Lección 092 – Planificando la transición a una vida mejor

UNIDAD 92: PLANEAR LA TRANSICIÓN PARA UNA VIDA MEJOR

TEMA: La media de los clientes necesita un periodo de reeducación transitoria antes de que puedan aceptar, filosófica e intelectualmente, el concepto de las ventajas que ofrece la vida higiénica comparadas con su anterior estilo de vida.

INSTRUCTORES: Elizabeth & Robert McCarter

•   Objetivos de la unidad

•   Conceptos claves

•   Puntos principales

•   Índice de la unidad

•   Introducción

•   Preguntas sobre la unidad

•   Resumen

•   Textos suplementarios

•   Ejercicios

•   Respuestas a los ejercicios.

OBJETIVOS DE LA UNIDAD

El objetivo de esta unidad es explicar varias técnicas, conceptos y métodos que pueden utilizarse para ayudar a los clientes a través de lo que algunas veces puede ser un periodo difícil de reajuste a los múltiples cambios en la alimentación y en el estilo de vida. Algunos de estos cambios pueden ser difíciles tanto desde el punto de vista emocional como físico.

CONCEPTOS CLAVES

1)    Una vida mejor abarca todos los aspectos del proceso vital y promete mejoras físicas, mentales y bienestar espiritual.

2)    El cliente necesita ayuda para concienciarse muy bien de la corrección de la vida higiénica antes de que podamos esperar que la acepte en todos sus particulares.

3)    Hay seis pasos transitorios que los clientes deben incorporar en su pensamiento si es que la perfección es su meta.

4)    El deseo de un mejor estado de salud debe venir acompañado de una acción programada.

5)    Se debe ayudar al cliente a que entienda que la curación requiere tiempo.

6)    Al cliente se le debe enseñar que las partes dañadas y que funcionan mal no se pueden reparar todas al mismo tiempo y de repente; y que, en algunos casos, puede que no sea posible una reparación completa.

7)    Durante el periodo de transición se les debe enseñar a los clientes la forma de incorporar todos los requisitos biodinámicos de la vida y del ser vivo en lo que para ellos puede ser una forma totalmente desconocida de vivir y comer.

8)    Durante el periodo de transición, la reeducación y formación —reprogramación, si lo prefiere— de todos los clientes debe ser enfocada de forma individual para satisfacer sus necesidades específicas, siendo éstas diferentes de un individuo a otro.

9)    Al igual que unos zapatos se deben adaptar a los pies del individuo, de igual forma se deben enfocar las necesidades que tiene cada cliente en particular durante el periodo de transición; el ritmo del progreso estará determinado por la aceptación que cada individuo muestre ante los pasos específicos establecidos en un programa de reorientación.

10)   Los buenos consejeros se armarán con herramientas educativas en forma de material de estudio, gráficos, etc., para ayudar a sus clientes a que acepten la Higiene Natural como la mejor forma de vida; en realidad, como el único camino posible para conseguir una vida mejor para ellos y para aquellos a los que aman.

PUNTOS PRINCIPALES

1)    No se gana nada posponiendo la adopción de los principios higiénicos.

2)    Aunque lo anterior es generalmente aceptado por los higienistas como un hecho es, sin embargo, posible y, en algunos casos, incluso deseable, hacer la transición utilizando el método de «pasos de bebé».

3)    La gente joven, en igualdad de circunstancias, necesita menos ajustes emocionales para adaptarse a un nuevo y mejor estilo de vida, aunque no siempre es así.

4)    Es más probable que el consejero encuentre una mejor aceptación por parte del cliente cuando los pasos hacia un mejor estilo de vida están planificados y después se van modificando según lo requiera las necesidades de ese cliente determinado que si simplemente se dedica a improvisar.

5)    La transición desde un pobre estilo de vida a uno pensado para llevarnos una vida mejor no debería hacerla una persona sin ayuda, sino que debería llevarla a cabo en una secuencia ordenada de cambios programados y con la ayuda de un higienista competente.

ÍNDICE

I.    EL CLIENTE TÍPICO

A.    Caso de estudio: Fred

1.    Nuestro primer movimiento

I.    LA NORMA ES UN ESTADO EXCELENTE DE SALUD

II.   PRESENTAR LA CONEXIÓN CON LA TOXEMIA

A.    Es aconsejable hacer una primera introducción

B.    Explicar al cliente la forma en la que él se relaciona con las sietes fases de una patología.

C.    Crear expectativas razonables

D.    Tres gráficos ilustrativos para utilizar en la práctica.

E.    Insistir

I.    UNA DEMOSTRACIÓN PRÁCTICA DEL PROCEDIMIENTO

A.    Volvemos al caso de Fred.

1.    Tres días después.

2.    Una semana después.

3.    Segunda semana

4.    La cuarta consulta

5.    ¿Qué se ha logrado en estas cuatro semanas?

A.    Gráfico: cómo se genera la enfermedad: el árbol de la vida.

B.    Síntomas

C.    Niveles de tolerancia.

D.    Cinco gráficos ilustrativos para utilizar.

I.    HORA DE TOMAR UNA DECISIÓN

A.    El poder del pasado

B.    ¿Qué va mal con la ciencia médica?

I.    LOS SEIS PASOS HACIA LA PERFECCIÓN

A.    El problema

1.    Gráfico: el plan maestro

A.    El plan

1.    El informe del cliente

2.    La historia de Bess

A.    Prioridades

B.    Actuación

1.    La goma elástica

A.    Paciencia

B.    Perseverancia

I.    LA NECESIDAD Y EL RETO

PLANEAR LA TRANSICIÓN HACIA UNA VIDA MEJOR.

De Elizabeth & Robert McCarter

I.    EL CLIENTE TÍPICO

Lo más probable es que el cliente típico que consulta con un consejero higienista ya haya recurrido a varias terapias y se haya atiborrado de distintas sustancias químicas, sustancias que pueden ir desde los fármacos recetados por el médico a los brebajes de farmacia, vitaminas, hierbas y una gran variedad de suplementos de distinta clase. Muchos también habrán buscado un alivio mágico de sus muchos problemas recurriendo a consejeros de diversas disciplinas. Casi sin excepción, carecerán de esperanza y buscarán, como último recurso, la ayuda del higienista sin tener ninguna fe en que esta vez tendrán éxito en su búsqueda, en que encontrarán una cura para aquello que los molesta.

Será muy raro que nos encontremos con clientes que se den cuenta de que, mientras exista suficiente fuerza vital para activar el esfuerzo, el viejo sueño de conseguir un mejor estado de salud puede convertirse en realidad y eso gracias a algo que ellos siempre han tenido: el poder curativo innato. Además, no se darán cuenta de que la solución mágica que tanto tiempo han estado buscando requiere un esfuerzo por su parte; de que conseguir una salud mejor requiere un periodo de transición planeado, un reconstrucción organizada y gradual que, al observarla en todos sus aspectos, les lleve de su actual aquí de enfermedad y sufrimiento al allí de sueños realizados y gran alegría de vivir.

A.    Caso de estudio: Fred

Fred era un cliente típico. Casi con 80 años, Fred llegó a nosotros porque sufría problemas digestivos y una hipertrofia prostática que le hacía tener que orinar con frecuencia, sobre todo por las noches, y que le causaba muchas molestias. Varios días antes de su primera consulta había sido incapaz de retener ningún alimento, vomitando, como él decía «incluso un huevo pasado por agua».

Viudo desde hacía diez años, Fred estaba solo. Nos contó la triste historia de cómo él y su esposa habían recorrido muchos kilómetros y consultado con muchos especialistas en su búsqueda de una cura para el cáncer de su esposa, pero todo fue en vano. Con tristeza, nos dijo: «Me ha costado unos 70.000 dólares enterrar a mi ángel. »

Estaba claro que a Fred aún le dolía y que seguía viviendo en el pasado. Como muchos otros, tras la muerte de la esposa, él también había comenzado a desfallecer y, también como muchos otros, había comenzado una —hasta ahora infructuosa— búsqueda de una vida mejor. Nos contó cómo había consultado con muchos médicos, incluyendo especialistas de medicina interna y cómo, casi por desesperación, había ido a ver a un naturópata y a un dietético. Por supuesto, todo ello sin notar ninguna mejoría importante.

Fred nos contó cómo había tomado pastillas, utilizado enemas (fuertes o suaves), distintas clase de fármacos, hierbas y vitaminas. De hecho, nos dijo que tenía una caja entera de botes de vitaminas y con un gesto nos señaló una caja lo bastante grande como para contener un procesador de alimentos. Fred hizo un gesto triste con la cabeza. Sabía que, tontamente, había gastado una fortuna en otra búsqueda infructuosa. «Y ahora —nos dijo— aquí estoy para ver lo que ustedes me pueden ofrecer. »

La difícil situación por la que Fred estaba pasando no es rara ni inusual. Por desgracia, su caso, aunque no totalmente típico en todos los aspectos, demuestra muy bien el bache emocional en el que se encuentran muchos de nuestros clientes. El consejero debe estar preparado para responder de una forma constructiva a esta clase de negatividad. Quizá el servicio más útil que el higienista pueda ofrecer en las etapas iniciales de la transición sea el de proporcionar el ingrediente que ellos no tienen: ¡la esperanza!

1.    Nuestro primer movimiento

Para inculcar un elemento de positivismo en la mente de Fred, le invitamos a una de nuestras fiestas en las que cada uno lleva un plato de comida. En esta ocasión, teníamos 13 invitamos además de él. Estaba rodeado de personas que se encontraban en distintas estaciones del camino de la transición. Todos habían conseguido el éxito en cierta medida y algunos de forma sorprendente. ¡Fred tenía que darse cuenta!

Nosotros observábamos y escuchábamos mientras Fred hacía preguntas y recibía información positiva y ánimo. En particular, una pareja le acaparó y oímos cómo intercambiaban información. Un niño pequeño de ocho años, que se había recuperado de asma, se sentó en sus rodillas y le preguntó: «¿También a ti te gustan las frutas?»

La mesa estaba llena de toda clase de ensaladas. La fruta lavada llenaba una gran cantidad de platos. Había patatas y judías verdes al vapor para Fred, aunque, inteligentemente, comió muy poco. Sin embargo, su mirada se movía rápidamente de un lado a otro mirando lo que los demás invitados elegían para su comida. Fred nos solicitó su segunda cita antes de que acabara la tarde. Le pedimos que hiciera un informe de lo que comía y le dimos hora para la próxima reunión. Fred estaba preparado para comenzar su propia transición hacia una vida mejor. La reunión con amigos había conseguido proporcionar el elemento que faltaba en la vida de Fred: fe y esperanza.

I.    UN ESTADO DE SALUD EXCELENTE ES LA NORMA

  Casi toda persona que consulta con un consejero higienista estará experimentando algún grado de pérdida de salud, algunas veces incluso una pérdida grave.

  Pocos clientes comprenden que un estado de salud excelente debería ser la norma. Pocos, si alguno, entienden que (aparte de lo que puede aparecer como resultado de una lesión accidental) toda enfermedad, todo sufrimiento, todo malestar y, en realidad, todo el dolor que acompaña o que sigue a estas condiciones, y que con tanta frecuencia acompañan al deterioro de la salud, son señales de que el cuerpo está en un estado anormal (tóxico) y de que él mismo está intentado limpiarse.

  Este puede ser perfectamente el primer concepto que debe entrar a formar parte del pensamiento del cliente. Este es el primer «paso de bebé» que el cliente más necesita cuando comienza a dar sus vacilantes pasos de transición hacia una vida mejor. Y, no obstante, para algunos se trata de un salto gigante hacia un extraño y nuevo mundo, un mundo de nuevos pensamientos, nuevas ideas y nuevos conceptos.

  El cliente debe aprender que cada persona crea su propio sufrimiento y su propio dolor con una serie de múltiples errores en los hábitos de vida y alimentación y que la cantidad de pérdida de salud que experimente en la actualidad puede, en todos los casos, encontrar sus raíces y explicación en algunos principios bastantes simples.

  Cada uno de nosotros representa la suma total de incontables generaciones de personas y por esta razón entramos en el mundo con nuestra propia colección personal de fortalezas y debilidades. Todos tenemos partes fuertes, pero también tenemos partes débiles. Por supuesto, la suma total representa nuestra constitución. Además, todos nosotros cometemos errores. Nuestro estado actual representa toda una vida de múltiples errores en el estilo de vida y alimentación, errores que sin duda alguna comenzaron el día de nuestro nacimiento.

  La mayoría de los clientes está dispuesta a aceptar este concepto, pero hay otro concepto que también deben aprender y que es incluso más importante, a saber, que el aspecto inverso del anterior aspecto negativo de la vida también es cierto: es decir, que es posible controlar nuestro estilo de vida, empezando ahora, en este instante, de tal forma que nos permita progresar del actual AQUÍ de dolor y sufrimiento hacia el ALLÍ de alegría eufórica, y en ese momento un excelente estado de salud se convertirá en nuestro constante compañero, sustituyendo a la anterior y oscura sombra de la enfermedad.

  Además, el consejero debe dejar claro a su cliente que esta transición se puede lograr si se sigue minuciosamente una secuencia planeada de pasos y procedimientos biológicamente aceptables y científicamente sólidos creados para cambiar un estilo de vida que daña la salud por uno más en sintonía con todas las necesidades sistémicas ocultas.

  En otras palabras, el cliente puede decidirse un poco más si se da cuenta de que es totalmente posible, dentro del marco de principios científicamente sólidos, cambiar la frustración y desesperación —siempre los frutos indeseados de un estado enfermizo— por una maravillosa experiencia llena de alegría. El hecho de desarrollar una actitud más positiva sobre la vida y los seres vivos ayudará, por sí mismo, a que todos dudemos menos al dar nuevos pasos hacia delante.

  Y, por último, en el contexto de la presente discusión, los clientes que se involucren activamente en la programación y ejecución de un patrón de comportamiento estarán, en igualdad de circunstancias, más dispuestos a impulsar aún más su propia causa: SU transición hacia una vida mejor.

  Quizá el concepto que más trabajo les cueste entender a los clientes sea el de que no hay nada fuera del organismo que tenga ninguna clase de poder para curar las lesiones orgánicas y, aún más importante, que no hay una sabiduría, guía o inteligencia externa que pueda calcular, definir o determinar toda la naturaleza o extensión de las necesidades particulares del propio cliente; que no hay artilugios o máquinas que puedan determinar con exactitud la causa o múltiples causas posibles de una enfermedad o afección determinada. Se debe insistir con suavidad al cliente para que entienda que no existen fuerzas externas, sustancias o combinación de fuerzas y sustancias que puedan fabricar sangre, linfa u otros fluidos corporales, ni tampoco dirigirlos allí donde más falta hacen. Como consejeros, la mayoría de nosotros estuvo alguna vez, figurativamente hablando, donde los clientes están ahora y debemos ser conscientes de que existe una intensa programación médicamente orientada que hasta ahora ha dominado el pensamiento de los clientes. Al principio, les será difícil entender la verdad absoluta de que no hay fuerzas externas ni sustancias que puedan evaluar correctamente la situación y decidir que células deben ser reemplazadas o conservadas; dónde está el lugar exacto en el que se necesitan para intensificar el funcionamiento sistémico o satisfacer necesidades estructurales: ¿se deben descartar algunas o, quizá, reciclar? La mayoría de nosotros no tiene la suficiente sabiduría para hacer esta evaluación conscientemente, pero aunque parezca sorprendente, es inherente a nuestro ser subconsciente.

  Para la mayoría de los clientes el enfrentarse a este conocimiento de la vida supondrá descubrir una nueva dimensión en su pensamiento, una que les exige descartar el concepto de la «pastilla mágica» —la creencia en un país mágico de salud— a favor del control mental y de uno mismo. Ciertamente no es una transición fácil. Esta clase de reorientación requiere un cambio considerable en el proceso mental de los clientes. Puede que necesiten tiempo para captar por completo el significado de que todo poder curativo únicamente reside en el interior del propio organismo; que este poder se active en toda su totalidad dependerá de lo bien que satisfagan sus necesidades personales y que el bienestar que ellos puedan obtener dependerá de lo bien que satisfagan esas necesidades y de la cantidad de vitalidad que aún posean para llevar la transición a una conclusión exitosa: a esa vida mejor que tanto han deseado.

