Lección 003 – Los 19 elementos esenciales de la vida. El Aire y el Agua pura.

EL SISTEMA DE SALUD DEL HIGIENISMO

Copyright @1986 Life Science Institute

La Ciencia de la Nutrición

PRIMERA PARTE:  PRINCIPIOS BÁSICOS DEL HIGIENISMO

TERCERA LECCIÓN:  Introducción al programa del Higienismo para alcanzar la salud perfecta

TEMA:  La salud se alcanza por medio de una vida sana

PROFESOR:  T.C. Fry

* Generalidades

* Objetivos de esta lección

* Definiciones

* Conceptos clave

* Hechos destacables

* Esquema global de la lección

* Presentación de la lección

* Preguntas sobre la lección

* Resumen de la lección

* Textos complementarios

* Hojas de trabajo

* Respuestas

GENERALIDADES

Gozaremos de una salud perfecta cuando se cumplan en nuestro organismo los factores e influencias necesarios para un estado físico perfecto.

Estos elementos e influencias no han variado a lo largo de la historia, puesto que siempre han sido los mismos.  El hecho de que nuestro entorno medioambiental y nuestra sociedad hayan cambiado, no significa que nuestras necesidades biológicas también hayan sufrido una transformación.

Si no logramos alcanzar estas necesidades fisiológicas, la pérdida de funciones y facultades puede ampliar la deficiencia, dañando el organismo.  Cuando un organismo ha sufrido un daño, significa que éste tiene un «malestar», denominado enfermedad.

OBJETIVOS DE LA TERCERA LECCIÓN

Esta lección presenta en primer lugar una versión reducida de los factores e influencias esenciales para el bienestar ─aquellas necesidades necesarias para desarrollar todas las funciones en un nivel óptimo─.  A continuación, profundizaremos en el estudio de estos factores e influencias y analizaremos en profundidad cada uno de los elementos esenciales de la vida.

En esta lección, sólo estudiaremos a fondo los primeros dos elementos esenciales de la vida.  El resto se analizará en la lección cuarta.

La lección afirma y enfatiza que la salud es el resultado de la confluencia de las necesidades del organismo, o lo que es lo mismo, que la salud es el producto de una vida sana.

Al finalizar esta lección, usted será capaz de:

1) enumerar los modelos o requisitos de la vida;

2) nombrar las causas que provocan la contaminación del aire, ya sea dentro o fuera de la casa;

3) explicar porque el agua pura (destilada) es la única agua que deberían beber los seres humanos;

4) nombrar la única causa que provoca la aparición de todas las enfermedades;

5) citar las formas existentes para evitar el agua y el aire contaminados.

DEFINICIONES

AGUA PURA:  Sustancia líquida, gaseosa o sólida que es transparente, inodora e insípida.  Está compuesta por dos átomos de hidrógeno por cada átomo de oxígeno (H2O).  Cualquier otra sustancia que esté en el agua, ya se encuentre en suspensión o diluida, es una impureza.

AIRE:  Mezcla de varios gases, principalmente oxígeno, nitrógeno e hidrógeno, que circunda la tierra y conforma su atmósfera.

ANTIBIÓTICO:  Dícese de aquello que tiende a prevenir, inhibir o destruir la vida.  Que está relacionado con la antibiosis o los antibióticos.  Sustancia producida por un microorganismo que tiene la capacidad, en soluciones adulteradas, de inhibir o aniquilar a otro microorganismo.

BACTERIA ANAEROBIA:  Bacteria que subsiste con la ausencia de aire.

INFECCIÓN:  La siguiente definición es la más común:

«Establecimiento de un patógeno en un cuerpo después de una invasión.  El estado provocado por el establecimiento de un agente infectante dentro de un cuerpo o sobre éste.  Enfermedad infecciosa o contagiosa».  Esta definición errónea es tan popular que aparece incluso en el diccionario Webster.  Puesto que las bacterias y los virus se encuentran permanentemente en el interior del organismo, no se puede afirmar que «invaden» un cuerpo.  Las enfermedades no son ni contagiosas, ni infecciosas, sólo son procesos de purificación del organismo.  Ésta no es una definición, porque el término «infección» no es verdaderamente una palabra.

INFECTAR:  Entre todas las definiciones existentes, debemos destacar dos.  La siguiente definición:  «Contaminar con una sustancia o agente causante de enfermedad (como una bacteria)», refleja el punto de vista médico de la aparición de la enfermedad, pero ¡ES COMPLETAMENTE INCORRECTA! La siguiente definición:  «Invadir (un individuo u órgano), normalmente a través de la penetración», también es incorrecta, ya que la enfermedad surge por practicar una vida insalubre ─es decir, por no vivir en harmonía con las leyes de la naturaleza─ y no por la introducción de microorganismos  como la bacteria.

INORGÁNICO:  Dícese de aquello que está formado o compuesto por otra sustancia que no sea planta o animal, es decir, por un MINERAL.  Que forma parte o pertenece al mundo inanimado.

ORGÁNICO:  Dícese de aquello que está relacionado o procede de los organismos vivos.

PRÚRITO ANAL:  Escozor en la zona del recto.  (Prúrito significa escozor.)

REJUVENECIMIENTO:  La restauración del vigor y la  apariencia juvenil.

CONCEPTOS CLAVE

  1. Los elementos esenciales del bienestar son bastante simples y familiares para la mayoría de los seres humanos. Para alcanzar un estado de salud óptimo, es necesario reconocer estos factores e influencias dentro del contexto de las condiciones sociales y económicas que suponen una interferencia y un obstáculo para su alcance y utilidad.
  2. El aire puro es, posiblemente, la necesidad más importante para el organismo. Por esta razón, es la necesidad más constante e inmediata.  En las grandes urbes, el aire sufre unos niveles de contaminación muy elevados provocados por la emisión constante de humos y otras sustancias contaminantes como son:  el humo del tabaco, el humo emitido por los automóviles, las aguas residuales de las industrias y otras sustancias contaminantes emitidas por los diferentes productos y procesos utilizados en casa y en la industria.  Con todo esto, no podemos afirmar que el aire sea puro.  Casi todas las personas que habitan en estas zonas altamente contaminadas se han acostumbrado a estas impurezas y respiran constantemente grandes cantidades de sustancias nocivas sin apenas darse cuenta del peligro que suponen estas impurezas para su organismo.
  3. El agua pura es otra de nuestras necesidades vitales.
  4. El concepto esencial de esta lección es que para alcanzar un estado perfecto de salud, debemos obtener ciertas necesidades en su estado natural, estado al que estamos adaptado biológicamente.

HECHOS DESTACABLES

  1. Esta lección define los elementos esenciales de la vida. Entre las necesidades de la vida más importantes destacamos el aire, el agua, la pureza del cuerpo, dormir, el mantenimiento de la temperatura, la comida, el ejercicio, la luz del sol, el descanso, la relajación, la recreación, el equilibrio emocional, la seguridad de las necesidades vitales, un entorno medioambiental habitable, la aplicación de los talentos en situaciones creativas, el autodominio, nuestra entidad gregaria, una finalidad en la vida, la reproducción y la belleza.
  2. Debemos conseguir el aire en el estado más puro posible. Si existe algún fallo en la recepción del aire puro, puede provocarse una toxicidad que desembocará en la enfermedad o, incluso, en la muerte.
  3. Del mismo modo, debemos conseguir el agua en su estado más puro. El organismo utiliza el agua, entre otras cosas, como su medio de transporte.

ESQUEMA GLOBAL DE LA TERCERA LECCIÓN

  1. Los elementos esenciales de la vida
  2. Aire puro
  3. Agua pura
  4. Limpieza ─externa e interna
  5. Dormir
  6. Mantenimiento de la temperatura
  7. Alimentación pura
  8. Ejercicio
  9. Luz del sol
  10. Descanso y relajación
  11. Jugar y recrearse
  12. Equilibrio emocional
  13. Seguridad de vida y sus medios
  14. Entorno medioambiental agradable
  15. Trabajo recreativo útil

Ñ.  Autodominio

  1. Pertenecer a un grupo
  2. Motivación
  3. Expresión de los instintos
  4. Indulgencia de los sentidos estéticos
  5. El aire puro
  6. El aire contiene los elementos normales para los humanos
  7. Vapor y oxígeno
  8. Dióxido de carbono
  9. Algunas partículas
  10. Gases inertes, incluyendo el nitrógeno
  11. En la actualidad, el aire se encuentra totalmente contaminado
  12. Muchos miembros de nuestra sociedad contaminan sus hogares y organismos fumando
  13. Las fuerzas de la naturaleza limpian constantemente el aire normal
  14. Las bacterias fueron las causantes de la consistencia actual del aire
  15. La contaminación del aire en nuestra sociedad se debe a la acción de:
  16. Los humos y los gases
  17. Los diversos productos de limpieza
  18. El monóxido de carbono
  19. Los abrillantadores y los aerosoles
  20. Los insecticidas
  21. Los polvos o ambientadores
  22. Las alfombras, puesto que acumulan el polvo
  23. Aceites de los alimentos fritos
  24. Qué podemos hacer para garantizar un suministro constante de aire puro
  25. Refrigeradores de aire
  26. Estimular el ejercicio

III.  El agua pura

  1. Las mejores fuentes para los seres humanos son:
  2. Las frutas, que contienen el agua más pura
  3. Las verduras contienen un poco de agua impura
  4. Las sustancias químicas empleadas para «purificar» son tóxicas
  5. Los fluoruros
  6. Los cloros
  7. El agua que emana de los manantiales
  8. Contiene minerales inorgánicos e inútiles
  9. Contiene minerales tóxicos
  10. El agua viva y el agua muerta no existen
  11. El organismo sólo necesita agua pura

UNA SALUD PERFECTA A TRAVÉS DEL HIGIENISMO T.C.  Fry

LOS ELEMENTOS ESENCIALES DE LA VIDA

Cada uno de los factores del bienestar humano, debe entenderse también como un elemento nutritivo, puesto que todas las necesidades son realmente necesidades nutritivas.  La privación de cualquiera de estas necesidades puede suponer nuestro fallecimiento o la inhibición de nuestro desarrollo, crecimiento o salud.  El suministro incorrecto o insuficiente de un solo factor puede desembocar en la enfermedad o en el sufrimiento.

Aunque la mayoría de los seres humanos es consciente de la existencia de los elementos esenciales de la vida, éstos han olvidado, casi por completo, que estos factores e influencias son fundamentales para el bienestar humano dentro del contexto de sociedad.  Por esta razón, violan una y otra vez las leyes de su existencia y contribuyen en la aparición de su propia enfermedad y sufrimiento.

Cuando una persona se encuentra enferma, casi nunca se da cuenta que el causante de la enfermedad es ella misma.  Con la ayuda de los médicos, la sociedad culpa de su estado enfermizo a la mala suerte o a la invasión de un enemigo microbiológico.  Aunque las necesidades de una persona enferma se diferencian de las necesidades de una persona sana sólo en que sus condiciones deben ser favorables para la recuperación, tanto el enfermo, como los médicos emprenden una carrera de tratamientos que agrava la enfermedad.  Ambos tratan de envenenar el organismo enfermo para que éste recupere la salud, sin embargo, la administración de fármacos no hace más que empeorar la situación.

Las causas de la salud son muy simples.  Nuestras necesidades no sufren un proceso de transformación cuando caemos enfermos.  Si logramos obtener todas las necesidades que precisa nuestro organismo y nuestra mente, la enfermedad nunca aparecerá.

Los diecinueve factores elementales para alcanzar un estado óptimo de bienestar son los siguientes:  (1) aire puro; (2) agua pura; (3) limpieza ─externa e interna─; (4) dormir; (5) mantenimiento de la temperatura; (6) alimentación pura; (7) ejercicio; (8) luz del sol; (9) descanso y relajación; (10) jugar y recrearse; (11) equilibrio emocional; (12) una vida segura y sus medios; (13) entorno medioambiental agradable; (14) trabajo recreativo útil; (15) autodominio; (16) pertenecer a un grupo; (17) motivación; (18) expresión de los instintos; (19) indulgencia de los sentidos estéticos.

A continuación estudiaremos en profundidad las dos primeras necesidades.

EL AIRE PURO

El aire contiene los elementos normales para los humanos

El aire puro se encuentra relativamente libre de elementos contaminantes.  Sólo contiene la cantidad normal de dióxido de carbono, monóxido de carbono, ozono inerte, formaldehido, dióxido de azufre, dióxido de nitrógeno, amoníaco y otras sustancias.  El organismo tiene la capacidad de manipular todas estas sustancias perfectamente.

En otras palabras, en el aire siempre hay vapor, dióxido de carbono y una pequeña cantidad de monóxido de carbono.  Aunque el monóxido de carbono es totalmente nocivo, el cuerpo humano está capacitado para manipularlo y convertirlo en una sustancia natural.  También existen algunas partículas, como el polvo, los desechos de productos en fase de descomposición, el polen, emanaciones olorosas y otros efluvios naturales.  Junto a estos elementos, también podemos encontrar en el aire gases inertes, aunque estos gases se hallan en porcentajes muy pequeños.  La mayoría de estas sustancias proceden de las diversas formas de vida, pero también existen muchos elementos inorgánicos y tóxicos.  Estos constituyentes, conocido como elementos variables, no forman parte de la composición química del aire, pero se encuentran suspendido en él.

El aire está compuesto por nitrógeno (78,1%), oxígeno (20.9%), y partes fraccionales que poseen menos de un 1%, entre las que encontramos:  argón, nitrógeno, hidrógeno, metano, óxido nitroso, xenón, criptón, helio y neón.

En la actualidad, el aire se encuentra totalmente contaminado

A lo largo de la historia, los seres humanos se han ido adaptando a las impurezas.  Desafortunadamente, el aire se encuentra en la actualidad totalmente contaminado por sustancias anormales a nuestras adaptaciones.  El aumento en los porcentajes de contaminación provoca que las sustancias que el organismo puede manipular en cantidades muy pequeñas circulen por el aire en cantidades excesivas.  Un ejemplo de ello es el monóxido de carbono, cuya existencia en las capas de las grandes urbes es suficiente para dañar seriamente la salud de los seres humanos.  Lo mismo ocurre con la existencia de grandes cantidades de plomo, hidrocarbonos y otras sustancias nocivas.  En la actualidad sólo aspiramos una fracción de aire rico en oxígeno necesario para la buena salud.  El problema sobre la contaminación general del aire se agrava aún más al permanecer en lugares, como nuestras propias casas u oficinas, donde inhalamos constantemente nuestros propios desechos aéreos y otras cantidades sorprendentes de sustancias contaminantes generadas por otros medios.

Muchos miembros de nuestra sociedad contaminan sus hogares y organismos fumando

En nuestra sociedad, muchas personas sufren de una contaminación pulmonar debido al humo que inhalan del tabaco.  El vicio del tabaco es un hábito mortal y nocivo; es una adicción narcótica que mata lentamente.  Pero los fumadores no son los únicos que sufren estas consecuencias, puesto que los no fumadores también sufren los mismos daños provocados por los humos del tabaco.

Deberíamos inhalar tanta cantidad de aire puro como nos permitan las circunstancias.  El ideal sería vivir en un estado primitivo de naturaleza donde pudiéramos respirar constantemente aire puro.  Si viviéramos en una sociedad donde pudiéramos respirar constantemente aire puro y no sufriéramos ningún cambio en nuestras circunstancias actuales, la esperanza de vida aumentaría en muchos años.

Las fuerzas de la naturaleza limpian constantemente el aire normal

El aire natural goza de un estado perfecto de pureza porque las fuerzas de la naturaleza lo limpian constantemente.  En el aire existen multitud de partículas provocadas por la actividad del viento y la brisa.  Sin embargo, éstas desaparecen en el preciso instante en que las masas de aire se tranquilizan.  Estas fuerzas naturales actúan constantemente, como ocurre con el ozono o el gas metano.  El ozono es un gas que aparece habitualmente en el aire, pero que se eleva hasta las capas más elevadas de la atmósfera donde se establece.  Los materiales orgánicos en fase de descomposición emanan, entre otros gases, el metano.  Aunque este gas se expande rápidamente por la atmósfera, la acción de otros factores provoca su descomposición y transformación en otras sustancias o formas, existe una gran cantidad de metano atrapado en el interior de la tierra:  en las rocas, en las capas de líquido, o en otros accidentes naturales.  Tanto el ozono, como el metano son gases tóxicos, pero es muy extraño que nos asalte una gran cantidad de estos gases.

