Lección 066 – El Contagio y las Epidemias.

EL SISTEMA HIGIENISTA DE LA SALUD

Copyright @ 1986 LIFE SCIENCE INSTITUTE

La Ciencia de la Nutrición

TRECEAVA PARTE:

«LAS CURAS» Y LOS CONCEPTOS MÉDICOS

Sexagésimo sexta lección:

El contagio y las epidemias

LIFE SCIENCE INSTITUTE

TEMA: El único «contagio» que existe es el contagio de malos hábitos, produciendo el mismo estado vulnerable en gran número de personas.

TEMA COROLARIO: Las «epidemias» son producidas por influencias masivas debilitantes y extenuantes que desencadenan crisis de eliminación entre los toxémicos.

PROFESORA: Hannah Allen

*GENERALIDADES

*OBJETIVOS DE LA LECCIÓN

*DEFINICIONES

*CONCEPTOS CLAVE

*HECHOS DESTACADOS

*ESQUEMA GLOBAL DE LA LECCIÓN

*PRESENTACIÓN DE LA LECCIÓN

*PREGUNTAS SOBRE LA LECCIÓN

*RESUMEN

*BIBLIOGRAFÍA

*TEXTOS COMPLEMENTARIOS

*HOJAS DE TRABAJO

*RESPUESTAS

GENERALIDADES

     La aceptación del concepto de contagio está supeditado a la aceptación de la teoría de los gérmenes como causantes de la enfermedad -es decir, que bacterias específicas producen síntomas específicos. La falacia de esta teoría ha sido demostrada en numerosas ocasiones, e incluso fue admitida por Pasteur, al principio su más acérrimo defensor. Pero la ironía final es la perpetuación de un sistema médico basado en esta teoría errónea.

     Las epidemias disminuyeron a medida que el hombre purificaba su entorno exterior. La higiene, no la inoculación, acabaron con la Peste Negra. Pero los promotores de las vacunas se atribuyeron el mérito de la desaparición  de la mayoría de las enfermedades «epidémicas,» aún cuando las vacunas existían sólo para unas pocas de ellas.

     Una abrumadora mayoría de médicos norteamericanos aprueban la vacunación, porque las toxicidades directas «ocasionales» son un riesgo aceptable, en términos del supuesto control logrado sobre las enfermedades «infecciosas.»

     Pero la comprensión creciente del peligro insidioso, retardado, enmascarado de la vacunación es el deterioro del sistema inmunitario, disminuyendo la resistencia del cuerpo hacia multitud de enfermedades degenerativas.

OBJETIVOS DE LA LECCIÓN

     Los malentendidos y conceptos erróneos sobre la teoría del germen, contagio, epidemias son casi universales. Esta lección explora la teoría del germen, y explica la verdadera naturaleza del contagio, y la causa real de las epidemias, de una manera concisa, objetiva, en términos fácilmente comprensibles para el profano.

     El estudio de esta lección aclarará el papel de las bacterias en la enfermedad, y debería enterrar los conceptos erróneos y malentendidos sobre los temas del contagio y de las epidemias. Este es nuestro objetivo.

     Pero no nos engañemos pensando que estas creencias tan arraigadas serán desechadas tan fácilmente. El público con el cerebro lavado y la profesión médica se verán obligados con el tiempo a reconocer sus errores en esta materia, pero tardarán bastante.

     Al menos los estudiantes de la Higiene Natural estarán en mejor posición para acelerar la llegada de ese día.

DEFINICIONES

ANTICUERPOS: Sustancias que supuestamente se forman en el cuerpo en respuesta a un veneno de origen biológico, y que son capaces de neutralizarlo, produciendo así inmunidad ante ese veneno, siendo capaz de ser transferida a otro de la misma especie o especies diferentes (animal o humano).

ANTÍGENO: Cualquier sustancia que, cuando es introducida en el cuerpo, estimula la producción de un anticuerpo.

CONTAGIO: Se entiende (o se entiende mal) por contagio el proceso mediante el cual la enfermedad es transmitida de una persona a otra. El diccionario cita «virus u otros agentes infecciosos,» o «algo que sirve como un medio para transmitir la enfermedad» «por medios directos o indirectos.»

EPIDEMIA: Enfermedades específicas que afectan a muchas personas dentro de un área geográfica al mismo tiempo. Generalmente se considera que las epidemias son causadas por la propagación de la enfermedad de una persona a otra, mediante el proceso de la infección. Esta lección aclara el punto de vista higienista de estos temas tan mal entendidos.

GERMEN, MICROBIO, BACTERIA, BACILO, VIRUS:  El Diccionario Americano Heritage los enumera como sinónimos, pero dice que  estas palabras no son en realidad intercambiables y hay que emplearlos con cuidado. Las definiciones que dan son las siguientes: «Indican organismos, o agentes, diminutos invisibles al ojo humano, algunos de los cuales están relacionados con la producción de las enfermedades.

     «Germen y microbio son los términos no científicos para dichos microorganismos; en el lenguaje popular generalmente se refieren a los organismos que producen enfermedades. Bacterias es el término científico para un gran grupo de microorganismos, sólo algunos de los cuales se dice producen enfermedades. Muchos otros están activos en los procesos beneficiosos o inofensivos para la vida humana, animal y vegetal.

     «Bacilo es la designación científica para una clase específica de bacterias que incluye algunos microorganismos que producen enfermedades; sólo en el lenguaje coloquial es el término empleado como el equivalente a cualquier bacteria o cualquier bacteria patógena.

     «Virus es el término técnico para cualquier grupo de agentes infecciosos muy pequeños capaces de producir ciertas enfermedades en la vida humana, animal y vegetal.»

     Esta lección demostrará que las bacterias no producen las enfermedades; que no hay bacterias, gérmenes, microbios, bacilos, o virus  que «produzcan enfermedades;» y que es justo lo contrario. Es el entorno, el huésped, los síntomas de la enfermedad los que determinan el tipo de bacterias que proliferan. El germen no produce la enfermedad. La enfermedad ocasiona la proliferación de germenes. Respecto a los virus, son desechos de las células gastadas. Un virus no es una entidad viva. No es algo vivo que invade el organismo. Según el Dr. Burton, son incapaces de reproducirse en un huésped sano, y existen sólo como objetos inanimados hasta que se descomponen. El Dr. Burton dice que un virus es una molécula de DNA rodeada por una membrana proteínica de cadena larga. Los virus son ubicuos. Cada célula posee cientos de miles de organelas que, cuando se disuelven, dan lugar a ciertos tipos de desechos llamados virus. Representan la escala más absoluta desde lo animado a lo inanimado.

ENFERMEDADES YATROGÉNICAS: Enfermedades inducidas por los medicamentos o por los médicos.

INOCULACIÓN: Introducción de un virus u otro antígeno en el tejido subcutáneo, un vaso sanguíneo, o una superficie desgastada o absorbente, para «inmunizar» o «curar.»

MUTACIÓN: Alteración o cambio en los genes o los cromosomas de un organismo.

NOSOLÓGICO: Referente a la clasificación de enfermedades.

PANALÉRGICO: Una persona que se considera «panalérgica» es aquella cuyo cuerpo se ha vuelto tan sensible que reacciona a dosis inclusos pequeñas de sustancias que normalmente no presentarían problemas.

RNA: Ácido ribonucleico (constituyente universal de todas las células vivas, relacionadas con el control de las actividades químicas celulares).

SUERO: Fluido procedente de los tejidos de animales «inmunizados,» que supuestamente contienen anticuerpos capaces de neutralizar los venenos específicos capaces de neutralizar venenos específicos de origen biológico.

ZIMÓTICO: «Infeccioso» o «contagioso.»

CONCEPTOS CLAVE

1.Un cuerpo sano no tiene necesidad de un proceso mórbido. El estado del cuerpo es muy importante en la producción de enfermedades.

2. Se ha demostrado que la teoría del germen sobre la enfermedad  es errónea. La presencia de ciertos gérmenes no es prueba de que sean la causa de una enfermedad.

3. Los gérmenes no son específicos e intercambiables en su estructura biológica y características químicas.

4. Las bacterias específicas no producen síntomas específicos -es el entorno- el huésped- el síntoma mórbido- el que determina el tipo de bacterias que proliferan.

5. Las enfermedades no son entidades que viajan de una persona a otra.

6. El temor de una «infección» de un corte o herida, aunque extendido, está basado en información errónea. La limpieza es todo lo que es necesario o aconsejable.

7. Los medicamentos desvitalizadores sirven para entorpecer los procesos de limpieza y reparación.

8. El temor a las bacterias agresivas y malignas -bacteriofobia- no tiene ninguna base.

9. La práctica actual de matar gérmenes (dentro y fuera del cuerpo) con medicamentos tóxicos, es la causa de una degeneración cada vez mayor y de las enfermedades yatrogénicas.

10. Gradualmente están surgiendo nuevas concepciones de la enfermedad, pero la unidad fundamental de la enfermedad no es comprendida por la mayoría de los profesionales médicos.

11. La enfermedad es un proceso que implica cambios dentro del cuerpo, produciendo ciertos signos y síntomas que, según su carácter y localización, les vale la etiqueta de una enfermedad determinada.

12. La mayoría de las etiquetas nosológicas que son atribuidas a las enfermedades son superfluas y confusas, y los diagnósticos que se ofrecen son inexactos y relativamente sin sentido si es que son exactos. El proceso real de la enfermedad (la fiebre, la inflamación, etc.) es la acción iniciada por el cuerpo para hacer frente a sustancias tóxicas. A esto le sigue la secuela, el resultado de la enfermedad,  -el daño que se inflinge al cuerpo por la causa.

14. La enfermedad, así como el trabajo realizado por nuestros depredadores simbióticos (las bacterias), son desagradables y agotadores, pero son necesarios para el mantenimiento de la vida. Una vez que la limpieza ha finalizado, el organismo recobra las fuerzas y la normalidad.

15. No es posible, por medios químicos o biológicos (vacunación), hacer a una persona a prueba de enfermedades. Esto representaría  una suspensión de la ley de la causa y efecto. El cuerpo no puede quedar exempto de las consecuencias de prácticas dañinas.

16. La inoculación es un proceso que produce enfermedad, que daña a los órganos, al sistma nervioso y a la sangre. Los medicamentos y las vacunas dañan la estructura y función, y aceleran la degeneración y la muerte.

17. Las mejoras del entorno y prácticas mejores, no las vacunas, acaban con las epidemias.

18. Las enfermedades epidémicas son la consecuencia de la existencia de niveles altos de toxinas en los cuerpos de gran número de personas.

19. Cuando los mismo malos hábitos producen los mismos estados vulnerables en gran número de personas, una influencia detonante puede hacer estallar una serie masiva de crisis de limpieza entre la población.

20. La supresión (mediante la medicación o la vacunación) de la capacidad del cuerpo para curarse no debería confundirse con la exención de las consecuencias de un estilo de vida erróneo.

HECHOS DESTACADOS

     1. Las bacterias no se dividen en «buenos gérmenes» y «malos gérmenes,» pero tienen la capacidad de transformarse en otras formas, según el terreno en el que se encuentren.

     2. Un coco (germen de la pneumonía) puede transformarse en  un bacilo (germen tifoideo), simplemente alimentándole con un virus tifoideo y haciendo otras alteraciones menores en el entorno. Cuando el procedimiento se invierte, los gérmenes tifoideos revierten  en gérmenes de la pneumonía. En efecto, cualquier germen puede transformarse en otro -pueden modificar su estructura y función, según el entorno cambiante.

     3. La virulencia de los gérmenes también puede alterarse, a menudo a voluntad del experimentador.

     4. La flora bacteriana no es capaz de vivir fuera del cuerpo. La inoculación de bacterias aerotransportadas nunca ha ocasionado enfermedad alguna a nadie, sino sólo las inyecciones obtenidas de fuentes físicas.

     5. Introduccir cultivos de gérmenes en un cuerpo sano no produce signos y síntomas de enfermedades. Numerosos experimentos en los que introducían cultivos puros de gérmenes tifoideos, de difteria, pneumonía, tuberculosis y meningitis no produjeron efectos negativos.

     6. Los gérmenes son amigos y carroñeros que entran en acción inmediatamente cuando hay terreno para ellos.

     7. Las bacterias están estrechamente relacionadas con muchas enfermedades graves. Contribuyen como factores secundarios o terciarios; elaboran ciertas toxinas poderosas. Sus subproductos se suman a las toxinas primarias.

     8. Las bacterias desempeñan un papel importante en la evolución de la enfermedad. Pero no son las causas fundamentales y principales, como muchas personas creen.

     9. Es la enfermedad la que crea un entorno favorable para la mutación de las bacterias en aquellas relacionadas con la «enfermedad» determinada  y favorable para la proliferación y virulencia creciente de las bacterias. La enfermedad procede de un estilo de vida erróneo.

     10. Las causas de las enfermedades son múltiples y están relacionadas con las  facetas negativas de nuestra existencia -nutrición errónea, ejercicio insuficiente, descanso insuficiente, factores mentales y emocionales negativos, relaciones insastisfactorias con otras personas.

     11. Los hábitos de vida que no satisfacen nuestras necesidades, que exceden nuestras limitaciones, producen estreses internos, y una carga tóxica que el cuerpo no puede hacer frente.

     12. Las causas más significativas de la enfermedad son nuestra necesidad fundamental biológica de un cuerpo puro.

     13. La mayoría de las causas de las enfermedades están dentro del control del individuo.

     14. La enfermedad es un acción corporal y es limitada. La enfermedad aguda está limitada al tiempo y esfuerzo necesarios hasta que el organismo se libre de las sustancias dañinas.

     15. La tolerancia es la pérdida vital de resistencia. El cuerpo paga por esta tolerancia (llamada erróneamente inmunidad) con enervación general y una resitencia menor a cualquier otra influencia.

     16. El intento por conferir «inmunidad» introduciendo cantidades masivas de sustancias tóxicas en la corriente sanguínea, evitando los primeros mecanismos de defensa, estresa al cuerpo de forma insidiosa, y reduce la vitalidad considerablemente.

     17. Una larga lista de enfermedades, desde la ceguera a convulsiones pasando por el eczema a la muerte, ha sido atribuida a las vacunaciones.

     18. Durante más de cien años, la comunidad médica ha afirmado que los beneficios de la «protección» compensan el riesgo.

     19. Ahora un pequeño pero un creciente número de profesionales médicos se están dando cuenta de que existen serias dudas sobre si la inoculación confiere la protección que se le atribuye; y, incluso más importante, si los peligros graves de la inoculación deberían exigir la supresión de la vacunación obligatoria -y, realmente, el fin de la práctica de la vacunación.

ESQUEMA GLOBAL DE LA LECCIÓN

I. LA TEORÍA DEL GERMEN

     A.  Pruebas espectaculares de que los gérmenes no causan las enfermedades

II. PASTEUR IDENTIFICADO COMO CREADOR DE LA TEORÍA DEL GERMEN

III. EL MIEDO A LA INFECCIÓN

IV. BACTERIOFOBIA

V. PASTEUR CAMBIA DE OPINIÓN

VI. UNA BASE PLAUSIBLE Y TANGIBLE PARA LA «CIENCIA MÉDICA»

VII. LA UNIDAD DE LA ENFERMEDAD

VIII. LOS POSTULADOS DE KOCH

IX. LOS GÉRMENES SON INCAPACES DE CAUSAR ENFERMEDADES

X. LOS GÉRMENES NO SON ENEMIGOS

     A. Las enfermedades no son entidades que pasan de una persona a otra.

XI. LA CAUSA, LA NATURALEZA, Y EL PROPÓSITO DE LA ENFERMEDAD

XII. LA ENFERMEDAD ES UNA ACCIÓN CORPORAL Y ES AUTOLIMITADORA

XIII. LA RED DE LA VACUNACIÓN

XIV. INMUNIDAD VS. TOLERANCIA

XV. LA INOCULACIÓN ES UN PROCESO QUE PRODUCE ENFERMEDADES

XVI. LAS VACUNACIONES Y EL FALLO DE LOS MECANISMOS DE DEFENSA

XVII. EL CUERPO NO PUEDE SER PROTEGIDO CONTRA LAS CONSECUENCIAS DE HÁBITOS DAÑINOS

XVIII. EPIDEMIAS

     A. Las mejoras medioambientales, no las vacunas, acaban con las epidemias

     B. Las modernas enfermedades masivas

     C. Qué es una epidemia

XIX. ACOMODACIÓN

     A. Síntomas «alérgicos»

XX. LA VERDADERA EXPLICACIÓN DEL CONTAGIO

XXI. LIMPIEZA FISIOLÓGICA Y ECOLÓGICA VS. VACUNACIÓN

     A. Von Hoffman: «¿Necesitamos realmente las vacunaciones?»

     B. Dr. Mendelsohn: «¡Ahora estoy en contra de todas las vacunaciones!»

     C. «Errores» y malas partidas» (vacunas contaminadas)

     D. Echemos un vistazo al registro

     E. El fraude de la fiebre porcina

     F. Vacunación obligatoria y exenciones

EL CONTAGIO Y LAS EPIDEMIAS

por Hannah Allen

LA TEORÍA DEL GERMEN

     La aceptación del concepto de contagio está supeditada a la aceptación de la teoría del germen como causante de la enfermedad. La teoría del germen como causante de la enfermedad es la premisa reinante sobre la que está superpuesta una tremenda red de los procedimientos médicos modernos.

     Dicho de forma simple, esta es la teoría del germen: Las enfermedades son debidas únicamente a la invasión por organismos específicos microscópicos agresivos; es decir, un germen específico es responsable de cada enfermedad; y los microorganismos son capaces de reproducirse y transportarse fuera del cuerpo.

     La teoría del germen se basaba en la suposición de que los gérmenes causantes de la enfermedad son específicos e intercambiables en su estructura biológica y características químicas.

     El Dr. Rene J. Dubos (eminente bacteriólogo moderno y ganador del Premio Pulitzer de 1968) contradijo esta suposición  demostrando que la virulencia de las especies microbianas es variable.

     El propio Pasteur admitió su error (alrededor de 1880). El Dr. Duclaux, un colaborador de Pasteur, escribió que, cuando tenía casi sesenta años de edad, Pasteur descubrió hechos que no eran acordes con su anterior concepción de que los gérmenes causantes de las enfermedades eran intercambiables. Pasteur descubrió que las especies microbianas pueden sufrir muchas transformaciones, descubrimiento que destruía la base de la teoría del germen.