  En otras palabras, al principio se debe ayudar al cliente a alcanzar este conocimiento. Resumido brevemente significa que toda curación, por la propia naturaleza del proceso vital, debe ser, y es, una evolución biológica. Primero, se deben desechar las células viejas y enfermas y salvar las partes utilizables, antes de poder generar unas células nuevas y más sanas a partir de la fusión de materiales reciclados con la marea entrante de nutrientes de mayor calidad.

  Debemos hacer entender al cliente que las primeras células nuevas suponen sólo un principio, un comienzo del proceso de transición que verá pasar un desfile de generaciones de células, cada una un poco más sana que la generación anterior.

  Este fascinante viaje hacia una vida mejor supone una sorprendente variedad de acciones de transición, una reconstrucción biológica que se produce célula por célula. De ninguna forma puede llevarse a cabo esta transición con un único salto gigante sobre montañas de obstáculos sistémicos ocultos que, quizá, se hayan acumulado durante muchos años: impedimentos formados por residuos de pastillas, pociones, tratamientos: la multitud de errores cometidos en el pasado.

  La curación es un acontecimiento muy humano, uno que se activa en el momento en el que el yo interno recibe las herramientas de la vida: alimentos sanos, aire fresco, agua pura, amistad, calor y luz del sol —los elementos esenciales de los que depende la vida—. En otras palabras, si queremos nadar en salud debemos seguir la corriente del río de la salud.

II.   PRESENTAR EL CONCEPTO DE CONEXIÓN CON LA TOXEMIA

A.    Es aconsejable una primera introducción

  Al trabajar con nuestros clientes creemos que es aconsejable introducir el concepto de toxemia en la primera oportunidad que se nos presente. Este concepto, al igual que el de la curación autogenerada, será, por regla general, totalmente desconocido para los clientes y para que lo acepten como una premisa válida puede que sean necesarios algunos ajustes importantes por su parte.

  La mayoría de los clientes ha formado parte del rebaño durante toda su vida. Casi sin excepción, se habrán educado con la teoría de la enfermedad producida por gérmenes. Casi todos habrán aceptado de buena gana la idea imperante de que su dolor y sufrimiento son las consecuencias directas del vil trabajo de algún agente externo, ya sea germen o virus. También han sido sumisamente bien programados para creer que la curación requiere alguna poderosa fuerza para acabar con cualquier cosa que tenga la culpa. Por supuesto, está claro que, en su opinión, su malestar difícilmente puede ser culpa suya.

  Para descartar estas nociones populares es necesario que los clientes hagan una especie de voltereta mental. La teoría de la toxemia sobre la enfermedad que ahora deben aprender representa la firme base sobre la que se asienta toda la práctica higiénica. Por tanto, la conexión entre toxicosis y enfermedad debe explicarse en términos simples para que el cliente obtenga una idea clara. Es vital que cada cliente comprenda muy bien todo lo relacionado con la toxemia; lo que, razonablemente, se puede predecir que ocurrirá y, en consecuencia, lo que a ellos mismos podrá pasarle cuando hayan examinado bien la teoría, la hayan aceptado mentalmente y, después, hayan actuado en conformidad con ella.

  Brevemente, como los estudiantes de la Ciencia de la Vida ya han aprendido, la conexión con la toxemia se basa en el hecho de que todas las enfermedades, excepto las originadas por un accidente, comienzan debido a un estado alterado de los fluidos corporales, a un alejamiento de la norma ocasionado por una acumulación anormal de desechos ácidos metabólicos que, en más o menos grado, ha debilitado la fuerza vital.

  La naturaleza de la propia enfermedad dependerá de la clase de toxina presente, de la cantidad de desechos presentes y, en cierta medida, de la debilidad particular heredada por el individuo afectado. La extensión e intensidad se verá influida por los mismos factores; la posibilidad de una completa recuperación dependerá de la fuerza vital.

  En la actualidad, multitud de personas viven en un mundo de dolor. Muchos más han muerto en una terrible agonía porque no tenían este conocimiento o porque aún conociéndolo se negaron a ir por el camino de la salud.

B.    Explicar al cliente la forma en la que él se relaciona con las siete fases de una patología.

  La siguiente adaptación mental que debe hacer el cliente se relaciona con el hecho de que cualquier alejamiento del estado normal de los fluidos orgánicos siempre provocará una evolución biológica, aunque esta vez se trata de una evolución inversa que va de lo normal a lo anormal. Este alejamiento siempre se produce de una forma más o menos predecible: desde el simple cansancio celular (enervación o debilitamiento causado por constipación celular) en sus primeras manifestaciones, a una más o menos completa saturación de células, fluidos y tejidos con desechos metabólicos ácidos en sus últimas fases. Con el tiempo, esta acumulación y la consecuente acción defensiva que el sistema nervios instiga y mantiene operativa en un esfuerzo por conservar la vida del sujeto llega a agotar la fuerza vital: en ese momento se produce la muerte.

  De manera concisa, la conexión toxémica simplemente significa que la mayoría de las personas enferman y después mueren prematuramente no debido a una enfermedad determinada, sino más bien por el fallo de algún órgano; normalmente del hígado, riñones o corazón, o por una conjunción de órganos que funcionan mal y que ya no pueden satisfacer las necesidades sistémicas del proceso vital debido al deterioro ocasionado por la acumulación de toxinas.

  De esta forma, las células orgánicas que componen los órganos debilitados y toda la comunidad celular, vencidas como están por los desechos ácidos, simplemente se ven forzadas a cesar en sus deberes funcionales, provocando que el proceso vital llegue a su fin: la energía eléctrica que mantiene la vida ya no existe.

  Durante toda la evolución biológica inversa las células orgánicas piden constante ayuda en forma de dolores y sufrimiento. La enfermedad en sí misma, sea cual sea su manifestación, representa el esfuerzo del organismo por restablecer la normalidad, y sólo cuando la fuerza vital se agota es cuando cesan los dolores de protesta y los intentos sistémicos para normalizar la situación, los síntomas antes manifestados, porque el poder vital de curación se ha gastado. No queda nada para activar el esfuerzo.

C.    Crear expectativas razonables

  Aquí es donde la pizarra se convierte en un instrumento casi imprescindible. Puesto que nuestra práctica es estrictamente educacional en todos los aspectos, nosotros utilizamos esta herramienta con mucha frecuencia. Escribimos las siete fases en la evolución de una patología que ya se han comentado con anterioridad en este curso. Las repasaremos brevemente: toxicosis; enervación (debilitamiento); irritación; inflamación; ulceración, induración y, por último, cáncer.

  Después indicamos los distintos síntomas característicos de cada fase y alentamos a los clientes a que compartan con nosotros cualquier síntoma que recuerden del pasado. Con frecuencia, los clientes se asombran de lo relacionado que está su propio historial médico con lo que ahora ven en la pizarra. Con esta clase de participación activa comienzan a comprender la naturaleza y origen de la enfermedad y, lo que es incluso más importante, cómo su propia vida pasada, sus errores y omisiones pueden haber contribuido a su propia evolución biológica inversa.

  Además, el consejero quizá pueda, algún tiempo después, cuando los clientes se desanimen debido a su en apariencia lento progreso, recordarles sus transgresiones evolutivas así como la fase en la que estaban antes de comenzar la transición hacia una vida mejor. El crear expectativas razonables suele depender de que se le impartiera este conocimiento al cliente al principio del periodo de transición.

  Por supuesto, para que acepten por completo este cambio radical se requiere tiempo. Sin embargo, no dudamos en sugerir, incluso en esta primera fase, que ahora es posible preparar la escena para un más o menos completo cambio; para frenar, comenzar de nuevo y esta vez en dirección opuesta, hacia la salud. En otras palabras, tenemos la oportunidad de animar al cliente a que comience su propia transición hacia una mejor vida.

  A veces descubrimos que para comprender la naturaleza de la curación y darse cuenta de que también para ellos es totalmente posible invertir la evolución biológica hacia una dirección más positiva basta con proporcionar el ingrediente que falta en la mente del cliente: la esperanza ya antes mencionada.

  Muy a menudo, la esperanza sustituye su anterior miedo porque ahora pueden ver tanto dónde han estado como la dirección positiva hacia la que se dirigen ahora, siempre y cuando aprendan lo que ellos mismos deben hacer para disfrutar de esta experiencia completamente nueva, este viaje de transición desde el AQUÍ al ALLÍ, al momento y lugar donde un estado de salud excelente será su eterno compañero.

  La utilización de la pizarra para definir y explicar la transición que se debe hacer en cada caso también ayuda al cliente a comprender el hecho de que cuanto más intensos sean sus síntomas (es decir, en la fase en la que ellos mismos se colocaron, bien correcta o incorrectamente, en una o puede que incluso en varias), más tiempo necesitarán para conseguir una total recuperación, si es que eso aún está dentro de las probabilidades teniendo en cuenta su estado actual. En otras palabras, incluso en este primer momento de la transición se puede establecer la base para unas expectativas razonables, con lo que posiblemente conseguiremos aliviar futuras desilusiones.

  El entusiasmo por esta nueva forma de vida, junto con el deseo, la esperanza, la voluntad de actuar y el hecho de tener unas expectativas razonables será una combinación invencible.

D.    Tres gráficos ilustrativos para utilizar en la práctica (AQUÍ VIENEN TRES GRÁFICOS)

Una vida correcta genera sus Frutos Naturales: un excelente estado de salud y una vida media más larga

               Toxemia creciente

                Diagrama III

Diagrama I. Demuestra cómo, conforme aumenta la toxemia, comienzan a ocurrir dos cosas:

1)    La fuerza vital comienza a disminuir y 2) comienzan a aparecer los síntomas. Además, el diagrama demuestra que cuando la fuerza vital se ha agotado el resultado natural es la muerte.

El diagrama también demuestra, cómo si disminuye el estado tóxico, la pérdida de fuerza vital también disminuye con el consecuente aumento de la duración de la vida; en otras palabras, la transición hacia una vida mejor resulta en una vida más larga y más sana en la que aparecerán pocos, si es que algún, síntomas.

Diagrama II. Ofrece dos consideraciones a tener en cuenta:

1) Cuando la carga tóxica es pequeña, pocos síntomas (enfermedades) se manifestarán durante el curso de la vida y 2) el fruto natural de una vida correcta es un excelente estado de salud y una vida media más larga.

Diagrama III. Representa muy bien el hecho de que conforme la carga tóxica disminuye gracias a una vida mejor, los síntomas desaparecen de forma gradual. Advierte a la izquierda del diagrama que cuando la carga es grande, aparecen muchos síntomas (y más graves). Los síntomas desaparecen de forma gradual conforme la toxicidad va disminuyendo hasta que, al final, no queda ninguno. Esta mejora provoca no sólo una vida más larga, sino más calidad de vida.

A.    Insistir

Algunos clientes tienen ciertas dificultades para captar este nuevo concepto de la naturaleza de la enfermedad y puesto que este entendimiento es fundamental para el futuro progreso y para la tranquilidad mental, el concepto de la verdadera naturaleza del proceso patológico tiene que ser introducido al principio del periodo reeducacional de transición.

Ciertamente, si esta teoría es correcta —y cada vez tiene más aceptación entre los científicos celulares actuales, aunque no así entre los parásitos ortodoxos— y los síntomas no aparecieran el sujeto pronto moriría. De esta forma, los diagramas pueden ayudar al nuevo cliente a entender el POR QUÉ y la IMPORTANCIA de los síntomas.

Utilizar la pizarra o los diagramas para demostrar el papel de la toxicosis en la aparición de la enfermedad ofrece una representación gráfica a los clientes de su propio pasado, del presente y de las posibilidades del futuro. Los clientes inteligentes pronto se dan cuenta, quizá por primera vez, de que se les ha presentado una oportunidad para comenzar una nueva vida, una llena de promesas alcanzables de una vida mejor y esto, además, durante TODA la vida.

La pizarra y los diagramas ayudan al cliente a darse cuenta de que si el organismo NO descarga su exceso de desechos ácidos, las células pronto se verán negativamente afectadas, tanto en la capacidad para funcionar como en la integridad estructural. En otras palabras, que estos ácidos provocarán daños. Además, se llega a la conclusión natural de que los órganos formados por estas células alteradas, confundidas y dañadas se deterioran, a su debido tiempo, de la misma forma. Una vez que se ha entendido esto, para la mayoría de los estudiantes es fácil llegar a la conclusión directa de que si desean una vida mejor deben reducir su toxicidad sistémica: deben comenzar un programa para normalizar sus fluidos orgánicos.

I.    UNA DEMOSTRACIÓN PRÁCTICA DEL PROCEDIMIENTO

A.    Volvamos a nuestro cliente Fred.

Veamos cómo trabajamos con él. Con 77 años, viudo, muy solo y sin familiares, Fred se encontraba muy deprimido. Con 1,70 metros pesaba 76,5 kilos. Un repaso de su historial médico nos mostró lo siguiente:

1)    Extirpación del píloro hace algunos años, fecha exacta insegura.

2)    Extirpación de parte del nervio vago

3)    Diagnóstico de prostatitis

4)    Fiebre mediterránea

5)    Nódulo pulmonar

6)    Incapacidad para retener los alimentos durante los últimos tres días con vómitos frecuentes antes de este tiempo.

7)    Estreñimiento. Necesidad de utilizar enemas con frecuencia.

8)    Por consejo de un naturópata, en la actualidad tomaba 26 vitaminas y otros suplementos diarios.

9)    Se sentía terriblemente mal.

Recomendación: Fred tenía que prepararse diariamente un caldo de verduras elaborado con zanahorias, patatas, judías verdes, apio y calabacín. Durante cuatro días tenía que hacer un caldo con estos ingredientes. Además, se le dijo que se quedara en cama, siempre con acceso a aire fresco. Se tenía que tomar entre 20 y 27 centilitros cada dos horas, o cuando lo necesitase, desde las 6 de la mañana hasta las 6 de la tarde; después de esta hora sólo debía beber agua destilada, sólo cuando lo necesitase.

Tras los cuatro días de descanso en cama con los caldos, Fred tenía que descansar 2 horas durante el día y después levantarse durante otras dos horas. En ese intervalo de 2 horas tenía que tomar zumos de verduras recién exprimidos (Fred tenía una licuadora) de zanahorias y apio; estos zumos se alternarían con zumos de frutas recién exprimidas (naranja o uva). Si lo necesitaba, estos zumos se podían beber lentamente cada dos horas. Para la cena, le dijimos a Fred que podía tomar una sola variedad de fruta fresca. A este programa nosotros lo denominamos «Programa de Transición Dos-Dos».

Tras los cuatro días de descanso en cama, se le animó a que hiciera algunos ejercicios de elevación de piernas, al principio sólo unos cuantos. Estos ejercicios se realizan tendidos en el suelo y levantando las piernas hasta adoptar una posición vertical. Las piernas son impulsadas doblando las rodillas y después se extienden hasta adoptar la posición vertical.

Se le aconsejó que redujera la toma de vitaminas, aunque se le avisó de la posibilidad de una crisis si intentaba dejarlas todas de una vez. Obviamente, Fred se había acostumbrado a la falsa estimulación.

Le ofrecimos nuestro libro de estudio sobre el colon.

1. Tres días después

Fred nos llamó por teléfono. Parece que en estos días intermedios había experimentado algunos dolores bastante molestos en el abdomen (¿quizá una leve crisis?). No obstante, nos dijo que no se sentía mucho mejor y que volvería a hacer el «Programa Dos-Dos». Le sugerimos que si volvía a experimentar algún dolor, podría encontrar alivio en un baño de agua caliente, tras lo cual debía irse a la cama con una bolsa de agua caliente.

1.    Una semana después

Nuestra segunda consulta: Fred había perdido más de 6 kilos. Decía sentirse MUCHO mejor y estaba claramente más relajado. Su principal dificultad durante las anteriores semanas había sido la expulsión de gases. Comenzamos un comentario sobre la fermentación y putrefacción y le hablamos sobre las presiones que esa producción de gas ocasionaba sobre los distintos órganos, entre ellos la próstata, corazón, etc. Le indicamos que una mala postura podía intensificar este malestar. Repasamos el libro sobre el colon con el cliente. Repasamos una gráfica sobre «cosas buenas para comer» y también algunas gráficas informativas sobre el colon, el sistema digestivo. Le ofrecimos una lista de ejercicios de flexibilidad en los que les señalamos aquellos que se adecuaban más a su caso. Le hicimos demostraciones de ejercicio de cara y cuello. Le aconsejamos el siguiente nuevo programa dietético:

1.    Primera comida: fruta —una sola variedad

2.    Segunda comida: ensalada más sopa vegetal.

3.    Tercera comida: ensalada más: a. cordero o pollo —85 gramos—

                                                        O, b. queso de ricota

                      O, c. Una patata asada o al vapor.