Las bacterias fueron las causantes de la consistencia actual del aire

La primera forma de vida que floreció en el planeta hace varios miles de millones de años fue la bacteria anaerobia.  Este tipo de bacteria fue fotosintética, ya que no existía ninguna sustancia orgánica que pudiera utilizar como sustento y existen teorías que afirman que estas bacterias comenzaron a vivir utilizando sólo minerales, luz y agua.

No es nuestra función conjeturar demasiado sobre la primera forma de vida, pero posiblemente fue una clase de bacteria anaeróbia que pudo sobrevivir únicamente con la luz solar.  Estas bacterias comenzaron a utilizar agua, luz solar y sustancias inorgánicas asociadas con el oxígeno y lograron sintetizar estos tres elementos básicos en sus necesidades vitales.  Uno de los derivados de esta metabolización fue el oxígeno libre y con el paso del tiempo, esta acumulación de oxígeno en la atmósfera le ha dado la consistencia que tiene hoy en día.

Según todas las teorías, la vida comenzó en el medio acuífero.  La ausencia de oxígeno en la capa gaseosa de la tierra perduró hasta que las bacterias consiguieron separarlo y librarlo del componente que lo encerraba.  Cuando se produjo este proceso, las bacterias originales comenzaron a transformarse y desarrollarse en diferentes formas de vida bacterial y en muchas clases de vida vegetal.  Al parecer las células bacteriales se unieron y cooperaron, creando células superiores, para alcanzar una meta superior.  En definitiva, podemos afirmar que toda vida es simbiótica porque se encuentra en armonía con las otras clases de vidas, desde los microbios más pequeños a las criaturas más grandes del planeta.

En un nivel práctico, nos interesa mucho la calidad del aire y nos preocupamos por conocer cómo obtener el máximo beneficio posible de él.  Buscamos los medios existentes para poder obtener grandes cantidades de aire en su forma más pura y con nuestro intelecto y conocimiento podremos ayudar a otras personas a que alcancen la total ausencia de aire contaminado.  Todo aquello que se introduzca en los pulmones y éstos no puedan manipularlo de forma natural y con eficiencia, debe considerarse como una sustancia tóxica.  Los pulmones tienen una gran capacidad para expulsar las partículas y las sustancias contaminantes, pero la entrada masiva de estas sustancias y el cansancio provocado por los esfuerzos incesantes para eliminar los elementos impuros y otras sustancias nocivas debilitan los pulmones, provocando finalmente su bloqueo y su enfermedad.  Es muy probable que haya oído hablar de los pulmones negros, pulmones marrones, los enfisemas, las neumonías y otras enfermedades, que aparecen en las personas que viven y trabajan en entornos contaminados.  Estas enfermedades son muy habituales entre los mineros, o entre aquellas personas que fuman o viven en urbes altamente contaminadas, como Los Ángeles o Nueva York.  Lo mismo ocurre con las personas que trabajan en fábricas textiles, ya que las hilas y el polvo que emana del algodón son muy nocivas para los pulmones.

Igualmente, también conocerá, o habrá escuchado hablar de personas que padecen cáncer de pulmón, enfisema y otros males porque fuman, trabajan en fábricas de amianto o, simplemente, porque trabajan o viven en zonas bastante contaminadas.  La atmósfera está cargada de sustancias nocivas y polvos inócuos que pueden provocar una enfermedad si se expone a ellos incesantemente o durante mucho tiempo, sin embargo, la virulencia de otras sustancias, como el amianto, el alquitrán del tabaco u otras partículas tóxicas es inmediata.  Aunque los pulmones realicen esfuerzos incomiables para eliminar estas sustancias tóxicas, siempre se ven seriamente afectados y perjudicados.

La contaminación doméstica del aire

La mayoría de nuestros hogares son espacios muy contaminados, debido al aire inmundo que flota en su interior.  (En este contexto, los términos inmundo, tóxico y contaminación actúan como sinónimos).  Las personas que fuman deliberadamente y con conocimiento de causa se están sometiendo a un proceso de intoxicación intencionada.  Los fumadores no parecen reconocer que el humo del tabaco es muy tóxico y que constituye una de las sustancias más contaminantes.  Pese a ello, la mayoría de las contaminaciones se realiza de forma involuntaria, y, a veces, desconocida.

Los seres humanos deben tener suficiente cantidad de aire puro.  A menudo leemos en los periódicos casos en los que las personas prefieren lanzarse al vacío y morir, antes que sufrir las torturas de la inhalación del humo y los horrores del calor.  Aunque muchas veces no existe tanto calor y ningún peligro inminente de asfixia, la agonía y el terror conducen a saltar hacia la muerte.  No es preciso recordar que la inhalación de humos puede provocar la muerte.  ¿Cuántas veces habremos leído noticias de personas que mueren en sus casas por la acción del humo?

En la mayoría de las casas se utiliza detergentes y productos de limpieza.  Todas estas sustancias son tóxicas, unas más que otras.  Algunas apenas emanan un pequeño olor, y reciben el nombre de limpiadores, jabones o detergentes biodegradables o ecológicos.

La existencia de grandes cantidades de monóxido de carbono, uno de los gases contaminantes más importantes que expulsan los automóviles, es algo habitual es muchas casas.  Este gas es mortal para el sistema humano, ya que se adhiere al oxígeno que fluye por la sangre, y para la vida animal y vegetal.  La incapacidad de las plantas para asimilarlo, provoca finalmente el marchitamiento de sus hojas.  El monóxido de carbono es un derivado del humo del tabaco, producido por las calefacciones y las hornillas no eléctricas.

El aire que contiene dióxido de azufre es muy perjudicial para la salud.  Principalmente se encuentra en los entornos donde existen plantas industriales que utilizan la combustión del carbón.  En estas zonas, los hogares además de padecer la contaminación provocada por las formas de vida convencionales, pueden sufrir una contaminación de dióxido de azufre.

La contaminación del aire se está convirtiendo en un tema bastante serio, principalmente en muchas zonas de los Estados Unidos.  En la parte oriental de este país, la lluvia ácida se ha convertido en un gran problema para los agricultores, aunque no son los únicos afectados.  El poder destructivo de la lluvia ácida también afecta a los edificios, a los automóviles y a todo lo demás.  En el área de Los Ángeles la contaminación del aire está provocando la desaparición de muchas clases de plantas que se encuentran en peligro de extinción y provocando la pérdida de muchas cosechas.  Los agricultores y los jardineros observan impotentes su acción demoledora.  Los Ángeles se está convirtiendo en una zona en la que ni los seres humanos, ni los animales, ni la vida vegetal podrá desarrollarse saludablemente.

La pureza del aire es muy importante.  En cambio, el aire contaminado no es más que una gran fuente de debilidad y enfermedad.  Por esta razón, debemos respirar el mejor aire posible, y no como ocurre en la actualidad, inhalar el aire  contaminado que se encuentra en el interior de nuestros hogares.

Los productos de limpieza, como los abrillantadores y las ceras, emanan una gran cantidad de gases que son normalmente tóxicos.  La utilización de los aerosoles y los vaporizadores es algo muy común en nuestra sociedad, e incluso algunas «comidas» como las cremas artificiales, y otros envasados, se venden en envases de aerosol.  El vaporizador está compuesto normalmente por un fluorocarbono y/o cloruro vinílico.  Ambas sustancias son tóxicas y para que puedan vaporizarse o expandirse cuando se suprime la presión sobre ellos, se diluyen por medio de un material altamente tóxico.

El cloro es un elemento tóxico mortal que se utilizó como arma mortal durante la I Guerra Mundial.  Aunque en el agua de las ciudades el cloro está bien diluido, es muy fácil distinguirlo por su sabor.  La mayoría de las depuradoras utilizan esta sustancia tóxica.  ¿Cuántas veces ha necesitado ir al baño porque le ha sorprendido la acumulación de cloro en su cuerpo después de tomar una ducha? Los polvos y otras sustancias que se utilizan normalmente para lavar y limpiar tienen grandes concentraciones de cloro.

Casi nadie lo sabe, pero algunos tipos de madera contrachapada y otros materiales, como los aislantes y los plásticos, que se encuentran en sus hogares se fabrican con formaldehido.  Esta sustancia que se encuentra en el aire en forma de partículas lleva años liberándose en las casas y en las caravanas.  Su toxicidad es bastante elevada y su inhalación ha provocado un gran número de muertes.  El formaldehido puede encontrarse con bastante facilidad en las casas nuevas, en los remolques y en las casas móviles fabricadas con madera contrachapada y plástico.

Los productos que se utilizan para limpiar el horno son particularmente tóxicos.  Están diseñados para eliminar la grasa y actuar como disolvente de otras suciedades del esmalte, el vapor que expulsa es bastante tóxico.

Otra de las fuentes más importantes de contaminación doméstica son los cosméticos, especialmente aquellos productos que contengan fluorocarbonos, como la laca.  Las sustancias que expulsan los productos como la laca son muy tóxicos, puesto que contienen residuos copolímeros de acetato vinílico, que al inhalarse son muy perjudiciales.  Los gases emitidos por los cosméticos pueden tener un olor agradable al contactar con el aire, pero son muy nocivos.  Las únicas sustancias que no son tóxicas para nuestro cuerpo son el aire puro, el agua pura y la comida sana.  Cualquier otra cosa que se introduzca en nuestros cuerpos es tóxico y posiblemente causarán una patología.

Los desodorantes se utilizan masivamente en nuestra sociedad, y el volumen de venta asciende a varios miles de millones de pesetas anuales.  Es suficiente para enmascarar cualquier hedor que emane el cuerpo, sin embargo, las personas sanas no necesitan utilizarlos, porque no emiten ningún olor desagradable.

Los desodorantes y antiolorantes se utilizan en pequeña cantidad, aunque ello no elimine la toxicidad de sus ingredientes básicos.  Su composición se basa en una fórmula de fármacos diseñados para inhibir las funciones corporales de secreción.  Esta inhibición se produce porque los desodorantes son tan tóxicos que el organismo mantiene cerrados los poros de la piel, para evitar la absorción de las sustancias tóxicas.

Además de su presencia en la piel, los desodorantes emiten unas partículas y unos gases que son tóxicos para el ser humano.  La acumulación de estas sustancias tóxicas en las casas hace que sean verdaderamente perjudiciales.  Debemos recordar que el aire de las casas, especialmente durante el invierno, se ve retenido durante mucho tiempo, lo que provoca la concentración de las sustancias emitidas por los productos de limpieza.

Los insecticidas también se suelen usar en las casas.  Aunque su poder aniquilador no actúa por igual en el hombre que en el insecto, su toxicidad mortal para los insectos establece una relación tóxica con todos los seres vivos.  Estos productos no deberían utilizarse jamás en una casa, excepto cuando ésta esté deshabitada.

Muchas mujeres utilizan polvos como un camuflaje adicional para su fragancia y sus perfumes.  La producción de estos polvos se realiza sobre una base de desechos y la fórmula establece la utilización de sustancias tóxicas; los desechos también son tóxicos.  Toda sustancia anormal que se introduzca en el cuerpo humano es, por lo general, tóxica y provoca una irritación o intoxicación.  Normalmente los niveles de toxicidad son muy bajos, pero su concentración puede provocar la aparición de una enfermedad.  La enfermedad aparece normalmente en los entornos y en los sistemas humanos donde confluyen varios factores patogénicos.  Algunas sustancias exógenas pueden empeorar y exacerbar la patología existente.

Las alfombras también pueden ser focos de elementos contaminantes.  Mucho después de desaparecer el polvo y los olores que emanan, los materiales sintéticos de las que están hechas se descomponen y contaminan el aire.  El polvo, la suciedad y la basura que se acumulan en las alfombras, así como los residuos provocados por su descomposición bacterial, nos asalta.  Entre estos residuos bacteriales debemos destacar el dióxido de carbono, el gas metano y el amoníaco.  Cualquier sustancia putrefacta, como la basura, las carnes u otros alimentos, contaminan el aire con los derivados de la actividad bacterial.

Los motores eléctricos de los aparatos también contaminan.  Los secadores de ropa emanan monóxido de carbono y dióxido de nitrógeno si utilizan gas.  Todos los fármacos y «medicinas», especialmente aquellos que se inhalan por la boca y la nariz a través de vaporizadores, son tóxicos.

Los conservantes y los aditivos que se añaden a los alimentos para realzar su apariencia o retardar su caducidad son tóxicos.  Al cocinarlos sus gases se mezclan con el aire de nuestra casa y se convierten en focos adicionales de contaminación.

Los aceites volátiles, especialmente los del betún; la mostaza, el ajo, las cebollas y otras hierbas picantes; el té y las bebidas, etc., no son sustancias sanas para los pulmones.  Cuando ingiere un ajo o un trozo de cebolla, los pulmones son unos de los órganos eliminadores a través de los que se expulsan los componentes tóxicos.

Los aceites de los alimentos fritos no son sólo tóxicos y muy cancerígenos; cuando se inhalan, tienden a producir una capa en los pulmones.  Los aceites emanan acroleína al calentarse, aunque huelan muy bien, es el caballo de Troya, ya que estos olores agradables son contrarios a su naturaleza tóxica.

La utilización de los limpiadores es prácticamente universal.  La mayoría de sus compuestos químicos tiene un gran número de sustancias tóxicas, entre ellas el amoníaco, un componente mortal.

La acumulación de la grasa procedente de las comidas fritas en los pulmones se realiza por medio de la respiración.  Aquellas personas que trabajan en restaurantes o bares cocinando comidas fritas son propensos a padecer más problemas pulmonares, aunque no fumen, que los fumadores.  La grasa no se puede expulsar de los pulmones con facilidad.  Por ejemplo, una persona que trabaje en una pollería, vendiendo pollos fritos, y utilice una freidora durante muchas horas diarias puede padecer una tos crónica e incluso una neumonía, debido a la inhalación de grasas emanadas de los aceites.  (Las causas que provocan la aparición de enfermedades pulmonares pueden ser muy diferentes.)

Los mecánicos utilizan un tipo diferente de aceite y grasa, similares a las grasas de las comidas.  Los mecánicos, por lo general, no se dejan el aceite y la grasa en sus manos durante mucho tiempo, aunque muchos trabajen con ella durante todo el día.  Reconocen los peligros porque sufren sus irritaciones, y por esta razón, casi todos los mecánicos se frotan las manos con frecuencia.  Sin embargo, sufren muchos problemas en sus manos, entre ellos cáncer de piel, porque las células y los tejidos no pueden resistir los asaltos incesantes de la toxicidad del aceite.

La contaminación doméstica del aire se produce por cualquier cosa que se queme, cocine o caliente (excepto el agua hervida).  Las hornillas y los calentadores que calientan por medio de la combustión son focos muy importantes de contaminación.  Los hornos de leña produce la emisión de gran cantidad de dióxido de carbono, monóxido de carbono, alquitrán y otros componentes tóxicos.  Si percibe cualquier tipo de olor, significará que el aire está sufriendo un proceso de contaminación, aunque muchos de los gases contaminantes son inodoros.  La combustión dentro de la casa es peligrosa por dos razones principales.  La primera razón ya la hemos enumerado, el uso de los diferentes productos domésticos provoca la contaminación.  La segunda razón, es el uso parcial de oxígeno del aire interior.  El aire parcialmente deoxigenizado no puede suplir suficientemente nuestras necesidades de oxígeno.

Las bebidas alcohólicas también desprenden sustancias nocivas para los pulmones.  El alcohol, al igual que sucede con el aceite mostaza de las cebollas y la alicina del ajo, es perjudicial para el organismo, al no ser digestible.  Los pulmones tienen la función de expulsar el alcohol ingerido, algo obvio, puesto que se puede oler alcohol en la respiración de alguien que lo haya bebido.  La aspiración de los vapores alcohólicos es perjudicial y puede ocasionar la aparición de una enfermedad, especialmente en aquellas personas que se encuentran expuestas a una inhalación constante de alcohol, como ocurre en las fábricas de cerveza.

