Lección 012 – Equilibrio de minerales ácidos y alcalinos en el organismo

             EL SISTEMA DE SALUD DEL HIGIENISMO

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                 La Ciencia de la Nutrición

                       SEGUNDA PARTE:

             LAS BASES NUTRICIONALES DE LA VIDA

                     DUODÉCIMA LECCIÓN:

        EL PAPEL DE LAS SUSTANCIAS ÁCIDAS Y ALCALINAS

                EN EL INTERIOR DEL ORGANISMO               

                Life Science Institute

     TEMA: El cuerpo humano mantiene un equilibrio estable de minerales ácidos y alcalinos. 

     TEMA COROLARIO: La dieta higienista nos suministra con eficacia las proporciones adecuadas de minerales ácidos y alcalinos.

     PROFESORES: Norman Allard, doctor en quiropráctica, Terera Bradford y Marti Fry

     * Generalidades

     * Objetivos de esta lección

     * Definiciones

     * Conceptos clave

     * Hechos destacables

     * Esquema global de la lección

     * Presentación de la lección

     * Preguntas sobre la lección

     * Resumen de la lección

     * Textos complementarios

     * Hojas de trabajo

     * Respuestas

                        GENERALIDADES

     En esta lección explicaremos las diferencias existentes entre las sustancias ácidas y alcalinas. Comprender estas diferencias es fundamental para conocer y entender mejor el papel que juegan los elementos ácidos y alcalinos en el interior del cuerpo humano, los mecanismos utilizados por el propio organismo para mantener el equilibrio orgánico de pH y las causas y sintomología básicas de la acidosis y la alcalosis.

     Como estudiante higienista, debería conocer perfectamente cómo actúa el organismo para mantener su propio equilibrio ácido-básico. Gracias a este profundo conocimiento fisiológico, podrá comprender por qué ciertos alimentos alteran esta frágil balanza o por qué nuestra filosofía higienista es el mejor camino para garantizar el mantenimiento de este equilibrio.

              OBJETIVOS DE LA DUODÉCIMA LECCIÓN

     Al finalizar esta lección conocerá los mecanismos utilizados por el cuerpo humano para controlar las sustancias ácidas y alcalinas presentes en los alimentos ingeridos.

     El primer concepto que debe tener presente es que existen ciertos alimentos que benefician nuestra salud (garantizan un equilibrio estable de los niveles de pH en la sangre) y otros que pueden alterar seriamente nuestro bienestar (desequilibran dicha balanza).

     Cuando finalice esta lección, podrá conocer:

1. Las diferencias entre los ácidos y las bases.

     2. Los niveles sanguíneos de pH.

3. Los tres órganos de control más importantes del            organismo.

4. Los síntomas de la acidosis y la alcalosis.

5. Algunas causas de acidosis y alcalosis.

     6. Las diferencias entre los alimentos ácidos y alcalinos.

7. Cómo afectan al pH diversos alimentos.

     8. Los diferentes elementos alcalinos y ácidos.

9. ¿Por qué la dieta higienista garantiza un perfecto         equilibrio de pH?

                        DEFINICIONES

ÁCIDO: (n.) Sustancia hidrosoluble de sabor agrio capaz de combinarse con una base para formar sales.

     ÁCIDO: (Adj.) Que posee las propiedades de los ácidos. Que tiene un pH por debajo de 7.

ACIDOSIS: Estado morboso producido por una acumulación de minerales ácidos o una pérdida excesiva de minerales bases. Estado anormal originado por una reducción de alcalinidad en la sangre y tejidos del organismo.

ÁLCALI: Nombre dado a las sales solubles generadas por el metabolismo de las plantas que se componen, principalmente, de carbonato sódico o potásico. Compuesto químico que presenta propiedades básicas.

ALCALOSIS: Condición patológica provocada por una acumulación de minerales bases o una pérdida excesiva de minerales ácidos. Alcalinidad excesiva en la sangre y los tejidos. La alcalosis surge como consecuencia de la administración masiva o frecuente de ciertos productos antiácidos (bicarbonato sódico, Alcaseltzer, etc.).

BÁSICO: Que posee una reacción alcalina.

     CONTROLADOR: Nombre que reciben las sustancias que pueden neutralizar los ácidos y las bases presentes en una solución y mantener la acidez o basicidad original de la solución. 

ION DE HIDRÓGENO: El núcleo de un átomo de hidrógeno. Un átomo de hidrógeno que ha perdido su electrón. Produce una carga positiva equivalente a la carga negativa del electrón, denominada protón.