  Ahora Fred tenía que eliminar la sal, pimienta y todas las bebidas, excepto el agua destilada. Puesto que él nunca había consumido estos productos en gran cantidad, todos pensamos que podía hacer esta parte de la transición rápidamente.

  Una vez que estuvimos de acuerdo en el curso de acción que debía seguir en el futuro, comentamos brevemente las siete fases en la evolución de una patología y Fred se fue con su siguiente libro de estudio sobre los estados artríticos para ilustrarle este proceso de evolución biológica.

  3. Segunda semana

  A la siguiente semana, Fred volvió para su tercera consulta. El estudiante habrá observado que con este cliente entre consulta y consulta sólo pasó una semana. Pensamos que esto era lo mejor puesto que al estar solo necesitaba ánimos para seguir por el buen camino.

  Le preguntamos que cómo le iba. Respuesta: Fred estaba contento y había mejorado mucho. Con su nueva dieta, tenía muchos menos gases y muy poco malestar. Además, ahora dormía bien y sólo tenía que levantarse una vez por la noche. (Antes tenía que levantarse para orinar hasta cinco o seis veces por la noche.) Estaba encantado con su progreso. Fred había dejado por su cuenta la mayoría de las vitaminas y los suplementos.

  Se repasó el origen de la patología y las siete fases de su desarrollo. Esta vez, se representaron en la pizarra los distintos síntomas indicativos de cada fase de este proceso de evolución. Le dijimos que nuestro PLAN era invertir este proceso de construcción de toxemia y, así, impedir que se produjeran más daños. Le indicamos que su estado actual era el resultado de 77 años de maltratar todo el sistema orgánico y que se tardaría tiempo en conseguir el estado de salud que él deseaba.

  En el primer libro de estudio Fred aprendió los errores que pueden ocasionar el desarrollo de la colitis que le habían diagnosticado años antes. De hecho, era capaz de citar muchos de sus antiguos errores. Estos mismos errores, conforme pasaba el tiempo, pudieron haber ocasionado los tumores benignos que también le habían diagnosticado, así como la prostatitis.

  En el segundo libro y con nuestros comentarios se dio cuenta, por primera vez, de la naturaleza evolutiva del daño orgánico y recordó muchos de los síntomas que él mismo había experimentado y que son característicos de las siete fases. Ahora estaba preparado para el tercer libro de estudio, el que presenta las cuatro categorías de las causas de la toxicosis. Fred casi no podía esperar a seguir con sus estudios porque, por naturaleza, tenía una mente curiosa. Comentamos con Fred el alto costo de utilizar la diálisis como método de limpiar la sangre si se comparaba con el método higiénico, una serie de tratamientos del primero cuesta quizá más de 32.000 dólares; el último, el método higiénico, lo único que pide es la obediencia a los principios y prácticas higiénicos decretados por el diseño humano. Le indicamos a Fred que el método higiénico es una autoayuda, trabajar con principios sólidos desde el punto de vista biológico, mientras que el otro representa una limpieza puramente mecánica que, en el mejor de los casos, se hace al azar y que no ofrece garantías. Enfatizamos que el plan de autoayuda higiénico no sólo limpia los fluidos corporales sino que también elimina la causa o causas del daño, mientras que la diálisis es, en el mejor de los casos, sólo un recurso temporal, una forma refinada de sangría, una técnica hace tiempo descartada por debilitadora e ineficaz, puesto que la causa permanece detrás para seguir provocando problemas.

  Hace unos cincuenta años la experimentación con animales demostró que la sangre de animales se podía sacar, limpiar y ser reemplazada. Todo esto estaba bien y era bueno, por supuesto, pero pronto se descubrió que, en muy poco tiempo, la sangre volvía a estar exactamente en el mismo estado que estaba antes del proceso de limpieza.

  ¿Por qué ocurría esta inversión? Simplemente porque los tejidos no habían cambiado, los órganos seguían como estaban y la eficacia funcional de las células permanecía invariable. Como podrás ver, no se eliminó la causa. Parece obvio que, de igual forma y por la misma razón, la diálisis será igualmente ineficaz a largo plazo cómo método de recuperar la salud: permanece la causa. Sólo con los métodos naturales podemos tener la oportunidad de recuperarla.

4.    La cuarta consulta

  Pasó otra semana. Inmediatamente le preguntamos a Fred qué había hecho para ayudar a los esfuerzos que su organismo hacía por limpiarse. Decía haber comprendido qué es lo que le había hecho llegar a su estado actual. Había repasado todos sus estudios y, ahora, al leer esta nueva unidad, entendió muchas de las cosas que él mismo había hecho y que no había hecho y que le habían llevado a estar tan molesto. Pensaba que la sobrealimentación; el exceso de estimulación debido al consumo de café, sal, azúcar y carne; las tensiones emocionales provocadas por la larga enfermedad de su mujer y posterior muerte; las preocupaciones económicas durante este largo periodo; y, por último, el aislamiento social que él mismo se había impuesto y la consecuente soledad: todo ello había contribuido a su estado ruinoso.

  Nos informó que al ser un hombre religioso y, siguiendo nuestro consejo, había ido a la iglesia durante la semana pasada, algo que no hacía desde hace mucho tiempo. Le animamos a que siguiera haciéndolo y también a que asistiera a las reuniones semanales que se celebran en la iglesia y asistiera a algunos de los programas que la comunidad ofrecía a las personas mayores. En otras palabras, lo animamos a socializar. Además, le invitamos a otra de nuestras fiestas.

  En el reconocimiento físico pudimos ver que la lengua de Fred tenía un bonito color rosado. Él decía que era como si tuviese un estómago nuevo; también pensaba que podía intensificar su programa de ejercicios, así que le dimos una serie de ejercicios que creíamos adecuados para su capacidad actual y le animamos a que pasease todos los días. Nos prometió hacerlo.

  Después repasamos todas las unidades anteriores y le dijimos que, puesto que lo había hecho muy bien, estaba preparado para aprender sobre la combinación adecuada de alimentos. Las siguientes dos semanas tenía que leer y estudiar sobre cómo planear adecuadamente sus comidas y practicar sobre eso. Le pedimos que anotara todo lo referente a las comidas y que nos lo trajera a la siguiente consulta para comentarlo juntos y ver lo bien que lo había hecho. Le proporcionamos una copia del The Tree of Life [El árbol de la vida] y un Gráfico sobre Combinación de Alimentos, este último para que lo colgara en la cocina y tenerlo como guía para planear las comidas.

5.    ¿Qué se había logrado en estas cuatro semanas?

1)    Fred se convenció de que sus anteriores visitas a los demás consejeros —y había hecho muchas— habían sido en vano.

2)    Fred aprendió que la curación es algo innato al organismo y que no podía introducirse en este con algún recurso externo o tratamientos.

3)    Aprendió que la salud sólo es el fruto de una vida sana.

4)    Fred decidió aprender cómo vivir para poder disfrutar de un mejor estado de salud.

5)    Aprendió sobre el colon y su función en el organismo.

6)    Aprendió cómo la toxemia afecta a todas las células del organismo y con el tiempo daña los órganos y tejidos. Dejó de tomar pastillas.

7)    Aprendió las siete fases en la evolución de una patología y los síntomas característicos de cada una.

8)    Aprendió sobre las cuatro categorías de la toxemia y las relacionó con su experiencia personal.

9)    Descubrió que su organismo respondía favorablemente cuando le aplicaba su nuevo conocimiento y estaba contento con los resultados.

10)   Se llenó de entusiasmo para continuar sus estudios, para aprender más y así poder estar mejor física, mental y espiritualmente.

11)   Fred hizo la transición inicial con bastante éxito.

12)   Espera con ilusión la próxima consulta porque le hemos dicho que en ese momento aprenderá lo bien que lo ha hecho con su propia combinación de alimentos y, después, aprenderá los seis pasos que debe dar hacia la perfección.

13)   Por último, su presión sanguínea que, en su primera visita, estaba alrededor de 20 la máxima, está ahora en 12 con la mínima en 7,8. Fred está entusiasmado.

A.    Gráfico: cómo se general la enfermedad. El árbol de la vida (AQUÍ VIENE OTRO GRÁFICO QUE APARECERÁ EN LA COPIA IMPRESA (la traductora))

  CÓMO SE GENERAL LA ENFERMEDAD debido a los malos hábitos

  EL ÁRBOL DE LA VIDA

B.    Síntomas

  Está claro que los síntomas suelen ser un revés para los nuevos higienistas. En consecuencia, no consiguen encontrarse a sí mismos. Por tanto, es vital que los nuevos clientes entiendan que la continuación de la vida depende de este don de vida: de la capacidad orgánica para canalizar la sobrecarga tóxica por los distintos puntos de salida secundarios, siempre y cuando esta sobrecarga tóxica suponga una situación de emergencia, una que amenace la vida.

  Los síntomas que surgen, sean cuales sean (cada individuo determinado responderá con sus propios síntomas peculiares que pueden ser agudos o leves o incluso estar en un punto intermedio, dependiendo de muchas variables; y en algunos casos pueden incluso no existir) nos revelan mucho sobre el cliente. Cuanto mayor sea la fuerza vital residual, más probabilidad existe de que los síntomas sean más intensos. Conforme el individuo se va haciendo mayor y su fuerza vital se ha gastado en cierta medida, los síntomas curativos pueden ser bastante leves, si es que aparecen algunos. Esta es la razón por la que se establece un estado crónico. Cuando el sujeto vive sus años gastando innecesariamente la fuerza vital con unos hábitos destructivos de vida y cuando la fuerza vital se ha reducido tanto que ya no puede emitir los síntomas salvadores de salud, el horrible espectro de la cronicidad  hace su entrada. Por tanto, las enfermedades de los últimos años tienden a ir haciéndose más intensivas y extensivas, y los síntomas son más difíciles de soportar desde el punto de vista emocional.

  No obstante, cuando los clientes adoptan un modo de vida más higiénico tienen la oportunidad, con la ayuda del consejero higienista, de establecer en su mente que, desde ahora, el construir la salud se convertirá en su trabajo. Si pueden hacer esto llegarán a creer en sí mismos, en su capacidad para crear sus propias vidas y crearlas con la mejor imagen de sí mismos. Creer en uno mismo puede equipararse a tener éxito. Los clientes que crean en su poder interno de curación se sentirán más dispuestos a comenzar su negocio de creación de salud y reconocerán cada síntoma experimentado como algo positivo, una confirmación de sus propias capacidades creativas. Les ayudará a darle consistencia a sus esfuerzos y a hacer que este esfuerzo tenga una conclusión exitosa. La confianza en uno mismo, en el programa higiénico, en el consejero, no podrá más que ayudar a los clientes dudosos a que hagan la transición hacia el buen camino.

  Al comprender las posibilidades implicadas en el proceso de transición es frecuente que se produzca una metamorfosis en el pensamiento del estudiante que le haga entusiasmarse con sus propias posibilidades. ¿Hasta dónde puede llegar? ¿Podría llegar a ser como él, ella o ellos? Incluso los consejeros higienistas a veces tienen que recordarse a sí mismos que, cuando se acepta por completo la responsabilidad por uno mismo, una gran recuperación espera a los mejores esfuerzos de sus clientes. Además, también debemos recordar decirles a nuestros clientes que los síntomas significan que el negocio de la construcción de la salud está yendo muy bien.

C.    Niveles de tolerancia

Está claro que cada cliente habrá desarrollado sus propios niveles de tolerancia. En nuestra opinión, deberían aprender algo sobre este concepto al principio de la transición. Les ayudará a entender mejor este asunto de los síntomas. Nosotros proporcionamos materiales de estudio sobre cómo la constante introducción de toxinas en el organismo desde fuentes externas, o la generación de excesivas cantidades de toxinas metabólicas dentro del propio sistema debido a los errores de vida, no sólo pueden dañar las células, tejidos y órganos, sino que, de hecho, provoca un aumento de la tolerancia sistémica a:

1)    Toxinas específicas individuales y 2) toxinas en general.

Por supuesto, deberíamos hacer entender al cliente que los resultados de este incremento de la tolerancia son nocivos: el organismo funciona constantemente con impedimentos y por eso agota su fuerza vital. Cuanto mayor sea el nivel de tolerancia a las toxinas, mayor es el efecto de gasto de fuerza vital.

Naturalmente, un rápido desgaste genera trastornos tales como, por ejemplo, la enfermedad de Alzheimer, trastornos cerebrales orgánicos y muchos otros que comúnmente, aunque de forma incorrecta, se asocian con el proceso de envejecimiento.

Para ayudar al cliente a que entienda mejor la naturaleza progresiva de la patología y para demostrarle cómo los niveles de tolerancia alcanzan su máximo apogeo, le ofrecemos los siguientes diagramas. Los estudiantes de la Ciencia de la Vida están autorizados a utilizar cualquier otro diagrama de esta u otra unidad que nosotros hemos escrito si piensan que pueden serle de utilidad. Por supuesto, esperamos que reconozcan la fuente original.

A.    Cinco gráficos ilustrativos para utilizar en la práctica (GRÁFICOS QUE APARECEN EN LA

VERSIÓN IMPRESA)

1) CÓMO SE DESARROLLA LA ENFERMEDAD

ESTRÉS

Desde nuestro entorno — Nuestros hábitos diarios

ESFORZAR DEMASIADO

Cuerpo físico—-LA MENTE—–emociones

Tensiones medioambientales

SOBRECARGA TÓXICA CELULAR

DEBILITAMIENTO CELULAR

PARALIZACIÓN CELULAR DEBIDO AL DEBILITAMIENTO

ELIMINACIÓN SISTÉMICA INSUFICIENTE

Pulmones—Intestinos—Riñones—Piel

RETENCIÓN DE PRODUCTOS DE DESECHO METABÓLICOS

TOXEMIA

RESPUESTA PATOLÓGICA

Crisis agudas

Afecciones crónicas y degenerativas

La naturaleza de la enfermedad manifestada estará determinada por las fuerzas y debilidades heredadas del individuo —la diátesis— y por los efectos químicos de los fármacos utilizados para tratar la enfermedad.

1)    EVOLUCIÓN DE UNA PATOLOGÍA

I.    TOXICOSIS: Comienza a generarse la constipación celular.

II.   ENERVACIÓN: Sentimiento general de malestar, de no sentirse normal.

  Disminuye la capacidad funcional celular. La persona puede sentirse irritable, nerviosa, ansiosa, deprimida sin causa que lo justifique, etc.

III.  IRRITACIÓN:  Sensación de dolor que puede aparecer y desaparecer en distintas partes, pueden ser de distinta intensidad.

  Los anteriores síntomas, si los había, tienden a empeorar.

  Estreñimiento; diarreas ocasionales; dolor de cabeza; tos seca; picores, espinillas, erupciones leves, etc.

IV.   INFLAMACIÓN: Fiebre, rojeces.

   Mocos, nariz roja.

  Algunas inflamaciones y formaciones mucosas.

  Los síntomas previos tienden a empeorar.

  Todas las enfermedades acabadas en —itis; denominadas según la localización.

V.    ULCERACIÓN: Endurecimiento de los tejidos, rigidez de movimientos.

  Aparición repentina de lesiones, formación de tumores benignos.

  Desgarramiento de los tejidos.

  Esclerosis.

  Degeneración avanzada de los órganos, en especial del hígado y los riñones.

  Aparición de senilidad, patrones de conducta anormales.

VI.   CÁNCER: Replicación celular sin control: verdadero cáncer.

En las primeras fases: fallos de los órganos, sobre todo del corazón, riñones, hígado.

Tuberculosis.

Malfuncionamiento glandular: colapso del sistema hormonal, en especial del hipotálamo y de la pituitaria.

1)    DISMINUCIÓN DE LA FUERZA VITAL

  El siguiente diagrama demuestra cómo la fuerza vital disminuye cuando aumenta la toxicidad. Algunas veces, parece que esta disminución se estabiliza durante la mediana edad, aunque se trata de un efecto ilusorio. Durante este periodo disminuye el nivel de eficacia en el  funcionamiento de los órganos, tanto que a partir de los 50 años hasta la muerte se produce una rápida aceleración del proceso de envejecimiento en el que las señales externas del acercamiento a la muerte se convierte aún más en un asunto de preocupación para el individuo que las experimenta. Advierte cómo, en el momento del nacimiento, la fuerza vital está en su punto máximo. En la muerte, no existe.

