertes como el miedo, la furia, la preocupación o la pena, son condiciones extremadamente estresantes.

     Cualquiera de estas situaciones puede provocar una disminución importante de vitaminas (tiamina, niacina, ácido fólico, ácido pantoténico y vitamina B12), minerales y proteínas. Asimismo, debemos señalar que ninguna vitamina puede funcionar perfectamente bajo situaciones estresantes.

     Las aspirinas son antivitaminas

     Las aspirinas interfieren en los procesos digestivos y pueden originar úlceras estomacales. Además, impiden la coagulación sanguínea y disminuyen la capacidad celular de absorber la glucosa necesaria para generar energía y calor. Destruyen casi todos los elementos nutritivos, especialmente las vitaminas C y B, así como los minerales calcio y potasio.

     Los antibióticos son antivitaminas

     La penicilina disminuye la capacidad de actuación de la vitamina K y de la vitamina B6. La estreptomicina desactiva la acción del ácido fólico e inhibe al manganeso, un mineral necesario para garantizar el perfecto funcionamiento de varios sistemas enzimáticos.

     Los diuréticos son antivitaminas

     Los diuréticos son medicamentos que facilitan la reducción de peso y aumentan la secreción y excreción de la orina. Todos los diuréticos, incluso aquellos considerados como «naturales» (hierbas), son perjudiciales para la salud, ya que reducen considerablemente los niveles de vitamina B, vitamina C, entre otras, y los niveles de potasio y magnesio. Las personas que consuman dietas que no contengan sales (mineral o marítima) deberían evitar su consumo, ya que las sales son sustancias tóxicas que provocan retenciones de líquido en el interior del organismo. Estos fluidos mantienen las sales en suspensión para evitar cualquier daño a las células y tejidos.

     Los laxantes son antivitaminas

     Como cualquier otro fármaco, natural o no, los laxantes son también antagonistas vitamínicos. El aceite mineral es probablemente el laxante más virulento de todos. Además de absorber las vitaminas liposolubles (A, D, E y K) y la carotina, absorbe los minerales calcio y fósforo, expulsándolos del organismo. (Los hospitales siguen utilizando el aceite mineral como laxante, lo que demuestra, una vez más, la incongruencia sanitaria de la medicina actual.) La persona que base su dieta alimenticia en la ingestión de frutas naturales, hortalizas, brotes, nueces y semillas no tendrá que preocuparse jamás por la utilización de laxantes.

     Las sustancias contaminantes son antivitaminas

     Casi todas las personas consideran necesario el uso de complementos vitamínicos para combatir la acción de los contaminantes existentes en el agua, la tierra y el aire. Sin embargo, debemos recordar que los alimentos naturales (aquellos a los que nos encontramos adaptados biológicamente) son las fuentes vitamínicas más sanas y apropiadas para nuestro organismo, a pesar de los elementos contaminantes que nos rodean.

     Además, podemos controlar y evitar la presencia de contaminantes en cada uno de los productos que consumamos, eligiendo los medios más adecuados. La ingestión exclusiva de agua destilada nos garantiza, con total seguridad, la ausencia de elementos tóxicos. Algo similar sucede con el aire que respiramos. El ser humano puede elegir el lugar más idóneo donde vivir y evitar la contaminación doméstica, sólo de esta forma conseguirá respirar aire puro e impedir la presencia de sustancias contaminantes.

     El sistema de cultivo actual utiliza fertilizantes químicos que contienen un elevado porcentaje de nitrógeno. Este incremento favorece el aumento de la cosecha, aunque merma considerablemente la salud de los consumidores. La formación de nitratos y nitritos desactiva la acción de numerosas vitaminas.

     El doctor E. E. Hatfield advirtió, después de analizar la reacción de diversos animales, que los nitratos y los nitritos reducen sistemáticamente, y con gran sutileza, las reservas de vitamina A existente en el hígado. Al mismo tiempo, descubrió que su presencia desactiva la conversión de carotinas en vitamina A. Según el doctor W. M. Besson, profesor del Departamento de Ciencias de los Animales en la Universidad de Purdue, las frutas verdes contienen más nitratos y menos carotinas que los frutos maduros de los árboles y las viñas.

