Lección 094 – Ejercicio y niños.

Parte VIII: El EJERCICIO Y LA VIDA SANA

UNIDAD 94: NIÑOS Y EJERCICIO

TEMA: La forma física de nuestros jóvenes es deplorable. Debemos permitirles que utilicen y ejerciten sus cuerpos con frecuencia y enseñarles a hacerlo.

INSTRUCTOR: Enrique Manuel Foster

Razonamiento

Objetivos de la unidad

Definiciones

Conceptos claves

Puntos principales

Introducción

Preguntas sobre la unidad

Textos suplementarios

Ejercicios

Respuestas a los ejercicios

RAZONAMIENTO

Desde hace mucho tiempo, el ejercicio se ha considerado como algo que debía evitarse: se pone en la misma categoría que la lepra u otra enfermedad. No es de extrañar que nuestros niños estén sucumbiendo ante enfermedades que antes eran exclusivas de los mayores o de los más débiles. En la actualidad, muchos padres se encuentran ante la perspectiva de la obesidad juvenil y llevan a sus hijos a las clínicas de adelgazamiento para invertir el proceso. La verdad es que ninguna pastilla u operación corregirá una predisposición a padecer sobrepeso o cualquier otro proceso degenerativo de los que sufre nuestra juventud. El ejercicio, junto con una dieta bien planeada de frutas y verduras crudas, combinado con el ayuno es la única solución.

OBJETIVOS DE LA UNIDAD

Al acabar esta unidad, el estudiante debería saber:

La importancia de empezar pronto un programa de educación física.

Lo importante que es el papel que desempeñan los padres para que se adopte una actitud positiva ante la actividad física.

Por qué en la actualidad la población joven es más débil que las generaciones anteriores.

Qué ejercicios se deben hacer para desarrollar qué músculos y cuándo comenzar a practicarlos.

Cómo determinar si un ejercicio en particular es perjudicial o beneficioso.

Cómo ayudar a los padres que buscan consejo sobre el ejercicio.

Por qué es esencial la participación de los padres en todas las fases del desarrollo físico de un niño.

DEFINICIONES

EJERCICIOS DE RESISTENCIA: Aquellos en los que los músculos se contraen contra un peso aplicado. (Ejemplo: levantamiento de pesas.)

EJERCICIOS DE NO-RESISTENCIA: Aquellos en los que el cuerpo trabaja contra la gravedad. (Ejemplo: flexiones)

ISOMÉTRICO: Ejercicio de no-resistencia que implica el uso de la gravedad.

ISOTÓNICOS: Ejercicios de resistencia en los que se aplica un peso para conseguir que los músculos se tensen.

RESISTENCIA: Capacidad de soportar el esfuerzo muscular.

VIGOR: Fuerza física.

CONCEPTOS CLAVES

La actividad física es la mejor forma de asegurar la salud.

Los médicos y otras autoridades nos han engañado al hacernos creer que el ejercicio es perjudicial.

Debido a que los padres ignoran los beneficios que se derivan, nuestra juventud sufre mucho a causa de la falta de ejercicio.

Cuanto antes comiences a realizar un programa de ejercicios, antes podrás disfrutar de un permanente estado de salud radiante y de un completo bienestar.

El papel que desempeña la dieta es muy importante a la hora de conseguir un buen estado de salud.

PUNTOS PRINCIPALES

Los padres son los primeros entrenadores que tendrá el niño.

La educación física no es un privilegio exclusivo de los varones.

Debemos participar en los deportes de competición con una mente abierta.

Conforme el niño va desarrollando su personalidad, vosotros, los padres, podéis perder alguna de la influencia que antes teníais.

Como padres intentar hacer lo máximo posible para no proyectar sobre los hijos vuestras expectativas de tener una estrella del atletismo: esto puede ser un arma de doble filo y volverse en vuestra contra.

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN

EJERCICIO DESDE EL NACIMIENTO HASTA LA ADOLESCENCIA.

Diferentes etapas del desarrollo:

Desde el nacimiento al primer año (infancia)

Entre 1 y 3 años.

Entre 3 y 6 años (preescolar)

Entre 6 y 12 años (escolar)

Entre 12 y 18 años (adolescencia)

Otros factores.

mujeres y ejercicio

Dormir.

CONCLUSIÓN

NIÑOS Y EJERCICIO

Por Enrique M. Foster

INTRODUCCIÓN

    A causa de la tendencia que existe hoy en día a realizar actividades sedentarias, Estados Unidos se está enfrentando a una horrible realidad: nuestra juventud no está en tan buenas condiciones físicas como nosotros creíamos. Los resultados de las pruebas que se han realizado para determinar la fuerza, resistencia y capacidad física de nuestros jóvenes han sido desalentadores. No es raro oír que un adolescente ha muerto de un ataque al corazón mientras realizaba una prueba física intensa. La pasividad ha arraigado fuertemente en la juventud de hoy en día. Con la aparición de los vídeojuegos, de la televisión, ordenadores, etc., nuestros niños cada vez son menos capaces de aguantar una actividad física considerable.

 A muchos de los niños que viven en las grandes ciudades industrializadas de Estados Unidos (y en otros países) se les priva de la oportunidad de experimentar lo que es realmente tomar el aire. No tienen un conocimiento funcional de la naturaleza, ni ninguna conexión con la fauna y flora, y mucho de ellos ni siquiera saben decir de dónde provienen los alimentos que consumen.

Es muy triste pensar que la gran mayoría de nuestros jóvenes ingieren diariamente pseudo alimentos y que preferirían morir antes de probar ciertos alimentos naturales. En la vertiginosa sociedad de hoy en día, tan preocupada por hacer dinero rápido, los padres están descuidando la obligación que tienen de proteger y cuidar a sus hijos y, a veces, dejan las necesidades dietéticas de estos en manos de los fabricantes de comida basura y de los médicos, quienes saben menos de nutrición que ellos mismos. No es de extrañar que tengamos que llevar constantemente a nuestros hijos al medico porque no tienen el suficiente vigor como para realizar la más simple actividad física.

Padres, vuestros hijos están siendo convertidos en víctimas y vosotros también. ¡Es hora de que cojáis las riendas y toméis el control! No permitáis que los fabricantes de comida basura contaminen los cuerpos de vuestros hijos, ni sus mentes. Tenéis que prestar mucha atención a la clase de alimentos que compráis, a la clase de influencias que reciben vuestros hijos y, por último, pero no menos importante, pensar que vosotros, los padres, deberíais ser el primer ejemplo para los más jóvenes. Esto supone realizar un riguroso programa de ejercicios en el que podáis incluir a vuestros hijos.

La Higiene Natural sabe lo importante que es tener una buena forma física y la recomienda por ser uno de los principios esenciales de la vida, junto con una dieta de frutas, verduras, frutos secos y semillas, frescos y crudos; el aire puro; la luz del sol; el agua pura, etc. Una de las enseñanzas de los higienistas naturales es que vuestros hijos necesitan pasar más tiempo en un ambiente que promueva hábitos saludables y que sea propicio para conseguir fuerza, vigor y resistencia. Este ambiente debería ser aquel en el que el niño disfrute utilizando su cuerpo al máximo potencial. Cuanto antes empecéis a proporcionarle este ambiente, mejor.

