Lección 087 – Quiropráctica, Homeopatía y Osteopatía

UNIDAD 87: QUIROPRÁCTICA, HOMEOPATÍA Y OSTEOPATÍA.

TEMA: Repaso histórico por algunas escuelas de curación populares.

COROLARIO: Las curaciones que parecen surgir de

distintas clases de terapias o de los masajes son espejismos.

El cuerpo se curará a sí mismo cuando se le proporcionen las condiciones adecuadas.

INSTRUCTOR: Doctora en Filosofía, Susan Hazard.

Razonamiento

Objetivos de la unidad

Definiciones

Conceptos claves

Puntos principales

Introducción

Preguntas sobre la unidad

Resumen

Textos suplementarios

Ejercicios

Respuestas a los ejercicios

RAZONAMIENTO

La quiropráctica, homeopatía, osteopatía y naturopatía son escuelas muy arraigadas en la Historia. Se hicieron populares porque la población en general no se sentía satisfecha con los métodos que utilizaban los médicos convencionales de su época. El éxito que tuvieron se debió no tanto a sus tratamientos como al hecho de que se hacían menos daño y el cuerpo estaba en mejor situación para iniciar el proceso curativo.

En esta unidad, repasaremos estas escuelas y describiremos su papel en la Historia.

OBJETIVOS DE LA UNIDAD

Al acabar la unidad, el estudiante debería estar familiarizado con algunas de las escuelas de curación. Debería quedar claro dónde radican las diferencias entre éstas y la filosofía de la Ciencia de la Vida. El estudiante comprobará lo fácil que es convertirse en víctima de una ilusión cuando una curación es aparente, pero no real.

Es importante conocer estas otras escuelas, puesto que, en algunos aspectos, sus filosofías corren paralelas a las de la Ciencia de la Vida.

DEFINICIONES

QUIROPRÁCTICA: Un sistema de tratamiento con masajes que enseña que la enfermedad es causa de la compresión de los nervios espinales, y que se puede corregir con ajustes en la columna.

HOMEOPATÍA: Escuela de medicina fundada por el Dr. S.C.F. Hahnemann. Se basa en que los medicamentos que curan la enfermedad producen síntomas similares en las personas sanas. Se administran dosis mínimas de fármacos.

HIDROTERAPIA: Aplicación de agua en el tratamiento de la enfermedad.

MALAPOSICIÓN: Posición o postura defectuosa o anómala, en especial del cuerpo o de una de sus partes.

NEUROMUSCULAR: Relacionado tanto con los nervios como con los músculos.

CANAL NEURAL: El conducto central de la columna vertebral.

OSTEOPATÍA: Una escuela de medicina que se basa en la teoría de que el cuerpo es un organismo mecánico vital cuya estructura e integridad funcional están coordinadas y que la alteración de cualquiera de ellas es enfermedad. Aunque su método terapéutico consiste principalmente en la corrección con masajes, su nombre indica el hecho de que es el esqueleto el que determina en gran parte la relación estructural de los tejidos.

SUBLUXACIÓN: Una dislocación parcial o incompleta.

CONCEPTOS CLAVES

Los quiroprácticos utilizan la terapia de masajes para ajustar aquella vértebra que no tiene una posición adecuada en relación con la vértebra superior o inferior, o con ambas.

El quiropráctico considera que la columna es el foco de la mayoría de las anomalías corporales.

El médico homeopático prescribe fármacos en dosis extremadamente pequeñas.

Los médicos osteópatas de hoy en día utilizan tanto el tratamiento con masajes como otras terapias utilizadas por los médicos convencionales.

La filosofía de los naturópatas y de los Higienistas Naturales/Científicos de la Vida es muy similar, pero se diferencia en que los Higienistas Naturales no ofrecen ni curas ni terapias.

La reeducación es la clave para reconocer los espejismos engañosos.

PUNTOS PRINCIPALES

D.D. Palmer fundó la quiropráctica en 1895.

El razonamiento de los quiroprácticos se basa en que, si aceptamos la premisa de que el sistema nervioso es el organizador, se tiene que llegar a la siguiente conclusión: cualquier interferencia en el sistema nervioso causa desorganización.

La investigación y terapia quiropráctica busca la causa de la enfermedad en la columna vertebral.

El Dr. Samuel C.F. Hahnemann fundó la homeopatía alrededor de 1840.

El Dr. Hahnemman recomendaba administrar al paciente la dosis mínima posible de fármaco. Solía recomendar la trigésima dilución.

La base de la homeopatía es que el mejor fármaco que se puede administrar al enfermo es aquel fármaco que provoca los mismos síntomas en el sano.

El Dr. Andrew T. Still fundó la osteopatía en 1874.

La osteopatía moderna es un sistema de práctica médica que enfatiza la importancia de los músculos y huesos corporales, así como de los tendones y ligamentos conectivos.

La naturopatía sostiene que el organismo se cura por sí mismo de cualquier enfermedad, si se le da la oportunidad de purgarse a sí mismo de los materiales tóxicos, que son la raíz de la enfermedad.

ÍNDICE

QUIROPRÁCTICA

Historia

Filosofía

Subluxación

Determinar la verdadera causa.

HOMEOPATÍA

Historia

Un poco de veneno es mejor que mucho

Similia similibus curentur

Otros requisitos de vida

Fuerza vital.

Ninguna terapia es lo mejor

OSTEOPATÍA

Historia

La práctica osteopática actual

NATUROPATÍA

Historia

Naturópatas actuales

Consideraciones naturopáticas sobre la salud y enfermedad

Negación de la teoría de los gérmenes.

Defensa de un estilo de vida saludable.

Remedios florales de Bach y las sales celulares de Schuessler

ILUSIÓN Y DESILUSIÓN

QUIROPRÁCTICA, HOMEOPATÍA Y OSTEOPATÍA

Por Susan Hazard

QUIROPRÁCTICA

HISTORIA

En 1877, un hombre llamado Harvey Lillard se quedó sordo. Estaba agachado, en una posición nada cómoda cuando escuchó un ruido seco, un pum en el cuello y se quedó sordo durante 18 años. Un día, en 1895, llamaron al Dr. D.D. Palmer para que examinara al Sr. Lillard. Tras reconocer al paciente, notó un gran bulto perfectamente visible. Dedujo que si la aparición de ese bulto provocó la sordera, la reducción del mismo debería devolver el oído. Estuvo tres días empujando el bulto hasta que este desapareció y el paciente recuperó el oído.

Cuantas más columnas vertebrales examinaba el Dr. Palmer, más bultos anómalos encontraba. Algunos bultos los tenían personas que padecían sordera, pero la mayoría estaba en las columnas vertebrales de personas que padecían otras enfermedades. Cuando reducía los bultos, ciertas enfermedades, como problemas cardiacos, estomacales, etc., se aliviaban. El Dr. D.D. Palmer creía que los bultos de la columna vertebral se producían debido a una mala posición de las vértebras, denominada subluxación. Se pensaba que la vértebra dislocada ocluía el canal de las vértebras o los discos intervertebrales y ejercía una presión sobre la médula espinal o los nervios espinales. Puesto que el sistema nervioso controlaba todos los sistemas, se pensaba que cualquier interferencia en el impulso nervioso era la causa de enfermedad.

En su origen, enfermedad significa «malestar, incomodidad o perturbación». Cuando los médicos comenzaron a clasificar estas sensaciones en síntomas denominados un malestar, la enfermedad se convirtió en una entidad. A B.J. Palmer (el hijo de Danial Palmer) le gustaba el término mal-estar. Mal-estar se utilizaba para expresar «desorganizado o sin organización», y el Dr. Palmer pensaba que la causa tenía que eliminarse o corregirse (ajustarse). B.J. Palmer define la quiropráctica de la siguiente forma: «La quiropráctica es una filosofía, ciencia y arte de seres naturales; un sistema que, para corregir la causa del mal-estar, ajusta los segmentos de la columna vertebral sólo con las manos. »

FILOSOFÍA

Para tener salud física, todas las partes del cuerpo deben funcionar en conjunto de forma correcta. Según la filosofía quiropráctica, el común denominador de la vida o salud es una buena transmisión de la energía nerviosa. Y se deben corregir los factores más perjudiciales, que son los que interfieren en el flujo nervioso que afecta a los sistemas de organización.

El sistema principal de organización es el sistema nervioso. Todo nuestro sistema nervioso está creado para mantener la vida y hacer que la actividad cumpla satisfactoriamente sus propósitos. El razonamiento de los quiroprácticos se basa en que, si aceptamos la premisa de que el sistema nervioso es el organizador, se tiene que llegar a la siguiente conclusión: cualquier interferencia en el sistema nervioso causa desorganización. Ellos opinan que cualquier factor que, de forma anormal, añada impulsos al sistema nervioso o quite impulsos del mismo actúa como una interferencia y causa desorganización. Puesto que el sistema nervioso es tan importante para la supervivencia del organismo humano, ellos afirman que la sabiduría de la adaptación le proporciona una buena protección: para proteger los tejidos más sensibles (nervios) se utiliza el tejido más duro del cuerpo (hueso).

SUBLUXACIÓN

Una subluxación se produce cuando una vértebra no está en posición correcta en relación con la vértebra superior o inferior, o con ambas. El quiropráctico sostiene que una subluxación es el principal factor no patológico que se encuentra en un paciente no sano, que puede corregirse con técnicas no quirúrgicas y no médicas y que se trata de la causa más común de desorganización del cuerpo humano.

Una tendencia que aumenta con rapidez en la investigación y terapia quiropráctica es buscar la causa de la enfermedad en la columna vertebral y corregir la causa corrigiendo la interferencia nerviosa. La columna vertebral, según el quiropráctico, es el foco de más anomalías de las que se producen en cualquier otra parte de la estructura corporal y se la considera culpable de un número cada vez mayor de manifestaciones patológicas.

El Dr. Andrew T. Still fundó la osteopatía en 1874. Se basaba en el principio de que las alteraciones del sistema musculoesquelético pueden provocar enfermedades y que el tratamiento para estos problemas debía ser los masajes. El Sr. Palmer insistía en que la quiropráctica era diferente, porque el método de masaje del quiropráctico era un empuje directo y específico sobre las vértebras con el objetivo de corregir la interferencia nerviosa.