OXIDACIÓN: El acto o el proceso por el cual se combina un elemento con oxígeno o se elimina uno o varios electrones de un átomo, ion o molécula.

pH: Notación utilizada para designar la concentración de iones de hidrógeno (H+) o la actividad de una solución acuosa. Se utiliza para expresar la acidez y alcalinidad de una solución tomando como medida una escala cuyos valores oscilan entre el 0 y 14 y cuyo punto medio de neutralización es 7. Cuando la solución se encuentra por debajo de este punto medio, la acidez aumentará. En cambio, cuando supera dicho valor, será la alcalinidad la que aumentará.

SAL: Compuesto formado por la combinación de una ácido y una base.

TETANIA: Enfermedad producida por un desequilibrio mineral fisiológico caracterizado por un espasmo tónico de los músculos. Surge como consecuencia de la alcalosis.

                       CONCEPTOS CLAVE

1. El cuerpo humano utiliza sus propios sistemas de control para mantener un nivel de alcalinidad que no supere los 7,35-7,45 pH.

2. Algunos alimentos mantienen estable el nivel sanguíneo de pH, sin embargo, otros productos dañan los sistemas orgánicos de control, alterando los niveles de pH y provocando la aparición de numerosas enfermedades.

3. Los poderes y capacidades innatas del organismo recobran la normalidad sanguínea y restablecen el equilibrio de pH. Lo único que debemos hacer es suministrarle las necesidades apropiadas: descanso, una dieta adecuada, ejercicio, equilibrio emocional, etc.

4. La naturaleza de la enfermedad no puede variar los métodos sanativos. La única forma de eliminar una condición morbosa (ya sea un resfriado, un dolor de cabeza, un tumor, una gripe o una acidosis) es obedeciendo las leyes de la naturaleza, es decir respetando una forma de vida sana y unos hábitos alimenticios adecuados.

5. Los higienistas no ofrecen tratamientos, «curas» o «remedios» de ninguna clase. Al contrario, educan y guían a sus pacientes hacia una forma de vida sana.

                     HECHOS DESTACABLES

1. Los principales órganos de control son los riñones y los pulmones. Si cualquiera de estos órganos sufrieran una alteración, el organismo no podría mantener estable los niveles de pH en la sangre.

2. Las frutas, las verduras, los frutos secos y las semillas facilitan la labor del organismo ya que mantienen estable los niveles de pH. Por el contrario, los alimentos proteínicos (la carne, los productos lácteos, los huevos o el pescado) dañan la salud orgánica por dos razones. En primer lugar, porque son elementos ácidos y en segundo lugar, porque alteran los sistemas orgánicos de control y merman considerablemente los minerales que actúan como controladores.

3. Por regla general, los productos vegetales (frutas, verduras, nueces y semillas) transforman su carácter ácido en alcalino durante el proceso metabólico, por el contrario, los alimentos animales (carne, huevos, productos lácteos, etc.) transforman su carácter alcalino en ácido.

4. Todos los alimentos contienen elementos ácidos y alcalinos y su influencia en el pH orgánico determinará que elementos predominarán después del metabolismo.

5. Los minerales ácidos son el azufre, el fósforo y el cloro. Los minerales alcalinos son el sodio, el potasio, el calcio, el magnesio y el hierro. La carne, al igual que sucede con otros alimentos proteínicos, contiene azufre y fósforo, elementos minerales que se transformarán en ácido sulfúrico y fosfórico durante el proceso metabólico. El organismo también genera el ácido úrico durante el metabolismo de la carne.

           ESQUEMA GLOBAL DE LA DUODÉCIMA LECCIÓN

     I. Equilibrio ácido-base.

    II. Mantenimiento orgánico de los niveles de pH.

   III. Elementos ácidos y alcalinos en la dieta.

    IV. Condiciones anormales provocadas por los desequilibrios       ácidos-alcalinos.

     V. Casos reales:  

        A. Primer caso.

        B. Segundo caso.

        C. Tercer caso.

    VI. La proporción ácida-alcalina de la dieta.

   VII. Recomendaciones para trabajar con desequilibrios de pH.

        EL PAPEL DE LAS SUSTANCIAS ÁCIDAS Y ALCALINAS

                EN EL INTERIOR DEL ORGANISMO

                    Equilibrio ácido-base

     Cuando hablamos de un equilibrio ácido-base nos referimos a la estabilidad del nivel de pH (grado de acidez o alcalinidad) de las diversas sustancias presentes en el interior del organismo. El símbolo pH aparece siempre acompañado por unos dígitos que miden el grado de acidez o alcalinidad de las soluciones. Una característica que se determina por el número de iones de hidrógeno (H+) que contienen. Cuanto menor sea el valor de pH de una solución, mayor será la acidez de dicha solución. Por el contrario, cuanto mayor sea el número que acompaña al símbolo pH, mayor será la alcalinidad de la solución.