EJERCICIO DESDE EL NACIMIENTO HASTA LA ADOLESCENCIA

A. Etapas del desarrollo

Desde el nacimiento hasta el primer año (infancia)

Muchas personas tienen reacciones de toda clase ante la mera sugerencia de que un bebé debe hacer ejercicio. Sin embargo, un factor que se ha ignorado durante mucho tiempo es que las personas tienden a continuar los patrones de comportamiento que establecen al principio de su vida. Un niño que desde pequeño haya realizado una actividad física tiene más probabilidades de ser receptivo ante el ejercicio que aquel niño que no comenzó a realizarla hasta mucho después. Por tanto, como padres, el trabajo de asegurar el completo bienestar de vuestros hijos depende por completo de vosotros y es crucial que el niño sólo reciba las mejores aportaciones.

A los niños de hoy en día se les trata de forma inadecuada. En esta cada vez más exigente sociedad, en la que ambos padres se ven obligados a trabajar simplemente para llegar a fin de mes, los niños se consideran meros apéndices: una carga o un gasto extra. No se ven como reemplazos de las generaciones anteriores que realizarán el trabajo del mañana. Si fuese así, se les trataría con más dignidad y se les permitiría crecer y aprender en un entorno natural.

La mayoría de los niños de hoy en día están condenados a pasar el día en entornos innaturales denominados guarderías. El tiempo para ir y venir de allí lo pasan atados a una sillita de coche. Cuando salen, en vez de permitirles andar, se les ata a la sillita y se les empuja por la calle. En casa, cuando mamá y papá no tienen tiempo para el bebé, lo ponen en un balancín mecánico o en un parque para que no les moleste. Esto permite a los padres hacer todo lo que no pudieron hacer en casa porque estaban en el trabajo. En esta situación, es difícil que un niño crezca tan flexible y fuerte como cuando yo era pequeño. Yo (y la mayoría de los de mi generación) podía correr y jugar todo el día hasta hartarme. Yo respiraba mucho aire puro y mi corazón hacía un buen ejercicio. Aún no se habían inventado la mayoría de los artilugios mecánicos que sirven para encerrar a los niños. Tampoco los padres tenían que trabajar tanto para ganarse la vida, puesto que el coste de la vida no era tan grande como ahora. Por regla general, la madre se quedaba en casa con los niños para enseñarles cómo crecer.

En la actualidad, muchos de los niños sólo desarrollan los músculos de la mandíbula y de la boca. Se les alimenta constantemente, puesto que darles de comer para tranquilizarlos cuesta menos trabajo que hacer ejercicios físicos con ellos. Padres, la palabra clave es actividad. Un niño necesita que se le deje estirarse y moverse sin ataduras. Anímalo a gatear y a realizar cualquier otro movimiento físico.

Los primeros seis meses. Es la época en la que nos familiarizamos con el recién nacido, le damos amor y calor. Una buena idea es mover al bebé cuando lo cogemos, para que, de esta forma, comience a acostumbrarse al movimiento. Aunque al principio el niño pueda parecer flojo, no os alarméis: con la práctica, ciertos ejercicios estimularán los músculos y los fortalecerán.

Además de mecer al niño en los brazos, utilizad la gravedad para que el bebé realice una actividad física (ej. levantarlo hacia arriba). Levantad al niño en el aire horizontalmente, boca abajo. Por instinto, el bebé utilizará los músculos del cuello y del tronco para sostener la cabeza y el cuerpo contra la fuerza de gravedad. Esta actividad puede comenzarse a las cuatro semanas y conforme pase el tiempo notaréis un gran cambio en el bebé: podrá levantar la cabeza, los brazos y las piernas por sí mismo.

Recordad que, al nacer, los músculos más fuertes son los de la parte de atrás del cuello. El niño puede sostener mejor la cabeza cuando está boca abajo que cuando está boca arriba.

A las diez semanas podéis comenzar a levantar lentamente al bebé por los dos brazos. Al principio, puede que la cabeza le oscile un poco debido a la falta de control sobre esa zona, pero con el esfuerzo continuado se consigue más fuerza y notaréis cómo aumenta su control sobre el cuello y el tronco.

Otra actividad es mantener al niño en una posición erguida, de forma que se apoye sobre su propio peso. El bebé empuja con sus pies contra cualquier superficie (vuestra falda, el suelo, etc.) sobre la que se apoye. Para conseguir el máximo beneficio, esta actividad puede comenzarse alrededor de la semana 26-28. Estas maniobras se verán recompensadas con la capacidad que tendrá el bebé para botar y hacer movimientos como de baile, lo que conlleva que el niño se acostumbre a soportar su propio peso corporal. El bebé se sentará antes, gateará antes y andará antes que aquellos niños cuyos padres no se hayan tomado la molestia de ejercitar adecuadamente al niño. También controlará mucho mejor estas actividades.

(Foto: Coloque al bebé sobre el estómago para animarlo a utilizar los músculos de la espalda, cuello, brazos y piernas)

Al final de los seis primeros meses, cuando el bebé tenga la fuerza y habilidad para sentarse, asegúrese de que siempre esté bien apoyado. También debe dejar que utilice libremente los brazos y las manos, lo que permite que se desarrollen los músculos de esa zona.

La mayoría de los padres de hoy en día, con todas las exigencias que la sociedad les impone, encuentran que cada vez tienen menos tiempo para pasarlo con sus hijos y a menudo se sienten tentados a comprar los “artilugios ahorradores de tiempo” que se anuncian como una ayuda para papá, mamá y el bebé: armatostes como balancines, andadores y mecedoras mecánicos, por nombrar algunos. Estos artilugios fomentan la pasividad en los niños y no son en absoluto aconsejables. Los niños sienten que el movimiento proviene de otra fuerza distinta a la suya propia. Como padres, estáis obligados a sacar tiempo para comprobar que vuestro hijo realiza toda la actividad física posible. Esa es la clave: dejad que vuestro niño experimente por completo la libertad, liberadlo de los pañales y de otra ropa ajustada siempre que sea posible, dadle libertad para explorar el entorno, liberadlo de todos los artilugios y restricciones mecánicos. De nuevo, como padres, es responsabilidad vuestra fomentar el que vuestro hijo haga ejercicios activos. Con la práctica que conseguiréis en los seis primeros meses de vida del bebé, los siguientes seis meses serán aún más divertidos, puesto que recogeréis las recompensas de todos vuestros esfuerzos.

Cuando el bebé comience a dar muestras de un mayor desarrollo físico, como gatear y arrastrarse, podéis ayudarle poniéndole almohadas y cojines en su camino. Esto le enseñará a gatear sobre los obstáculos y a desarrollar aún más los músculos. Cuando comience a ponerse de pie y a andar (lo que varía de niño a niño, normalmente entre los 8 y 13 meses), encontrará otros usos para las almohadas y los cojines. Un niño puede utilizar la almohada para llevar los juguetes de una a otra parte o para mil otras cosas que se le ocurran. Este proceso ayuda al niño a desarrollar la fuerza muscular y a adquirir un sentimiento de logro.

Conforme aumente la habilidad de vuestro hijo, tendréis que utilizar la imaginación para mantener el interés del niño. Aquí os ofrezco algunas sugerencias: amontonad almohadas para formar una torre o dadle una gran caja de cartón que pueda utilizarla como túnel, como casa, etc.

Con esta edad, también puede intentar la carretilla. Este ejercicio es bastante simple. Coloque al bebé boca abajo en una superficie cómoda, alce la mitad inferior de su cuerpo sosteniéndolo por la cintura o por las piernas alrededor de los tobillos. Al principio, puede que el niño no responda, pero pronto intentará aguantar su propio peso con los brazos.

