Lección 046 – Cuándo emplear el ayuno: quién debería ayunar, cuánto tiempo y con qué frecuencia

EL SISTEMA HIGIENISTA DE LA SALUD

Copyright @1986 LIFE SCIENCE INSTITUTE

La Ciencia de la Nutrición

NOVENA PARTE:

EL AYUNO

CUADRAGÉSIMA SEXTA LECCIÓN:

Cuándo emplear el ayuno: quién debe ayunar, cuánto tiempo y cuántas veces.

LIFE SCIENCE INSTITUTE

TEMA: Casi todo el mundo debería ayunar cuando lo necesite y durante el tiempo que sea necesario para permitir una completa eliminación.

PROFESORA: Susan Hazard

*GENERALIDADES

*OBJETIVOS DE ESTA LECCIÓN

*DEFINICIONES

*CONCEPTOS CLAVE

*HECHOS DESTACADOS

*ESQUEMA GLOBAL DE LA LECCIÓN

*PRESENTACIÓN DE LA LECCIÓN

*RESUMEN

*PREGUNTAS SOBRE LA LECCIÓN

*TEXTOS COMPLEMENTARIOS

*HOJAS DE TRABAJO

*RESPUESTAS

GENERALIDADES

     El momento adecuado para ayunar es cuando se necesite. Sabremos cuando es ese momento si nos dejamos guiar por ciertos signos determinados como por ejemplo: falta de hambre, lengua saburrosa, mal aliento, dolor, o cuanto aparezcan otros síntomas agudos.

     Ayunar está indicado en todas las enfermedades agudas y crónicas, y también es útil en la pérdida de peso y para superar las adicciones a las drogas. Casi todo el mundo puede ayunar, inclusive niños, bebés, mujeres durante el embarazo, y las personas mayores.

     La duración del ayuno difiere entre los individuos y viene determinada por cómo evolucionen durante el ayuno.

OBJETIVOS DE ESTA LECCIÓN

     Al término de esta lección el estudiante debería saber:

     1. Cuándo es el momento adecuado para ayunar.

     2. Qué indica la falta de hambre.

     3. Qué ocurre cuando se come sin tener hambre.

     4. Porqué se utiliza el ayuno en las enfermedades agudas y crónicas.

     5. Porqué el ayuno es el mejor método para la reducción de peso.

     6. Porqué el ayuno ha sido utilizado con éxito para superar las adicciones a las drogas.

     7. Porqué los niños no deberían ser obligados a comer si no tienen hambre.

     8. Porqué ayunar durante las primeras etapas del embarazo es beneficioso.

     9. Quién no debería ayunar.

    10. Cuánto tiempo debería ayunar.

    11. Cuántas veces debería ayunar.

DEFINICIONES

     ADDICCIÓN: Esclavitud a algún hábito, sobre todo a las drogas.

     ANOREXIA: Falta de hambre.

     APETITO: Deseo de alimentos, no necesariamente hambre.

     AGUDA: Que tiene síntomas agudos de corta duración. Las enfermedades agudas son autolimitadas, y los síntomas desaparecerán en cuando la necesidad de esta «crisis de eliminación» haya terminado.

     CRÓNICA: Enfermedad de una duración mayor consecuencia de la supresión de las crisis agudas y de un estilo de vida caracterizado por la práctica continua de hábitos insanos.

     DESCOMPOSICIÓN: Proceso de putrefacción o de pudrición.

     HAMBRE: Sensación agradable que indica la necesidad de alimentos. El hambre se siente en la boca y en la garganta y no va acompañada de dolor o molestias.

CONCEPTOS CLAVE

     1. El momento adecuado para ayunar es cuando se necesite.

     2. El ayuno está indicado en todas las enfermedades agudas.

     3. Comer durante las crisis de enfermedades agudas añade más toxinas al cuerpo.

     4. El ayuno ha contribuido a la recuperación de personas que padecían enfermedades crónicas.

     5. El ayuno es el método más seguro y efectivo para perder peso.

     6. No hay nada mejor que el ayuno para permitir al drogadicto superar su falsa «necesidad» de este veneno.

     7. Todo el mundo se puede beneficiar de un ayuno ocasional.

     8. Los niños saben instintivamente cuando ayunar y  deberíamos dejar que lo hagan hasta que el hambre vuelva.

     9. El ayuno durante las primeras etapas del embarazo es útil para permitir al cuerpo deshacerse de las toxinas acumuladas y de este modo proporcionar un entorno adecuado para el feto.

     10. La duración del ayuno dependerá de la evolución durante el ayuno.

HECHOS DESTACADOS

     1. No se tendrá hambre cuando exista una incapacidad para digerir y asimilar los alimentos.

     2. El hambre genuina no está relacionada con dolor o molestias. Las personas que tienen dolores de cabeza después de saltarse una comida tienen síntomas de toxicosis y es necesario un ayuno.

     3. La regla de la naturaleza en la enfermedad aguda es acostarse, abrigarse, y abstenerse de todo alimento hasta que el hambre vuelva.

     4. En todos los casos de úlcera péptica lo más indicado es no comer nada. La terapia dietética habitual que se suele recomendar crea problemas adicionales a los que el cuerpo tiene que hacer frente.

     5. Una característica importante sobre el ayuno en las enfermedades crónicas es la notable aceleración que se produce en la eliminación. De este modo el cuerpo se libera rápidamente de la carga tóxica acumulada.

     6. Cuando el individuo con exceso de peso experimenta una notable reducción de peso durante el ayuno, se observa una apreciable mejoría en la salud que se hace evidente por una mejor respiración, una mayor facilidad de movimientos, un incremento en la energía.

     7. Cuando el alcohólico ayuna, los tejidos del estómago, intestinos, hígado, corazón, nervios, etc., comienzan a reparse y se produce la curación. Después del ayuno, no tendrá más ganas de tomar esta bebida tóxica.

     8. Ayunar es muy útil para superar el hábito del tabaco. Hace que sea más fácil dejar este hábito, y en unos pocos días, el sabor de esta sustancia se vuelve repulsiva.

     9. Cuando un niño rechaza el alimento, es mejor dejarle en paz hasta que vuelva a tener hambre y quiera comer de nuevo,

     10. El cuerpo requiere tiempo para llevar a cabo este trabajo de curación y reparación, y no deberíamos fijar un límite de tiempo arbitario.

ESQUEMA GLOBAL DE LA LECCIÓN

PRIMERA PARTE

CUÁNDO AYUNAR

I. FALTA DE HAMBRE

   A. Hambre vs. Apetito

II. EN LAS ENFERMEDADES AGUDAS

    A. Alimentar al enfermo

      1. Úlcera péptica

      2. Dolor

III. AYUNAR EN LAS ENFERMEDADES CRÓNICAS

IV. AYUNAR PARA PERDER PESO

V. DROGADICCIONES

   A. Alcoholismo

   B. Tabaco

   C. Drogas

SEGUNDA PARTE

DETERMINANDO QUIÉN DEBE AYUNAR

I. EL AYUNO Y LOS NIÑOS

II. AYUNO DURANTE EL EMBARAZO

III. QUIÉN NO DEBERÍA AYUNAR

IV. AYUNAR EN LAS CARENCIAS

TERCERA PARTE

CUÁNTO, CUÁNTAS VECES

I. AYUNAR VS. INANICIÓN

II. LA EVOLUCIÓN DETERMINA LA DURACIÓN DEL AYUNO

    1. La lengua y el aliento

III. CUÁNTAS VECES

CUÁNDO UTILIZAR EL AYUNO: QUIÉN DEBE AYUNAR, CUÁNTO TIEMPO Y CUÁNTAS VECES

PRIMERA PARTE

CUÁNDO AYUNAR

     Respecto al momento adecuado para ayunar, el Dr. Shelton afirma que el momento de ayunar es «cuando se necesite.» Afirma, «Soy de la tajante opinión de  que el retraso no reporta ningún beneficio; debido al hecho de que el desarrollo progresivo de cambios patológicos en las estructuras del cuerpo con el consiguiente deterioro de sus funciones no cesa hasta que su causa ha sido suprimida completa y totalmente. Aplazar el tiempo del ayuno añade más problemas adicionales y hace que sea necesario un ayuno más largo, si es que puede ser ya de alguna utilidad. Ahora es el momento de empezar el trabajo de restablecer la buena salud; no la semana siguiente, el verano que viene o el año que viene.»

     De modo que está claro que, en caso de que se necesite, el ayuno debería iniciarse lo antes posible. Pero ¿Cómo determinar cuándo es necesario el ayuno? Habrá indicaciones bien definidas que se manifestarán, y en este punto, no habrá ninguna duda de que el ayuno es necesario.

FALTA DE HAMBRE

     Podemos asumir que cuando el hambre está ausente, tampoco existe una necesidad fisiológica de alimentos. No tendremos hambre cuando: (1) no hay necesidad de alimentos, como poco tiempo después de una comida, y (2) cuando hay una incapacidad para digerir y asimilar los alimentos, como ocurre en el caso de las enfermedades agudas (resfriados, gripe, etc.). Cuando no se tiene hambre lo mejor es no tomar ningún alimento.

     Si se toman alimentos cuando el cuerpo no puede digerirlos, se pudriran o fermentaran. Esto provocará la liberación de subproductos tóxicos resultantes de la descomposición en el interior del estómago. Las toxinas liberadas entran en la sangre y en los tejidos y contribuyen a la toxicosis.

     El dolor, la fiebre, la inflamación y las molestias intestinales nos hacen perder las ganas de comer. En esas condiciones no deberíamos comer nada hasta que volvamos a tener hambre.  En las enfermedades agudas, el hambre no tenemos hambre porque el cuerpo ha desviado su energía vital a otros canales. Puesto que todas las energías se concentran en la curación y la reparación, no hay ninguna para llevar a cabo el trabajo digestivo. La sangre también se desvía hacia las partes que necesitan curarse. Bajo tales circunstancias, la digestión queda suspendida por completo. Sin embargo, a menudo se ingieren alimentos por consejo del médico. Dicen que «debemos comer para recuperar las fuerzas.» En esos casos,  a menudo se vomitan o se expulsan los alimentos a través del tracto digestivo por medio de una diarrea. Si no, los alimentos se convierten en una carga adicional para el envenenamiento del cuerpo.

     Incluso cuando  el cuerpo puede expulsar estas sustancias alimenticias indeseadas, se gasta una energía vital preciosa durante el proceso. Las fuerzas dejan de ocuparse de la reparación y se malgastan en un esfuerzo que podría haberse evitado fácilmente ayunando. De este modo la recuperación se retrasa.

     En muchos casos, durante las enfermedades agudas y crónicas, una persona puede sentir hambre. En realidad, no es hambre lo que siente sino un deseo mórbido de alimentos. El hambre a menudo se mal interpreta por un dolor de cabeza, irritabilidad, inquietud, lasitud, apatía, debilidad, sensación de vacio, dolores persistentes en el estómago, etc. De hecho, ninguno de estos síntomas indica un hambre verdadero. El hambre es una demanda fisiológica normal, agradable que se siente en la boca y en la garganta  como la sed. Puesto que es algo normal, no va acompañado de dolor o molestias.