Darald E. Bolin declara: «Las afecciones neuromusculoesqueléticas pueden considerarse aquellos trastornos que surgen de las alteraciones estructurales y/o funcionales del tejido conectivo de los músculos y huesos, y de las consecuentes complicaciones neurológicas. » Según dice, la subluxación es una afección neuromusculoesquelética en sí misma. En las subluxaciones casi siempre hay deformación o desviación de la columna vertebral. Afirma que si la subluxación impide la curación natural de la afección patológica, entonces, hay que tratar la subluxación.

El principio y práctica de la quiropráctica se basan en ajustar, abrir la oclusión, reducir la presión, recuperar el flujo normal entre el cerebro y el cuerpo para que la inteligencia innata pueda recuperar —y lo haga— el ritmo normal de flujo de energía con el fin de restablecer el nivel normal de funcionamiento, sensibilidad y actividad celular y, de esta forma, volver a tener un alto nivel de salud.

D. DETERMINAR LA CAUSA VERDADERA

El objetivo del tratamiento quiropráctico es eliminar la causa del trastorno. Tras la corrección, la curación es fácil. Sin embargo, la perspectiva que tiene el quiropráctico de la causa y efecto es bastante limitada. Es cierto que hay casos especiales en los que, tras una lesión o un trauma, son necesarios ciertos ajustes. Si se produce una compresión de los nervios debido a una presión anormal sobre la columna vertebral, los ajustes quiroprácticos pueden ser útiles.

No obstante, puesto que la enfermedad es la acumulación de toxinas, los ajustes quiroprácticos pueden proporcionar un alivio temporal, pero no corrigen las causas subyacentes. Si la enfermedad está causada por unos hábitos de vida malsanos, entonces, estos hábitos deben corregirse y adoptar un estilo de vida más sano. Una columna vertebral derecha no producirá salud si ingieres comida basura, fumas, no descansas ni duermes lo suficiente y sigues haciendo otras cosas malsanas.

En algunos casos, el tratamiento quiropráctico puede ser útil, pero este método terapéutico sólo producirá salud si al mismo tiempo se proporcionan todas las condiciones para la salud.

HOMEOPATÍA

HISTORIA

El primer Instituto de Homeopatía de Estados Unidos se fundó en 1844. Durante las epidemias de fiebre amarilla y cólera asiática, los homeópatas se hicieron mucho más populares que cualquier otra secta de la época. Su método, en el que prácticamente no utilizaban fármacos, dejaba al cuerpo comparativamente libre para llevar a cabo el proceso curativo; todo lo contrario de los métodos farmacológicos que usaban los médicos convencionales y que destruían la salud. Otras razones por las que llegaron a ser tan populares son que captaron miembros de los médicos ortodoxos, atraían el interés de las clases medias y altas y ofrecían un razonamiento para su práctica —no era puramente empírica como eran las sectas de Thomson o los eclécticos que precedieron la homeopatía—. En 1857, la homeopatía tenía un gran apoyo del público, en el que se incluía el de Horace Greely, director del New York Tribune.

La homeopatía fue fundada por el Dr. Samuel C.F. Hahnemann. Él afirmaba que si un médico conoce los obstáculos que se oponen a la recuperación y sabe cómo eliminarlos, entonces, sabe cómo tratar juiciosamente y se convierte en un verdadero practicante del arte de curar.

«Al conocer aquellas cosas que dañan la salud y provocan la enfermedad, se convierte en una persona que ayuda a conservar la salud; que sabe cómo mantener sana a una persona. »

Hahnemann siempre aconsejaba administrar la dosis mínima posible necesaria para ayudar al paciente. Tras la primera dilución, se diluía una gota de una planta al 1/100 de su fuerza original; tras la segunda, a 1/10.000 de su fuerza original; tras la tercera a 1/100.000 de su fuerza original. Esta constituía la tercera dilución. Hahnemann recomendaba la trigésima dilución.

Desarrolló un método de mezcla, dilución y agitación al que denominó sucesión. El resultado de esto era un preparado que, debido a sus poderes, él denominó potencia.

Según Hahnemann, el medicamento resultante podía administrarse de dos formas: un gránulo de azúcar del tamaño de una semilla de mostaza se podía empapar con la trigésima dilución del líquido e ingerirse; o, si el paciente estaba «muy débil e irritable, era más seguro y eficaz oler la sustancia que ingerirla. »

UN POCO DE VENENO ES MEJOR QUE MUCHO

Se descubrió que cuanto mayor era el grado de dilución, más eficaz era el medicamento. Y a pesar de que los análisis químicos difícilmente revelaban alguna huella de la droga original en la suspensión se descubrió que el preparado producía un cuadro sintomático que correspondía a las pruebas realizadas con personas sanas.

Este es un punto crucial, ya que lo que demuestra en realidad es que el agente curativo más poderoso que existe es el que reside en el interior del cuerpo humano. Cuanto mayor es la dilución, menos limitado se ve el cuerpo en sus esfuerzos por curarse, de aquí que la cura sea más efectiva. Por tanto, la homeopatía es un feliz espejismo. El valor de la terapia prácticamente sin fármacos que Hahnemann utilizaba se demuestra en que consiguió muchos más éxitos que cualquier otra secta médica de su época.

SIMILIA SIMILIBUS CURENTUR (La ley de la similitud)

La homeopatía se basa en que el mejor fármaco que se puede administrar al enfermo es aquel que produce los mismos síntomas en una persona sana. Por tanto, se debía administrar el similium, el fármaco más parecido. «Los semejantes deben ser tratados como semejantes».

Hahnemann descubrió que era sensible a la quinina. Descubrió que tras tomar una dosis de quinina le aparecían los síntomas de una enfermedad similar a la que, cuando él era estudiante de medicina, había visto en los pantanales de la baja Hungría. En resumen, a excepción de la fiebre, experimentaba los mismos síntomas de la malaria. Entonces se le ocurrió que si su fármaco podía provocar síntomas similares a los de la malaria, entonces, podría ser la cura para la malaria. Fue entonces cuando aplicó las palabras a su teoría: similia similibus curentur «Lo igual debe ser curado por lo igual».

Lo que Hahnemann experimentó fue una reacción normal del cuerpo al eliminar los venenos, ya sea quinina u otro, pero el mal interpretó estos síntomas.

RECONOCIMIENTO DE LAS NECESIDADES DE VIDA

Hahnemann aceptaba las terapias médicamente válidas de su época. Recomendaba el uso de aire fresco, descanso, dieta adecuada, luz del sol, higiene pública y otras muchas medidas beneficiosas en una época en las que otros médicos no le daban ninguna importancia.

Hahnemann no atribuía el éxito de su terapia al no uso de fármacos, sino a las dosis homeopáticas. Sin embargo, no hay duda de que las curas se debieron al poder intrínseco para curarse a sí mismo que tiene el propio organismo, con la ayuda de los consejos de tomar el aire fresco, descansar, llevar una dieta adecuada, etc., además, con este método el organismo no se veía interferido en su proceso de curación con las grandes dosis de fármacos, abrasiones, sangrías, etc., que los médicos convencionales de aquella época utilizaban.

FUERZA VITAL

No obstante, Hahnemann admitía que en el cuerpo hay un mecanismo de autoconservación y autoequilibrio que mantiene el estado de salud, a pesar del estrés y las tensiones a las que está sometido el hombre. Utilizaba el término fuerza vital para describir el mecanismo de equilibrio que existe en cada organismo vivo y que fomenta, o al menos mantiene, la salud. Escribió que las alteraciones internas y externas estimulaban esta fuerza vital  para provocar una reacción y contrarrestar las alteraciones. Según su teoría, el resultado de la interacción entre la fuerza vital y las condiciones que la activaban provocaba varios síntomas en el cuerpo que demostraban que se había producido un desequilibrio.

Nosotros sabemos que esta fuerza vital es el único agente remediador verdadero que poseemos y que el cuerpo se curará y reparará cuando se le ofrezcan las condiciones para la salud.

F. LO MEJOR ES NINGUNA TERAPIA

Hahnemann no esperaba que los médicos convencionales aceptaran su sistema con entusiasmo. Los denominaba la escuela alopática porque utilizaban remedios cuya acción era opuesta a los síntomas que causaba la enfermedad; y describía esta práctica con la máxima contraria contraris.

A pesar de lo absurdo de sus creencias, Hahnemann hizo uno de los grandes descubrimientos de su tiempo: estableció que, dado el estado del conocimiento médico actual, la ausencia de terapia era mucho mejor que la terapia heroica.

Las dos objeciones básicas que los médicos convencionales ponían a la homeopatía eran: primero, que las dosis prescritas por los homeópatas eran demasiado pequeñas para producir ninguna clase de efecto fisiológico; y, segundo, que las curas que los homeópatas atribuían a sus fármacos en realidad eran «los efectos recuperadores de la naturaleza». Ambas afirmaciones eran ciertas, y es por esto por lo que la homeopatía tuvo tanto éxito. Los médicos convencionales admitieron que la homeopatía había logrado un sorprendente número de éxitos. En 1861, el Dr. Oliver Wendell Holmes dijo: «La homeopatía nos ha enseñado una lección que necesitábamos sobre la capacidad de curación de la Naturaleza. »

Los homeópatas atacaron el uso que los médicos convencionales hacían de las sangrías, del calomel, abrasiones, venenos y del resto de la medicina heroica; la tacharon de inútil, basada en falacias y razonamientos especulativos, así como de ser ineficaz para tratar la enfermedad. Los médicos convencionales acusaron a los homeópatas de impostores, puesto que los fármacos que administraban no podían tener ninguna clase de efecto terapéutico. Desde el punto de vista del bienestar de los pacientes, es fácil comprobar cuál era el mejor sistema.

En la actualidad, la homeopatía sigue siendo muy popular y practicada. Sin embargo, debemos concluir diciendo que si grandes dosis de fármacos provocan más enfermedad y pequeñas dosis de fármacos provocan menos enfermedad, entonces, ¡ningún fármaco en absoluto provoca salud! De esta forma se demuestra que la naturaleza es el agente más eficaz en la recuperación de la salud.

OSTEOPATÍA

Andrew Taylor Still, fundador de la osteopatía, nació el 6 de agosto de 1828. El Dr. Still fundó la primera escuela de osteopatía en 1874, en Estados Unidos, y parece que, al menos desde 1860,  se estuvo planteando la relación entre ciertas enfermedades y las alteraciones de la columna vertebral.