Los condimentos, las salsas y las especias son casi todas perjudiciales para los pulmones.  La pimienta negra, por ejemplo, es mucho más tóxica para los pulmones que para el estómago.  En su estado natural, todas estas sustancias estimulan e irritan el organismo, pero cuando se exponen a un foco de calor, se liberan sus componentes tóxicos, provocando efectos muy tóxicos.  La mayoría de los condimentos provoca irritación, indigestión y otros efectos desconcertantes, especialmente laxantes y diarreales, en los intestinos.  Estos últimos efectos tienen lugar porque los intestinos inflamados expulsan las sustancias nocivas, incluyendo la comida que se encuentra en su interior, por la salida más cercana:  los intestinos.  La irritación que se produce en los pulmones es similar cuando los condimentos se encuentran flotando en el aire, debido a su difusión provocada por un calentamiento.

Posiblemente haya oído hablar del prúrito anal, que significa simplemente escozor en la región anal.  Esta enfermedad puede aparecer debido a la eliminación de sustancias tóxicas a través de la piel de la región anal.  Sin embargo, es más probable que la causa de su aparición sea la irritación de la piel en el punto de salida provocada por los componentes tóxicos de los condimentos.  Éstos pueden haberse sedimentado en esta zona, transportada por la sustancia fecal, antes de ser expulsados del cuerpo.  La pimienta negra, al igual que sucede con la pimienta blanca o cualquier otro condimento, puede provocar esta enfermedad.  La irritación que ocasionan en la piel y en la región anal es una indicación de su toxicidad en los intestinos.

Guisar, cocer, hornear y hervir, como se realiza actualmente en casi todas las casas, inunda el aire del hogar con gases, partículas, alquitrán y otras sustancias perjudiciales que provoca la contaminación doméstica.  Cuando se cocina, además de destruirse los alimentos, se libera una gran cantidad de sustancias que se mezclan con el aire.  Los alimentos cocinados son nocivos cuando se ingieren y sus derivados, sin importar lo sabroso que sean, son también bastante perjudiciales para los pulmones.

Nuestra sociedad está muy acostumbrada a introducir en sus casas toda clase de productos químicos.  Productos que se oxidan y evaporan lentamente, sin importar dónde se almacenen, a menos que se encuentren cerrados herméticamente.  Sin embargo, tarde o temprano terminarán por abrirse para utilizarse.  Algunos de estos productos son bastante comunes, como ocurre con la pasta de los  dientes, los líquidos para las gárgaras, las lociones, los limpiadores, los fluidos luminosos y los antisépticos.

Los antisépticos, también denominados antibióticos, no pueden considerarse como anti-sépticos, puesto que este término significa «contra el veneno».  En realidad son antibióticos, ya que, de hecho, son destructivos para la vida.  Destruyen las bacterias en masa, y, de igual forma, destruyen las células vivas de la piel, la boca y los pulmones.  Si detecta algún olor que emane de los denominados antisépticos, significará que la sustancia es perjudicial.

Por si no fueran suficiente todas las sustancias expuestas hasta ahora, debemos añadir los residuos humanos y el uso que realizamos del aire.  Durante el día y la noche, el cuerpo humano exuda toda clase de sustancias tóxicas, como dióxido de carbono, ácido carbónico y pequeñas cantidades de otras sustancias, a través de la piel y los pulmones.  El aire expulsado por los pulmones también carece de oxígeno.  Esto provoca que las sustancias que emana nuestro cuerpo y el aire deoxigenizado de nuestra respiración contamine el aire en las casas cerradas (como es normal durante el invierno).  En situaciones como éstas, solemos respirar una y otra vez el aire gastado y cargado de sustancias tóxicas.  Si unimos esto a la existencia en el interior de las casas de numerosos componentes contaminantes, tendremos como resultado una grave contaminación doméstica.

Como profesional de la salud, su obligación será la de reconocer todos los factores nocivos que perjudican a los seres humanos.  Para ello, tendrá que buscar toda clase de causas y problemas existentes.  Partir con la ventaja de saber que la calidad del aire en las casas, en el exterior y en las fábricas puede estar relacionado con las patologías, es algo fundamental.  Puede estar seguro que la mayoría de las zonas habitadas de nuestro país se encuentran, de una forma u otra, contaminada.

Qué podemos hacer para garantizar un suministro constante de aire puro

Al llegar a este punto, es posible que se haya preguntado varias veces ¿cómo podemos garantizar la obtención de aire puro suficiente en nuestros pulmones, si vivimos en un mundo tan contaminado? El aire que no tiene más impurezas que las normales en la naturaleza es puro.  Nosotros defendemos que en la actualidad es realmente imposible conseguir aire totalmente puro.  Si queremos obtener el aire más puro posible, debemos mantener las ventanas abiertas, y evitar, de esta forma, la concentración en el interior de las casas de sustancias y componentes que contaminen el aire.  No podemos asegurar con toda firmeza que obtengamos el mejor aire posible, no importa lo que hagamos o dónde vayamos, pero lo que sí es cierto es que para obtener aire puro, tendremos que buscarlo lejos de la civilización, donde la naturaleza pueda cumplir su proceso de limpieza constante.

Si vivimos en zonas de climas fríos, donde nos vemos obligado a vivir en espacios cerrados para conservar la energía, podemos utilizar refrigeradores de aire.  Estos aparatos introducen aire fresco en el interior de la casa y expulsan el aire que se concentra en el interior.  A través de una tubería doble y un sistema de radiador, el calor del aire que se expulsa se transfiere al aire que se introduce, hasta alcanzar un equilibrio termostático.

Para ver como funciona, veamos el siguiente ejemplo:  el aire que sale de la casa tiene una temperatura de 8 grados y el exterior de -14 grados centígrados.  El aire alcanzará un equilibrio termostático entre ambas temperaturas.  El aire que se introduce en la casa alcanzará una temperatura por debajo de su punto medio nominal, lo que significa que será necesario utilizar energía adicional para que caliente el aire que se ha introducido hasta alcanzar la temperatura deseada.

Si mide los beneficios del refrigerador en términos de salud y ahorro energético, comprobará que es una buena inversión.  El dinero que se ahorrará en energía bastará para cubrir su coste, sin decir cuánto dinero se gasta una y otra vez en conservar su salud.

El refrigerador es uno de los medios a través del cual podemos obtener más aire fresco, pero no el único.  Casi todos los seres humanos pueden practicar algún deporte o hacer ejercicio al aire libre.  Cuando realizamos ejercicio al aire libre, con fuerza y vigor, oxigenamos por completo nuestro sistema (además de obtener otras muchas ventajas.)

El ejercicio ventila todo nuestro cuerpo.  Cualquier actividad sostenida, como correr, hacer footing, caminar o practicar un deporte al aire libre, que acelere las funciones corporales, ventilará su sistema.  Es preciso mencionar, por su importancia, la oxigenación que recibe nuestro sistema capilar con el ejercicio.  Una circulación más fluida y vigorosa asegura una mejor salud capilar, gracias a la oxigenación recibida y al rejuvenecimiento de las funciones.  La inactividad del sistema capilar es el primer causante del deterioro y la enfermedad, por esta razón, la inspiración de aire fresco y puro en conjunción con el ejercicio supone un valor inestimable.

Otro dispositivo para mejorar la calidad del aire que se está popularizando es el generador de iones negativo.  Las diferentes investigaciones indican que los generadores de iones negativos pueden ser de gran utilidad, principalmente en el área de respuesta humana.  Los seres humanos experiencian estados de euforia y bienestar en atmósfera ionizadas.  Sin embargo, apenas se han realizado investigaciones para determinar si los efectos son ventajosos o, por el contrario, actúan como los fármacos.  No existe ninguna prueba que sugiera que los iones, bien sean positivos o negativos, sean más o menos saludables que lo otro.  Lo que sí se ha demostrado es que los iones negativos provocan la desaparición del polvo, partículas y sustancias tóxicas que se encuentran en el aire.  Si fuera así, sería una ventaja positiva.  Sinceramente tengo bastantes dudas sobre el efecto farmacológico que supuestamente posee el aire ionizado.  En una casa que estuviera muy contaminada, el generador de iones negativos podría ser bastante útil.  Todos los limpiadores del aire que eliminen el polvo, las partículas y otras sustancias contaminantes deben considerarse como beneficiosos.  Los filtros también realizan una gran labor de ayuda.  Como profesional de la salud, posiblemente se vea obligado a vivir en un centro de población, o cerca de éste, donde exista una gran contaminación, para poder así asistir a más personas.  Esto le causará serios problemas y puede sufrir graves consecuencias.  Por esta razón, debemos utilizar la tecnología para reducir los efectos y limpiar el suministro de aire en áreas contaminadas.  Una vez que consigamos mantener el aire contaminado fuera de nuestros hogares y logremos introducir aire fresco purificado o filtrado, podremos cerrar nuestras casas.  Cuando lo hagamos debemos evitar por todos los medios contaminar el aire que se encuentra en el interior.

La contaminación producida por los coches se concentra principalmente en las autovías y en las carreteras de nuestro país y en aquellos lugares donde existe una gran concentración de coches.  En otras áreas el aire se encuentra a menudo estancado y las sustancias contaminantes emitidas por los automóviles se acumula, convirtiendo el aire de algunas zonas, como Los Ángeles, en mortal.  La única sugerencia que podemos realizar para evitar la intoxicación provocada por el monóxido de carbono es mantenerse alejado de estos gases.  Pero esta sugerencia no tiene ningún valor si vive en zonas similares a Los Ángeles o Nueva Jersey.  En aquellas zonas o áreas donde la presión es baja, el monóxido de carbono se concentra en la tierra.

El estado de Nueva Jersey (EEUU), conocido como «El pasillo», tiene más coche por metro cuadrado que cualquier otro estado.  Junto a esto, también sufre la población más concentrada y existe un gran número de plantas químicas.  El aire de los polígonos industriales y de las autopistas más importantes del estado está tan contaminado que recibe el nombre de «El callejón del cáncer».  El número de enfermos de cáncer que residen en Nueva Jersey sobrepasa al número de cualquier otro estado.  Unas cifras que son sorprendentes si tenemos en cuenta que el número de pacientes del cáncer que viven cerca de las autopistas es tres o cuatro veces mayor que la media.

Estos datos son suficientes para indicar la peligrosidad del monóxido de carbono.  Parece claro que entre todas las causas que provocan la aparición del cáncer, el monóxido de carbono y su contaminación podría ser la gota que colma el vaso y provoca su aparición.

EL AGUA PURA

El agua se merece el mismo tratamiento que hemos tenido con el aire.  Es más, el agua merece una atención aún mayor, puesto que si la respiración es un acto automático, beber agua es un proceso que realizamos conscientemente.  Aunque cada uno de los aspectos de nuestro bienestar se merece un trato por igual, aquellas áreas donde la amenaza contra la salud sea más importante debería recibir un trato más cuidadoso.  La obtención del agua que necesitamos es una de esas áreas.

Junto a los alimentos sanos, sólo deberíamos introducir en el organismo tres elementos esenciales para nuestra salud:  el aire (acabamos de hablar en el apartado anterior), el agua y la luz del sol (trataremos en futuras lecciones).  Hablaremos sobre esto a continuación, pero por el momento basta decir que todo lo que se introduzca en el interior del organismo o se encuentre sobre el cuerpo humano y no sea ni alimentos sanos, ni aire, ni agua, ni la luz del sol ─los elementos nutritivos esenciales del organismo─ es perjudicial.  Esta crítica parece muy severa, pero no podemos sobrepasar los límites de nuestras adaptaciones.  Si lo hacemos estaremos sujetos a la aparición de consecuencias patológicas.

Su papel como profesional de la salud será la de mantener a sus pacientes y a sí mismo en un régimen de vida lo más libre posible de los peligros inherentes dentro del contexto de una sociedad «civilizada».  La palabra «civilización» aparece entre comillas porque ¿qué clase de sociedad puede llamarse civilizada si abriga toda clase de peligros para sus miembros?

A continuación trataremos el tema del agua.  ¿Qué es el agua? ¿Cuál es su papel en el cuerpo? ¿Por qué es tan vital para nosotros? ¿Qué clase o clases de agua deberíamos tomar? ¿Cuál es la mejor fuente para nuestros requisitos de agua? A medida que avancemos en el tema, iremos contestando a cada una de estas preguntas.

La expresión agua pura aparecerá a menudo en nuestra explicación sobre el agua.  Si hay algo que todo el mundo quiere, no es otra cosa que agua pura, ya que nadie desea beber agua impura.  Pese a ello, la mayoría de las personas no bebe en absoluto agua pura.  El agua pura es puramente agua ─sólo agua y nada más que agua─.

Las mejores fuentes para los seres humanos

El agua más pura es el agua destilada, aunque apenas es necesario ingerirla, ya que los seres humanos obtienen todas, o casi todas, sus necesidades de agua a través de una dieta de alimentos apropiados.  El agua destilada debería ser una fuente secundaria de agua.  Los humanos no son criaturas que beban por naturaleza agua, ya que carecen de las aptitudes que poseen los animales bebedores.  Por esta razón, la dieta más apropiada y correcta para los seres humanos es aquella que contenga la cantidad de agua pura necesaria para las necesidades de los hombres.

Las frutas además de ser la comida más apropiada para los humanos, contienen el agua más pura de todos los alimentos.  El agua que se encuentra en las frutas es completamente pura, puesto que no posee ningún residuo de minerales inorgánicos u otras sustancias que al combinarse con los fluidos corporales pueda provocar la saturación de los vasos sanguíneos, de las células o de los intestinos.  Los higienistas, en su gran mayoría, basan su dieta alimenticia principalmente o totalmente en las frutas.  (Tenga presente que muchas de las verduras no son más que frutas no dulces y que, técnicamente, las nueces también son frutas.) Los seres humanos nunca lograron desarrollar los mecanismos para la ingestión de agua por vía oral, porque en nuestro estado primitivo comíamos casi exclusivamente frutas, alimento que contiene la cantidad de agua necesaria.

¿Por qué necesita agua el organismo? ¿Qué papel desempeña el agua en el organismo ?Por qué es perjudicial el agua impura para el organismo?

La principal función del agua en el organismo es la de actuar como medio de transporte.  También sirve para almacenar los componentes orgánicos necesarios y los electrólitos en el interior de las células.  Esto se efectúa por medio de las moléculas y las reservas de elementos nutritivos que se encuentran en el agua.

El agua impura daña el organismo humano porque las impurezas siempre son perjudiciales y tóxicas.  El agua que se obtiene por otras fuentes no alimenticias no es la más adecuada, ya que nuestras comidas contienen el agua necesaria.  Los minerales que se encuentran disueltos en el agua proceden de las rocas y el suelo y no tienen más virtudes en el cuerpo humano que la ingestión de las propias rocas o el suelo.  El organismo no puede soportar la ingestión de minerales inorgánicos, puesto que circulan por la sangre como sustancias tóxicas.  Por tanto, todo aquello que se encuentre en el agua y no sea alimento sano, es tóxico o contaminante.

Las personas que beben agua pueden ingerir al hacerlo una plétora de sustancias nocivas.  Los seres humanos beben agua por razones muy diferentes, así muchas personas beben agua de los manantiales, de las fuentes, del mar, y otras clases de agua, porque creen erróneamente que es sana.

Analicemos el agua que se bebe en nuestra sociedad y examinemos algunas de las probabilidades relacionadas con su ingestión.

* Algunas personas, entre ellas los higienistas, apenas beben agua porque basan su dieta alimenticia en las frutas, alimento que contiene la cantidad de agua necesaria.

* Algunas personas beben agua destilada porque son muy precavidos con su salud y sólo ingieren agua pura, o porque el suministro de agua que reciben no se puede beber.  Sin embargo, es preciso mencionar que el número de personas que bebe agua destilada porque el agua que llega a sus casa es realmente perjudicial es muy superior al número de personas que lo hacen por motivos de salud.  En este sentido se puede afirmar que han optado y preferido una medida sana en detrimento de una medida obviamente insalubre.  En ambos casos, la ingestión del agua destilada se debe a unas dietas más o menos perjudiciales (una dieta cocinada contiene sal y otros condimentos).  Nuestra dieta natural posee la cantidad de agua necesaria.

* Algunas personas beben de forma deliberada aguas minerales porque consideran erróneamente que sus organismos necesitan esos minerales.  Estos individuos, que se preocupan por lo general de su salud, no se dan cuenta que los minerales que se encuentran en el agua proceden de las rocas y los suelos.  La ingestión de estas aguas tiene los mismos efectos en el organismo que la ingestión de tierra o roca.  Lo único que logran es evitar ingerir las aguas químicas de los suministros de agua locales.