Pruebas espectaculares de que los gérmenes no causan las enfermedades

     Informes del Journal of Infectious Diseases, 1914, Vol. 14., páginas de la 1 a la 32, describen experimentos hechos por E.C. Rosenow, M.D., del Mayo Biological Laboratories en Rochester, Minnesota. Se demostró que se podía conseguir que los estrepcocos (gérmenes de la pus) asumiesen todas las características de los pneumococos (gérmenes de la pneumonía) simplemente alimentándoles con el virus de la pneumonía y llevando a cabo otras alteraciones menores en su entorno. Cuando el procedimiento se invirtió, rápidamente volvieron a transformarse en gérmenes de la pus. En todos los casos, a pesar del tipo de gérmenes. rápidamente mutaron en otros tipos cuando su entorno y alimentación se cambiaron.

     Dos bacteriólogos de New York City, a través de experimentos similares, convirtieron a los cocos (redondos, con forma de baya) en bacilos (alargados, con forma de bastón) y vice versa.

     De modo que es obvio que bacterias específicas no producen síntomas mórbidos específicos -es el entorno y la clase del terreno los que determinan el tipo de bacteria que prolifera.

PASTEUR IDENTIFICADO COMO CREADOR DE LA TEORÍA DEL GERMEN

     La primera «Teoría del Germen sobre las Enfermedades Infecciosas» fue publicada en 1762, por M.A. Plenciz, un médico vienés. En 1860, Louis Pasteur se atribuyó los experimentos e ideas de otros, «plagiando y distorsionando sus  descubrimientos,» según el Dr. Leverson de Inglaterra. A causa de la fuerza, celo, entusiasmo y convincente personalidad de Pasteur, y su apasionada determinación para superar la oposición de la teoría del germen, llegó a ser identificado como su creador.

     Claude Bernard (1813-1878) discutió la validez de la teoría del germen, y sostuvo que el estado general del cuerpo del paciente era el factor principal en la enfermedad, pero esta idea fue ignorada por la mayoría de la profesión médica y el público en general. Pasteur había hecho su trabajo bien como el promotor amable de una hipótesis «científica» plausible que podía reforzar el prestigio de una debilitada profesión médica. Bernard y Pasteur tuvieron muchos debates sobre la importancia relativa del microbio y del entorno interno.

     Pasteur era químico y médico, y sabía muy poco sobre biología y los procesos de la vida, pero era un hombre respetado e influyente. Su temor fóbico a la infección, su creencia en la «malignidad» y la «beligerancia» de los gérmenes, y su poderosa influencia sobre sus contemporáneos, tuvo consecuencias trascendetales, y los hombres de ciencia estaban convencidos de la amenaza del microbio para el hombre. De este modo nació el periodo de la bacteriofobia (temor a los gérmenes) que todavía perdura.

EL MIEDO A LA INFECCIÓN

     El temor a la «infección» de un corte, una magulladura, u otra herida está muy extendido. En realidad, son más peligrosos los medicamentos y antibióticos recetados para «prevenir la infección.» Cuando se produce una herida, el cuerpo sella rápidamente esa zona, forma una costra, e inicia las reparaciones. Raras veces se produce la supuración, excepto en los individuos tóxicos. Los medicamentos desvitalizadores sirven para obstaculizar la limpieza y procesos reparadores; los antibióticos destruyen las bacterias amistosas.

     Los pacientes no tienen casi (o ninguna) elección en el uso de antibióticos después de una operación. El proceso invasivo masivo de la operación (a menudo abriendo una cavidad en el cuerpo) es bastante diferente a un corte u otra herida cerca de la superficie del cuerpo. En cualquier caso, no hay opción. Los antibióticos (después de una operación) son obligatorios (como «protección» del cirujano).

BACTERIOFOBIA

     La aceptación universal de la teoría del germen, y la consiguiente difusión de la bacteriofobia, ocasionaron la multiplicidad de esfuerzos frenéticos por escapar de la amenaza de los espantosos y maliciosos gérmenes haciendo una guerra constante contra ellos en la creencia de que la alternativa era la muerte segura.

     Aconsejaron al pueblo cocinar todos los alimentos y hervirlos en agua (con el deterioro inevitable de la salud junto con la privación de los alimentos crudos).

     La práctica actual de matar los gérmens (dentro y fuera del cuerpo) con medicamentos venenosos comenzó, produciendo una degeneración cada vez mayor y las enfermedades yatrogénicas (inducidas pos los medicamentos).

     Diversos programas fueron inciados para conferir «inmunidad» contra los gérmenes específicos mediante vacunas y sueros, dando lugar al sistema monstruoso de la inoculación -con efectos horrendos, detallados en mi libro, Don’t Get Stuck!

     Afortunadamente, la advertencia y el horror contra todos los alimentos crudos como peligrosos y llenos de bacterias, ha sido superado en gran parte, gracias a los esfuerzos educativos persistentes de los higienistas y de otras personas eruditas, aunque en gran parte de Estados Unidos todavía existe la prohibición de productos lácteos sin pasteurizar.

     La aceptación de medicamentos, vacunas y sueros tóxicos no se ha desvanecido de manera apreciable.

PASTEUR CAMBIA DE OPINIÓN

     Como mencionamos anteriormente, alrededor de 1880, Pasteur descubrió hechos que no estaban de acuerdo con su concepción anterior de que los gérmenes de las enfermedades eran inmutables. Descubrió que las especies microbianas pueden sufrir muchas transformaciones; este descubrimiento destruía la base de la teoría del germen. Puesto que un coco (germen de la pneumonía) podía transformarse en un bacilo (germen de la penumonía) y luego en coco otra vez (y, de hecho, puesto que cualquier germen puede transformase en otro) -y puesto que su virulencia podía alterarse, a menudo a voluntad del experimentador, toda la teoría explotó.

     Frecuentemente se pasa por alto que Pasteur para entonces había cambiado de opinión, y su concepción más madura de la causa de la enfermedad, tal y como fue dada por el Dr. Duclaux, era que un germen era «normalmente mantenido dentro de unos límites por las leyes naturales, pero, cuando las condiciones cambian, cuando su virulencia aumenta, cuando su huésped se debilita,» el germen era capaz de «invadir el territorio que le estaba prohibido hasta ese momento.» Esto, desde luego, es la premisa de que un cuerpo sano es resistente a la enfermedad o no es susceptible a ella.

     Después de su cambio de parecer, y tras numerosos experimentos en esta línea, Pasteur al final fue convencido de que factores fisiológicos controlables eran fundamentales en la valoración de la vulnerabilidad a la enfermedad y concluyó, «La presencia en el cuerpo de un agente patógeno no es necesariamente sinónimo de una enfermedad infecciosa.» (La presencia de ciertos gérmenes no es una prueba de que sean la causa de una enfermedad.)

     De modo que Pasteur finalmente cambió de opinión y reconoció que los gérmenes no son la causa específica y principal de la enfermedad, y abandonó la teoría del germen. Se dice que en su lecho de muerte dijo, «Bernard tenía razón. La semilla no es nada, el terreno lo es todo.»

     Aunque Pasteur abandonó su teoría inmadura y errónea en la década de los años 80, fue aceptada, desarrollada, fomentada, y perpetuada por otros, y el daño, mala comprensión médica, y el error continúa hasta este día (¡la última ironía!).

UNA BASE PLAUSIBLE Y TANGIBLE PARA LA «CIENCIA MÉDICA»

     El Dr. Shelton dice, «La medicina se proclama ahora como una ciencia. Antes de los descubrimientos y pseudo-descubirmientos de Pasteur era un mezcolanza de enfermedades diversificadas y causas imaginarias, tratadas síntomática y empíricamente. Hasta ese momento la evolución del pensamiento médico no fue sino una lenta transición desde la superstición. La profesión andaba a tientas en busca de una base tangible sobre la que basar sus teorías y prácticas.

     «Pasteur, mientras explotaba el trabajo de Bechamp y otros científicos de ese periodo, dió a la profesión el germen. A partir de ese momento fue una teoría tengible y básica que podría ser desarrollada sin límite. El microscopio hizo posible visualizar, diferenciar, y clasificar los organismos. Con un estallido frenético e histérico de entusiamos, la profesión médica se aferró a esta teoría, y desde entonces prácticamente toda la investigación médica ha tenido su base en la teoría del germen.»

LA UNIDAD DE LA ENFERMEDAD

     La unidad de la enfermedad no es comprendida por aquellos que insisten en relacionar cada enfermedad con un germen específico. Ya el 12 de marzo de 1924, una editorial en el Boston Medical and Surgical Journal hablaba sobre la tendencia a apartarse de este concepto: «La razón… de un eclipse o un eclipse parcial de la bacteriología puede encontrarse en la creencia de que esta rama de la medicina, si no ha llegado a un callejón sin salida, por ahora se ha detenido… Hay signos, más o menos vagos todavía, que nuevas concepciones de la enfermedad están haciendo surgir, aunque dichos puntos de vista también son ambiguos. Algunos piensan que hay más o menos una unidad fundamental de la enfermedad, y que muchas de las etiquetas nosológicas atribuidas a ellas son superfluas y confusas.»

LOS POSTULADOS DE KOCH

     El científico aleman, Robert Koch, afirmaba que para que una bacteria específica fuese la causa de una enfermedad:

     1. Debía encontrarse en cada caso de esa enfermedad.

     2. No debía estar presente cuando la enfermedad no estuviese presente.

     3. Debía ser capaz de vivir fuera de los tejidos.

     4. Entonces debía ser capaz de reintroducirse en el organismo y provocar esa enfermedad.

     Robert Koch (1843-1910) fue un bacteriólogo, fisiólogo y uno de los contemporáneos de Pasteur. Los requisitos específicos de los «postulados de Koch» son los siguientes:

     1. Un cultivo de bacterias debe ser extraido de una animal enfermo.

     2. Entonces debe ser cultivado en un cultivo puro en un laboratorio.

     3. Después de esto, el cultivo tiene que ser inyectado dentro de un animal susceptible.

     4. Debe causar la misma enfermedad, y el cultivo debe ser extraido de este animal.

     Esta es una modificación de la teoría del germen, requiriendo una condición de susceptibilidad para establecer una relación causal entre los gérmenes específicos y las enfermedades específicas.

     Los científicos saben que las bacterias específicas no se encuentran en cada caso de una enfermedad específica. El eminente médico canadiense, Sir William Osler (1849-1919) descubrió que el bacilo de la difteria está ausente en un 28 a un 40% de casos de difteria. El Medical Diagnosis de Green dice que el bacilo de la tuberculosis puede estar presente antes, con frecuencia después, o en raras ocasiones ausente durante toda la enfermedad. El primer postulado de Koch, «bacterias específicas deben estar presentes en cada caso de esa enfermedad» no se cumple en la tuberculosis, difteria, fiebre tifoidea, pneumonía, o cualquier otra enfermedad. Bacterias específicas no se encuentran en cada caso de una enfermedad específica.

     Ni el segundo postulado se cumple, porque es un hecho conocido por los médicos que las bacterias se encuentran en los cuerpos de los humanos y los animales que no exhiben síntomas de ninguna enfermedad. Bacterias específicas se encuentran numerosas veces cuando la enfermedad específica está ausente.

     Es más, las bacterias no son capaces de vivir fuera de los tejidos: por lo tanto, el tercer postulado no se cumple. Ni Pasteur ni ninguno de sus sucesores han conseguido inducir una enfermedad con la inoculación de bacterias aerotransportadas, sino sólo con inyecciones de fuentes corporales. La razón es obvia: los gérmenes dependen de organismos humanos o animales para su supervivencia.

     Bob Zuraw y Bob Lewanski  autores de «The Germ Theory Reexamined» (Vegetarian World, Volume 3, Number 11, Septiembre-Noviembre 1977) dicen: «El cuarto postulado de Koch: Introducir cultivos de gérmenes en un cuerpo u organismo sano no produce signos y síntomas de la enfermedad. La Bio-Chemical Society de Toronto llevó a cabo una serie de interesantes experimentos en los que cultivos puros de gérmenes de tifus, difteria, pneumonía, tuberculosis, y meningitis fueron consumidos por millones en alimentos u bebidas por un grupo de voluntarios. Los resultados: ningún efecto negativo.»

     Pero cuando el estado de susceptibilidad se introdujo, esto cambio todo el concepto. De modo que volvemos al mismo punto que hemos estado recalcando: el estado del huésped es de vital importancia en la producción de la enfermedad.

LOS GÉRMENES SON INCAPACES DE CAUSAR ENFERMEDADES

     EL Dr. Shelton dice (Febrero de 1972, Dr. Shelton’s Hygienic Review), «El germen solo no podía causar más enfermedades que una caja de cerillas sola producir un fuego.  Igual que el fuego, para que el microbio pueda ser el causante de la enfermedad, debe encontrar un organismo que produzca un terreno adecuado para sus actividades. No podemos evitar los gérmenes. Debemos estar a prueba de ellos. Podemos evitar la enfermedad sólo manteniéndonos en un estado de salud tan alto que sean impotentes contra nosotros.»

     El Dr. Shelton continúa hablando sobre los numerosos experimentos que trataban de producir diversas enfermedades introduciendo gérmenes, sin que si produjera ninguna enfermedad. El Dr. S.K. Claunch, en Exploding the Germ Theory, también cita experimentos similares llevados a cabo por la marina de los Estados Unidos, de nuevo sin resultados. El Dr. Claunch dice (página 25), «Estos experimentos, conducidos bajo condiciones de test y bajo la supervisión del gobierno con resultados tan desalentadores deberían ser el último sostén para la teoría del germen, como sin duda habría sido si nuestros doctores del gobierno los hubieran dado a conocer al público… hubiera sido un servicio gubernamental notable hacia la gente … y no un buen negocio para los médicos y los fabricantes de suero.»

LOS GÉRMENES NO SON ENEMIGOS

     Las bacterias son ubicuas -están con nosotros todo el rato. La vida en este planeta sería imposible sin ellas.

     Normalmente se supone que las bacterias específicas de una «enfermedad»  son la causa principal de enfermedades específicas. Estos microorganismos tan malignos en realidad son amigos y carroñeros que necesitan nutrimento para reproducirse, Entran en acción en cuanto hay una acumulación peligrosa de desechos tóxicos que amenazan la integridad del cuerpo. Realizan la función útil de «limpiar la suciedad» y luevo vuelven a su estado más pasivo, después de hacer su trabajo.

     No negamos que las bacterias estén estrechamente relacionadas con muchas enfermedades graves. Son factores secundarios o terciarios en las complicaciones. Elaboran ciertas toxinas poderosas. Tienen factores que se suman a las causas primarias.

     Es la enfermedad la que crea un entorno favorable para la mutación de las bacterias en aquellas asociadas con esa «enfermedad» determinada, y para su proliferación y creciente virulencia. La enfermedad procede de un estilo de vida erróneo que produce toxicosis.

     No negamos que en el proceso de la enfermedad, el trabajo realizado por las bacterias como carroñeras es desagradable y agotador para el huésped, pero es necesario para la conservación de la salud y de la vida. Una  vez que la limpieza ha finalizado, el organismo dispone otra vez de energías para las acitividades normales.

Las enfermedades no son entidades que pasan de una persona a otra.

     Oímos hablar sobre enfermedades infecciosas, enfermedades contagiosas, enfermedades comunicables. Pero nadie ha visto jamás a una «enfermedad» viajar de una persona a otra. No hay un ápice de evidencia de que esto ocurra.

     En 1860, la famosa enfermera inglesa a nivel mundial, Miss Florence Nightringale, publicó un ataque contra la teoría del germen. Dijo:

     «Las enfermedades no son individuos dispuestos en clases, como perros y gatos, sino condiciones que se derivan una de otra. ¿No es vivir en un error continuo considerar las enfermedades, como hacemos ahora, como entidades separadas, que deben existir, como los perros y los gatos, en  lugar de considerarlas como condiciones, como una condición sucia y limpia, en gran parte bajo nuestro control; o más bien como las reacciones de la bondadosa Naturaleza, contra las condiciones en que nos hemos colocado? He visto con mis ojos y olido con mi nariz viruelas desarrollándose en individuos destacados, o bien en habitaciones cerradas, o en salas atestadas, donde bajo ninguna posibilidad podía haber sido ‘cogido’ pero debe de haber empezado. Más aún he visto enfermedades empezar, desarrollarse y pasar de unos a otros. Sin embargo, los perros no se las pasan a los gatos.

     «La auténtica enfermería ignora la infección, excepto para prevenir. La limpieza y al aire fresco de las ventanas abiertas, con la atención constante al paciente, son las únicas defensas que una verdadera enfermera pide o necesita… La doctrina de la enfermedad específica es el gran refugio de las mentes débiles, incultas, inestables. como las que hay ahora en la profesión médica. No hay enfermedades específicas; hay estados específicos de enfermedad.»

LA CAUSA, LA NATURALEZA, Y EL PROPÓSITO DE LA ENFERMEDAD

     La  enfermedad es un proceso de cambios fisiológicos y bioquímicos dentro del cuerpo, produciendo ciertos signos y síntomas que etiquetamos como enfermedades específicas.

     Cuando las enfermedades son clasificadas como contagiosas o infecciosas, no significa realmente que la enfermedad, per se, sea transmitida de una persona a otra. En realidad, el concepto es que una supuesta causa de la enfermedad -virus, bacteria, etc.-es transmitida.

     Pero las causas, los procesos, y los efectos tienen la apariencia de ser entremezclados. La toxicidad causa cambios en los procesos del cuerpo. Estos cambios ocasionan otros cambios a medida que el cuerpo intente hacerlos frente. La situación se complica cada vez más, con la interacción constante entre las causas, procesos y efectos.

     Pero esto no desalienta nuestro intento de descubrir y determinar las causas fundamentales de la enfermedad. El concepto higienista es que la enfermedad es el resultado de la enervación -debido al agotamiento de la energía nerviosa, gastando más de lo somos capaces de regenerar. El nivel general de energía disminuye y la eficacia funcional se deteriora. Evolucionamos hacia un estado que llamamos toxicosis -un estado de saturación corporal con sustancias tóxicas.

     La toxicosis implica un trastorno de la sangre y de los fluidos tisulares, y la acumulación de subproductos tóxicos del metabolismo. En los últimos años, estudios de la patología bioquímica han mostrado esta alteración dentro del mecanismo homeostático del cuerpo, causada por la acumulación de sustancias tóxicas.

     El Dr. John H. Tilden, un pionero higienista, en su libro, Toxemia Explained, hace ya tiempo (1926) exponía «la verdadera interpretación de la enfermedad.» Los hábitos que no satisfacen nuestras necesidades, que exceden nuestran limitaciones -demasiada comida, ejercicio insuficiente, etc.-producen estreses internos y una carga química que el cuerpo no puede hacer frente.