Quizá el primer incidente en la vida del Dr. Still que tuvo alguna relación con la osteopatía sea el que aparece en las páginas 31 y 32 de su autobiografía:

«Un día, cuando tenía unos diez años, me dolía la cabeza, hice un columpio entre dos árboles con una cuerda de mi padre, pero, me dolía demasiado la cabeza como para columpiarme cómodamente, así que dejé caer la cuerda unos 10 o 20 centímetros del suelo, estiré la espalda sobre ella intentando rodearla con el cuello. Pronto me alivié y me fui a dormir, me levanté al poco rato sin dolor de cabeza. Puesto que no sabía nada de anatomía, no se me ocurrió que una cuerda pudiera acabar con el dolor de cabeza y con las nauseas que le acompañan. Tras el descubrimiento, intentaba rodear la cuerda con el cuello cada vez que sentía que me venía una crisis. Seguí este tratamiento durante veinte años antes de que la razón llegara a mi cerebro, cuando comprobé que había interrumpido la acción de los ganglios occipitales profundos y restablecido la harmonía entre el flujo de la sangre arterial hacia y a través de las venas. Como puede ver el lector, el efecto fue el alivio. »

El poder de la naturaleza (las fuerzas intrínsecas del cuerpo) empezó a mostrársele e inventó un método que permitía que la naturaleza ejerciera sus poderes inherentes. Para él, la naturaleza era su laboratorio. Afirmó:

«Yo, que he tenido alguna experiencia aliviando el dolor, encuentro que los medicamentos son un fracaso. Desde muy pequeño he sido un estudioso de libros de naturaleza. En la Kansas barrida por el viento de mi juventud dediqué mi atención al estudio de anatomía. »

La práctica alopática le convenció de que la teoría farmacológica esta totalmente equivocada. A partir de sus propias investigaciones creyó ver el amanecer de un sistema mejor. Se propuso acercarse más a la naturaleza y aprender de ella la verdad exacta.

La primera conclusión a la que llegó fue que un «máximo sabio Creador» era el diseñador de nuestros cuerpos y el autor de nuestros espíritus y que, por tanto, el cuerpo humano era una máquina perfecta.

La segunda conclusión fue el concepto fundamental de la importancia que tienen las arterias y  otras estructuras tubulares, a través de las cuales los elementos nutritivos eran llevados a su lugar de destino y los materiales de desecho corporales eran acarreados para ser expelidos.

La tercera conclusión era la de la influencia de los nervios y el papel que juegan, sobre todo en el control de los fluidos corporales.

    «Este año (1874) he comenzado un estudio más amplio de las ruedas motrices, piñones, depósitos, abrazaderas y ejes de la vida, junto con sus fuerzas y suministros, armazón, uniones por ligamentos, músculos, procedencia e inserción. Nervios, origen y suministros, suministro sanguíneo al y desde el corazón y cómo y dónde los nervios motores reciben su fuerza y movilidad; cómo los nervios sensoriales realizan su función, su deber, la fuente de suministros y el trabajo que se ha hecho en la salud, en las partes obstruidas, para realizar su parte en las funciones de la vida; todo ello despertó un nuevo interés en mí.

    Pensaba que algo anormal se podía encontrar en algún lugar de algunas de las divisiones nerviosas que toleraría una suspensión temporal o permanente de la sangre, bien en las arterias o en las venas, y cuyos efectos causaban la enfermedad. »

En los primeros años, la práctica de la osteopatía consistía en: Primero, un reconocimiento físico para determinar el estado del mecanismo y de las funciones de todas las partes del cuerpo humano; Segundo, un masaje específico para recuperar el mecanismo normal y restablecer las funciones normales; y, Tercero, la adopción de todas las medidas higiénicas conductivas a la recuperación y conservación de la salud.

Este método de práctica insistía en un diagnóstico correcto basado en reconocimientos físicos; en eliminar las supuestas causas de enfermedad a través del masaje; y en, como seguimiento importante, una vida sana. La gran diferencia entre los osteópatas y los alópatas de su época era que los primeros no recetaban fármacos. Aconsejaban que era preferible eliminar las causas de la enfermedad antes que tratar los síntomas. El razonamiento de los primeros osteópatas era que si una parte no está cumpliendo con su deber debía de haber una causa para que no lo hiciera. Decían que la causa podía ser una sustancia extraña o una mala posición que interfería en el libre flujo de fluidos o en la transmisión de la energía nerviosa, interfiriendo primero en la función y, después, en la estructura. Entonces, los osteópatas procedían de inmediato a eliminar la supuesta causa del problema y, al hacerlo, liberaban todas las fuerzas del cuerpo que combaten la enfermedad y conservan la salud.

Los primeros osteópatas no utilizaban ni germicidas ni antibióticos para matar los gérmenes. Su teoría era que los gérmenes no pueden sobrevivir en el tejido vivo, y que cada órgano del cuerpo, al igual que las demás partes, tienen nervios que son necesarios para mantenerlos vivos. Rodea el área afectada con tejido sano y la bacteria pronto morirá por falta de un alimento adecuado.

Se decía que la limpieza interior era esencial, pero imposible sin una distribución perfecta de la fuerza nerviosa, sin una sangre nutrida, sin una libre circulación de todos los fluidos corporales y sin una excreción sin impedimentos. Estas son las líneas de pensamiento que han demostrado a los propios osteópatas que son inteligentes.

LA PRÁCTICA OSTEOPÁTICA MODERNA

Para la mayoría de las enfermedades, el osteópata de la época actual aún depende casi por completo del tratamiento con masajes, pero también receta fármacos y utiliza el resto de las terapias de los médicos convencionales, como cirugía, rayos X, etc. No obstante, la importancia que el Dr. Still le daba a tratar a la persona como un todo sigue siendo un ideal de la profesión.

En la actualidad, existen 15.000 médicos osteópatas en los Estados Unidos y otros que se educan aquí se instalan en otros países. La profesión tiene casi 300 hospitales con un total o más de 20.000 camas.

La medicina osteopática moderna es un sistema de práctica médica que enfatiza la importancia de los músculos y huesos del cuerpo, así como de los tendones y ligamentos conectivos. La osteopatía afirma que el sistema musculoesquelético, que conforma el 60% del cuerpo, establece unas relaciones importantes con el resto de los sistemas del organismo. A pesar de esto, los médicos osteópatas modernos utilizan todos las técnicas médicas, quirúrgicas, inmunológicas, farmacológicas, psicológicas y otros métodos peligrosos de la medicina moderna  y que nosotros, como Higienistas Naturales, condenamos por ser destructivos para la salud.

Los médicos osteópatas sostienen que una alteración del sistema musculoesquelético puede provocar tres afecciones principales: primero, puede provocar síntomas que sólo aparecen en el propio sistema musculoesquelético; segundo, puede provocar síntomas similares a aquellas enfermedades que afectan a otros sistemas orgánicos; y, tercero, puede afectar el funcionamiento de otros sistemas orgánicos conectados con el sistema musculoesquéletico a través de los nervios y de la actividad hormonal.

Los médicos osteópatas están preparados especialmente para detectar y tratar las alteraciones musculoesqueléticas, y utilizan masajes y otras clases de manipulaciones osteopáticas para tratar esas alteraciones.

Al eliminar estas supuestas causas inmediatas, se obvian las verdaderas causas subyacentes. Por tanto, no se puede lograr la salud. El masaje y las manipulaciones osteopáticas aumentan el flujo sanguíneo y linfático y, por tanto, pueden ayudar a iniciar el proceso de curación, pero las acciones erróneas que, en primer lugar, provocaron las alteraciones deben interrumpirse antes de poder conseguir un estado de verdadera salud.

NATUROPATÍA

HISTORIA

Como dijo el Dr. J.M. Jassawalla, la naturopatía no es la invención de ninguna mente humana. No se origina en una época concreta, sino que se trata de la acumulación de conocimiento y prácticas que pertenecen a los métodos naturales de vivir y curar que se han seguido durante siglos.

La historia de la cura natural es tan antigua como el origen del hombre. Todos los seres vivos conocen y practican la curación natural por instinto. Un perro enfermo ayunará de forma automática; los gatos y otros animales saben lo importante que es tomar el sol. Entre las razas aborígenes había muy pocas enfermedades en comparación con las enfermedades encontradas en las sociedades civilizadas.

A través de su trabajo sobre el tema de la dieta, el Dr. Tilden (junto con pioneros dietéticos como Otto Carque, el Dr. Kellog, el Dr. Lindlahr, Bernarr MacFadden y Alfred McCann) consideraba que una alimentación incorrecta era una de las causas principales de enfermedad, y escribió varios libros y artículos que siguen teniendo mucha relevancia en la actualidad.

El Dr. Henry Lindlahr fue el primer médico naturópata que combinó su práctica con otros métodos que no utilizaban fármacos y que lo hizo de una forma sistemática y científica. En estos días, la escuela de cura natural no sólo cubre la filosofía y práctica básica original, sino que también incluye otros métodos terapéuticos que no utilizan fármacos.

El primer gran avance en la naturopatía se produjo a principios del siglo XIX, en Europa, con el trabajo pionero en hidroterapia de Vicent Priessnitz y del Padre Sebastian Kneipp. El Padre Kneipp, un bávaro, que también se dedicaba a andar descalzo por la hierba, se dice que curó muchos casos difíciles haciendo que sus pacientes se bañaran en agua fresca, en agua viva. Idealmente, se trataba de agua que discurría por arroyos de rápida corriente y que había sido irradiada por el sol. Se decía que esta agua absorbía «energía solar curativa». Sus curas de agua siguen dándose en Woerishofen, Baviera, (Alemania).

Después, tenemos a Louis Kuhne, quien aconsejaba el sol, baños de vapor, una dieta vegetariana y el pan integral. Heinrich Lahmann llegó para resaltar la importancia de las comidas sin sal y de no beber agua en las comidas, mientras que Antonine Bechamp propuso la teoría nueva de que era la afección patológica la que provocaba la presencia de bacterias y no al contrario. El Dr. Benedict Lust denominó su programa de salud «el curso de la naturaleza». Además de ser naturópata, también era Doctor en Medicina y osteópata. A principios de 1900, fundó centros de salud y luchó contra el «monopolio farmacéutico». Algunos lo consideraban el padre de la naturopatía estadounidense.