* La gran mayoría de seres humanos bebe toda clase de agua existente ─mineral, química, el agua procedente de los suministros municipales, agua de los pozos o de los manantiales─.  Estas personas consumen una dieta insalubre o carente de agua, lo que provoca una importante necesidad de agua.

* Los higienistas también consumen a veces agua destilada, y lo hacen cuando ayunan y no pueden obtener el agua necesaria de los alimentos, o cuando necesitan suplir el agua de sus dietas.  En este último caso, la necesidad de ingerir mayor cantidad de agua extraordinaria es normal cuando hace mucho calor, especialmente si el individuo realiza bastante ejercicio.

* Millones de ciudadanos consumen refrescos, café, té, chocolate y otras sustancias tóxicas cuando están sedientos.  Estos individuos se estimulan cuando adquieren estos líquidos.  A pesar de que la ingestión de agua pura es bastante gratificante para la persona sedienta, muchos buscan otras satisfacciones en las bebidas que acabamos de mencionar.  Toda bebida que no sea agua pura es anormal y por lo general bastante perjudicial para el organismo.  Muchas personas beben zumos frescos de frutas y verduras cuando tienen sed, pero aunque son alimentos fragmentados, los zumos no son comidas, y por tanto no deberían utilizarse como sustitutos del agua destilada.

Las sustancias químicas empleadas para «purificar» son tóxicas

Una gran parte de nuestra sociedad consume líquidos que contienen minerales inorgánicos, flúor, cloro y otras sustancias denominadas «productos químicos de purificación».  Las bacterias que se encuentran en el agua son mucho menos perjudiciales que los productos utilizados para su eliminación.  Su presencia en el agua indica normalmente que el agua contiene sustancias orgánicas, y estas bacterias no son más peligrosas que sus homogéneas que se encuentran flotando en el aire o aquellas que pueblan nuestros intestinos.  Sin embargo y pese a ello, el agua que bebemos debe ser totalmente pura, algo que no consigue ninguna depuradora de nuestro país.  El agua suministrada siempre contiene de una forma u otra sustancias contaminantes.

Consumir agua del grifo encierra muchos peligros.  El Departamento de Salud Pública de los Estados Unidos publicó hace unos años los resultados de las investigaciones realizadas a varias depuradoras de la nación.  Los datos indicaron que se habían detectado más de ochenta agentes cancerígenos.  La mayor parte de estos agentes procedía de la descomposición del cloro o de la combinación de este producto con otras sustancias químicas.  El mismo cloro resultó ser un agente cancerígeno.  Los productos químicos de los fertilizantes utilizados en el campo, de las industrias químicas, de los insecticidas y de los productos usados en el hogar contaminan nuestras aguas.  Los minerales inorgánicos como el azufre, el hierro, el sulfato cálcico, el calcio, el magnesio, etc., son bastante tóxicos.  Las depuradoras no elimina de las aguas todos estos minerales, su función es la de eliminar las bacterias, que son mucho menos nocivas.  Las plantas depuradoras lejos de eliminar las sustancias químicas, añaden más productos (excepto en algunas plantas, donde la fuente del suministro ya es mortal).  Todo esto sucede especialmente con las aguas de Lousiana (EEUU) y Nueva Jersey.

El flúor no se utiliza en el agua como un purificador, sino como una medicación de masas.  Los seres humanos se han visto obligado a ingerir este producto residual de las industrias químicas y metalúrgicas porque muchos pensaron erróneamente que prevendría la caída de los dientes.  Por supuesto, este producto no tiene tales cualidades, puesto que en la actualidad la caída de los dientes es tan común como antes, o incluso peor.  El flúor es un mineral que se encuentra en más de la mitad de las depuradoras de nuestro país y los componentes inorgánicos del flúor son agentes cancerígenos y mortales.  Las sustancias tóxicas nunca podrán ser las bases que sostengan nuestra salud.  Una vez más los hábitos alimenticios han saboteado nuestra salud, en este caso los perjudicados han sido nuestros dientes.

El agua de los pozos y los manantiales

Como ya mencionamos en el apartado anterior, muchas personas piensan que el agua mineral, el agua de los pozos, el agua de los manantiales, u otros tipos de aguas impuras, es justo lo que necesitan.  El agua de los manantiales, agua que fluye por los arroyos de las montañas diluyendo en su camino toda clase de minerales, es bastante popular.  En algunas ciudades, como Nueva York, el consumo de estas aguas es algo muy popular.  En estas ciudades, los habitantes no prueban ni una gota de agua del grifo, pero en cambio, consumen el agua de las montañas y manantiales, un verdadero brebaje de minerales.  Aunque este tipo de agua no puede ser tan nocivo como el agua mineral o el agua química suministrada por las depuradoras, sí es bastante perjudicial para el organismo.  En la ciudad de Nueva York existe agua destilada, pero éstas han caído prácticamente en el olvido en favor de las denominadas aguas naturales.

Muchas de estas aguas, principalmente el agua de los manantiales importada, tienen en el mercado un precio muy elevado, debido a sus gustos peculiares.  Algunas son carbonatadas para conseguir así una mayor atracción.  Sin embargo, debemos recordar que todas estas aguas son perjudiciales.  El agua pura es insípida y no produce ninguna estimulación, excepto la gratificación que el organismo siente cuando se ingiere.  Cuando una persona está sedienta, el agua pura es la más agradable, aunque no tenga ningún sabor conmovedor.

Aunque debería obtener la mayor parte del agua por medio de su comida, cuando fuera imposible no intente tomar nada que no sea agua.

Como repaso de todo lo que acabamos de mencionar sobre el agua, repetiremos las afirmaciones más contundentes.  Todo lo que se encuentre en el agua, ya sea agua del grifo, agua de los manantiales o agua del pozo, es perjudicial, puesto que el organismo no puede digerir o metabolizar sustancias inorgánicas.  Éste sólo puede utilizar, además de la luz del sol, el aire y el agua, los componentes orgánicos que se encuentren en la comida.  Todo lo demás será nocivo y perjudicial para el cuerpo.  El organismo no puede ingerir materiales inorgánicos, ya que su acumulación puede saturar nuestro cuerpo y endurecer nuestro sistema vascular, al combinarse con los fluidos corporales, los aceites y los elementos residuales.  Se depositan en nuestras articulaciones y músculos, en los intestinos, en los órganos y en el sistema linfático.  Los alimentos descompuestos, es decir, aquellos que se han cocinado y procesado, y el agua impura contienen minerales inorgánicos que son perjudiciales para nuestro organismo.

La eliminación de los desechos originados por el agua impura y por los alimentos cocinados no se produce por completo y cuando estas sustancias se encuentran en un estado activo, es decir, cuando circulan por el sistema, el cuerpo se halla en un frenesí.  Se multiplica la aparición de leucocitos (células blancas de la sangre), el ritmo cardíaco aumenta y las personas que sufren estos problemas padecen una estimulación.  Esta estimulación comienza por lo general 15 ó 30 minutos después de la ingestión y perdura hasta que las sustancias se eliminan o apartan del sistema ─como sucede en las placas que se forman en las arterias─.

El agua impura, al igual que sucede con los alimentos cocinados, contiene minerales inorgánicos que son perjudiciales e inútiles.  Este problema se tratará con mayor profundidad en otra lección.

Existen bastantes escuelas en este país que recomiendan el consumo de aguas minerales, aguas de los manantiales y aguas de los pozos.  Afirman que esta clase de agua es necesaria porque el organismo requiere los minerales que contiene.  Además, dicen que el agua destilada provoca ataques cardíacos y que se aprovecha de los minerales que el cuerpo necesita, provocando la caída de los dientes, la piorrea y la osteoperosis.  Finalmente afirman que el agua destilada es un agua muerta donde no puede vivir ningún pez.  Para combatir todo esto, aseveran que el agua con minerales soluciona y previene la aparición de estos problemas.

Los defensores del agua mineralizada atribuyen la gran salud de los Hunzas a esta clase de agua.  Este pueblo es uno de los más sanos del planeta y supuestamente se debe a que consumen el agua blanca y espumosa mineralizada de la superficie del glacial.

Es cierto que estas respuestas son válidas para sus argumentos, pero debemos apuntar que si nuestra dieta fuera la adecuada, obtendríamos muchos más beneficios que los que  conseguimos con los minerales.  Es más, los minerales que se encuentran en el agua son completamente inútiles y actúan en el organismo como residuos tóxicos en vez de como sustancias nutricionales.  El organismo necesita el agua con toda su pureza, no con las sustancias impuras que accidentalmente obtiene de las rocas y la tierra.

El causante de los ataques cardíacos no es el agua destilada, como muchos creen, sino el agua mineralizada.  Mientras que el agua destilada no contiene ningún residuo indigestible, aquellas personas que beben aguas mineralizadas desarrollan unas placas en sus sistemas, provocadas por la combinación de los minerales no eliminados y otras sustancias grasosas, como el colesterol, que bloquean las arterias.  Estos minerales también se sedimentan en otras cavidades existentes dentro del cuerpo, como las cavidades craneales.  La introducción de sustancias minerales en estas cavidades, formadas por la pérdida de células cerebrales, provoca la osificación del cerebro, una de las causas de la senilidad.

Los médicos también han negado la idea de aquellos que defienden que el agua pura elimina los minerales del organismo.  Es preciso recordar algo muy importante, algo que no sólo sucede con el agua, sino con todas las sustancias que se introducen en el cuerpo.  El cuerpo es quien ejecuta todas las acciones, no las acciones quienes ejecutan al cuerpo.  Todas esas sustancias que parecen actuar en el organismo, como es el caso de los ácidos inmanejables, los componentes o los productos químicos, son elementos tóxicos.  El organismo es quien dirige todas las funciones, es dueño y señor de sí mismo.  Si tenemos en cuenta todo esto, podemos afirmar que el agua pura no elimina los minerales del cuerpo, porque es el cuerpo quien utiliza el agua, no al contrario.  Mientras se encuentren en el interior del organismo, el agua y los alimentos se encontrarán bajo su control.  El organismo hace con el agua lo que considera oportuno y la expulsa cuando no la necesita.  En este proceso de expulsión, el organismo también expele aquellos minerales que no son necesarios.  Los riñones serán los jueces que decidan qué se expulsará y qué volverá al interior del organismo para su utilización y provecho.  Por ejemplo, el cuerpo recicla el 95% de su hierro, a pesar del agua que bebemos.  Lo mismo sucede con otros componentes minerales o sales, ya que el organismo es muy ahorrador con sus reservas nutritivas.

Para poder ver con mayor claridad lo que acabamos de explicar, observemos qué ocurre cuando ingerimos sandía.  Cuando una persona consume sandía, la orina expulsada es completamente clara, ya que no existe ninguna sustancia mineral que la coloree.  El organismo expulsará de forma inmediata el agua pura que no necesite, sin existir en su interior ningún mineral u otra sustancia.  El agua no circula libremente por el organismo, sino que éste repele o expulsa el agua según sus necesidades.

En cambio, si se encuentra ayunando o bajo otra condición por la cual no pueda ingerir agua de los alimentos, y el organismo conserva sus reservas de agua, su orina será de un color amarillento más oscuro, puesto que el cuerpo expulsará más residuos y minerales que agua.

La salud de los Hunzas (paquistaníes del norte) no se consigue sólo por medio de sus bebidas.  El agua es una necesidad de vida, un elemento más, pero la salud total sólo se consigue practicando una vida sana.  Los que han visitado este pueblo han comprobado cómo los Hunzas beben muy poca agua y cómo comen básicamente frutas.  El agua que recogen del glacial y que beben posteriormente se purifica a lo largo de su camino.  En su recorrido por las montañas, el glacial arrastra todo tipo de minerales hasta el valle, en vez de retenerlos en una solución.  Estos minerales, en vez de diluirse en el agua, se sedimentan en el fondo del glaciar.  Esta sedimentación es la verdadera causa de la buena salud de los Hunzas.  Su salud no se basa en la ingestión de un agua rica en minerales, sino en el asentamiento de estos minerales en sus fértiles jardines.  El agua que procede de las nieves es prácticamente pura y sólo unos cuantos minerales consiguen diluirse antes de llegar al valle.  El único complemento mineral que estas aguas contienen, lo adquieren al contactar con los minerales durante unos minutos.

Una vez más podemos preguntarnos, ¿cómo pueden las aguas ser las responsables de una condición de salud? Si el secreto para alcanzar un estado óptimo de salud fuera simplemente beber agua, entonces todo sería muy fácil, bastaría con beber el agua que necesitáramos y no nos tendríamos que preocupar por la alimentación, el ejercicio, dormir, u otra cosa.  El agua se encargaría de todo, y practicar una vida sana sería innecesario.

Examinemos a continuación el argumento que sostiene que el agua pura es un agua muerta, y que por consiguiente, ningún pez puede vivir en su interior.  Como probablemente conocerá, muchos peces habitan en los océanos, y no por ello podemos ingerir agua de mar, ya que moriríamos rápidamente.  Sin embargo, el agua de mar es rica en minerales ─es el agua más rica en minerales existente en nuestra tierra─.  Otro tipo de peces viven en los ríos, riachuelos, lagos y estanques, pero no por ello ingerimos este agua, ya que contienen excrementos de peces y otras criaturas, hojas muertas y otras sustancias orgánicas.  De hecho, no consumimos el agua donde habitan los peces por una razón muy simple:  porque no se puede ingerir.  Además, el agua no puede describirse como viva o muerta, vivan o no peces en ella, porque el agua siempre ha sido y será un componente inerte y sin vida.

Es cierto que los peces no pueden vivir en agua destilada, pero esto se debe a dos razones fundamentales.  En primer lugar, porque no existe aire en su interior; y en segundo lugar, porque no tiene el alimento que requiere un pez.  Por tanto, podemos afirmar que este argumento no tiene ningún crédito.

Volvemos a repetir que si ingerimos la dieta a la que estamos adaptado biológicamente, no tendremos que consumir agua, excepto en aquellas situaciones en las que sea necesario refrigerar nuestro cuerpo, cuando realizamos mucho ejercicio o hace calor.

¿Por qué bebemos tanta cantidad de agua u otros líquidos? Las personas que ingieren alimentos cocinados requieren una gran cantidad de agua.  Esto es lo que ocurre cuando se introducen en el organismo sustancias irritantes o tóxicas que provienen de los condimentos, especialmente la sal y otras especias, o de los alimentos inapropiados como son el grano y la carne animal.  El organismo necesita el agua para mantener suspendidas las sustancias tóxicas y no afecten así ni a las células, ni a los tejidos.

Por el contrario, aquellas personas que cumplen una dieta sana requieren menos agua que las personas que consumen alimentos insalubres.  En las dietas sanas, la cantidad de agua necesaria siempre se encuentra en los alimentos, sin embargo, en las dietas insalubres, se requiere cantidades de agua anormales para hacer frente a los irritantes, estimulantes, excitantes o sustancias tóxicas que contenga.

El edema, también conocido con el nombre de hidropesía, es una enfermedad que padecen aquellos que ingieren alimentos cocinados con sales y otros condimentos.  El organismo solicita la introducción de una cantidad extra de agua para mantener estas sustancias tóxicas en suspensión.  El cuerpo almacena estas sustancias en ciertas áreas, como son los pies y las piernas, hasta que consiga expulsarlas.  Unos días de ayuno ayudan al organismo realizar su labor de limpieza, expulsar el agua y purificar con ello sus fluidos y tejidos.

Con esto finalizamos el estudio conciso y detallado de los dos primeros elementos esenciales de la vida, el aire y el agua.  En la siguiente lección trataremos los otros elementos esenciales.

PREGUNTAS SOBRE LA LECCIÓN

PREGUNTA:  Con el catálogo de cosas que acaba de enumerar no me atrevo a dejar en la casa ni siquiera una barra de jabón.  ¿No existe ningún producto de limpieza que no sea contaminante?

RESPUESTA:  Sí, existen algunos productos que son relativamente no contaminantes y que tienen magníficos resultados.  Para limpiar la ropa podría utilizar los productos Basic-LM de la casa Shaklee.  Para los suelos, platos, e incluso los coches, le sorprenderá los resultados del producto Basic-H, de la misma casa.  Otras compañías, como Amway, también producen productos biodegradables que no contaminan.