Ahora que el niño ha crecido, debéis pensar qué hacer para que la casa sea segura para él. Algunos padres intentan restringir los movimientos de sus hijos por la casa como método para asegurarse de que no se lesionan y de que no dañan sus valiosas propiedades. Esto suele acabar frustrando tanto a los padres como al niño. Por experiencia, puedo decir que lo más sensato es hacer que la casa sea segura para el niño. ¿Qué significa una casa a prueba de niños? Simplemente significa que su casa no sea un bufé de tentaciones para el ahora movible niño. Todo lo que no quiera que el niño toque o que represente un peligro para él debe ponerse fuera de su vista y de su alcance, además de tomar otras precauciones. Por ejemplo: coloque una rejilla en la entrada de las escaleras, ya que al principio el niño no tiene el concepto del temor a las alturas; quite todas las lámparas de pie y las macetas del suelo; también debería tapar los enchufes. Mi experiencia es que cuando todas los objetos que usted aprecia se colocan fuera de la vista y del alcance del niño se crea un ambiente más relajado tanto para el niño como para los padres. El niño podrá explorar a su ritmo sin restringir la actividad física. Otro valioso consejo: cada año se intoxican niños por las sustancias químicas que se encuentran en casa: quitaesmaltes, insecticidas y otras sustancias peligrosas para la salud. Si las utiliza, guárdelas en un sitio seguro y preferiblemente bajo llave. No obstante, si vive de forma higiénica, tendrá muy pocas sustancias químicas en casa (excepto las que utilice para sus pasatiempos y trabajos de artesanía).

Padres: sed cautos cuando se trate del bienestar de los más pequeños. No os conforméis con los tópicos que divulgan los llamados expertos. Sed conscientes de todas las fases de crecimiento y desarrollo de vuestro hijo. En la fase del desarrollo que nos ocupa, la leche materna es el mejor alimento. Cuando hablamos sobre el tema de la salud física es imperativo hablar sobre el papel que desempeña la dieta. Además de la falta de actividad física, la dieta convencional con un alto contenido en grasas, proteínas y calorías es uno de los factores principales que contribuyen a la obesidad juvenil y a otras enfermedades. Las autopsias que se realizaron a los soldados de la guerra del Vietnam demostraron que la mayoría tenía comienzos de enfermedades cardiacas. La gran mayoría de estos soldados no tenían más de 22 años. La enfermedad no siempre aparece de forma inmediata: suele ser acumulativa. El concepto tan común de que lo que no mata, engorda, es un engaño. Recuerde que todo necesita tiempo para desarrollarse, incluso la enfermedad. Cuanto antes adoptemos un estilo de vida saludable, más oportunidades tendremos de disfrutar siempre de nuestra vida.

1-3 años

Esta es la época en la que vuestro hijo comienza a poner a prueba su fuerza y habilidades. Todo el mundo está bajo su mando. El niño está constantemente haciendo cosas que encuentran la desaprobación de los padres. Parece como que al niño no le importan las necesidades de los demás, sólo las suyas propias. Sin embargo, la realidad es que el niño está ejercitando su independencia, lo que al principio puede ser muy molesto. Vuestro ritmo normal se ralentiza por la insistencia del niño en cuidarse a sí mismo. Con el tiempo, se entenderá que así es como van las cosas, y que son los padres los que necesitarán adaptarse para que el niño madure. Dejad que vuestro pequeño corra, salte, ande, monte en triciclo —cualquier cosa que fomente una actividad física—. En este momento, lo mejor que podéis hacer como padres es animar al niño y crear un sentimiento de diversión con lo que hace. Jugar hasta cansarse es algo natural para un niño. Sin embargo, desde nuestra juventud nos han programado para pensar que es perjudicial cansarse, sudar, tener agujetas o cualquier clase de dolor derivado del ejercicio. En esta sociedad se han eliminado los ejercicios fuertes (juegos) que provocan sudoración. Incluso hay grandes fabricantes de desodorantes que hacen campañas en las que denuncian el sudor como algo anormal y que han invertido millones de dólares en anunciar esta información falsa.

Padres, la pelota está en vuestras manos, y ahora vuestro objetivo debe ser el de continuar ofreciendo motivación a los más jóvenes. Algunos niños necesitan menos atención en este aspecto que otros. Mis hijos necesitan poca motivación para hacer ejercicios. Tienen 3 y 6 años y la energía de dos ciclones que nos mantienen bien despiertos y en buena forma física.

Recordad jugar de firme siempre que vosotros juguéis. Los beneficios son incontables. No sólo os mantendréis en forma, sino que despertaréis en vuestro hijo una actitud positiva hacia la actividad física. El ejemplo que le ofrezcáis ahora determinará su disposición en el futuro. Por tanto, ahora es el momento de comenzar ese programa de ejercicios para vosotros y vuestros hijos que tanto tiempo habéis estado aplazando.

También es recomendable que hagáis ejercicio en el exterior tanto como os sea posible. No importa qué clase de actividad: cuando se hace al aire fresco proporciona un gran intercambio de monóxido de carbono y oxígeno y fortalece los pulmones. Pero el clima no siempre será adecuado, así que esos días en los que os veáis obligados a quedaos en casa podéis pasar el tiempo y seguir desarrollando el bienestar de vuestro hijo con algunos de estos ejercicios:

Levantamiento de espalda (el puente): Este es un excelente ejercicio para los niños entre 1-3 años puesto que desarrolla la fuerza y flexibilidad en la espalda y en los hombros y es fácil de aprender. Para realizar este ejercicio, el niño debe sentarse en el suelo con las piernas hacia delante. Las piernas deben estar un poco flexionadas por las rodillas, de forma que sólo los pies y el culo toquen el suelo. Entonces, el niño debe echar el cuerpo hacia atrás, con los brazos hacia atrás y las manos hacia fuera. Desde esta posición, el niño levanta el tronco del suelo sosteniendo todo su peso con los pies y brazos. Como ya hemos dicho, esta postura fortalece la espalda, hombros, tobillos y brazos. Cuando el clima lo permita, este ejercicio también se puede hacer en el exterior.

El pequeño necesitará vuestro entusiasmo y consejo para hacer los ejercicios. Estos deben ser variados y cortos para, de esta forma, alargar la duración de la actividad física. Conforme vuestro pequeño vaya creciendo pasará la mayor parte del tiempo en el exterior, al menos durante una parte del año, según la región donde viva.

Algo habitual es que los padres restrinjan las actividades fuera de casa durante los meses de invierno. No es una costumbre muy inteligente, puesto que el niño debería disfrutar del aire fresco que trae esta estación del año. Otra costumbre que suelen tener los padres es abrigar demasiado al niño, pensando que cogerá un resfriado si no está forrado de ropa. Tanta ropa hace que el niño casi no se pueda mover, dándole el aspecto de un globo andante, lo que no le permite experimentar por completo el aire libre. He observado que, tras llevar algunos minutos jugando vigorosamente, los niños, de manera espontánea, comienzan a quitarse capas de ropa. A partir de aquí, he llegado a la conclusión de que si se viste al niño de forma adecuada para que pueda moverse y se le permite que, según lo vaya necesitando, se quite ropa, el cuerpo generará su propio calor, dependiendo del vigor de la actividad física que esté realizando. Cuando el clima es frío, lo más sensato es considerar la situación como un acontecimiento normal. Dejad que vuestro hijo lo experimente, y os ahorraréis un mal rato cuando, por abrigar tanto al niño que casi no puede moverse, llegue a casa sin saber qué hacer consigo mismo.

Entre 3-6 años (preescolar)

Es en esta fase de la vida de los pequeños cuando comienzan a demostrar habilidades tales como el habla, cierto razonamiento limitado y más interés por los demás. Son capaces de decir qué es lo que quieren, aunque aún les gusta tener a mano a un guía que les ayude a dar los pasos. En este momento, el pequeño está desarrollando su personalidad. Os hará saber lo que le gusta y lo que no. Está formando el talante y el carácter que le ayudará durante el resto de su vida. Es muy importante reconocer este hecho e inculcar sólo cualidades positivas.