Uno de los primeros naturópatas estadounidenses fue el Dr. John H. Kellogg, de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Los adventistas son una secta fundamentalista protestante cuyos miembros siguen una dieta estrictamente vegetariana. No sólo rechazan la carne, sino también los estimulantes, incluidos los licores, vino, café, té y tabaco. En 1866, los adventistas fundaron el Instituto de Reforma de la Salud en Battle Creek, Michigan (Estados Unidos). Diez años después, Kellogg reformó el Instituto en lo que ahora se conoce como el Balneario de Battle Creek.

Durante muchos años, los adventistas, que dirigen varios hospitales e instituciones de salud, han estado en la vanguardia de la investigación alimentaria, sobre todo en el área del vegetarianismo.

Henry Lindlahr es recordado por su convicción de que la enfermedad no representa una invasión de las moléculas, sino la forma que tiene el cuerpo de curar algo. En otras palabras, él consideraba los síntomas como una respuesta patológica positiva, una prueba de que el organismo está corrigiendo aquello que está mal. Según esta teoría, la fiebre es una sana señal en la que no deberíamos interferir.

El siguiente naturópata después del Dr. Kellogg fue Bernarr MacFadden, el culturista físico que construyó un imperio editorial. (Su primera revista fue Physical Culture, creada en 1898). Aconsejaba ejercicio y verduras frescas.

LOS NATURÓPATAS DE HOY EN DÍA

Hoy en día, los naturópatas tienen licencia en siete Estados (Estados Unidos) para diagnosticar y tratar  cualquier enfermedad humana, así como para recetar el uso del aire, luz, calor, hierbas, nutrición, electroterapia, fisioterapia, masajes y cirugía menor. En la actualidad, uno puede obtener el título de Doctor en Naturopatía  en el National College de Medicina Naturópata en Seattle y en Emporia, Kansas, (Estados Unidos) o en el nuevo North American Naturopathic Institute en North Arlington, Nueva Jersey. (También hay una escuela en Montreal, Canadá). El plan de estudios de cuatro años abarca muchas asignaturas médicas convencionales —anatomía, bacteriología, urología, patología, fisiología, interpretación de radiografías, etc.— aunque también incluye botánica, hidroterapia, electroterapia y técnicas de masajes.

La filosofía básica de los naturópatas y la de los higienistas naturales/científicos de la vida son muy similares; pero difieren en que la Higiene Natural no ofrece curas ni terapias. La Ciencia de la Vida enseña que sólo el cuerpo puede curar y no aprueba el uso de hierbas, masajes, operaciones quirúrgicas ni de otras terapias que aconsejan muchos naturópatas.

No obstante, la naturopatía también sostiene que el organismo se cura por sí mismo, sin importar qué clase de enfermedad padezca, si se le da la oportunidad de purgarse de los materiales tóxicos que son la raíz de las enfermedades. Esto se consigue con un ayuno desintoxicador y con unas prácticas sanas de vida.

CRITERIOS NATUROPÁTICOS SOBRE LA SALUD Y LA ENFERMEDAD

El tratamiento naturopático está enfocado a eliminar los síntomas —sin importar sus distintas manifestaciones— a través de una limpieza total del cuerpo desde dentro hacia fuera. La naturopatía fomenta y utiliza las diferentes manifestaciones de los esfuerzos que hace el cuerpo para expulsar los desechos o materiales tóxicos no eliminados, denominados síntomas. La diarrea se considera un enema de la naturaleza, y los enemas se consideran una parte importante de la limpieza corporal. Esta es otra diferencia con la filosofía de la Ciencia de la Vida. Nosotros no aconsejamos el uso de enemas, porque son enervadores y normalmente provocan un debilitamiento de la pared muscular del colon debido a la musculatura tensada e independiente.

Los estornudos y la tos son reacciones reflejas del cuerpo ante materiales extraños o ante una irritación y se consideran incómodas, pero deseables. Los mocos o las erupciones son señales de que el cuerpo está deshaciéndose de los desechos. Puesto que la naturopatía permite que todos estos síntomas sigan su curso, al principio no es tan cómoda como los tratamientos médicos que proporcionan un alivio inmediato. No obstante, el curso de la naturaleza es directo y permanente si se interrumpen las causas.

Según la filosofía naturopática, el cuerpo no es un oponente con el que hay que luchar utilizando fármacos, sino que es un sistema vivo inteligente, de inmensa complejidad que, de forma automática, buscará lo mejor para él. Si le proporcionas las condiciones, tu cuerpo se curará a sí mismo automáticamente. Este es un principio fundamental de la cura natural. Se dice que todos los tratamientos naturopáticos están creados para ayudar al cuerpo, para darle la oportunidad de curarse a sí mismo. Sin embargo, la electroterapia, hidroterapia, las manipulaciones, etc., no son procesos naturales y, más que fomentar, interfieren en el proceso curativo.

Los naturópatas sostienen que el poder curativo de la naturaleza está detrás de cualquier curación, ya sea con la ayuda de terapias naturales o a pesar de las terapias médicas. Tu cuerpo se curará a sí mismo. De nuevo, esta es la primera regla de la cura natural.

Otro principio de la cura natural es, según el naturópata Dr. Andrew W. Saul, que todo malestar, toda enfermedad, todo trastorno son manifestaciones diferentes de una causa básica de enfermedad que se denomina toxemia sistémica. (Esto va en la línea de la doctrina de la Ciencia de la Vida.) La toxemia sistémica, según el Dr. Saul, significa «cuerpo contaminado». El factor subyacente, el origen común de la enfermedad, es un cuerpo lleno de desechos, sustancias químicas y venenos. Este cuerpo tóxico puede expresar sus quejas como ésta o aquella enfermedad, cada una  con su cuadro particular de síntomas según la predilección del organismo. Se trata de medidas desesperadas que toma el organismo para expulsar los desechos y toxinas acumulados, o para enfrentarse con una situación perjudicial. Un estado tóxico resulta de una forma incorrecta de vida, lo que incluye una alimentación incorrecta, ingerir fármacos o sustancias químicas, entre otras cosas. Durante un cierto periodo de tiempo, con frecuencia muchos años, la fuerza del cuerpo se va agotando y sus defensas naturales se debilitan hasta el punto de no ser capaz de curarse por sí mismo.

Cuando está intentando limpiarse a sí mismo, lo último que el organismo necesita es más contaminantes y sustancias químicas que añadir a la carga tóxica que ya tiene. Los naturópatas afirman que ellos ayudan al cuerpo en su limpieza y trabajo de reconstrucción con descanso, baños, terapias de vitaminas y minerales y con alimentos naturales y no procesados. Al principio, se utiliza un ayuno completo para poner al cuerpo en situación de poder limpiar toda su casa. La Ciencia de la Vida apoya la importancia del ayuno, del descanso y de una dieta adecuada. Sin embargo, la terapia vitamínica y mineral tienen un efecto farmacológico y, por tanto, son lamentables.

NEGACIÓN DE LA TEORÍA DE LOS GÉRMENES

Los naturópatas ven a los gérmenes como unos barrenderos que ayudan en la limpieza de los desechos. Al pensar esto, ellos están seguros de que la naturaleza cura y de que el propio cuerpo se encarga de eliminar la causa de la enfermedad. Si tu cuerpo está limpio y sano —dicen— los gérmenes son irrelevantes, puesto que la sensibilidad no existe. Los gérmenes no se consideran causa de enfermedad.

El tratamiento naturopático ofrece el siguiente enfoque: primero construye salud y la enfermedad disminuirá automáticamente. El Dr. Andrew Saul define la naturopatía como «un sistema de terapia en el que el paciente es tratado sin el uso de remedios médicos de ninguna clase, sino con una dieta correcta, ejercicios, baños, ayuno, masajes, etc.» El Dr. Saul afirma que el primer y más importante principio de la Cura Natural (naturopatía) es que todas las formas de enfermedad se deben a la misma causa, es decir, a la acumulación en el sistema de los desechos corporales no eliminados y de las toxinas ingeridas. El segundo principio de la Cura Natural —dice— es que el cuerpo siempre lucha por su bienestar, no importa lo mal que lo tratemos;  que todas las enfermedades agudas no son más que los primeros intentos que hace el propio cuerpo para deshacerse de las sustancias perjudiciales que interfieren en su correcto funcionamiento y que todas las enfermedades crónicas son, en realidad, el resultado de la continuación de las causas y de suprimir las enfermedades agudas con fármacos y terapias debilitadoras.

El tercer principio de la Cura Natural, según el Dr. Saul, es que el cuerpo posee en sí mismo el poder de recuperar su estado normal de bienestar, conocido como salud, siempre y cuando se empleen los métodos adecuados que le permitan hacerlo.

El naturópata británico, Harry Benjamin, escribe:

    «Los gérmenes toman parte en todos los fenómenos enfermizos porque estos son procesos que requieren la ruptura o desintegración de los desechos acumulados y de las sustancias tóxicas que están en el cuerpo y que el sistema está intentando eliminar. Pero, dar por hecho, como hacen los científicos médicos, que simplemente porque los gérmenes están presentes y activos en todos los procesos de descomposición conectados con toda la materia orgánica muerta, ellos son la causa de la muerte de la materia orgánica es algo que hay que cuestionar. Los gérmenes son parte del resultado de la enfermedad, no su causa. »

DEFENSA DE UN ESTILO DE VIDA SALUDABLE

El parecer de los naturópatas en todo el mundo es que nosotros somos el producto de nuestro estilo de vida y de alimentación; que todos nuestros malestares tienen causas básicas y que la forma de eliminar la enfermedad es establecer las condiciones de salud. La causa fundamental de la enfermedad no se puede achacar a los gérmenes, bacterias, al clima o ni siquiera a un tratamiento médico insatisfactorio. Debemos buscar la razón en nosotros mismos, donde radica la causa de enfermedad. Debemos buscar en nosotros mismos la respuesta al problema.

El pueblo hunza se alimenta básicamente de productos naturales y son un pueblo sano. Nosotros nos alimentamos básicamente de alimentos innaturales y no lo somos. La naturopatía afirma que una dieta de alimentos sanos y naturales es de la máxima importancia para conservar y mejorar la salud, y que una dieta prescrita científicamente es el método demostrado para curar la enfermedad. El objetivo de la Naturopatía incluye la completa investigación y utilización de todas las vitaminas y materiales de la Naturaleza para fomentar la salud. Ellos dicen que si tu alimentación y estilo de vida son realmente naturales, entonces, la enfermedad no formará parte de tu vida. La enfermedad no se genera en un cuerpo sano.