     Todas las soluciones neutras, como sucede con el agua, posee un pH 7,0. Cualquier solución que se encuentre por debajo de este grado medio posee una naturaleza ácida. Asimismo, las soluciones que se encuentren por debajo de dicho valor serán alcalinas o básicas.

     El cuerpo humano posee numerosas sustancias que fluyen por el interior de su organismo. Cada una de estas sustancias tiene un grado de concentración que puede oscilar entre varios niveles sin alterar el funcionamiento normal del organismo. Algunos elementos, como la glucosa sanguínea, posee un arco de variación que alcanza el 200 %. Sin embargo, otras sustancias, como el calcio sanguíneo, poseen un abanico de posibilidades mucho menor.

     El organismo debe mantener estable el equilibrio existente entre los componentes ácidos y alcalinos para garantizar el perfecto funcionamiento del cuerpo humano. Por este motivo, es esencial mantener la estabilidad de pH en los órganos, glándulas y otras áreas del organismo y controlar, simultáneamente, la estabilidad de pH en la sangre. A continuación le mostramos una tabla en la que se desglosan los niveles de pH en diferentes partes del cuerpo humano:

          Área orgánica                     Valor de pH

          Jugo gástrico                             0,9

          Bilis                                5,4-6,9

          Orina                                 6,0 

          Saliva                               6,3-6,8

          Heces fecales                        7,0-7,5

          Jugos intestinales                   7,0-8,0

          Jugos pancreáticos                    8,0

     La sangre es ligeramente alcalina, con unos niveles de pH que oscilan entre los 7,35 y 7,4. Muchas de las enzimas que facilitan las reacciones metabólicas funcionan con eficacia solamente en soluciones compuesta por elementos alcalinos. Cuando existe una alteración en estos niveles de alcalinidad, provocada por un aumento de elementos alcalinos (alcalosis) o un ascenso de sustancias ácidas (acidosis), el organismo puede sufrir diversos trastornos. Estas condiciones se manifiestan a través de una disminución de las reacciones enzimáticas y una menor generación de moléculas especializadas (proteínas, vitaminas, etc.). Consecuentemente, el cuerpo humano comienza a disminuir su producción de moléculas ATP (elementos generados a partir de la glucosa y cuyo papel en la formación de energía es fundamental).

     El principal efecto de la acidosis es una desorientación provocada por la depresión del sistema nervioso central. Por el contrario, la alcalosis se manifiesta principalmente con la aparición de un nerviosismo extremo, una condición que finaliza con unas reacciones convulsivas conocidas con el nombre de espasmo tónico. Este espasmo se manifiesta principalmente en la tetania y, por regla general, tiene su origen en la masa muscular del antebrazo y la cara. Posteriormente, se desarrolla por completo en el sistema muscular orgánico. La tetania surge como consecuencia de una sobrexcitación del sistema nervioso central y periférico provocada por una alcalosis.

         Mantenimiento orgánico de los niveles de pH

     El organismo cuenta con tres sistemas de control que mantienen estable el nivel de pH en los fluidos corporales y que evita la manifestación de condiciones como la acidosis o la alcalosis. El primer mecanismo cuenta con un sistema de control que regula las fluctuaciones de los iones de hidrógeno. Todos los fluidos corporales poseen diversos controles ácidos que se combinan con las sustancias ácidas o alcalinas para prevenir un cambio excesivo en la concentración de ion de hidrógeno.

     El segundo mecanismo utilizado por el cuerpo humano para estabilizar los niveles de pH se encuentra en el interior del sistema respiratorio. Cuando la concentración de iones de hidrógeno (H+) varía considerablemente, el sistema respiratorio sufre una estimulación inmediata con el fin de alterar la velocidad de la ventilación pulmonar. Este proceso provoca una alteración en la cantidad de dióxido de carbono (CO2) en el interior del organismo. La presencia masiva de dióxido de carbono en el sistema, condición ocasionada por una mala respiración o un trastorno fisiológico originado en el sistema respiratorio, aumenta los niveles de acidez en los vasos sanguíneos. Las enfermedades que interfieren e impiden el perfecto funcionamiento del proceso respiratorio (enfisema o asma) impiden la eliminación de CO2 presente en los pulmones, una condición que tendrá como consecuencia la combinación inmediata del dióxido de carbono y el agua, generando ácido carbónico. Este componente aumentará la concentración de iones de hidrógeno y la acidez sanguínea.