En este punto, las capacidades motoras de vuestro pequeño están bien definidas y las actividades como nadar, patinar o correr son las que más les gustan. Ahora está preparado para realizar actividades vigorosas y le encanta que le pongan retos. Esta fase del desarrollo de su hijo es importante, como lo son todas las fases del crecimiento, y cualquier acondicionamiento erróneo tendrá que ser desprogramado en el futuro, si es que queremos conseguir algún progreso. Padres, debéis ser conscientes de que los bebés niñas también tienen derecho a desarrollar la fuerza, resistencia, el coraje y todos los beneficios que se derivan de la actividad física. (Hablaremos de este tema más adelante).

Ahora, el cuerpo de los pequeños está capacitado y es funcional, por lo que debería ser expuesto a aquellas actividades que fomenten la fuerza, resistencia, coordinación y acondicionamiento. Si vosotros sois como la mayoría de los padres, seguro que soñareis con que vuestro hijo se convierta en una estrella del atletismo, pero lo mejor que podéis hacer es relegar esos pensamientos al fondo de la mente. Dejad que vuestro hijo disfrute de los placeres que se derivan de estar activo sin poner grandes expectativas en ello. Correr es una forma muy buena de introducir a su hijo en las actividades de deportes de diversión; nadar es otra actividad excelente. En este momento de la vida de vuestro hijo es importante ser consciente de sus limitaciones y no deberíais intentar empujarle más allá de sus propias capacidades. Es una buena idea que cuando el niño comience alguna actividad deportiva le proporcionéis la ropa adecuada para comenzar: lo mejor son las ropas holgadas de algodón, que le permiten moverse libremente y dejan que la piel respire. Además, tened en cuenta que un calzado que no se adapte bien al pie del niño puede provocarle muchas molestias y contribuir a que el niño no sea capaz de realizar una actividad prolongada.

Recordad, además, que a vuestro hijo le gusta estar fuera de casa y que vosotros deberíais hacer lo posible por ofrecerle la oportunidad de experimentar la lluvia, o la nieve, de que la toque, la sienta y sea parte del proceso climatológico natural.

En esta fase, las habilidades que vuestro hijo ha desarrollado deben estar bien perfiladas. Para que las capacidades básicas aumenten debéis tener en cuenta que la niñez debería ser divertida. Por tanto, cualquier actividad que realice el niño debe hacerla con esperanzas de divertirse, lo que disminuirá el riesgo de que se aburra y pierda interés; además, elimina la necesidad de que los padres les tengan que presionar para que la realice. Tampoco debéis estar siempre a su alrededor ni criticar cómo la realiza: esto puede hacer que el niño pierda interés.

Vuestra función principal como padres entrenadores es controlar qué fase de los ejercicios diarios del niño necesita más atención. Esto se puede determinar por los siguientes factores: cómo utiliza el cuerpo para saltar, correr, arrastrar objetos pesados, hacer contracciones, abdominales o flexiones, etc. Estos ejercicios aumentan la fuerza, están dentro de las capacidades de su hijo y deberían alentarse. Comprobad cómo progresa en estos ejercicios y hacedle sugerencias sobre los ejercicios que necesita mejorar, si debe estirar más la espalda, cuáles debe hacer más, etc.

Los ejercicios mencionados pueden clasificarse en dos grupos: de resistencia y de no-resistencia. Los ejercicios de resistencia son aquellos en los que los músculos se contraen al soportar un peso aplicado, como el levantamiento de pesas. Por otra parte, los ejercicios de no-resistencia son naturales e implican que el cuerpo trabaje contra la gravedad sin necesidad de ningún objeto externo. Dentro de estos existen subgrupos: ejercicios isométricos e isotónicos: en los primeros, el esfuerzo del ejercicio hace que el músculo se encoja, pero que no se contraiga; los ejercicios isotónicos provocan que los músculos se contraigan debido a un esfuerzo constante.

Los ejercicios de no-resistencia son menos peligrosos para la salud que los de resistencia, pero no son tan efectivos cuando se trata de generar fuerza, puesto que la fuerza de gravedad es  el único peso que se ejerce sobre el cuerpo del niño. Esta clase de ejercicios está condicionada al tamaño y habilidades potenciales del niño. Otra ventaja de los ejercicios de no-resistencia es que pueden comenzarse a cualquier edad, incluso durante la infancia.

Los ejercicios de resistencia que implican el uso de pesos no deberían comenzarse hasta los nueve o diez años, y sólo cuando vuestro hijo ya haya realizado ejercicios de no-resistencia que hayan afirmado los músculos y tendones y le permitan soportar el esfuerzo que implica un programa de ejercicios de resistencia. Recordad que los ejercicios de no-resistencia se realizan sin utilizar ningún peso o resistencia añadido. La fuerza de gravedad y el peso del niño son los únicos pesos con los que trabajan los músculos y requieren una supervisión mínima. Está claro que esta clase de ejercicios los pueden realizar tanto niños como niñas.

Las flexiones son uno de los muchos ejercicios de no-resistencia. Para realizarla el niño se tiende boca abajo sobre el suelo, las manos cerca de los hombros con las palmas hacia abajo; las piernas deben estar estiradas hacia atrás, con los tobillos juntos y los dedos de los pies sobre el suelo: sólo se debe apoyar sobre las manos y los dedos de los pies. Entonces, el niño debe levantar el cuerpo hasta que los brazos estén completamente extendidos y los codos rectos. El siguiente paso es bajar el cuerpo doblando los codos hasta que la barbilla y el pecho lleguen casi a tocar el suelo y volver a levantar el cuerpo de la forma antes indicada. Es importante que la columna vertebral se mantenga derecha mientras se realiza este ejercicio —que el estómago no toque el suelo—. Una variante de este ejercicio es colocar las manos a dos palmos del hombro.

Las flexiones abdominales son otro excelente ejercicio de no-resistencia. El niño se tiende sobre la espalda; las manos unidas tras la cabeza; las piernas dobladas de forma que los muslos y piernas formen un ángulo recto; las plantas de los pies deben estar apoyadas obre el suelo. Entonces, el niño debe levantar el tronco, doblando el cuello hacia delante; los hombros y espalda no deben tocar el suelo. El siguiente paso es inclinarse hacia delante, tocando las rodillas con los hombros. Para aumentar el esfuerzo, el ejercicio se puede realizar sobre una banco de ejercicios inclinado con la cabeza sobre la parte más baja. Será necesario utilizar una barra o una correa si su tabla no la tiene, lo que impedirá que el cuerpo se deslice. Además, la tabla sólo debe utilizarse una vez que el niño ha desarrollado cierta fuerza tras haber realizado las flexiones en el suelo.

(Las flexiones también se pueden hacer sentados, con las manos estiradas sobre la cabeza e inclinando el cuerpo hasta adoptar una posición en la que se puedan tocar los dedos de los pies con las manos.)

Las flexiones de rodillas también son un buen ejercicio. El pequeño permanece de pie y derecho, los pies separados (más o menos con la misma separación que existe entre los hombros); las manos se juntan detrás de la cabeza o del cuello. Entonces, se agacha hasta casi llegar a adoptar la posición de sentado, o más bajo. (Recordad no dejar caer el trasero de golpe). De esta forma se flexionan las rodillas y el esfuerzo se localiza sobre los cartílagos y ligamentos de las piernas. Después, el niño vuelve a la posición original, con las piernas y rodillas estiradas. Una caja o una silla situada debajo del niño le impedirá que se agache demasiado. Debéis tener cuidado con este ejercicio: intentar aumentar la presión agachándose demasiado y que las rodillas queden totalmente flexionadas puede lesionar las articulaciones de las rodillas. Además, realizar este ejercicio al máximo puede ser aburrido y difícil para un niño. Para evitarlo, en este ejercicio en particular usted puede determinar que la cantidad de repeticiones sea el número de años del niño repetido por tres.