LOS REMEDIOS FLORARLES DE BACH Y LAS SALES CELULARES DE SCHUESSLER

Los remedios florales de Bach son utilizados por algunos naturópatas. El Dr. Edward Bach fue un médico y bacteriólogo inglés que dejó de ejercer para dedicarse a estudiar las supuestas propiedades curativas de las flores. Afirmaba que las flores contienen energías que, cuando se prepararan de forma adecuada, parecen curar la  enfermedad de un individuo a nivel del temperamento, actitud y disposición de dicho individuo. El Dr. Bach estaba convencido de que toda enfermedad tiene sus raíces en los estados alterados de la mente de una persona. Si alguien padece de infelicidad crónica, siempre está preocupado o constantemente asustado, entonces, estos estados generarán una enfermedad física. Según el Dr. Bach, al utilizar extracto diluido de flores, se cura el temperamento o la actitud y, en consecuencia, lo que sigue es la curación del organismo.

Hay 38 remedios florales, cada uno preparado metiendo las flores en agua de manantial y dejándolas que les dé la luz del sol unas cuantas horas. Después, la solución resultante se extraía con alcohol y se embotellaba. Para poder utilizarlo, el extracto se volvía a diluir con agua pura y se añadían algunas gotas a un vaso de agua; también, se podía tomar poniendo las gotas sobre la lengua o los labios. Esto es una reminiscencia en muchos aspectos de las prácticas homeopáticas.

Las sales celulares también son administradas por muchos naturópatas. En 1873, el bioquímico alemán Dr. William H. Schuessler reconoció y clasificó 12 sales celulares. Descubrió que existen ciertos minerales esenciales que el cuerpo necesita en todas sus células, en un equilibrio adecuado. Un desequilibrio o carencia de alguno de estos minerales puede generar la enfermedad de los tejidos que padezcan esa deficiencia. Afirma que al suministrar estos minerales a los tejidos, en un equilibro correcto, la enfermedad desaparece.

La mayoría de las sales celulares de Schuessler están en una potencia homeopática, que utiliza cantidades mínimas de una sustancia. Por regla general, los remedios de Schuessler tienen una potencia homeopática de «6x».

Las 12 sales celulares de Schuessler son las siguientes: fluoruro de calcio, fosfato cálcico, sulfato cálcico, fosfato férrico, cloruro potásico, fosfato potásico, sulfato potásico, fosfato magnésico, cloruro sódico, fosfato sódico, sulfato sódico y sílice.

Tanto los remedios florales como las sales celulares únicamente son beneficiosas en el sentido de que hacen relativamente poco daño cuando se toman en tales dosis homeopáticas y en que pueden dar un estímulo psicológico al paciente. Sin embargo, no pueden tener ningún poder curativo real. Su único potencial es dañino, ya que no intentan eliminar las causas —no reconocen las verdaderas causas—. Lo que es más, los minerales inorgánicos son, en sí mismos, tóxicos.

ILUSIONES Y DESILUSIONES

Muchos de los métodos de tratamiento que con frecuencia defendían los médicos durante el siglo XIX y anteriores son hoy en día considerados ineficaces y, de hecho, peligrosos. Pero los médicos de esa época insistían en prácticas tales como las sangrías, abrasiones,  purgas y en el uso de metales pesados porque ellos habían «presenciado» cómo los pacientes se «recuperaban» con esos tratamientos. Sin embargo, esto no era más que una ilusión. Si el paciente se recuperaba era a pesar del tratamiento y ciertamente no debido a él. Muchas personas murieron a causa de su tratamiento, pero los médicos no admitían que el propio tratamiento era la causa directa de la muerte, sino que se la atribuían a la enfermedad. No obstante, los escépticos pronto comenzaron a levantar objeciones y las teorías de las escuelas tradicionales comenzaron a derrumbarse. Los médicos cayeron víctimas de su desilusión. Sabios hombres de ciencia y personas respetadas de la comunidad ejercían bajo la ilusión de que estos tratamientos heroicos podían curar. De la ilusión nació en muchos la desilusión, por lo que se alzaron las voces de protesta y nuevas sectas de curación brotaron de la desesperación.

La urgencia de hacer nuevos descubrimientos junto con las ideas preconcebidas, la autosugestión y el deseo de hacer algo nuevo condujo a los hombres a derivar conclusiones de observaciones engañosas. Un ejemplo de esas observaciones engañosas puede estar en el supuesto poder curativo de las drogas homeopáticas, o de las sales del naturópata Schuessler o la manipulación de osteópatas y quiroprácticos. El buen sentido común nos dice que no hay ningún poder mágico en ninguna droga homeopática que pueda curar la artritis o eliminar los cálculos renales o cicatrizar una herida. Nosotros sabemos que sólo nuestro organismo puede hacer esto con los métodos que hemos descrito en unidades anteriores. Si observamos que una persona recupera la salud después de un tratamiento manipulador, no debemos ser muy rápidos para aceptar esta ilusión. Debemos investigar más profundamente en el historial de la enfermedad y en el método de tratamiento y en las condiciones que favorecieron la recuperación. Si primero el paciente dejó todos los fármacos médicos, adoptó una dieta más sana y satisfizo otros requisitos para la salud y después se le dio un tratamiento o sales celulares, no debemos pensar inmediatamente que el tratamiento o las sales celulares fueron la cura. El hecho de que las sales celulares homeopáticas fuesen mucho menos dañinas que los fármacos anteriores que tomaba y el hecho de que se proporcionaran las condiciones para la curación le da al organismo la oportunidad de curarse a sí mismo. Si tenemos esto en cuenta, la ilusión es obvia.

El daño aparece cuando las personas están tan convencidas de estas ilusiones que no buscan un enfoque más racional. Por tanto, debes luchar para convertirte en un pensador independiente. Debes empezar a poner en duda las curas que no te parezcan razonables y después buscar la verdad viendo las cosas desde la perspectiva racional de la Ciencia de la Vida.

Si la comunidad médica descubre que cierto fármaco es perjudicial y lo retira del mercado te dicen que no debes poner en duda la eficacia de todas las sustancias. Sin embargo, no debes dejar que te engañen. Puede que durante un tiempo te sientas mejor después de tomar una de estas sustancias que suprimen los síntomas, pero tu llamada cura es una desilusión. Tu cura no durará. Debes estar alerta ante estas decepciones e ilusiones.

La clave para reconocer estas ilusiones engañosas es la reeducación. Gracias a la constante búsqueda de la verdad llegaremos a la verdadera causa de la enfermedad y a partir de aquí podremos saber cómo conservar la salud.

Cualquier violación de una ley biológica, es decir, de la ley fisiológica, siempre provoca un daño para la salud. Esto incluiría cualquier violación contra la necesidad que tenemos de sueño, alimentos adecuados, aire, agua, luz del sol, ejercicios, etc. La capacidad del organismo para adaptarse es notable, pero la salud es una ilusión cuando intentas generarla con fármacos. En estas circunstancias, será inevitable que el organismo se agote y aparezcan las enfermedades crónicas.

La conducta humana está influida por factores ambientales que pueden ser psicológicos, sociales y también biológicos. Muchas clases de deficiencias mentales se consideran congénitas. Aunque esta diátesis puede ser heredada no tienen por qué desarrollarse necesariamente si al niño se le ofrecen todas las condiciones, tanto físicas como mentales, para la salud.

Las tendencias de salud mental y física que tiene un niño se implantan en sus genes en el momento de la concepción. Durante los siguientes nueve meses, el entorno del niño se limita al vientre de su madre. Aquí, el niño puede ser influido por distintos factores y es imprescindible que la salud y el estilo de vida de la madre sean correctos. No deberíamos engañarnos al pensar que no se puede hacer nada con las características heredadas, porque sí que se puede hacer. Pero se debe comenzar antes de la concepción y exige que ambos padres lleven una vida saludable.

El alcoholismo, las drogas, fármacos, radiografías, alimentos inadecuados, etc., todo esto afecta al feto. Sería un error descartar el papel que todos estos factores desempeñan en la salud mental y física. No debes dejar que la ilusión que provocan estos agentes influya sobre tu decisión para utilizarlos, sobre todo cuando la salud de un futuro ser humano depende de tu decisión.

Hoy en día es fácil dejarse engañar sobre la salud y el bienestar. Los medios de comunicación están inundados de campañas publicitarias sobre una multitud de agentes ladrones de salud, como el café, alcohol, tabaco y comida basura.

Nuestra arma contra esta información engañosa es la educación para poder aprender la verdad y evitar esas cosas que destruirán nuestra salud. Tu salud es tu posesión más valiosa. En el mundo de hoy, la salud es un producto que requiere un esfuerzo consciente para conservarlo, sin embargo, un estado de salud excelente está al alcance de todo ser humano siempre y cuando obedezca las «leyes de la vida».

PREGUNTAS SOBRE LA UNIDAD

PREGUNTA: ¿Cómo puedo eliminar el dolor de espalda si no me hacen un ajuste quiropráctico?

RESPUESTA:  En la mayoría de los casos, el dolor de espalda se debe a una acumulación tóxica. El modo de acción más racional sería ayunar y, de esta forma, liberar las energías que se necesitan para la desintoxicación y, después, continuar con una dieta higiénica. Cuando comiences a sentirte mejor, empieza un buen programa de ejercicios y tu espalda mejorará.

PREGUNTA: ¿Por qué algunos naturópatas utilizan hierbas, electroterapia, fisioterapia, masajes, vitaminas, minerales, etc.?

RESPUESTA:  Muchos naturópatas buscan vender curas, al igual que hacen los médicos convencionales. No se dan cuenta de que la llamada enfermedad es la cura y que se trata de la forma que tiene el cuerpo de eliminar las toxinas y comenzar el proceso de curación. Si se le deja en paz, la enfermedad se acabará por sí misma.

PREGUNTA: ¿Cómo explica el éxito de los homeópatas y la popularidad que tienen en la actualidad?

RESPUESTA:  Los homeópatas prescriben fármacos en unas cantidades tan pequeñas que el organismo puede eliminar estos venenos con mucha más facilidad que las grandes dosis que habitualmente prescriben los médicos convencionales. Por tanto, el cuerpo casi no se ve limitado en sus esfuerzos por curarse. De esta forma, sigue siendo el cuerpo el que cura y efectúa la curación, no ningún fármaco. Los homeópatas aún podrían tener más éxito si no recetaran ningún fármaco en absoluto y se dedicaran a eliminar las causas.