   Hambre vs. Apetito

     Un simple método para determinar el hambre auténtico es pensar cuánto tiempo ha transcurrido desde la última comida. Si desea comer mientras la última comida todavía se está digiriendo, no está hambriento. Si en su última comida tomó frutos secos o aguacate, su próxima comida no debería ser  hasta al menos cuatro a cinco horas después.

     Recuerde que el hambre genuino no tiene nada que ver con el dolor y las molestias. Un individuo sano puede saltarse fácilmente una comida o dos sin sentirse débil o experimentar dolor. En caso afirmativo, es una señal segura de que es necesario un ayuno, seguido de un cambio en los hábitos alimenticios.

     Las personas que se sienten débiles o experimentan dolores de cabeza al saltarse una comida están pasando por «síntomas de abstinencia» de sustancias adictivas que ingieren con sus alimentos. Cuanto más adicto se es a la sal, condimentos, café, té, etc., más severos son los síntomas. El método más rápido y más seguro de deshacerse de estas adicciones es a través de un ayuno. La Dra. Susanna W. Dodds declaró que, «la causa de esta debilidad en estos casos no es por falta de material nutritivo, sino debido a la ausencia del estímulo habitual.»

     El hambre del individuo mal nutrido (uno que consume alimentos procesados como azúcar refinado y harina; alimentos cocinados; carne; etc.) es de la misma naturaleza que el drogadicto que es privado de la droga. Experimentan síntomas tales como molestias gástricas, dolores en la región del estómago, retortijones en el estómago, debilidad, dolor de cabeza, etc.

     Por el contrario, las contracciones musculares normales no son dolorosas, tienden a ser agradables. El hambre no es un estado patológico y no se manifiesta con síntomas de enfermedades.

     El Dr. Shelton dice, «La persona verdaderamente hambrienta no es consciente de su estómago y no sufre ningún síntoma mórbido. En efecto, el hambre genuino es una sensación tan deliciosa que vale la pena ayunar simplemente por el placer de experimentarlo.»

EN LAS ENFERMEDADES AGUDAS

     La regla de la naturaleza en la enfermedad aguda es acostarse, abrigarse y abstenerse de toda clase de alimentos hasta que el hambre vuelva. El ayuno en casos de fiebre era empleado normalmente por los médicos napolitanos hace más de ciento cincuenta años. Con frecuencia permitían a su pacientes con fiebre estar cuarenta días sin ningún alimento. El Dr. Shelton declara, «Cuando se alimenta a los pacientes con pneumonia y pleuresía, no sólo se mantiene la saturación tóxica, sino que la alimentación retarda su resolución; es decir, impide que los pulmones y pleura inflamados recuperen la normalidad.»

     Cuando los animales enferman, instintivamente se abstienen de comer. Permanecen tranquilos y descansan hasta que su apetito vuelve y ese momento es un indicio seguro de que se han recobrado. Lo mismo necesita el hombre, es decir, tranquilidad, descanso y ayuno, con un poco agua según la sed que tenga. Pero a menudo, el hombre se niega a dejarse guiar por su instinto como hace el animal, y come a pesar de no tener hambre. Al actuar así lo único que consigue es debilitar al cuerpo todavía más.

     En toda clase de enfermedades agudas, todo el organismo está ocupado en la tarea de eliminar toxinas. Es perfectamente natural que el cuerpo se rebele contra los alimentos durante este periodo. Síntomas tales como anorexia, mal aliento, lengua saburrosa, náuseas, vómitos, excreción de moco, diarrea, etc., indican que el cuerpo está ocupado en la tarea de eliminación y no es capaz de digerir alimentos.

Alimentar al enfermo

     Durante las enfermedades agudas, a menudo se aconseja tomar caldos de carne. Estos caldos no sólo no favorecen la salud sino que producen el «suelo» para la enfermedad. Durante mis clases de bacteriología en la esculea, a menudo usábamos caldos de cultivo de carne para cultivar nuestras bacterias. Estos caldos de cultivo eran excelentes para producir grandes colonias de diversos tipos de bacterias puesto que el «suelo» o el «alimento» para estas bacterias era casi el ideal para ellas. Aunque sabemos que las bacterias no causan la enfermedad, están presentes en muchas enfermedades. Cuando el «suelo» es ideal para que las bacterias proliferen, así lo harán. Esto es una indicación excelente de toxicosis debido a la descomposición de los alimentos y las bacterias en el estómago y tracto digestivo.

     Puesto que la enfermedad aguda es un esfuerzo por parte del cuerpo por deshacerse del exceso de toxinas, no debería interferir o abortar ese esfuerzo añadiendo más toxinas al cuerpo ingiriendo los mismos alimentos que ocasionaron que el exceso de toxinas se acumularan en primer lugar. Realmente, incluso los mejores alimentos son toxinas potenciales durante las enfermedades agudas.

     El Dr. Shelton dice que una de las reglas para el enfermo es dejar de absorber toxinas del exterior. Afirma, «Alimentarse durante la ‘enfermedad’ aguda hace justo lo opuesto. Mantiene al tracto digestivo lleno de materia animal y vegetal en proceso de descomposición, que el cuerpo debe evacuar o absorber. La putrefacción procedente de la descomposición gastro-intestinal, unido a la enervación, toxemia y discrasis preexistente, forman la causa de prácticamente todas las supuestas ‘enfermedades’ que el hombre padece.»

     Durante la gastritis aguda, la membrana mucosa del estómago está roja e inflamada. Hay poco jugo gástrico y se excreta muy poco ácido, con cantidades considerables de moco presentes. Con el estómago en esta condición, y con la falta de apetito, sería insensato comer. Ayunar en un caso así es el único procedimiento racional. Sin la presencia irritante del alimento y sus productos de descomposición, el cuerpo procederá a curarse y recobrará la salud.

Úlcera péptica

     Un ejemplo de alimentación durante  la enfermedad lo tenemos en el caso del paciente con úlcera péptica. La úlcera péptica es el término general que se da a una lesión de la mucosa corroída del estómago o del dudodeno. Se dice que la excreción excesiva de ácido clorhídrico es la causa de esta condición. Aunque esta pueda ser la causa irritante e inmediata de esta condición, la razón subyacente de que el ácido clorhidríco sea segregado por encima de lo normal es debido a la enervación general y a la toxicosis, La «terapia» dietética generalmente aceptada es una dieta «blanda.» Esta dieta está compuesta exactamente por aquellos alimentos que contribuyeron a la enervación general y a la toxicosis en primer lugar. Los alimentos que se suelen recomendar incluyen leche, huevos, pan blanco, queso, y sopas cremosas. Estos «alimentos» no nutritivos no favorecen la salud.

     En estos casos lo mejor es abstenerse de los alimentos para permitir que el cuerpo se cure sin la irritación de los alimentos. Esta es la forma más rápida y segura de recuperar la salud. Los «fuertes dolores» que los pacientes dicen que sienten no es hambre auténtica.

     Otro ejemplo de alimentación durante la enfermedad es la dieta terapéutica para una enfermedad intestinal como la diverticulosis y diverticulitis. En lugar de buscar la causa subyacente de esta condición, los médicos alivian los síntomas y empeoran las cosas. La terapia dietética en tales casos haría enfermar a cualquier hombre sano. Incluye leche, café, té, bebidas carbónicas, huevos, queso, carne, sopas, verduras cocinadas coladas, frutas cocinadas coladas, pan blanco cocinado, cereales refinados, arroz blanco, macarrones, tallarines, espaguetis y otros productos refinados. El hombre podría vivir mucho más tiempo sólo a base de agua que con la dieta descrita para la diverticulosis. Cualquier valor nutritivo presente en las frutas y en las veruras ha desparecido al cocinarlas, y colarlas y hacerlas puré empeora aún más las cosas. De nuevo, lo mejor es ayunar y después corregir los hábitos alimenticios y el cuerpo pordrá volver a la normalidad.

Dolor

     Se sabe que cualquier dolor que una persona pueda experimentar disminuye mientras ayuna. El Dr. Shelton ha sido testigo de como muchos pacientes con dolores de reumatismo articular agudo disminuyen y el paciente está cómodo después de tres o cuatro días de ayuno.

AYUNAR EN LAS ENFERMEDADES CRÓNICAS

     El momento de ayunar es antes de que una enfermedad se convierta en crónica. Si se hace un ayuno cuando los síntomas de la enfermedad aguda se manifiestan por primera vez y se sigue un estilo de vida más sano, las enfermedades crónicas no se desarrollarán. Lo que ocurre a menudo, sin embargo, es que cuando los síntomas de las enfermedades agudas aparecen, son suprimidos con medicamentos diversos, etc. Al cuerpo nunca se le permite eliminar su sobrecarga tóxica que se ha acumulado durante un periodo de tiempo debido a hábitos de vida insanos. A causa de esta supresión constantes y los malos hábitos persistentes, las enfermedades crónicas se desarrollan. En este punto, muchas personas ayunan como «último recurso.»

     A pesar de todos los abusos por los que el cuerpo ha tenido que pasar anteriormente, se producen resultados beneneficiosos a través del ayuno. Una característica importante sobre el ayuno en las enfermedades crónicas es la notable aceleración de la eliminación. De este modo el cuerpo es liberado rápidamente de su carga tóxica acumulada. Los síntomas desaparecen después de llevar años con ellos. A este respecto, el Dr. Shelton dice, «Un ayuno correctamente supervisado permitirá al cuerpo enfermo crónicamente excretar la carga tóxica que es responsable de los problemas, después de lo cual un estilo de vida correcto permitirá al individuo evolucionar hacia un estado de salud vigoroso.

     El ayuno ha contribuido a la recuperación de las personas que padecen de asma, artritis, diabetes, tumores diversos, trastornos cardiacos, y numerosas otras enfermedades. ¿Por qué era el ayuno tan eficaz en todas estas enfermedades? La razón es que las enfermedades pueden diferir en lo que se refiere a los síntomas que manifiestan pero las causas subyacentes siguen siendo las mismas. Dos personas práctican malos hábitos durante años, cometiendo ambos los mismos excesos, uno desarrolla asma y el otro artritis. La salud puede ser recuperada en ambos casos con los mismos medios: ayunando.

     El Dr. Shelton cita un caso de una joven cantante que había desarrollado un estado asmático grave y ya no podía cantar más. El médico no le dió ninguna esperanza y la dijo que no existía «cura» alguna para el asma. Al final tuvo que dejar de cantar, y se retiró a su granja. Entonces oyó hablar de la Higiene Natural y del concepto de la importancia de la propia capacidad curativa del cuerpo. Decidió dar a este sistema una oportunidad. Tras consultar con el Dr. Shelton, decidió ayunar. En cuestión de semanas, el asma desapareció; y al cabo de unos pocos meses, estaba cantando otra vez. No obstante, no olvide que el ayuno no hizo nada excepto proporcionar las condiciones ideales para que el cuerpo se curase.