Para la limpieza de su cuerpo, no necesita ningún gel ni jabón.  Todo lo que necesita cuando se ducha o baña es utilizar un buen cepillo de fibra.  Si en verdad quiere utilizar un producto de limpieza sobre su cuerpo, utilice el producto

Basic-H, de Shaklee.

PREGUNTA:  ¿Tampoco podemos utilizar ningún tipo de

cosmético?

RESPUESTA:  Por supuesto que sí podemos utilizar cosméticos, pero tenga en cuenta que ninguno de ellos es sano.  Además, una persona saludable no necesita cosméticos, puesto que lejos de embellecerla, la desvirtúan y además sólo traen problemas para su piel.  La belleza es natural.  Cuando una persona está sana, sus ojos y su piel radian esta condición.  En cambio, cuando una persona está enferma, su tez es amarillenta, pálida y con un tono enfermizo.  Aconsejamos que no utilice ningún tipo de cosmético.  Las cremas de la piel y los aceites, incluyendo los aceites bronceadores, sólo complican el problema, puesto que su aplicación inutiliza el aceite que produce el cuerpo.

PREGUNTA:  Tengo un amigo que fuma diariamente un paquete y medio de cigarrillos, bebe cerveza y come toda clase de comidas perjudiciales.  Sin embargo, parece gozar de un estado de salud perfecto y es muy activo.  Según todo lo que acaba de decir, mi amigo debería estar muerto.  ¿Cómo podría explicarlo?

RESPUESTA:  ¿Cuántos años tiene su amigo?

ESTUDIANTE:  34

RESPUESTA:  Su amigo es todavía un bebé en lo que concierne a su potencial y es aún muy joven.  Podría continuar con ese ritmo de vida otros cinco, diez o incluso veinte años más, pero tarde o temprano sufrirá las consecuencias de no haber respetado las necesidades de la vida.

Cuando lea las estadísticas de las enfermedades y descubra el número de víctimas que provoca el consumo de alcohol, el tabaco y los malos hábitos alimenticios, descubrirá que la mayoría de los seres humanos destruye con rapidez todos sus talentos, incluso teniendo tan sólo treinta años, y son víctimas de problemas cardiovasculares, tos crónica, cáncer u otras enfermedades degenerativas.

Casi todos los fumadores conocen perfectamente los peligros que contraen sus hábitos, pero se consideran inmunes a ellos ─siempre le sucede a otra persona─.  Todos los pecados que se realicen contra nuestros organismos deben pagarse.  En la naturaleza no existe el perdón.

PREGUNTA:  Ha condenado el uso de los desodorantes.  ¿En verdad son tan nocivos? ¿Qué debe hacer una persona para controlar el olor corporal?

RESPUESTA:  Los desodorantes son nocivos.  Cuando se aplican en la piel, sus efectos tóxicos hacen que los poros se cierren, para así evitar la introducción de sustancias químicas.  Estos productos evitan la exudación y perspiración del cuerpo.  Por esta razón, se denominan anti-perspirantes.

Si una persona tiene olores corporales, debería buscar la fuente del problema, puesto que el olor corporal es antinatural.  Las personas sanas nunca tienen olores corporales.  Éstos olores son producto de un sistema viciado.  La limpieza del cuerpo será suficiente para que cese de exudar olores desagradables.

PREGUNTA:  ¿Quiere decir que la gente que tiene olores corporales y alientos desagradables se encuentran realmente enfermos en su interior?

RESPUESTA:  Este es el caso, las células, tejidos, fluidos y órganos sanos no huelen mal.  Los olores detestables proceden de los materiales descompuestos.

PREGUNTA:  El otro día leí que el agua destilada provoca, al igual que ocurre con los alimentos cocinados, leucocitosis, porque ésta se calienta en el proceso de destilación.  Como anteriormente defendió el agua destilada, ¿qué diría a esto?

RESPUESTA:  Esto no es cierto.  La leucocitis, es decir la proliferación de glóbulos blancos, aparece por la introducción de sustancias tóxicas en los vasos sanguíneos.  Los desechos inorgánicos que desprenden los alimentos cocinados provocan la aparición de esta enfermedad, pero el agua destilada no causa ninguna descomposición, ni desprende sustancias tóxicas.  El agua destilada era agua antes del proceso de destilación, lo es durante el proceso, y continuará siendo agua cuando finalice la destilación.  El único cambio que se ha producido es que las sustancias nocivas que se encontraban en el agua antes del proceso han desaparecido por completo.  La verdad es que la causante de la leucocitosis es el agua mineralizada, cuyos minerales inorgánicos son nocivos y provocan una reacción tóxica en el organismo.  La leucocitosis es sólo un mecanismo defensivo iniciada por cuerpo para combatir estas sustancias.  Toda persona que utilice este argumento, sólo intenta defender el uso de las aguas mineralizadas, pero no existe ninguna defensa para el uso de las aguas impuras.

PREGUNTA:  He oído que el agua destilada puede provocar ataques cardíacos.  De hecho, esta afirmación se realizó como resultado de una investigación científica realizada en Inglaterra.  ¿Lo niega?

RESPUESTA:  Es cierto que los investigadores del informe descubrieron que en algunas ciudades inglesas donde sus habitantes ingerían agua dura (altamente mineralizada), el índice de mortandad por ataques cardíacos era de 436 víctimas por cada 100.000.  En otra ciudad cercana que sólo consumían agua suave (con pocos minerales), el índice de mortandad era de 448, sólo 12 muertes más.  Esto implica posiblemente que el agua suave provoca ataques cardíacos y los minerales que se encuentran disueltos en el agua los previene.  Sin embargo, estos investigadores descubrieron también algo muy importante y que se omitió en el informe:  las personas que bebían agua suave tenían en la ciudad un sistema de tuberías de plomo, mientras que los que consumían agua dura, tenían un sistema de tuberías de cobre.  Señalemos que el plomo es mucho más tóxico que el cobre.

PREGUNTA:  ¿El flúor consigue verdaderamente fortalecer los dientes convirtiéndolo más sanos?

RESPUESTA:  ¡Por supuesto que no! El fluoruro es una sustancia inorgánica y tóxica.  Cuando se ingiere tiene una cierta afinidad por el calcio, y, es más, al unirse a él destruye los huesos y los dientes.  La respuesta defensiva del organismo ante el ataque de los fluoruros es endurecer los dientes y los huesos, un proceso que se debilita con las comidas ordinarias, provocando finalmente sus roturas.  En la ciudad estadounidense de St.  David, Arizona, el porcentaje de fluoruros naturales en el agua alcanza alrededor de ocho partes por cada millón.  Posiblemente no exista un ejemplo peor de caída de dientes que en esta zona de Estados Unidos.  Alrededor del 50% de los sistemas de suministros de agua de este país se ha fluorizado a lo largo de los últimos treinta años.  Pese a ello, la boca continúa siendo en Estados Unidos la parte del cuerpo más perjudicada.  Casi el 99% de los estadounidenses han tenido algún problema con los dientes y uno de cada siete habitantes no tienen ni un sólo diente.  Teniendo en cuenta que la mayoría son adultos, debemos afirmar que uno de cada cinco adultos no tienen ningún diente natural.

RESUMEN DE LA LECCIÓN

En esta lección hemos enumerado los diecinueve factores más importantes para el bienestar humano y se ha profundizado en dos de estas necesidades:  el aire y el agua.

El aire debería ser lo más puro posible.  No debería de estar cargado de sustancias que contaminen nuestros cuerpos y dañen los pulmones.  Del mismo modo, no debemos inhalar aire viciado que, además de carecer de oxígeno, puesto que ya se ha consumido, contenga nuestros propios residuos tóxicos.  En esta lección ha aprendido cómo conseguir más aire puro para sí y para sus pacientes.

También hemos estudiado el papel que juega el agua en nuestro organismo y cuáles son sus usos, destacando su utilización como el sistema de transporte del organismo.  Hemos descubierto que el organismo sólo necesita agua, sin contaminantes, ni impurezas, puesto que éstas son, al contrario de lo que muchos piensan, no sólo inútiles, sino también tóxicas.

Al aprender la importancia de estos dos elementos esenciales de la vida, conocerás, como un profesional de la salud, dónde buscar las causas de los problemas de sus pacientes, y de esta forma, podrá ayudar a sus pacientes a impedir la entrada de más sustancias tóxicas causantes de la enfermedad.

TEXTOS COMPLEMENTARIOS

la importancia del agua pura

John H.  Tilden, doctor en medicina.

El profano no considera el agua como alimento, aunque debería clasificarse dentro del grupo de los alimentos.  La importancia del agua es muy significativa, una persona puede vivir 40 ó 50 días sin agua, pero no sobreviviría más de siete días sin agua.

El agua debería obtenerse principalmente de las fuentes de alimento habituales, como son las frutas y los vegetales, cuya composición se basa principalmente en agua, casi el 90%.

El cuerpo humano necesita una cantidad de agua que oscila entre un litro y medio y dos litros y medio diarios, aunque esta cantidad puede sufrir algunas variaciones bajo otras circunstancias.  Durante la temporada estival, el cuerpo humano necesita más fluido que durante el invierno, algo normal teniendo en cuenta que el organismo utiliza el agua como un elemento de refrigeración a través de la evaporación.  Esto explica porque durante el verano consumimos alimentos con altas cantidades de agua, como melones, melocotones, tomates, uvas, etc.

Cuando el cuerpo realiza esfuerzos físicos, genera un calor interno que se debe reducir evaporando el agua de los pulmones y la piel, esto provoca la necesidad de ingerir más cantidad de agua.

El agua es realmente un alimento

El agua forma parte de la composición de los tejidos y otras partes del organismo y supone el 65% del peso del cuerpo.  Por razones obvias, este porcentaje no es igual en todas las personas, sino que variará de una persona a otra.

El agua debería considerarse como uno de los alimentos más importantes, ya que es esencial para el organismo.

El agua debería ser pura

El agua de la lluvia es suave y supuestamente la más pura de todas las aguas naturales, aunque la contaminación medioambiental pone en tela de juicio esta afirmación.  Poca gente saborea el gusto del agua de lluvia, debido a que tiene un sabor muy peculiar.  La mayoría de los seres humanos está acostumbrada a consumir agua con algún contenido mineral, una sustancia que aporta un poco de sabor, aunque evitan el consumo de aquellas aguas que posean un alto contenido mineral, especialmente si esos minerales son azufre, hierro, sulfato cálcico, etc.

Los minerales que se encuentran en el agua bloquean el organismo

El «agua dura» es un tipo de agua que contiene una importante cantidad de minerales.  El agua que se recoge en pozos situados en áreas calizas, contiene una gran cantidad de cal.  Este agua no se debería beber, ya que las personas que la consuman pueden sufrir problemas provocados por los depósitos cálcicos que se formen en el organismo.

Debemos procurar siempre consumir el agua más pura que sea posible, algo tan necesario como ingerir alimentos puros.  No se debería introducir en el organismo nada que no sea absolutamente puro.  El agua impura es la causa principal de la aparición de muchas enfermedades y de la degeneración general del cuerpo.

¿son los humanos criaturas bebedoras?

Doctor Herbert M.  Shelton

¡Qué pregunta tan estúpida!, puede exclamar el lector cuando lea el título de este apartado.  ¡Todos sabemos que los seres humanos son criaturas bebedoras y siempre lo han sido!

Es completamente cierto que universalmente los humanos han sido animales bebedores a lo largo de la historia, en todos los países, en todos los climas, en todas las estaciones del año y en todas las etapas de la vida.  Asimismo, también es verdad que todas las pruebas nos revelan este hecho, la protohistoria nos demuestra que a lo largo del período protohistórico, los seres humanos fueron universalmente animales bebedores.  Finalmente, si observamos las culturas salvajes existentes en la actualidad, consideradas como tribus prehistóricas, descubriremos que los seres humanos también fueron criaturas bebedoras durante la prehistoria.

El acto de beber no es natural para los humanos

Si observamos el reino animal, descubriremos que existen animales que beben y otros que no lo hacen.  Existen animales que habitan en el desierto y que no beben agua y otros que sin vivir en el desierto, tampoco beben.  Debido a su constitución natural, muchos científicos han sugerido que el hombre pertenece al grupo de animales no bebedores, es decir que el hábito de beber agua no es una práctica natural en el hombre, sino que es un hábito adquirido.  Muchas de estas personas se han tomado muy en serio esta sugerencia y han prescindido del agua durante largos períodos e incluso durante toda su vida.

El protoplasma deshidratado no es más que polvo inerte.  Parece ser verdad que en aquellos lugares donde no hay agua, no hay vida.  Las plantas y los animales necesitan agua para poder desarrollar todas sus funciones vitales y vivir.  Nadie se atreve a negar esta afirmación, pero el tema en cuestión no es poner en entredicho la necesidad o no del agua, sino tratar de descubrir de dónde se debería obtener y cómo se debería consumir.

Las pruebas nos demuestra que beber es una perversión

En 1815 William Lambe, doctor en medicina afincado en Londres, publicó un libro con el título de Water and Vegetable Diet (Una dieta basada en las verduras y el agua).  En este libro el doctor Lambe intentó mostrar las ventajas que tenía una dieta basada en las verduras en relación con una dieta basada en carnes o una dieta donde se mezclaran ambos alimentos y las ventajas del agua suave sobre el agua dura.  Al mismo tiempo, dejó una pregunta en el aire:  ¿Es el hombre un animal bebedor?

Probablemente, el doctor Lambe fue la primera persona que se había preocupado por un tema como éste, pero desde entonces y hasta nuestros días, numerosas personas han debatido sus pros y sus contras.  Consideremos a continuación algunas de las razones que condujeron al doctor Lambe a considerar que la ingestión de agua era una práctica adquirida.

Posiciones históricas sobre el agua

Como era costumbre por aquel entonces, Lambe comienza todas sus consideraciones citando las palabras del legendario Hipócrates y nos revela como el temor de la profesión médica por la utilización del agua en las enfermedades agudas tuvo su origen en los orígenes del sistema médico.  Cita a Hipócrates al aseverar:  «No tengo nada que decir en favor del agua en las enfermedades agudas, ya que ni cesa la tos, ni estimula la expectoración de los pulmones cuando están inflamados, y, sobre todo, en aquellas personas que están acostumbrada a ella.  Lejos de acabar con la sed, la aumenta.  En aquellas personas que poseen problemas biliares, incrementa la cantidad de bilis y oprime el estómago.  Y cuando un individuo se encuentra en un estado de inanición, es la sustancia más perniciosa, enfermiza y debilitadora.  Incrementa las inflamaciones del hígado y del bazo.  Su recorrido por el organismo es lento, debido a su frialdad y crudeza, y no encuentra con facilidad el camino para atravesar los intestinos y el riñón».

Una vez finalizada la cita de Hipócrates, cita a Van Swieten al decir:  «¡Cuanto más licores aguados consumen las niñas diariamente, más débiles y flácidas se quedan!».  Lambe dice:  «Y el mismo escritor afirma rotundamente que debido al abuso de bebidas como el té, el café u otros licores similares, ha visto personas que apenas podían arrastrar sus miembros y que muchos habían padecido apoplejias y parálisis».

De esta forma se puede ver como los males provocados por la ingestión de bebidas como el té y el café no se atribuyen a las sustancias tóxicas que contienen estos brebajes, sino al agua que los componen.  La sustancia maligna no es la cafeína, la teína u otras sustancias nocivas del té y el café, sino el agua.

Las aguas impuras originan problemas patogénicos

La siguiente consideración del doctor Lambe se centra en las preferencias y prejuicios populares sobre el agua y sobre sus poderes de sanación, dependiendo de dónde proceda el agua y de los diferentes minerales o materias orgánicas que contenga.  Desde este punto de vista, revela que muchas personas son muy meticulosas en la selección del agua que consumen, ya que beben el agua que nace en un pozo o en un manantial o el agua que baja por un arroyo, pero evitan ingerir el agua que procede de otros lugares.  Lambe examina en su libro diferentes clases de agua procedentes de pantanos y ciénagas que contienen grandes cantidades de minerales, al igual que el agua procedente de zonas donde se encuentra estancada, y apunta los males que provoca este hábito.  Entre los problemas que señala en su libro como consecuencia de la ingestión de estas clases de agua, se encuentran muchos de los males que atribuimos en la actualidad a otras causas.  Sin embargo, aún aceptando como ciertas todas estas imputaciones, no podríamos utilizar todos estos hechos para condenar el uso del agua.  Ellos no condenan el agua, sino las impurezas que a veces contiene en su interior, al igual que tampoco condenan la ingestión del agua, sino el consumo del agua impura.