PREGUNTA: ¿Es la osteopatía similar a la práctica médica convencional?

RESPUESTA:  Las prácticas de los osteópatas de hoy en día son similares a las de los médicos convencionales. Los osteópatas prescriben fármacos y utilizan el resto de terapias de la escuela de medicina que domina en la actualidad. La principal diferencia es que los osteópatas también utilizan terapias de masajes y los médicos convencionales, no.

RESUMEN

La quiropráctica, osteopatía, homeopatía y naturopatía son escuelas de terapéuticos que surgieron en una época de la Historia en la que los médicos convencionales utilizaban terapias heroicas que eran causa directa de muerte e invalidez. Cada uno de los fundadores de estas nuevas escuelas buscaba un método mejor, y todos decían depender de los poderes curativos del cuerpo. Su filosofía básica es la misma en el aspecto que todos evitaban los fármacos (excepto los homeópatas, que utilizaban dosis mínimas) y confiaban en la naturaleza para realizar la curación.

Sin embargo, estas escuelas siguen buscando curas fuera del organismo humano. Por eso, utilizan masajes, fármacos homeopáticos y otras terapias para eliminar la enfermedad. Su éxito puede atribuirse al hecho de que sus terapias hacían mucho menos daño que las generalmente aceptada terapia heroica de aquellos tiempos o que la terapia farmacológica de la actualidad.

Si investigaras otras épocas de la Historia, comprobarías que la mayoría de los éxitos vinieron de la mano de aquellos primeros practicantes que eran los precursores de los higienistas de hoy en día. Ellos no ofrecían ni curas ni tratamientos y para ayudar al organismo en sus procesos remediadores utilizaban el ayuno, una dieta correcta, ejercicio, aire fresco, luz del sol, agua pura, etc.

 La solución para tener salud y recuperarla es realmente muy simple y estos primeros hombres conocían la fórmula. Te sugiero que leas los libros de R.T. Trall, Sylvester Graham, Robert Walters, Isaac Jennings, James C. Jackson y John Tilden y descubras la verdad tal y como la cuentan estos primeros higienistas.

BIBLIOGRAFÍA

Margery G. Blackie. The Patient, Not The Cure [El paciente, no la cura]. Santa Barbara, California: Woodbrigde Press Publishing Co., 1978.

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William G. Rothstein. American Physicians in the Nineteenth Century [Los médicos estadounidenses del siglo XIX] Baltimore and London: The Johns Hopkins University Press, 1972.

Andrew W. Saul, Doctor Yourself [Sé tu propio médico] Hamlin, New York: Ashwins Health Institute, 1981.

The World Book Encyclopedia, 1981, ed. S.v. «Osteopathy».

TEXTOS SUPLEMENTARIOS

¿QUÉ ES LA NATUROPATÍA?

Por el Dr. Herbert M. Shelton (De la revista Dr. Shelton’s Hygienic Review, junio de 1942.)

¿Se acabarán alguna vez los milagros? ¿Se agotará alguna vez la ingenuidad inventiva de los aficionados terapéuticos? ¿Llegará el día en el que los naturópatas «retornen a la naturaleza» y dejen de idolatrar falsos dioses?

Hace poco, dejaron en nuestro apartado de correos un panfleto de cuatro páginas. Nos lo enviaba la principal revista naturópata de los Estados Unidos. La primera página es un anuncio de la revista. En la página cuarta hay un anuncio de dos quiroprácticos de Missouri, y dice: «En esta consulta utilizamos los métodos naturales aprobados por los principales médicos del mundo que no utilizan fármacos.»

No es un secreto para los lectores de esta revista que los quiroprácticos ya no creen en la quiropráctica y que utilizan todo lo que el resto de las escuelas, erróneamente denominadas curativas, usan. Quizá no queden en todo el mundo más de tres escuelas de quiropráctica, aunque hay varias que siguen denominándose escuelas o colegios de quiropráctica. Todas las revistas quiroprácticas que nos llegan se dedican más a la fisioterapia, a la terapia endocrina y a la dieta que a la quiropráctica.

Es una pena que cuando los quiroprácticos abandonaron la quiropráctica no siguieran buscando algo mejor en vez de ir a peor y seguir las tendencias comerciales de moda.

Pero mi propósito no es escribir este artículo en beneficio de la profesión quiropráctica. Yo quiero comentar la ingenuidad inventiva de los naturópatas. La naturopatía, según la definen sus líderes y escuelas, la practican, con un nombre u otro, casi todos aquellos que no utilizan fármacos. El 95% de los quiroprácticos practica la naturopatía. Esto nos recuerda que D.D. Palmer, el supuesto descubridor de la quiropráctica, fue miembro de por vida de la Asociación Naturópata de Estados Unidos; también que, aquí en Tejas, un gran grupo de quiroprácticos ha fundado una Asociación Naturópata y están intentando que les concedan la licencia como naturópatas.

En la página tres, que fue la que inspiró este artículo, hay un anuncio de un «Especialista en construir salud y corrector de pies: naturópata graduado, masajista y fisioterapeuta» de Iowa (Estados Unidos). Ofrece a las personas de la ciudad natal de B.J. Palmer las siguientes curas:

Un servicio de salud totalmente libre de fármacos.

Masajes y movimientos suecos.

Baños de vapor e hidroterapia.

Rayos ultravioleta e infrarrojos.

Radioterapia de onda corta.

Correcciones de pies deformados.

Notas personalizadas sobre construcción de salud y podología.

Por tanto, si alguien muere en Davenport será porque quiere. Está claro que este hombre tienen suficiente maquinaria como para pulsar un botón eléctrico, darle a un interruptor o utilizar sus manos y hacer que todo el mundo esté bien.

¿Por qué tantos naturópatas y quiroprácticos siguen anunciándose como podólogos correctores? ¿Acaso no saben que el Dr. Locke está muerto y que su falsa cura murió antes que él? ¿Por qué no intentan retorcer las orejas por un rato? Yo garantizo que retorcer las orejas curará tantas enfermedades como retorcer los pies.

Al volver a la página dos del folleto veo un anuncio de «Médico naturópata de Topeka (Kansas)». Aunque él no utiliza «ni fármacos ni sueros ni cirugía», ahora «aplica el OXÍGENO OCTOZONO, el nuevo tratamiento en Europa.»

«El octozono es una forma activa de oxígeno puro —un elemento natural del aire descubierto por Eugene Royer, el físico francés—. Se trata de un potente agente germicida y desintoxicador que carga los glóbulos rojos de oxígeno, revitaliza las células y los tejidos y produce energía a través de un fuerte oxidación. La función del oxígeno en la sangre es convertir los alimentos en energía. Estas propiedades hacen del octozono un tratamiento eficaz para una gran variedad de afecciones y en muchos casos proporciona un beneficio imposible de obtener con otros métodos.»

Artritis, neuritis, sinusitis, colitis, esclerosis, sordera catarral, infecciones pélvicas y otros problemas de origen infeccioso ha respondido a este tratamiento y, en algunos casos, han sido sorprendentemente rápidos.[1]

«Cualquier persona enferma y desanimada debería investigar el SISTEMA DE CONSTRUCCIÓN DE SALUD del Dr. …………, quien, además del octozono, incluye otros métodos aceptables[1], naturales y sin fármacos, como diatermia de onda corta, rayos ultravioleta con cuarzo frío, ondas eléctricas específicas, galvanismo, irrigaciones del colon, alimentos naturales, terapias de masajes y notas personalizadas sobre construcción de salud.»

Seguro que esta combinación de máquinas y el uso de las manos, curará casi, si no todas, las enfermedades de Topeka y de los alrededores.

Hay muchos naturópatas del país que denuncian estos métodos de taller de máquinas y declaran que no tienen lugar en la naturopatía. Hay muchos naturópatas que ridiculizan a estos médicos pulsadores de botones y se niegan a reconocerlos como naturópatas. Pero, ¿cómo podemos nosotros determinar qué métodos son naturopáticos y cuáles son los verdaderos naturópatas?

El fundador de la naturopatía la define como «una organizada curación sin fármacos». Los métodos que hemos descrito antes son un caos y no parecen estar muy bien organizados, pero no utilizan fármacos. Puesto que las escuelas naturopáticas (las pocas que quedan) enseñan estos métodos, cientos de naturópatas los utilizan y las revistas naturopáticas escriben artículos sobre ellos y publican anuncios aconsejándoselos tanto al naturópata como al paciente. Creo que podemos estar seguros cuando afirmamos que los nuevos naturópatas (la neonaturopatía) son operadores de un taller de máquinas.

Pienso que ahora que tenemos máquinas que nos ofrecen «una forma activa de oxígeno puro» ya no necesitaremos los pulmones y los músculos respiratorios. Podemos prescindir de respirar y dejar que la máquina cargue los glóbulos rojos con oxígeno, lo que, aunque parezca sorprendente, nos dicen que es un «elemento natural del aire».

Pero ahora que tenemos el octozono y las máquinas de octozono, ¿qué vamos a hacer con nuestro viejo amigo el ozono y los generadores de ozono? ¿Qué será del terpezono y de las cámaras de terpezono? Seguramente se nos partirá el corazón cuando tengamos que descartar a estos viejos amigos por uno nuevo.

A menudo me preguntó cuál será la sensación de un paciente cuando la primera vez que entra en la consulta de un naturópata ve un montón de artilugios diseñados para fabricar salud. Oye el ruido de los motores y el zumbido de las máquinas; ve las luces de colores cuando estas deslumbran por aquí y allá y huele el ozono, terpezono, octozono y otras sustancias. Cuando mira en las estanterías ve cajas y botellas de distinto tamaño, con bonitas etiquetas y envueltas en celofán, y que contienen vitaminas, alimentos concentrados, extractos glandulares, laxantes y distintos remedios herbales.

Cuando empieza a desnudarse para los ceremoniales a los que está a punto de someterse, deben pensar, con crédulo respeto: «Ahora sí que he encontrado al médico adecuado. Está claro que este hombre tiene la suficiente maquinaria para fabricar toda la salud que necesito.»

Algunos de los mejores y mayores equipos de estos talleres de maquinaria se fabrican en masa. La salud se ha convertido en una cadena de fabricación, como los automóviles. Ellos anuncian que tratan a trescientos pacientes al día —«cada paciente recibe mi atención personal»—.