     La unión de nitritos y aminas en el estómago provoca la formación de nitrosaminas, sustancias altamente cancerígenas, como cualquier otro fármaco o sustancia tóxica. Procure obtener, siempre que le sea posible, productos naturales (silvestres) cuyo proceso de germinación se encuentre en su estado de maduración. Asimismo, tenga siempre presente que adquirir productos naturales para su posterior preparación culinaria (cocción o aliñado), o consumir productos naturales mientras ingiere sustancias farmacológicas, rompe todas las reglas de la racionalidad y el sentido común. Le recomendamos que se preocupe más por las consecuencias de los fármacos y medicamentos, que por el origen de sus alimentos. Aunque lo ideal sería que consumiera simplemente productos naturales y que evitara la administración de sustancias farmacológicas.

     Las sustancias tóxicas presentes en el agua no destilada (agua de manantial, de pozo o del suministro municipal) son también antivitaminas. La presencia de nitrito, cloro, fluoruro, minerales inorgánicos y otros elementos en estas aguas convierten al agua destilada en el único líquido recomendable.

     Lo mismo sucede con los elementos presente en el aire, sustancias como el monóxido de carbono, los hidrocarburos, el plomo, el ozono, el dióxido de azufre y el dióxido de nitrógeno inhiben la acción de las vitaminas A, C y E. El polvo arsénico, presente en los productos sintéticos, reduce la actividad del ácido paraminobenzoico (vitamina PABA). Esta bacteria es fundamental para garantizar el crecimiento y desarrollo de las bacterias intestinales, para asegurar el proceso metabólico de las proteínas, para generar glóbulos rojos y para mantener estable la piel y el pelo.

                         Conclusión

     En este artículo hemos analizado sólo algunas de las antivitaminas y antagonistas vitamínicos más importantes. Sin embargo, debemos señalar que cualquier producto que desestabilice el equilibrio orgánico debe considerarse como antagonista vitamínico, es más como antagonista nutritivo. Cualquier sustancia o práctica que se escape de la normalidad (desde el punto de vista fisiológico), interferirá y alterará el funcionamiento normal del organismo, incluyendo la utilización de vitaminas.

        ¿Qué hacer con los antagonistas vitamínicos?

                          Marti Fry

     Si alguna vez ha leído unos de esos libros o revistas que tratan sobre temas de salud, no le resultará indiferente los términos antagonista vitamínico y antivitamina. A simple vista, considerará estas sustancias como criminales o «ladrones de sus tesoros más preciados: su salud y bienestar». Sin embargo, estas descripciones sólo sirven para dar más fuerza a los textos, pero no para solucionar los verdaderos problemas. Es más, aconsejan y recomiendan soluciones poco efectivas y dolorosas para los sujetos.

     Las drogas, los fármacos, las sustancias contaminantes, las situaciones estresantes, la harina y el azúcar refinado, el café, las bebidas alcohólicas y las píldoras anticonceptivas son elementos inertes y exánimes que carecen de la inteligencia necesaria para penetrar en el interior del cuerpo humano e iniciar un proceso destructivo. Como cualquier otro proceso, los problemas y trastornos orgánicos que tienen lugar en el interior del cuerpo humano tienen un sólo responsable. Desde el simple consumidor al fabricante, inventor o promotor de los productos, el ser humano es el único culpable de la destrucción vitamínica y de la inutilización de los elementos nutritivos consumidos. Sus hábitos alimenticios y su forma de vida debilitan el organismo y desactiva la asimilación de los nutrientes. Como seres humanos, tenemos la obligación de enseñar y propagar una forma de vida sana.  

     Algunas de las revistas más importantes en el mundo de la salud publican artículos tan contundentes como el que aparece en la revista Bestways (septiembre de 1981): «Los fármacos actúan muchas veces como antagonistas nutritivos. Su ingestión puede provocar la destrucción de numerosos elementos nutritivos, acelerar su utilización, impedir su absorción, provocar su expulsión antes de tiempo y, a veces, incluso sustituirlos químicamente». Como podemos observar, la afirmación es clara en su contenido, los fármacos son antagonistas vitamínicos. Sin embargo, su carácter tóxico tiene efectividad sólo en el interior del organismo, o lo que es lo mismo, si el ser humano ingiere sustancias farmacológicas. Lo único que tenemos que hacer es consumir alimentos sanos y evitar cualquier sustancias nociva. Aquellos elementos contaminantes inevitables (las sustancias que se encuentran en el aire y en la tierra) no pueden destruir nuestras reservas vitamínicas. Si adquirimos los elementos necesarios para mantener nuestra salud estable, no tendremos que preocuparnos por una posible deficiencia vitamínica y, por lo tanto, dejaremos de pensar en los suplementos vitamínicos.