     Las causas de la enfermedad son múltiples y están relacionadas con todas las facetas de nuestra existencia -nutrición, ejercicio, descanso, factores mentales y emocionales, relaciones con otras personas-toda la vida. Las causas más significativas son aquellas que están relacionadas con nuestras necesidades biológicas fundamentales. Aquellas que están relacionadas con nuestra vida mental y emocional completan el panorama global. La mayoría de las causas de las enfermedades están bajo el control del individuo.

LA ENFERMEDAD ES UNA ACCIÓN CORPORAL Y ES AUTOLIMITADORA

     Cuando el nivel tóxico se eleva por encima del punto de tolerancia, el cuerpo toma medidas curativas, defensivas y reparadoras. La enfermedad es una acción del cuerpo, y está limitada al tiempo y esfuerzos necesarios para librar al organismo de sustancias injuriosas. Cada célula en el cuerpo actua al unísono con el resto de las células para la conservación del organismo. Cuando el trabajo está hecho, y el orden se ha restablecido, los síntomas de la enfermedad disminuyen y desaparecen, y el organismo -aunque debilitado por el esfuerzo que tuvo que hacer debido a su estado tóxico-recupera su energía.

     Este desenlance casi constante es prueba elocuente de que la enfermedad es una acción del cuerpo y no un ataque de bacterias y virus proliferantes. Todos los casos se recobran sin ningún tratamiento. Si un cuerpo sano es incapaz de resistir un ataque original por un número pequeño de microorganismos -si un cuerpo sano puede «coger» un catarro, o la gripe, debido a la exposición a gérmenes del catarro o a gérmenes de la gripe -¿entonces cómo puede recobrarse posteriormente el cuerpo debilitado? ¿Cómo puede el debilitado organismo repeler posteriormente el ataque de trillones de microorganismos prolifereantes? Si dicho razonamiento fuese llevado más allá de su conclusión lógica, el inevitable resultado sería la muerte del organismo. ¿Cómo puede negarse? -cuando la crisis curativa termina, la recuperación comienza. La gente se recupera de los catarros, de la gripe, y de cada enfermedad aguda que no ha tenido tratamientos médicos mortales.

     Bajo la orientación higienista (ninguna interferencia), los síntomas de la enfermedad desaparecen. Aquellos que son «tratados» con medicamentos y panaceas, y se recobran. lo hacen a pesar del tratamiento. A menudo el tratamiento ocasiona complicaciones que son mucho peores que los síntomas de la enfermedad.

LA RED DE LA VACUNACIÓN

     «La inmunización» está basada en la idea de que es posible mediante medios químicos o biológicos, hacer a una persona a prueba de enfermedades. Si esto fuera posible, representaría la suspensión de la ley de causa y efecto.

     La gente ha sido educada a estar aterrorizada por las bacterias, a creer implicítamente en la idea del contagio -que gérmenes específicos agresivos y malevolentes pasan de un huésped a otro. Incluso los bacteriólogos pasan por alto el hecho de que, en lugar de dividir la población de gérmenes en gérmenes «buenos» específicos y gérmenes «malos» específicos, los gérmenes «buenos» tienen la facultad de mutarse en gérmenes «malos» (proliferantes y virulentos), cuando el terreno es adecuado para este cambio. Los gérmenes tienen la capacidad de modificar su estructura y función, según el entorno en el que se encuentren.

     La idea de la vacunación es que la inyección de una vacuna específica de menor virulencia se supone que confiere inmunidad contra una enfermedad específica de mayor virulencia. En un principio, se afirmó que una sola inyección confería inmunidad de por vida. Tras fracasar la idea, adaptaron la idea de la revacuanción periódica. Lea mi libro, Don’t Get Stuck!, para enterarse de la historia del fracaso de la vacunación y el rastro de la tragedia que ha dejado después.

     El Dr. Robert Simpson de la Universidad de Rutgers dijo (marzo, 1976): «Los programas de inmunización contra la gripe, sarampión, paperas, y la polio pueden invadir la composición genética, y pueden ser, en realidad, semilleros humanos con RNA para formar proviruses, que entonces se convierten en células latentes por todo el cuerpo. Estas podrían ser moléculas en busca de enfermedades, que pueden llegar a ser activadas y causar una serie de enfermedades posteriormente, como esclerosis múltiple, artritis, o incluso cáncer.» Aunque esta conjetura está en la línea del razonamiento médico, carece de sentido. Los organismos no trabajan de esta manera.

INMUNIDAD VS. TOLERANCIA

     A veces la inyección de un veneno dentro de la corriente sanguínea ocasiona la tolerancia de ese veneno, lo cual se etiqueta erróneamente como inmunidad. La tolerancia significa que el cuerpo no tiene suficiente vitalidad para resistir.

     La definición del diccionario de tolerancia es «el poder o capacidad de soportar, aguantar, resistir los efectos de un medicamento o un alimento u otros insultos fisiológicos sin mostrar efectos desfavorables.» En realidad, esto es contradictorio. Si el cuerpo soporta este insulto, es debido a la falta de fuerzas para resistir. Cuando resiste, tiene la energía para iniciar una acción defensiva: vómitos, estornudos, diarrea, fiebre, o cualquier crisis de curación y de limpieza.

     El Dr. Shelton dice que la tolerancia es una sumisión; es una resistencia rota. «La voz de advertencia de la auto-protección ha sido olvidada gradualmente, mientras el organismo se mina y la muerte prematura es una sorpresa para todo el mundo… La tolerancia al envenenamiento se establece por la pérdida de vitalidad necesaria para resistirlo. El cuerpo paga por esta tolerancia (mal llamada inmunidad) con la enervación general y menor resistencia a otras influencias… Es un día triste cuando el cuerpo tolera venenos… Si la tolerancia al tabaco nunca se estableciess, no habría consumidores de tabaco. Lo mismo puede aplicarse al alcohol, opio, arsénico, y otros venenos… El uso continuo de un veneno supera o disminuye gradualmente la resistencia vital.»

LA INOCULACIÓN ES UN PROCESO QUE PRODUCE ENFERMEDADES

     Ninguna vacuna ni preparación similar puede conferir inmunidad contra los efectos de una vida insana. Al contrario, más (no menos) enfermedades son el resultado inevitable de la inoculación con suero y las vacunas que agotan la vitalidad y resistencia. La inoculación es un proceso que produce enfermedad, que daña a los órganos, al sistema nervioso y a la sangre.

     La inoculaciones de suero y las transfusiones de sangre pueden disolver los glóbulos rojos en el receptor y dañar al sistema nervioso central, lo cual explica porque un amplio número militares son licenciados como insanos. (Dr. Shelton’s Hygienic Review, mayo 1977, página 200).

     En un artículo publicado en el United States Naval Medical Bulletin, 1 de mayo de 1943, tres oficiales navales (médicos) informaron que las inoculaciones contra el tifus, el tétano, y la fiebre amarilla son «factores epidemiológicos de gran importancia en la historia de la meningitis meningocócica.» Manifestaron su creencia de que «las inoculaciones inmunizantes» pueden disminuir la resistencia del cuerpo. Informaron del caso de setenta y ocho casos de fiebre cerebroespinal entre las tropas en un campamento en Natal después de la inyección de la vacunas del tifus.

     El propósito de dichas inoculaciones es producir anticuerpos específicos contra enfermedades específicas. El Dr. Shelton dice que si el cuerpo produce anticuerpos cuando las vacunas y los sueros son administrados, estos son los únicos necesarios para protegerlo contra las sustancias inyectadas, y no los anticuerpos específicos que serían necesarios para protegerlo contra la eventualidad de la exposición o susceptibilidad a una enfermedad.

     El siguiente informe apareció en el Vol. 93, Nº 6., página 482, del American Journal de Epidemiology (observaciones hechas por los trabajadores que llevaban a cabo una prueba con la vacuna de la «gripe»):

     «1. Los índices globales de las enfermedades respiratorias no se vieron afectados por la vacuna.

     2. Las infecciones debidas a agentes distintos a los del virus de la gripe explicaron una proporción mayor de enfermedades en los protegidos» (vacunados) «que en los grupos no protegidos.»

LAS VACUNACIONES Y EL FALLO DE LOS MECANISMOS DE DEFENSA

     En su libro, Vaccinations and Immune Malfunction (publicado en octubre de 1982), los autores Harold E. Buttram, M.D. y John Chriss Hoffman hablaron sobre las diferencias fundamentales entre los procesos de «inmunidad natural» y la supuesta immunidad por las vacunas. Sugieren que aquellos que están tratando de sopesar honestamente los pros y los contras de las vacunas deberían familiarizarse con la evidencia existente de que la vacunación causa un daño duradero  a los sistemas defensivos de los niños; proponen urgentemente un cambio inmediato de los programas de vacunación obligatoria a la absoluta libertad de elección.

     Opinan que hay una diferencia fundamental entre la «inmunidad natural» (conferida por las enfermedades de la infancia) y los intentos por conferir inmunidad introduciento cantidades masivas de sustancias antigénicas en la corriente sanguínea, evitando las defensas principales, y estresando al cuerpo de forma insidiosa que anteriormente han sido desconocidas en gran parte. La resistencia del cuerpo disminuye mediante una sutil disfunción defensiva y una reducción drástica de la capacidad del cuerpo para defenderse.

     En la página 5 de su libro, Buttram y Hoffman ofrecen un ejemplo de su concepto. «Según la regal de una célula/un anticuerpo, una vez que un cuerpo inmune (célula plasmática o linfocito) se vuelve dependiente de que le den un antígeno, se vuelve incapaz de responder a otros antígenos o retos.» Un niño hipotético pasa por «las supuestas enfermedades de la infancia con enfermedades relativamente menores y sin complicaciones.»

     «Considerando la extrema eficacia de la ‘inmunidad natural,’ podemos hacer una suposición de que se ha obtenido una inmunidad permanente para estas enfermedades al utilizar sólo el 3 al 7 por ciento de la capacidad total inmune. En el caso de las vacunas rutinarias de la infancia, por el contrario, es probable que un porcentaje mayor de la capacidad total inmune llege a  comprometerse, quizás entre el 30 al 70 por ciento. Deberíamos recalcar que, una vez que un cuerpo inmune llega a depender de un antígeno específico, se vuelve inerte e incapaz de responder a otros retos.

     «Si la capacidad immune de reserva de los niños está siendo reducida por las actuales vacunaciones de esta manera, ¿cuáles serán las consecuencias? Nadie lo sabe con seguridad en este momento, pero es posible que estas consecuencias pudieran considerarse como una creciente susceptibilidad a los virus, a otras infecciones, y a varias formas de alergias. Un niño podría ver reducida su expectativa de  gozar de una salud exuberante a un estado intermedio: nunca totalmente sano, nunca totalmente bien.»

     Uno de los estudios más extensamente documentados de los efectos indirectos de las vacunas se encuentra en «The Hazards of Immunization» (Oxford University Press, Inc., New York, 1967) por Sir Graham Wilson, antiguamente del Public Health Laboratory Service, Inglaterra y Escocia. El Dr. Wilson cita ejemplos históricos documentados de la vacunación contra una enfermedad que parece provocar otra; por ejemplo, quince casos de poliomelitis siguieron a la inoculación contra la difteria o la tos ferina.

     Informes de doce casos de esclerosis múltiple después de las inoculaciones fueron revisados en el artículo, «Multiple Scleroris and Vaccinations,» por Miller y otros, British Medical Journal, 22 de abril de 1967, páginas 210-213. Numerosos informes de enfermedades aparentes indirectas del sistema immunitario (incluyendo el síndrome de Guillain-Barre) han implicado a las vacunas.

     Una mayoría abrumadora de médicos norteamericanos aprueban la vacunación con el motivo de que toxicidades directas ocasionales son un riesgo aceptable en términos de control asumido obtenido sobre unas enfermedades infecciosas. Aunque las toxicidades directas no son raras (como resultado de la vacunación), el peligro real de la vacunación parece ser el efecto indirecto del deterioro del sistema inmunitario, investigado primero al principio de la decada de los 70 por los doctores Arthic Kalorkerinos y Glenn Dittman (ambos de Australia) que descubrieron el fenómeno del disfuncionamiento inmune, disminuyendo la resistencia del cuerpo como resultado de la vacunación. El problema es que, debido a que este efecto puede ser susceptible a ser retardado y enmascarado, su verdadera naturaleza generalmente escapa al reconocimiento.

     Buttram y Hoffman sostienen que, en vista de la abrumadora evidencia de la disfunción inmune después de los actuales programas de vacunación. debe haber una demanda pública para investigaciones de los métodos de vacunación, y una interrupción de la vacunación obligatoria.

     Estos autores dicen que ahora estamos viendo un aumento en la desintegración social, con un incremento en los trastornos nerviosos y mentales, y que estas tendencias se piensan que están relacionadas con un sutil deterioro biológico de la salud de los norteamericanos ocasionado por los alimentos desnaturalizados desvitalizados, y adulterados; la contaminación química del aire, del agua y del suelo; un sistema de investigación orientado hacia el uso de medicamentos y sustancias químicas sintéticas, y programas de vacunación para la infancia.

     «La Naturaleza… creó el sistema biológico humano, incluyendo el sistema inmune, es tan adaptable que podía hacer frente a un entorno cambiante. Actualmente hay cada vez más niños que son incapaces de hacer frente a su entorno mostrando reacciones alérgicas y/o tóxicas hacia los alimentos, hacia los productos químicos, hacia inhaladores comunes como polvo, polen, y moho, y hacia los contaminantes medioambientales. Si esto se combina con un sistema inmune comprometido desde el principio por nuestro actual programa de vacunación obligatoria infantil, y a su vez,  agravado por los alimentos desvitalizados y desnaturalizados a base de los que muchos de nuestros niños subsisten, ¿podríamos esperar realmente ver otra cosa que no sea el deterioro de la salud que ahora se está produciendo?

     «Es posible que muchos problemas nerviosos, mentales, conductuales, y sociológicos que ocurren hoy entre la generación más joven en Norteamerica puedan representar una réplica de la interacción malnutrición-inmunización observada por Dettman y Kalokerinos entre los aborígenes australianos.»

     Barbara Ann Boruf, en un artículo, «Immunization: The Risk Factors,» dice, «El timo, el bazo, y los nódulos linfáticos son los principales componentes  del sistema inmunitario del cuerpo. Una nutrición inadecuada durante el embarazo cuando estos órganos se están desarrollando en el feto pueden dañar su crecimiento y, por lo tanto, afectar la susceptibilidad de un niño a la  enfermedad, no sólo en la infancia, sino a lo largo de toda su vida. Una mujer embarazada debe asegurarse que su dieta incluya la variedad de alimentos sanos necesaria para el desarrollo del sistema inmunitario de su bebé nonato.

     «La lactancia materna ofrece al niño protección contra muchas enfermedades. El calostro presente el primer día o dos después del parto contiene factores resistentes a la enfermedad.

     «Los efectos a largo plazo de la lactancia materna realmente compensan. En un estudio en la universidad de Northwestern en el que se comparaban a niños alimentados con leche materna durante seis meses o más con niños alimentados con biberón se descubrió que los niños alimentados con biberón tenían cuatro veces más infecciones de oídos, cuatro veces más resfriados, once veces más tonsilectomías, veinte veces más infecciones diarreicas, y de ocho a ventisiete veces más estados alérgicos.» (Nursing Your Baby, por Karen Pryor.)

     «Otro guardián reconocido de la salud son las amígdalas. Un estudio llevado a cabo por Rodrigo C. Hurtado de la facultad de medicina de la universidad de Georgetown indicó que las amígdalas nos protegen contra muchas enfermedades, inlcuyendo el resfriado común, herpes, sarampión, gripe y polio.

     También se habló que tras la extirpación de las amígdalas, hay una incidencia mayor de malignidad.»

     Este párrafo de la página 17 del libro, Vaccinations and Immune Malfunction, suena como si viniera directamente de la literatura higienista. «Los procesos de la Naturaleza se caracterizan siempre, o casi siempre por dos cualidades; eficacia y economía. Los intentos de la ciencia moderna de reproducir o sintetizar sustancias orgánicas, biológicas y los procesos vitales de la Naturaleza a menudo son grotescamente ineficaces, ruinosos, y frecuentemente dañinos. Probablementes es una verdad manifiesta que la ciencia sólo tiene éxito en la medida en que armonice con las leyes y procesos de la Naturaleza; fracasa en el sentido de que entra en conflicto con estas leyes.»

EL CUERPO NO PUEDE SER PROTEGIDO CONTRA LAS CONSECUENCIAS DE HÁBITOS DAÑINOS

     El cuerpo no llevará a cabo crisis defensivas cuando no haya necesidad de ellas. Los cuerpos sanos no necsitarán desintoxicarse. El cuerpo no puede llevar a cabo crisis defensivas si su vitalidad ha sido reducida hasta el punto  de que no tenga  la energía y los recursos para iniciar y conducir la desintoxicación y los procesos curativos.

     La supresión de la capacidad del cuerpo para curarse (mediante la medicación o la vacunación) no deberían confundirse con la exención de las consecuencias de un estilo de vida insano. Por el contrario, los medicamentos y las vacunas constituyen ataques adicionales a la integridad del organismo. Dañan la estructura y función, y aceleran la degeneración y la muerte.

EPIDEMIAS

     Aunque las epidemias disminuyeron a  medida que el hombre purificó su entorno exterior, «es concevible que la suciedad que una vez le rodeó, haya aparecido en una aguja para destruirle.»

-Cash Asher, Bacteria, Inc.

     Las epidemias son enfermedades masivas. En todas las «epidemias» hay más casos de otras enfermedades que de una «enfermedad epidémica.»

     El Dr. Shelton dice (Dr. Shelton’s Hygienic Review, abril, 1976, página 171):

     «En qué consistirá la epidemia vendrá determinado por las autoridades sanitarias públicas. La tendencia es diagnosticar todo como enfermedad epidémica al principio y clasificar los desarrollos posteriores como complicaciones. Un caso así fue la fiebre tifoidea en el ejercito norteamericano en Francia. Todo el ejercito fue inmunizado contra el tifus, por lo tanto los soldados no podían desarrollar el tifus. Un gran número de muchachos que murieron mientras estaban siendo tratados de gripe cuando sus casos fueron diagnosticados,  se descubrió en la autopsia que habían muerto de fiebre tifoidea. El incidente fue de importancia suficiente para que el cirujano general del ejercito emitiera una carta especial sobre ello y señalase a los jefes médicos de las American Expeditionary Forces en Francia de que la inoculación no es un sustituto de la higiene y de la sanidad. Los médicos estaban tan preocupados por la gripe que veían el mal de la gripe detrás de cada síntoma y no podían distinguir entre la gripe y la fiebre tifoidea. Incluso los recrudecimientos fueron diagnosticados como gripe.