  Este diagrama también demuestra el hecho que cuanto más tarde la persona en cambiar y adoptar un estilo de vida más correcto, más tiempo se necesitará para la recuperación y más probable será que la recuperación venga acompañada por crisis de una u otra clase y de distinta intensidad, simplemente debido a la cantidad de sobrecarga tóxica en cualquier periodo.

2)    LA MENTALIDAD DE REBAÑO

Como se ha explicado arriba, durante todo el transcurso de la vida aparecen de vez en cuando síntomas que pueden ser de muchas clases. Son agudos durante la niñez y se van suavizando con el paso del tiempo y la consecuente disminución de la fuerza vital. Cuando aparecen los síntomas se suprimen con fármacos de una u otra clase. Esta práctica aumenta la sobrecarga tóxica y provoca una situación interna más grave que la anterior debido a que se ha introducido en un sistema ya sobrecargado de ácidos metabólicos una sustancia tóxica puramente química.

  Para combatir esta nueva amenaza para la vida, la inteligencia orgánica rápidamente transfiere sus esfuerzos defensivos a la nueva y más inmediata amenaza, por lo que los antiguos síntomas desaparecen. No se ha efectuado ninguna cura

  El siguiente diagrama explica por qué pueden ocurrir crisis. En el Punto  A advierte cómo la carga tóxica está muy por debajo del nivel de tolerancia, sin síntomas evidentes. Sin embargo, en el Punto B, la carga tóxica ha aumentado mucho al mismo tiempo que se ha producido cierto desgaste de la energía vital. Sin embargo, no se ha reducido demasiado, puesto que aún se manifiestan síntomas importantes (una crisis aguda). Una vez que la toxicidad ha bajado hasta el nivel de tolerancia, los síntomas desaparecen o se suavizan, incluso a pesar de que la capacidad sistémica de funcionamiento sigue disminuyendo. A su debido tiempo aparece la cronicidad, con la fuerza vital acercándose a su fin, como se puede ver en el Punto C y D. Está claro que con el tiempo la fuerza vital se acabará por completo. Este es el punto fisiológico donde no hay vuelta atrás (representado en el diagrama como F). Se produce la muerte.

  Una vez que la carga tóxica se ha reducido a uno de los niveles más bajos de tolerancia, con el correspondiente aumento que las células hacen de la fuerza vital remanente (y sobre todo cuando un individuo adopta un estilo de vida más correcto), se puede ver perfectamente que la salud puede mejorar. Sin embargo, cualquier introducción repentina de una sobrecarga tóxica podría provocar una reacción más o menos fuerte, sino violenta: una crisis importante.

  Cuando hay la suficiente fuerza para proteger al organismo de cualquier sustancia potencialmente dañina, en todos los casos la inteligencia orgánica procederá a hacerlo así en aquella  forma que considere la más adecuada.

3)    CARGA TÓXICA VERSUS FLUJO VITAL

Figura 1: Cuando la carga tóxica están dentro de los niveles normales de tolerancia, es decir, cuando la producción de desechos metabólicos se equipara a la eliminación de los mismos, entonces las células funcionan eficazmente, su integridad estructural permanece intacta  y hay bastante flujo vital para todas las necesidades de la vida y el impulso eléctrico (recarga) se genera durante las horas de sueño y descanso.

Figura 2: Cuando la carga tóxica supera los niveles normales de tolerancia, es decir, cuando los esfuerzos eliminativos no pueden con la sobrecarga, entonces la eficacia funcional falla, la integridad estructural se daña y la fuerza vital se gasta haciendo frente a los problemas internos que surgen; las funciones de transmisión, interpretación y dirección de mensajes se alteran y el flujo vital se reduce tanto que es incapaz de satisfacer las necesidades de la vida. La recarga que se produce durante el descanso y el sueño son inadecuadas para compensar el efectos desgastador provocado por la toxicosis.

Figura 3: El punto fisiológico en el que no hay vuelta atrás aparece cuando la sobrecarga tóxica ha persistido durante tanto tiempo y en tales cantidades como para agotar la fuerza vital disponible y haber  dañado las células y órganos que ya no se pueden reparar. Este estado es irreversible.

Al recurrir a estos diagramas o a otros similares los clientes llegan a la conclusión que vivir de forma higiénica debería convertirse en su estilo de vida; es decir, si es que realmente desean que su transición hacia una mejor vida tenga éxito.

I.    EL MOMENTO DE TOMAR UNA DECISIÓN

A.    El poder del pasado

  Está claro que el estado actual del cliente debería haberle hecho totalmente consciente del poder del pasado. Sus errores pasados han creado su presente. El guión de la vida del pasado se acabó y no puede ser revivido. Ahora tiene una oportunidad para escribir un nuevo guión de su vida. No debe resistirse a estar lo mejor que pueda por culpa del pasado. Por desgracia, parece que demasiados humanos piensan que ellos no merecen estar lo mejor que puedan. Tienen a contenerse, a retener el pasado hasta que, simplemente, se hartan del presente.

  No obstante, es hora de que los clientes tomen una decisión. Esperamos que los diagramas le hagan darse cuenta del hecho de que, como seres humanos, pueden cambiar. El consejero higienista informado puede ayudar a los clientes a que se den totalmente cuenta del hecho de que, como seres humanos, pueden poder fin a sus anteriores estilos de vida destructivos, formas de vida que produjeron una degeneración negativa y una mala calidad de vida, y a cambio de eso pueden crear una regeneración positiva de mente, cuerpo y alma: la filosofía de «Yo puedo».

  Los clientes deben hacerse a sí mismo las siguientes preguntas: ¿Por qué estoy yo aquí? ¿Qué estoy haciendo para cambiar? ¿Dónde quiero ir? ¿Qué aspecto me gustaría tener y cómo me gustaría sentirme? ¿Es la salud VERDADERAMENTE importante para mí? ¿Cómo de importante? ¿Puedo hacer los cambios necesarios? ¿Los haré? ¿Abandonaré el rebaño, el pasado, a favor de un futuro más prometedor? En sus respuestas radica el éxito de ambos, del cliente y del consejero.

B.    ¿Qué va mal con la ciencia médica?

Puede haber una cuestión que surja cuando el consejero comience a tratar con clientes y a que algunas veces nos debemos enfrentar. La pregunta es: «¿Por qué la ciencia médica está equivocada?» La respuesta a esta pregunta tan enigmática para muchos clientes la han dado muchos escritores y pensamos que la mejor forma de resumirla es la siguiente: que la ciencia médica está equivocada porque ¡siempre está cambiando!

La verdad nunca tiene motivo para cambiar porque la verdad siempre es verdad, en cualquier época y en todas las circunstancias. Nunca podemos alejarnos de la verdad y seguir siendo verdaderos científicos.

La capacidad del organismo humano para curar siempre está ahí mientras haya vida. ¡Eso no cambia! La replicación celular continua, generación tras generación, mientras exista la fuerza de vida. ¡Eso no cambia! Puede convertirse en un esfuerzo debilitado, pero está ahí. El organismo secreta las mismas secreciones, de la misma forma y por las mismas razones, cada uno con su propia especificidad. ¡Eso no cambia! Todas las cosas, fuerzas y acciones características de la vida permanecen. Los únicos cambios que se producen están en el desgaste del poder orgánico, debido a un comportamiento incorrecto, y el consecuente desgaste de la capacidad funcional celular y, por tanto, también de los órganos y sistemas.

A nadie le agrada que le digan que ha estado adorando a un dios falso.

Una vez tuvimos una consulta con un hombre al que llamaremos Albert. Habíamos cubierto mucha de la información comentada hasta ahora en esta unidad. Albert escuchaba atentamente al tiempo que aprendía cómo es posible desandar el camino y recuperar un mejor estado de salud. Pronto, su cara comenzó a mostrar una gran frustración y rabia. Comentó: «¡Qué tonto he sido! No sólo he malgastado mi salud sino también mi dinero persiguiendo un milagro. Sólo hace un mes, asistí a una conferencia y el conferenciante ofrecía una panacea para todos mis trastornos. Caí en la trampa y pagué unos buenos cien dólares. He hecho esto miles de veces y ¿para qué? ¡Por una mentira! Ahora me doy cuenta de que he hecho el papel de protagonista en una completa farsa!»

Otro caso: Morrie pesaba unos 135 kilos y sufría de dolores artríticos. Nos contó cómo había consultado con un total de 26 médicos durante el último año y no había encontrado alivio. Al contrario, sus dolores habían empeorado, las inflamaciones eran mayores y se habían endurecido, sus músculos se había atrofiado. El último médico que vio lo mandó a un especialista de trastornos reumáticos. Esta consulta había sido la gota que colmó el vaso de Morrie. Había durado unos 15 minutos; la factura de 60.000 dólares. ¿El consejo? «Tómese una aspirina cuando le duela.»

Morrie llevaba años tomando aspirinas. Completamente desconcertado y desilusionado, confuso y desesperado, Morrie era un blanco excelente para algunos charlatanes médicos. Por suerte, llegó a nosotros. Ahora nuestro deber inmediato es —como lo será para todos los consejeros higienistas— hacer reales los métodos orgánicos: el del poder interno curativo, la maravillosa sabiduría del organismo para controlar los esfuerzos curativos, para hacer que tengan una conclusión exitosa. Si no se hace esto, el camino de la transición puede ser muy difícil, porque una mente enturbiada con las sombras del pasado  permanecerá llena de dudas, incluso de miedo. Compete a todos los consejeros preparar la escena con tanta perfección como sea posible. Al hacerlo, ayudan a sus clientes a conseguir que la transición, desde el pasado hacia una vida mejor, tenga éxito.

Para tener éxito y si deseamos que los clientes cambien debemos motivarlos. De otra forma, ellos tienden a invertir sus energías (fuerza vital) permaneciendo donde están y no en hacer todos esos cambios que los humanos deben llevar a cabo si desean triunfar. Se debe cultivar una sólida fe antes de que nuestras esperanzas de progresar se conviertan en un hecho. A los clientes se les debe animar a que inviertan su fuerza vital en construir una vida mejor y no en permanecer donde están; si no lo hacen así, su vida cada vez será peor. La vida es tal que cada uno de nosotros tiene esta opción: permanecer prisioneros de los errores de nuestro pasado o continuar en el negocio de la vida con una vida mejor, quizá una que sea mejor de lo que nunca hemos imaginado o esperado disfrutar. Por tanto, durante esta primera fase del viaje de transición de un cliente, nosotros debemos preparar el escenario. Nosotros presentamos a nuestros clientes algunos pensamientos nuevos, nuevas ideas, nuevos conceptos, una nueva fe y nuevas esperanzas. En otras palabras, ¡presentamos la Higiene Natural!

I.    LOS SEIS PASOS HACIA LA PERFECCIÓN

A.    El problema

  Ahora el cliente debe comenzar su transición personal hacia una vida mejor. El primer paso conlleva que tanto él como el consejero tengan una perspectiva clara del PROBLEMA: de su extensión e intensidad. Hay varias herramientas que son pertinentes aquí: el historial médico, el perfil dietético, los intercambios de información.

  El cliente debe darse cuenta de que reconocer el problema o la vulnerabilidad ante una afección determinada es el primer paso para resolver lo uno o lo otro, sea lo que sea, y que tiene solución gracias a la aplicación sistemática de las prácticas y principios higiénicos demostrados (verdaderos): todos los conceptos aprendidos en este curso de Ciencia de la Vida. Debemos llegar al subconsciente y establecer una CREENCIA, quizá no completa en esta primera etapa pero que comience a emerger: la creencia de que: «¡SÍ, YO PUEDO HACERLO! Yo puedo hacer esta transición!» El Gráfico del Plan Maestro que viene a continuación también puede sernos muy útil como herramienta explicativa.

El PLAN MAESTRO

B.    El Plan

La segunda «P» hacia la perfección es la formulación del PLAN DE ACCIÓN personal del cliente. Para formular este plan, las causas posibles de enfermedad (Hábitos nocivos, deficiencias en el estilo de vida y alimentación; excesos en el estilo de vida y de alimentación y causas emocionales) y, después, descubrir aquellos considerados los principales responsables de los trastornos que en la actualidad sufre el cliente. El Plan Maestro puede ser muy eficaz aquí.

Por ejemplo, los clientes pueden ver que el ejercicio es un requisito orgánico, parte del PLAN MAESTRO DE VIDA. Si hasta ahora los clientes han vivido una vida más bien sedentaria, ahora estarán más dispuestos a aceptar el hecho de que, si desean una vida mejor —con todo lo que implica el término— DEBEN hacer ejercicio. Se debe incluir un programa de ejercicios adecuado como parte de su plan, lo que será uno de sus primeros «pasos de bebé» hacia la Perfección.

Se debe estudiar el Perfil dietético y realizar cambios allí donde estén indicados. En el Plan Maestro cada requisito orgánico debe estudiarse por separado hasta que se haya completado el propio PLAN del cliente.

Mientras estábamos escribiendo esta sección, el caballero que conocimos al principio de la unidad, Fred, nos telefoneó. Ahora está comiendo y disfrutando de las comidas y, lo que es más, duerme toda la noche, algo que no podía hacer desde que su mujer murió. Además, los horribles dolores de gases que parecían apoderarse de su corazón han desaparecido por completo. Nos confesó que se había sentido dominado por el miedo de que también él moriría de cáncer y, al recordar los años de tortura que sufrió su mujer, incluso había llegado a pensar en el suicidio. Nos llamó porque, si era posible, quería adelantar su próxima cita. Fred tiene prisa. Ahora ve que la perfección es una posibilidad real. Y una real también para él.

Debemos hacer que los clientes se den cuenta de que ya no pueden vivir en el «mundo de si…». ¡Si sólo hubiese comido correctamente! ¡Si hubiese seguido jugando al tenis! ¡Si hubiese descansado más e ido menos de fiesta! ¡Si sólo hubiese aceptado las responsabilidades de ser humano! ¡Si sólo no hubiese comido toda esa horrible comida basura! Debemos dejar a un lado el mundo del «si». Es hora de eliminar todas las causas de una mala salud, una a una, quizá; o incluso de una vez si eso es lo indicado.

Conforme la confianza en el consejero y en las prácticas y filosofía higiénicas aumente, el cliente nos irá revelando los errores específicos que cometió en su pasado. Cada uno debe ser tratado en su momento.

Los hábitos nocivos más difíciles de identificar son, sin duda alguna, aquellos de origen emocional. La importancia que la psique tiene sobre el bienestar físico es también una de las cosas más difíciles de conseguir que el cliente entienda en su consciente. Los clientes suelen mostrarse vacilantes a exponer ante la opinión pública sus miedos privados y a ponderar los efectos nocivos de esas huellas.

Joan nos ofrece un ejemplo excelente de cómo un cliente puede enfrentarse a una devastadora red de miedos y penas. Con casi 70 años, Joan estaba viuda. Hacía poco que había enterrado a su marido, víctima del cáncer. Pasó a través de algunos de los primeros pasos de la transición con dudas porque tenía reservas mentales. Llevábamos trabajando con ella casi un año antes de descubrir que tenía un profundo miedo sobre su futuro. Sola, sin ningún vínculo familiar estrecho, se preguntaba sobre su bienestar económico, sobre su futura salud, sobre acabar sus días en un asilo como muchos de los de su edad, o quizá pasar la agonía que había pasado su marido durante sus últimos días. El miedo y la pena inundaban su alma impidiéndole progresar.

Animamos a esta mujer a unirse a un grupo de personas que se encontraban en su misma situación, solas. Allí encontraría amistad. Conforme fue adquiriendo salud, comenzó hacer planes. Vendió su casa, que le costaba mucho mantener, y se mudó a un complejo de apartamentos donde siempre estaba rodeada de gente de todas las edades, en especial en el pequeño centro de recreo que mantenían los propietarios. Poco a poco comenzó a dejar de lado sus temores y por lo primero que nos dimos cuenta fue porque Joan volvió a reír. Y, conforme aumentaba su alegría por vivir, aumentaba su bienestar. Ahora Joan busca soluciones en vez de sufrir derrotas.