     La mejor forma (mejor dicho, la única forma saludable) de solucionar los problemas ocasionados por los antagonistas vitamínicos es alejarse y evitar cualquier hospital, farmacia o médico que recete y venda sustancias farmacológicas, ya sean fármacos o medicamentos. Asimismo, debemos respetar, en la medida de lo posible, nuestro entorno y gozar de una forma de vida sana y tranquila. Los que defienden a ultranza el uso de complementos vitamínicos y nutritivos para combatir los efectos de los fármacos y otras situaciones estresantes se encuentran completamente equivocados. Una dieta adecuada contiene todos los elementos nutritivos que necesitamos y no posee ninguna antivitamina o antagonista vitamínico. Recuerde que sólo existe un camino para alcanzar el perfecto estado de salud, una forma de vida sana y unos hábitos alimenticios correctos.

     Factores que disminuyen las necesidades vitamínicas

                          T. C. Fry

     Las personas sanas poseen una necesidad vitamínica menor que el resto de la población por dos razones muy simples. En primer lugar, porque sus organismos aprovechan mejor aquellos elementos nutritivos que consume. Y en segundo lugar, porque sólo ingieren alimentos sanos, productos que contienen y suministran más nutrientes. Esto explica cómo las personas que gozan de una salud extremadamente buena obtienen más elementos nutritivos, aunque sus necesidades sean menores, que las personas enfermas.

     Numerosas tribus indígenas que habitan en las regiones amazónicas y caribeñas necesitan sólo 15 ó 20 gramos diarios de proteínas, una cantidad notablemente inferior a la recomendada por los organismos oficiales. Estas personas consumen alimentos cuyos porcentajes proteínicos no superan el 0,3 por ciento (mandioca y yuca). Asimismo, su contenido vitamínico, considerado como «anormalmente» bajo, provocaría deficiencias nutritivas en nuestra población enfermiza.

     Sin embargo, no debemos irnos muy lejos para comprobar la existencia en nuestra propia sociedad de personas que poseen  características similares a las anteriormente descritas. De esta forma, si analizamos a un individuo que consume diariamente una dieta compuesta exclusivamente de frutas naturales, comprobaremos que requiere, sin dudas, menos vitaminas que otra que ingiere habitualmente carne, productos lácteos, productos refinados, procesados y conservados, alimentos cocinados, huevos, condimentos y que consuma habitualmente bebidas alcohólicas,  café, tabaco o medicamentos.

     La diferencia, aunque pueda parecernos desproporcionada e injusta, es contundente, aquellas personas que consuman sólo elementos naturales y que eviten la utilización de productos pervertidos, aprovecharán mejor los elementos nutritivos ingeridos, aunque sus necesidades sean menores.

     Cuando más sana sea nuestra forma de vida, menos vitaminas necesitaremos, ya que nuestra capacidad asimilativa será superior. En cambio, si nuestros hábitos alimenticios y nuestro estilo de vida se distancian de los canones naturales, nuestras necesidades nutritivas aumentarán, al disminuir nuestra capacidad asimilativa.

           El ejercicio y el uso de las vitaminas

     Aunque la realización de ejercicios físicos y actividades deportivas aumentan nuestras necesidades vitamínicas, las reacciones que tienen lugar en el interior del organismo incrementan nuestra capacidad y eficacia asimilativa. La toxicidad orgánica se encuentra directamente relacionada con los factores nutritivos. Si respetamos los elementos esenciales de la vida, incluyendo una dieta compuesta principalmente de frutas, hortalizas, nueces y semillas, reduciremos considerablemente el grado de toxicidad existente en el interior del organismo. Esta mejoría se reflejará inmediatamente en cada una de las necesidades, disminuyendo, así, sus requerimientos.

           El equilibrio emocional y las vitaminas

     Cuando hablamos de una condición estable y normal, nos referimos a un estado de perfecto equilibrio emocional. Cualquier alteración en dicho equilibrio repercute directamente en nuestras fuentes, viciando y alterando su condición. Asimismo, aumenta nuestras necesidades vitamínicas al mismo tiempo que trastorna nuestra capacidad de asimilación. Como podemos observar, el equilibrio emocional y el autodominio son factores claves en el proceso nutritivo.