     El Dr. Shelton cita otro ejemplo de ayuno en una  enfermedad crónica. Era el caso de un hombre que había tenido artritis durante veintiocho años. El Dr. Shelton describe el caso:

     «Con el paso de los años, todas las articulaciones habían sido afectadas hasta tal punto que el paciente era un hombre deforme que andaba con la ayuda de muletas y bastón, con una postura encorvada. Era incapaz de volver su cabeza de un lado a otro, y su dolor era constante.

     «Le habían dicho que existía la posibilidad de que parte de sus articulaciones se quedasen anquilosadas. No hay manera de desunir las articulaciones anquilosadas. Permanecen fijas, inamovibles, Sin embargo, las buenas noticias eran, en este caso, que podía liberarse del dolor. Podría volver a sentirse útil y podría disfrutar de la vida.

     «Este hombre hizo un ayuno largo -de treinta y seis días. Hubo una gran mejoría. Se liberó del dolor, fue testigo de la desaparición de la inflamación de algunas de sus articulaciones, su reducción en otras, y del lento restablecimiento de los movimientos en las articulaciones que durante tanto tiempo habían estado  rígidas.

     «Tardamos cuatro años en completar todas las mejorías posibles en este hombre. Durante esta época, hizo un segundo ayuno y varios ayunos más de unos pocos días de duración. Su alimentación entre los ayunos estaba cuidadosamente supervisada. Tomaba baños de sol todos los días; y tras una cierta mejoría inicial, empezó a hacer ejercicio.

     «Resultado: su columna casi está derecha, el uso de sus brazos y piernas es normal, puede volver la cabeza, casi anda completamente erguido, no utiliza bastón ni muletas, no tiene dolores, parece ‘la personificación de la salud,’ y trabaja como un esclavo.

     Este caso era un caso extremo que necesitaba un periodo largo para recuperarse pero sirve para ilustrar lo que el cuerpo puede hacer cuando se le dan las condiciones adecuadas.

AYUNAR PARA PERDER PESO

     El Dr. Dewey decía, «No hay ninguna persona con exceso de peso que no pueda obtener un gran beneficio con un ayuno cuya duración vendría determinada por el tiempo necesario para alcanzar el peso ideal.»

     Ayunar no sólo es la manera más rápida, segura y eficaz de perder peso sino que posee el beneficio adicional de librar al cuerpo de los desechos tóxicos. Ayunar ayudará al individuo obeso a superar sus adicciones a alimentos como el azúcar, la cafeína y los alimentos basura, y hará que la transición hacia un manera de alimentarse más sana sea más suave.

     Cuando el individuo con exceso de peso experimenta una notable reducción de peso durante un ayuno, se observa una mejoría en la salud general con una respiración mejor, una mayor facilidad de movimientos, un incremento en la energía, el cese de los síntomas de indigestión y otras molestias, reducción de la presión arterial y disminución en la carga que el corazón tiene que transportar.

     Por término medio, el individuo pierde de dos a una libra y media al día en un ayuno. Puesto que el hambre está casi siempre ausente durante este ayuno, es una forma más placentera de perder peso que las populares dietas reductoras. Estas dietas a menudo incluyen alimentos insanos, y la pérdida de peso con frecuencia es mínima. El que hace dieta pronto se desanima y una vez más vuelve a cometer los mismos excesos que antes. Si pierde peso siguiendo una de esas dietas, el resultado es la flaccidez y flojedad de la piel y los tejidos. Esto no suele ocurrir durante el ayuno. De modo que el ayuno es más rápido y más agradable que las dietas reductoras, y no se producirá ninguna flaccidez o flojedad en la piel.

     La gente a menudo pregunta qué cantidad de peso es aconsejable perder en un ayuno. El Dr. Shelton dice que el propio cuerpo decide qué cantidad es la apropiada. Cuando el tejido adiposo es blando y fofo, el peso se pierde generalmente más rápidamente en los primeros días del ayuno. En otros individuos, el ritmo de la pérdida puede ser considerablemente más bajo, pero el resultado final será el mismo. Es decir, reducción total de peso y una mejoría en la salud general.

DROGADICCIONES

     Cualquier forma de drogadicción es un intento estúpido de obtener alivio a los dolores de cabeza, nerviosismo, irritabilidad, y otros síntomas a través de la supresión. El deseo de estas drogas conduce invevitablemente a la enervación del sistema nervioso. Los adictos tomarán su café, alcohol, tabaco, etc., para «calmar sus nervios» y se marean  y se sienten débiles sin ellos. Esto es una ilusión. El efecto de la droga les hace ignorantes de su verdadera condición. Estos venenos no les hacen más fuertes sino que producen más debilidad y enervación. No es la droga la que crea el hábito sino el hombre. Y es él el que debe sufrir las consecuencias de estos hábitos insensatos.

     No hay nada mejor que el ayuno para que el drogadicto supere esta falsa «necesidad» de estos venenos. Pocos drogadictos tienen la suficiente fuerza de voluntad o fuerza física para superar sus adicciones sin ayuda, y el ayuno facilita dicha ayuda. Estas personas serán capaces de abandonar sus antiguos hábitos y su salud global experimentará un notable mejoría.

Alcoholismo

     El hábito del alcohol progresa lentamente hasta alcanzar una etapa crónica. Durante esta progresión, todos los sistemas corporales se han enervado y dañado hasta cierto punto. El alcohólico es un individuo enfermo crónicamente. Teniendo esto en cuenta podemos comprender fácilemente porque el ayuno es muy beneficioso en este caso. Durante este periodo de descanso, el organismo injuriado experimenta la curación y reparación necesarias y al final recupera sus malgastadas energías vitales. Al término del ayuno, el cuerpo habrá eliminado sus toxinas acumuladas y el sistema nervioso recobrará la salud (mientras no haya daño permanente).

     El alcoholismo es una enfermedad que acarrea anormalidades estructurales. Se ha descubierto que el alcohol daña a todos los tejidos con los que entra en contacto. Cuando una persona bebe un vaso de alcohol, daña al esófago por irritación química directa de su mucosa, al inducir el vómito severo que desgarra la mucosa, o al interferir con funciones motoras normales causando un movimiento ascendente del ácido del estómago en el esófago donde puede corroer los tejidos.

     Cuando el alcohol entra en el estómago, produce inflamaciones y lesiones sangrantes en él. La magnitud del daño que causa al revestimiento del estómago parece estar relacionado con la concentración de alcohol, dañando rápidamente a las células inmediatamente después de ingerir el alcohol. En el intestino delgado, las ondas peristálticas próximas disminuyen por el alcohol y las ondas propulsoras permanecen igual, dando lugar un índice mayor de propulsión a través del intestino delgado. Este efecto se considera uno de los posibles factores que contribuyen a la diarrea experimentada frecuentemente por los alcohólicos que beben compulsivamente. También puede producirse una mala absorción intestinal por la ingestión de alcohol.

     A medida que el alcohol pasa a través del hígado, inhibe la conversión de aminoácidos a glucosa. El alcohol también puede estimular la síntesis hepática de algunas otras proteínas, incluyendo lipoproteínas que transportan las grasas en la sangre. Este efecto puede explicar los elevados niveles de triglicéridos (grasas) en la sangre que se observan frecuentemente tras la ingestión de alcohol. La alteración en el metabolismo de las grasas puede ocasionar la acumulación gradual de grasa en el hígado y un «híagado adiposo.» Esto puede producir una insuficiencia hepática y la muerte. La hepatitis alcohólica es un efecto importante del consumo fuerte y crónico de alcohol y puede  ser una etapa precursora de la cirrosis. La cirrosis es una enfermedad inflamatoria crónica del hígado en la que las células hepáticas en funcionamiento son reemplazadas por tejido cicatrizado.

     El alcohol tienen efectos nevativos sobre el sistema nervioso. Las células nerviosas cerebrales generan y conducen electricidad, transmitiendo información a una célula nerviosa adyacente mediante la liberación de sustancias químicas específicas llamadas neurotransmisores. La célula receptora proporciona la realimentación a la célula transmisora respecto al mensaje enviado. Cada célula puede recibir e integrar información de muchas otras, una función que el alcohol puede alterar.

     Las corrientes eléctricas en los nervios se transmiten desde la membrana de las células nerviosas al interior de la célula. Este mecanismo se cierra cuando la resistencia de la membrana de la célula se reduce en cualquier punto, dando lugar a cambios eléctricos llevados a cabo por iones de sodio y potasio que fluyen a través de la membrana en un movimiento llamado acción potencial. El alcohol daña la apertura del mecanismo, de modo que el nervio tiene dificultades en volver a cargarse. Los estudios neurofisiológicos han demostrado que el etanol inhibe la corriente de sodio en la acción potencial.

     El consumo de alcohol provoca la dilatación del corazón, signos cardiacos anormales, edema, dilatación del bazo y del hígado, respiración ruidosa, anormalidades electrocardiográficas, y trastornos del ritmo y conducción cardiacas.

     El Dr. Dewey afirmaba que el alcohólico sólo puede recuperar su salud mediante un ayuno. Dice, «Sólo  a través de un ayuno que permita al estómago dañado regenerarse, que permita al cerebro descansar y reponer sus reservas.»

     Cuando el alcohólico ayuna, los tejidos del estómago, intestinos, hígado, corazón, nervios, etc., empiezan repararse solos y la curación tiene lugar. Las glándulas y los nervios que han estado tan enervados por la sobreestimulación pueden descansar. La energía nerviosa se restaura; y al final del ayuno, el antiguo alcohólico se siente más fuerte y más vital que antes. Ya no le apetecerá el alcohol como el Dr. Shelton explica: «Cuando el alcohólico se ha recobrado completamente de su enfermedad y el hambre ha vuelto, ninguna clase de bebida alcohólica le tentará y si intentase beber, descubrirá que ya no le ‘gusta.’ Quemará y escocerá como cuando lo tomó por primera vez cuando era joven. Será un hombre libre otra vez -nunca más un esclavo del Rey Acohol.»

Tabaco

     El uso del tabaco provoca síntomas de irritabilidad, mal humor, nerviosismo e intranquilidad. El usuario del tabaco puede tratar de dejar este hábito varias veces pero fracasa y vuelve a su veneno supuestamente para calmar esos mismos síntomas que fueron inducidos en primer lugar por el tabaco. Carecen de fuerza de voluntad y la determinación para aguantar hasta que los nervios se hayan reparado solos.

     El ayuno es muy útil en estos casos. Hace que dejar el hábito del tabaco sea más fácil y, en pocos días, el mismo sabor de esta sustancia se vuelve repulsivo. El Dr. Shelton dice, «He visto a fumadores que fumaron como carreteros durante casi toda su vida que, después de un ayuno, se vuelven tan ‘sensibles’ a los humos repugnantes del tabaco que el olor de un puro proveniente de una manzana de distancia les molestaba»

Drogas

     En las adiciones a las otras drogas (como marihuana, cocaína, heroína, etc.) la prioridad número uno es el descanso -físico, mental y fisiológico. Después de un breve espacio de tiempo, el deseo por estos venenos disminuirá y desaparecerá pronto. El proceso de ir disminuynendo gradualmente las dosis que normalmente se emplea con los drogadictos no es un procedimiento adecuado ya que este proceso continía haciendo daño y no se obtiene ningún beneficio real.