Puede que esto divierta a mis lectores, o puede que les moleste. Pueden reaccionar de distinta forma, pero es algo curioso que todos estos médicos pulsadores de botones insistan en que sus tratamientos con artilugios son naturales y que ellos están practicando la cura natural. Incluso sus pastillas de vitaminas (tan a menudo denominadas vitaminas sintéticas) y sus alimentos concentrados son alimentos naturales. Su razonamiento es tan artificial como sus métodos: la era de la maquinaria ha invadido sus débiles mentes.

Si la naturopatía no cambiara tanto, con tanta frecuencia y rapidez, quizá podríamos averiguar de qué va, pero los cambios tan rápidos de su calidoscopio desafían cualquier definición.

HIGIENE VS. CURACIONES

Por el Dr. Herbert M. Shelton (de la revista Dr. Shelton’s Hygienic Review, agosto de 1965)

El diccionario médico define el término cura como «el desarrollo del tratamiento de cualquier enfermedad, o de un caso específico. El tratamiento eficaz de una enfermedad o herida. Un sistema de tratar la enfermedad. Un medicamento eficaz al tratar la enfermedad.» De esta forma cambian los significados de las palabras. Del latín cura, sinónimo de la palabra cuidado, este término se refería en su origen al cuidado del individuo sano, después al cuidado del enfermo; ahora se define como un método o medio de tratar la enfermedad o como un medicamento eficaz al tratar la enfermedad. Una vez también significó la restitución de la salud en un organismo que hacía poco que había enfermado, pero incluso entonces, tanto en su aceptación común como profesional, se refería a los medios por los cuales se suponía que esto se lograba.

Se decía que un fármaco era una cura para la tos o una cura para el estreñimiento, o para alguna otra enfermedad. La definición actual de «un medicamento eficaz en el tratamiento de la enfermedad» es ambigua, puesto que no define en qué consiste la eficacia del medicamento. Pocos medicamentos eficaces de la medicina hacen algo más que proporcionar una fugaz y dudosa paliación. Siendo esto así, difícilmente se puede decir que el enfermo se ha curado, por muy perfecta que sea la recuperación, sin el empleo de algún fármaco o tratamiento. La cura se efectúa con un elemento extraño o externo.

En enfermo es tratado igual que se le viste, se le medica (droga) y se le alimenta, con la total seguridad de que, en cualquier caso, se le está poniendo en forma y preparándolo para nuevos servicios. De aquí, de que la cura se refiera a recursos externos y no internos. Llámalo medicina o desarrollo del tratamiento, la cura es el trabajo de algo que reside fuera del organismo, no el resultado del propio trabajo de curación del cuerpo.

Sólo los seres vivos son sometidos a los esfuerzos curativos de aquellos que dicen ser capaces de curar; los resultados relativamente diferentes que se atribuyen a las fuerzas vitales, orgánicas o recuperativas y la parte que juega el tratamiento la que sirve como base a las diferentes opiniones de los que se dedican al tema. Parece que la mayoría de los miembros de las distintas escuelas de curación creen que la enfermedad es algo destructivo que, de forma inevitable, consumará su malvado trabajo a menos que se oponga algún poder que la contrarreste y neutralice —siendo las fuerzas de vida poco más que meros espectadores en las bandas— hasta que se venza la enfermedad, aceptando la victoria conseguida en su nombre, o el paciente muera. Entre estos practicantes hay algunos (relativamente pocos) que le dan alguna confianza a los procesos vitales, siempre y cuando estas fuerzas sean estimuladas o incitadas por métodos capaces de impulsar sus acciones defensivas.

Fuera de las escuelas de curación, hay aquellos que no dependen de ningún otro método que no sea el de la recuperación y reconstrucción orgánica, o de los procesos y métodos totalmente eficaces que se producen en los cambios vitales u orgánicos durante un estado saludable. Estos afirman que la curación es un proceso biológico, una actividad de la vida como puede ser la nutrición, respiración, excreción, etc., y que no requiere alicientes para que actúe.

Todas las muchas escuelas de curación que existían en el pasado y que existen ahora, con todas sus muchas y opuestas teorías y sus muchas prácticas conflictivas, han existido y actuado bajo la suposición de que todos los finales deseables de los casos de enfermedad los produce el tratamiento médico. Muy poca confianza se ha depositado en las capacidades vitales intrínsecas. La gran cuestión de la investigación y acción médica siempre ha consistido en saber qué cualidades debe tener un medicamento, qué cantidades administrar y durante cuánto tiempo, para que sea eficaz.

Es obvio que se han cometido montones de errores en toda esta práctica teórica y empírica. Las escuelas de medicina y los métodos de tratamiento han ido cayendo en el olvido en una melancólica sucesión, dejando pocas huellas de su existencia. Se ha dado por hecho que lo que denominamos síntomas de enfermedad son evidencias necesarias e invariables de un proceso destructivo; que una gran variedad de sustancias que se saben que son perjudiciales para la salud, no obstante, también son antagónicas de la enfermedad; que en ocasiones especiales estas sustancias pueden constituir unos métodos vivificadores especiales, diferentes de aquellos que suelen ser necesarios, provocando en estructuras específicas actos curativos que difieren de los procesos nutritivos y reproductivos ordinarios.

El Doctor en Medicina, George H. Taylor, escribió, en noviembre de 1954, que la escuela higiénica o fisiológica «intenta demostrar que estas suposiciones se deben aceptar, si cabe, con muchas reservas y que el presente estado de la ciencia no las garantiza o las repudia por completo.» En esta ocasión, también señaló que la escuela higiénica «intenta guiar a aquellos susceptibles de padecer enfermedades hacia un verdadero conocimiento de sí mismos y de las causas probables de sus miserias físicas —y encuentran redención— en la disciplina y corrección de los hábitos funcionales incorrectos o perversos.»

El doctor Taylor dijo que la escuela higiénica renuncia por completo a las prácticas empíricas o experimentales de las escuelas de curación y que se niega a admitir, como indignas de confianza, las ambiguas evidencias a favor de esta clase de prácticas. Al admitir que, incluso con los mismos datos sobre los que razonar, habría diferencia de opiniones, él afirma que «la vida y sus fenómenos invariables, y no la medicina y sus métodos, deberían conformar el verdadero campo de investigación». De un estudio de esta clase se puede conseguir el conocimiento de cómo se comporta el organismo ante diferentes circunstancias, aprender lo que la vida normal hace, cómo actuará bajo las presiones y coacciones y cuáles son las condiciones adecuadas para que supere las causas de la enfermedad.

Como el Dr. Taylor señaló en esta ocasión, nunca podemos ponderar o medir el principio vital; no obstante podemos observar las circunstancias que acompañan sus operaciones, sus actividades, sus estados invariables, sus leyes, lo que hace. Añadió que el conocimiento que obtengamos de esto debe basar nuestras acciones relacionadas a ese principio vital, tanto en la salud como en la enfermedad. Todo esto simplemente significa que, sea cual sea la naturaleza esencial de la vida, nuestro comportamiento hacia el pueblo, ya esté sano o enfermo, debe ser, si no queremos que sea perjudicial, consonante con la fisiología humana.

Un organismo vivo crece, reproduce y multiplica sus partes y, por esta repetición, se prolonga a sí mismo. Para hacer esto, selecciona de su entorno esos materiales que tienen la capacidad de formar parte de su propia estructura y rechaza el resto de las sustancias. Estas son condiciones necesarias para el mantenimiento de su integridad vital. En el organismo unicelular, en las complejas plantas o animales, allí donde veamos vida, la selección y apropiación de alimentos, asimilación y crecimiento, así como el rechazo son acciones constantes, y la energía de estas acciones debe generar una relación constante entre ellas, porque el organismo vivo busca su propio bienestar en todos los actos.

Puesto que la constitución de la unidad viva es uniforme e invariable, necesariamente se deduce que todas las sustancias externas deben ser de tres clases, a saber:

1: Materiales que son idénticos o susceptibles de transformarse en la misma materia de la que está formada la estructura viva y se relacionan con el organismo como nutrientes.

2: Sustancias que se pueden describir como indiferentes, que no sufren ningún cambio al entrar en contacto con el organismo, pero que pueden servir como medio necesario, por ejemplo, el agua.

3: Sustancias que no pueden transformarse en sustancia celular, pero cuya relación con la estructura vital es antagónica, con distintos grados de intensidad, y destructiva para la integridad del organismo vital: se clasifican como veneno.

Podemos pensar con razón que el agua pertenece, en esencia, a la primera clasificación, puesto que es esencial para todas las acciones vitales y para la síntesis vital. Considerando de esta forma el asunto, entonces, todas las sustancias con las que el organismo entra en contacto son o bien materiales alimentarios o venenos. La clase que nosotros denominamos venenos es muy numerosa y se compone de varias divisiones. De hecho, esta clase es casi tan variada como el número de elementos y componentes químicos, después de haber extraído los nutrientes.

Cuando sustancias no utilizables entran en contacto con las células, deben ser resistidas, rechazadas y eliminadas. Las acciones por las que estos venenos son resistidos y expulsados se han confundido durante mucho tiempo por acciones de los venenos. Un hecho real es que las denominadas acciones de los fármacos (venenos) son acciones del organismo. Estas acciones no son más que fases de las primeras actividades que lleva a cabo el organismo para rechazar y expulsar los materiales de los que no puede apropiarse para formar estructuras vivas.

Los organismos animales están formados de partes y cada una de estas partes se compone de elementos menores, cada uno de los cuales tienen una existencia casi independiente y ejercita sus propios y peculiares poderes de acción. Pueden tener sus afecciones particulares, de aquí que la aplicación de sustancias ajenas al organismo general, a través de la circulación, provoque efectos locales en armonía con las características de las partes afectadas. Estos efectos son alteraciones de las funciones normales de las distintas partes, lo que tiende a dañar y degradar, y no a mejorar las funciones locales.

Todo esto resulta inevitablemente de la invariabilidad que caracteriza tanto la constitución de los seres vivos como la de las cosas inertes. Los mismos elementos constitutivos y los mismos estados de cálido, calor, actividad, etc., se utilizan en la composición de cada individuo de cada especie, ya sea producido o reproducido; rigen las mismas leyes que se han observado que gobiernan a otros individuos. En toda evolución de un organismo y de sus actividades, los efectos cambian cuando cambian las condiciones, pero las leyes que rigen estas operaciones nunca varían.