           Los alimentos naturales y las vitaminas  

     Una dieta compuesta básicamente de frutas maduras, hortalizas, nueces y semillas crudas contiene los elementos nutritivos necesarios y aumenta la eficacia orgánica, disminuyendo así las necesidades vitamínicas. Al mismo tiempo, sus elementos contienen un valor nutritivo muy superior al presente en las dietas convencionales, aunque se consuman en menor cantidad.

         Alimentos y hábitos alimenticios adecuados

     El organismo asimila y utiliza con mayor eficacia las vitaminas que proceden de los alimentos que se encuentran en armonía con nuestra herencia biológica. Al necesitar menos energía, el organismo puede contar con más recursos para ejecutar otras acciones y actividades vitales. Asimismo, necesita menos horas de sueño, ya que su eficacia asimilativa reduce considerablemente la cantidad de energía necesaria para iniciar procesos de limpieza.

     La ingestión de una dieta adecuada incrementa la eficacia orgánica, disminuyendo, así, la necesidad nutritiva.

         Factores que inhiben la acción vitamínica.

                         Principios

                          T.C. Fry

     Probablemente haya leído una y otra vez que los fumadores necesitan más vitamina C o que los alcohólicos requieren más vitaminas B complejas. Como cualquier otro vendedor, las revistas de salud resaltan la necesidad vitamínica de aquellas personas que utilizan con asiduidad productos farmacológicos para, así, inducirles al consumo de complementos vitamínicos. Sin embargo, la inhibición vitamínica es el último eslabón de los numerosos trastornos ocasionados por el consumo de sustancias nocivas

(alcohol, tabaco, café, condimentos, productos farmacológicos o cualquier otra droga) o por la acumulación de residuos metabólicos en el interior del organismo.

        Los actores que inhiben la acción vitamínica

                 también destruyen la salud

     Este artículo no tendría ningún sentido si el único problema que tuviéramos que tratar fuera la destrucción vitamínica ocasionada por la ingestión de sustancias tóxicas. Los alimentos naturales solucionarían, con creces, cualquier trastorno que provocaran estas sustancias. Sin embargo, la inhibición y desactivación de las vitaminas representa sólo la punta del iceberg, los problemas orgánicos no terminan simplemente en dicha destrucción.

     Los elementos tóxicos son navajas de tres filos. Nuestra obligación es clasificar como sustancia nociva cualquier elemento perjudicial para la salud, entre ellos destacamos el azúcar, la harina blanca, los alimentos procesados y refinados, los productos cocinados, los productos cárnicos, el café, los condimentos, el tabaco, el alcohol, la marihuana, las hierbas medicinales, los minerales inorgánicos, los productos farmacológicos, los alimentos sintéticos y los suplementos nutritivos.

     Cualquier elemento tóxico provoca una reacción en cadena en el interior del organismo. En primer lugar, se produce una desactivación e inhibición de la acción vitamínica que altera las funciones de las vitaminas, incluso aquellas que se encuentran «enriquecidas». Posteriormente, y como consecuencia directa de la desactivación vitamínica, el organismo solicita la ingestión de más vitaminas para paliar los efectos de la toxicidad. Finalmente, estas sustancias trastornan y dañan nuestras capacidades asimilativas.

     Algunas de las consecuencias directas del uso de sustancias tóxicas son la pérdida de potencia sexual; inhibición de la acción vitamínica; pérdida de los sentidos vitales (gustativo, olfativo, visual, auditivo y táctil); incremento de la fealdad (disposición y apariencia); y pérdida de las facultades mentales.

             El estrés y la reducción vitamínica

     Para entender mejor los efectos del estrés sobre el organismo y sus reservas energéticas, analicemos un ejemplo de mecánica muy simple. Si cruzáramos los cables de una batería, provocaríamos su agotamiento y nos quedaríamos sin energía para arrancar el coche. Algo similar sucede con las situaciones estresantes, éstas merman la energía nerviosa del organismo al mismo tiempo que alteran las funciones orgánicas, aumentando, con ello, el nivel de toxicidad orgánica. Esta acumulación tóxica provoca el inicio de una toxemia y, consecuentemente, la aparición de una enfermedad.

     Los desequilibrios emocionales son, probablemente, las situaciones más peligrosas y dañinas de todas. El dominio de nuestro control interno, así como el perfecto conocimiento de nuestras actitudes filosóficas ayudan a disminuir la acción de estas situaciones.