     Al principio del ayuno, a menudo se producen violentas reacciones de abstinencia. Es aconsejable que estos ayunos estén supervisados por una persona con experiencia en el ayuno. Estas reacciones de abstinencia pronto cesan cuando el paciente continúa el ayuno. Entonces el cuerpo procederá a reparar el daño causado por las drogas, y las toxinas serán eliminadas. De los muchos casos que el Dr. Shelton ha observado en su Health School, afirma que ninguno ha vuelto a consumir drogas.

SEGUNDA PARTE

DETERMINANDO QUIÉN DEBE AYUNAR

     El Dr. Shelton dice, «Apenas hay una época de la vida o una condición del cuerpo en que un ayuno no pueda ser útil.» Hay algunos individuos que deberían ayunar sólo bajo supervisión, pero, en general, todo el mundo puede beneficiarse de un ayuno ocasional. No tiene porque estar muy enfermo o padecer alguna enfermedad crónica para beneficiarse de un ayuno. Este descanso fisiológico proporciona al cuerpo una oportunidad para restaurar la energía vital que no puede lograrse sólo con el descanso. Cuando el cuerpo está muy fatigado, la capacidad para digerir los alimentos está mermada. Sería insensato comer bajo tales circunstancias. El descanso es necesario. Cuando el cuerpo ha recuperado la vitalidad y vuelve a tener hambre, el ayuno debe interrumpirse.

     Comer una cantidad determinada de calorías o de proteínas de calidad superior no garantizará la salud si el cuerpo es incapaz de digerirlas y asimilarlas adecuadamente. Puede comer los mejores alimentos cultivados orgánicamente pero si el cuerpo está agotado o bajo un estrés emocional, los alimentos fermentarán, y en lugar de contribuir a la salud, tendrán el efecto contrario. La toxicosis será el resultado de la descomposición de estos alimentos. La respuesta adecuada, bajo estas cirunstancias, sería ayunar hasta que esos alimentos se puedan digerir.

     El Dr. Shelton afirma, «Nuestra regla de oro en la alimentación ha sido desde hace tiempo: si no se siente bien mantal y físicamente de una comida a la siguiente, saltese la comida. Si el individuo sano come en exceso, come cuando está fatigado o excitado de modo que se sienta mal después de comer, lo mejor es que se salte la siguiente comida. Si está preocupado, temeroso, ansioso, triste,  tiene conflictos internos o está sometido a otros estreses emocionales, saltese una o más comidas.»

EL AYUNO Y LOS NIÑOS

     Los niños casi siempre saben instivamente cuando ayunar y cuánto tiempo. Cuando el niño rechaza el alimento, es mejor dejarle tranquilo hasta que vuelva a tener hambre otra vez y nos pida alimentos. Los niños no tendrán ganas de comer cuando están enfermos. Cuando están enervados y tienen síntomas de toxicosis tales como gastritis, amígdalas dilatadas, estreñimiento, diarrea, fiebre, etc., no querrán comer nada. En tales circunstancias, al niño se le debe permitir ayunar hasta que todos los síntomas desaparezcan y el hambre vuelva. Estos niños nunca deberían ser obligados a comer ya que el alimento se descompondrá en el estómago y sus toxinas empeorarán las cosas.

     Para tratar al niño, lo mejor es contar con la ayuda de un higienista profesional. A veces un niño puede pedir alimentos aun cuando tiene un resfriado o gripe, pero no se le debe dar ningún alimento hasta que todos los síntomas hayan disminuido.

     El D. Emmet Densmore dice, «Frecuentemente se suele decir que este o ese otro bebé está molesto o se queja. Está molesto porque está enfermo, y está enfermo normalmente debido a una alimentación inadecuada. El mismo error que los seres humanos adultos cometen respecto a ellos mismos se comete respecto a la alimentación de los niños.»

     Los bebés pueden sufrir de indigestión debido al consumo excesivo de dulces o de otros alimentos insanos. Una de las primeras señales de dicha indigestión se observa en motas blancas en las heces. Esto indica que la leche no se digiere. Lo más sensato es saltarse una comida o dos. Si la condición se corrige en este punto, no se desarrollarán más consecuencias negativas y recobrará rápidamente la salud. Si no se corrige, puede desarrollarse inflamación del estómago, del intestino delgado y del intestino grueso.

     También es muy importante que los bebés y los niños sean alimentados correctamente después del ayuno.  Una dieta de frutas, verduras y frutos secos crudos y frescos es la adecuada para los niños. La leche de la madre es la ideal para el bebé y más adelante podrá dársele zumos de fruta recién hechos o purés de fruta hechos de fruta fresca y cruda.

     Respecto al alimento adecuado para los bebés y los niños el Dr. Densmore dice, «Los cereales o los granos y todos los alimentos feculentos son insanos para todos los  seres humanos; pero esta dieta es especialmente perjudicial para los niños y todavía más para los bebés. Los fermentos intestinales que se requieren para la digestión de los alimentos feculentos no se segregan hasta que el niño tiene aproximadamente un año de edad; y estos fermentos no son tan fuertes como en los adultos hasta que pasen algunos años. Todos los alimentos feculentos dependen de estos fermentos intestinales (enzimas) para la digestión, mientras que los dátiles, higos, etc., son más nutritivos que el pan y los cereales, y se digieren fácilmente -obteniéndose un mayor nutrimento de las frutas ya que están listas para absorberse y asimilarse en cuanto se comen.»

     Respecto al ayuno en el caso de los niños el Dr. Shelton afirma, «…aunque actuando siempre bajo las directrices higienistas adecuadas con su hijo, haga todo lo que pueda para dejar que recursos tan naturales como el descanso, la paz y la tranquilidad restauren al salud del niño si se encuentra mal o está enfermo -o incluso si es sólo cuestión de cuánto quiere comer.

     «Porque la sabiduría instintiva del bebé o del niño en tales casos puede ser mucho mayor de lo que posiblemente podríamos adivinar.»

AYUNO DURANTE EL EMBARAZO

     El embarazo es un proceso biológico normal que no debería ir acompañado de dolores, molestias o cualquier otra condición anormal. En su estado natural, los animales no tienen náuseas y vómitos durante el embarazo. Se dice que las mujeres primitivas no experimentaban molestia alguna durante el embarazo. Esto indica que «las náuseas» y los vómitos no son desarrollos normales durante el embarazo. Si una mujer sufre de náuseas y vómitos, no es debido al embarazo sino a la toxicosis que se desarrolló durante un periodo de tiempo antes de su embarazo.

     El cuerpo intenta proporcionar las condiciones ideales al feto en desarrollo. Por lo tanto inicia «una limpieza interna» para eliminar toxinas que harían que estas condiciones fueran todo menos perfectas. Muchos cambios tienen lugar en el cuerpo de una mujer durante el embarazo. Glándulas largo tiempo dormidas se activan. Todo su cuerpo experimenta un proceso de fortalecimiento y renovación. Si una mujer ha estado viviendo de forma sana, no habrá rastro de síntomas desagradables. Si es necesario un trabajo de renovación, entonces lo mejor es ayunar.

     Un ayuno de unos pocos días (no se deben hacer ayunos más largos durante el embarazo) permitirá al cuerpo deshacerse de las toxinas y proporcionar un entorno agradable para el feto. Después del ayuno, si se lleva un estilo de vida sano, la salud se mantendrá a lo largo de todo el embarazo.

QUIÉN NO DEBERÍA AYUNAR

     Como el Dr. Shelton señala, los peligros del ayuno son tan tenues que casi son despreciables o insignificantes. Enumera  varias contraindicaciones en las que el ayuno no está indicado:

1. Miedo al ayuno por parte del paciente: Es mejor educar al paciente sobre cuál es el fin del ayuno y qué esperar durante el ayuno. Déjele que lea algo sobre el ayuno y sobre las experiencias de otras personas. Una vez que sus temores se hayan calmado, puede comenzar a ayunar. Además el propio ayuno disipirá esos temores.

2. Delgadez extrema: Las personas que están muy delgadas puede hacer ayunos cortos con beneficios seguros. Cuando estas personas ayunan, es más acertado que los ayunos sean cortos y esto significa romperlo antes de que el hambre vuelva. Pero con un estilo de vida apropiado entre los ayunos estas personas pueden recuperar la salud. El Dr. Shelton opina que es únicamente a través del ayuno que dichos individuos pueden recobrar la salud.

3. En casos de extrema debilidad o de extrema degeneración: Incluso en estos casos los ayunos cortos a menudo resultan muy beneficiosos pero deben supervisarse. En las últimas etapas del cáncer, incluso un ayuno largo no hará que se recobre la salud, pero quizás pueda aliviar algunas de las molestias o alargar la vida unos pocos días más.

4. En casos de riñones inactivos acompañados de obesidad: Se dice que en tales casos, los tejidos pueden romperse más rápido de lo que los riñones son capaces de eliminarlos. El Dr. Shelton ha puesto en ayuno a individuos obesos con riñones inactivos con éxito. La mayoría de las veces los riñones están enervados debido a las dietas altas en proteínas y a otros abusos dietéticos y precisamente lo que necesitan es descansar. El ritmo de ruptura de los tejdios no es más rápido de lo que el cuerpo puede manejar.

5. Respiración dificultosa: Si la respiración es dificultosa es debido a un deterioro cardiaco, el ayuno debería vigilarse estrechamente y si el corazón muestra señales de debilidad, el ayuno debería romperse. Sin embargo, el Dr. Shelton dicen que él ha puesto en ayuno muchos casos con resultados beneficiosos.

AYUNAR EN LAS CARENCIAS

     La mayoría de las supuestas enfermedades carenciales no son debido tanto a una falta de nutrientes esenciales como debido a la incapacidad para absorber y utilizar esos nutrientes. Ayunar permitirá al cuerpo eliminar toxinas, restaurar la energía vital, y reajustarse y realinearse de modo que todos los nutrientes disponibles puedan ser utilizados de forma eficiente. Si después de un ayuno se sigue una dieta sana, no surgirán carencias.

     De hecho, se sabe que algunas deficiencias vitamínicas y minerales se corrigen solas durante el ayuno aunque no se tomen alimentos. El cuerpo se normalizará durante el ayuno y utilizará los nutrientes almacenados.

TERCERA PARTE

CUÁNTO, CUÁNTAS VECES

     AYUNAR VS. INANICIÓN

     Hay una diferencia entre el ayuno y la inanición. La inanición se produce como consecuencia de negarle alimento a una persona cuyas reservas se han agotado, y, en sus etapas extremas, conducirá a la muerte. El ayuno, por otro lado, es un periodo de descanso y renovación, con la posibilidad de obtener beneficios notables, en el que el cuerpo utiliza sus propias reservas almacendas como alimento.