El doctor Lambe considera que los efectos perjudiciales que el agua ha ocasionado en los seres humanos son la causa principal que ha empujado a la humanidad a consumir bebidas alcohólicas.  Los hombres caen entre las garras del alcohol en su intento por evadirse de los males provocados por el consumo de agua.  Y en cierto sentido, puede tener razón, ya que en algunas partes del mundo donde se consume una gran cantidad de vino y cerveza, existe una tendencia a prescindir del agua no porque el agua sea insalubre, sino porque el agua de esta zona contiene muchas impurezas y son perjudiciales.  Volvamos, sin embargo, al intento del doctor Lambe por establecer las bases de su teoría sobre la característica humana de no bebedores.

En su libro, afirma:

Después de condenar el agua e intentar mostrar de forma empírica su influencia nociva sobre el sistema; después de condenar toda bebida alcohólica y fermentada, y basándome en los escritores de medicina más afamados y en la experiencia común de la humanidad, debo afirmar que no existe ningún tipo de bebida que pueda aprobar.  Del mismo modo, afirmo que beber es un hábito antinatural, o lo que es lo mismo, que el hombre no es un animal bebedor por naturaleza.

Sé que puede parecer una afirmación extraña, si no ridícula, para aquellas personas que no puedan levantar la vista y mirar lo que está pasando, para aquellas personas que piensen que la naturaleza humana debe ser necesariamente y en todo momento la misma que la observada en su pueblo o ciudad, en definitiva, para aquellos que busquen las respuestas y el conocimiento en las charlas de su salita, o en los cotilleos de los ultramarinos.  Afirmamos, con toda confianza, que el agua es absolutamente necesaria para el hombre y para el animal, pero la fuerza de las pruebas no apoya la rotundidad de la afirmación.

De hecho, conocemos muy poco sobre los verdaderos hábitos de los animales, excepto los de aquellos animales que han sufrido el cambio y la corrupción de la  domesticación.  Todo lo que pueden hacer los historiadores de la naturaleza en relación con la vida de los animales salvajes es describir y observar sus formas y capacidades, aunque las observaciones deben ser imperfectas.  Sin embargo, y aunque sean imperfectas, podemos asegurar con toda firmeza que la tesis que sostiene la necesidad del agua por parte de los animales está, excepto para aquellos que la defienden, completamente infundada.

Muchas especies animales no beben agua

«Conozco a un búho que pertenece a esta especie (el búho marrón)», dice el señor White, «puede vivir todo un año sin consumir una gota de agua.  Posiblemente suceda lo mismo con todas las aves de rapiña.» Hace un año o dos, se exhibió en Londres una llama del Perú que podía vivir toda su vida sin ingerir ninguna clase de líquidos y sin tocar una sola gota de agua.  En algunas de las pequeñas islas que conforman el litoral de nuestra costa y donde no se puede encontrar ni una gota de agua, existen, según  me han comentado, madrigueras de conejos.  Bruce afirma que «a pesar de que afirman que Zimmer (una isla que se encuentra en el Mar Rojo) carece por completo de agua, existen en ella antílopes y un gran número de hienas».  Aunque se sospecha que debe haber agua en algunas cuevas subterráneas o grietas de las rocas, es sólo una  suposición.  El argali, también conocido como oveja  salvaje, es un animal que no bebe.  El señor Pallas afirma de este animal lo siguiente:  «Este animal vive en las montañas desiertas donde no existe ni agua, ni árboles, y  en las montañas rocosas donde sólo existen plantas  amargas y ásperas».  Además afirma que «no hay ningún ciervo tan salvaje como el argali, puesto que es prácticamente imposible acercarse a él para cazarlo.  Tienen una agilidad y velocidad sorprendente para cazar, y pueden mantener esa velocidad durante mucho tiempo.» Es sorprendente como cambia este animal cuando se encuentra  en cautividad y se doméstica, puesto que se ve obligado a vivir en situaciones diferentes y adoptar unos hábitos impropios con su naturaleza.

Los seres humanos no están capacitados para beber

Consideremos de nuevo al hombre tal y como surgió de las manos de su Creador, con todos sus poderes físicos intactos centrados por completo únicamente en su subsistencia.  Debemos tener presente que la naturaleza diseña los órganos de los animales teniendo en cuenta sus necesidades físicas.  Si observamos la composición del ser  humano, podemos comprobar en primer lugar, como la cabeza se encuentra a bastante altura del suelo y, en segundo lugar, el gran esfuerzo doloroso que debe realizar para bajar la boca hasta el suelo.  Si además tenemos presente que la boca es plana y que la nariz sobresale de la superficie de la cara, el esfuerzo será incluso mayor.  Con todo esto, la acción de tragar un fluido es un proceso tan doloroso y difícil, que apenas puede llevarse a cabo.  Por tanto, podemos afirmar que el hombre no posee  ningún órgano que le permita beber de forma natural.  No  puede depositar un fluido en su boca sin la ayuda de un instrumento artificial.  Aunque el artificio es verdaderamente simple, el organismo necesitaba alimentarse antes de centrar todo su conocimiento en encontrar instrumentos artificiales.  La naturaleza ya ha  hecho todo lo posible para que el ser humano no ingiera ningún tipo de fluidos, y si seguimos una dieta basada en frutas y verduras no será necesario consumir ningún líquido.

Si los otros animales necesitan agua, no ocurre lo  mismo con el hombre, cuya organización es diferente.  Pero en verdad sabemos muy poco sobre los hábitos de los  animales.  Aquellos animales que habitan con nosotros si beben, pero por lo que sé, el agua tiene los mismos efectos en ellos que en los hombres, y dependiendo de la  pureza del agua que consumen, su salud será mayor o menor.

Observaciones sobre las necesidades humanas del agua

El doctor Lambe viola unos de los principios cardinales de la lógica al afirmar que el hombre es un animal no bebedor basándose en los desconocidos hábitos bebedores de los animales, puesto que no se puede utilizar algo como prueba si no se conoce.  Algunas de las observaciones que aparecen en su libro fueron erróneas y constituyen una base insegura sobre la que se basan muchas conclusiones.  En la actualidad, sabemos con total seguridad que muchos de los animales que consideraba como no bebedores, consumen líquidos en su hábitat salvaje.  También es preciso señalar que muchos de los animales que no beben, aún viviendo en el desierto, no se deshidratan por una falta de agua, mientras que el ser humano, al igual que otros animales como el caballo o la vaca, muere deshidratado bajo las mismas condiciones.  Tampoco podemos aceptar sus hipótesis cuando afirma que el hombre tenía que haber nacido con una pajita en la boca o un cáliz de plata en sus manos.  Sin embargo, acierta al afirmar que el hombre puede sobrevivir bajo circunstancias ordinarias mucho tiempo sin ingerir ni una gota de agua, si consume una dieta de jugosas frutas y suculentas verduras.  Al hacerlo, obtiene el agua necesaria sin ninguna sustancia contaminante u orgánica en forma de jugo vegetal y frutal, pero parece prácticamente imposible que esto sea suficiente para sobrevivir en el desierto.  Asimismo, si realizamos un importante esfuerzo físico durante el verano, el cuerpo necesitará una cantidad de agua adicional a la obtenida de los alimentos.  Bajo estas circunstancias, recomendamos que obtenga el fluido necesario por medio del agua destilada, puesto que obtenerlo por medio de zumos de frutas y verduras durante la digestión constituye un gran peligro.

Los zumos son buenos

Deberíamos tener presente que los zumos de fruta y verduras no son bebidas, sino alimentos, y como tales deberían ingerirse como parte de la dieta de frutas y verduras.  Si los separamos de la combinación orgánica en la que se obtienen, pierden la mayor parte de su valor.  Utilizar los zumos de frutas y verduras como bebidas e ingerirlos durante las comidas puede provocar una sobrealimentación y perturbar seriamente el proceso de digestión.

Cuando un paciente se encuentra enfermo y tiene fiebre, intentar que consuma zumos en vez de agua, es una gran locura.  El agua suave no provoca enfermedades como la fiebre, ni las consecuencias descritas por Hipócrates.  Tampoco actúa sobre las personas que ayunan de la forma descrita en sus libros.  Condenar el uso del agua sólo porque en ciertos estados patológicos su ingestión puede provocar un mayor malestar en el paciente, sería igual que condenar los alimentos porque en ciertos estados patológicos su consumo puede empeorar su estado, o condenar la luz del sol porque en ciertas enfermedades oculares, la exposición a la luz provoca dolor y malestar.  Como todos los higienistas saben perfectamente, la mejor prueba para saber el valor de cualquier sustancia o práctica la constituye su expulsión o utilización por parte del organismo sano.

el AMA afirma que el aire fresco le perjudica

Frances Adelhardt

La revista Moneysworth publicaba en su número de febrero un artículo que se basaba en un informe que apareció en el Journal of the American Medical Association (Revista del Colegio Oficial de Médicos estadounidenses).  El artículo se titulaba Too Much Fresh Air Can Become Health Problem (Demasiado aire fresco puede perjudicar a la salud).

¿Qué enfermedades pueden aparecer por culpa del aire fresco? En el artículo se enumeran una serie de enfermedades que podrían aparecer como consecuencia del aire fresco:  el insomnio, las pesadillas, la debilidad, el agotamiento, los problemas cardiovasculares, el vértigo, el entumecimiento de los pies y las manos, los problemas respiratorios, los dolores del pecho, los bostezos, los problemas estomacales, los calambres musculares, la inflexibilidad y la anxiedad.

La naturaleza de este artículo es bastante similar a otro informe que apareció en el tercer número de la revista Total Well-Being (Perfecto bienestar).  En dicho artículo los médicos defendían que «dormir muchas horas» no era saludable, y que si se dormía más de siete u ocho horas, podían aparecer algunas enfermedades ─prácticamente las mismas que supuestamente provoca el aire fresco─.

Necesitamos respirar y dormir para permanecer vivos, pero los médicos nos repiten una y otra vez que no debemos excedernos.  Sitúan el acto de respirar y dormir en la misma categoría que se encuentra el acto de comer, otro proceso necesario para nuestra supervivencia.  Sin embargo existe una gran diferencia, aunque todos sabemos que comer demasiado es perjudicial para nuestra salud, es un acto voluntario y siempre somos conscientes de ello.  Si comiéramos sólo cuando estuviéramos hambriento y dejáramos de comer cuando desapareciera el hambre, nunca nos excederíamos, puesto que el organismo tiene un mecanismo de autorregulación cuando se respetan sus instintos.  Sin embargo, comemos por otras razones que no tienen nada que ver con el hambre o con la necesidad de hacerlo, y en este caso la sobrealimentación puede provocar la aparición de problemas de salud.

¿Y qué pasa con el sueño? Esta función es una necesidad natural del organismo, y como tal, se regula por naturaleza.  Cuando tenemos sueño, nos quedamos dormido y lo hacemos porque es necesario.  Si no lo impedimos por medio de las píldoras estimulantes o el café, nuestro cuerpo caerá profundamente dormido en un estado total de inconsciencia cuando necesite dormir.  Y permaneceremos en este estado hasta que recuperemos suficiente energía nerviosa ─a menos que finalicemos nuestro sueño de forma prematura por la acción de la alarma del despertador u otra influencia perturbadora─.  Es imposible dormir cuando no lo necesitamos, ya que el sueño no puede «almacenarse» para utilizarlo en otra ocasión.

El aire es otra de las necesidades normales de la vida y la respiración es la forma natural de suministrárselo a nuestro organismo.  La respiración es la función orgánica que actúa de forma más automática e inconsciente en la suministración de las necesidades de la vida que se encuentran en el exterior.  Podemos sobrevivir semanas, incluso meses, sin ingerir agua o alimento, pero unos minutos sin respirar es suficiente para morir.  El aire es una necesidad que el cuerpo necesita constantemente y por esta razón, la respiración se realiza de forma inconsciente mientras dormimos.

¡Pero los expertos en medicina nos advierten en este artículo que si respiramos demasiado aire fresco, podemos enfermar!

Es verdad que existe la sobrerrespiración.  Para comprobarlo respire profundamente durante unos minutos, pasado un tiempo, el organismo responde cortando el suministro de aire al cerebro.  Cuando sucede esto, comenzamos a ver alucinaciones y perdemos el conocimiento, acto seguido el organismo finaliza la respiración consciente y se restaura la normalidad.

Esta sobrerrespiración no es la misma que la descrita por lo médicos en su artículo, puesto que afirman que la «hiperventilación ─tomar más cantidad de aire que la requerida, para mantener los niveles de oxígeno normales en la sangre─ es un proceso inconsciente del individuo…».  ¿Cómo pueden aseverar que podemos tener una «sobrecarga respiratoria»? Obteniendo demasiado oxígeno de nuestro aire, por esta razón advierten que exponerse a demasiado aire fresco es perjudicial para nuestra salud.

Pero, exactamente ¿qué entendemos por aire fresco? El aire fresco es el contrario del aire rancio y viciado, entendiendo como tal, el aire que tras respirarse, se expulsa.  Cuando una persona respira, el organismo retiene en su interior el oxígeno que genera vida y expulsa, entre otros gases tóxicos, el dióxido de carbono.  Si metemos la cabeza de una persona en una bolsa cerrada por la garganta y se ve obligado a respirar una y otra vez el mismo aire, no podrá resistir mucho tiempo.  Las consecuencias serían muy parecidas si intentáramos vivir en una habitación cerrada con nuestros propios excrementos y orina.  Por esta razón, afirmamos que el aire viciado es un aire contaminado.  Muchas personas viven y trabajan en edificios que carecen de ventilación y habitan en zonas urbanas altamente contaminadas por la acción de sustancias como los humos emitidos por el tabaco, las fábricas, los automóviles o los aerosoles.  Durante todo el día nos vemos obligado a respirar un aire muy contaminado.  El aire fresco es aquel que no contiene ningún elemento contaminante y podemos encontrarlo en el campo, donde las plantas y los árboles absorben el dióxido de carbono y expulsan oxígeno.  La vida entre el hombre y la naturaleza es una simbiosis maravillosa en la que la vida animal y la vida vegetal se asisten una a otra con el suministro de las necesidades de vida.  El aire que uno expulsa es necesario para el otro.

¿Nos están diciendo los médicos que la naturaleza nos engaña? ¿Existe demasiado oxígeno en el aire para nuestra salud? ¿Se equivocó la naturaleza en sus proporciones? ¿Deberíamos regular este desequilibrio asegurándonos que respiramos la cantidad necesaria de aire contaminado para contrarrestar el aire fresco que inhalamos? Los médicos han afirmado que la inhalación de demasiado aire fresco puede ser perjudicial para la salud, lo que significa que podemos enfermar si el aire que respiramos carece de sustancias contaminantes.  ¡Una noticia magnífica para los fumadores! A partir de ahora podrán decir que nos hacen un gran favor al expulsar el humo en nuestra cara o al llenar la habitación donde trabajamos con humo, ¿o es que los médicos no han afirmado que la inhalación de grandes cantidades de aire fresco y puro es malo y daña nuestra salud? Pero lo más sorprendente es que esta afirmación se haya realizado después de avisarnos que el tabaco provoca cáncer ─y obligar a los fabricantes de tabaco a colocar en los paquetes de cigarrillos una advertencia sobre su peligro─.

Los médicos han observado como algunas personas que cambian el entorno en el que viven y respiran aire fresco en vez de aire contaminado padecen seguidamente ciertas indisposiciones y malestares, y por ello llegan a la conclusión de que el aire fresco les es perjudicial, sin tan siquiera llegar a comprender la naturaleza de estos cambios o las razones por las que se han producido.  En sus observaciones obvian un principio fisiológico fundamental:  ¡cuando las condiciones de un organismo mejoran, el organismo comienza a recuperarse por si sólo!