En el pasado, las enseñanzas médicas actuales nos han lavado el cerebro para separar el centro cerebral del resto del organismo. En realidad, esto no se puede hacer, ya que nuestro centro cerebral no sólo consiste en los nervios aislados sino también en los fluidos que bañan las células. Por virtud del diseño humano, la composición de estos fluidos está regulada por el suero sanguíneo que, a su vez, contiene todas las secreciones que emanan de todas las células de todas las glándulas y tejidos, las que permean y se difunden por todo el organismo.

Cada órgano contribuye a la química del cerebro, al igual que cada célula; y el cerebro, de esta forma influido, envía sus constantes mensajes. No hay un solo centímetro cuadrado en toda la comunidad de células orgánicas que no esté influido por la tensión de las células cerebrales agotadas debido a los trastornos emocionales o a las toxinas contenidas en los fluidos que las mantienen.

El miedo constante a los que nos puede deparar el futuro puede hacer que ese futuro se materialice y se convierta en presente. Las preocupaciones pueden dañar e incluso paralizar los órganos digestivos. Por eso es que se deben descubrir los miedos ocultos y hacer entender al cliente la importancia del control mental. La acción positiva debe reemplazar a los «si…» y preocupaciones del pasado.

El cliente y el consejero deben comprender que no existe el movimiento progresivo suspendido. Para que se genere salud, debemos cambiar hacia la salud. Esta la razón por la que formular un PLAN factible —uno considerado así por los propios clientes— es esencial para un futuro progreso. Si los clientes quieren romper su conexión con la toxemia y comenzar la transición hacia una vida mejor, deben identificar y reconocer sus problemas, comprender las posibles causas de sus problemas y, después, con la ayuda y guía del consejero, desarrollar un plan sólido y factible para resolver los problemas.

Además, el consejero debe enseñar al cliente el concepto de que AHORA es el momento para tomar el control de su propia vida, para aprender de forma inteligente a auto controlarse, y que esto debe hacerse basándose en hechos sólidos y demostrados desde el punto de vista fisiológico, biológico y anatómico; que ya no puede permitirse basar su bienestar en datos controlados demográficamente o en terapias médicas que han fracasado en el pasado. Debe aprender a controlar el organismo y la mente de forma inteligente según las capacidades y limitaciones establecidas por su diseño personal.

Todos los acostumbrados métodos con los que abusamos de nosotros mismos deben ser descubiertos, identificados y corregidos. Esta es la razón de por qué el PLAN nunca puede ser estático. Debe estar sometido a los continuos cambios y ser modificado de vez en cuando para satisfacer todas las necesidades específicas del cliente de la mejor forma que se puedan determinar. Se debería dejar muy claro que si los clientes se controlan bien a sí mismos y satisfacen adecuadamente las necesidades de la vida (el Plan Maestro), comenzarán a disfrutar de un mejor estado de salud. Si no lo hacen así, con seguridad, lo contrario alcanzará su máximo apogeo.

1.    Los informes del cliente

  Una vez comenzados los primeros cambios, le pedimos al cliente que nos dé un informe a los siete días o, al menos, a las dos semanas. Le pedimos que responda cuestiones tales como: ¿cómo ha reaccionado el estómago a los cambios dietéticos? ¿duerme mejor? ¿cuántos kilos ha perdido, si es que ha perdido alguno? Les animamos y anotamos todas las respuestas positivas. Esto ayuda a animar tanto al cliente como al consejero.

  Las vacaciones siempre suponen un tiempo difícil para los recién llegados a la Higiene Natural. Las pasadas Navidades celebramos una fiesta el día de Navidad. Disfrutamos de una comida higiénica y de la camaradería. Nadie echó de menos las prácticas destructivas de la salud tan comunes en esta época del año y fue interesante notar que pocos de nuestros invitados padecieron resfriados o la típica gripe. Repetiremos esta clase de fiesta de vez en cuando.

  Por desgracia, algunos clientes encuentran impedimentos en los miembros de su familia o de su grupo de iguales, por lo que muchos comienzan a fallar. Para estos es esencial que se conciencien para seguir su minuciosamente su plan. Deben aprender a no sentirse culpables por no comer o actuar exactamente como los demás miembros de la familia, o como las masas. Les podemos ayudar en estos momentos difíciles enseñándoles a reafirmarse, una y otra vez, si es necesario, tanto en silencio como en voz alta, en «NECESITO estar más sano de lo que estoy. NECESITO comer de esta forma. DEBO comer de esta forma. QUIERO vivir mejor y de la ÚNICA forma en que puedo disfrutar de la vida es HACER LO QUE DEBO HACER. Por tanto, LO HARÉ. ¡Y PUNTO!.»

  Los clientes deben entender, y pronto, que cualquier cosa en la que esperen convertirse ahora depende de lo bien que satisfagan ahora sus necesidades nutritivas básicas. Los estudiantes de este curso tienen mucho que enseñar a aquellos que buscan su consejo. Saben cómo formular un programa alimentario; sobre la calidad de los alimentos; dónde comprar alimentos cultivados orgánicamente. Saben qué alimentos son los que mejor se adaptan a los humanos gracias a su diseño estructural y a sus exigencias biológicas. Esto debe enseñarse al cliente, de otra forma siempre dependerán de los demás. Incluido en el PLAN siempre debe haber instrucciones específicas sobre temas como la calidad del aire y del agua, la cantidad de alimentos que se pueden ingerir en una comida o durante el día, al igual que información sobre cómo y cuándo comer. Hay mucho que los clientes deben aprender y demasiado poco tiempo para compartir todo el conocimiento.

  El tiempo de transición es una experiencia de aprendizaje. Es un periodo que requiere mucho cambio, tanto de pensamiento como de obra. Los clientes deben aprender las prácticas, alimentos, sustancias y fuerzas que son contrarias a la vida, destructivas de las células corporales, de la fuerza vital. También deben aprender la mejor forma de controlarse a sí mismos en una nueva y mejor dimensión de la vida. De forma ideal, progresará a partir de una simple e inicial  fase fisiológica, física y sensorial, casi de descanso, hacia las primeras y extrañas formas de combinar y comer los alimentos; y después, deben adaptar esto con un montón de cambios útiles en todo el estilo de vida. De forma ideal, al finalizar el periodo de transición, el cliente debería haber aceptado por completo todas las formas de comer y vivir higiénicas, esto gracias a los resultados positivos obtenidos.

2.    La historia de Bess

El problema de cualquier persona puede existir en realidad, puede ser del aquí y ahora como, por ejemplo, una dolorosa afección artrítica. O puede existir una VULNERABILIDAD, una predisposición debido a una debilidad sistémica heredada de alguna afección, ya sea conocida o desconocida. Con frecuencia, la raíz de estos problemas de vulnerabilidad suelen ser unos hábitos culturales erróneos. Heredamos los errores culturales de los profesores de nuestra infancia: ¡no la tendencia a la enfermedad!

Bess, con 34 años, es un ejemplo clásico de esto. En nuestra primera consulta comenzaba a experimentar algunos temblores en las manos que, con el estrés, se convirtieron en algo bastante molesto. Se acordaba de que su madre, al final de sus días, había padecido la enfermedad de Parkinson. Bess estaba aterrada.

Elaboramos un plan que era totalmente nuevo y extraño para Bess, pero que siguió con éxito durante seis meses. Los temblores desaparecieron, incluso cuando estaba bajo un fuerte estrés. Por eso, Bess comenzó a descuidar su plan y, siendo soltera, comenzó a salir de vez en cuando a tomar una pizza; después, estas salidas se hicieron más frecuentes. No asistía a nuestras citas, por lo que la borramos de nuestra lista de clientes.

Hace más o menos un año, una penitente Bess volvió al redil, y esta vez quizá más asustada que antes. Los temblores habían vuelto, con tanta intensidad que ya no era capaz de satisfacer de forma adecuada las exigencias del importante trabajo que tenía. Su vulnerabilidad había finalmente penetrado en el consciente de Bess. Ahora sabía, con una comprensión mucho más profunda, que era vulnerable porque su sistema nervioso no podía aguantar los ataques que ella había realizado sobre él. Desapareció toda duda sobre la necesidad que tenía de vivir higiénicamente. Ahora estaba segura de que, desde ahora en adelante, tenía que invertir en sí misma. Decidió que quería «dejar entrar toda la vida» y que se dedicaría en cuerpo y alma a esta nueva vida. Esta vez decidió dar el importante TERCER PASO hacia la Perfección.

A.    Prioridad

  ¡Sí! Bess decidió que su PRIMERA PRIORIDAD sería conseguir un excelente estado de salud. Esto es lo que los psicólogos quieren decir cuando se refieren a «llegar al punto del sí». Tras haber estado recogiendo una cosecha enferma por culpa de seguir a las masas, Bess se encontró perseguida por las enfermizas sombras, por los fantasmas del pasado. De esta forma fue que la realidad la llevó al punto del SÍ. Conseguir un excelente estado de salud se convirtió, por necesidad, en su PRIMERA PRIORIDAD.

  Por supuesto, antes de llegar a este punto, Bess pasó por una serie de tormentas emocionales en las que se resentía por las exigencias de su propio yo. Así, durante un tiempo, al igual que intentan hacer muchos clientes, ella intentó imaginarse a sí misma con un mejor estado de bienestar y cogió el desvío que lleva a muchas escaramuzas emocionales, físicas y mentales que la volvió a poner en contacto con las realidades de la existencia orgánica. Descubrió que, como todos los humanos, estaba sometida a leyes orgánicas. Se había sumergido y, de hecho, se había dejado atrapar por los SENTIMIENTOS en vez de por su yo real. Los resultados de sus fantasiosos sentimientos —en vez de mantenerla en contacto con su verdadero yo— y sus expectativas por completo irreales le hicieron finalmente darse cuenta, quizá por primera vez en sus 34 años, de las necesidades sistémicas de su yo. Este periodo de tormentas y dudas se suele llamar el periodo de pensamiento sumergido. Bess sobrevivió a él y desde entonces se ha adaptado bastante bien a su nueva forma de vida.

  Se puede ayudar a los clientes a pasar por el periodo de pensamiento sumergido y, una vez que comiencen a comprobar sus propios pequeños éxitos al seguir una serie de secuencias planeadas, a establecer como su PRIMERA PRIORIDAD personal un excelente estado de salud. Los materiales de estudios impresos y bien escogidos suelen ayudar al cliente a alcanzar el extremadamente importante conocimiento de que la Higiene tiene una perspectiva mucho mayor de la nutrición que las opiniones simplistas expuestas por la mayoría de los dietéticos y médicos. Para el higienista, la nutrición no sólo es un proceso vital mecánico-químico para la vida, sino uno que es muy personal que implica —y esto siempre es cierto— factores emocionales, culturales y fisiológicos, costumbres, etc. Para el higienista, la nutrición incluye todo aquello que le ocurre a los alimentos desde que se introducen en la boca: masticación, digestión, absorción, transporte, asimilación y, por último, eliminación; y todos los factores, influencias y sustancias que pueden afectar a uno de estos procesos o a todos. El higienista y el cliente deben comprender los múltiples aspectos de la escena nutritiva y también que todo se debe hacer con tanta perfección como sea posible, si es que alguna vez queremos alcanzar un estado de salud pleno.

  Si los clientes deciden que ahora desean romper la conexión con la toxemia y eliminar su gravosa sobrecarga tóxica, deben dar una consideración activa a estos aspectos más importantes del autocontrol y llevar a cabo una puesta en práctica inteligente.

  Ante todo y más importante, el periodo de transición es una experiencia de aprendizaje de grandes proporciones, una contraria, en la mayoría de los casos, a toda  formación previa. Necesariamente incluye el llegar a entender que las anteriores formas heterogéneas de comer, beber y vivir que tenía el cliente crearon una locura sistémica y no consiguieron satisfacer sus necesidades sistémicas. El cliente debe aprender que su organismo sólo utiliza la comida con el propósito de usarla como reemplazo. Además, debe adquirir el conocimiento de que ciertas prácticas, alimentos, sustancias y fuerzas comunes son contrarias a la vida y, de hecho, destructivas de las células orgánicas y de la fuerza vital. También debe incluir el descubrimiento de cómo controlarse mejor a sí mismo, con frecuencia en contra de considerables factores sociales y personales, para entrar en una nueva y mejor dimensión de vida. Idealmente, progresará desde los simples cambios iniciales fisiológicos, físicos y sensoriales hasta una completa aceptación de la forma de vida higiénica. ¡El consejero no debería olvidar que esto no es una hazaña pequeña!

  No obstante, es esta experiencia la que al final debería volver a poner a los clientes en contacto consigo mismos. Comienzan a quererse tanto a sí mismos que ya no dudan de que conseguir y conservar un excelente estado de salud debe convertirse y seguir siendo su PRIMERA PRIORIDAD, porque de que hagan esto depende todo lo demás. En este punto es cuando el cliente comienza a entender el valor práctico de las expectativas basadas en realidades orgánicas en vez de en mitos que carecen de esencia vital. Aquí es cuando los clientes comienzan a estar convencidos y a establecer su principal propósito en la vida: la necesidad de construir el mayor nivel de salud para sí mismos que les sea posible conseguir. Harán esto no sólo por sí mismos sino por el bien de todos aquellos a quienes quieren y por la sociedad en general. Una vez que se han abierto las ventanas de la mente, el cliente puede entrar en una nueva y hasta ahora desconocida dimensión de vida, una llena con oportunidades que nunca habían soñado.

B.    Actuación

Los clientes tienen sus problemas. Con la ayuda del consejero, tienen que diseñar un plan. Tras una serie de adaptaciones y de buscar en su interior, han decidido que se quieren a sí mismos lo suficiente como para hacer de la construcción de la salud su Primera Prioridad. Ahora deben poner en funcionamiento el plan, deben ACTUAR.

Como consejeros higienistas no podemos acompañar a nuestros clientes a casa y supervisar su actuación. ELLOS deben trabajar en su propio plan.

Una vez que se ha insistido, y mucho, sobre el plan, satisfaciendo ahora de forma adecuada las necesidades del organismo, las fuerzas cerebrales comienzan a tomar una nueva dirección según la siguiente ley orgánica:

  «Cuando la calidad de los alimentos que entran en el organismo es mayor que la calidad de los tejidos de los que está compuesto ese organismo, el cuerpo comienza inmediatamente a descartar todos los tejidos  y células de menor calidad y las recicla. Todos los materiales utilizables se incorporan junto con los nutrientes de mayor calidad que entran, y son utilizados para crear y construir tejidos nuevos y más sanos. Esto se logra gracias a un proceso continuo, de evolución biológica en el que cada generación de células es más sana que la generación anterior. »

El cliente, por esta razón y según esta ley, debe esperar que se activen ciertos cambios saludables porque su propia inteligencia orgánica inmediatamente reconocerá, por los justos procedimientos, que ciertas mejoras, tanto en el estilo de vida como de alimentación, se están realizando. Comenzarán cambios curativos, constructores de salud, que a veces pueden ser desconcertantes. Es en esos momentos cuando el cliente conocerá, por necesidad, el poder de la única capacidad curativa que tiene, una fuerza curativa residente únicamente en su interior. ¡Él lo tiene todo! Y se trata de una poderosa fuerza que siempre va en la dirección de la perfección mientras se siga el Plan. Tener un plan factible y trabajar en el plan —ACTUACIÓN PERSONAL— alentará la requerida y constructiva ACTUACIÓN INTERIOR. La actuación personal genera una actuación interior positiva y su equivalente, el progreso positivo, que no sólo es físico, sino también mental y espiritualmente.

El cliente pronto se da cuenta de que los esfuerzos de la naturaleza, al contrario que la respuesta de los fármacos, no se deben simplemente a acciones y reacciones químicas, sino que, más bien, son cambios vitales, cambios que han sido creados con exactitud por la propia inteligencia orgánica para corregir lo que era incorrecto y todo eso tendrá una conclusión exitosa, a su debido tiempo y cuando se requiera, gracias a la destrucción celular (catabolismo) seguida por la multiplicación celular (replicación) y síntesis celular (anabolismo). La calidad de la actuación determinará, con seguridad, la calidad del trabajo vital de corrección; y todo estará bajo la dirección del sistema nervioso simpático.