     «El alto índice de mortalidad de pneumonía y gripe no fue debido a cualquier virulencia inusual de las dos enfermedades, sino a la inusual virulencia del tratamiento…

     …Cuando la histeria gobierna la mente, el tratamiento siempre es heroico y el índice de mortalidad está de acuerdo con el tratamiento. El personal del Sanatorio de Macfadden en Chicago se ocupó de más trescientos casos de pneumonía y gripe durante la pandemia de 1918-19 sin una sola muerte de ninguna enfermedad.»

Las mejoras medioambientales, no las vacunas, eliminan las epidemias

     Junto con extensas mejoras medioambientales (incluyendo una mejor sanidad) algunas enfermedades dieron la impresión de desaparecer. Los promotores de las vacunas se atribuyeron el mérito de la desaparición virtual de la viruela y la difteria, pero nada se dijo sobre la disminución del cólera, la peste y la lepra, para las cuales no existen vacunas.

     Las nuevas plagas desenfrenadas de enfermedades cardiovasculares, cáncer, arterioesclerosis y diabetes, son debido, al menos en parte, a los cambios radicales en la naturaleza y calidad de nuestros alimentos y hábitos de vida. Estas enfermedades también pueden disminuir mediante mejoras medioambientales además de dejar de contaminar nuestras corrientes sanguíneas con vacunas y medicamentos.

     La relación de la disposición de la población a desarrollar enfermedades y las condiciones medioambientales con las epidemias de gripe es admitido en un informe de 1976 del U.S.H.E.W. Center for Disease Control (página 2): «La existencia de las epidemias de gripe depende de una interacción mal entendida de virus, susceptibilidad de la población, y condiciones mediomabientales.»

     El Dr. Shelton dice (Dr. Shelton Hygienic Review, mayo, 1976, página 197), «Si la fiebre amarilla desapareció de New Orleans después de que el general Butler limpió la ciudad y no se utilizó ninguna vacuna, ¿qué tiene que ver la sanidad con la desaparición de otras enfermedades epidémicas?»

     Del Dr. Shelton Hygienic Review, abril 1976, página 172: «La fiebre amarilla desapareció de New Orleans, Cuba y Panamá cuando estas ciudades fueron limpiadas. La profesión médica aún se niega a admitir que la limpieza hizo el trabajo. Insisten en que todo es porque ellos o los ingenieros sanitarios hicieron el acto de St. Patrick con los mosquitos. Todavía hay muchos mosquitos en estos lugares al igual que en Jersey. Nunca he sido capaz de imaginarme cómo tienen éxito en hacer que se marchen los mosquitos adecuados, y dejar que permanezcan los inofensivos.»

     ¿Cuántas personas conocen hoy la oposición médica a usar bañeras? Las denunciaban como «el juguete odioso de Inglaterra,» y decían que ocasionaría «toda una categoría de enfermedades zimóticas.» En 1842 los médicos de Filadelfia presentaron una propuesta para prohibir por ley el uso de bañeras entre el primero de noviembre y el quince de marzo; y en Boston, en 1845, la sociedad médica consiguió la aprobación de una ordenanza haciendo que bañarse en una bañera fuese ilegal «excepto por prescripción médica.» Los médicos de la época también se opusieron violentamente al viaje rápido en el ferrocarril por ser extremadamente peligroso para la salud pública.

     ¡Los tiempos progresan! La profesión médica ha adoptado y ha proclamado como propias estas ideas que otros han establecido como meritorias; pero todavía está librando una batalla con la aguja infectada; todavía se siguen apoyando en el mito del «contagio» y el papel de los microorganismos virulentos y agresivos como la causa principal de las epidemias.

     L. Tygaraja Sarma, en un artículo en el Dr. Shelton Hygienic Review, enero de 1975, página 118, dice, «Inglaterra tuvo epidemias repetidas -y severas- de viruela una vez cada cuatro o cinco años a lo largo del último siglo. Cuanto más forzaba el gobierno británico la vacunación y revacunación de la gente, más regular eran estas epidemias. El condado de Leicestershire se negó a obedecer; se interrumpieron todas las vacunaciones contra la viruela en este condado y todo el dinero que fue asignado en un principio para la vacunación masiva fue empleado en mejorar la sanidad. Los protagonistas de la vacunación profetizaron que con esta medida, toda la población del condado de Leicestershire sería víctima de esta terrible enfermedad  mientras que el resto de Inglaterra sería salvado en gran medida.

     «Pero… lo que ocurrió fue justamente lo contrario. Mientras la epidemia de viruela hacía estragos en el resto del país, cada cuatro o cinco años, Leicestershire estaba libre de esta enfermedad.»

     Después de que el gobierno británico introdujese una ley permitiendo a la gente a negarse a vacunarse, el número de personas vacunadas (y la incidencia de la viruela) siguió descendiendo, y al final la vacunación obligatoria fue anulada.

     El Dr. Shelton dice (Dr. Shelton Hygienic Review, octubre 1970, página 39), «Inglaterra fue el primer país en el mundo en implantar la vacunación obligatoria. Después de cincuenta años de rígida aplicación de su vacunación obligatoria, Inglaterra sufrió (1870-71) la epidemia de viruela más grande de su historia. Una población bien vacunada, revacunada y requetevacuanda sufrió una epidemia peor  de la que jamás sufrió anteriormente con peores condiciones higiénicas. La vacunación fracasó y este fracaso ocasionó un aumento del movimiento antivacunación. Hoy en día la vacunación ya no es obligatoria en Inglaterra.»

     Las epidemias de los tipos más virulentos de enfermedades (plagas, etc.) fueron causadas por condiciones de vida antihigiénicas. Los hábitos del mundo civilizado han llegado a ser más limpios, pero más debilitadores.

Las modernas enfermedades masivas

     Las modernas enfermedades masivas son el resultado básicamente del estilo de vida y hábitos alimenticios debilitadores de la mayoría de la población. En 1948, se demostró que una epidemia de polio había sido desencadenada por un consumo excesivo de azúcar, y se detuvo de forma espectacular cuando campañas masivas de los medios de comunicación animaron a que se redujese el consumo de azúcar. (Don’t Get Stuck!). Desde luego, los intereses creados pronto invirtieron la tendencia al convencer al público de que volviese a los viejos hábitos.

     Las epidemias son desencadenadas por influencias masivas debilitadoras y agotadoras, como temperaturas prolongadas o extremos en la humedad, preocupación, miedo, dolor, ansiedad (guerra, pánico). Las personas más enervadas y toxémicas son las primeras que enferman. Los defensores de la vacunación nunca han intentado explicar porque a menudo los que han sido vacunados son los primeros en enfermar, o quienes a veces contraen las formas más virulentas de enfermedad.

     Los primeros resfriados de comienzos del invierno no son «cogidos» de alguien que está acatarrado, sino que son desarrollados por aquellos que han comido y vivido de forma inadecuada. El estrés adicional de la temperatura fría detiene la eliminación, se suma a la toxemia general, y de este modo precipita una crisis.

     Las enfermedades más severas se desarrollan en personas que llevan una cantidad mayor de envenenamiento putrescente, y son más predominantes después de las vacaciones y los días festivos. La excitación enervante y la sobrealimentación indiscriminada en estas épocas produce los inevitables resultados desagradables.

     ¿Por qué la toxemia causa tifus en una persona y pneumonía en otra? El Dr. Shelton (Dr. Shelton Hygienic Review, marzo 1972, página 162) dice que la respuesta tendrá que encontrarse en las leyes de la herencia, nutrición y medio ambiente. Los tejidos que ofrecen menos resistencia a las toxinas son los primeros afectados.

     Las enfermedades más virulentas proceden de las toxinas virulentas del huésped. Las toxinas procedentes de la putrefacción son más virulentas que las que proceden de la fermentación de los carbohidratos. Los alimentos cárnicos producen toxinas más virulentas que las proteínas vegetales. Hay también una diferencia en la virulencia de los venenos producidos por diferentes proteínas animales y en las diversas proteínas vegetales.

     El Dr. Shelton dice (Dr. Shelton Hygienic Review, marzo 1972) que cree que, por ejemplo, que la tonsilitis es el resultado de las toxinas vegetales menos virulentas, mientras que la difteria procede de las toxinas animales más virulentas. En ambas enfermedades, se produce la descomposición en el tracto intestinal, que a veces puede causar pneumonía o meningitis o tifus u otros síntomas de la enfermedad.

Qué es una epidemia

     ¿Por qué algunas personas que están en contacto con personas enfermas luego terminan  postradas en la cama mientras que otras no? Las personas que han mantenido un estado interno de limpieza mediante unos hábitos correctos de alimentación y de vida no necesitan el proceso de la enfermedad porque no puede desarrollarse a menos que se den las condiciones tóxicas para que la enfermedad exista.

     Como indicamos previamente, las diferentes enfermedades son síntomas complejos procedentes de una energía nerviosa reducida y una mayor toxicidad. Los hábitos que gastan energía nerviosa ocasionan la inhibición de la secreción y excreción -y la consiguiente autointoxicación. La parte del organismo cargada con toxinas es la primera en reaccionar, pero el efecto es general -todos los órganos y estructuras del cuerpo sufren los efectos dañinos.

     El cuerpo funciona como una unidad y depende de la cooperación y coordinación constante de todas sus partes -si una función es alterada, la salud y la integridad del organismo y todas sus partes y funciones resultan afectadas.

     El cuerpo rechaza sus productos de desecho sin eliminar mediante una crisis o enfermedad aguda, de modo que las toxinas son expulsadas indirectamente, o a través de canales que no se utilizan normalmente, e.g., las membranas mucosas, la piel, etc. De este modo la enfermedad es un proceso de desintoxicación y recuperación, y es curativa y beneficiosa. Aunque gasta grandes reservas de energía, es un proceso del instinto de conservación.

ACOMODACIÓN

     La resistencia vital que un organismo puede ofrecer contra la enfermedad aguda está limitada. Cuando el organismo está expuesto continuamente a sustancias intoxicantes (como tabaco, café, medicamentos, etc.), el cuerpo se acomoda, y el resultado es una funcionamiento deteriorado y la enfermedad crónica.

     En general, se piensa que la acomodación es beneficiosa pero la mayoría de las acomodaciones fisiológicas son justamente lo contrario. El cuerpo se acomoda a una exposición excesiva a la luz del sol con un bronceado profundo, que reduce la influencia dañina del sol. La vitamina D necesaria por los organismos es producida en una cantidad muy reducida. La piel también se volverá áspera y correosa debido a las acomodaciones defensivas. Las secreciones normales se reducen, y otras desviaciones de lo ideal tienen lugar.

     Cuando los callos se forman en las manos como resultado del trabajo manual, esta adaptación es necesaria -es la defensa del cuerpo contra una irritación mecánica de la que no puede escapar o superar. Dichas acomodaciones conservan la vida, pero son desviaciones de lo ideal.

     La acomodación a fumar, a los medicamentos u a otros venenos imponen al cuerpo niveles mayores de toxinas. El efecto inevitable es la multiplicación del nivel de toxicidad, acumulando el cuerpo toxinas adicionales por su cuenta que no puede excretar normalmente. El resultado es la enfermedad. Las enfermedades epidémicas son las consecuencias de la existencia de dichas condiciones en los cuerpos de gran número de personas.

     En el mundo actual, probablemente no es posible alcanzar el grado de salud que podría lograrse después de varias generaciones de vida sana. Como higienistas, nos esforzamos por mejorar, aunque el verdadero «ideal» pueda ser inalcanzable.

     Podemos tener crisis ocasionales, pero debemos darnos cuenta de que la enfermedad no es un enemigo. Las molestias son las señales de nuestro propio cuerpo de que estamos haciendo algo equivocado. Si prestamos atención a dichas señales en el momento oportuno, ayunando o descansando, en lugar de esperar a desarrollar una crisis, necesitaremos sólo une periodo de limpieza leve y breve. Si vivimos nuestras vidas de esta manera, no temeremos al supuesto «contagio» y «epidemias.»

     La Higiene Natural comienza en la mente -con la comprensión. El régimen alimenticio es un factor crítico -el ejercico es importante- pero todas las demás necesidades de la vida deben satisfacerse. Es necesario estar en contacto con uno mismo y estar en armonía con nuestras necesidades biológicas.

Síntomas «alérgicos»

     Cuando, el organismo tiene que hacer frente a toxinas que no puede eliminar y a las que no puede adaptarse, puede producir síntomas «alérgicos» o incluso «pan-alérgicos» -reacciones extremas causando síntomas respiratorios, neurológicos y digestivos, y síntomas que implican los músculos, las articulaciones, la piel, los ojos, los oídos, la garganta y otras partes.

     El Environmental Health Center (Dallas, Texas) es un clínica que está especializada en tratar a personas por sensibilidades químicas, principalmente «ayunando a sus pacientes para limpiar sus sistemas,» probando entonces los diversos alimentos y sustancias químicas para determinar qué causa reacciones «alérgicas,» y entonces esforzándose por eliminar las sustancias ofensivas. Es un proceso lento, cuidadoso y caro.

     El Dr. William J. Rea, que fundó el Centro, y el Dr. Sprague, un colega del Dr. Rea, tratan sobre todo a pacientes «ecológicos» -personas que se han vuelto «panalérgicas» a la exposición de insecticidas, o por el uso de medicamentos o alimentos llenos de sustancias químicas.

     El Dr. W. Nauss, Dallas Times-Herald (reimpreso 11/03/82 St. Petersburg Times) dice: «El Dr. Rea dijo que su interés por la sensibilidad química se desarrolló después de que él y su familia se quedaron incapacitados tras fumigar su casa con un pesticida. ‘Me dí cuenta entonces de que había muchos productos químicos, no sólo pesticidas, que estaban perjudicando a la gente.’ dice.

     «Los productos químicos no son la raíz de la enfermedad, Rea dice. Pero cree que muchas dolencias podrían prevenirse si los  médicos comprendiesen mejor su papel al dañar los sistemas defensivos del cuerpo. Sin embargo, la comunidad médica está mal informada sobre la enfermedad ecológica y se resiste a aprender, dice.

     «Los ecologistas clínicos admiten que sólo han arañado la superficie en su intento por comprender las alergias químicas. Los investigadores dicen que las alergias pueden heredarse, pueden ser causadas por un trauma físico o emocional o pueden proceder de la exposición a diversas toxinas.

     «Una alergia se produce cuando el sistema inmunitario se viene abajo. En términos simples, el sistema se queda privado de glóbulos blancos que controlan la producción de anticuerpos para luchar contra los antígenos o cuerpos extraños. Como resultado el sistema es invadido por anticuerpos, creando la reacción alérgica. En casos extremos, el cuerpo se vuelve tan sensible que reacciona incluso a pequeñas dosis de sustancias que normalmente no plantearían problemas.

     «Debido a que algunas sustancias químicas a menudo atacan al sistema nervioso, los cambios de humor y alteraciones de personalidad no son raros entre los pacientes ecológicos. El Dr. Theron Randolph, un médico de Chicago y pionero en la teoría de la ecología clínica, sugiere que algunas enfermedades mentales pueden ser causadas por la sensibilidad química, procedente de los alimentos, bebidas, polvo, polen.»

     NOTA DEL EDITOR: No se tome demasiado en serio todo este razonamiento médico. No existe tal cosa como un sistema inmunitario o anticuerpos. Sólo hay facultades defensivas regulares. Las alergias son debidas a la excesiva reacción del cuerpo a ciertas sustancias ante las que se defiende de forma excesiva.

LA VERDADERA EXPLICACIÓN DEL CONTAGIO

     M.O. Garten (Tomorrow’s Health) dice, «Una persona sana media, con una corriente sanguínea sin contaminar, no necesita preocuparse o temer por estar expuesto a una enfemerdad ‘contagiosa’… Sin embargo, esto no es así con una persona de baja vitalidad y una acumulación alta de desechos metabólicos… Las bacterias o gérmenes de una persona así estimulados y activados por los elementos desvitalizados sobre los que viven, cuando son transferidos a las membranas mucosas o tejidos de otra persona igualmente toxémica puede asumirse que empiecen a trabajar inmediatamente y de la misma manera que en el primer portador.

     «Esta es la auténtica explicación del ‘contagio’ y la única que puede decir que el germen precipita la enfermedad o la excita en la persona a la que los gérmenes son transferidos… Los gérmenes… podrían ser reconocidos como factores que contribuyen en todas las crisis tóxicas en que la zona exterior localizada es expuesta a la infección o contaminación. Los sueros o medicamentos se sumarán a la carga tóxica general, y la inestabilidad ocasionará un perjuicio grave, aun cuando ellos «(los sueros o los medicamentos)» pueden modificar o suprimir aparentemente un proceso patológico local o general.»

     La modificación o supresión del funcionamiento normal del cuerpo mediante el envenenamiento (con sueros o medicamentos) es otro factor en este cuadro. A veces, cuando la gente está demasiado medicada y desvitalizada, no puede tener la crisis curativa, aun cuando la eliminación de una gran acumulación de desechos es necesaria. Debido a que la vacunación puede reducir tanto la vitalidad como para hacer imposible conducir una simple crisis de eliminación, se dice que la gente vacunada es «inmune» contra la enfermedad determinada que han perdido la capacidad de conducir. En verdad, el precio de su incapacidad de deshacerse de las toxinas en esta primera fase, es su acumulación y el desarrollo insidioso de enfermedades peores, más graves, y degenerativas.

     El contagio que en realidad está extendido es el contagio de los malos hábitos, produciendo el mismo estado vulnerable y susceptible en gran número de personas. Dichas personas conceviblemente pueden, mediante contacto íntimo, desencadenar síntomas mórbidos mutuamente.

     Pero ¿qué ocurre con las miles de personas que desarrollan resfriados que no han estado en contacto con alguien con un resfriado? Y ¿qué pasa con los miles de personas que están en contacto íntimo con alguien con un resfriado y no desarrollan un resfriado?

     En 1967, después de mi ayuno de 29 días, trabajé en una oficina pequeña con varias personas. Cada una de ellas tuvo resfriados constantes, algunas desarrollaron la gripe; fui la única en la oficina que nunca tuvo ninguno de esos síntomas y no perdió tiempo de trabajo.

LIMPIEZA FISIOLÓGICA Y ECOLÓGICA VS. VACUNACIÓN

     El drenaje fisiológico es incluso más importante que el drenaje de las los pantanos, e infinitamente más importante que los germicidas y pesticidas. El terreno (en el cuerpo) predispone a las supuestas enfermedades epidémicas al impedir que los fluidos y los tejidos del cuerpo estén dulces y limpios.

     En la década de 1850, cuando el país sufrió epidemias recurrentes de cólera, se desarrolló entre los residentes de ciudades sofocantes y atestadas, y entre (tal y como lo cuenta el Dr. Shelton) los borrachos y los mal nutridos.