     No estamos tan interesados por cuánto tiempo tarda un hombre en morir por falta de alimento como por cuánto tiempo puede estar sin comer alimento alguno sin peligro y provechosamente. Algo más de tres meses son los ayunos más largos que han sido registrados en el hombre y en todos ellos los individuos tenían exceso de peso. El hombre de un peso moderado no debería ayunar tanto tiempo ya que no necesitaría un periodo de tiempo tan prolongado. Se dice que un adulto bien nutrido puede permanecer vivo entre cincuenta a sesenta días sin alimento, con tal de que, desde luego, tenga agua. Cientos de ayunos más largos han sido registrados y la mayoría de ellos han sido de gran provecho para los ayunadores.

LA EVOLUCIÓN DETERMINA LA DURACIÓN DEL AYUNO

     El organismo necesita tiempo para hacer su «limpieza interna.» Si fijaramos arbitrariamente un límite de tiempo para este importante trabajo, nos interpondríamos en el camino de la recuperación. La mejor manera de determinar la longitud del ayuno es dejarse guiar por las evoluciones. No es posible saber de antemano cuánto tiempo tardará en curarse una úlcera de estómago, o cuando un asmático se recobrará por completo. Puesto que no es aconsejable romper el ayuno por adelantado para que se produzca una curación completa, debe guiarse por ciertos signos.

     Cuando los síntomas desaparezcan, es una señal favorable, pero sigue sin indicar que el ayuno tenga que romperse. Una de las indicaciones más seguras es un lengua limpia, un aliento dulce, y la vuelta del hambre. Esto puede ocurrir tras dos días o dos meses o más tiempo dependiendo del individuo.

     De vez en cuando, es necesario romper el ayuno antes de que estas señales se manifiesten. Una descenso repentino en la presión sanguínea; un pulso rápido, débil e irregular; una dispnea (dificultad en respirar) molesta pueden indicar que el ayuno debe romperse. La actitud del paciente y su estabilidad emocional son factores que no pueden ignorarse. Si el paciente no quiere continuar el ayuno o se vuelve excesivamente preocupado o ansioso, el ayuno puede tener que finalizarse.

     Aunque siempre es mejor continuar el ayuno hasta su término natural, romper el ayuno bajo tales condiciones no perjudicará con tal de que la alimentación posterior al ayuno sea adecuada. Después de un tiempo, se puede hacer una segundo ayuno con resultados beneficiosos.

La lengua y el aliento

     Poco tiempo después de iniciarse un ayuno, la lengua se pone saburrosa y puede permanecer en ese estado a medida que el ayuno avanza. Esta capa blanquecina persistirá durante el ayuno hasta que empieza espontáneamente a limpiarse sola. Mientras el cuerpo esté eliminando toxinas de forma activa, la lengua permencerá saburrosa, pero cuando esta eliminación empiece a descender, la lengua se aclarará y pemanecerá limpia. El Dr. Hereward Carrington  dice, «Poco tiempo antes de que el hambre se restablezca, este proceso de limpieza de la lengua comienza y continua hasta que la lengua está perfectamente limpia, adoptando un hermoso tono rosado-rojo -que raras veces o nunca se ve en el hombre o mujer normales; y el término de este proceso de limpieza de la lengua coincide absolutamente con el establecimiento del hambre y de la salud.»

     Carrington sostenía que este estado saburroso de la lengua indica el estado de la membrana mucosa a lo largo del canal alimentario puesto que esta membrana está estrechamente interrelacionada y conectada. Me gustaría añadir que este estado de la lengua no sólo es una indicación de las membranas mucosas de los intestinos sino también de la salud de las membranas mucosas a lo largo de todo el cuerpo.

     Si el ayuno se rompe antes de que la lengua se limpie, la lengua se limpiará después de reanudarse la alimentación. Esto indica que la eliminación se ha detenido, pero no significa necesariamente que la eliminación se haya completado. Siempre que sea posible es mejor ayunar hasta el final.

     El aliento también es una indicación de eliminación de desechos tóxicos. Aunque el aliento pueda ser mal antes del ayuno, áun lo será más durante el ayuno . Este olor peculiar del aliento continua durante el ayuno y sólo se vuelve dulce cuando el ayuno está listo para romperse después de que la eliminación ha cesado. El Dr. Carrington asocia el mal aliento a la eliminación a través de los pulmones. Dice, «Precisamente al mismo tiempo que la lengua se pone más saburrosa -inmediatamente después de comenzar el ayuno-hay una marcado incremento en la fetidez del aliento, clara evidencia de que los pulomones están ayudando a la rápida eliminación de todas las toxinas del sistema a la velocidad más rápida posible.»

     Las dos condiciones anteriores sirven como una guía única y constante para el estado del paciente que ayuna.

CUÁNTAS VECES

     Respecto a cuántas veces ayunar, de nuevo debemos decir, confíe en su instinto. Cuando el hambre desaparezca o cuando aparezcan síntomas agudos, es necesario un ayuno. Es importante comprender que el ayuno es un instrumento que permite al cuerpo redirigir sus poderes curativos donde sean necesarios. No es una «cura.» No debería usar el ayuno como una muleta en la que apoyarse cada vez que eliga vivir de forma insana entre ayunos. Ayunar no es sino una parte del estilo de vida para mantener la salud. Entre ayunos, se deben cumplir el resto de los factores para estar sanos. Esto incluye alimentos y agua adecuados, ejercicio, sol y aire puro, descanso y sueño, y equilibrio emocional.

RESUMEN

     Debería confiar en sus instintos respecto a cuándo y a cuánto tiempo ayunar. Es decir, ayunar cuando sea necesario. Tan pronto como los síntomas agudos de la enfermedad aparezcan, es hora de ayunar. La duración del ayuno viene determinada por la evolución y no debería fijarse de antemano. El ayuno es una herramienta útil tanto en las crisis de las enfermedades agudas como en las crónicas. Si se utiliza en este momento, el cuerpo usará esta energía vital liberada para comenzar su trabajo de curación y reparación.

     Apenas hay nadie que no pueda ayunar al menos por un breve espacio de tiempo. El ayuno se ha empleado con éxito en niños, durante el embarazo, durante la salud y la enfermedad con grandes beneficios. La frecuencia del ayuno viene determinada según la necesidad pero muchas personas piensan que es útil ayunar un día a la semana a pesar de la ausencia de síntomas evidentes.

     Ayunar es el método más seguro, más rápido y más sano de recobrar la salud.

PREGUNTAS SOBRE LA LECCIÓN

PREGUNTA: ¿Sufre todo el mundo crisis violentas durante el ayuno?

RESPUESTA: Las crisis desagradables sólo ocurren en un porcentaje pequeño de casos. Todo el mundo puede ayunar durante algunos días sin molestias. Según el Dr. Shelton, la mayoría de los ayunadores que hacen un ayuno largo no experimentan más crisis que las que suelen experimentar durante las actividades normales de la vida. Gran parte del trabajo de la excreción se lleva a cabo en silencio y sin la producción de crisis problemáticas. En el cuerpo humano, los órganos excretores son los encargados de expulsar los desechos y sustancias extrañas que pueden conseguir entrar en el cuerpo. Continuan haciendo esto, generalmente de forma más eficaz, durante el ayuno.

PREGUNTA: ¿Puede ayunar la gente mayor?

RESPUESTA: Las personas mayores pueden ayunar con resultados beneficiosos si se hace bajo supervisión. El Dr. Shelton ha conducido numerosos ayunos en hombres y mujeres cuyas edades oscilaban entre los sesenta y cinco y los ochenta y cinco. Muchos de estos pacientes hicieron ayunos largos de treinta a cuarenta días.

PREGUNTA: ¿Podría revisar la filosofía básica del ayuno?

RESPUESTA: El Dr. Shelton trazó las líneas generales de cuatro hechos importantes sobre el ayuno:

1. El ayuno, como un periodo de descanso fisiológico, permite a los tejidos y órganos del cuerpo una oportunidad para repararse, renoverse y reabastecerse. Los órganos dañados pueden repararse; las células gastadas y enfermas son eliminadas.

2. El ayuno, como un periodo de descanso fisiológico, permite una oportunidad para la recuperación de la energía perdida.

3. El ayuno, debido a que obliga al cuerpo a depender de sus recursos internos, fuerza el desgarramiento (mediante la autólisis) de las excrecencias, derrames, infiltraciones, depósitos, acumulaciones y excesos. Estos son reparados por completo. empleando sus constituyentes utilizables para nutrir los tejidos vitales y excretando sus porciones inutilizables.

4. El ayuno, mediante los procesos precedentes y afines, permite al cuerpo regenerarse hasta cierto punto. Se vuelve más joven en cuanto a su estado fisiológico. Sus funciones mejoran, sus estructuras se reparan y sus ganas de vivir se incrementan

PREGUNTA: He oído que el ayuno tiene un efecto rejuvenecedor. ¿Es cierto?

RESPUESTA: Sí, es cierto. El cuerpo se regenera constantemente. Esta renovación diaria de las células y los tejidos retrasa el envejecimiento y la muerte prematura a pesar de los abusos a los que la mayoría de las personas someten a sus cuerpos. El ayuno permite que los procesos de renovación aventajen a los procesos de degeneración y el resultado es un mayor nivel de salud. La regeneración de los músculos, tejidos y huesos es posible a través de este método. Durante el ayuno, realmente podemos desgastar parte del cuerpo y después reconstruirlo y renovarlo.

     El efecto rejuvenecedor sobre la piel es visible. Líneas, arrugas, pústulas, granos, y descoloraciones desaparecen. La piel se vuelve más joven, adquiere un color mejor y una textura mejor. Los ojos se aclaran y se vuelven más brillantes. Parecemos más jóven. El rejuvenecimiento es evidente a lo largo de todo el cuerpo.

TEXTOS COMPLEMENTARIOS

CUÁNDO AYUNAR

por el Dr. Herbert M. Shelton

(Reimpreso de Eating for Renewal of Life)

     LLamado la «cura del hambre» por los sanadores europeos y muchos de los primeros higienistas, el ayuno ha demostrado «a lo largo de una gran experiencia,» como el Dr. Robert Walker lo expresa, «…que una cura moderada de hambre es sumamente beneficiosa en la gran mayoría de las enfermedades. De hecho, en muchas de ellas la capacidad para ingerir los alimentos está totalmente destruida, la sóla idea de pensar en eso llega causar repugnancia al individuo.»

     «Descansar y la cura del hambre,» Walter lo consideraba como el tratamiento adecuado» para aquellos que trabajaban en exceso y comían en exceso. Señaló que cuando había un deterioro funcional, la lengua saburrosa, y mal aliento, no debería ingerirse ningún alimento. Cuando se sienta mal, deje de comer hasta que se sienta bien, aconsejaba.