          La toxemia y la desactivación vitamínica

     La acumulación de toxinas en el interior del cuerpo humano provoca la aparición de diversas condiciones tóxicas. Además de interferir en la labor de las vitaminas e inhibir su acción en el organismo, aumenta la necesidad nutritiva, especialmente los requerimientos vitamínicos. Asimismo, puede alterar considerablemente aquellos órganos y facultades que intervienen en la asimilación y utilización de las vitaminas.

                    Principios aplicables

     A modo de conclusión, enumeraremos tres principios que engloban los conceptos analizados a lo largo de esta lección:

1. Cuanto más dañinos y perjudiciales sean nuestros hábitos alimenticios, menos vitaminas útiles obtendremos.

2. Cuanto más dañinos y perjudiciales sean nuestros hábitos alimenticios, mayor será nuestra necesidad vitamínica.

3. Cuanto más dañinos y perjudiciales sean nuestros hábitos alimenticios, menor será nuestra capacidad de asimilación. 

     En suma, una vez más observamos como los hábitos y las formas de vida insalubres sólo desembocan en malos resultados.

              HOJAS DE TRABAJO. NOVENA LECCIÓN

     Rellene los huecos

1. Las personas que consuman una dieta natural obtendrán sus vitaminas              y              de la síntesis bacterial que tiene lugar en el intestino y no de la dieta.

2. La fuente de vitaminas más eficaz es el            .           

3. La mejor forma de corregir una deficiencia vitamínica es consumiendo             .

4. Las cuatro vitaminas liposolubles son        ,        ,

          y          .

5. El requerimiento dietético de la vitamina C ronda los

                miligramos diarios.

     Verdadero o falso

     1. El organismo puede sintetizar casi todas las vitaminas esenciales.

2. En la actualidad se conocen todas las vitaminas que necesita el ser humano.

3. Los suplementos vitamínicos son necesarios, aún consumiendo una dieta higienista.

4. El organismo puede asimilar sólo una cantidad limitada de una vitamina. Si consumimos más vitaminas de las estrictamente necesarias, el cuerpo humano no podrá utilizarlas como tal.

5. La ingestión excesiva de vitaminas A no reducirá la probabilidad de contraer una enfermedad.

6. Las personas deberían ingerir leche enriquecida para obtener la cantidad necesaria de vitamina D.

7. El cuerpo humano genera vitamina D en la piel cuando ésta se expone a los rayos solares.

8. El consumo masivo de vitamina E garantizará el perfecto funcionamiento del corazón.

9. Los excesos de vitamina E no son perjudiciales para la salud.

10. Los problemas de impotencia no pueden solucionarse con la utilización masiva de vitamina E.

11. El cuerpo humano no necesita ingerir vitamina K.

     12. La vitamina que se puede destruir con mayor facilidad       es la vitamina C.

13. Para alcanzar un perfecto estado de salud, debemos ingerir cien veces más vitamina C que la presente en los alimentos.

14. La ingestión masiva de vitamina C previene la aparición de resfriados.

15. Los excesos de vitamina C dañan seriamente su salud.

16. Aunque exista suficiente vitamina B1 en la dieta para corregir una deficiencia, la ingestión de suplementos adicionales incrementará la funcionalidad de los nervios.

17. La dieta higienista contiene suficiente vitamina B12.

18. Los excesos de niacina pueden provocar trastornos hepáticos.

19. La deficiencia de vitamina B6 es una condición patológica muy común.

20. El proceso de cocción destruye casi todo el ácido pantoténico.

21. La única forma de padecer una deficiencia de biotina es consumiendo numerosos huevos.

22. Un vegetariano estricto puede padecer una deficiencia de vitamina B12 como consecuencia de la dieta ingerida.

23. La anemia perniciosa es una condición morbosa que tiene lugar como consecuencia directa de un trastorno estomacal, no como consecuencia de una falta de vitamina B12.

24. Si consumimos suficiente ácido fólico, podremos corregir la anemia provocada por la falta de vitamina B12. Ésta es la única forma posible de corregir esta enfermedad.

25. La dieta higienista carece del ácido fólico necesario.

     Múltiple elección

     1. Las vitaminas que se encuentran en el interior del                 organismo se:

        a) combustionan para generar energía.

        b) utilizan como coenzimas.

        c) utilizan como elementos esenciales para crear nuevas          células.

        d) Ninguna de las respuestas anteriores.