     Un escrito higienista de 1851 sobre el cólera (Dr. Shelton’s Hygienic Review, mayo 1976, página 196) dice, «En New York como en el Viejo Mundo, las principales víctimas del cólera proceden de las mismas clases; el pobre indigente, el mal alimentado, el insuficientemente vestido, el hacinado, el sucio y el inmoderado.»

     El mejor alimentado, el que disfruta de un mejor alojamiento, el limpio y el moderado no cogían el cólera. Lo mismo ocurre hoy; el enervado y toxémico, el débil y el disoluto están enfermos. Los que viven de acuerdo a las leyes de la naturaleza están bien.

     El Dr. Shelton dice ( Dr. Shelton’s Hygienic Review, mayo 1976, página 197), «Antes de las vacunas de Salk y Sabin había gran número de casos leves de polio y unos pocos casos severos. Esto no ha cambiado, aunque muchos casos diagnosticados antiguamente como polio ya no son diagnosticado así. Pero todavía no he conocido ni un solo hijo de padres higienistas o vegetarianos que haya tenido la polio.

     …Un régimen sano no causará polio ni cólera, viruela y difteria.»

     La escalartina descendió en incidencia y virulencia tan rápidamente como la difteria -sin una vacuna. El cólera, la peste bubónica, el sudor inglés, y la fiebre tifoidea disminuyeron y desaparecieron al mismo tiempo que la viruela -únicamente la viruela tuvo vacuna. Algún factor común debe haber sido el responsable del descenso total -no un «agente inmunizante» usado para la difteria y la viruela y no para las demás enfermedades. El Dr. Shelton pregunta, ¿Es la vacunación un mero sustituto de la limpieza personal y comunitaria?

Von Hoffman: «¿Necesitamos realmente las vacunaciones?»

     Nicholas Von Hoffman, columnista sindicado, después de leer L’Intoxication Vaccinate, por Fernand Delarue, escribió un artículo, «Do we really need vaccinations?» (St. Petersburg Independent, 9/18/78). Dice que el antivacunismo francés tiene algunas estadísticas apremiantes que apoyan esta postura.

     Von Hoffman continúa:

     «Tengamos o no tengamos experiencia con la fiebre porcina, ninguna práctica de la medicina occidental es aceptada más globalmente como segura y eficaz como la inoculación. En silencio, algunos médicos se han  ido preocupando por los efectos dañinos conocidos y desconocidos de la inoculación, se han preguntado si la prevención de la enfermedad puede ser más arriesgada que estar sin protección. Prestigiosas figuras médicas han llegado tan lejos como aventurar que en los últimos años  la vacuna de la polio puede haber causado más polio en los Estados Unidos que por contraer la enfermedad de la manera contagiosa usual.

     «Una larga lista de dolencias desde la  ceguera a las convulsiones pasando por el eczema o la muerte han sido atribuidas a la vacunación, pero durante más de cien años la opinión culta ha sostenido que los beneficios de la protección compensan los riesgos. Ahora un número pequeño pero creciente se está preguntando si la inoculación confiere la protección que se le atribuye. Sabemos, por ejemplo, que algunas de las peores epidemias que asolan a nuestra especie no fueron suprimidas por la vacunación sino por alcanzar un nivel mayor de limpieza pública. Fue la higiene, no la inoculación, la que terminó con la Peste Negra. Algo parecido puede haber ocurrido con la viruela.

     «A mediados de los años 70,  los ingleses lanzaron un gran programa de sanidad pública y a medida que se incrementó, el porcentaje de la gente vacunada en la población y la incidencia de viruela descendieron. Es más, los resgistros médicos de la época indican que la gente vacunada tenía más probabilidades, no menos, de coger la viruela que los no vacunados.

     «Delarue centra sus investigaciones en Francia, donde dice, durante mucho tiempo hubo un número de médicos ejerciendo además de académicos que han tenido serias dudas sobre inocular a la gente. No quisieron aceptar los pitidos y el perjuicio a sus carreras que hablar claro acarrearía sobre ellos.

     «Probablemente pase lo mismo aquí. Pero las viejas ideas tienen que volverse examinar y analizar de vez en cuando. Tenemos leyes en decadencia para nuestras instituciones públicas de modo que alguna que otra vez deben defenderse y demostrar que todavía son necesarias. Lo mismo debería ocurrir con los principios científicos viejos, largo tiempo sin discutir, especialmente cuando se preocupan de la salud y bienestar inmediatos de millones.»

     El Dr. Mendelsohn dice, «Todo el esuferzo de la inyección de la gripe se parece a algún juego de la ruleta masivo, puesto que de un año para otro es la especulación de alguien si las cepas contra las que se inmunizaron serán las cepas que son epidémicas. Todos pudimos darnos cuenta de los peligros reales de las vacunas contra la gripe cuando, en 1976, el gran fiasco de la gripe del cerdo reveló, bajo la vigilancia cercana del gobierno y de los medios de comunicación, 565 casos de parálisis de Guillain-Barre ocasionados por la vacuna, y treinta muertes «inexplicadas» de gente mayor horas después de recibir la inyección.»

     El Dr. Mendelsohn dijo recientemente al miembro de la American Natural Hygiene Society, Barry Mesh, que «ahora estoy en contra de todas las vacunas»

«Errores» y malas partidas» (vacunas contaminadas)

     Cuando una epidemia ocurre tras una inmunización masiva, la excusa que suele darse es que «era una mala partida.» Algunas veces pueden ocurrir «errores.» Un informe reciente (otoño 1982) de Sarasota, Florida, es un caso similar. «Los funcionarios de sanidad en Sarasota admitieron el martes que un mal cálculo a la hora de determinar la dosis de una vacuna provocó que 19 jóvenes recibiesen 10 veces la cantidad recomendada de Rifampin, una vacuna para la meningitis hemofílica. El Dr. Robert Laurie, jefe del Departamento de Sanidad del Condado de Sarasota, dijo que la sobredosis administrada durante el fin de semana ocasionó reacciones adversas en 19 niños, pero ninguno de ellos tuvo que ser hospitalizado. La vacuna fue administrada a los padres de 19 niños en el United Methodist Church Day Care Center en Venice después de que una niña de tres años en el centro fue aquejado con la enfermedad.» (Craig Basse, Sunrise Digest, St. Petersburg Times.) A veces las «malas partidas» o los «errores» ocasionan muertes.

     En un artículo de Barbara Ann Boruff (mencionado anteriormente) dice también:

     «Además de la probabilidad de enfermedades, complicaciones, o muerte, está la posibilidad de recibir vacunas contaminadas. Desde 1954, varios incidentes similares han ocurrido. Uno es el escándalo Cutter de sobra conocido, que llegó a ser el impulso para el establecimiento de una agencia federal para comprobar la eficacia y seguridad de las inoculacioneas para la inmunización masiva. Esta organización es la Division of Biologics Standards (DBS).

     «Al principo de la década de los 70, el DBS recibió críticas severas respecto a sus prácticas. En 1961, varios millones de personas recibieron las vacunas de la polio y del adenovirus que habían sido contaminadas con un virus de mono conocido como SV40, causante de cáncer en los hámsters. Su efecto en los humanos todavía no se sabe. En lugar de retirar la vacuna restante fuera del mercado, el DBS siguió permitiendo su uso ‘más que el riesgo de erosionar la confianza pública por una retirada.’ (Science, 17 de marzo de 1972.)

Echemos un vistazo al registro

(Extractos de Don’t Get Stuck!)

     William Howard Hay, M.D., Pocono, Pennsylvania 25 de junio de 1937, habló ante The Medical Freedom Society (publicado en el Congressional Record) sobre la Ley Lemcke para Abolir la Vacunación Obligatoria:

     …»Sé de una epidemia de viruela que abarcó novecientos casos, en la que el 95% de los infectados habían sido vacunados, y la mayoría de ellos recientemente…

     «Hace unos años, el hospital de Cook County, Illinois, decidió inmunizar (contra la difteria) a la mitad de su personal de enfermeras, y no a la otra mitad. La difteria estalló poco tiempo después entre los casos inmunizados, no en los otros…

     «Al cabo de seis años de la toma de Filipinas y tras 30,000,000 millones de vacunaciones, sufrieron el peor estallido de viurela, la peor epidemia de las que habían ocurrido… y fue casi tres veces más mortal. El índice de mortalidad llegó hasta el 60% en algunas zonas, cuando anteriormente había sido del 10 al 15%.»

Informe del Ministro del Ejército, Henry L. Stimson, 24 de julio de 1942:

     «La experiencia reciente del ejército con la vacuna de la fiebre amarilla ocasionó 28,505 casos de hepatitis, con 62 muertos, el 24 de julio de 1942.»

1956-1959

     En 1957, casi la mitad de los casos de paralíticos por la polio en los niños entre los cinco y los catorce ocurrió en los niños vacunados. Se admitió que la vacuna había sido la causa de la parálisis. Hubo más casos de polio en 1958 que en 1957 -6,029 casos, con 3,122 paralíticos. En 1959 hubo 8,577 casos de polio, con 5,694 paralíticos. (La vacuna de Salk había sido introducida en 1955). En 1959, el director de sanidad del estado de Idaho; el Dr. Carl Eklund, una de las autoridadas sobre vacunación de Norteamerica; y el Dr. Florio, el oficial médico de Denver, todos hablaron claro contra la epidemia y los efectos paralizantes de la vacuna de Salk.

1961 (Chicago Daily News, 9/16/61):

     En 1959, la Vacuna de Virus Vivo de Sabin para la polio fue introducida. «Once personas que recibieron la vacuna oral de Sabin  en un programa masivo de inmunización en Syracuse, New York, han desarrollado polio paralítica, informó ayer el Servicio de Sanidad Pública de Estados Unidos.»

1964 (Awake Magazine, 11/22/64):

     El Servicio de Sanidad Pública de Estados Unidos recomendó que la vacuna oral de Sabin para polio para adultos fuese suspendida … Un comité de diciesiete  hombres descubrió que existía la posibilidad de que 57 casos de polio paralítico  pudieran haber sido inducidos por la vacuna. La gran mayoría… eran adultos.»

     Lea Don’t Get Stuck o The Poisoned Need para conocer más  detalles sobre la estela de tullidos y muerte dejado por la vacunación. Se podría llenar un gran volumen con los casos documentados.

El fraude de la fiebre porcina

     El Dr. Shelton dijo en 1976 «El dolor propuesto por el presidente» (Ford) «implica lo absurdo de introducir la supuesta causa de la gripe en los cuerpos de la gente para producir casos leves de gripe con la esperanza de que esto les hará que produzcan anticuerpos protectores y así les permitirá escapar de una enfermedad más grave por la invasión accidental de sus cuerpos por las mismas causas supuestas. Los virus son pequeñas criaturas muy acomodaticias. Causan una enfermedad leve cuando son introducidos en el cuerpo por los médicos accidentalmente. ¡Qué enorme deuda debe la profesión médica a los virus!»

     Un estudiante mío (en 1976) me informó de que su padre había sido atrapado por el frenesí inmunizante de la fiebre porcina, y había muerto el día después de recibir la vacunación.

     Puede parecer increible que el fraude de 1976 de la Epidemia de la Fiebre Porcina, con sus terribles consecuencias, no haya despertado el rechazo del público a todas las supuestas inmunizaciones. Pero el gobierno y la profesión médica tienen  explicaciones fáciles y plausibles y continúan vendiendo la idea de que los riesgos implicados en la «inmunización» son pequeños, comparados con el beneficio potencial. Y el público todavía acepta la idea del «contagio» como la causa de las «epidemias» y permiten que sus niños hagan cola para las «inmunizacioness.»

Vacunación obligatoria y exenciones

     Aquellos que duden de la necesidad o convenencia de la vacunación están obligados a conformarse por las «autoridades» que insisten en «que es la ley.» En realidad las leyes varían según el estado.

     California permite la exención simplemente con una declaración escrita diciendo que la inmunización es contraria a sus creencias. Pero incluso en Florida, donde los medios de comunicación han estado vociferando, «No se permitirá a ningún niño ingresar en la escuela sin una prueba de inmunización,» es posible escapar.

     Los miembros de la American Natural Hygiene Society pueden solicitar ayuda a la Sociedad. A veces un enfoque firme ante las autoridades de la escuela es todo lo que se necesita.

     En octubre de 1982, en la reunión de nuestra Pasco Natural Hygiene Society, dos padres felices (Clearwater, Florida) me informaron de que todo lo que tuvieron que hacer fue llevar a las autoridades escolares una declaración de que la vacunación estaba en contra de sus creencias religiosas. Les dijeron que en caso del brote de cualquiera de las «enfermedades de vacunación,» se pediría a sus hijos no asistir a la escuela hasta que el brote terminase.

     Desde luego, estaban encantandos, y me dieron las gracias repetidas veces por orientarles en la dirección correcta -lejos del miedo del «contagio» y las «epidemias.»

PREGUNTAS SOBRE LA LECCIÓN

PREGUNTA: ¿Qué explicación ofrece la profesión médica respecto al origen de una enfermedad que aparece sin ninguna posibilidad de haber sido cogida de otra personas con esa enfermedad?

RESPUESTA: Nunca he escuchado ninguna «explicación» de esta anomalía, pero los médicos todavía insisten en que los gérmenes son la causa principal de la enfermedad.

PREGUNTA: Si los defensores de la vacunación creen que protege, ¿porqué insisten tanto en que todo el mundo debe ser vacunado también?

RESPUESTA: Proclaman que para que la vacunación sea verdaderamente eficaz, al menos un 90% de la población debe ser vacunada. El razonamiento es, creo, que una persona vacunada puede infectar a una persona sin vacunar, y que la persona no vacunada, al «no estar protegida,» puede desarrollar una forma más virulenta de la enfermedad, y empezar una «epidemia.» Cuando la epidemia comienza entre las personas vacunadas, la tendencia es culpar a las personas no vacunadas por no participar, de modo que pueda obtenerse la «protección» completa. Estos argumentos engañosos son los únicos que  siempre he oído como justificación de la vacunación compulsiva. Si hay otras razones más lógicas para la vacunación compusilva, me gustaría saber de ellas.

PREGUNTA: ¿Qué hace que un germen en el interior del cuerpo mute en otro tipo de germen?

RESPUESTA: La cantidad y clase de toxinas en el cuerpo. Vea (en la lección) la explicación del Dr. Shelton de porque la toxemia causa tifus en una persona y pneumonía en otra, y la relación de los tipos de alimento en la dieta. La falta de limpieza interior y la ausencia de un entorno limpio, influyen sobre la clase de crisis eliminativas que el cuerpo conducirá. Las bacterias son carroñeros que se alimentan de los materiales (terreno) disponible en el cuerpp del huésped. El tipo (forma) de las bacterias viene determinado por el tipo de terreno implicado.

RESUMEN

     La demostrada invalidez de la teoría del germen destruye la base de la concepción popular de que el contagio es la causa principal de las epidemias. Las personas sanas no necesitan temer el contagio. Algo parecido parece ocurrir cuando una persona extremadamente tóxica es expuesta a la enfermedad, y  de este modo puede desencadenarse una crisis curativa.

     La enfermedad es el resultado de muchas causas. El proceso de la enfermedad (la fiebre, la inflamación, etc.) es la acción corporal para deshacerse de acumulaciones mórbidas. Las causas, los procesos y los efectos todos pueden ser mezclados, con el intercambio constante y complicado. La mayoría de las causas están en los hábitos del individuo.

     Bajo la orientación higienista (ninguna interferencia), los síntomas de la enfermedad desaparecen. Las complicaciones ocasionadas por el «tratamiento» médico a menudo son peores que los síntomas originales.

     No es posible, mediante medios químicos o biológicos (vacunación) hacer que  una persona esté a prueba de enfermedades. Esta representaría la anulación de las leyes de la causa y efecto.

     A veces la inyección de un veneno en la corriente sanguínea ocasiona la tolerancia de ese veneno, etiquetado erróneamente como inmunidad. La tolerancia es la pérdida de la resistencia vital.

     La inoculación es un proceso que produce enfermedad. El daño insidioso de las facultades defensivas por las vacunaciones es un peligro incluso mayor que las toxicidades directas y manifiestas de la toxemia.

     Las mejoras medioambientales, no las vacunas, pueden eliminar las epidemias. Los hábitos correctos de vida, y un entorno interno limpio no ocasionan el proceso de la enfermedad.

BIBLIOGRAFÍA

     Allen, Hannah, Don’t Get Stuck!, Healthway Publications, Pearsall, Texas, 1975 (Agotado, será reimpreso y actualizado en una edición ampliada).

     Boruff, Barbara Ann, «Immunization: The Risk Factors,» Health Science, American Natural Hygiene Society, Vol. 4, No. 1, 1981.

     Buttram, Harold E., M.D. y Hoffman, John Chriss, Vaccinations and Immune Malfunction, The Humanitarian Publishing Co., Quakertown, PA, 1982.

     Fowler, Ian, «Fundamental Objections to Vaccination, » Dr. Shelton’s Hygienic Review, mayo 1974.

     Health Reporter, Vol.1, Report No. 6, «The Nature and Purpose of Disease.»

     Martin, Jay, «Pasteur’s Folly,» The Hygienist, Lay Journal of the British Natural Hygiene Society, invierno 1969, (Ejemplar No. 39).

     McBean, Eleanor, «The Failure of the Polio Vaccine, «

Dr. Shelton’s Hygienic Review, julio 1977.

     Sarma, L. Tyagaraja, «Eradicating Smallpox,» Dr. Shelton Hygienic Review, enero 1975.

     Shelton, Dr. Herbert M., «The Myth of Contagion,» Health Science Newsletter, Volume 1, No. 2.

     Shelton, Dr. Herbert M., Dr. Shelton’s Hygienic Review, «Germs Are Not the Cause of Disease,» febrero 1972, marzo 1972; «Catching Disease,» mayo 1973; «Why We Have Epidemics,» mayo 1976; «The Influenza Hoax,» abril 1976; «The Passing of the Plagues,» abril 1976; «The Flu Epidemic Hoax,» junio 1976.

     Vetrano, Dr. V.V., «Must I Be Immunized?» Dr. Shelton’s Hygienic Review, noviembre 1971; «Your Probing Mind,» Dr. Shelton’s Hygienic Review, octubre 1977.

     Von Hoffman, Nicholas, «Do We Really Need Vaccinations?» St. Petersburg Independent, 18 de septiembre de 1978.

TEXTOS COMPLEMENTARIOS

LA TOLERANCIA SIGNIFICA PÉRDIDA DE LA RESISTENCIA VITAL

por Dr. Herbert M. Shelton

     Exceptuando la violencia. quizás la única causa de la muerte es el envenenamiento tolerado. La socavación lenta, gradual, insidiosa del organismo -el gasto de su energía nerviosa y el daño de su integridad funcional y estructural- por venenos que son almacenados y «tolerados» mata tarde o temprano. Sin embargo, la tolerancia es uno de los fenómenos peor comprendido en su naturaleza.  Muy pocos hombres y mujeres captan su auténtica naturaleza.