     Kittridge dice, «Si una persona tiene una lengua saburrosa, aliento fétido y mal sabor de boca, no cabe duda de que un ayuno le haría bien -con apetito o sin apetito.» Es necesario un buen juicio, escribía Kittridge, para determinar cuando poner a una persona que todavía tiene «apetito» a ayunar. «Cuando no tiene ganas de comer,» continúa, «ningún hombre sensato pensará en comer o en dar a otros de comer.»

     Es un error pensar que ese alimento es una necesidad diaria bajo tales circunstancias. Alimentar constantemente a un estómago irritado es como golpear a un hombre cuando está en el suelo. Intentar forzar constantemente al estómago cuando lo que más necesita es descansar como el resto del cuerpo es invitar al desastre. No es extraño encontrar a enfermos cuya enfermedad es debida principalmente a ser alimentados en exceso por sus médicos en un intento por efectuar una cura.  Vemos a personas que gradualmente mueren de desnutrición -mala asimilación, inanición-a pesar del hecho de que comen todos los días. Vemos como los médicos urgen a los inválidos a comer alimentos que serían excelentes para una persona sana; pero el paciente, haciendo todo lo que puede por obedecer las instrucciones del médico continúa desperdiciándolos. Carece de la facultad para digerir el alimento. El médico necesita saber que comer continuamente en tales condiciones puede matar. Si comer no previene la enfermedad, ¿Cómo alimentar más a una persona restablecerá la salud? ¿Cómo puede ser útil sobrealimentarse?

     El ayuno es útil sólo debido a un estilo de vida inapropiado. Es mejor vivir correctamente que cometer excesos y después tener que ayunar. También es mejor hacer un ayuno corto antes que permitir llegar a un estado en que no quede más remedio que hacer un ayuno largo. Si un ayuno se hace en los primeros signos de la enfermedad, quizás diez días serán bastantes. Si, después de años de sufrir y de una considerable pérdida de peso, un hombre puede ayunar sin peligro durante más de cuarenta días, seguramente un ayuno más corto hubiera sido bien soportado al principio.

     En el artículo publicado en The Hygienist en junio de 1921, el Dr. R.R. Daniels de Denver, Colorado, dió un expresión un punto de vista que apoyado por muchos y que algunos círculos todavía apoyan. Decía: «…el enfermo debería ayunar sólo cuando el sistema es incapaz de ocuparse de los alimentos…Siempre en el caso de la enfermedad aguda cuando tenga fiebre, o cuando en la ausencia de hambre el paciente está sufriendo un «shock»… En la enfermedad sin fiebre pero en la que el apetito se ha perdido por completo o cuando los órganos de la digestión están enteramente incapacitados… en el caso de molestias frecuentes en la digestión y en la eliminación debido a la sobrealimentación en la que el apetito se pierde temporalmente… Excepto por las ‘tormentas’ ocasionales acompañadas de dolor intenso u otras molestias que inhiben la digestión hasta el punto de que es imposible ocuparse del alimento, el ayuno no es el mejor tratamiento para la enfermedad crónica. Aunque en la enfermedad crónica, la capacidad para ocuparse del alimento siempre está dañada, a menudo muy dañada, sin embargo generalmente hay algunos alimentos que pueden ser digeridos y utilizados, y se les debería dar… el ayuno debería usarse sólamente cuando la enfermedad está presente hasta el punto de que la digestión está suspendida…»

     El Dr. Henry Lindlahr (Chicago) de Nature Cure  compartía esta opinión. Sostenía que el ayuno debería emplearse sólamente en la enfermedad aguda y durante las crisis que surgen en la enfermedad crónica. Muchos otros han aceptado este punto de vista, a pesar del hecho de que, incluso en aquellos miles de casos de enfermedad crónica que se quejan de falta de apetito, y que todo lo que comen les causa sufrimiento, tienen la capacidad para digerir algunos alimentos. El Dr. Daniels opinaba que en la enfermedad crónica «si la alimentación se limita únicamente a los alimentos que pueden ser utilizados, la enfermedad crónica puede ser eliminada con más rapidez y la nutrición fortalecerse más rápido que con el ayuno.»

     Aunque frecuentemente empleó y aconsejó el ayuno en condiciones en las que hay una considerable capacidad digestiva, Tilden a menudo tenía opiniones afines a las de Daniels y Lindlahr. Por ejemplo, una vez escribió que, excepto bajo ciertas circunstancias (circunstancias que son relativamente raras) no creía en los ayunos largos. Luego añadía: «Es mejor adoptar una dieta racional y apropiada y esperar de uno a dos y tres años para adoptar una dieta normal.» Su mismo lenguaje implica que un estado normal puede lograrse antes por el uso del ayuno, aunque piensa que el método más lento es preferible.

     Estoy totalmente en desacuerdo con esta opinión. Soy plenamente consciente de que es necesario más tiempo para la evolución de la buena salud si el ayuno no se emplea en preparación a y para el inicio de un nuevo estilo de vida, pero sé que no existe ninguna razón válida por la que uno debería contentarse con tardar tanto tiempo cuando, con el ayuno, puede acortar sin peligro y de forma provechosa el tiempo necesario. ¿Debemos esperar siempre al desarrollo de una crisis severa antes de sacar partido de las ventajas de un periodo de abstinencia? ¿Debemos negarnos los beneficios que se acumulan tras un periodo de descanso fisiológico simplemente porque no tengamos fiebre o dolores severos? ¿O podemos ayunar a intervalos y prevenir la evolución de un estado del cuerpo que necesita una crisis? Me parece que esto último sería un plan más sensato.

     Con este fin la práctica, muy antigua pero seguida por muchas personas hoy en día, de ayunar un día cada semana, raras veces es adecuada. Los antiguos arios se abstenían de  toda clase de alimentos y bebidas un día a la semana; los mongoles ayunaban cada deiz días; los zoroastras rechazaban toda clase de alimentos cada cinco días; la Biblia menciona la práctica entre algunos de los antiguos judíos de ayunar una vez a la semana. Sin duda todo esto es benficioso, pero nuestro punto de vista actual es que un día de ayuno a la semana carece de suficiente valor acumulativo para ser adecuado para satisfacer las necesidades del enfermo crónico.

     Daniels dice, «Saltarse una comida o dos cuando estamos ‘pachuchos’ o nos encontramos mal… es mucho más útil que ayunar. Una lengua saburrosa, falta de apetito y falta de vigor y de energía generales significa que debería saltarse una comida o dos y dar al cuerpo la oportunidad para sanarse. Este simple tratamiento evitará frecuentemente ataques de enfermedades  graves.» De este modo, aunque está de acuerdo en que el ayuno puede emplearse como un medio para impedir la evolución de las crisis, limita su uso rigurosamente.

     Soy de la opinión de que la regla que da para determinar la longitud del ayuno debería aplicarse al enfermo crónico y al enfermo de enfermedades agudas. Al hablar sobre cuánto tiempo debería ayunar, dice: «Esta es una pregunta difícil de responder de una manera general puesto que cada caso dicta sus propias leyes. Una cosa sí es cierta, sin embargo: para obtener mejores resultados, no se debe tomar alimento hasta que se haya recuperado la capacidad de digerir y de nutrirse. Los que tienen fiebre no deberían tomar alimentos hasta que la fiebre haya bajado por completo. En ese momento, el apetito volverá y la lengua estará limpia y húmeda, indicando que los fluidos digestivos están presentes en el estóamgo y los intestinos. En general, un ayuno debe prolongarse en casos adecuados para el ayuno hasta que las condiciones anteriores de la lengua y el apetito prevalezcan, hasta que el paciente no tenga molestias, y hasta que pueda tomar, sin moletias, los alimentos mencionados en el parráfo anterior.»

     Si el enfermo crónico tiene un mal apetito o no tiene apetito, si la lengua está saburrosa, su gusto amargo, si el aliento huele mal y en general no se siente bien, si tiene dolores y molestias, o si a menudo es expresa así: «Nada de lo que como parece sentarme bien,» ¿por qué no ayunar de una vez y no esperar a la evolución de una crisis? Si el cuerpo ofrece indicaciones de que ha aceptado la oportunidad ofrecida de descansar y de hacer limpieza interna, ¿qué necesidad hay de limitar arbitrariamente la duración del ayuno?

DESCANSO FÍSICO

por Dr. Herbert M. Shelton

(Reimpreso de Fasting for Renewal of Life)

     Normalmente decimos que las actividades de un organismo deberían ser proporcionales a su ingesta nutritiva y, teniendo esto en cuenta, no deberíamos tener dificultad alguna en comprender que cuando dejamos de ingerir alimentos, habrá alguna reducción de la actividad física -aunque no se determine inmediatamente la cantidad de esa reducción.

     En general, opinamos que el ayunador debería descansar -física, sensorial y mentalmente. En este punto pensamos más en las necesidades del enfermo que en las necesidades del organismo que ayuna. Es el individuo profundamente enervado quien necesita descansar. Cuanto más se relaje y descanse, más rápida será su recuperación y más eficaz serán los procesos de reparación que tienen lugar en su cuerpo. El individuo relativamente sano, que tiene exceso de peso y que está ayunando para reducir peso sin duda pertenece a otra categoría distinta al hombre o mujer enfermos y débiles, que ayunan para rejuvenecer fisiológicamente.

     Esto, creo, ilustra bien un principio que quiero recalcar en este momento: a saber que cualquier regla que podamos establecer para la conducción de un ayuno es general y debe adaptarse al ayunador individual. Insistir en que todos los ayunadores sigan las mismas reglas es ignorar los diversos factores individuales que hacen posible o necesarias ciertas modificaciones del programa del ayuno que se ajusten a las necesidades y condiciones individuales. No podemos tratar a la gente como si fueran réplicas exactas unos de otros y como si la condición de uno fuese idéntica a la condición del otro.

     El propósito principal del descanso es la conservación y recuperación de energía. No pretendo saber qué es la «energía vital» ni su origen. Creo que un conocimiento de esto no es esencial para comprender nuestro tema. No sabemos bien lo qué es el sueño, que es la forma más completa de descanso (durante el sueño, el descanso de la mente y los sentidos es más completo al igual que la relajación física), es un periodo de recuperación y reabastecimiento. El descanso y relajación en un lugar tranquilo, sin preocupacioes ni ansiedades en la mente, pero en un estado de vigilia, es casi igualmente un periodo de recuperación y de reabastecimiento. El descanso y el sueño son los grandes procesos representativos, recuperativos y reconstituyentes de la naturaleza; la actividad y la excitación son los grandes procesos representativos del gasto.

     El descanso no significa una suspensión completa de todas las actividades de la vida, como en periodos de animación suspendida. De hecho, durante el sueño, algunas de las actividades más esenciales del cuerpo se siguen llevando a cabo de forma más activa. Cuando, en Life’s Great Law, el Dr. Walter afirmó que el éxito del esfuerzo del organismo vivo es inversamente proporcional al grado de su actividad, tenía en mente sólo algunas de las formas más obvias de actividad. El hecho es que, el éxito del esfuerzo del organismo es directamente proporcional al grado de su actividad en ciertas funciones básicas. Observe los procesos de crecimiento y reparación que son llevados a cabo de forma muy activa durante el sueño. Cualquiera que sea lo que pueda significar el reabastecimiento, en el análisis final, es un proceso que se lleva a cabo más rápidamente durante el sueño. Puede ser correcto decir que las actividades anabólicas (es decir, los procesos de síntesis) de la vida son más eficientes durante este periodo.