     Finalmente, el tercer sistema fisiológico de control se encuentra en los riñones. Cuando la concentración de hidrógeno (H+) se desvía de su valor normal, los riñones secretan una urina ácida o alcalina para estabilizar de nuevo los fluidos orgánicos.

     Para llegar a comprender perfectamente el sentido de los términos acidosis y alcalosis debemos tener presente la siguiente relación: cuando la concentración hidrógena (H+) se encuentra por encima de lo normal, podemos hablar de una condición de acidosis. En cambio, cuando esta concentración se encuentra por debajo de lo normal, la condición recibe el nombre de alcalosis. Cuando el organismo presiente la formación de una de estas condiciones, pone en marcha sus sistemas de regulación ─los pulmones o los riñones (órganos que intervienen en la aceptación o expulsión de los iones de hidrógeno)─ para estabilizar la balanza orgánica. Los niveles de estabilidad de pH de las personas sanas se establecen en torno a los 7,35 y los 7,45. Si los sistemas de regulación, los pulmones o los riñones, funcionan incorrectamente, el organismo sufrirá la aparición de una acidosis o una alcalosis.

     Las causas de su aparición son numerosas. Como mencionamos con anterioridad, los sistemas de control pueden sufrir algún problema, provocando con ello la formación de una acidosis o alcalosis. Estas condiciones pueden surgir también como consecuencia de una respiración incorrecta y/o una dieta inadecuada.

     Uno de los ejemplos más ilustrativos de la alcalosis respiratoria se da entre los montañistas que ascienden a cotas de gran altitud. La falta de oxígeno en estas zonas del planeta exige a los deportistas alterar el ritmo normal de respiración, provocando, con ello, una pérdida excesiva de dióxido de carbono, condición que recibe el nombre de alcalosis respiratoria leve. Si una persona persiste durante bastante tiempo en esta condición sin aclimatarse, el equilibrio orgánico entre los componentes ácidos y alcalinos presentes en la sangre puede desestabilizarse.

     Los especialistas consideran la diarrea y los vómitos como causas muy comunes de la acidosis metabólica. Durante la diarrea, el organismo segrega a través del tracto gastrointestinal grandes dosis de bicarbonato sódico, una sustancia alcalina. Asimismo, durante el vómito, existe una pérdida de sustancias alcalinas en el interior del conducto gastrointestinal.

     Sin embargo, ambas respuestas no son más que procesos orgánicos que utiliza el propio organismo para expulsar rápidamente las sustancias tóxicas que se encuentran en el interior del cuerpo humano. Desde este punto de vista, podemos afirmar que la diarrea y los vómitos no son en sí causas de la acidosis, sino todo lo contrario, su aparición se debe a la presencia de los mismos elementos que provocan la acidosis.

     Debemos comprender que las acciones iniciadas por el organismo para expulsar los materiales tóxicos (enfermedades agudas denominadas «infecciones», fiebres, etc.) son procesos inocuos. El peligro radica en la presencia de los elementos que provocan el inicio de estos procesos.

     Como estudiante de esta ciencia denominada Higienismo, debe comprender que el equilibrio orgánico de pH es el resultado de una armonía fisiológica perfecta entre todas las partes del cuerpo. Por tanto, aunque en esta lección analizaremos principalmente las influencias dietéticas sobre el nivel de pH, recuerde que debe utilizar todas las facetas de nuestra filosofía. Una filosofía que incluye la perfecta utilización de los recursos naturales (alimentos, agua pura, ayuno, ejercicio, aire fresco, luz solar y equilibrio mental). Estos elementos forman parte de la fórmula natural que permitirá al organismo ejecutar todas sus funciones fisiológicas con eficacia y efectividad.

     A modo de conclusión, podemos resumir esta sección destacando que el nivel de pH en la sangre y en los tejidos depende directamente de la concentración orgánica de iones de hidrógeno (H+). Este equilibrio existente en los fluidos corporales es bastante frágil y delicado y cualquier desviación, por pequeña que sea, puede provocar numerosas complicaciones fisiológicas. Existen diversos mecanismos, como se expresan en el libro McNutt´s Nutrition and Food Choices, que regulan esta difícil estabilidad:

1. Secreción o retención de iones efectuada por los riñones.

     2. Exhalación o retención de CO2 efectuada por los pulmones.

     3. Producción metabólica de ácidos efectuada por los tejidos.

     4. Concentración de proteínas en la sangre.

     Anteriormente analizamos brevemente los dos primeros mecanismos. A continuación estudiaremos los dos siguientes, pero antes deberíamos conocer en profundidad las influencias dietéticas sobre la acidez y alcalinidad del organismo.