     La tolerancia por envenenamiento se produce cuando la resistencia ante su influencia se viene abajo. El cuerpo paga por su tolerancia (mal llamada inmunidad) mediante la enervación general y una resistencia menor a cualquier otra influencia.

     Se ha objetado que el derrumbamiento de la resistencia no debería producir tolerancia, que debería debilitar al organismo y hacerle más susceptible a la influencia del veneno. Esta objeción surge de la incomprensión del fenómeno de la resistencia.

     Hemos visto la tolerancia definida como «la capacidad de tolerar el uso continuo de un medicamento.» También la hemos visto definida como la capacidad de resistir un medicamento. Algo está mal en alguna parte. Una cosa es resistir y otra tolerar.

     No hay duda alguna de que el sistema vital resista los venenos de un medicamento. Los medios de la resistencia no están bien comprendidos. Cuando después de una dosis de ipeca se produce una emesis (vómitos) y después de una dosis de calomel se produce una diarrea, estos procesos se reconocen como pruebas de la intolerancia; pero no son comprendidos como medios de resistencia. Se supone que la resitencia es algún poder oculto que entra en juego después de que las pruebas fisiológicas de la intolerancia han cesado. Esta es la razón por la que nos dicen que la tolerancia significa acostumbrarse a un veneno  por hábito de manera que puede ser ingerido sin peligro.

     Mientras el cuerpo resista activamente y expulse rápidamente el veneno, se supone que es dañino, después de que la resistencia activa ha cesado y la expulsión rápida ya no ocurre, se supone que es inofensivo.

     Debería ser obvio incluso para un niño que su rápida expulsión impide daños posteriores mientras que su tolerancia permite todo lo contrario. Si el calomel es expulsado mediante la diarrea, no entra en la sangre y no puede dañar la sangre, los nervios, los huesos, los dientes, etc. Si no es expulsado mediante la diarrea, entra en la sangre y daña todas esas estructuras.

     Es un día triste para el cuerpo cuando aprende a tolerar los venenos. Si la intolerancia persistiese, obligaría al cese del uso del veneno. Si la tolerancia para el tabaco jamás se estableciese, nunca habría fumadores. Lo mismo puede aplicarse al alcohol, opio, arsénico, y otros venenos.

     Observe que los síntomas de envenenamiento -dolor, náuseas, vómitos, retortijones, vértigo, debilidad, inflamación, etc.- son también los síntomas de la enfermedad. La enfermedad es un proceso de resistencia -resistencia a los venenos. Expulsa la causa de la enfermedad tan seguro como expulsa el calomel o la ipeca. Este hecho es tan obvio que somos incapaces de comprender porqué no podemos entenderlo.

     Se dice que los medicamentos pierden parte de su potencia mediante la repetición. Esto no expresa lo que en realidad tiene lugar. No es que el medicamento pierda su potencia, es que el cuerpo pierde su poder. El uso repetido de un veneno gradualmente vence o reduce la resistencia vital.

     Mientras se crea que los síntomas que siguen a la ingestión de un veneno representan la acción del medicamento, es legítimo crer que cuando estos síntomas ya no se produzcan después de tomar una dosis del veneno, el medicamento ha perdido parte de su potencia. Pero cuando nos damos cuenta de que estos síntomas son señales de resistencia vital, que son acciones del cuerpo vivo, comprendemos que la ausencia de estos síntomas tras una dosis del veneno es debido a una pérdida del poder de actuar del cuerpo.

     Este debilitamiento de los poderes de la vida, este sometimiento del poder de la resistencia, ocasiona el establecimiento de lo que se llama tolerancia. Cuando la tolerancia se establece, es decir, cuando el poder de resistir se agota, para producir el mismo efecto -el mismo grado de resistencia- el tamaño de la dosis debe ser aumentado progresivamente.

     Cuando los médicos nos dicen que los medicamentos pierden sus efectos «curativos» mediante un uso continuo, tenemos que comprender que la resistencia vital ha sido reducida. Porque los fenómenos de la resistencia son los que los médicos llaman erróneamente los efectos «curativos» de sus medicamentos. Todavía no han aprendido que es el cuerpo vivo, no el medicamento, el que actua (actua para expulsar el veneno).

     La tolerancia y la pérdida de resistencia son una y la misma cosa. Es evidente que cuando el poder del cuerpo para resistir a un veneno determinado se reduce, es menos capaz de «reaccionar» ante ese veneno.

     El primer efecto de una toxina es siempre estimulación, que es simplemente otro nombre para la excitación o irritación. Esto es siempre es seguido por las acciones del cuerpo (la llamada «reacción») para expulsar el veneno. Estas acciones (o «reacciones») representan el proceso de la resistencia. El cuerpo se niega a tolerar el veneno.

     Cuando la «estimulación» se repite frencuentemente, son necesarias dosis cada vez mayores del mismo veneno o toxina para despertar el grado de intolerancia que equivale a la intensidad de la «reacción» original. Este poder de «reacción» reducido, esta disminución de las acciones defensivas del cuerpo, se llama tolerancia.

     Un poder de resistencia reducido (tolerancia) es un estado de enervación. La enervación general, producida por los medicamentos, excesos, por la toxemia, disminuye el poder de resistencia a todos los venenos o excitantes. Esto no representa, en y por sí mismo, una reducción de la susceptibilidad a la influencia nociva de los medicamentos venenosos. Sin embargo, puede representar, además de una mayor enervación, un cambio en los métodos de autoprotección, un cambio de un método de defensa a otro menos caro -una resistencia pasiva y un lento ceder a la influencia del veneno.

     Esto representa el cese de la resistencia activa, o la sumisión parcial al veneno. Porque sumisión, o resistencia reducida, es lo que la tolerancia realmente significa.

     Sin duda la resistencia pasiva está acompañadacambios en el tejido, que, si no son idénticos a aquellos vistos en las manos cuandos estas están sujetas a una fricción repetida, son análogos a ellos. El endurecimientos y espesamiento de las manos, es decir, la formación de callos, no es el resultado de la fricción, sino que es un medio de resistir a la fricción. La tendencia de la fricción es desgarrar la piel, de ahí que esta deba ser continuamente acumulada desde abajo.

     Aunque el callo protege a las estructuras subyacentes contra la fricción, lesiona todos los poderes de la piel. Dicha piel no es ideal -no representa la norma fisiológica.

     Si no está acostumbrado al uso de condimentos picantes y comienza a usar pimienta roja, los labios, la boca, la lengua, y la garganta arderán intensamente. Cuando la tragamos, produce molestias en el estómago. Hay una sensación posterior de molestias en el intestino cuando la pimienta roja lo atraviesa. Cuando, finalmente, es expulsada en las heces, el ano y el recto queman tanto como la boca cuando la pimienta fue tragada.

     Persistir en el uso de la pimienta y sus efectos irritantes disminuye hasta que, al final, no produce la quemazón de la boca y la garganta, ni molestias en el estómago y el intestino, ni quemazón del recto y del ano. Las membranas de todo el tracto digestivo se vuelven más gruesas y se endurecen en defensa de la irritación constante. El espesamiento protector daña otras funciones. El sentido del gusto se debilita, la digestión resulta dañada. Sin duda algo similar a esto tiene lugar en todos los tejidos del cuerpo que están sometidos a una irritación crónica por el alcohol, el tabaco, la cafeína, el arsénico, el opio, la sal, y otros venenos e irritantes habituales. También deben sufrir cambios para defenderse.

     La adaptación a los venenos, es decir, el establecimiento de la tolerancia, se logra mediante cambios en los tejidos que se ven apartados de lo ideal y lesiona todos los poderes de los tejidos.

     No creo que puede ser recalcado suficientemente que la adaptación all consumo de un veneno, es decir, el establecimiento de la tolerancia, se logra por la depravación del organismo. Este hecho, en la medida que conozco, fue explicado por primera vez por Sylvester Graham hace más de cien años.

     Cuanto mayor sea la depravación fisiológica, más veneno será «exigido» por el usuario y más lo tolerará su cuerpo sin señales de resistencia activa. En otras palabras, precisamente en la proporción a la que uno llega a acostumbrarse al uso de cualquier veneno, su sistema  se pervierte y sus poderes defensivos se reducen. La capacidad de usar grandes cantidades de tabaco, por ejemplo, sin ponerse enfermo, en lugar de ser una prueba de fuerza y salud física, es una prueba de debilidad y depravación fisiológica.

     Cuando un organismo sin pervertir toma tabaco, se encuentra con una fuerte resistencia vital. Hay una rápida sucesión de mareos, relajación muscular, temblor, debilidad, quizás fiebre, náuseas, vómitos, diarrea, e incluso convulsiones. Dicha reacción siempre se produce con la introducción del tabaco dentro del organismo puro; y cuanto más vigoroso y puro sea el organismo, más rápida y poderosa será esta «reacción.»

     Es sólo al comenzar una carrera de depravación, con pasos prudentemente calculados, cuando podemos interrumpir la resistencia del cuerpo al veneno y, al final, ocasionar una condición en la que el cuerpo parece en realidad pedir y abrazar, como un amigo, a su gran enemigo.

     De este modo el cuerpo puede depravarse tanto que el veneno más letal puede ser ingerido habitualmente en cantidades considerables y sólo produce una sensación inmediata de aparente bienestar. En efecto, puede haber, y generalmente hay, mucho sufimiento si al organismo pervertido se le niega la causa de su depravación.

     El habituado puede ser capaz de ingerir en una dosis veneno suficiente para matar a seis personas que no estén habituadas. El arsénico puede ser usado tan generosamente como la sal de mesa, con apenas una pequeña prueba inmediata de su carácter venenoso, una vez que el cuerpo ha sido doblegado. El ácido prúsico, que mata como el rayo, cuando el cuerpo no está acostumbrado a su uso, puede, empezar con dosis muy pequeñas, y gradualmente usar dosis cada vez más grandes, y ser usado con considerable generosidad como un «estimulante» e intoxicante.

     El adicto a opio puede ingerir una dosis suficiente de opio para matar a varias personas no habituadas en el acto. En lugar de producir síntomas inmediatos de envenenamiento, el opio ocasiona una sensación inmediata de bienestar. Si se le niega su dosis acostumbrada, sufre intensamente. Déle su acostumbrado veneno y su sufrimiento se desvanece como por arte de magia. La causa de su sufrimiento parece curar su sufrimiento, pero sólo en apariencia, porque cuanto más tiempo usa el opio, más sufre y necesitará ingerir dosis más grandes y más frecuentes para silenciar las protestas de su sistema ultrajado. El efecto real de la dosis es renarcotizar sus nervios, que sólo pueden gritar y revelar su verdadera condición cuando ya no están bajo la influencia de la droga.

     Del mismo modo el café «curará» el dolor de cabeza que produce; el tabaco «calmará» los nervios que ha desestabilizado; el alcohol «fortalece» al hombre que ha debilitado; las pociones para dormir «curan» el insomnio que han producido, sólo para empeorar el insomnio y requerir una dosis mayor para «curar» la próxima vez. Los estimulantes nos debilitan por la sobreestimulación, confundida con «energía.»

     La capacidad del organismo cuidadosamente depravado para tolerar grandes dosis de venenos y el hecho de que el uso de venenos por los fisiológicamente depravados en lugar de producir síntomas inmediatos de envenamiento, ocasiona la apariencia y la sensación de bienestar, ha conducido a gente inteligente a negar firmemente el carácter tóxico de muchos venenos ingeridos de forma habitual. Porque el tabaco, el opio, el alcohol, el arsénico o el café y el té puede ser usados generosa y habitualmente sin producir una muerte inmediata, o cualquiera de los síntomas angustiosos que indican el envenenamiento agudo; pero, al contrario, en lo referente a las sensaciones y acciones de los usuarios, actuan como gratos «estimulantes,» hombres y mujeres son engañados por ellos. «Mi experiencia me ha demostrado que el tabaco es muy bueno para mí,» dice el usuario de tabaco, mientras que el adicto al opio nos informa de que «su experiencia le ha demostrado que el opio es muy bueno para él.»

     Dicha «experiencia» se basa no sólo en las apariencias engañosas de la habituación a las drogas, sino que es defectuosa en el sentido en que olvida o ignora el principio y el final de la experiencia con la droga. Si aceptamos el carácter no venenoso del té, del café, del tabaco, del alcohol, del opio, etc., basándose en dicha «experiencia,» nos vemos obligados a concluir erróneamente que no existen cosas tales como un veneno en la naturaleza. El cuerpo puede aprender a tolerar la mayoría de las sustancias letales mediante una carrera de depravación fisiológica.

     La verdadera prueba del carácter venenoso o no venenoso de cualquier sustancia es su introducción en un organismo sin pervertir -intolerante. Mediante este test  con el tabaco, el alcohol el té, el café, el opio, el arsénico, y otras drogas que se usan como «estimulantes» y la intoxicación se demuestra que son fuertemente antivitales, i.e., venenosos.

     El principio de un vicio se caracteriza por pruebas de envenenamiento agudo. Por lo tanto, hay pruebas de envenenamiento agudo. El final -nadie discute el final de la adicción al opio. Pocos hoy en día negarán el final del consumo de arsénico. ¿Por qué cerrar nuestros ojos a los fines del alcoholismo, nicotinismo, cafeínismo, etc.? No hasta que lo incluyamos en nuestra «experiencia» tanto el principio como el final de un vicio estamos justificados para sacar conclusiones de » nuestra experiencia.»

SU MENTE ANALÍTICA

Por V.V. Vetrano, B.S., D.C.

     ¿Cuál es el punto de vista higienista de los virus y sus efectos sobre las células vivas?

     Esta pregunta es un poco díficil de contestar porque la virología todavía está en pañales. Su naturaleza todavía no es conocida. ¿Son plantas, sustancias químicas, animales o parásitos? Nadie sabe qué son exactamente. Boyd afirma que un virus «representa una forma de vida diminuta y primitiva. Incluso esta afirmación puede cuestionarse, porque el virus parece existir en la débil frontera entre las cosas vivas y los compuestos químicos. Es una unidad submicroscópica que contiene ácido nucleico y proteínas. A diferencia de las bacterias, los virus no son capaces de vivir por su cuenta, debido a su falta de enzimas. Para que existan y se multipliquen, deben ocupar células vivas, que las doten del material y energía necesarias… Es evidente que un virus es un ejemplo perfecto de parásito.»

     Algunos virus viven y crecen sólo en el hombre. Otros prefieren otros animales. A algunos de ellos les gusta vivir sólo en tejidos específicos como el tejido nervioso (neurotrópicos), mientras que otros prefieren la piel, y reciben el nombre de dermotrópicos. Otros son viscerotrópicos, signicando que viven en las visceras de los animales.

     El conocimiento actual de los virus parece señalar claramente su naturaleza parásita. Conocer la naturaleza de los virus nos da una pista sobre cómo «defendernos» de ellos, si es que necesitamos defendernos. Al igual que las bacterias, pueden terminar siendo nuestros benefactores en lugar de nuestros enemigos. Su característica más notable es que no pueden multiplicarse a menos que estén en una célula viva. Puesto que viven dentro de la célula, tomar antibióticos y otros medicamentos como los sulfamidas no los destruirá.

     Los virus, al ser principalmente proteínicos en su naturaleza, provocan la formación de anticuerpos cuando están en la corriente sanguínea. El cuerpo actua contra ellos para destruirlos, al igual que destruye las bacterias. Un cuerpo sano puede destruirlos tan rápidamente como se forman. Aun cuando en cierto modo están protegidos dentro de la célula de los anticuerpos, una célula sana puede mantenerlos bajo control e impedir que agobien a la célula.

     Una diferenciación médica se hace entre infección viral y enfermedad viral. Un huésped puede ser infectado con un virus pero no manifestar una enfermedad. En el caso de la infección viral la multiplicación del virus puede continuar sin dañar a la célula. Cuando hay una enfermedad viral, la célula muestra cambios patológicos, generalmente en forma de degeneración. Boyd piensa que la infección viral es universal y que la enfermedad viral es relativamente rara. Dice, «la infección viral es mucho más común que las enfermedad viral -de hecho puede ser universal. Así la infección por el virus de la polio es cientos de veces más común que la enfermedad, y la infección por el adenovirus de las amígdalas está presente en casi el 90% de las personas normales, aunque la enfermedad causada por estos virus ocurre en un porcentaje muy pequeño.

     «En la infección viral, un virus puede residir indefinidamente en los alrededores confortables de la célula. Es más que un huésped, porque se ha convertido en uno más de la familia, y puede vivir con la familia durante generaciones sin causar problemas. Varios agentes  internos o externos pueden trastornar la armonía y convertir al virus latente en uno virulento, que usurpe la maquinaria biosintética de la célula para la producción, casi exclusivamente, de progenie viral (Swartz y Littlefield). Factores como la edad, la composición genética, la nutrición, o el equilibrio hormonal pueden ser responsables. Al igual que la infección bacteriana, uno de los mejores ejemplos de la relación bien conocida entre el herpes simplex («herpes labial») y la pneumonía pneumocócica. Se cree con razón que la gripe predispone al paciente a la infección bacteriana del tracto respiratorio, pero también es posible que dicha infección pueda precipitar un ataque de gripe por medio de la conversión de un virus latente en un virus activo.

     «Ahora se sabe que una proteína producida por células tratadas con virus en un cultivo tisular es capaz de inhibir o interferir con el crecimiento de muchos otros virus. Este material se conoce con el nombre de interferon, y parece tener muchas de las propiedades de un antibiótico viral, de modo que podemos saber más de él en un futuro (Isaacs y Burke). La recuperación, frente a la inmunidad, no depende de la producción de anticuerpos. Los factores responsables de la recuperación son desconocidos hasta la fecha.

     «La importancia practica de las consideraciones teóricas que acabamos de esbozar radica en el hecho de que como la enfermedad viral depende de la reproducción viral, y como la reproducción viral depende de procesos bioquímicos, puede ser posible interferir con estos procesos y de este modo inhibir la reproducción mediante compuestos químicos. Las primeras medidas  en esta dirección ya han sido tomadas, pero tenemos que hacer frente al hecho desafortunado de que para cuando los signos y los síntomas de la enfermedad sean aparentes, la reproducción del virus está muy avanzada. Es evidente que el control de las enfermedades virales presenta los mismos  enormes obstáculos que el control del cáncer y por la misma razón, a saber, que estamos tratando con un trastorno dentro de la propia célula.»