Casi todos nosotros disfrutamos únicamente de una parte de nuestro potencial de salud, ya que nuestros organismos se hayan bloqueados de sustancias tóxicas y desechos.  No podemos eliminar estos materiales porque carecemos de la vitalidad necesaria, una carencia provocada por la falta de descanso, tiempo de sueño, aire fresco, etc.

Cuando las circunstancias comienzan a mejorar, el organismo inicia un proceso de limpieza.  Pero para ello, el cuerpo necesita fortalecer su vitalidad, algo que consigue descansando el tiempo necesario, ingiriendo un mejor alimento y respirando aire fresco y puro.  El incremento de su vitalidad le permite expulsar todas las sustancias tóxicas que lo amenazan, sin embargo esta eliminación de elementos nocivos siempre ocasiona la aparición de síntomas denominados y considerados erróneamente como enfermedades, a veces peligrosas.  Si creyéramos que estos síntomas (que en verdad sólo son crisis sanativas) son verdaderamente peligrosos, también deberíamos creer que la adicción a las drogas es algo saludable y que la exclusión de los fármacos atenta contra la salud, puesto que los síndromes de abstinencia que sufrimos son los dolores de cabeza, las nauseas y otras enfermedades.  Del mismo modo, también tendríamos que creer que el hábito de fumar es algo saludable, porque los fumadores que no obtienen su dosis diarias de nicotina sufren entre otras cosas, nerviosismo, irritabilidad, insomnio, dolores de cabeza, etc.  Afortunadamente, todo el mundo sabe que la adicción a las drogas y el hábito al tabaco son perjudiciales y dañinos para nuestra salud y que romper tales hábitos conlleva dolor y malestar.  También sabemos que es preferible hacerlo así, y no por ello es malo para la salud.

Deberíamos considerar que el aire contaminado es también una droga ─un veneno─ y casi todos nosotros nos encontramos tan acostumbrados a la contaminación ambiental que podríamos juzgarlo como una adicción.  Por esta razón, cuando cambiamos de entorno ambiental y comenzamos a respirar aire puro en vez de inhalar las dosis diarias de elementos contaminantes, sufrimos malestares, tantos que podríamos afirmar que se trata de un «síndrome de abstinencia», similar al de los adictos a la droga.  En ambos casos el verdadero problema es la toxemia, y los dolores producidos por la abstinencia, síntomas de la eliminación de las toxinas, es una buena señal.

Si sólo sufrimos estos malestares y el proceso de limpieza sigue su trabajo, en poco tiempo nos sentiremos mucho más fuertes que antes ─al igual que sucede con los adictos a la droga cuando consiguen superar el proceso de rehabilitación y dejan la droga─.

Todos deberíamos saber que el aire contaminado supone una amenaza para la salud de los seres humanos, puesto que es algo autoevidente.  Sin embargo, todavía existen muchas personas que afirman, de forma ilógica, que el aire puro es perjudicial para la salud.  Estas personas son las mismas que sostienen que las drogas restauran nuestra salud.  Debemos recordar que la recomendación de cerrar las puertas y ventanas mientras dormimos, no es nueva, sino que data del siglo pasado, cuando los médicos afirmaban y advertían del peligro del aire nocturno.  En aquella época también se recomendaba cerrar las puertas y las persianas en las habitaciones donde se encontrara una persona enferma.  Los médicos prohibían a sus pacientes respirar aire fresco y tomar la luz del sol, y les dejaban que aspiraran sus propios desechos tóxicos.  Lo mismo sucedía con aquellas personas que estaban enfermas de fiebre, a quienes se les prohibía consumir agua cuando estaban sedientos.  Lógicamente muchas personas morían.

Es preciso que tenga presente que el aire fresco y puro es un agente saludable y que los síntomas que provoca y que aparecen en el informe del A.M.A.  (Colegio Oficial de médicos estadounidenses) no son más que pruebas de la recuperación del cuerpo ─no de su destrucción─.  No caiga en el error sólo porque estos informes se publiquen en una revista tan prestigiosa.

Los médicos creen que pueden regular todas nuestras funciones naturales.  Pretenden que creamos que son más listos que la inteligencia del organismo al decirnos cuánto tiempo deberíamos dormir, cuántas calorías deberíamos comer, cuántos vasos de agua deberíamos beber diariamente, y ahora, cuánto aire fresco deberíamos respirar.

Nuestros instintos, nuestra razón y nuestro sentido común son los mejores consejeros, mucho más que los médicos.  Recuerda que el A.M.A.  no es más que una asociación comercial cuyo objetivo es ganar dinero.  Su negocio se basa en las personas enfermas, no en las sanas.  Tengan presente que sus consejos lejos de mejorar nuestra salud, la empeoran (excepto en el caso de las reparaciones mecánicas).  Bajo ningún concepto, sus consejos pueden mejorar nuestra salud, la única forma de alcanzar un estado idóneo de salud es a través de nuestras formas de vida.

Tan sólo le pedimos que utilice su sentido común.  Duerma cuando tenga sueño, beba agua cuando tenga sed, coma sólo cuando tenga hambre y respire el aire más puro y limpio que pueda.

la respiración de la muerte

Profesor Hilton Hotema

Todos los científicos afirman que el aire de las urbes es en la actualidad una mezcla mortal de humo, hollín y vapor que incluye entre otras sustancias químicas monóxido de carbono, ácido sulfúrico, benceno, metano y varios componentes del azufre.

Además, el aire de las grandes metrópolis está saturado de humos emitidos por coches, camiones, autobuses, motores de gasolina, etc.  Estos gases contiene monóxido de carbono, dióxido de carbono, óxido de plomo, carbonatos de plomo, nafta libre y una complicada cadena de benceno compuesta por varias series de hidrocarbono.

Examinemos sólo uno de estos gases tóxicos, el monóxido de carbono, y analicemos una pequeña parte de los daños que produce al organismo.  Este gas, insípido, inodoro e invisible para el ojo humano, provoca anualmente y ha provocado a lo largo de la historia un gran número de muertos en nuestras ciudades.

Las grandes ciudades poseen sobre sus tejados una gran capa de humo que impide que estas partículas y gases tóxicos puedan elevarse hasta las altas capas de la atmósfera.  Estos gases permanecen en las capas más baja del aire, especialmente en aquellas zonas donde el clima es húmedo, afectando directamente a las personas.

Las autoridades estadounidenses han demostrado la existencia de 0,62 partículas de monóxido de carbono por cada 10.000 centímetros cúbicos de aire en las calles de las zonas más concurridas en ciudades de 500.000 habitantes, o más.

Existen algunos gases cuya toxicidad supera la del monóxido de carbono.  Estos gases son muy peligrosos y su mínima existencia en el aire puede provocar graves problemas.  Si el aire contiene sólo la 150ª parte de uno por ciento, el cuerpo sufrirá dolores de cabeza, pero si contiene la 120ª parte de uno por ciento, puede provocar un colapso total.

El doctor L.  Burns examinó muestras de sangre de más de 20.000 personas y descubrió el efecto que producía el gas monóxido de carbono en el organismo.  Una vez realizada la investigación afirmó:  «El monóxido de carbono se filtra en la sangre a través de los pulmones y se mezcla con la hemogoblina hasta el punto que la sangre no puede ejecutar sus función habitual de transportar oxígeno al resto del organismo».

La hemoglobina tiene una afinidad por este gas 300 veces superior que por el oxígeno, lo que provoca la absorción del gas por la sangre de una forma muy rápida.

Los primeros síntomas de esta intoxicación son los dolores de cabeza y la debilidad.  Con el avance del proceso de contaminación irán apareciendo síntomas mucho más serios.  Los anuncios publicitarios incitan continuamente a las personas que coman toda clase de productos para combatir la debilidad, sin embargo, esto sólo provoca el aumento de los efectos intoxicadores.

Un grupo de científicos de la universidad de Harvard descubrieron que el ser humano resiste la entrada de monóxido de carbono hasta que un tercio de su sangre se vea saturada.  El peligro de este gas es muy grande, tal y como pudo comprobarlo uno de los científicos.  Acababa de finalizar unas pruebas que requería un elevado nivel de conocimiento y se encontraba perfectamente cuando se desplomó y tuvieron que sacarlo al exterior para reanimarlo.

Unas pequeñas concentraciones de este gas pueden conducir a una persona hasta el límite de sus fuerzas.  El cinco por ciento de los coches y camiones que se encuentran en las carreteras desprenden tal cantidad de gas que suponen una gran amenaza para sus conductores y pasajeros.  No existe ninguna inmunidad natural o adquirida que resista las consecuencias del gas.  Los efectos producidos por su exposición serán siempre los mismos.

El Departamento de Salud de Chicago informó que en algunas partes de la ciudad el ácido sulfúrico que se encontraba en el aire descomponía las ropas que se hallaban en los tendederos y corroía las piedras de los edificios y los desagües de metal.

Estos gases y ácidos destruyen todo aquello que se encuentran en su camino, corroyendo piedra y metal, ropa y  desagües, e incluso el organismo humano, destruyendo sus células y tejidos.  Muchos de los síntomas provocados por el proceso devastador de estos gases se consideran como «enfermedades misteriosas desconocidas para el mundo de la medicina».

Los ácidos corrosivos que se encuentran en el aire atacan a las células, a los tejidos, a la garganta, a la nariz, a los pulmones, al cerebro, al corazón, al hígado, al bazo, a los riñones y a los órganos reproductoras.

Atacan a los glóbulos sanguíneos dañándolos e impidiéndoles desarrollar sus funciones con normalidad.  Esta condición es conocida en el mundo médico como «anemia», y para combatirla recetan varios preparados férreos, vitamina B-12 y otras monstruosidades.

También afectan al sistema nervioso, provocando inmensos dolores, síntomas que la medicina denomina «neuritis».  La debilidad de los nervios puede provocar una parálisis total de todo el cuerpo.  Para combatir este problema los médicos recetan toda clase de tratamientos, pero las causas que han provocado su aparición continúan sin desaparecer.  Estos gases pueden afectar incluso a las células y a los músculos, produciendo unos grandes dolores que desconciertan al mundo médico.  Para encubrir su ignorancia, los médicos denominan a este problema «reumatismo».

Los ácidos y los gases también atacan los tejidos de las articulaciones y los médicos lo denominan «artritis».  Cuando atacan los tejidos de las cavidades craneales, los médicos lo denominan «sinusitis».  Si lo que atacan es la garganta, los médicos lo llamarán «laringitis», «amigdalitis», «difteria», etc.  Otro problema general ocasionado por los efectos de estos gases y ácidos es la ronquera, que a menudo va seguido de un debilitamiento paulatino de la voz, que puede desembocar en su pérdida total.

Los gases y ácidos sulfúricos también pueden atacar las células de los vasos sanguíneos del corazón, provocando serios problemas que los médicos denominan «enfermedades cardiovasculares».  También pueden atacar otros órganos del cuerpo, como el páncreas, a lo que los médicos denominan «diabetes», o las células de los pulmones, denominado por los médicos «tuberculosis».

Nombres, nombres ─términos que carecen de significado y que sólo indican la parte del organismo donde el proceso degenerativo iniciado por las sustancias tóxicas que se encuentran en el aire es más serio y activo─.  La profesión médica, guiada desde hace mucho tiempo por la superstición y las conjeturas, y que no es más que una versión más actualizada del antiguo vudú, convierte en un misterioso enigma lo que denomina enfermedad.  Lo hacen por codicia y avaricia, pero a veces por ignorancia.  El problema se resuelve fácilmente reconociendo unos principios muy simples y básicos.

El aire que flota sobre la ciudad de Los Ángeles es excepcionalmente perjudicial para la salud.  Un artículo publicado en el periódico The Angeles Heral decía:  «Grandes nubes de humo se encuentran a poca distancia del suelo, unos vapores irritantes procedentes de estas nubes provocan en los ciudadanos problemas oculares y respiratorios».

El artículo informaba que las personas que sufrieron problemas oculares se encontraban mirando directamente a las chimeneas de las industrias para descubrir el origen de los gases ácidos que provocaban el daño y mataba pequeños animales que se encontraban en las zonas afectadas.  Nueve de cada diez personas que se encontraban en la calle en el momento crucial del «ataque gaseoso» sufrieron problemas oculares provocados por los vapores irritantes.  Esta capa de humo que se extiende sobre la ciudad de Los Ángeles tiene un grosor que oscila entre los 450 y los 600 metros y una longitud de al menos 95 kilómetros.

John F.  Gernhardt, doctor en medicina que reside en Los Ángeles, afirmó que en veinticuatro horas murieron treinta personas de ataques cardíacos.  La causa que provocó todas estas muertes fue el aire contaminado.  Sin embargo, debemos matizar que aunque este aire paraliza los centros respiratorios del cerebro e impide la respiración, no provoca un ataque cardíaco.

La prensa informó que la capa de humo que se extendía sobre la parte sur de California había reducido el valor de la luz del sol en un 60%.

Cuando el aire se encuentra estancado, al igual que sucede con el agua estancada, se ensucia, paraliza y contamina.  Sin embargo, parece que los médicos no saben mucho sobre este asunto, puesto que atribuyen todavía la aparición de estos problemas a la acción de los virus y los gérmenes.

Las tormentas de viento, los huracanes y los tornados son procesos cósmicos de purificación medioambiental.  Lo mismo sucede con las plantas, cuya función principal es desintoxicar y volver a oxigenar nuestro aire.  Estos son algunos de los secretos de la naturaleza que permanecen ocultos para los ojos de los médicos.

Sin embargo, el descubrimiento lo realizó un profano que consiguió realizar algunas conjeturas.  En el año 1944 publicó un libro titulado Floating Air (El aire que flota).  La amenaza que supusieron para el mundo médico y todo su negocio sus valiosos consejos para alcanzar la salud, obligó al Ministerio de Cultura estadounidense a retirarlo del mercado.  En la actualidad es prácticamente imposible conseguir un ejemplar.

Este hombre probó su teoría en primer lugar con los pollos, y descubrió como en tan sólo unas horas, desaparecieron serios problemas de garrotillo y otros problemas respiratorios similares.  Eran malas noticias para la profesión médica y por ello tenía que desaparecer todo su trabajo.  Por supuesto, no había ninguna posibilidad de ganar dinero recetando aire puro y fresco.

Colocó un ventilador eléctrico en el corral para mantener el aire en movimiento y eliminar de esta forma cualquier concentración de vapores tóxicos provocados por los excrementos de los pollos y cuya inhalación pudiera provocar la enfermedad de los animales.  ¿Cuántos criadores de pollo saben esto?

Es algo muy simple, demasiado simple, sin embargo para la profesión médica es un gran secreto oscuro de la naturaleza que todavía no han podido descubrir.  Nuestros propios desechos emiten unos vapores que pueden intoxicarnos.

Muchas de las muertes repentinas no se deben, como afirman los médicos, a problemas cardiovasculares, sino al aire contaminado.

El informe anual emitido por el Bernard Free Skin and Cancer Hospital afirma que las personas que viven en zonas muy habitadas y respiran aire contaminado tienen una probabilidad de «desarrollar el cáncer de pulmón» tres veces mayor que la de las personas que viven en zonas rurales.

El Mellon Institute de Pittsburgh (EEUU) publicó un informe sobre una investigación que se había realizado durante dos años y que señalaba los efectos perjudiciales que tenía el aire contaminado sobre los seres humanos.  El informe decía:  «La inhalación de aire contaminado se produce en el organismo por una absorción gradual de sustancias tóxicas.  El consumo inconsciente se produce en una condición de lenta intoxicación que corroe perniciosamente los tejidos vitales».

Los médicos van por el camino contrario, puesto que apoyan el aire estancado, favorecen las sustancias perjudiciales y condenan las prácticas saludables.  Parecen estar siempre atento de lo que les conviene para su práctica.

Este hombre sabía que el método que aplicaba a los pollos también servía para los seres humanos, por ello colocó un ventilador eléctrico en su habitación que introducía aire fresco y expulsaba el aire contaminado.

Casi todas las casas y habitaciones están llenas de aire contaminado, un aire que es perjudicial para el organismo, porque aceptan los consejos de los doctores y mantienen cerradas sus ventanas para impedir la entrada de los «escuadrones de la muerte» del aire fresco.

Los propios gases y vapores expulsados por el organismo son tóxicos y contaminan el hogar y las habitaciones, perjudicando al mismo tiempo los pulmones, los intestinos y los poros de la piel.  Cuando conocemos todos estos hechos, podemos comprender con facilidad porque la gente se levanta a medianoche resfriado, con dolores de garganta o con otros problemas respiratorios.