Volvamos a los ejercicios de resistencia. Los músculos trabajan sobre un peso específico al tiempo que se acortan. Los músculos se contraen contra un objeto inamovible, se produce un esfuerzo, pero no se acortan. Los programas de ejercicios que se clasifican como isotónicos incluyen aparatos como pesas, extensores, muelles, etc. En este programa el pequeño realiza el máximo numero posible de repeticiones, comenzando con pocas y gradualmente aumentando a ocho y después a veinte repeticiones. Cuando se aumenta el peso, deben disminuir las repeticiones. Es importante advertir que muchas repeticiones con un peso moderado más que aumentar la fuerza aumentan el tamaño muscular. Utilizar grandes pesos aumenta la fuerza, pero es necesario disminuir el número de repeticiones. Por tanto, la forma para conseguir una aspecto de gran musculatura es seleccionar un peso que permita un gran número de repeticiones. Precaución: estos ejercicios no deben comenzarse hasta que el niño comience  a dar muestras físicas de desarrollo adolescente.

4) Entre 6-12 años (escolares)

¡Ya es hora de que el pequeño salga al mundo exterior y lo experimente como un individuo independiente! Físicamente, la edad escolar del niño comienza cuando pierde los primeros dientes de leche y culmina con la aparición de un rápido crecimiento preadolescente. El cuerpo es más alto y está más formado, la altura aumenta en un 30% y el peso casi un 100%. Durante esta fase, la proporción del cuerpo es más similar a la de los adultos. Las piernas no son tan cortas y la cabeza no es tan grande como antes. Junto con el crecimiento físico aparece un aumento proporcionado de la fuerza.

En los niños de seis años, también comienza a ser perceptible la mejora de la coordinación, equilibrio y capacidades motoras. Con esta edad, el niño tiende a ser incansable y tiene más capacidad para comenzar una tarea que para finalizarla. Esto debe tenerse en cuenta cuando se controle el programa de ejercicios del niño. Cuando este alcanza los nueve o diez años, su capacidad para finalizar las tareas se ha desarrollado mucho. Ahora, la capacidad del pequeño para pensar en metas a largo plazo, y lo que implica conseguirlas, ha aumentado. Este el momento de comenzar un entrenamiento atlético en serio, si eso es lo os interesa.

Los niños con seis o siete años aún son introspectivos y muestran interés por los juegos imaginativos, interés que pronto decae. Con esta edad suelen ser muy cooperativos y tienen ganas de agradar a sus padres, pero cuando cumplen los diez u once años la influencia de las personas ajenas al hogar familiar —por ejemplo, los profesores, entrenadores, amigos, etc.— tiende a disminuir la autoridad de los padres. Un niño con diez años puede parecer, de repente, resentido por el control paterno, pero puede aceptar el consejo de un completo extraño antes que el de sus padres. Este es un proceso que, aunque molesto para los padres, forma parte del proceso de crecimiento del niño. En algunos niños se da a los diez años y en otros durante la adolescencia. Otra cosa que a veces ocurre es que los niños pasan por una fase en la que adoran a un héroe (normalmente no suelen ser los padres): esto puede ser una fase positiva siempre y cuando el héroe tenga unas cualidades positivas.

Puede que os apetezca que vuestro hijo, con esta edad, comience a practicar alguna actividad física fuera de la casa. Si es así podéis inscribirlo en una clase de karate, de baile, etc. Una nota de precaución: la actitud del niño con esta edad se configura por la de sus amigos, entrenadores, familiares, profesores, etc., y esto deja el niño abierto a cualquier intromisión: está a merced de otros que no son sus padres.

Me acuerdo muy bien de mi experiencia con los deportes cuando era niño. Jugaba al baloncesto, fútbol, balonmano y era muy bueno corriendo y saltando. Puesto que era bueno en lo que hacía, siempre me buscaban para formar parte de un equipo u otro. Todo esto era emocionante hasta que me hice mayor y me di cuenta de que todo el mundo esperaba lo mejor de mí. Uno de mis compañeros de equipo llegó a ser un profesional del baloncesto, sin embargo, cuando yo crecí perdí el interés. Aún recuerdo la desilusión que se llevó todo el mundo cuando decidí no hacer carrera en el baloncesto. Aprendí siendo muy joven que cuando eres bueno en algo nunca se te vuelve a permitir que seas un simple ser humano. Mientras puedas sacar una canasta o coger un rebote, eres estupendo; sin embargo, cuando fallas en algo, todo el mundo te olvida y te quedas solo. Esa es una sensación horrible, en especial para un niño pequeño. Me he permitido contar esta pequeña historia porque he visto cómo padres perfectamente racionales se emocionaban en exceso por un simple partido de baloncesto en el que jugaba su hijo, y esto hace que el niño se angustia mucho.

Otro factor que hay que tener en cuenta cuando su hijo participa en deportes es el de las lesiones. Esta es una de las principales causas de deformidad en los niños de hoy en día. Los niños se ven obligados a realizar tareas para las que aún no están preparados. Por ejemplo, es fácil que un portero de fútbol se lesione un brazo al hacer una parada si aún no ha desarrollado por completo estos músculos. Errores como este se comenten muy a menudo por culpa del orgullo, diversión o ego de los padres.

5) Entre 12-18 años (adolescencia)

Esta es la edad en la que los cambios se producen rápidamente. El niño experimenta un notable aumento de la fuerza y de la constitución corporal. En esta fase se forman las características sexuales primarias y secundarias. En los chicos la voz se hace más grave y aparece el vello pubiano y axilar, etc. En las chicas también aparece el vello pubiano y axilar, crecen los pechos, se ensanchan las caderas, etc. Junto con estas señales físicas externas, también comienzan a aparecer los primeros flujos menstruales entre los trece y quince años (antes en las menos sanos, más tarde o nunca en las chicas muy atléticas o sanas) y en el hombre comienza la producción de esperma.

La adolescencia es el momento de en el que se examinan a sí mismo y comienzan a preocuparse por los asuntos mundiales. Existe una gran preocupación por el papel que los adolescentes desempeñan en la sociedad. Lo que más importa es cómo el adolescente se adapta a las relaciones con su grupo de iguales. No es raro que con esta edad se hagan locos, y a veces peligrosos, ejercicios acrobáticos para ganar la aprobación general de los amigos o para impresionar a un miembro del sexo contrario. En este punto, todo esa energía debería ser canalizada en tareas más constructivas, es decir, en programas de educación física y otras actividades que fomenten la salud. Ejemplo: nadar, patinar, el tenis, etc. El hecho de experimentar una buena forma física es algo emocionante y divertido para el adolescente, al mismo tiempo que le hace respetar el cuerpo y la salud. Para un adolescente que intenta conseguir una buena forma física, el hecho de realizar prácticas nocivas para la salud, como fumar, beber o tomar drogas (algo tan común en los jóvenes de hoy en día) tiene menos atractivo que para alguien que esté menos orientando hacia la salud.

De nuevo, esta es una época difícil para los padres. El adolescente sigue sin tener en cuenta los bien intencionados consejos de sus padres. Al igual que en las primeras etapas del desarrollo del niño, se trata de una forma de manifestar su independencia de la influencia paterna, y es bastante normal. Como padres, el único camino que tenéis es ofrecerle vuestra ayuda cuando os la pida.