     He citado extensamente a Boyd porque quería que leyese las palabras de un médico por sí mismo. Cuando analizamos su escrito, aprendemos que un virus puede estar presente sin que se manifieste la enfermedad y sin que la enfermedad se desarrolle necesariamente incluso en el futuro.

     De hecho, aprendimos que el 90% de las personas normales puede tener un virus y sólo unos pocos de este porcentaje desarrolla la enfermedad que se supone causa el virus. La enfermedad viral, como las enfermedades bacterianas, requieren algo más o alguna otra sustancia o influencia enervante para agotar  las funciones protectoras del cuerpo permitiendo que el virus se apropie de las actividades biológicas dentro de la célula.

     También hemos aprendido lo que es el interferon. Esto indica que el cuerpo tiene un medio dentro de la célula para protegerse, impidiendo de este modo que el virus se multiplique dentro de la célula. Siempre me ha parecido impensable que un virus pudiera penetrar en una célula, apoderarse de ella sin el menor indicio de una protesta biológica. Ahora hemos aprendido que el cuerpo se protege de los virus al igual que hace de las bacerias y de sus toxinas. Nuestro trabajo es suministrar a nuestros cuerpos los materiales e influencias necesarios que promuevan la salud y protección.

     También hemos aprendido que hay «portadores» de virus así como hay «portadores» de bacterias. Un «portador» es una persona en un estado de salud deteriorada pero todavía no lo bastante enferma como para ir a la cama. Este estado de vitalidad reducida es lo bastante bajo como para permitir que el virus exista, pero no lo bastante bajo para permitir que se multiplique tanto que produzca una degeneración aparente de la célula. Esto lleva años. Una salud mejor permitirá al huésped destruir los virus, y una salud menor hará que el portador desarrolle una supuesta enfermedad viral.

     Como higienistas, sabemos que no existe tal cosa como una enfermedad viral. Simplemente hay estados de salud deteriorada con degeneración celular. Que el virus sea una entidad y que ocasione la degeneración celular todavía es una cuestión por resolver. Los supuestos virus pueden ser simplemente los diversos desechos tóxicos que los higienistas han estado condenando y expresando en voz alta durante muchos años. Al no quere mantener la toxina en la corriente sanguínea, el cuerpo puede encontrar los medios de encapsularlo en una membrana proteínica e inyectarla dentro de una célula para expulsarla de la corriente sanguínea. Con el tiempo estas toxinas pervierten el metabolismo de la célula y causan degeneración celular. El virus puede ser únicamente la proteína encapsulada, habiéndolo rodeado el cuerpo con una membrana para impedir que altere excesivamente al sistema. La actual dieta alta en proteínas puede ser la razón de las supuestas infecciones virales.

     Otra cosa que podemos deducir de la cita previa de Boyd es la manera en que los médicos piensan. En lugar de pensar en términos de mejorar la salud de una persona con los elementos normales de la fisiología, piensa en términos de un químico que destuirá el virus aunque previamente señaló el hecho de que la célula puede protegerse sola con el interferon, y aunque mencionó los factores que pueden hacer que un virus latente se vuelva activo. En lugar de decirnos cómo evitar esos factores, busca una panacea química. Se ha demostrado que la antibióticoterapia no puede matar todas las bacterias con los antibióticos y, a menudo, en vez de destruir las bacterias, el medicamento simplemente produce una cepa mutante que es resistente a la sustancia química o antibiótico, y la bacteria vive en el huésped a pesar del medicamento. Pero la salud del huésped se va deteriorando así como su capacidad para destruir las bacterias se va deprimiendo a causa de los antibióticos. En lugar de hacer al huésped inmune a la enfermedad y a las bacterias, lo hace más susceptible. Lo mismo puede decirse de cualquier medicamento, que pueda ser producido, que aniquile a los virus. Si es destructivo para los  virus, también será destructivo para aquellos que toman el medicamento.

     Muchos factores importantes han sido sacados a la luz por la investigación moderna. Lo que es más destacable es cada vez que se descubre algo nuevo sólo refuerza y confirma el punto de vista higienista sobre la enfermedad.

     Hemos aprendido que los virus varían al igual que lo hacen las bacterias. Algo les hace cambiar de un virus virulento a otro no virulento y viceversa. ¿De qué se trata? En las bacterias, es su entorno. Si el entorno es tóxico y las bacterias deben vivir con suciedad, se vuelven virulentas. Existen razones para creer que los virus en un entorno tóxico lleno de un exceso de productos de desecho metabólicos y venenos medioambientales, también se volverán virulentos a causa de su nutrimento.

     Un artículo de Cyclopedia of Medicine escrito por Edwin W Schultz, M.D. señala claramente que los virus cambian. Afirma,

     «Se ha llevado a cabo un trabajo experimental considerable sobre la variación en los virus. Está bien establecido que los virus sufren variaciones, incluyendo variación en virulencia, en la estructura antigénica, y en el carácter de las lesiones inducidas. A veces las variaciones son de un tipo de mutación estable, otras veces, no. Aunque los virus han sido comparados con los genes de la supervivencia , poco se sabe respecto a la ‘genética’ de los virus.

     «La capacidad de los virus de sufrir variaciones también ha sido estudiada en el laboratorio. Ciertas variaciones han sido inducidas en los virus de las vacunas y otros virus  de las póstulas. La conversión de un ‘virus de la calle’ en un virus de la rabia ‘fijo’ es un ejemplo clásico de adaptación de laboratorio. En su paso de cerebro a cerebro en los conejos, el virus de la calle pierde su capacidad para progresar junto a los nervios periféricos; esto es una variación referente a su tropismo. Ocurre sin cambios significativos en las propiedades antigénicas cuando estas entran en un nuevo tipo de huésped el tiempo suficiente. Entre las variaciones más importantes, que han sido inducidas bajo condiciones artificiales, está la transformación del virus de la fiebre amarilla bajo las condiciones de un cultivo tisular de un virus básicamente viscerotrópico a uno que no sólo ha perdido su viscerotropismo, sino el neurotropismo inherente también, y esto sin una alteración significatica de sus propriedades antigénicas naturales. La cepa 17D, empleada ahora en la inmunización contra la fiebre amarilla, tiene esta historia.»

     De nuevo el médico está pensando en términos de usar su conocimiento  recién adquirido erróneamente. En lugar de aprender que un cuerpo sano destruirá al virus y que incluso puede transformar un virus virulento en uno no virulento de modo que no cause degeneración patológica, todavía están pensando en términos de inmunizar al cuerpo contra el virus, lo cual es imposible debido a las muchas cepas diferentes del mismo virus.

     Que el proceso inmunizante está lleno de un gran peligro se pone de manifiesto en la siguiente cita del mismo autor. «Un cierto grado de flexibilidad en un virus puede resultar una propiedad útil. Si se puede conseguir que un virus se deshaga de su virulencia natural sin un cambio significativo en sus propiedades antigénicas, puede llegar a ser útil como una vacuna. Lo que ocurrirá cuando sea puesto en nuevo entorno es, sin embargo, impredecible. Simplemente ponerlo bajo dichas condiciones durante un tiempo no garantiza de que un cambio en la virulencia u otras propiedades haya sido inducido. Pruebas de que un cambio útil se ha producido pueden requerir observaciones experimentales duraderas para determinar no sólo el grado del cambio, sino la estabilidad del cambio.»

     En resumen, todo el conocimiento más reciente sobre los virus sólo refuerza, corrobora y justifica el punto de vista higienista sobre las bacterias, parásitos y virus. El cuerpo sano posee sus medios para destruirlos y eliminarlos del sistema. Si su salud está deteriorada, los medicamentos y las vacunas tampoco le hacen ningún bien. Debilitan el organismo e intoxican el sistema, haciéndole más susceptible a la invasión parasitaria y bacteriana.

     Es más, acabamos de descubrir los peligros de inyectar virus atenuados. Pueden fallar y volverse virulentos de nuevo. Muchos niños se quedan paralizados después de tomar las vacunas de Sabin y Salk. Los procedimientos que engendran salud y sólo estos son útiles durante la enfermedad. Si una sustancia no guarda una relación normal con el cuerpo y si generalmente no se usa en ningún proceso bioquímico o fisiológico, entonces tampoco pertenece al cuerpo aun cuando mate a las bacterias y a los virus en el tubo de ensayo. Estamos tratando con organismos vivos, no con un tejido desmenuzado desarrollándose en una cultivo en el laboratorio. Confiemos en los únicos medios confiables, y aquellos que son los requisitos primordiales de la vida.

(Nota del editor: Aunque el artículo anterior da crédito a los puntos de vista médicos, es, sin embargo, una excelente presentación higienista. Los estudiantes ya deberían saber que los supuestos virus no son más que desechos celulares, siendo, especialmente, los restos del material genético de la mitocondria celular. Estos desechos, junto con otros desechos sin eliminar, constituyen el material mórbido que el cuerpo se esfuerza por expulsar cuando inicia una crisis de eliminación llamada enfermedad, dolencia, etc.)

¿DEBO SER INMUNIZADO?

por Virginia Vetrano, B.S., D.C.

     Gente preocupada llama a la Health School preguntando si deberían inmunizarse antes de viajar al extranjero. Van al Lejano Oriente o a Mexico, ¿deberían tener cuidado com la fruta y verdura fresca? ¿Es cierto que deben beber vino o cerveza, y evitar el agua pura?

     Estas y otras preguntas vienen a sus mentes cuando se preparan para visitar otros países. Han oído tantas historias espeluznantes escritas por los maestros de la ciencia del terror que realizan un viaje con gran miedo e inquietud. De hecho, algunos permanecen en casa por miedo a «coger» algún «bicho» extraño.

     El 4 de enero de 1971, la Arkansas Gazette publicó un artículo por el Dr. Van Dellen  alarmando a la gente con que una epidemia de cólera se estaba extendiendo a través de Oriente Medio y del Lejano Oriente  hacia Africa. «Por primera vez en 100 años la enfermedad se ha extendio al Sahara y está en el Africa tropical y hasta en Guinea. Estas zonas están densamente pobladas y tienen una mala higiene -condiciones ideales para la extensión de la infección. La mortalidad también ha sido alta.»

     Continúa diciendo que el cólera no plantea «una amenaza inmediata para los Estados Unidos,» pero dice esto «con los dedos cruzados, porque cualquier persona que visite los países afectados podría volver a traerla.» Entonces esos gérmenes polizontes podrían abalanzarse sobre los pobres norteamericanos confiados que entonces sucumbirían a la enfermedad.

     ¿Dónde ha estado el cólera vibrio todos estos años? ¿Desapareció y retornó repentinamente? Se recomienda a los viajeros consultar al Servicio de Sanidad Pública de los Estados Unidos para determinar que países exigen que sean inmunizados del cólera antes de entrar, haciéndolo parecer lógico como si muchos países exigiesen la inmunización para esta enfermedad antes de cruzar sus fronteras, Esto no es así. El Dr. Van Dellen afirma en el artículo anterior que, «Muchos países en Europa, Asia y Africa exigen evidencia de la vacunación antes de que una persona cruce sus fronteras. Y esto es particulamente cierto después de que la persona ha estado en zona infectada por el cólera.»

     Telefoneé al Servicio de Sanidad Pública de los Estados Unidos y me dijeron que no es necesario ser inmunizado antes de ir a una zona infectada; que a los países no les importa si estuviste expuesto a la enfermedad cuando estuvo allí. Son los otros países los que se preocupan cuando vuelve a entrar en su camino a casa. Me aconsejaron que antes de hacer un viaje por el mundo debería ser inmunizado de viruela, cólera, fiebre amarilla, tétanos, tifus, polio y hepatitis. Entonces un mes antes de entrar en la zona infectada de malaria me dijeron que empezase a tomar la medicación y siguiese tomándola mientras existiese la posibilidad de que el mosquito portador de la malaria me picase.

     La Organización Mundial de la Salud, Ginebra, es el organismo responsable de las Regulaciones Sanitarias Internacionales. Está claro en el Artículo 83, para todos aquellos países que aceptan las Regulaciones Sanitarias Internacionales, que «los objetores a la vacunación pueden negarse a las operaciones sin que se les niege la admisión en aquellos países que han aceptado las Regulaciones Sanitarias Internacionales.»

     Si ha viajado a Asia, Africa, America, que no sea ni Estados Unidos ni Canadá, y desea entrar en el Reino Unido, es necesario un certificado oficial de vacunación. Sin embargo, en casi todos los países puedes entrar sin inyecciones de ninguna clase. Es cuando regresa a los demás países de una zona infectada cuando pueden darte problemas. Paul-Emile Chevrefils, M.D., presidente fundador de La Ligue Pour la Vaccine Libre declara que viaja sin el certificado amarillo usando sólo el artículo 83. Declara que, «Este estatuto internacional da a cualquiera el derecho de viajar alrededor del mundo usando la vigilancia médica durante 15 días, no para ser aislado, sino para moverse libremente.»

     Después de informar a sus lectores de que «no existen pruebas fiables de que la immunización del cólera sea buena…» Fredrick J. Stare, M.D. (Arkansas Gazette, 16 de noviembre de 1970) nos  recomienda que nos pongamos una inyección, y entonces nos da una fórmula para comer que supuestamente prevendrá el cólera. Haga lo que dice y probablemente desarrollará cólera. Haga exactamente lo contrario y probablemente tendrá más energía, disfrutará más y no tendrá problemas con la «diarrea vacacional.»

     Stare, según los dictados del mito de la infección, nos da este consejo: Tome sólo agua mineral embotellada, té o café calientes, o cerveza embotellada, coma carne, patatas, arroz u otros alimentos muy hechos, verduras envasadas, pan, mantequilla, y mermelada; evite las frutas y verduras a menos que pueda pelarlas usted mismo fácilmente. Lávese bien las manos antes de comer.»

     Este plan de alimentación disparatado supuestamente impide el desarrollo del cólera matando el vibrio con calor u otros procesos químicos antes de introducirlo al cuerpo a través de los alimentos y el agua. Si el vibrio fuese la causa del cólera su razonamiento sería engañoso. El cólera vibrio son bacterias aerobicas, lo cual significa que necesitan el aire para su crecimiento. No hay exceso de aire en el sistema gastrointestinal. También son aniquiladas por la acidez. Si se ingieren alimentos o agua contaminados por el cólera vibrio, el ácido de cualquier buen estómago pronto los destruirá. Kendall A. Elson, M.D. afirma en la Cyclopedia of Medicine, que, «El cólera vibrio salía del cuerpo de los individuos infectados en las heces y en los vómitos, aunque si este último es muy ácido los organismos son aniquilados inmediatamente.»

     Lo que debería enseñarse a la gente es limpieza, y a comer moderadamente alimentos bien combinados de modo que la digestión sea normal y que no necesitan temer el cólera vibrio, si todavía creen en el concepto de la enfermedad del chaman. Debemos advertir a nuestros lectores contra el consejo de la Edad Media de Stare. El cólera vibrio no causa el cólera.

     Aun cuando ha afirmado dos veces que las inmunizaciones para el cólera no nos protegen del cólera, Stare aconseja inmunizarse de todos modos para evitar problemas en los puertos de entrada a otros países que tienen estrictas regulaciones de sanidad pública. Condena a sus colegas, que son médicos, que ponen inyecciones cuando dice, «Es importante tener este certificado para evitar las incomodidades en el viaje o la amenaza de la hepatitis sérica por una aguja de vacunar sucia.»

     Para respaldar sus afirmaciones sobre la vacuna del cólera, Stare cita a el Dr. W.B. Greenough, III, quien dice «conoce más sobre el cólera de que lo yo sé o jamás sabré,» cuando le escribió lo siguiente: «Muchas vacunas comerciales no protegen ni siquiera a las poblaciones de zonas endémicas (donde el cólera siempre está presente)… como una medida para el control de la enfermedad la inmunización es ineficaz puesto que la vacuna no interfier con el estado del portador.»

     Lo que está diciendo en palabras claras es que  si la vacuna del cólera protegiese, entonces el cólera no sería endémico, y aquellos que estaban protegidos no desarrollarían la enfermedad aun cuando los supuestos «portadores» estuviesen presentes. Sin embargo, nos enseñan que los «organismos generalmente desaparecen de las heces del paciente con cólera al cabo de cinco o siete días del inicio de la infección…» y el estado del portador se supone que no es un método significativo de transmisión de la enfermedad. El tratado de medicina de Cecil and Loeb afirma que «no hay ejemplos conocidos de portadores crónicos entre los seres humanos.»

     Muchos higienistas han viajado al Medio y Lejano Oriente y a Africa, y han comido montones de frutas y verduras frescas, sin desarrollar ningún problema, mientras a menudo aquellos que se han puesto todas las inyecciones y bebían vino en vez de agua y que no se atrevían a probar una fruta o verdura fresca cayeron enfermos con diversas dolencias, incluyendo el cólera. Podría añadir, que en nombre de la limpieza, debería beberse agua destilada, aquí o en el extranjero, y para la limieza absoluta de verduras y de frutas, aclarelas bien con agua destilada. El cólera vibrio es aniquilado fácilmente cuando se secan, y muere rápidamente en agua pura. Es la limpieza lo que es necesario, no la esterilidad.

     El cólera, una inflamación aguda del canal intestinal, supuestamente se esparce mediante los alimentos y agua contaminados con cólera vibrio. Generalmente es un enfermedad endémica y epidémica en Asia sobre todo a lo largo del río Ganges en la India y Pakistan. El bacilo, que tiene la forma de una coma, y al que Koch, su descubridor,  dio el nombre del bacilo de coma, libera una poderosa endotoxina después de la muerte, que contiene una mucinasa. Se piensa que la mucinasa es responsable de la descamación celular extrema del epitelio mucosal que es un rasgo tan característico del cólera. La endotoxina supuestamente causa una dilatación tan intensa de todos los capilares a lo largo del todo el tracto intestinal que el fluido se filtra fuera de estos en los intestinos, produciendo así las deposiciones acuosas alvinas tan típicas del cólera asiático. Debido a la pérdida de cantidades tan grandes de electrolitos y agua, se produce la deshidratación extrema, y Boyd afirma que el 75% de los pacientes no tratados muere.

     Puesto que el cólera vibrio hace cosas tan horribles a una persona, ¿no deberían tomarse medidas para prevenir la infección? Estas amenazas podrían intimidar a uno a ser inmunizado a pesar de los malos informes de la inmunización, antes de ir a Oriente Medio y al Lejano Oriente. ¿Quién quiere deshidratarse y morir? Así que nos inmunizaremos y evitaremos todos los alimentos frescos con la espenza de que no desarrollaremos la enfermedad.