              Elementos ácidos y alcalinos en la dieta

     Cuando los nutricionistas hablan de alimentos ácidos o alcalinos, se refieren al estado en el que se encuentran estos productos después de la ingestión. Existen numerosas sustancias ácidas que se transforman en sustancias alcalinas cuando se descomponen en el interior del organismo.

     Para saber si una sustancia es ácida sólo tenemos que «distinguir su sabor agrio y áspero». También podemos utilizar papel de tornasol, un medio bastante fácil y eficaz de determinar si un elemento es ácido o no. Las sustancias ácidas (vinagre, limón, zumo de pomelo, zumo de tomate, té, café o leche cortada) cambian el color del papel de tornasol, de su color azul original a rojo. Esta coloración rojiza es una señal de las características ácidas de las sustancias. Por otro lado, los elementos alcalinos cambian el papel de tornasol de su color rojo a un color azulado. Sin embargo, cuando ambos elementos aparecen combinados, se neutralizan mutuamente, formando agua y sales.

     En términos generales, podemos afirmar que los procesos metabólicos que actúan sobre los alimentos procedentes del reino vegetal transforman su carácter ácido en alcalino. Por el contrario, los alimentos procedentes del reino animal se convertirán en productos ácidos durante el metabolismo.

     Todos los alimentos poseen en su interior una combinación de elementos ácidos y alcalinos. La presencia predominante de uno u otro elemento (ácido o alcalino) en un producto determinará la influencia que dicho alimento tendrá sobre el pH. Cuando el organismo descompone estas sustancias, los elementos liberan iones de hidrógeno (H+), creando un medio ácido, o aceptan y se combinan con los iones (H+), creando un medio alcalino.

     Tenga siempre presente los siguientes conceptos básicos:

1. El ser humano ingiere las sustancias orgánicas en forma     de alimentos.

     2. Esta sustancias orgánicas se descomponen en elementos    simples (monosacáridos, aminoácidos, lípidos, etc.)

3. Al finalizar el proceso metabólico, estos elementos dejan     un residuo ácido o alcalino en el organismo.

4. Los elementos simples contienen en su interior elementos     como azufre, potasio, sodio, magnesio y calcio. Estos      minerales determinan la concentración de H+ y, con ello,     la acidez o alcalinidad del organismo.

     Las sustancias ácidas contienen los minerales azufre, fósforo y cloro. Mientras tanto, las sustancias alcalinas contienen sodio, potasio, calcio, magnesio e hierro.

     Casi todas las proteínas contienen azufre y fósforo en el interior de sus estructuras químicas. Cuando el organismo inicia el proceso metabólico, estas sustancias se transforman en ácido fosfórico, ácido sulfúrico y ácido úrico, elementos que el organismo debe neutralizar a través de varias reacciones químicas. (Se ha descubierto que el ácido úrico influye directamente en la aparición de enfermedades artríticas, especialmente la gota.) Los riñones se encargan de neutralizar y expulsar el ácido úrico. Teniendo en cuenta todos los residuos tóxicos originados por el proceso metabólico de las proteínas ─ácidos fosfórico, sulfúrico y úrico─ y la aparición de otros problemas que no mencionamos en esta sección, podemos asegurar que los alimentos proteínicos, especialmente los productos animales, son ácidos. Casi todos los granos y productos lácteos, cuyo contenido proteínico es muy elevado, son también ácidos.

     Los ácidos orgánicos presentes en las frutas y las verduras se metabolizan y transforman en dióxido de carbono y agua. Sin embargo, sus contenidos alcalinos (potasio, calcio, sodio y magnesio) permanecen inalterados. Aunque existen numerosas frutas de naturaleza ácida, los procesos de metabolización neutralizan sus elementos ácidos y realzan el predominio de las sustancias alcalinas. El resultado final de la descomposición y digestión orgánica de las frutas y las verduras es un producto alcalino.