Para explicar nuestra tesis de forma simple: el cliente debe descubrir la mejor forma de controlar su yo (el Plan); llegar a la gran decisión, la Primera Prioridad; y después actuar para realizar el potencial que está dormido en su interior. La Perfección espera al actuante dispuesto y en la actuación hay un mundo lleno de procesos creativos pensados para escribir un nuevo guión de la vida, uno en el que cada vez se realice más el potencial. Todo lo que se pide del cliente es que sea un testigo fiel de la autoridad orgánica.

1.    “La goma elástica”

Pero ser un testigo fiel de la autoridad orgánica suele ser difícil para algunos clientes. Con frecuencia, los recién llegados a la Higiene Natural tienen la tendencia a volver atrás, a los antiguos alimentos agradables al paladar y caen en la tentación de sus antiguos estilos de vida, incluso aunque en la superficie de su mente comprendan que estos alimentos y hábitos incorrectos son los mismos que una vez les hicieron daños.

Esta tendencia tan común que tiene la gente a volver a un pasado más familiar es denominada por algunos psicólogos el efecto de la goma elástica: caer en los viejos hábitos que gustan en vez de seguir unas nuevas y retadoras direcciones que, a veces, incluso pueden ser dolorosas. Si queremos que esta recaída sea un simplemente un acontecimiento momentáneo debemos realizar adaptaciones y acomodaciones, tanto mentales como físicas.

El consejero debería ayudar a los clientes a reconocer la causa que provoca este efecto de «goma elástica»: el hecho de órdenes equivocadas que llegan bien de un cuerpo y mente dañados o de los acontecimientos habituales del pasado, muchos de los cuales dejaron sus huellas en los recuerdos de la niñez y son ilustrativas de la mente infantil. Como buscadores de salud, el cliente debe entrar en su ahora nuevo mundo, en el que constantemente recibirá nuevas instrucciones que son mucho más valiosas, instrucciones programadas por una asombrosa sabiduría interna, y que cada una de ellas está diseñada para llevarles a un cada vez mayor estado de bienestar.

A los clientes les será más fácil hacer la transición si aceptan el hecho de que no están siendo privados de algo deseable, sino que, más bien, se les está ofreciendo una espléndida oportunidad para ENRIQUECERSE. Una vez que admiten esto, suelen estar preparados para adoptar la nueva forma de vida y comenzar, también, a establecer sus propias metas, al principio pequeñas metas fácilmente asequibles. El consejero inteligente permite estas metas fácilmente asequibles y entonces pasa a animar al cliente a que de los necesarios pasos de bebé para alcanzar la Meta Número Uno. En ese punto, si se ha permitido un periodo de adaptación —la cantidad de tiempo depende de las diferencias individuales— es frecuente poder evitar el efecto de «goma elástica». Este tiempo permite que el organismo se equilibre.

Cuando se ha alcanzado una completa acomodación, entonces la Meta Número Dos se convierte en el siguiente reto. Este proceso se sigue hasta que el nivel deseado de bienestar se convierta en una realidad conseguida: se ha superado el reto.

Esta clase de consejos útiles anima a los clientes porque experimentan una sensación provechosa en vez de sentir que se están privando de algo importante. De esta forma, se ayuda al cliente a asumir la actitud de «YO SOY EL QUE TENGO EL CONTROL» en vez de quedarse encerrado en la jaula del pensamiento sumergido de la imperfección y fracasos del pasado.

A.    Paciencia

  Cuando trabaje en su plan puede que el cliente no siempre progrese en línea recta; en realidad, muy pocos lo harán así. Muchos clientes se ven acosados por preocupaciones sociales que pueden tener un gran impacto emocional. Por ejemplo, los clientes pueden preocuparse por no gustarles a los demás, porque los consideren raros o diferentes.

  Déjanos compartir contigo una carta que recibimos justo esta mañana de un joven que se ve acosado con esta clase de preocupaciones emocionales. Este joven vendedor, apuesto, con talento e inteligente muestra las primeras señales de una artritis reumatoide. Sufre un dolor considerable.

  Este joven, llamémosle Kurt, comenzó su programa con un estado mental suicida. Debido a su juventud y a su disposición para actuar hizo un rápido progreso y pronto se olvidó de sus anteriores dolores y malestares. Sin embargo, en su lugar apareció una nueva preocupación: «Me estoy quedando demasiado delgado. Parezco un esqueleto. » —se quejaba—. Así que volvió, en parte, a su pasado. Se convirtió en una goma elástica.

  En su carta nos despide diciendo: «Han sido una gran ayuda e inspiración en mi vida […] Yo no soy un verdadero vegetariano. No va conmigo ni con mi frenético estilo de vida. (No ha comprendido que ha sido precisamente este frenético estilo de vida el que ha generado este trastorno reumático.) Me he quedado demasiado delgado, me siento débil y he comenzado a sentirme deprimido. Por tanto, he llegado a un compromiso: no más hamburguesas, filetes, cerdo, etc., simplemente como un montón de pollo, fruta, verdura, aunque aún me sigue encantando el puré de patatas, etc. Dios les bendiga. » y firma con su nombre.

  Este joven volverá a la Higiene Natural. ¿Cómo lo sabemos? Sus síntomas lo harán volver. Como muy bien dice el Dr. Shelton: «No podemos desobedecer impunemente las leyes de la vida. »

  Debemos animar a nuestros clientes a que tengan PACIENCIA para dejar que sus organismos lleven a cabo el trabajo necesario. Si no es así, ellos fracasarán y nosotros también fracasaremos en cierta medida. Pero si nosotros hacemos lo máximo posible, entonces, está claro, debemos aprender a dejarlo ir. Los nuevos higienistas tienen una opción: soportar un cuerpo hiriente o sentirse contentos de dejar que el resto de las personas «hagan sus propias cosas», que vayan por su propio camino mientras que ellos viven un nuevo y mejor estado de salud que los otros nunca tendrán el privilegio de experimentar.

  Los principiantes en la ciencia de la vida deben convencerse de la exactitud de su plan. Esto, está claro, sólo aparecerá como el fruto del conocimiento, conocimiento sobre sí mismos y sobre cómo encajan en el proceso vital. Deben implicarse en la vida y darse cuenta de lo importante que ésta es, de que es merecedora de sus mejores esfuerzos. Hacer este ajuste puede ser difícil porque a todos nosotros nos han bombardeado mucho con la rebañomanía, pero la paciencia hará que lo logremos.

  El conocimiento puede ayudarnos a construir una especie de sistema de seguridad alrededor de los clientes, uno que sirva para protegerlos de los comentarios, pensamientos y fuerzas negativos que vienen del exterior. Un sistema de seguridad basado en el conocimiento, más un sentido de merecimiento propio nos ayudará a sobrevivir durante el periodo de transición hacia la perfección. Los clientes no deben cerrar la puerta de su mente a la verdad, sino que, más bien, deberían aprender a abrirla a la realidad orgánica.

  Puede que, por desgracia, Kurt progresara demasiado y demasiado pronto, en unas pocas semanas. Sus dolores desaparecieron con demasiada rapidez. Ahora piensa no en su futuro, si no, más bien, en las jovencitas con las que le gustaría salir. Debemos esperar esta clase de comportamiento de vez en cuando. Aquellos que carecen de inteligencia o quienes, como Kurt, poseen falsas normas, puede que no completen su viaje hacia la perfección. Les falta paciencia.

  Pero, la gran mayoría sí lo hará. Serán completamente conscientes de que el organismo establecerá su propio equilibrio metabólico, que de alguna forma se deshará de todo aquello que necesita ser descartado: toda la pútrida, confusa y descompuesta suciedad que acumuló antes de que su yo fuese importante. Erróneamente, Kurt piensa ahora que ha llegado a la Perfección. No obstante, su PRIMERA MEJORA le ha llevado a convertirse en una «goma elástica». Su falta de paciencia le impedirá que, al menos por ahora, alcance su meta final de tener un estado de salud exuberante.

  Las personas mayores pueden apreciar mejor el hecho de que deben controlar su mente y a sí mismos. Deben tener una gran cantidad de paciencia, la suficiente para avanzar en el trabajo que implica la construcción de la salud.

  Debemos hacer lo máximo posible para enseñar a los clientes a fluir con la seguridad del proceso vital, con convicción de que no hay otra forma de obtener su deseo: ese organismo que funciona perfecta y tranquilamente. Debemos desarrollar nuestras mejores capacidades para hacerles entender que cada equivocación, cada error, dejará una huella eterna, que dañará el organismo. Debemos hacer que nuestros clientes aprecien el hecho de que dependiendo de la paciencia que manifiesten ahora dependerá la calidad de toda su futura vida.

  Aprender Higiene Natural significa aprender sobre cooperación: todas las personas consigo mismas y con los demás. Debemos hacer lo máximo posible por enseñar a nuestros clientes a mirar la vida, a anticipar la vida, sabiendo que una vida plena y rica les llegará con toda seguridad, únicamente con que ellos tenga la paciencia y la voluntad para permitir que sea así.

B.    Perseverancia

El equivalente de la paciencia es, por supuesto, la PERSEVERANCIA. Los humanos no podemos ponernos a nosotros mismos en espera. No podemos decir «puede» o «quizá» o «la semana que viene». El organismo nunca se queda en una posición estática. Se moverá hacia delante o hacia atrás, dependiendo si satisfacemos o no las necesidades sistémicas, que varían de un individuo a otro.

Cuando los niveles de energía suben, o bajan, este movimiento, sea cual sea la dirección que lleve, comenzará a acelerarse. Así que una vez que nos embarcamos en esta transición hacia una vida mejor, debemos perseverar en la acción, sabiendo que nuestro plan, nuestra actuación, nuestra paciencia y nuestra perseverancia nos recompensarán con dones, con enormes dividendos, si lo prefieres. Por citar sólo algunos:

1)    Una mejora de la salud y paz de cuerpo y alma.

2)    Dividendos económicos de incalculable valor.

3)    Limpieza interna para liberar las reservas de vitalidad que ya se han gastado, lo que proporciona una mayor capacidad para vivir siempre con salud.

4)    Reducción o completa eliminación de obstáculos internos que restringen y limitan el buen funcionamiento.

5)    Proporciona una nueva perspectiva espiritual del significado de la vida y de la razón de nuestra propia existencia; una respuesta de «¿por qué he nacido?» «¿Por qué me han elegido a mí para recibir este precioso don de la vida?»

6)    Eliminar nuestra antigua dependencia de los pseudo alimentos artificiales, fármacos, pociones y toda clase de falsos estimulantes.

7)    Nos ofrece un nuevo comienzo, una nueva dimensión de vida que puede ser emocionante, provocativa, prometedora e inmensamente provechosa tanto para nosotros mismos como para los demás.

8)    Establece una permanente alegría de vivir.

9)    Ofrece un valioso ejemplo para los demás de lo que se puede lograr en las vidas de aquellos que conocemos durante nuestra vida si vivimos higiénicamente.

10)   Una rara oportunidad, ofrecida sólo a unos cuantos, para escribir nuestro propio y sugestivo guión de vida y esto, además, a pesar de nuestra edad cronológica o fisiológica.

I.    LA NECESIDAD Y EL RETO

Esto es, pues, la necesidad y el reto de la transición hacia una vida mejor. Alguien dijo una vez; «Nosotros no rezumamos en salud ¡la elegimos!» Cada cliente debe quererse tanto a sí mismo que elija seguir las Seis «P» hacia la Perfección. Debe darse cuenta, por cualquier método, de la autoridad de la ley orgánica y, al desear la vida plena, entonces, elegir hacer algo más que aceptar de dientes para fuera esta autoridad y, en vez de eso, optar por vivir de acuerdo con ella y, lo que es incluso más importante, perseverar, no importa lo mucho que pueda tardar en alcanzar su propia meta final.

En otras palabras, el cliente que tenga éxito toma la gran decisión de abandonar al rebaño enfermo y, en cambio, elige una vida plena, la mejor vida, la perfecta salud. Una vez que ha hecho esto, todo lo que cliente debe hacer es centrarse con seriedad y profundidad en esta meta, siempre motivado por los buenos resultados que siguen al despertar de la acción inteligente.

Harry es un caso que viene a propósito. Se había visto a sí mismo convertirse en un bebé de 50 años, completamente dependiente de los demás, una carga para su familia y para sí mismo. En nuestra primera consulta, su mirada estaba llena de terror.

Harry lleva casi un año siendo higienista y ha llegado al punto en el que confía por completo en que llegará el día en el que no tendrá que depender de los demás para todo.

A Harry aún le queda ayunar un día entero pero, impertérrito, dice: «No se preocupen, lo haré. Lo conseguiré.» Y nosotros estamos seguros de que será así. Esta es la confianza que se requiere para recoger las recompensas de una transición con éxito. Harry ya está esperando con ilusión el día en el que pueda asistir a una de nuestras fiestas o reuniones y allí contar su maravillosa historia y que otros puedan adquirir la profunda convicción que él tiene de la exactitud de los caminos higiénicos. Harry suele preguntar con frecuencia. «¿Creéis que yo puedo hacerlo? Nuestra respuesta es «¡Por qué, por supuesto que puedes! Y entonces un sonriente Harry nos contesta: «¿Sabéis? Yo creo que realmente puedo. » El reto ha sido aceptado.

Alguien dijo una vez: «La mente crece extendiéndose, no descansando.» Seguramente, nuestros clientes hagan una transición con éxito cuando les ayudemos a que sus mentes alcancen las maravillas que encierra la verdad científica de la vida; cuando les enseñemos el conocimiento de que la vida nunca es estática, sino, más bien, un juego dinámico de fuerzas; y que, siguiendo los fáciles caminos de la naturaleza, ellos pueden participar en un dinamismo positivo que, con todo seguridad, hará realidad sus sueños. Tanto los clientes como los consejeros deben respetar la necesidad y aceptar el maravilloso reto de la vida. Después de todo, todos estamos en el proceso de LLEGAR A SER, y lo que deseemos llegar a ser, eso LLEGAREMOS A SER.

PREGUNTAS SOBRE LA UNIDAD

PREGUNTA: Yo sé que la Higiene Natural funciona. ¿Recuerda cómo mi presión sanguínea bajó desde 20 hasta casi llegar a estar normal? Bien, ahora ha vuelto a subir. He vuelto a mi medicación. Vuelvo a tenerla controlada de nuevo y con la dosis más baja que he tomado durante años, pero parece que no puedo quedarme ahí. Estoy bien hasta que llega la noche. Entonces, como bien saben, vuelvo a las palomitas y a la cerveza. Y, como pueden comprobar, he engordado unos 4 kilos desde que estuve ahí por última vez. ¿Qué puedo hacer?

RESPUESTA: Muchos clientes principiantes vuelven atrás. Nosotros llamamos a esto el efecto «goma elástica». Me gustaría resaltarle un hecho que parece que usted ha pasado por alto. A pesar de su momentáneo desliz hacia los malos hábitos del pasado, me dice que su dosis de medicación es ahora más baja. Eso debería decirle algo. ¡Ha tenido éxito! Ha conseguido algo que había sido incapaz de hacer durante años. No tiene que intoxicarse a sí mismo. ¡Su programa higiénico está funcionando! Ahora, debe decidirse a dar el siguiente paso y desarrollar control mental. Cuando le entren ganas de palomitas, no haga caso. Saque al perro a dar un paseo, beba un vaso de agua caliente o comience a hacer ese crucigrama. Dirija con energía su mente hacia otra actividad. Decídase, no importa cómo, a seguir por el buen camino. Llegue al punto en el que ya no necesite esa muleta, las palomitas, o cualquier otra muleta. Usted puede hacerlo. No se permita a sí mismo retroceder. ¿Sabe? Normalmente obtenemos lo que queremos de la vida. Si lo que quiere es un excelente estado de salud y todo lo que ESO puede significar para usted, entonces, hará lo que sea necesario para conseguirlo ¡incluso dejar las palomitas!.

PREGUNTA: En algún punto de esta unidad, usted ha dicho algo sobre que el organismo crea su propio equilibrio metabólico. ¿Qué quiere decir con eso?

RESPUESTA: Me alegra que me haga esa pregunta. Verá, existen terapeutas que cobran barbaridades por aconsejar. Afirman poder equilibrar la actividad metabólica de sus clientes  haciendo malabares con distintas clases de minerales y otros suplementos.