     Los gérmenes por sí mismos no causan la enfermedad. El Dr. Pettenkofer, catedrático de Bacteriología en la universidad de Viena, sorprendió a sus estudiantes un día bebiendo un vaso de agua que contenía millones de bacilos vivos de cólera. Había llegado a la conclusión de que los gérmenes no causan la enfermedad, y quería demostrarlo. A medida que engullía el vaso de vibrio vivo, el barbudo Dr. Pettenkofer sólo gruñó, «Ahora veremos si cogo el cólera.» El Dr. Kruiff dijo que el Dr. Pettenkofer bebió suficiente de «los gérmenes coma móviles para infectar a un regimiento.» Nada le ocurrió al «loco» Pettenkofer. Muchos incidentes como este podrían citarse que demuestran que infectar al cuerpo con gérmenes no hace que ninguna enfermedad específica se desarrolle. Quizás esta es la razón por la que el presidente fue convencido para tirar las reservas de gérmenes para la guerra bacteriológica. Quizás los experimentos resultaron inútiles y los médicos no quisieron que la lucrativa teoría del germen se destruyera. Si la guerra bacteriológica fuese efectiva, apenas es probable que se hubiera desecho de la reserva.

     Ya en 1928, el Dr. Beddow Dayly, M.R.C.S., I.R.C.P., Medical World, dijo «Estoy preparado para afirmar, con hechos científicamente establecidos, que en ningún solo ejemplo ha sido demostrado de forma concluyente que los microorganismos sean la causa específica de una enfermedad.»

      En el volumen VI del Hygienic System, el Dr. Shelton dice: «En más de sesenta años de cultivo intensivo de la idea del germen, no hay ninguna ‘enfermedad’ que haya sido demostrada que pueda ser originana por un germen, y nadie puede ser curado según la teoría del germen. A menos que un germen causase una enfermedad cada vez que infecta el cuerpo, no es una causa. Una causa debe ser constante y específica en su influencia, o no es una causa. Los gérmenes están omnipresentes -esta es una de las verdades fundamentales que Pasteur, o que su contemporáneo, Bechamp, descubrieron; pero él y sus seguidores parecen haber pasado por alto el hecho de que los gérmenes no tengan una influencia específica todo el tiempo.»

     El Dr. Shelton dice: «El punto de vista que expondría ante el lector es que la ‘enfermedad’ no es causada por el germen, sino por el estado del cuerpo que permite que el germen florezca. Y este estado del organismo o de cualquier parte de él que hace posible el crecimiento de los gérmenes allí dentro es lo que más se busca en el ‘virus filtrable.’ Es el resultado de la violación de las leyes de la vida y no es un estado casual o fortuito.»

     El Dr. Tilden dice que los gérmenes son meramente adventicios- secundarios. Si el terreno es apropiado para el crecimiendo de las bacterias, florecerán pero si los tejidos y secreciones son normales y sanos, los gérmenes patológicos no crecerán ni se multiplicarán.

     Aquellos que viajan y beben bebidas alcohólicas, fuman, trasnochan, comen en exceso platos picantes, cocinados, y hacen turismo hasta que están a punto de derrumbarse se están enervando. Están gastando energía nerviosa en exceso. Las funciones empiezan a retrasarse. Los productos de desecho metabólicos se acumulan en los tejidos y los fluidos del cuerpo. La secreción y excreción resultan dañadas. Está es la base, o el fundamento para el desarrollo de cualquier enfermedad. Incluso entonces, muchas veces las bacterias específicas no aparecen. Y en muchos otros casos las bacterias no aparecen hasta muy tarde en la fase de la enfermedad. Si una causa es una causa, lógicamente debería estar presente en número suficiente antes de que los síntomas aparezcan. No puede demostrarse que las bacterias aparezcan invariablemente incluso después del desarrollo de una enfermedad determinada.

     ¿Cuál es la razón del cambio de opinión de Fredrick Stare sobre las vacunas para el cólera? Probablemente, la AMA le dio una buena charla. Miles de dólares serían perdidos por la profesión médica norteamericana si la gente no obtuviese sus inmunizaciones antes de dejar su hogar. De modo que castigó a sus hermanos médicos en otros países diciendo a su público que es importante evitar las agujas sucias de otros países. Hubiera sido mejor decirles la verdad, que podían confíar en al Artículo 83 de la Organización Mundial de la Salud y viajar libremente a otros países, con tal de que los funcionarios sanitarios supiesen sus paraderos. De este modo podrían evitarse una dolorsa inyección además del desarrollo ocasional de hepatitis por agujas sucias en este país.

     ¿Por qué el reciente brote de cólera? Un artículo en World Health News, en septiembre de 1971, Health For All (England), tiene una respuesta muy buena para esta pregunta. Afirma: «Siempre que hay una gran agitación mundial, con sus trágicos cambios de gente y el consiguiente hacinamiento de refugiados, siempre hay una lección médica que aprender. La enfermedad a menudo se produce después de dichas catástrofes, y, como con la más reciente, el cólera se convierte casi en epidémico. Según la opinión médica, el organismo causante en este caso es el spirillum cholerae que se encuentra en las heces de los pacientes. La entrada en el cuerpo humano es a través del tracto alimentario, y la fuente de la infección es agua contaminada debido a la falta de higiene. Decir que el organismo es la causa de la enfermedad es, sin embargo, empezar la casa por el tejado. El curso de los eventos se produce en este orden: En primer lugar la desintegración del orden social; luego el pánico de la población; y después el hacinamiento de la gente con la ausencia de higiene, con el desarrollo del organismo como un factor asociado. En este país, como la historia dice, el cólera se extendió siempre que la gente estuvo hacinada y hubo una falta de higiene adecuada.

     «Es interesante notar que siempre que hay un brote de cólera, los titulares de los periódicos se dedican a fomentar el uso de vacunas, a las que, también, se les atribuye el éxito cuando la epidemia está bajo control. Las vacunas son traidas a toda prisa de los grandes centros farmacéuticos con el acompañamiento de la publicidad masiva con el resultado de que probablemente 99 personas de cada 100 afirmaría que las vacunas fueron efectivas para controlar la situación.

     «Por lo tanto para mucha gente sería una sorpresa haber leído en primera página del Medical News-Tribune del 11 de junio de 1971, el titular: ‘La ciencia médica indefensa frente a la epidemia de cólera’ y haber descubierto que ‘la ciencia está impotente ante la epidemia de cólera en la frontera de la India y Pakistán. Los expertos en medicina tropical ni siquiera pueden calcular cuantos podrían morir. Una mejor higiene es la única respuesta, imposible en la situación actual cuando millones de refugiados paquistanís subsisten en condiciones terribles, agravadas por el monzón…'»

     El tratado de patología de Boyd afirma que, «Los sabios chinos son los únicos orientales que no sufren del cólera; usan agua hervida y cocinan sus alimentos, beben té y  comen arroz caliente.» Hemos tenido charlas personales con Scott Nearing, que también dijo que el cólera estaba virtualmente acabada en China, pero esto es atribuido a  las mejores dietas de los chinos y no debido al hecho de que todo lo que coman o beban esté hervido o cocinado. Tienen hábitos de moderación en todas las cosas y no comen demasiados alimentos cárnicos.

     Es un hecho de sobra conocido que los chinos han usado los desechos humanos durante muchos siglos como fertilizantes. Todavía usan este método de fertilización. No es el hervir o cocinar sus alimentos lo que les protege; es el hecho de que tienen una economía mejor que hace muchos años, y su población está mejor alimentada que antes.

     Recientemente, en Organic Gardening and Farming, un artículo titulado, «Goodbye the Flush Toilet» describe el uso de desechos humanos como muy ecológico y necesario. Demuestra lo sucio que está nuestro sistema de purificación del agua, y como «incluso las plantas más modernas de aguas residuales no hacen un trabajo perfecto al extraer una parte del excremento humano del baño.» Este agua sucia, aunque esteril, es enviada de vuelta a los depósitos que bebemos y con los que lavamos las verduras. Demuestra claramente que la evacuación de desechos humanos es en realidad más limpia cuando se hace como antiguamente, mediante las bacterias y filtración a través del suelo. El artículo afirma que «claramente,» el terreno hace un trabajo mucho mejor de purificación que cualquier planta de aguas residuales.»

     El artículo anterior cita el libro del Dr. H.F. King, Farmers of Forty Centuries, y demuestra que todos los desechos animales son reciclados por los orientales. «Los desechos humanos eran casi la sangre vital de la agricultura oriental descubrió el Dr. King. Los granjeros construían pantallas atractivas cerca de sus campos para que los transeúntes los honrasen dejando detrás algo de fertilizante humano. Todas las familias ahorraban sus desechos del baño y los vendían a los granjeros. Las ciudades descubrieron que sus desechos humanos eran un beneficio neto en lugar de un inconveniente, como en los Estados Unidos. En 1908

Shanghai vendió a un contratista chino 78,000 toneladas de desechos humanos a 31,000 dólares en oro.»

     Continúa demostrando que no es el método de fertilización el que daña a la gente. Si uno teme al vibrio, puede ayudar saber que el cólera vibrio puede sobrevivir en el alcantarillado sólo durante 24 horas y que si las aguas residuales se abonan bien antes de usarlas como fertilizante, no habrá vibrio vivo que temer.

El cólera no es más que una diarrea muy severa que comienza en la parte superior del tracto intestinal. Los líquidos que se pierden durante la diarrea son segregados por las membranas intestinales para librar al canal alimentario de sustancias muy tóxicas e irritantes, que no son  el vibrio. Comer en exceso y beber con la consiguiente putrefacción de las proteínas, produciendo venenos virulentos en la parte alta del intestino delgado son las causas de la diarrea. Es una enfermedad de envenenamiento y debido a ello se desarrolla en la parte superior del tubo digestivo, se pierden muchos electrolitos y líquidos. Este es el peligro. Pero si no se ingiere ningún alimento cuando se siente el primer malestar, y se le permite al cuerpo lavar los intestinos del veneno, y el miedo se mantiene alejado del paciente, y se le suministra agua en abundancia cuando tenga sed y pueda retenerla, habrá un ritmo de recuperación mucho más grande que ahora.

     Graham afirma en su libro sobre el cólera «que la primera y suprema causa (del cólera) es siempre la condición peculiar del sistema humano resultante de la violación de las leyes de la vida orgánica. Sin embargo, sus causas excitantes más inmediatas son varias: como los cambios y condiciones atmosféricas -calidad y cantidad de alimentos-excesos de todo tipo; pero sobre todo, quizás, el uso de estimulantes artificiales y sobre todo de la clase narcótica y alcohólica; -en resumen, cualquier cosa y todo lo que reduzca los poderes vitales de los nervios de la vida orgánica; y pone al canal alimentario y con él a todo el sistema en una estado de extrema, mórbida irritabilidad, dejando poca energía en el sistema para soportar una irritación aguda, y para resistir y eliminar cosas que son nocivas o perjudiciales para él.

     «Sin embargo, puede que, sin temor a equivocarme, con todas las causas que existen, más allá del control del hombre, raras veces o nunca desarrollaría esta enfermedad sin la presencia de aquellas causas que operan a través de su conducta voluntaria.»

     En lugar de atiborrarse de cerveza y de vino, de café y alimentos cocinados mientras viaja, si hace justo lo contrario de este consejo antiguo y dañino es más probable que tenga unas vacaciones sanas.

HOJAS DE TRABAJO

Sección Rellene el espacio en blanco

1) _____________ son enfermedades masivas.

2) Las enfermedades modernas masivas son básicamente el resultado de un _______________ y unos ___________ ___________ debilitantes de la mayoría de la población.

3) En 1948, se demostró que una epidemia de polio fue desencadenada por ____________ __ ___________ __ ___________.

4) _______________ son desencadenadas por influencias debilitantes y extenuantes.

5) Las personas más enervadas y tóxica son las primeras en _______________.

6) Se puede conseguir que los estrepcocos (los gérmenes de la pus) asuman todas las características de los pneumococos (gérmenes de la pneumonía) alimentándoles simplemente con _________ ____________ y haciendo otras alteraciones menores en su entorno.

7) La ____________ ____ __________ es de vital importancia en la producción de la enfermedad.

8) Podemos evitar la enfermedad manteniéndonos en un _______________________________________________________.

9) Las enfermedades más virulentas proceden de las __________ más virulentas en el cuerpo.

10) Cuando el cuerpo tiene que hacer frente a toxinas que no puede eliminar y a las que no puede adaptarse, puede producir supuestos síntomas ___________.

Sección Verdadero o Falso

1) La teoría del germen se fundó en la suposición de que los gérmenes de la enfermedad son específicos e inalterables en su estructura biológica y características químicas.

2) Las causas principales de la enfermedad son microorganismos agresivos y malevolentes.

3) La virulencia de las especies microbianas es variable y puede sufrir muchas transformaciones.

4) Louis Pasteur fue el creador de la teoría del germen.

5) La aceptación de medicamentos, vacunas, y sueros venenosos no ha disminuido demasiado.

6) La mayoría de las causas de la enfermedad están dentro del control del individuo.

7) Es posible, por medios químicos o biológicos, hacer a una personas a prueba de enfermedad.

8) La enfermedad es una acción corporal y autolimitadora.

9) Los gérmenes tienen la capacidad de modificar su estructura y función, según el entorno en que se encuentren.

10) La tolerancia es un pérdida de resistencia vital.

11) Los higienistas nunca tienen síntomas de enfermedad.

12) Las toxinas provenientes de la putrefacción de las proteínas son más virulentas que las provenientes de la fermentación de los carbohidratos.

13) La enfermedad es el proceso de la recuperación, y es curativa y beneficiosa.

14) La adaptación a influencias deteriorantes es un proceso beneficioso.

Sección Elección Múltiple

1) Además de las mejoras medioambientales (incluyendo una mejor higiene), las siguientes enfermedades parecen haber desparecido. ¿Existen vacunas (o han sido usadas) para cuáles de estas enfermedades?

     a. Cólera

     b. Viruela

     c. Peste bubónica

     d. Difteria

     e. Lepra

     f. Poliomelitis

     g. Fiebre amarilla

     h. Fiebre escarlata

     i. Fiebre tifoidea

2) ¿Cuál es el principal factor en la enfermedad?

     a. El estado del cuerpo

     b. El entorno

     c. Las bacterias

     d. Nada de lo anterior

     e. Todo lo anterior

3) ¿Cuál de lo siguiente son las causas de la enfermedad?

     a. Gastar más energía de la que puede ser regenerada

     b. Comer en exceso

     c. Falta de descanso

     d. Ejercicio insuficiente

     e. Todo lo anterior

4) ¿Cuál de las siguientes afirmaciones es correcta?

     a. Bacterias específicas se encuentran en cada caso de una enfermedad específica.

     b. Las bacterias no son capaces de vivir fuera de los tejidos.

     c. Introducir cultivos de gérmenes en un cuerpo sano produce enfermedad.

5) ¿Cuál de lo siguiente son en realidad procesos de enfermedad -acciones iniciadas por el cuerpo para tratar con las causas de la enfermedad?

     a. Fiebre

     b. Vómitos

     c. Inflamación

     d. Diarrea

     e. Dolor

     f. Todo lo anterior

6) ¿Qué es la tolerancia?

     a. Capacidad para resistir los efectos de un medicamento u otras toxinas

     b. Falta de fuerza para resistir -resistencia rota.

Sección Respuestas breves

1) ¿Cuál es la teoría del germen?

2) ¿Qué determina el tipo de bacterias que proliferan en un huésped?

3) ¿Qué es lo que está documentado que dijo Pasteur en su lecho de muerte?

4) ¿Qué es la enfermedad?

5) ¿Cuáles son las causas de la enfermedad?

Sección Ensayo

1) ¿Cuáles son los postulados de Koch?

2) ¿Cuál es la verdadera explicación del contagio?

RESPUESTAS

Sección Rellene el espacio en blanco

1) epidemias

2) estilo de vida, hábitos alimenticios

3) exceso de consumo de azúcar

4) epidemias

5) enfermar

6) virus de la pneumonía

7) estado del huésped

8)

9) toxinas

10) alérgicas

Sección Verdadero o Falso

1) Verdadero

2) Falso

3) Verdadero

4) Falso.

5) Verdadero

6) Verdadero

7) Falso.

8) Verdadero

9) Verdadero

10) Verdadero

11) Falso. Los higienistas pueden tener ataques ocasionales de enfermedades, pero si prestamos atención a las señales del cuerpo de que estamos haciendo algo mal (sin un retraso desafortunado), descansando y ayunando, normalmente podemos recobrarnos en seguida.

12) Verdadero

13) Verdadero

14)  Falso.Las adaptaciones a veces son necesarias para conservar la vida, pero son desviaciones de lo ideal. El resultado final es una función dañada y una enfermedad crónica.

Sección Elección Múltiple

1) b, d, f, y g son correctas

2) a. es correcta

3) e.

4) b. es correcta

5) f.

6) b. es correcta

Sección Respuestas breves

1) La teoría del germen de la enfermedad es que organismos microscópicos agresivos específicos invaden, i.e. un germen específico es el responsable de cada enfermedad; y los microorganismos son capaces de la reproducción y transporte fuera del cuerpo.

2) El entorno -los síntomas- determinan el tipo de bacteria que están presentes y proliferan.

3) «Bernard estaba en lo cierto. La semilla no es nada. El terreno lo es todo.»

4) La enfermedad es un proceso de cambios fisiológicos y bioquímicos dentro del cuerpo, produciendo ciertos signos y síntomas, que son etiquetados como enfermedades específicas.

5) Las causas de las enfermedades son: hábitos de vida que no satisfacen nuestras necesidades, que exceden nuestras limitaciones -como demasida comida, descanso insuficiente, ejercicio insuficiente, factores mentales y emocionales negativos, y etc. Estos producen estreses internos y una carga química que el cuerpo no puede hacer frente.

Sección Ensayo

1) El científico alemán, Robert Koch, afirmaba que para que una bacteria específica sea la causa de una enfermedad:

     1. Debe encontrarse en cada caso de esa enfermedad.

     2. No debe encontrarse cuando la enfermedad no esté presente.

     3. Debe ser capaz de vivir fuera de los tejidos.

     4. Entonces debe ser capaz de reintroducirse en el organismo y producir esa enfermedad.

     Como ha sido repetidas veces demostrado, las bacterias específicas no cumplen estos requisitos previos.

     2) Una persona sana, con una corriente sanguínea sin contaminar, no nesecita inquietarse ante la idea de exponerse a una enfermedad «contagiosa.» No ocurre así en el caso de una persona con una acumulación alta de desechos metabólicos. Las bacterias de una persona así de tóxica pueden ser actividadas por las bacterias transferidas de una persona a otra -ambas igualmente tóxicas. Las bacterias pueden precipitar la enfermedad en la persona tóxica hacia la que los gérmenes son transferidos.