     Teniendo en cuenta que ingerimos constantemente productos ácidos y alcalinos, debemos considerar el equilibrio existente entre ambos extremos. Si consumimos demasiados alimentos ácidos (productos animales y lácteos), el organismo debe utilizar sus reservas alcalinas (sales controladoras) para mantener estable el nivel orgánico de pH. Los riñones, los pulmones y, en general, todo el cuerpo humano comienza a trabajar al máximo con un único fin, expulsar del organismo los ácidos neutralizados. Este sobresfuerzo físico provoca finalmente una disminución considerable de nuestras reservas minerales (controladores) y la interrupción funcional de varios órganos, incluyendo los riñones. Aunque los especialistas consideran muchas de estas interrupciones como simples «enfermedades», suelen pasar por alto la causa subyacente, la acidosis (provocada principalmente por una dieta inadecuada). Debemos tener siempre presente que cualquier alimento, sustancia tóxica o condimento cuya naturaleza sea extremadamente tóxica utilizará las reservas alcalinas y sobrecargará el funcionamiento de varios órganos. El cuerpo humano puede tolerar el consumo excesivo de este tipo de alimentos sólo temporalmente, pero finalmente comenzará a padecer las consecuencias de este sobresfuerzo.

     A continuación le mostramos algunos de los alimentos más comunes que se transforman en sustancias ácidas o alcalinas en el interior del organismo:

                      Alimentos ácidos

     Casi todos los granos

     Carne de vaca *

     Pollo *  

     Pescado *

     Queso *

     Huevos *

     Casi todos los frutos secos (nuez, pacanos, nueces de     Brasil)

     Casi todas las legumbres (cacahuetes, lentejas)

     (* Alimentos insalubres)

                     Alimentos alcalinos

     Verduras                                   Frutas

     Verduras verdes (lechuga, espinaca, etc.)  Cítricos     

     Zanahorias                                 Plátanos

     Tomates                                    Melones

     Patatas                                    Fresas

     Apio                                       Manzanas

     Coles                                      Albaricoques

     Bróculi                                    Higos

     Remolacha                                  Dátiles

     Brotes                                     Ciruelas

                                                Melocotones

     Las frutas y las verduras mantienen estable el nivel orgánico de pH (especialmente cuando se encuentran en su estado natural, es decir cuando se consumen crudas). Asimismo, los frutos secos y las semillas no procesadas ayudan a mantener ese nivel de estabilidad.

     Preferimos no especificar todos los alimentos ácidos y alcalinos existentes en la naturaleza, ya que, como opina el propio autor, lo más importante es adquirir los principios fundamentales y aplicarlos en la vida. Si desea obtener más información al respecto, le remitimos a la obra de Ford Heritage Composition and Facts About Foods.

     Las siguientes reglas le suministrarán unas bases conceptuales que podrá aplicar para comprender mejor la filosofía dietética del Higienismo.

                  Alimentos que debe evitar

a) Todos los alimentos animales.

     b) Productos lácteos, incluyendo leche, yogurt y queso.

     c) Vinagre y varios condimentos.

     d) Elementos tóxicos (ácidos y alcalinos).

     e) Alimentos refinados y procesados. (Se pierden numerosos       elementos alcalinos.)

     f) Grasas. (Presentes en la carne y los productos lácteos.)

     g) Té, café, cacao y chocolate.

                 Alimentos que debe consumir

     Deberían consumirse en su estado natural y sin procesar

a) Verduras crudas (sin cocinar).

     b) Frutas frescas.

     c) Frutos secos y semillas no tostadas.

     Si respeta estas directrices, obtendrá una dieta rica en proteínas, grasas, hidratos de carbono, vitaminas y minerales. Todo ello sin tener que consumir productos que mermen las reservas alcalinas del organismo y sin dañar los sistemas u órganos controladores. Estas reglas, combinadas con otras facetas de nuestra filosofía, le garantizarán una condición en la que su organismo podrá mantener un perfecto estado de salud y bienestar.

          Condiciones anormales provocadas por los

               desequilibrios ácidos-alcalinos

     El número de medicamentos y fármacos suministrados para combatir los desequilibrios ácidos-alcalinos aumenta año tras año. Los especialistas recetan continuamente numerosos productos como los antiácidos, los alcalizadores o determinadas enzimas digestivas para combatir los diversos trastornos digestivos. La mayoría de las personas interpreta el alivio temporal originado tras la ingestión de estos «remedios» como una cura del problema. Sin embargo, la verdad es bien distinta. Recuerde que estos medicamentos sólo enmascaran los síntomas, pero nunca suprime las causas. De forma ilustrativa, podríamos comparar su labor en el interior del organismo con las limpiadoras que esconden la suciedad debajo de la alfombra.