     2. La cantidad de vitamina requerida por el organismo:

        a) depende de cada persona, algunas superan en cien veces             la cantidad requerida por otras.

        b) depende de cada persona, algunas superan en diez veces             la cantidad requerida por otras.

        c) depende de cada persona, sin embargo las necesidades          son muy parecidas.

        d) es la misma para todas las personas.

3. Señala la opción incorrecta:

        a) Las vitaminas trabajan de forma independiente en el             organismo.

        b) Las vitaminas trabajan de forma coordinada con otras          vitaminas.

        c) Las vitaminas trabajan de forma coordinada con las              proteínas.

        d) Las vitaminas trabajan de forma coordinada con los              carbohidratos.

     4. ¿Qué vitamina produce la piel al contactar con los rayos      solares?

        a) A

        b) B

        c) C

        d) D

     5. La ingestión masiva de vitamina E:

        a) previene los trastornos cardiovasculares.

        b) retarda el proceso de envejecimiento.

        c) carece de todo valor y probablemente daña al                    organismo.

        d) Ninguna de las respuestas anteriores.

6. ¿Cuál de las siguientes afirmaciones sobre la vitamina     C es cierta?:

        a) Su ingestión en grandes dosis repercutirá                       positivamente en la «curación» de los resfriados.   

        b) Es imposible obtener suficiente vitamina C de los               alimentos.

        c) Las sobredosis de vitamina C son inofensivas.

        d) No deberíamos consumir vitamina C para combatir                 un resfriado.

7. ¿Cuál de las siguientes afirmaciones sobre la vitamina     B12 es cierta?

        a) Las personas que eviten el consumo de productos                 lácteos, huevos o leche carecerán de vitamina B12.

        b) Las bacterias intestinales generan la cantidad                  necesaria de vitamina B12 para los higienistas.

        c) Existen casos bien documentados de deficiencia de               vitamina B12 en vegetarianos estrictos.

        d) La anemia perniciosa es una condición provocada por             una deficiencia dietética de vitamina B12.

     Respuestas breves

1. Si la ingestión moderada de vitaminas beneficia a nuestra salud, ¿no sería mejor ingerir más vitaminas?

     2. Casi todos los nutricionistas convencionales afirman que la dieta vegetariana estricta, como la dieta higienista, provoca una deficiencia de vitamina B12. ¿Es cierto?

3. ¿Cómo actúan las vitaminas en el interior del organismo? Razone la respuesta desde un punto de vista general.

                         RESPUESTAS

     Rellene los huecos

1. K y B12. Todas las personas obtienen la cantidad necesaria de vitamina K de la síntesis bacterial que tiene lugar en el interior de los intestinos. Asimismo, el organismo puede conseguir vitamina B12, presente únicamente en la carne, huevos y productos lácteos, de la síntesis bacterial intestinal.

2. Alimento. Si tenemos presente que existen numerosas vitaminas que todavía no se han descubierto y que, por tanto, no se han incluido todavía en los suplementos nutritivos, debemos obtener todas nuestras necesidades vitamínicas de los alimentos.

3. Alimentos. La producción natural de las vitaminas en el interior de los alimentos supera considerablemente a la producción química efectuada en los laboratorios, de tal forma que los alimentos se han convertido en el método más seguro y sano de combatir una deficiencia vitamínica. La dieta higienista contiene todas las vitaminas requeridas, excepto la vitamina B12 (generada en el interior del organismo por las bacterias intestinales) y la vitamina D (producida en la piel cuando ésta contacta con los rayos solares).

4. A, D, E y K. Para absorber estas vitaminas, el cuerpo humano debe digerir con total normalidad los elementos adiposos de los alimentos, esta medida requiere un perfecto funcionamiento hepático. Las vitaminas restantes reciben el nombre de vitaminas hidrosolubles (se disuelven en el agua, pero no en la grasa).

5. 60-100. La dieta higienista supera esta cantodad entre cinco y diez veces. Por esta razón, la ingestión adicional de vitamina C es completamente innecesaria.

     Verdadero o falso

1. Falso. Por definición, las vitaminas son sustancias que el organismo debe adquirir de los alimentos. Sin embargo existen algunas excepciones, como es el caso de la vitamina D (producida en la piel cuando contacta con los rayos solares), la vitamina B12 (probablemente otras vitaminas B) y la vitamina K (generada en el interior del organismo por las bacterias intestinales).