Conocimos una mujer a la que le acaban de dar de alta de un hospital tras haber padecido una neumonía. Como era natural, se sentía débil y cansada. Carecía de fuerza. Se dejo arrastrar por uno de estos farsantes artistas. Compró (por supuesto, a él) docenas de botes de hormonas y enzimas, de vitaminas, varias clases de pastillas de potasio y selenio, tomaba tabletas de zinc y calcio. En realidad, era dueña de una verdadera tienda de salud. La estaban equilibrando metabólicamente.

Pasado un tiempo, esta mujer estaba llena de minerales, hormonas, vitaminas y un montón de suplementos. Se debilitó aún más y se sentía completamente confundida. Verá, cuando tiene un estado de salud pleno, el organismo nunca está confuso. Cuando tenemos un estado de salud pleno, estamos metabólicamente equilibrados. Tenemos en nuestro interior una cantidad adecuada de todos los nutrientes, nuestras células cogen los nutrientes que necesitan y expulsan sus desechos, que son obedientemente rodeados, transportados a su destino adecuado y eliminados con rapidez. El equilibrio —homeostasis— forma parte de un estado pleno de salud. Esto es a lo que los higienistas se refieren por equilibrio metabólico. Y, para decir la verdad, no hay una forma exacta de determinar las necesidades exactas de ningún sistema humano en un momento determinado. Nuestras necesidades cambian con cada matiz de vida, con cada transmisión nerviosa. No hay mente humana que pueda predecir dosis para humanos que satisfagan este caleidoscopio cambiante de necesidades sistémicas. Sólo su organismo puede hacerlo. Una vez que comenzamos la transición hacia una vida mejor, eso es exactamente lo que comienza a suceder. El cuerpo comienza a equilibrarse a sí mismo. Y si no hay ninguna interferencia externa, hará un gran trabajo.

PREGUNTA: Mi «enganche» es la leche. Llevo bien lo de las comidas de frutas, pero he bebido leche desde que puedo recordar. Mi padre era médico y solía traer a casa tres litros y medio de leche para los dos hermanos. ¿Me hará daño si este es mi peor hábito?

RESPUESTA: El guión de la niñez suele ser la más exigente de todas las experiencias de nuestra vida. Verá, sus experiencias y hábitos de la niñez fueron reforzados para la autoridad parental en la que usted tenía confianza plena. Sin embargo, ahora usted y yo somos adultos. Ahora cada uno escribimos el guión de nuestra propia vida, recorremos el curso de nuestra propia vida. Debemos excusar los errores de los padres. Ahora sabemos que toda clase de leche, excepto la leche materna en la infancia, no es un alimento humano, que consumirla puede acarrear coágulos arteriales y daños cardiacos, arteriosclerosis y todas las variantes de afecciones degenerativas. También debemos aceptar el hecho de que la leche es una amenaza indigestible. Los daños que sufra dependerán de la cantidad que beba. Si está dispuesto a aceptar esos daños y está claro que en este momento usted no conoce exactamente cuáles pueden ser, entonces puede seguir bebiendo leche, puede seguir siendo un niño. Sólo podrá culparse a sí mismo de cualquier daño que pueda ocurrir. A veces llamamos a esta clase de vuelta atrás «la suave muerte».

PREGUNTA: Hace poco fui a una clínica y el personal médico me hizo un Test Citotóxico. Me costó casi 300 dólares, pero determinaron que tenía alergia a 58 alimentos diferentes. ¿Qué demonios puedo comer? Me han quitado los cereales, el helado, toda clase de carne excepto el cordero. ¡Dios! ¡Me han quitado casi todo lo bueno! ¿Qué me aconseja?

RESPUESTA: Mi consejo es que consulte con un consejero higienista experto y comience su transición personal hacia una vida mejor. En otras palabras, es hora de que ponga la casa de su organismo en orden. Le garantizo que si sigue el camino de la Ciencia de la Vida, pronto podrá olvidarse de sus 58 alergias y, lo que es más, comenzará a disfrutar de cada bocado. Lo que es más, se puede olvidar de clínicas médicas y de su personal y —lo que es más importante— de lo que estos le aconsejan. Sus alergias son una prueba de que su organismo está luchando desesperadamente por protegerle de todos esos denominados buenos alimentos que ha estado ingiriendo. Amigo mío, siento decirle que ha estado viviendo en un paraíso de locos. Recuerde lo que nosotros decimos «la vida nunca está estática». Ahora se encuentra en una encrucijada. Espero que elija el camino de la transición higiénica hacia una vida mejor. Es un camino que puede estar lleno de logros, de promesas realizables.

PREGUNTA: Mi hija está tan obesa que hace poco la han despedido del trabajo porque sus movimientos eran tan lentos que no podía mantener el ritmo de sus colegas. Ella llevaba bastante bien su dieta, creíamos nosotros, pero cuando ocurrió esto, descongeló una pizza enorme, la roció con salsa picante de lata y ahora está a base de pizza y vomitando todo el tiempo. ¿Qué podemos hacer con esta chica?

RESPUESTA: En primer lugar, ya es hora de que dejen sus papeles de padres. Su hija está llegando a la mediana edad, según se mide comúnmente. Ya es hora de que deje de controlar a su bebé y entre en una nueva vida, que se cuide a sí misma. Por lo que respecta a su hija, lo más adecuado para ella sería dejar inmediatamente de comer cualquier cosa hasta que su sistema se estabilice. En resumen, debería ayunar hasta que la situación se controle a sí misma. Le aconsejaría que fuese a un Centro Higiénico para hacer un ayuno y descanso extenso. Entonces tendría mejor aspecto, se sentiría mejor, sería más rápida y más flexible. En breve, estaría mejor preparada para controlar su propia vida y dejarla a usted libre para hacer las cosas que usted necesita hacer en el aquí y ahora del curso de su propia vida. En cualquier caso, deje que su hija controle su propia vida y usted dedíquese a controlar la suya propia.

RESUMEN

La vida es cambio. Podemos cambiar para mejor o para peor. No podemos permanecer siempre como estamos. La vida no es así. Tanto a nosotros como a nuestros clientes nos espera una vida mejor cuando comenzamos la transición hacia una vida mejor simplemente siguiendo las prácticas y principios higiénicos demostrados. El objetivo del consejero higienista debe ser utilizar su sabiduría y conocimiento; recursos, fuentes de información y experiencia y, si es necesario, un poquito de maña para mantener al cliente por el camino correcto una vez que han comenzado. No siempre tendrá éxito, pero sí lo tendrá en el número suficiente de casos como para que le merezca la pena.

Los seis pasos hacia la perfección son: reconocer y aceptar que existe un problema o un PROBLEMA potencial; la cuidadosa formulación de un PLAN adecuado, uno basado en sólidos principios biológicos, fisiológicos y anatómicos, un plan creado específicamente para satisfacer las necesidades del cliente; que el cliente establezca como su primera PRIORIDAD el lograr cualquier nivel de salud que le sea posible conseguir en la actualidad; ACTUACIÓN, poner en marcha el plan para conseguir el potencial que sea posible para el cliente; PACIENCIA para mantenerse en el camino de la transición, dándose cuenta de que el tiempo es de esencia tanto en asuntos de salud como en asuntos legales; y, por último, la PERSEVERANCIA para trabajar en el plan, un día y otro, siendo constantemente animado e inspirado por pequeños o grandes éxitos, según ocurran.

Una vez que los seis pasos se hayan incorporado en el pensamiento del cliente y en su guión de vida, tendrán asegurado el éxito. La transición hacia una vida mejor puede convertirse tanto en una necesidad, en un reto o, lo que es más, en una continua hazaña real. Una vez que una transición exitosa se ha convertido en un hecho en la vida de nuestros clientes, descubrirán que ahora tienen tiempo para sí mismos: tiempo para disfrutar y explorar todo lo que la vida tiene que ofrecerle y la vitalidad para satisfacer todas sus oportunidades y retos.

Como consejeros higiénicos deberíamos recordar que todo comienza con el primer pensamiento. Si podemos plantar en la mente de nuestros clientes la semilla de que es posible para ellos conseguir una vida mejor y animarlos a que rieguen la nueva semilla, que la alimenten y que se quieren así mismos completa y profundamente y que en su obra vivan en salud, entonces habremos hecho bien nuestro trabajo. Las semillas que plantemos hoy serán los frutos de todos los mañanas que aún quedan en las vidas de aquellos a los que aconsejamos. Y esa es nuestra propia necesidad y reto.

TEXTOS SUPLEMENTARIOS

(Hace poco recibimos una Hoja de Respuestas, un examen final, de una estudiante de New Hampshire, la esposa de un médico quiropráctico que, además, también es una de nuestras estudiantes. Sus comentarios tienen mucho que ver con lo que tratamos en esta unidad, por lo que hemos decidido incluirlos como lectura suplementaria.)

De Guylaine R. Aragona

La mayoría de las personas controla y utiliza sus cuerpos descuidadamente, pensando que el cuerpo está hecho para funcionar con un uso y abuso excesivo. Las personas de esta clase serían los aficionados a las comidas rápidas: la pandilla de las hamburguesas McDonals, los bombones, patatas fritas y las comidas preparadas y listas para ingerir, guarnecidas con todas las sustancias químicas imaginables. Son aquellos que se sienten estupendamente, pero que no pueden realizar ciertas tareas ni tampoco la flexibilidad de su cuerpo les permite realizar todos los movimientos, sólo porque ya no tienen 16 años. ¡Qué excusa más mala! Mi abuela tenía 80 años y les podía dar cien vueltas. Claro está que ella tenía su propio huerto, en el que trabajaba con dedicación, y preparaba casi todas sus comidas con los productos que ella misma había cultivado. Se iba a la cama a las 9 de la noche y se levantaba a las 6 de la mañana, lista para empezar el día, con una familia, una casa y todo lo que conlleva un día de trabajo. Entonces, ¿cómo es que a los 80 años estaba tan en forma? Porque estaba en armonía con su organismo, con lo que ocurría dentro de él y con la propia vida.

En estos días, las personas intentan hacer dinero rápido, estresando en exceso sus organismos e introduciendo en él cualquier cosa que satisfaga el hambre o que sepa bien, como la comida basura (pasteles, patatas fritas de paquete, etc.). Cuando no se sienten bien, les echan la culpa a la edad o los “virus” que hay por el entorno, pero nunca piensan que ha sido por culpa de que ellos mismos se han excedido. Con el tiempo, cuando la artritis les golpea, buscan alivio en los fármacos, sin darse cuenta de que tienen que cambiar sus intolerables hábitos dietéticos y de vida, pensando que se curarán de forma milagrosa. ¿Por qué hacer algo por ti mismo cuando unas cuantas pastillas lo hacen por ti? Y si un órgano o algunos huesos tienen que quitarse o enmendarse, uno aún puede seguir funcionando, aunque sea mal. Obviamente, la mayoría de la gente tiene el cerebro lavado para pensar que puede seguir abusando de su cuerpo y que los fármacos y sustancias químicas pueden curar las enfermedades y malestares que uno mismo se ha ocasionado. Por desgracia, hay mucha gente cuya vida está regulada por los medicamentos: tomarse la pastilla para la úlcera a las 4, esta otra pastilla para la vesícula biliar a las 4,30 y asegúrate de que te tomas la pastilla de minerales a las 8 y, antes de cenar, a las 9, etc. El dinero que gastas en sustancias químicas que, para empezar, tu organismo nunca puede absorber, provoca que el propio organismo tenga que hacer horas extras para luchar contra esas sustancias. Esto hace que el organismo no tenga tiempo para curarse a sí mismo, para activar su propia capacidad curativa. El secreto está en enseñarle a la gente cómo tomar el control de su propio organismo con una nutrición natural y adecuada y un ejercicio adecuado. Será difícil enseñarles, sobre todo a aquellos que aún no tienen artritis, enfermedades óseas degenerativas, osteoporosis, etc.

Se deben utilizar todos los factores de autoayuda y esto incluye alimentar al organismo con vegetales crudos y frescos, zumos de vegetales crudos y fruta fresca y zumos de fruta fresca. También incluye descanso y sueño, luz de sol y una temperatura cálida, aire fresco, limpieza, interna y externa, así como ayunar a intervalos regulares. Comprendo que, al principio, esto puede resultar difícil para mucha gente, pero podemos comenzar haciendo un poquito cada vez. En mi opinión, cualquier verdura, ya sea cocinada o cruda, es mejor que ninguna y, sobre todo, mejor que cualquier clase de carne y que la comida basura. Para dejar estos grandes hábitos se necesita paciencia y, lo que es más importante, conocimiento y, siempre, una buena dirección positiva.

(La Sra. Aragona ha hecho muy bien su trabajo. Estas son las clases de abusos comunes que uno comete consigo mismo y que deben descubrirse y corregirse. Y esta es la razón por la que el Plan no puede ser estático. Debe someterse a un continuo cambio y modificado de vez en cuando para satisfacer las necesidades específicas del cliente según se hayan determinado.)

(Nota: Algunas veces los clientes no pueden aceptar el Plan de No-desayuno originalmente expuesto por el Dr. Edward Hooker Dewey, uno de los primeros higienistas que vivía en Meadville, Pensilvania. Para ayudarles a superar esta dificultad, el doctor en filosofía Hereward Carrington nos cuenta este caso verídico, en su excelente libro Vitality, Fasting and Nutrition [Vitalidad, ayuno y nutrición]. La historia cuenta el caso de un tal Sr. Van R. Wilcox quien ayunó durante 60 días y estuvo sin ingerir alimentos sólidos durante 70 días.)

El resultado de este ayuno fue el que Sr. Wilcox se curó completamente de cada una de sus muchas enfermedades. (Nosotros hemos encontrado hasta 10 en el texto). En tan buena forma física se encontraba y había logrado tal estado de salud que decidió cruzar andando el continente americano —desde Nueva York hasta San Francisco— unos 5.500 kilómetros, y caminaba a muy buen ritmo. En 167 días, este señor hizo una media (teniendo en cuenta que no podía andar en línea recta) de 35 kilómetros diarios —llevando a cuestas entre 10 y 15 kilos de equipaje—. En este tiempo, el Sr. Wilcox se enfrentó a peligros y miles de infortunios: a veces tenía que soportar temperaturas de 50º al sol, otras de 10 bajo cero. Durante todo este tiempo y a pesar de esa cantidad de ejercicio físico, ni una vez comió nada en el desayuno.

Está claro que esto debería de derribar de una vez por toda la mentira que dice que aquellos que hacen un duro trabajo muscular deben desayunar fuerte, puesto que no hay ejercicio más agotador que andar y uno que despierte tanto el apetito.

(Nota: Si este señor hubiese llevado un ritmo constante de 6,5 kilómetros por hora, hubiese tenido que andar ocho horas cada día. Parece que eso fue lo que hizo).

ENFOQUE HOLÍSTICO: confiar en el médico que llevamos en nuestro interior.

De John M. Barry y Dawn Lyman

Usted posee en su interior una enorme capacidad tanto para luchar contra ponerse enfermo como para curarse cuando ha enfermado. Los médicos se refieren a esta capacidad como el mecanismo de defensa. Este mecanismo de defensa incluye tanto su mente y emociones como su organismo. Incluye todas las funciones fisiológicas y psicológicas, al igual que todas las glándulas, órganos y sistemas internos. Todas estas funciones, glándulas, órganos y sistemas interactúan de aquella forma que sea necesaria para conservar su bienestar y lo hacen gracias a una sabiduría interna; sabiduría que es obvia tanto para los científicos como para los consejeros, pero que es muy mal entendida.

El Dr. Albert Schweitzer denominó estos mecanismos de defensa el médico interno y aconsejaba a los médicos que lo mejor que podían hacer era darle una oportunidad al médico que hay en el interior de cada paciente para ponerse a trabajar. Su médico interno es innato y funciona involuntariamente durante su vida para reparar lesiones y mantenerle bien, o devolverle la salud tras una enfermedad. Si le da a este médico la oportunidad de ponerse a trabajar, él puede incluso curarle un resfriado. Puede compensarle por la pérdida de una gran parte de muchos de sus órganos, incluyendo tres cuartos de su hígado, todo un pulmón, riñón o glándula adrenal y hacer que las funciones del organismo vuelvan a ser casi normales. Recupera un funcionamiento normal no porque usted sólo necesitaba un pulmón o un riñón o un cuarto de su hígado y por casualidad tenía otro extra, sino porque es capaz de improvisar con aquello que haya quedado del sistema dañado para compensar aquello que se ha perdido.