     Estoy completamente de acuerdo con el Dr. Daniels cuando dice que «el descanso del ejercico físico es necesario cuando se ayuna por cualquier espacio de tiempo,» pero sólo cuando el individuo que ayuna está enfermo. Dice que «a menos que el hombre  de un vigor intermedio esté realmente enfermo puede pasarse sin alimentos durante veinticuatro horas y continuar su trabajo usual, pero si su estado es tal que debe prescindir de los alimentos más tiempo, debería descansar por completo.» También hace una distinción entre el individuo sano y el individuo enfermo. De nuevo estoy de acuerdo en que «si el ayunador tiene fiebre debería acostarse y permanecer acostado hasta que la temperatura sea normal y la digestión se haya normalizado.»

     Cuando de nuevo hace hincapié en la necesidad de descanso, dice, «el hombre que no posee un vigor físico medio no debería saltarse más de una comida sin dejar su trabajo habitual y descansar,» puede exagerar la necesidad del descanso mientras se ayuna. Saltarse dos o tres comidas sin acostarse y descansar no tiene efectos catastróficos sobre el enfermo crónico medio. Es cierto que no proporciona los beneficios que el ayuno acompañado del descanso provee.

     Estoy de acuerdo con que «la idea de que el hombre debería arreglárselas sin alimento durante largos periodos de tiempo y seguir con su trabajo habitual, o abusar de los paseos por el campo, y otras proezas atléticas, es del todo equivocada.» A principios de este siglo, cuando el Dr. Daniels escribía, muchos entusiastas del ayuno lograron proezas que requerían esfuerzos extraordinarios mientras ayunaban. Un poco después, el corredor de maratón y hombre de vigor y resistencia, Geroge Hasler Johnson, intentó ir andando desde Chicago a New York mientras ayunaba. Estas hazañas de fuerza física y resistencia son de un valor tremendo para demostrar los recursos y posibilidades del organismo humano y nos suministran una base de confianza cuando hacemos un ayuno, pero carecen de sentido en cualquier plan racional del cuidado del hombre o mujer enfermos.

     Descansar mientras se ayuna no sólo proporciona un mayor bienestar sino que acelera los procesos de recuperación. Es importante que tengamos en cuenta que el hombre enfermo está enervado y que el descanso es el medio de la recuperación.

KILOS QUE DESAPARECEN

por Dr. Herbert M. Shelton

(Reimpreso de Fasting Can Save Your Life)

     El gran negocio de perder peso, control de la silueta, programas para perder peso cómodamente y programas similares ha dado lugar a una de las grandes industrias de nuestra época. Todo el mundo se considera un experto. Las dietas novedosas hacen estragos unos pocos meses y después aparece otra dieta maravillosa. Esta semana es una dieta de helados. La siguiente es de plátanos. La semana después es una dieta de proteínas, nada excepto solomillos jugosos. ¡Coma y adelgace!

     El exceso de peso se está convirtiendo en problema cada vez más complicado, no sólo para los hombres y mujeres adultos, sino también para los niños. Varios hechos son responsables de esto, pero, en general, podemos decir que la mayor abundancia de alimentos, junto con el aumento en los ingresos de los norteamericanos, por otro lado, y los cambios en el trabajo resultados de un acortamiento de la jornada laboral, acortamiento de la semana laboral, el transporte moderno, y los muchos aparatos que ahorran y quitan trabajo a los hombres y las mujeres, han dado lugar a un aumento de peso. Justo en una época en la que la reducción de la jornada laboral ha disminuido nuestra necesidad de alimentos,  una mayor producción, un incrmento en la palatabilidad de los alimentos de forma artificial, y mayores ingresos han servido para aumentar el consumo de alimentos.

     Los higienistas son realistas. Nada puede evitar el hecho de que la forma más rápida, más segura y más sana de perder peso sea mediante el ayuno, y la forma más segura de mantener el nivel de peso adecuado sea no volver a los hábitos alimenticios erróneos.

     El decepcionante método lento de perder peso «poniéndose a dieta» raras veces tiene éxito por la razón de que es un proceso largo y duradero que requiere más autocontrol y un periodo de control mucho más largo del que la persona media es capaz de soportar. Un resultado típico de esos programas es que, después de un breve periodo de tiempo, durante el cual se pierden unas pocas libras, el individuo obeso vuelve a su antiguo hábito de comer en exceso y recupera todo el peso perdido, y a menudo libras adicionales. Sólo en raras ocasiones es posible encontrar a un individuo obeso que sigue una dieta reductora durante un periodo de tiempo prolongado.

     Para empezar, como he declarado en muchas conferencias, y continuaré recordando al lector, no ayune por su cuenta sin la guía de un experto en el campo de supervisar ayunos. Aunque el ayuno es perfectamente seguro como medida para recuperar la salud y para reducir peso, el complejo organismo humano está involucrado en el proceso, y debería ser vigilado y dirigido en todo momento por una persona cualificada que sepa lo que puede esperar, qué indicaciones problemáticas hay que observar durante el ayuno.

     ¿Cuánto puede esperar perder? El índice de pérdida varia con el individuo, pero la media para un ayuno oscila alrededor de dos a una libra y media al día. ¿Es está un pérdida de peso segura? Mientras sea supervisada y somtida a los controles necesarios y el descanso sea  apropiado y constante.

     Permítame que cite brevemente las ventajas más sorprendentes que ayunar para reducir el peso posee:

     1. Durante el ayuno la pérdida de peso es segura y rápida.

     2. El ayuno es mucho más agradable que la dieta reductora: desaparece el deseo fastidioso de comer.

     3. Se puede perder peso sin que la piel ni los tejidos se queden flaccidos o flojos. Sin embargo, esto no es cierto en el caso de las personas mayores.

     Cuando el individuo con exceso de peso experimenta una notable reducción de peso, se producen inmediatamente varias indicaciones que demuestran que su salud ha mejorado:

     1. La respiración es más fácil.

     2. Hay una mauor facilidad de movimientos.

     3. Desaparece «esa sensación de fatiga.»

     4. Desaparición de una sensación de saciedad y molestias en el abdomen.

     5. Los síntomas de indigestión dejan de molestar.

     6. Otras molestias desaparecen.

     7. La presión sanguínea se reduce y la carga  que el corazón tiene que llevar disminuye.

     Todas estas pruebas de los beneficios son evidentes, pero las mejorías normalmente no guardan proporción con la pérdida de peso, indicando así que la reducción de la cantidad de alimento ingerido ocasionaron una mejora en la salud. Hay toda clase de razones para pensar en que la ingesta considerablemente reducida de azúcar, almidones, y grasas y la reducción global de la cantidad de alimento ingerido son beneficiosas.

     En 1962, una mujer empezó a ayunar para reducir peso bajo mi supervisión. Al final me dijo: «Ha sido una experiencia sorpredente -el placer de ver las libras derritiéndose. Nunca ví desaparecer la grasa tan rápido.» Otra mujer hizo la siguiente observación después de hacer un ayuno de quince días para bajar de peso: «Estaba en un balneario bien publicitado. Me pusieron a una dieta de setecientas calorías al día. Estaba hambrienta todo el tiempo. Este ayuno ha sido un placer.»

     Una tercera mujer dijo que después de una semana de ayuno para perder peso: «Esta ha sido la experiencia más extraordinaria de mi vida. He disfrutado de este ayuno y de este descanso. Nunca supe antes que la gente ayunara, pero lo he disfrutado.»

     ¿Son estas expresiones típicas? Difícilmente. El ayuno no es siempre la agradable experiencia que estas mujeres pensaron que era, pero raras veces es lo bastante desagradable como para justificar su interrupción hasta que se haya alcanzado el objetivo. Y frecuentemente es una experiencia mucho más agradable de la que mucha gente tiene con sus hábitos dietéticos diarios. En muchas condiciones de la vida, después de comer se tienen molestias e incluso dolores de verdad. En estos estados, el ayuno a menudo es un alivio tan grande que se convierte en una alegría.

     Observar como se derrite la grasa al ritmo de dos a cuatro libras al día siempre produce una gran satisfacción. Perder diecinueve libras en una semana es una experiencia muy agradable (hay excepciones en las que la pérdida de peso no es tan grande) durante los primeros días del ayuno. El ritmo de la pérdida no es uniforme y hay periodos en los que la báscula no registra ninguna pérdida durante un día o dos. La rápida pérdida de peso registrada al principio del ayuno no continua durante todo el ayuno largo.

     No sólo hay seguridad en ayunar para perder peso, también hay una tranquilidad mayor que al hacer dieta. Una razón de esto es que a diferencia de casi todas las personas que hacen dieta, el ayunador no está hambriento todo el tiempo. Sus papilas gustativas no le están tentando constantemente. El flujo de jugos gástricos no está activado continuamente.

     El ayunador puede experimentar algún deseo de alimentos durante el primer o segundo día del ayuno o puede no desear alimentos en absoluto. El hambre disminuye generalmente al final del tercer día. Y a menos que el ayuno se rompa por alguna razón, el ayunador puede seguir sin experimentar debilidad o hambre.

     Expongo estos hechos a raíz de mi propia experiencia personal pero también están verificados por la investigación. Dos series de experimentos llevados a cabo por médicos en hospitales acreditados, han desarrollado pruebas empíricas suficientes para satisfacer al experimentador científicamente de que el ayuno no sólo es una forma segura y rápida de reducir peso sino también la manera más cómoda de perderlo.

     Uno de estos experimentos fue llevado a cabo por el Dr. Lyon Bloom en el Hospital Piedmont de Atlanta, Georgia, donde condujo una larga serie de experimentos sobre el ayuno para reducir peso. Esto fue reforzado por el doctor en medicina Garfield Duncan de la Universidad de Pennsilvania que está considerado como una auoridad en la reducción de peso y cuyos tests independientes incluyen los descubrimientos y las conclusiones de Bloom.

     Estos dos investigadores médicos descubrieron que los hombres que ayunan pierden una media de 2.6 libras al día, mientras que las mujeres que ayunan pierden una media de 2.7 libras al día. Tanto Bloom como Duncan confirman que los ayunadores no estaban hambrientos. Al contrario, informaron de una sorprendente ausencia de hambre sin ninguna tensión mental o física aparente. Uno de los ayunadores comentó: «Jamás me había sentido mejor en toda mi vida.» Una mujer que ayunaba, tras caurenta y ocho horas sin alimentos, informó de que no estaba ni la mitad de hambrienta como solía estarlo después de saltarse una sola comida.