2. Falso. La ciencia no ha descubierto todavía todas las vitaminas existentes, por lo que parece una incongruencia depender exclusivamente de los complementos vitamínicos. Las únicas fuentes fiables que contienen todas las vitaminas descubiertas y las no descubiertas son los alimentos.

3. Falso. La dieta higienista no sólo nos suministra todas nuestras necesidades vitamínicas a través de sus alimentos, sino que también nos concede las condiciones químicas adecuadas para que las bacterias intestinales pueden producir las vitaminas necesarias. Una exposición regular a la luz solar permitirá la síntesis de una cantidad adecuada de vitamina D.

4. Verdadero. El cuerpo humano necesita sólo una cantidad vitamínica limitada.

5. Verdadero. Si tenemos presente que el organismo requiere sólo una cantidad limitada de vitaminas, la ingestión masiva de vitaminas no puede disminuir la probabilidad de contraer una enfermedad.

6. Falso. Obtenemos vitamina D de la piel sólo cuando ésta recibe los rayos del sol.

7. Verdadero.

8. Falso. Se ha demostrado como una deficiencia extrema de vitamina E, tan extrema que sólo se ha podido conseguir en animales de laboratorio, puede provocar trastornos cardiovasculares en ratas. Sin embargo, debemos señalar que no existe ningún caso documentado de personas que hayan sufrido enfermedades coronarias provocadas por una deficiencia de vitamina E. Casi todas las personas que padecen problemas del corazón ingieren vitamina E en cantidades adecuadas, lo que nos demuestra que su aparición no está ligada a una deficiencia vitamínica. La ingestión adicional de vitamina E no sólo carece de valor nutricional, sino que puede dañar seriamente al organismo.

9. Falso. La ingestión excesiva de vitamina E tiene numerosas consecuencias patológicas negativas, entre ellas podemos destacar un aumento de grasa en la sangre, daños producidos a las glándulas tiroides y problemas musculares.

10. Verdadero. La impotencia no es una consecuencia directa de la falta de vitamina E.

11. Verdadero. El organismo genera la vitamina K requerida mediante un proceso de síntesis iniciado por las bacterias intestinales.

12. Verdadero. Por esta razón, entre otras muchas, la cocción de las frutas y hortalizas es perjudicial para nuestra salud.

13. Falso. No hay ninguna prueba científica que apoye esta hipótesis. Al mismo tiempo, debemos destacar que existen numerosos ejemplos de personas que ingieren una cantidad muy inferior (la cantidad existente en el interior de los alimentos) y que gozan de un perfecto estado de salud.

14. Falso. Cuando el cuerpo presiente la existencia de desechos residuales en el interior del organismo inicia un proceso, en esta caso un resfriado, con el objetivo de expulsar las sustancias nocivas. La alteración de este proceso es perjudicial para la salud, aún cuando éste se produzca a través de la ingestión de vitamina C. Aunque no existe ninguna prueba que demuestre el efecto positivo de la vitamina C, sí la hay de los efectos negativos provocados por su ingestión excesiva.

15. Verdadero.

16.Falso. La deficiencia de vitamina B1 provoca daños considerables en el sistema nervioso, trastornos que no tienen lugar si se consume la cantidad requerida de vitaminas (la existente en los alimentos naturales). La ingestión adicional de vitamina B1 no puede mejorar la condición del sistema nervioso, es más, provocará una acumulación tóxica en el interior del organismo.

17. Verdadero.

18. Verdadero. Ni siquiera las vitaminas hidrosolubles (A, D, E y K) son completamente inofensivas. Su ingestión masiva puede provocar daños importantes en el organismo.

19) Falso. Es muy difícil consumir una dieta que carezca de la cantidad necesaria de vitamina B6. La dieta higienista es rica en dicha sustancia.

20. Verdadero. Otra razón más que demuestra la ineficacia y nocividad de la cocción.

21. Verdadero. Por esta razón, las personas que eviten el consumo de huevos no tendrán que preocuparse jamás por una deficiencia de biotina.

     22. Falso. Aunque una dieta estrictamente vegetariana pueda provocar una disminución de vitamina B12 en la sangre, alcanzando niveles inferiores a los de las personas que consumen productos cárnicos, no podemos hablar de una deficiencia vitamínica. Apenas existen casos documentados de vegetarianos estrictos que posean falta de vitamina B12.