Si vuestro hijo practica algún deporte, el entrenador asumirá el papel de padre sustituto en lo que se refiere a elecciones de carrera, consejos, etc., y vosotros deberíais cooperar con esta persona para estar seguros de que vuestro hijo va a estar muy bien. En la adolescencia, los padres notarán de nuevo que el peso del niño cambia rápidamente. La infancia y la adolescencia son las únicas épocas de la vida en las que uno produce células grasas y una vez que estas células se han creado permanecen para siempre. Las dietas encogen las células, pero no las eliminan. Un adolescente obeso es una triste perspectiva, puesto que será así toda su vida, a no ser que esté constantemente controlando el peso. Las estadísticas actuales indican que el estadounidense medio está más gordo de lo que nunca lo ha estado con anterioridad, cuando la gente tenía que hacer más trabajos físicos para ganarse la vida. La razón de este problema de peso nacional es, por supuesto, la falta de ejercicio y el exceso de alimentos con un alto contenido en grasas, proteínas y muy procesados.

Es recomendable que cuando el pequeño se vaya haciendo mayor se le acostumbre al ayuno. El ayuno es un método natural y consagrado de proporcionar a la mente y al cuerpo un descanso y la oportunidad de recuperarse. Puesto que el cuerpo descansa cuando no tiene que digerir, absorber o metabolizar alimentos, se ve libre para acometer el trabajo de limpiarse a sí mismo. La sangre, los riñones y todo el sistema intestinal se deshacen de los desechos acumulados. El cerebro y el sistema nervioso se renuevan y reajustan. Aquí os ofrezco algunos consejos sobre el ayuno: debe empezar con un ayuno corto y lento, digamos entre 12 y 18 horas, y poco a poco llegar a las 48 horas. Esta es la forma más inocua y sana que se puede adoptar cuando tratamos con un adolescente. Ayuno significa ausencia de alimentos o bebidas, excepto agua pura que debe beberse cuando se tenga sed. Evitad hacer ejercicios físicos prolongados (un ejercicio breve está bien); así como las largas exposiciones al sol o al calor. Descanse. El ayuno debe interrumpirse lentamente, comenzando con zumos de frutas recién exprimidas y continuar con alimentos sólidos algunas horas después. Las comidas deben ser complementarias del ayuno, es decir, tras largos ayunos deben hacerse comidas pequeñas y viceversa.

Una advertencia final: En la adolescencia, vuestro hijo puede tender a buscar las soluciones a los problemas por sí mismo. Si miráis hacia atrás, recordaréis que probablemente vosotros hacíais lo mismo. Sé que yo sí. Algunos problemas son menos urgentes que otros, pero para vuestro hijo adolescente todos son urgentes.

La filosofía de hacer dinero rápido que impera hoy en día convierte al adolescente en el objetivo principal para todas las novedades que continuamente saturan el mercado. Padres, todo lo que vuestro hijo llegue a ser en un futuro comienza con vosotros.

B. Otros factores

Mujeres y ejercicio

En Estados Unidos, las mujeres se han visto discriminadas por el viejo error de que las mujeres no deben realizar actividades físicas. Este error ha servido para que los hombres estadounidenses mantengan a sus mujeres en la retaguardia. Yo he vivido en otras sociedades en las que a las mujeres se les permitía más control sobre sus propias vidas. Estas mujeres tenían menos problemas cuando llegaban a la edad de poder reproducir. Por regla general, las niñas estadounidenses llegan a esta edad sin estar ni física ni mentalmente preparadas, lo que explica la gran incidencia de malformaciones congénitas que se ven todos los días en los hospitales de este país. La mayoría de las estadounidenses tienen embarazos y partos difíciles debido en gran parte a que carecen de un buen acondicionamiento físico.

Durante mucho tiempo, la norma ha sido invertir menos dinero en educación física y en becas deportivas en las mujeres que en los varones (si es que se les concedía algo). Parece que finalmente está naciendo la idea de que tanto las chicas como los chicos tienen las mismas necesidades fisiológicas y que la única diferencia es que se ha excluido a las chicas de todos los programas de educación física.

Dormir

El sueño es un proceso individual y sólo se puede determinar por la forma en la que el niño funciona durante el día. Si durante el día el niño parece irritable o adormilado, ese niño debería hacer una siesta. Los estudios realizados en EE.UU han descubierto que aquellos niños que son activos necesitan dormir menos que un niño pasivo y que carece de estimulación mental. Por tanto, el sueño se determina principalmente por el grado de actividad, por la dieta y el estado mental del niño. A la mayoría de los pequeños no les gusta irse a la cama porque temen perderse algo. Lo mejor que se puede hacer es establecer una rutina nocturna de ducha, higiene dental y cuentos. Esto funciona bastante bien con mis hijos. Por supuesto, con los niños mayores la rutina debe ser diferente. Usted necesita elaborar un programa de normas para irse a dormir que funcione para usted y su familia.

CONCLUSIÓN

Es importante que animéis a vuestro hijo a que aproveche todas las oportunidades de estar físicamente activo. Ayudadle a participar en el deporte que elija. Intentad que en vuestra familia haya interés por el deporte. Enseñadle ejercicios específicos para ayudarle a que complemente su actividad física habitual. Salid a correr o pasear al menos tres veces a la semana como una familia.

Convencedle de que no debe ingerir comida basura. Intentad no tener en casa aquellos alimentos que no queréis que vuestro hijo consuma (eso es mejor que prohibírselos). Leed atentamente todas las etiquetas y enseñad a vuestros hijos a que hagan lo mismo (esto no es necesario si sólo come frutas y verduras frescas: no tienen etiquetas). Seguid un régimen higiénico con una dieta adecuada y un estilo de vida sano —consumid frutas frescas y crudas, verduras, frutos secos y semillas; respirad mucho aire puro y procurad que le dé la luz del sol y que haga ejercicio—.

He aquí un futuro en el tanto vosotros como vuestra familia disfrutaréis de un estado continuo de buena salud.

PREGUNTAS SOBRE LA UNIDAD

PREGUNTA: ¿Cómo se las puede arreglar una familia de cuatro miembros, en la que ambos padres trabajan fuera todo el día, para seguir un programa de ejercicios?

RESPUESTA: Hágase a sí mismo esta pregunta: ¿Voy a permitir que la salud de mi familia se deteriore, lo que a largo plazo me saldrá más caro, o voy a aprovechar todas las oportunidades que se me presenten para realizar una actividad física? La respuesta a esta pregunta debería ser obvia. He aquí algunas sugerencias: en vez de ver televisión por la noche, pase una hora más o menos dando un paseo por el parque o zona verde que haya cerca de casa; saque tiempo los fines de semana para dar paseos en bicicleta con su familia; apúntese a un gimnasio. Estas sólo son algunas cosas que puede hacer para salvaguardar la salud de toda su familia. Estoy seguro de que a usted se le ocurrirán otras. Simplemente, elimine las actividades pasivas de su rutina diaria y sustitúyalas por otras activas. Su familia le querrá por eso y usted se sentirá maravillosamente bien.

PREGUNTA: Mi hijo no muestra interés por ninguna actividad física. Sólo quiere ver televisión todo el tiempo. ¿Qué puedo hacer?

RESPUESTA: Por lo que se refiere a la televisión, debe ponerle un horario en el que le indique cuántas horas de TV puede ver al día. Cuando haya agotado el cupo, tendrá que hacer otra cosa.