     Nuestro organismo actúa como una alfombra en la que los fármacos cubren el problema hasta que los trastornos digestivos se convierten en condiciones crónicas. Lo que en un principio parecía ser simplemente un pequeño trastorno ocasionado por una leve indigestión ácida o una acedia, se ha convertido en un verdadero problema digestivo. Los órganos que intervienen en el proceso digestivo (el estómago, el hígado, los riñones, los intestinos y el páncreas) pueden sufrir graves consecuencias ocasionadas por el consumo inadecuado de ciertos alimentos insalubres o por el uso de fármacos que encubren la presencia de sustancias ácidas en el interior del cuerpo.

     Cualquier persona que consuma habitualmente productos cárnicos, productos lácteos y alimentos procesados y refinados sufrirá, en mayor o menor medida, las consecuencias de un desequilibrio ácido-alcalino. Si a esto unimos el consumo de sustancias tóxicas como las bebidas alcohólicas, el tabaco, los fármacos o los condimentos, los porcentajes serán aun mayores. Como higienista, comenzará a descubrir resultados milagrosos al trabajar con personas que padezcan estos desequilibrios agudos.

            Casos reales de indigestiones ácidas

    provocadas por la ingestión de alimentos inadecuados

                         Primer caso

     Una joven de veintiséis años de edad acudió a mi consulta aquejada de un fuerte dolor estomacal. Los dolores aparecían, supuestamente, después de ingerir masivamente diversos alimentos. A veces, este dolor ascendía hasta la zona del esófago provocando un gran malestar debajo de las costillas y alrededor del corazón.

     La paciente había sufrido estos síntomas, acompañados por una falta de vitalidad y, ocasionalmente, con cambios de humor y estreñimiento, durante unos dieciocho meses. Los análisis dietéticos indicaron que esta persona consumía numerosos productos lácteos y dulces. Después de solicitar a la paciente que siguiera un pequeño régimen de ayuno, se cambió su dieta y se incluyó, principalmente, el consumo de frutas, verduras, frutos secos y semillas. Asimismo, le recomendé que realizara un programa de ejercicio determinado. Transcurridas tres semanas, la paciente experimentó una gran mejoría y los dolores desaparecieron por completo. Al mismo tiempo, se constató que había recuperado totalmente su vitalidad y que los cambios temperamentales y los estreñimientos habían sufrido una gran mejoría.

                        Segundo caso

     Un paciente de 31 años acudió a mi consulta aquejado por la aparición de gases en el estómago cada vez que ingería alimentos. Asimismo, presentaba síntomas evidentes de un desequilibrio de los jugos digestivos, ya que las heces fecales contenían trozos de alimentos. El paciente arrastraba el problema desde hacía tres años y la condición era cada vez más grave. Después de efectuar las comprobaciones pertinentes, descubrí que su dieta se basaba principalmente de productos lácteos, azúcar refinado y carne en abundancia, todo ello acompañado de una mala combinación alimenticia.

     Después de aplicarle un régimen de ayuno, cambié sus hábitos alimenticios y le recomendé una dieta higienista en la que se combinaban perfectamente los alimentos ingeridos. Transcurrido un mes y medio, el paciente experimentó una notable mejoría hasta el punto de que sus heces fecales eran normales y no sufría más problemas de gases.

                         Tercer caso

     Finalmente analizaremos el caso de una mujer de 32 años de edad que presentaba múltiples problemas. Durante los últimos ocho años había sufrido diversas infecciones en la vejiga. Además, dos veces a la semana visitaba al practicante para recibir inyecciones contra la alergia e ingería enzimas digestivas para acelerar su proceso digestivo. Cada vez que consumía alimentos experimentaba una reacción «alérgica», así como una punzada en la región vesicular. Sufría alteraciones temperamentales espontáneas, dependiendo de los alimentos consumidos, y perdía, periódicamente, su capacidad de concentración.

     Su historial alimenticio demostró que consumía una dieta muy inconsistente, alternando los alimentos para reducir la sensibilidad alérgica hacia ellos. Después de ayunar durante cinco días, le administré una dieta higienista y le recomendé un programa de ejercicio. Asimismo, comenzó a ayunar un día por semana. Transcurrido un mes, se olvidó por completo de sus inyecciones alérgicas y de sus enzimas digestivas. Su vesícula comenzó a funcionar mucho mejor y en dos meses desaparecieron todos los síntomas.