     Cita el resumen de los experimentos de Bloom: «La preocupación actual de comer a intervalos regulares conduce a la creencia errónea de que el ayuno es desagradable.» Más adelante afirma. que, en su opinión, como resultado de los descubrimientos de estos tests, el ayuno es bien tolerado por el sistema humano con tal de que pueda beber agua.

     En las últimas series de experimentos, Bloom permitió a un ayunador estar cuatro semanas consecutivas sin alimentos, sin ningún efecto negativo. Al leer su informe de experimentos en la 11ª Reunión Anual de la Asociación Médica Americana, Duncan declaró: «aunque los periodos cortos de ayuno total puedan parecer crueles, este método de reducción es maravillosamente bien tolerado.» Añadió que tenemos pruebas de que estas personas obesas disfrutaron plenamente los periodos de ayunos totales, debido probablemente en parte a su júbilo al ver que el hambre no es un problema mientras las reducciones importantes de peso se están produciendo.

     Los dos hombres informaron que en los ayunos más largos la pérdida de peso se niveló a cerca de una libra al día. Bloom afirmó que el ayuno también ha resultado ser un método extremadamente eficaz para el control del peso.

     En el individuo sano que está ayunando sólo para perder peso, no insisto que descanse en la cama sino que le permito que haga bastante ejercicio -incluso a veces le doy un curso prescrito de ejercicios físicos. Esto no incrementa el ritmo de la pérdida tanto como podría esperarse, pero ayuda  a que los tejidos retengan el tono.

     La cantidad de ejercicio requerido para reducir peso sólo mediante el ejercicio es mucho más de lo que la persona media está dispuesta a hacer y más de lo que muchos de ellos debería soportar. Perder una libra de grasa requiere jugar veintitrés agujeros de golf, aserrar madera durante diez horas y media, montar a caballo aproximadamente cuarenta y tres millas.

     El ejercicio siempre tiene el peligro añadido de incrementar el apetito. Durante el ayuno debería ser controlado y usarse sólamente hasta el punto en que el asesor crea deseable para el individuo que pasa por el proceso del ayuno.

     Aunque existen varios índices metabólicos, mi experiencia indica que la mayoría de la obesidad es debida, no a trastornos glandulares, sino a comer en exceso de forma habitual. La idea de que algunas persons todo lo que comen se transforma en grasa no es cierta. La auténtica verdad es que están comiendo no sólo más de lo que debieran, sino más de lo que realmente quieren.

     ¿Qué cantidad de peso es segura perder durante el ayuno? La respuesta es que puesto que el ayuno es la abstención total, el propio cuerpo decide qué ritmo de pérdida es adecuado. Cuando el tejido adiposo está blando y fofo, el peso generalmente se pierde rápidamente en los primeros días del ayuno. He visto pérdidas que van de cuatro a seis libras al día durante el ayuno. La pérdida de veinte libras en un semana no es del todo díficil en una gran mayoría de casos.

     Con aquellos que tienen un índice metabólcio muy bajo, el ritmo de la pérdida desde el principio del ayuno es lento – a veces incluso decepcionante. Déjeme reiterarle una vez más que cualquier ayuno de más de unos pocos días debería hacerse sólo bajo la supervisión experimentada. En todos los casos donde hay cualquier defecto orgánico o enfermedad crónica, como enfermedad cardiaca o deficiencia sanguínea, incluso el ayuno más corto debería ser supervisado. De nuevo permítame decir que no existe un peligro innato en ayunar sino que debe ser adecuadamente protegido contra el peligro de la manifestación de condiciones ocultas que podrían revelarse cuando no se toman alimentos.

     Cito esa posibilidad para dar el cuadro completo del ayuno. Dejeme asegurarle, lector, que dichos peligros son raros. Si el lector goza de buena salud, y sigue los procedimientos apropiados bajo una supervisión experimentada, el ayuno debería no sólo ser una manera de perder peso, sino una aventura estimulante y excitante, el principio de una nueva manera de pensar sobre uno mismo.

¿EL AYUNO CURA LAS ENFERMEDADES?

por el Dr. Herbert M. Shelton

(Reimpreso de The Science and Fine Art of Fasting)

     No proclamamos que el ayuno cure las enfermedades, sino simplemente que permite que el organismo se cure solo. ¿Qué hace entonces el ayuno?

     1. Da a los órganos vitales un descanso completo.

     2. Detiene la ingesta de alimentos que se descomponen en los intestinos y envenenan al cuerpo.

     3. Vacía al tracto digestivo y se deshace de las bacterias putrefactivas.

     4. Da a los órganos de eliminación una oportunidad para ponerse al día en su trabajo y favorece la eliminación.

     5. Reestablece la química fisiológica normal.

     6, Favore la desintegración y absorción de exudados, derrames, depósitos, tejidos «enfermos,» y excrecencias anormales.

     7. Rejuvenece las células, tejidos así como al cuerpo.

     8. Permite la conservación y recanalización de energía.

     9. Incrementa las capacidades digestivas y asimilativas.

     10. Aclara y fortalece la mente.

     11. Mejora el funcionamiento de todo el cuerpo.

     Cuando decimos que el ayuno no es una panacea ni una cura, no intentamos limitar su alcance o su campo de utilidad. De hecho, cuando más aprendemos de este elemento de la higiene de la naturaleza, vemos que es más útil. Como se usa como descanso y se emplea donde hay una gran necesidad de limpieza interna fisiológica, es efectivo en todas las enfermedades, incluso en la enfermedades carenciales, donde se piensa normalmente que muchos factores nutritivos son esenciales, el ayuno ha resultado ser muy útil. De este modo, lo que puede parecer en la superficie como un recurso indiscriminado al ayuno, resulta ser, trás un análisis, no más indiscriminado que el empleo de agua o alimentos o ejercicio en la misma gran variedad de condiciones. Cuando uno capta el hecho de que el ayuno no se emplea como una cura y que no es algo que es bueno en algunas enfermedades específicas, pero puede no ser bueno en otras enfermedades específicas, comprendemos que su uso en todas las condiciones en las que la salud está deteriorada no es un uso indiscriminado.

HOJAS DE TRABAJO

Sección Rellene el espacio en blanco

1) El momento adecuado para ayunar es cuando sea ___________.

2) El hambre está ausente cuando hay una incapacidad para _________ y _____________ los alimentos.

3) En la enfermedad aguda, el hambre no está presente porque la ________, ___________ del cuerpo han sido desviadas a otros canales.

4) El hambre es una necesidad fisiológica normal y agradable que se siente en __________ y en ______________ como la sed.

5) En toda clase de enfermedades agudas, todo el organismo está ocupado en la tarea de _____________.

6) Incluso los mejores alimentos son potencialmente ____________ durante las enfermedades agudas.

7) Si se hace un ayuno cuando se manifiestan por primera vez los síntomas de la enfermedad aguda y se sigue un estilo de vida más sano, las enfermedades ____________ no se desarrollaran.

8) Cuando el alcohólico ayuna, los tejidos del estómago, intestinos, hígado, corazón, nervios, etc., empiezan a repararse solos y _________ tiene lugar.

9) En todas las drogaadicciones, lo más necesario es el ________.

10) Cuando un niño no quiere comer, es mejor dejarle tranquilo hasta que vuelva a tener ____________.

Sección Verdadero o Falso

1) «Las náuseas» y los vómitos no son desarrollos normales durante el embarazo.

2) Las personas que están extremadamente demacradas nunca deberían ayunar.

3) Muchos casos de deficiencias nutricionales a menudo se corrigen solas durante un ayuno.

4) Es una práctica aceptable fijar límites de tiempo antes de empezar el ayuno.

5) La desaparición de los síntomas es una señal de que el ayuno está listo para romperse inmediatamente.

6) Las crisis violentas siempre aparecen en los individuos que ayunan.

7) Cuando no se tiene hambre, no existe necesidad fisiológica de alimentos.

8) El hambre genuino a veces está acompañado de dolores abdominales.

9) El ayuno ha contribuido a la recuperación de muchas personas que padecían numerosas enfermedades crónicas.

10) El alcoholismo es una enfermedad crónica que implica anormalidades estructurales.

Sección Respuestas breves

1) Nombre algunas circunstancias bajo las cuales los niños podrían ayunar.

2) Explique porqué muchas mujeres experimentan síntomas desagradables durante las primeras etapas del embarazo.

3) Explique cómo podría ayudar a un paciente a superar su miedo a ayunar.

4) ¿Qué indican la lengua saburrosa y el mal aliento del ayunador?

5) Nombre algunos síntomas que a menudo se mal interpretan como hambre.

6) ¿Cuáles son algunos de los beneficios del ayuno para los individuos obesos?

7) ¿Cuál es la diferencia entre apetito y hambre?

8) ¿Cuál es el propósito principal del descanso físico durante el ayuno?

9) ¿El ayuno «cura» la enfermedad?

10) Explique qué ocurre cuando se come sin tener hambre.

RESPUESTAS

Sección Rellene el espacio en blanco

1) necesario

2) digerir y asimilar

3) energía vital

4) boca y garganta

5) de eliminar toxinas

6) toxinas

7) crónicas

8) curación

9) descanso

10) hambre natural

Sección Verdadero o Falso

1) Verdadero

2) Falso.A menudo se pueden beneficiar de ayunos cortos.

3) Verdadero

4)  Falso

5)  Falso. También deberían estar presentes otras indicaciones como lengua limpia, aliento dulce y recuperación del apetito.

6)  Falso

7) Verdadero

8)  Falso

9) Verdadero

10) Verdadero

Sección Respuestas breves

1) Falta de hambre, enfermedades agudas, trastorno emocional, excitación, fatiga.

2) El cuerpo está eliminando toxinas para proveer un entorno ideal para el feto. El ayuno es útil bajo estas circunstancias.

3) Educar al paciente sobre el propósito del ayuno y sobre lo que puede esperar de él. Dejarle que lea sobre el tema y que hablé con otras personas que han ayunado.

4) Indican que el paciente está eliminando toxinas.

5) Molestias gástricas, dolores en la región estomacal, retortijones en el estómago, debilidad, dolor de cabeza.

6) Notable reducción del peso, respiración más fácil, mayor facilidad de movimientos, aumento de energía; además, los síntomas de la indigestión y otras molestias desaparecen, la presión sanguínea se reduce, y la carga que el corazón tiene que transportar disminuye.

7) El hambre es una sensación placentera que indica la necesidad de alimentos. Se siente en la boca y en la garganta y no está acompañada de dolores o molestias.

     El apetito son ganas de comer aunque no significa necesariamente que tenga hambre. Puede haber apetito durante los síntomas agudos de la enfermedad. Esto no es hambre y no debe consumirse ningún alimento.

8) La conservación de energía.

9) No, pero permite al organismo curarse solo.

10) Cuando se come sin tener hambre, el cuerpo carece de la facultad de digerir y los alimentos se pudren o fermentan. Esto ocasionará la liberación de subproductos tóxicos resultantes de la descomposición dentro del estómago de los alimentos. Las toxinas así liberadas entran en la sangre y en los tejidos contribuyendo a la toxicosis.