La falta de interés de su hijo se puede deber a muchas razones. Encuentre cuál es. Puede que sea la clase de persona que necesita que le inspiren o motiven. O quizá tenga una lesión que usted no conoce y que le duele. La dieta que su hijo consume también influye mucho. En las pruebas realizadas a atletas, se ha demostrado que aquellos que siguen una dieta a base de alimentos sanos y naturales rinden más y tienen más ganas de realizar su actividad que aquellos que siguen la dieta convencional consistente en alimentos procesados y adulterados.

PREGUNTA: Parece que ahora que mi hijo va a clases de karate necesita dormir menos. ¿Eso es normal?

RESPUESTA: No tiene absolutamente nada de lo que preocuparse: es perfectamente normal. Verá, cuanto más actividad física realiza el cuerpo, menos horas de sueño necesita. Esto es estupendo para su hijo: tendrá más tiempo para disfrutar de las actividades que elija.

RESUMEN

La actividad física o los ejercicios han estado demasiado tiempo sin que se les concediera importancia alguna. Muchas de las enfermedades que la población actual sufre tienen su raíz en una falta de actividad física. Para asegurarnos la salud del mañana debemos comenzar hoy a animar a nuestros pequeños a que adopten actitudes positivas hacia la actividad física. Nosotros mismos, como padres, debemos tomar la iniciativa, porque nosotros sabemos bien que la preparación comienza en casa.

TEXTOS SUPLEMENTARIOS

EJERCICIOS PARA LOS BEBÉS

Por el Dr. Herbert M. Shelton

Es una pena que durante tanto tiempo hayamos dependido de los médicos; de sus fármacos; de su tolerancia ante los hábitos nocivos y de la propaganda que han hecho de ellos; de su miedo al ejercicio y de su enfoque antinatural ante todos los problemas de la vida. Y es una pena que no hayamos escuchado más a los profesores de educación física, que tienen una visión mucho más natural de la vida. Estamos pagando un terrible precio en sufrimiento y muertes prematuras a causa de nuestra fe en las instituciones destructivas de los médicos y por negar las cosas constructivas de la naturaleza.

Para guiarnos, los médicos han establecido una serie de normas falsas (y bajas) basadas en medias de lo anormal y, después, se han opuesto a todo aquello que nos asegura unas normas verdaderas (y más altas).

Para el eterno prestigio de Sylvester Graham, de los doctores R. T. Trall, Taylor, E. Page y otros, que fueron los verdaderos pioneros del movimiento higiénico, tenemos el estudio que realizaron sobre la educación física y los principios que a partir de ahí utilizaron para cuidar tanto al sano como al enfermo.

Para empezar desde que nacen con un programa de educación física, el Dr. Page insistía que los bebés debían colocarse boca abajo en la cuna, y no sobre la espalda, como era, y sigue siendo, la regla general. Él insistía que en esta postura se desarrollaban mejor y más rápido. Cuando un bebé mueve los brazos y piernas en esta postura lo hace contra una resistencia. El simple hecho de patalear en el aire con las piernas y mover los brazos mientras están tendidos de espaldas no ofrece ninguna resistencia. Yo he visto cómo un bebé se arrastraba por la cama, tendido boca abajo, ¡con sólo una semana de vida!. Ese el verdadero ejercicio; el ejercicio que requiere un uso vigoroso de los músculos, en especial de los de las piernas y muslos. El bebé levantará la cabeza, hombros, caderas y muslos hacia atrás, ejercitando de forma vigorosa los músculos de columna vertebral. La belleza de los músculos que tienen a cada lado de la columna vertebral sólo es comparable a la de los hercúleos.

Imagine que, cuando nacen, ponemos a los gatitos, perritos, terneros, potros y pollitos de espaldas y nunca les permitimos que utilicen las piernas para nada más vigoroso que el simple hecho de patear en el aire: ¿llegarían a poder andar en algún momento? Si se pusiera a los monos y simios pequeños de espaldas y no se les animara a que utilizaran las piernas y los brazos, si no se vieran forzados a tener que balancearse con los brazos, ¡qué desarrollo más lento tendrían! ¿Por qué tenemos que seguir impidiendo el desarrollo de nuestros pequeños colocándolos de espaldas y dejándolos así?

El Dr. Tilden, tras años de utilizar este método, escribió en su obra Care of the Children [Cuidado de los niños] (1916):  «Coloque al niño sobre el estómago (el método del Dr. C.E. Page) y déjelo tendido sobre el estómago mejor que sobre la espalda. El método Page funciona bien. Los niños comienzan a andar y correr mucho antes.

La columna vertebral del feto es flexible. Para que adopte una posición rígida y la mantenga es necesario que se desarrollen los músculos espinales. Los movimientos que realiza el bebé, cuando está boca abajo, desarrollan los músculos espinales de una forma que no se podría conseguir si estuviera boca arriba.

Cuando el bebé que tiene unos músculos espinales bien desarrollados comience a sentarse — cosa que hará mucho antes—, se sentará erecto, porque sus músculos serán lo suficientemente fuertes como para mantenerlo en esta posición.

He insistido sobre el desarrollo de los músculos de la columna vertebral, brazos y piernas que se produce en la posición boca abajo. También es necesario mencionar que los músculos dorsales y los del abdomen también se ejercitan mucho con los movimientos realizados en esta posición. La fuerza de estos músculos también ayuda a que el bebé se mantenga derecho cuando está sentado.

¿Esto significa que nunca se debe poner al bebé de espaldas o de lado? De ninguna manera. Necesita las fuertes patadas y el braceo para desarrollar los músculos de las piernas y de los brazos. Todos los músculos necesitan y deben ejercitarse de distintas formas.

El gateo o arrastre requiere cierta cantidad de fuerza en los músculos de los brazos, pecho y hombros. Esta fuerza se desarrolla con más rapidez si el bebé se coloca boca abajo y se le permite que utiliza los brazos contra una resistencia. El bebé aprenderá fácilmente a levantar la parte superior del tronco con los brazos. También, aprenderá pronto a levantar las piernas y los muslos y adoptar una posición rodilla-pecho (a gatas). Toda esta fuerza y uso de los músculos debe adquirirse antes de que pueda empezar a gatear.

Cuando el cuerpo del bebé se ejercita se produce algo más que desarrollo muscular: también se produce un desarrollo mental. El bebé aprende a hacer cosas. Empieza a adquirir conciencia de los músculos y del poder que tienen. La consciencia muscular se adquiere antes si los músculos se utilizan contra una resistencia que si, simplemente, se patalea y bracea. La coordinación neuromuscular también se consigue antes cuando los movimientos de las diferentes partes del cuerpo encuentran resistencia que cuando no es así.

Durante el periodo en el que gatean es cuando los músculos troncales y los de los brazos y piernas se fortalecen. En especial, los músculos que más se fortalecen durante la acción de gatear son los de la pared abdominal, espalda inferior y hombros. Los parques, esos artilugios donde se encierran a los niños pequeños, tan populares entre las madres ignorantes y vagas, son una influencia nociva en la vida de los bebés. Los bebés encerrados dentro de las estrechas rejas de estas abominables prisiones no tienen ningún incentivo para ir a algún sitio gateando, por lo que estos bebes no realizan este ejercicio tan necesario.

El Dr. Page contrasta los métodos que nosotros utilizamos para cuidar a los bebés con los que la naturaleza utiliza para cuidar de los perritos, gatitos y de las crías de otros animales. Nosotros cogemos a los bebés, los llevamos en brazos, los metemos en cochecitos, los mimamos y hacemos de ellos unos pequeños tiranos que demandan constantemente nuestra atención.