Debido a esta  invariabilidad, todo intento de imponer materiales o condiciones sobre el organismo diferentes a aquellos que normal y naturalmente pertenecen a él encuentra una resistencia determinada, y sólo pueden provocar un desgaste de los elementos que lo forman y de las energías actuantes. De esta forma, se retrasa, e incluso se impide, el desarrollo constante y ordenado de los elementos con los que se conectan las fuerzas de la vida, y de los que dependen sus funciones y actividades.

La extensa página de la naturaleza, en su infinita diversidad, no es más que una confirmación de estos principios. La organización, ya la consideremos como algo aparte de la química habitual y de los elementos y fuerzas físicas o una aplicación especial de las fuerzas físicas y químicas, no está menos sujeta a principios fijos y leyes invariables. Su casi infinita variedad de manifestaciones son expresiones de los valores que tienen las fuerzas inherentes a los organismos individuales en condiciones especiales. La propia materia no sufre ningún cambio en sus características intrínsecas.

Toda la importancia que se le da al intento de controlar la salud y la recuperación con el uso de fármacos surge de la incapacidad de reconocer los mencionados principios. Surgen de una concepción errónea de la naturaleza esencial de las acciones que la administración de fármacos ocasiona en el organismo vivo. La propia liberalidad de los dones constitucionales del hombre hace posible el gran número y variedad de acciones que se confunden con las acciones de los remedios.

Si observamos la naturaleza del hombre y sus capacidades constitucionales, debería ser evidente que los cambios en su salud, así como la multitud de síntomas que aparecen, surgen de la complejidad de su estructura y funciones, al igual que las muchas acciones que se han confundido con acciones de los fármacos. Es el organismo humano, y no las simples sustancias químicas inertes, las que son capaces de una variedad tal de patrones de comportamiento. Consideradas correctamente, estas muchas capacidades de acción son evidencias de la superioridad del hombre, no de sus defectos.

El Dr. Taylor pensaba que «el máximo alcance de poder exige que se le dé la máxima libertad para que se ejercite» y, en esta conexión, señaló que los propósitos de la existencia inteligente del hombre «no podrían lograrse si se le limita a un punto fijo de temperatura, o localidad, y a la consecuente subsistencia uniforme.» Para satisfacer las exigencias de su intelecto, el hombre requiere un organismo muy complejo y flexible. El organismo humano es capaz de acomodarse a una gran variedad de circunstancias y, al hacerlo, utilizar una gran variedad de medios y métodos de ajuste y adaptación.

El hombre posee órganos y sistemas de órganos que, cuando funcionan de forma normal, actúan recíprocamente para secretar y excretar, adoptar y excluir, con el fin de que se mantenga el equilibrio fisiológico. Con estos maravillosos métodos de ajuste bajo su control, el hombre no desarrolla enfermedades mientras que sus necesidades (suministros) se satisfagan y los desechos se eliminen. Sólo cuando los poderes de funcionamiento se han reducido de tal forma que los desechos no se eliminan por completo, cuando la nutrición es mala, cuando el proceso de secreción se paraliza y los procesos vitales se dañan, es entonces cuando enferma, es decir, cuando su cuerpo se embarca en una acción de liberación y recuperación de emergencia.

Si excluimos esas enfermedades que resultan de la intoxicación por fármacos o similares sustancias tóxicas, ingeridas desde el exterior, la enfermedad es el resultado de daños o imperfecciones de las funciones del cuerpo: alteraciones que permiten que se acumulen las toxinas generadas endógenamente, la imperfección del funcionamiento que surge del poder funcional reducido (enervación)  y que, a su vez, resulta en la disipación de las energías de vida. Es decir, la enfermedad es autogenerada. No se trata de un ataque sobre el cuerpo de un enemigo exterior, sino la consecuencia de violar las condiciones de una existencia saludable.

Puesto que los principios y condiciones, tanto de las acciones vitales como de las químicas, son fijas y no cambian porque el organismo esté enfermo, se hace evidente que la enfermedad médica inducida profesionalmente no posee la inteligencia ni el poder para devolver la salud. La recuperación nunca es el resultado de los denominados medicamentos, sino que siempre resulta de la operación de las fuerzas orgánicas y de las condiciones que habitualmente mantienen la salud. La salud debe recuperarse, al igual que conservarse, adaptándose a las condiciones saludables establecidas por la naturaleza.

Esto se enfrenta con la afirmación de que tras la administración de fármacos aparecen efectos positivos. Incluso nos asegurarán que los fármacos pueden, y a menudo lo hacen, salvar vidas. Se recurrirá a los datos de la experiencia para apoyar esta posición. Se mostraran historiales y  datos como evidencia. Esta evidencia no tiene en cuenta los poderes y actividades de curación que posee el propio organismo y, al mismo tiempo, asume que el efecto del fármaco es adicional al de la actividad curativa del cuerpo enfermo. Cierto, hay una acción adicional: la actividad necesaria para resistir y expulsar el fármaco. Las acciones vitales son alteradas, no ayudadas.

Cualquier beneficio para la salud debe proceder bien de los procesos fisiológicos ordinarios o bien de alguna modificación temporal, incluso drástica, de esos procesos para controlar situaciones especiales, y estos procesos sólo pueden funcionar con las cosas normales de vida: alimentos en vez de venenos, descanso en vez de estimulación, sueño en vez de narcosis, aire en vez de inhalar fármacos, temperatura cálida en vez de cataplasmas de mostaza, etc.

Aquellas sustancias de las que la estructura viva no puede apropiarse y utilizar, sino que en un estado de salud debe rechazar, son igualmente no utilizables y deben eliminarse en un estado de enfermedad cuando los poderes de vida disminuyen.

Los fármacos sólo pueden provocar daños y disminuir los poderes vitales. Por desgracia, los fármacos provocan la división de las funciones y de los procesos de los que el propio cuerpo depende para purgarse y curarse. Esto puede debilitar tanto el cuerpo que tenga que suspender todos sus esfuerzos curativos: desaparecen los síntomas.

Por último, debemos observar que al tratar al enfermo con fármacos no aprendemos ninguna lección, no se impone ninguna disciplina y no se establece ninguna condición que sea de algún valor en la salud o en un posterior estado de enfermedad. El intelecto del paciente se queda en blanco, su cuerpo una escena de devastación. El paciente no sabe por qué estuvo enfermo, ni cómo se ha recuperado y no sabe cómo evitar volver a ponerse enfermo.

EJERCICIOS

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Según la filosofía de los quiroprácticos, el común denominador de vida o salud es una  buena …………………..

Una ………………….. es un estado de una vértebra que no está en posición correcta con la vértebra superior, inferior o ambas.

……………………….. es el fundador de la homeopatía.

La medicina …………………… es un sistema de práctica médica que enfatiza la importancia de los músculos y huesos del cuerpo y de los tendones y ligamentos conectivos.

La primera regla de la …………………… es que el cuerpo se cura a sí mismo.

…………………… es el fundador de la escuela de medicina quiropráctica.

…………………… significa en su origen «malestar, incomodidad o alteración».

Todas las partes del cuerpo deben funcionar juntas para darte ………….. física.

El sistema principal de organización es el sistema ………………………

Los homeópatas prescriben drogas en dosis …………………….

Verdadero o falso

Los homeópatas no enseñan los requisitos de salud.

Los homeópatas reconocen que las dosis mínimas son mejores que los métodos agresivos para tratar al enfermo.

Andrew Taylor Still fue el fundador de la osteopatía.

En sus primeros años, los osteópatas dependían mucho de los fármacos.

Los osteópatas sostienen que el sistema musculoesquelético establece relaciones importantes con el resto de los sistemas orgánicos.

El Dr. Tilden consideraba que una alimentación incorrecta era una de las principales causas de enfermedad.

Los médicos naturópatas utilizan los enemas como parte importante de su terapia.

Los remedios florales de Bach y las sales celulares de Schuessler pueden curar muchas enfermedades cuando se ingieren en dosis homeopáticas.

Cualquier violación de la ley biológica siempre resulta en un daño para la salud.

El Dr. Palmer creía que cualquier interferencia en el impulso nervioso era la causa de enfermedad.

Respuestas cortas

¿Cuál es la base de la homeopatía?

¿Por qué Hahnemann se refería a los médicos convencionales como escuela alopática?

En sus primeros años, ¿en qué consistía la práctica médica osteopática?

¿Cuál es la diferencia básica entre los naturópatas y los higienistas naturales?

Define la quiropráctica.

Define la homeopatía.

Define la osteopatía.

¿Qué es la hidroterapia?

RESPUESTAS A LOS EJERCICIOS

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organización

subluxación

Dr. Samuel Hahnemann

Osteopática

Naturopatía

El Dr. D.D. Palmer

Enfermedad

Salud.

Nervioso.

Mínimas.

Verdadero o falso

Falso

Verdadero

Verdadero

Falso

Verdadero

Verdadero

Verdadero

Falso

Verdadero

Verdadero

Respuestas cortas

El mejor fármaco que se puede administrar al enfermo es el mismo fármaco que produce los mismos síntomas en una persona sana.

Porque utilizan remedios cuya acción es opuesta a los síntomas causados por la enfermedad.

En los primeros años, la práctica de la medicina osteopática consistía en:

Un reconocimiento físico.

Masajes específicos.

Adopción de medidas higiénicas.

La Higiene Natural no ofrece ni curas ni terapias.

Un sistema de tratamiento de masajes que enseña que todas las enfermedades están causadas por compresión de los nervios de la columna vertebral y que se pueden corregir con ajustes de la columna.

Una escuela de medicina fundada por el Dr. Samuel Hahnemann que asume que los medicamentos que curan la enfermedad producen síntomas similares en la persona sana. Los fármacos se administran en dosis mínimas.

Una escuela de medicina que se basa en la teoría de que el cuerpo es un organismo mecánico vital cuya estructura e integridad funcional están coordinadas y que la perversión de cualquiera de ellas produce la enfermedad. Aunque su método terapéutico consiste principalmente en la corrección a través de masajes, su nombre indica que el esqueleto del cuerpo determina en gran parte la relación estructural de los tejidos.

Aplicación de agua en el tratamiento de la enfermedad.

* No queda claro si es el malestar o el tratamiento lo que ha sido «sorprendentemente rápido». N. del autor.

* ¿Aceptables para quién? Nota del autor.

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