23. Verdadero. Es un gran error relacionar la anemia perniciosa con la deficiencia dietética de vitamina B12, ya que el verdadero causante no es más que un trastorno estomacal. Cuando el estómago se encuentra dañado por alguna que otra consecuencia, su capacidad de generar factor intrínseco, una sustancia necesaria para iniciar la absorción de vitamina B12, se ve anulada.

24. Falso. Esta afirmación es completamente falsa. Cuando los «nutricionistas» combaten la deficiencia de vitamina B12 con la administración de ácido fólico, el organismo termina por corregir la anemia, pero la destrucción nerviosa prosigue su camino. La mejor forma de corregir el problema es consumiendo alimentos completos y ponerse en manos de un especialista higienista.

25. Falso. La principal fuente de ácido fólico se encuentra en las verduras, elemento fundamental en la dieta higienista.

     Múltiple elección

1. b. El organismo utiliza las vitaminas como coenzimas, factores que se combinan con otras sustancias ─apoenzimas─ para formar enzimas activas. Las enzimas activas catalizan (aceleran) las reacciones químicas.

2. c. Todos los seres humanos poseen la mima estructura fisiológica, aunque no son exactamente iguales. Nuestras necesidades vitamínicas difieren de una persona a otra, pero los requerimientos son similares para todos los hombres.

3. a. Las vitaminas no sólo trabajan mano a mano con otras vitaminas, sino que también trabajan con las proteínas, las grasas y los hidratos de carbono.

4. b. Cualquier persona puede obtener la cantidad necesaria de vitamina D exponiendo su piel al sol durante un período de tiempo moderado. Ninguna otra vitamina se genera en la piel cuando se encuentra en contacto con los rayos solares.

5. c. Las grandes dosis de vitamina E no sacian nuestras necesidades nutricionales, sino más bien todo lo contrario, provocan una acumulación de sustancias tóxicas en el interior del organismo. No existe ninguna prueba científica que demuestre los efectos positivos de la vitamina E sobre los trastornos cardiovasculares o sobre los procesos de envejecimiento.

6. d. El resfriado es un proceso de limpieza iniciado de forma inteligente por el propio organismo. La ingestión de vitamina C no «curará» el resfriado y no deberíamos abortar dicho proceso orgánico, ya que el resfriado no es más que una «cura» para eliminar todos los residuos nocivos presentes en el interior del organismo. Si respetamos una dieta higienista, podremos conseguir nuestras necesidades de vitamina C mediante la ingestión de alimentos. Las sobredosis de vitamina C son perjudiciales para la salud.

7. b. A pesar de la campaña alarmista iniciada y abanderada por los medios de comunicación, podemos afirmar que apenas existen casos documentados de vegetarianos estrictos que padezcan deficiencias de vitamina B12. Éstos obtienen la cantidad requerida a través del procesos de síntesis iniciado por las bacterias intestinales. La anemia perniciosa surge como consecuencia directa de un trastorno estomacal que anula la posibilidad de secretar la sustancia requerida para la absorción de la vitamina B12 (factor intrínseco).

     Respuestas breves

     1. ¡No! Los excesos siempre son perjudiciales, aún tratándose simplemente de agua. Debemos comprender que el organismo puede asimilar solamente cantidades muy limitadas de una vitamina determinada. Si consumimos más vitaminas de las estrictamente necesarias (diez veces más de las presentes en los alimentos), podremos dañar seriamente al organismo. La dieta higienista contiene todas las vitaminas necesarias (excepto la vitamina D, producida en la propia piel mediante el contacto con los rayos solares y la vitamina B12, generada en los intestinos por las bacterias).

2. No. Aunque a veces los higienistas posean menos vitamina B12 en la sangre que los no higienistas, no significa que padezcan males carenciales ocasionados por la escasez de esta vitamina. Apenas existen casos documentados de deficiencias dietéticas de vitamina B12, debido a su producción intestinal. Las personas sanas requieren menos elementos nutritivos que las enfermas, incluyendo la vitamina B12.

3. Esta es una pregunta un tanto viciada. Recuerde que las

vitaminas no actúan en el interior del organismo, sino todo lo contrario, es el propio organismo el que las utiliza y emplea cuando estima oportuno. No podemos olvidar que las vitaminas son sustancias orgánicas inertes que no poseen ninguna cualidad de vida o acción.