«Los pequeños de algunas especies —dice el Dr. Page— son en algunas ocasiones transportados por sus padres de un punto a otro, pero, más allá de esto, ellos se transportan por sí solos. Sus padres se revuelcan junto a ellos, por así decirlo, por diversión mutua; pero, en lo básico, desde el principio se ven forzados a depender de sí mismos. Entre todos los animales podemos observar lo mismo: los bebés nunca están sobreprotegidos: no tienen cochecitos en los que pasar gran parte del tiempo, para perjuicio de su condición física, como les pasa a nuestros aristócratas bebés consentidos. A ellos no les enseñan a sentarse con una caja llena de juguetes delante para quitarles la tentación de llegar hasta los objetos lejanos. Si por casualidad ven algo que quieren eso no viene hacia ellos. Siempre es como Alá y la montaña: la criatura y la cosa nunca se unen, a no ser que el niño haga un esfuerzo. De esta forma crecen robustos, fuertes y sanos. Ellos se ganan la dieta y, por tanto, la digieren y asimilan. Su esqueleto se cubre con músculos bien entretejidos —no un tumor continuo y grasiento, con casi ningún músculo sólido que lo respalde—. En resumen, desde el principio, se mantienen en forma.

Hay que insistir sobre lo importante que es el hecho de que los bebés hagan ejercicio. Necesitan que se les empuje suavemente, revolcarse y retozar por el suelo, y tanto ellos como sus padres se divertirán tanto como las criaturas inferiores.

En mi obra The Hygienic Care of Children [Cuidado higiénico de los niños] he insistido sobre lo perjudiciales que son los juguetes. Los bebés no necesitan y no deberían tener estas cosas para jugar. Necesitan la oportunidad de realizar alguna actividad, de ejercitarse.

Un bebé normal puede, desde el momento que nace, asir un lápiz o cualquier otro objeto similar y quedarse colgado de él, manteniendo de esta forma el peso de su cuerpo con una sola mano. En prestigiosas investigaciones sobre bebés, nos dicen que esta habilidad la pierden muy pronto. Eso es cierto, sin embargo, sólo ocurre si no se les deja que utilicen sus manos de esta forma.

Los profesores de educación física coinciden en afirmar que colgarse con los brazos es una de las mejores clases de actividad para el desarrollo del pecho, músculos del hombro y brazos del niño. No veo ninguna razón por la que esta actividad tenga que posponerse hasta que el niño tenga tres o cuatro años. Puede comenzarse de inmediato, desde que nace. Si el niño desarrolla pronto una buena capacidad para agarrarse de esta forma se evitará muchas caídas y lesiones más tarde. Un bebé de dos meses disfrutará quedándose colgado de los dos dedos de su padre o madre y utilizar tanto los brazos como las piernas para hacer grandes flexiones de rodillas.

Sentimos un miedo infundado a dejar que el bebé se apoye en las piernas antes de que tengan suficiente fuerza para aguantar su peso. No hay forma mejor para fortalecer las piernas que la de dejar que el niño las utilice de esta manera contra la resistencia.

A los tres meses, un bebé normal se sostendrá de los dedos de otra persona, se apoyará y levantará sobre los dedos de los pies. Los bebés no son los pequeños animales frágiles que nosotros creemos, y les gusta tanto la actividad como a los perritos y gatitos.

Es complemente cierto que los bebés son más inútiles cuando nacen que cualquier cachorro y que este periodo de incapacidad dura más tiempo que en otros animales, pero los principios para cuidar adecuadamente a ambos son los mismos. Los bebés necesitan hacer ejercicio y necesitan que se les permita hacer cosas por sí mismos. ¿Cómo van a aprender a hacer cosas por sí mismos si siempre hay alguien que las hace por ellos? Yo conozco una chica de 19 años que no sabe atarse los zapatos, porque, y es la única causa, su madre u otra persona siempre lo han hecho por ella.

EJERCICIOS

Rellenar los espacios en blanco

Durante la…………………… es el mejor momento para comenzar un programa de ejercicios

Un buen estado de salud se consigue con……………………..

Cuando nacemos, los músculos más fuertes son los músculos del…………………

Las flexiones se consideran ejercicios…………………………..

Las actividades físicas………… enfermedades y otros problemas.

Los………………….. desempeñan un papel fundamental a la hora de que el pequeño desarrolle una actitud sana hacia los ejercicios físicos.

El ejercicio de las…………………. fortalecen y flexibilizan los músculos de los muslos y de la espalda inferior.

La………….. ……………………. es importante tanto para chicas como para chicos.

Evitar los alimentos ………………………………. es otro factor importante que hay que tener en cuenta para conservar una vida sana.

Los ejercicios que utilizan pesos aplicados se clasifican como ejercicios…………………………..

Verdadero o falso

Debería esperar a que su hijo tenga diez meses antes de comenzar un programa de formación física.

El consumo de comida basura no afecta el rendimiento en las actividades atléticas.

Cuanto más activo sea el niño, menos necesita dormir.

Las mujeres necesitan realizar menos actividades que los varones.

La Higiene Natural aconseja una dieta crudívora, descanso, actividad y sociabilidad.

El ejercicio forma tanto el carácter como la fuerza.

Si su hijo realiza algún deporte, la calidad de los zapatos, ropa, etc., que lleve no es muy importante.

La predisposición a la obesidad comienza en la infancia.

El niño al que desde muy pronto se le enseña a cuidar su cuerpo suele tener menos tendencia a realizar prácticas que minen la salud.

Permanecer sano es más fácil si acepta como un estado normal más que como una situación en la que hay que recuperarse de los errores.

Respuestas cortas

¿Cuáles son los beneficios que ofrece un ayuno?

Nombra dos ejercicios de no-resistencia.

¿Qué papel desempeña el esfuerzo físico a la hora de conservar un buen estado de salud?

Di algunas formas de animar a un niño a que siga practicando una actividad física cuando está a punto de abandonar.

¿Cuál es la dieta óptima para conservar la buena salud?

Emparejar

Isotónico                                                 

Resistencia

Formación de la resistencia

Acondicionamiento general

Flexibilidad

Cartílago

Desarrollo del adolescente

Agilidad

Ligamentos

Fuerza

La capacidad de soportar una prueba dura, de perseverar.

La estructura muscular trabaja contra una carga aplicada.

La capacidad para responder antes los cambios, adaptabilidad.

El estado de fuerza física: resistir un peso o una fuerza.

Estado de buena salud física, que resulta de una participación continua en actividades físicas.

Un tejido conectivo, blanco, fibroso y duro.

Pubertad, desde la niñez a la adultez.

Ligero, seguridad.

Banda de tejido conectivo fibroso y duro que soporta un órgano o conecta un hueso.

La actividad que implica el esfuerzo muscular utilizando objetos inamovibles: ejemplo: pesas, barras o muelles, etc.

RESPUESTAS A LOS EJERCICIOS

Rellenar los espacios en blanco

Infancia

Actividad física/ejercicios

Cuello

No-resistencia

Previene

Padres

Tijeras

Educación física

Procesados

Resistencia

Verdadero o falso

Falso

Falso

Verdadero

Falso

Verdadero

Verdadero

Falso

Verdadero

Verdadero

Verdadero

Respuestas cortas

Un ayuno permite que el cuerpo se limpie a sí mismo y descanse de los procesos de digestión, absorción y asimilación.

Flexiones, abdominales, estiramientos de piernas, saltar, la carretilla, etc.

Exige esfuerzo del corazón, pulmones y estructura muscular, lo que a su vez les permite desarrollarse.

a. cambiar el ritmo

b. comprobar que no haya una posible lesión.

c. ser imaginativo.

Fruta fresca y cruda, verduras frutas, frutos secos y semillas.

Emparejar

1.B

2.A

3.J

4.E

5.C

6.F

7.G

8.H

9.I

10.D