Al igual que hacen los médicos, culpan al tiempo.  ¡Aunque éste no afecte a los animales que viven al aire libre! La verdadera causa es el aire contaminado que flota en la casa y en las habitaciones.

Los éxitos que fue consiguiendo con sus experimentos

fueron tan importantes que decidió construir una «cámara milagrosa».  Ésta consistía en una cama bien ventilada con dos laterales y un techo.  A través de unas ventanas especiales introducía aire por medio de un ventilador eléctrico.

Al principio comenzó a utilizar esta cámara con pacientes que sufrían problemas respiratorios, como resfriados, fiebre del heno, inflamaciones de la garganta, difteria, asma, fiebre, neumonía y tuberculosis, y obtuvo unos resultados sorprendentes.  Esto le motivó a tratar toda clase de problemas con el mismo procedimiento, paperas, sarampión, reumatismo, neuritis, diabetes, etc.

Los éxitos que consiguió con sus experimentos demostraban como el aire puro y fresco en movimiento «curaba» todas las enfermedades que no se habían podido sanar con los otros medios que apoyaban la inhalación de aire contaminado.  Recibía personas a los que los médicos le habían pronosticado enfermedades incurables.  Al cabo de un tiempo comprobó lo que habían declarado algunos médicos, que la enfermedad es un estado inexistente.  Sólo hay dos condiciones en el organismo:  la buena salud, y la falta de ésta.

Los médicos reciben toda clase de enseñanzas para tratar los síntomas causados por una mala salud.  Los agrupan y bautizan con nombres diferentes (diagnosis) que no significan nada y los califican de enfermedades mortales para sus pacientes.

Este sistema goza de un apoyo basado en siglos de falsas enseñanzas que ha afianzado una falsa psicología.  Enseñan y afirman que las enfermedades son «entidades» que nos atacan y cuya intención es matarnos.  Debemos alistarnos junto a ellos para combatir la invasión de estos ejércitos enemigos cuya misión es la de aniquilarnos.  Para los médicos este juego es bastante productivo, pero no para nosotros.  Podemos afirmar que la profesión médica es uno de los fraudes más significativos del planeta.

La verdad no es otra que la que hemos repetido una y otra vez:  las enfermedades son esfuerzos de limpieza y curación iniciados por el propio organismo.  Debemos considerarlas como aliados y no como enemigos.  Si desea evitar la aparición de una crisis provocada por una enfermedad, no apoye las causas que la provocan.  La inhalación de aire contaminado es una de las causas más importantes de la aparición de enfermedades y malestares.

Los resultados que arrojaron sus estudios sobre el impacto del aire sobre la salud humana sorprendieron a la profesión médica.  Si la humanidad se concienciaba de lo que estaba sucediendo, el negocio de las vacunas, fármacos y sueros hubiera quebrado.  Por esta razón, urgía hacer cualquier cosa.

Era mucho mejor que un buen «hombre muriera por la humanidad», que peligrara el negocio farmacéutico y médico.  El Ministerio de Cultura estadounidense tenía que hacer algo y prefirió que «muriera por la humanidad».  Con ello finalizó el gran trabajo que estaba llevando a cabo con aquellas personas enfermas que la medicina ordinaria no podía curar.

En casos como el que acabamos de ver, la propaganda poderosa juega un papel fundamental.  La publicación engañosa de artículos en los que se informaba que cierto curandero suponía una grave amenaza para las personas, lo arrojo al abismo del olvido.  Pero lo peor es que la gente lo cree.  La propaganda médica empuja a las personas a creer que la medicina está haciendo todo lo posible para acabar con las denominadas enfermedades que azotan a la humanidad.  Sin embargo, la verdad es que lo único que buscan es acabar con la competencia.  ¿Cómo podemos ser tan estúpido de creer que una organización o institución está trabajando para poner fin a su propia existencia?

La razón por la que la gente cree todas estas mentiras es porque «las mejores escuelas crean mejores comunidades».  Otra de las grandes mentiras enseñadas en los colegios y con la que la humanidad vive desde su niñez.

Los hechos nos demuestran como la profesión médica y sus aliados prohíben y destruyen cualquier método que se escape de la ortodoxia médica o sea enseñado por otras personas, a pesar de su valor y efectividad, y como los profesionales que se alejan de la ortodoxia terminan casi siempre con sus huesos en la cárcel.  ¡Todo sea por la protección de la salud pública!

Es probable que no vivamos en una dictadura, pero se utilizan muchos de sus métodos habituales para acabar con aquellos que se interponen en el camino de los grandes negocios.

HOJAS DE TRABAJO

Rellene los huecos en blanco:

1) La salud total sólo se consigue practicando una .  (dos palabras)

2) El es el medio de transporte del organismo.

3) Los tres alimentos inorgánicos que el organismo puede utilizar son el , el y la .

4) Cualquier factor del bienestar humano es también un  elemento de .

5) Las  contienen el agua más pura y sana de todas.

6) Si violamos las de la vida,  contribuiremos a que aparezcan las causas de la  enfermedad y el sufrimiento.

Múltiple opciones:

1) La mayoría de las enfermedades aparece por:

  1. a) falta de vitaminas y minerales.
  2. b) una debilitación y la consecuente toxemia.
  3. c) los gérmenes y la infección.
  4. d) comer alimentos perjudiciales.

2) La vida humana:

  1. a) está sujeta a las mismas condiciones y reglas que gobierna el bienestar de los animales.

no tiene nada que ver con los principios y fuerzas

que se aplican a las otras formas de vida.

  1. c) opera con principios únicos y diferentes para cada individuo
  2. d) está demasiado degenerado para alcanzar la salud

3) El humo del tabaco:

  1. a) es el causante principal del cáncer de pulmón en Estados Unidos.
  2. b) es el causante principal de la enfisema.
  3. c) contribuye especialmente en la aparición de problemas cardiovasculares.
  4. d) cubre los pulmones de alquitrán y otras sustancias tóxicas.
  5. e) introduce en el organismo numerosos narcóticos mortales, entre los que destaca la nicotina.
  6. f) introduce en el organismo dieciocho o veinte sustancias tóxicas diferentes.
  7. g) todo lo anterior.

4) El agua destilada:

  1. a) no debería ingerirse, porque elimina los minerales del organismo
  2. b) no debería consumirse, porque se ha calentado y puede provocar leucocitosis.
  3. c) debería ingerirse cuando se esté sedienta, porque el organismo sólo necesita agua pura.
  4. d) debería usarse porque limpia mejor que el agua impura el organismo de sustancias tóxicas.

5) Cuando un alimento provoca sed en una persona, puede significar que:

  1. a) la comida es insalubre.
  2. b) la comida carece de agua suficiente.
  3. c) la comida ha sido cocinada.
  4. d) la comida contiene sustancias tóxicas.
  5. e) todo lo anterior.

6) El agua del grifo:

  1. a) se puede beber con toda seguridad, porque se han eliminado las bacterias.
  2. b) es peligrosa con normalidad debido a los productos químicos que se le añaden.
  3. c) se puede beber con toda seguridad cuando lo aprueba las autoridades.
  4. d) es sana si contiene fluoruros.

7) Deberíamos de obtener el agua ideal que necesitamos a través de:

  1. a) agua destilada.
  2. b) nuestra dieta.
  3. c) agua de manantial.
  4. d) zumos.
  5. e) todo lo anterior.

Verdadero o falso

1) Los cambios producidos en nuestro entorno medioambiental provoca cambios internos que se traducen en un cambio de las condiciones.

2) La enfermedad aguda es lo contrario al estado sano.

3) El ejercicio no es necesario para alcanzar la salud si nuestra dieta es correcta.

4) El monóxido de carbono es un gas con un olor desagradable que mata porque se une a los glóbulos sanguíneos, provocando la incapacidad de suministrar oxígeno.

5) Los acondicionadores y los desodorantes son beneficiosos porque hace que la vida sea más agradable.

6) Los olores que desprenden los alimentos cocinados indican que la comida es más sabrosa.

7) Los hidrocarbonos proceden del calentamiento de las grasas y si se inhalan, pueden provocar problemas de pulmón.

8) Las bacterias y la vida vegetal desprende el oxígeno que compone nuestra atmósfera.

9) Las células humanas están formadas por numerosos componentes similares a las bacterias.

10) En zonas altamente contaminadas, debemos mantener todas las puertas y ventanas cerradas para impedir la entrada de aire externo.

11) Los desodorantes desprenden un gas inofensivo que se obtiene de las fragancias de las flores.

12) Los insecticidas son generalmente inofensivos para los seres humanos.

13) Los olores que desprenden los alimentos cocinados no son tóxicos.

14) Todo aquello que sea agradable para el sentido olfativo es saludable.

15) La combustión de materiales inflamables en el interior de una casa es nocivo porque disminuye la cantidad de

oxígeno e incrementa la contaminación.

16) Muchos condimentos, entre los que destacamos la  pimienta negra, la pimienta de chile, la sal y el aceite mostaza que desprenden las cebollas y los ajos, son perjudiciales para los pulmones.

17) Cualquier sustancia contaminante que se encuentre en los pulmones, como es el caso del humo del tabaco, puede causar la degeneración del tejido pulmonar, e incluso la aparición de un cáncer.

18) Deberíamos beber agua mineralizada porque necesitamos todos los minerales posible, ya que los alimentos carecen de ellos.

19) El agua de manantial y el agua de pozo son normalmente saludables.

20) El agua es un limpiador natural y, por ello,  deberíamos beber al menos ocho vasos diarios.

21) Deberíamos incluir en nuestra dieta un poco de agua de mar o un poco de sal, puesto que el mar contiene todos los minerales que necesitamos, incluyendo oligoelementos como el selenio, el yodo o el cobre.

Preguntas breves

1) Enumere siete enfermedades pulmonares y respiratorias.

2) Enumere diez tipos o fuentes de contaminación doméstica.

3) Enumero cuatro minerales que se encuentren con normalidad en el agua dura.

4) ¿Por qué aparecen los edemas?

5) ¿Por qué aparecen algunas enfermedades cuando respiramos constantemente aire fresco?

RESPUESTAS

Huecos en blanco

1) vida sana

2) agua.

3) agua, oxígeno y luz del sol

4) nutrición.  También se aceptan salud o vida.

5) frutas

6) leyes.  También se acepta principios.

Múltiple opciones

1) b.  Aunque algunas enfermedades pueden aparecen por una deficiencia de vitaminas y minerales, la causa más común de su aparición es la debilitación y la toxemia.  Las bacterias no provocan la enfermedad.  La «infección» es simplemente una acumulación de sustancias tóxicas que el organismo está eliminando.  La mala alimentación es una de las causas que provocan la debilitación y la toxemia.

2) a.  Aunque los seres humanos representan posiblemente la forma más desarrollada de vida, no se encuentran exento de las fuerzas, condiciones y principios naturales que rigen otras formas de vida.  Ningún individuo opera con unos principios especiales, ya que todas las criaturas estamos gobernados por los mismos principios básicos de la vida, y sólo nos diferenciamos en lo que se diferencian nuestras patologías individuales.  No es demasiado tarde para la humanidad detener los hábitos degenerativos y volver a adquirir y mantener la salud superlativa.

3) g.  Todas las respuestas son correctas.

4) c.  El agua no tiene ninguna libertad de movimiento en el organismo y no puede eliminar los minerales o sustancias tóxicas.

5) e.  Todas las respuestas son correctas.

6) b.  Las bacterias que se encuentren en el agua permanecerán en ella como desechos junto a las sustancias tóxicas (generalmente cloro) que se aplique al agua.

7) b.  Si sustituyéramos la palabra «ideal» de la afirmación, también sería correcta la respuesta a.  Agua destilada.

Verdadero o falso

1) falso.  El organismo mantiene una condición constante denominada homeostasis, sin importar las condiciones externas.

2) falso.  La enfermedad aguda es una acción vital del organismo que genera salud.  La enfermedad es el resultado de una intoxicación sistemática.

3) falso.  La actividad es un objetivo de la vida.  El desuso es un atropello.

4) falso.  El monóxido de carbono es inodoro.  Las demás respuestas son correctas.

5) falso.  Los olores que desprenden estas sustancias químicas son drogas que se transportan por el aire, y como tal, son perjudiciales para la vida.

6) falso.  Si un alimento se cocina, posiblemente sea más sabroso, pero su olor sólo significa que los valores del alimento se están perdiendo.  Todo alimento que para ser sabroso necesite ser cocinado, es perjudicial para la dieta de los seres humanos.

7) verdadero.  El calor descompone las grasas y provoca la aparición de hidrocarbonos tóxicos.

8) verdadero.

9) verdadero.  Para conocer el tema en profundidad le remitimos a la obra del doctor Lewis Thomas, The Lives od a Cell (Las vidas de una célula).  Es uno de los libros más fascinantes e ilustrativos jamás escritos sobre el tema por un profano.

10) falso.  La contaminación doméstica es por lo general mayor que la contaminación externa porque el aire que se encuentra en el interior de la casa se contamina y vuelve rancio, a menos que se purifique y reoxigene.

11) falso.  Los desodorantes se hacen con sustancias químicas peligrosas que desprenden fragancias artificiales.

12) falso.  Todo lo que perjudique y dañe a un insecto es tóxico también para el ser humano.  A corto plazo, las cantidades que son letales para los insectos pueden ser desapercibidas por los seres humanos.

13) falso.  Ningún aroma procedente de un alimento cocinado es saludable.  Los aromas que desprenden las sustancias grasientas al freírse son particularmente tóxicas, al igual que sucede con los gases y olores que proceden de otros alimentos calentados, que pueden ser más o menos tóxicas.

14) Como regla es verdadero, pero existen excepciones.  Lo que huele bien en una sociedad pervertida no es un criterio apropiado.

15) verdadero.  El oxígeno siempre se utiliza en el proceso de combustión.

16) verdadero.  Casi todos los condimentos son irritantes y algunos, principalmente la pimienta de chile y la alicina del ajo, entre otros, son muy tóxicos.

17) verdadero.  El cáncer puede aparecer por la existencia de sustancias contaminantes en los pulmones.  Algunas de estas sustancias provocan la degeneración del tejido pulmonar.

18) falso.  Somos completamente incapaces de utilizar cualquier mineral que se encuentre en el agua, puesto que los minerales inorgánicos intoxican el organismo.

19) falso.  Estas aguas están normalmente cargadas de minerales inorgánicos.

20) falso.  El agua sólo se utiliza como un medio durante el proceso de limpieza iniciado por el propio organismo.  Si respetamos una dieta adecuada, siempre tendremos las cantidades de agua necesarias.  Por el contrario, si no es así, necesitaremos agua debido a nuestra sed.  Deberíamos ingerir agua sólo para acabar con la sed, pero no más.

21) falso.  Todos los componentes minerales del mar son inorgánicos y tóxicos.  Posiblemente no suframos ninguna consecuencia si ingerimos pequeñas cantidades, pero si consumimos la cantidad de agua que bebemos normalmente para acabar con la sed, podemos sufrir una intoxicación.

Preguntas breves

1) Cáncer, enfisema, pulmón negro, pulmón marrón, asma, bronquitis, resfriados, sinusitis, neumonía y muchas más.

2) Productos de limpieza, cosméticos, cocinar, combustión, fumar, ácido carbónico, dióxido de carbono, monóxido de carbono, dióxido de azufre, fluorocarbonos, lacas, productos químicos, insecticidas, ambientadores, medicinas, dióxido de nitrógeno y muchas más.

3) azufre, hierro, sulfato cálcico, calcio, magnesio, etc.

4) Un edema es un área de tejido empapado de agua.  El organismo provoca su aparición para poseer agua suficiente para amortiguar las sustancias tóxicas (como la sal) concentradas en la zona.  Cuando estos materiales se encuentran suspendido en el agua, provocan menos daño a las células y a los tejidos.

5) La respuesta a esta pregunta se encuentra en los textos complementarios.  Cuando respiramos más aire fresco, recobramos la vitalidad, y consecuentemente el organismo puede iniciar un profundo proceso de limpieza y recuperación.  Mientras se efectúa la limpieza orgánica, el organismo atraviesa generalmente unas crisis.  La enfermedad es, como ya hemos estudiado, una medida para mejorar el organismo.