Ya lo denomine el médico interno, la inteligencia innata, los mecanismos inmunitarios y de defensa, o cualquier otra cosa, esta es la única fuerza capaz de curarle de cualquier enfermedad. Sólo esta capacidad curativa innata sabe exactamente qué es lo que en realidad y fundamentalmente está mal y cómo deben hacerse las correcciones. Hay más información almacenada en los billones de billones de células que nos componen que en todas las bibliotecas del mundo. Esta información se utiliza para improvisar continuamente sus peculiares y específicos sistemas mentales y físicos. Ningún científico sabe cómo funciona esto. Y ninguna batería de instrumentos puede indicarnos cómo funciona. Además, como funcione en su caso es totalmente diferente de cómo funciona en otros.

Puede que se pregunte por qué, en primer lugar, se pone enfermo si su médico interno es tan maravilloso. Bueno, incluso aunque no estuviera expuesto a factores tan debilitadores como la polución, el estrés y el mal juicio, además de a circunstancias que van más allá de nuestro control (el recién nacido tiene un cólico y usted tiene que ir a trabajar habiendo dormido 87 minutos) aún tendría que enfrentarse a la entropía, el proceso mediante el cual todas las cosas se dividen en los elementos de los que están compuestas. Debido a que usted está sometido a todas estas influencias perjudiciales necesita tomar algunas medidas para ayudar a su médico interno a conservar su salud.

La mayoría de los que se dedican al campo de la salud intentan ayudar a su médico interno de una u otra forma. De los métodos disponibles, el enfoque médico ortodoxo es el más popular y el más ampliamente aceptado. Fármacos, radiación, cirugía y peligrosos métodos invasores se han convertido en parte del método médico ortodoxo que supuestamente se utiliza para ayudar al médico interno. Y en muchos casos la necesidad de ayudar al médico interno es secundaria ante el riesgo de la práctica abusiva, que normalmente dice que el médico ofrezca el tratamiento correcto (aceptable según la institución médica) sin tener en cuenta los posibles resultados. El enfoque ortodoxo depende de fármacos que en la mayoría de los casos se utilizan como simples métodos para aliviar los síntomas: cuando un síntoma supone una amenaza directa para su vida, debemos enfrentarnos a él inmediatamente, y en estos casos, como último recurso, se utilizan los fármacos.

Sin embargo, intentar burlar la miríada de complejos y aún misteriosos sistemas químicos, hidráulicos, mecánicos y eléctricos que tiene su médico interno reprimiendo los síntomas es una causa perdida, al igual que espantar las moscas de una pila de estiércol: mientras no se quite el estiércol siempre habrá más y más moscas, no importa cuántas mate de una vez. Por muchas observaciones de los síntomas o tests que se realicen éstas nunca podrán mostrar todas las funciones submoleculares del sistema humano. Por tanto, intentar aplastar los síntomas con sustancias químicas no elimina la gran pila de estiércol de la mala salud que es la que provoca los síntomas observados. De hecho, la propia actividad curativa puede causar algunos síntomas que sólo son reacciones ante los métodos improvisados que su médico interno utiliza para luchar por conservar la salud, y no deberíamos intervenir en ellos.

Además, tanto la inocuidad como eficacia de cualquier fármaco es algo abierto a debate. La experimentación de cada fármaco la lleva a cabo su propio fabricante, no  la FDA (Asociación de Alimentación y Fármacos de Estados Unidos) como muchos suponen. Cada fabricante elige a las personas que se utilizan como sujetos o grupos de control, diseña los experimentos y elige en qué fecha se someterá a la FDA. La FDA toma las decisiones relacionadas con los fármacos basándose en lo que la compañía farmacéutica le presenta como descubrimientos sobre un producto del que esperan obtener beneficios: las reacciones adversas a largo plazo nunca se tienen en cuenta.

La opinión médica ortodoxa  se basa en los gérmenes, virus y en aberraciones específicas y no en el conocimiento de que la mala salud es normalmente causada por los elementos de su estilo de vida y medioambiente que contribuyen a erosionar la fuerza de su médico interno. Los factores que contribuyen a la enfermedad son infinitos. Siendo muy limitativos podemos citar: el agua, alimentos o aire contaminados; nutrición inadecuada; interferencias contranaturales químicas (incluyendo los fármacos con y sin receta médica); el estrés psicológico y físico; la falta de ejercicio; la falta de aire fresco; la falta de sueño; las alergias (entre las que se incluyen las alergias a alimentos específicos). Estos factores causantes de enfermedad están controlados, no por los fármacos o la tecnología asociada con la ciencia médica, sino por la acción de los granjeros, fontaneros, legisladores, recolectores de basura, exterminadores de plagas, inspectores de alimentación y muchos otros. Enfermedades como el beriberi, la pelagra, anemia perniciosa, raquitismo, escorbuto, tuberculosis, al igual que muchas de las enfermedades contagiosas e infecciones parasitarias no han desaparecido de las naciones industrializadas por culpa de la terapia farmacológica de la ciencia médica. Sí han desaparecido de allí donde hay una buena sanidad, una nutrición mejor, refrigeración, leyes sobre alimentos y fármacos, control sobre los productos cárnicos y lácteos, un rápido transporte de las frutas y verduras, cañerías interiores, unos altos niveles de la limpieza del agua, alcantarillado, un método correcto de recolección de basuras, más bañeras, sistemas adecuados de ventilación y calefacción, la semana laboral de 44 horas, allí donde ha desaparecido la industria de los kioscos de chucherías para niños, donde hay leyes sobre el trabajo infantil, etc., etc.

Conforme se van entendiendo mejor los métodos utilizados por el médico interno, cada vez hay más y más médicos ortodoxos que están aceptando un enfoque más holístico ante la salud. El método holístico reconoce, de hecho, que no se puede reparar una acera rota sin cemento, mezcla y agua. Para reparar una acera necesitas utilizar aquellos elementos con los que, originariamente, se fabricó la acera. Tampoco puedes reparar la acera en condiciones adversas (por ejemplo, cuando la gente está pasando por ella o cuando la temperatura está bajo cero). De igual forma, el médico interior necesita unas condiciones favorables en las que poder reparar, así como los elementos de los que está hecho el tejido humano.

El método holístico es aquel que ayuda a los mecanismos de defensa del organismo humano proporcionándole los productos adecuados y las condiciones necesarias para la buena salud. Este método, debido que involucra todo el estilo de vida, requiere su participación consciente, puesto que sólo usted conoce todos los aspectos de su vida diaria normal. La responsabilidad de su salud es suya. Un estado de completo bienestar sólo se puede lograr aprendiendo los principios constructores de salud y aplicándolos en su vida. Depende de usted supervisar su propia nutrición, sueño, ejercicio, reducción del estrés y actitud mental. Es usted quien tiene que evitar los hábitos contaminantes y que le destruyen. Es usted quien debe examinar los factores sociales y económicos de su vida que puedan estar contribuyendo a un mal estado de salud. Si le da a su médico interior  las herramientas y condiciones adecuadas, él creará un estado de felicidad y armonía consigo mismo, con los demás y con el entorno.

Placeres: instintivos y adquiridos

Recuerde que el concepto de alegría o placer es relativo. Los fumadores empedernidos pueden insistir en que obtienen un placer del tabaco. Sin embargo, esta persona debe estar de acuerdo con que, primeramente, tiene que adquirir esa sensación de placer. El primer cigarrillo fue de todo menos agradable pero, a pesar de eso, y debido a la conformidad, comenzó el hábito. Después, los inevitables efectos de la drogadicción se imponen y el fumador encuentra placer en fumar el humo que contiene alcaloides.

De una forma similar, las sensaciones de placer se pueden cultivar a partir de ingerir alimentos nocivos. Piense en las chucherías, los donuts, pasteles y refrescos, todos dan un placer relativo.

Aunque parezca extraño, la carne animal entra en la misma categoría de placer. En este caso se obtiene de la carne que contiene alcaloides, con su acción estimulante. A algunos les asombrará saber que cuando comemos carne estamos bebiendo narcóticos.

Hemos divagado algo para aclarar el significado de placer. Lo interesante es saber que hay varias clases. Algunos son profundamente internos, instintivos y satisfacen de forma constructiva. La importancia de otros placeres es relativa. Estos se aprenden al vencer los instintos protectores naturales inherentes. Esto explica la sensación de náuseas tras el primer cigarrillo o los eructos o ardores que aparecen cuando los órganos digestivos protestan. También se podía explicar la sensación de desagrado que la mayoría de nosotros siente cuando pasa por una carnicería. El placer de la carne es definitivamente un placer relativo y aprendido.

Lo que es sorprendente es descubrir la capacidad de adaptación tan grande que poseemos. Una vez que la mente se ha apropiado de la verdad, se produce un cambio inexorable en nuestras sensaciones. Los instintos naturales vuelven a tomar el control, con una remodelación de los conceptos de placer.

No todos nos podemos beneficiar de esa reforma, controlada por nuestra libre voluntad. Cuando volví de la Argentina con las pruebas y fotografías de los experimentos sobre el cáncer del Dr. Roffo y en mi clase mostré los horribles y agónicos resultados de fumar tenía la esperanza de que cierto porcentaje de mis estudiantes dejaría de fumar.

He dicho «cierto porcentaje» ¿por qué no a todos? Simplemente porque no les llegó el mensaje, sus mentes se negaban a aceptarlo. Recuerde, sólo algunos de nosotros reconocemos la verdad, no todos, cuando está presente. Cuando el alumno esté preparado, el maestro  aparecerá.

EJERCICIOS

Verdadero o Falso

1)    El cliente típico está bien preparado para adoptar la Higiene Natural como una forma racional de vida, una que le llevará hacia una vida mejor.

2)    La mayoría de los clientes son conscientes de que ellos mismo deben hacer un esfuerzo considerable para lograr un mejor estado de salud.

3)    Muchos clientes están atrapados en un bache emocional.

4)    Un estado excelente de salud es la norma.

5)    Las enfermedades suelen ser acontecimientos innecesarios, que se pueden prevenir con un estilo de vida correcto.

6)    Nosotros creamos nuestro propio sufrimiento.

7)    Por regla general, es posible controlar nuestras vidas para conseguir una vida mejor.

8)    Los clientes son muy receptivos ante el concepto de que nada ajeno al organismo tiene ningún poder curativo.

9)    El poder curativo interno que tenemos está siempre bajo nuestro control consciente.

10)   La reconstrucción biológica se lleva a cabo célula a célula.

11)   La mayoría de los clientes se han criado con la teoría de los gérmenes como causantes de enfermedad.

12)   Un alejamiento de la norma siempre indica buena salud.

13)   La mayoría de los clientes nuevos llega al consejero llena de esperanza.

14)   Durante los últimos años, las enfermedades y, sobre todo, los síntomas suelen ser emocionalmente más difíciles que cuando se era más joven.

15)   Cuando el nivel de tolerancia aumenta, el organismo de la persona siempre funciona obstaculizado.

Respuestas cortas

1)    Cita al menos tres problemas que preocupaban a Fred en su primera visita.

2)    Nombra al menos cuatro «herramientas de la vida».

3)    Cita tres cosas que pueden determinar la naturaleza de la enfermedad que en ese momento está experimentando un individuo.

4)    Cita cinco factores que juntos formen una combinación imbatible en la vida del buscador de salud.

5)    ¿Qué verduras utilizaba Fred para hacer los caldos? ¿Crees que el hecho de que él sufriera durante tanto tiempo trastornos digestivos influyó sobre nuestra decisión de recomendarle que utilizara esta clase de caldo? ¿Se te ocurre alguna otra razón?

Rellenar los espacios en blanco

1)    Reunirse con otros higienistas nuevos en reuniones organizadas por el consejero puede ayudar a poner un elemento de …………. en el pensamiento del cliente.

2)    Las ………… o …………. suelen ser creadas por uno mismo.

3)    Desarrollar una actitud más …………… sobre la vida y los seres humanos ayudará, por sí misma, a hacer que la persona esté más dispuesta a cambiar.

4)    El nivel posible de curación en cualquier caso dependerá de lo bien que esa persona satisfaga las ………… de su organismo.

5)    El ………. de bienestar conseguido dependerá de lo bien que la persona satisfaga sus necesidades y de la cantidad de ………. ………. que posea.

6)    Toda curación significa una evolución ……………..

7)    La práctica de la Higiene se basa en la teoría de la …….. sobre la enfermedad.

8)    La relación con la toxemia se basa en el hecho de que todas las enfermedades, excepto aquellas de origen accidental, comienzan debido a un estado alterado de los ………. orgánicos.

9)    A Fred se le aconsejó que tomara caldo de verduras durante ……… días.

10)   Entre las primeras cuatro consultas de Fred pasó …………….. de tiempo.

Redacciones cortas

1)    De forma breve, explica por qué la completa aplicación de la Higiene Natural basada en sólidos principios biológicos, fisiológicos y anatómicos representa la mejor forma de fomentar una transición exitosa hacia una vida mejor que lo que hace la práctica de la medicina.

2)    Cita los seis pasos hacia la perfección y explica brevemente cómo cada uno puede contribuir a que la transición hacia una vida mejor tenga éxito.

RESPUESTAS A LOS EJERCICIOS

Verdadero o Falso

1)    Falso

2)    Falso

3)    Verdadero

4)    Verdadero

5)    Verdadero

6)    Verdadero

7)    Verdadero

8)    Falso

9)    Falso

10)   Verdadero

11)   Verdadero

12)   Falso

13)   Falso

14)   Verdadero

15)   Verdadero

Respuestas cortas

1)    Trastornos digestivos, hipertensión, dolor de cabeza, soledad, preocupación y extrema ansiedad, preocupaciones económicas, etc.

2)    Luz del sol y temperatura cálida, aire fresco, agua pura, buenos alimentos.

3)    La clase de toxina, la cantidad de toxinas y la naturaleza de la debilidad heredada.

4)    Entusiasmo, deseo, esperanza, fuerza de voluntad y expectativas razonables.

5)    Zanahorias, patatas, judías verdes, apio y calabacín.

Rellenar los espacios en blanco

1)    Positivismo

2)    Enfermedades o malestares

3)    Positiva

4)    Necesidades

5)    Extensión, fuerza vital

6)    Biológica

7)    Toxemia

8)    Fluidos

9)    Cuatro

10)   Uno.

Redacciones cortas

1)    La higiene natural representa una forma mejor de fomentar que la transición hacia una vida mejor y hacia la salud sea exitosa para un sujeto por muchas razones, entre las que podemos citar:

  Sus preceptos representan la verdad en todos los aspectos, como se indica en la pregunta: biológicos, fisiológicos y anatómicos. En otras palabras, todos son sólidos y demostrables, siempre que, como hacen ellos, ofrezcan las herramientas de la vida.

  La así denominada ciencia médica, por el contrario, no es en realidad una ciencia puesto que su completa aplicación nunca desempeña un papel constructivo en la curación. Al contrario, sus preceptos, instrumentos, fármacos y metodología son todos contrarios a la vida, destructivos de la vida. Lo que es más, no son consistentes, sino que siempre están cambiando. La verdad nunca cambia. La Higiene Natural no cambia porque la Propia vida siempre necesita las mismas cosas para mantenerse completa: luz del sol y temperatura cálida, buenos alimentos, agua pura y fresca y aire fresco, estos elementos siempre en cantidades apropiadas cómo y cuando se requieran según la capacidad del individuo. La Higiene Natural reconoce como una verdad inmutable que se requieren las mismas cosas en la enfermedad como en la salud, sólo es diferente la capacidad para aceptarlas.

2)    Los seis pasos hacia la perfección son: reconocer el PROBLEMA, formular un PLAN, establecer la PRIORIDAD, ACTUACIÓN, PACIENCIA  y PERSEVERANCIA.

Plan: para actuar con inteligencia, uno debe saber qué hacer y cómo hacerlo.

Prioridad: hacer que la primera prioridad del cliente sea la de conseguir una vida mejor le ayudará a mantenerse por el buen camino, siendo fiel al plan.

Actuación: Obviamente, para tener éxito, el cliente debe poner en funcionamiento el plan.

Paciencia: El tiempo será determinado por el organismo, no por los deseos o caprichos del cliente. Por tanto, debe tener paciencia.

Perseverancia: A pesar de los retrocesos o batacazos, el cliente debe seguir llevando a cabo su plan. Si tiene tendencia a recaer deben recuperarse y volver a empezar, continuar hasta que por fin hayan logrado el estado de salud que desea.