          La proporción ácida-alcalina de la dieta

     El organismo debe mantener constantemente un equilibrio estable en sus niveles de pH para evitar, en todo momento, la aparición de problemas funcionales. Nuestro organismo fue diseñado para actuar de esta forma. Ahora bien, el cuerpo humano no puede conseguir este equilibrio por sí sólo, debemos administrarle alimentos que posean las proporciones adecuada de elementos ácidos y alcalinos (aproximadamente el 80% de álcali y no más de un 20 % de sustancias ácidas); sólo de esta forma podremos garantizar un perfecto funcionamiento orgánico y un ahorro considerable de energía.

     Los órganos responsables de controlar este equilibrio son los pulmones, los riñones y las sales controladoras. Sin embargo, si no consumimos los alimentos requeridos (principalmente, frutas maduras, verdura cruda, frutos secos y semillas), podemos poner en peligro su funcionalidad. Recuerde que el consumo de frutos secos y semillas debe ser inferior al consumo de frutas y verduras. Asimismo, debemos señalar que las frutas son los alimentos que nos suministran con mayor eficacia y efectividad las calorías que necesitamos, algo que no hacen las hortalizas.

     Aunque podemos combinar en una misma comida productos vegetales (verduras), frutos secos, semillas o aguacates, recuerde que las frutas no pueden ingerirse con otros productos que no sean otras frutas.

     A continuación, le mostramos un menú cuyos componentes contienen un perfecto equilibrio alimenticio (ácido-alcalino) 

     Desayuno: Melón

     Almuerzo: Uvas, plátanos y dátiles

     Cena:     Una buena ensalada de lechuga, tomates, aguacates,            bróculi y brotes.

     Debemos tener presente que los alimentos alcalinos se ajustan perfectamente a las necesidades y requerimientos de nuestro organismo. Como higienista, debemos comprender que aunque una persona no acepte por completo nuestra dieta, puede mejorar considerablemente si acepta la importancia alimenticia del equilibrio entre los elementos ácidos y las sustancias alcalinas.

   Recomendaciones para trabajar con desequilibrios de pH

     Cuando una persona acude a su consulta aquejado por una condición de nerviosismo, insomnio, hiperactividad, cansancio, trastornos emocionales, letargo, frecuentes resfriados, malestar abdominal, etc., debe saber que uno de los factores que intervienen directamente en su aparición es la presencia de un desequilibrio ácido-alcalino. Si este fuera el caso, debería educar a su paciente y ayudarle a combatir las causas de los problemas. Como higienista, debería explicarle, en primer lugar, las dos razones principales que provocan su aparición:

     1. La presencia masiva de proteínas concentradas en la dieta    (carne, huevos, leche, pescado y queso).

2. El consumo excesivo de productos procesados y refinados     que carecen, por ello, de elementos alcalinos.

     Debería explicarle los beneficios que supone la ingestión de una dieta compuesta básicamente de productos alcalinos y demostrarle que ésta es la única forma de combatir y eliminar las causas de sus problemas.

     Asimismo, debería tener presente la vitalidad general de su paciente, ya que si su sistema digestivo sufre algún trastorno funcional, deberíamos recomendarle un período de ayuno. Esta condición concederá al organismo un merecido descanso que aprovechará para expulsar las toxinas que interfieren en los procesos orgánicos y para restablecer la normalidad de los diversos sistemas.

     Si un paciente acude a su consulta explicándole que sufre problemas de indigestión después de ingerir frutas ácidas (naranja, pomelo, piña, etc.), debería recomendarle un período de ayuno, ya que le sería de gran ayuda. Las personas que padecen estos síntomas sufren diversos trastornos digestivos provocados por sus hábitos alimenticios. Le vuelvo a repetir que la mejor forma de recobrar su estado de salud es mediante el ayuno.

     A veces, se encontrará con personas que, por diversos motivos, se negarán a respetar un período de ayuno. Aunque los resultados tardarán más tiempo en florecer, podemos asegurarles que recobrará su estado de salud si comienza a consumir únicamente frutas, verduras, frutos secos y semillas. A medida que la condición de sus pacientes vaya mejorando, comprobará que el número de frutas ingeridas aumentará considerablemente y que sus pacientes disfrutarán cada vez más con estas delicias.

     Si sus pacientes se adhieren a nuestra filosofía, experimentarán grandes mejorías en su estado de salud y bienestar. Además de eliminar todos los síntomas, observarán un gran avance en la calidad de sus vidas y disfrutarán de una condición libre de cualquier enfermedad. Debemos mantener estable nuestro nivel de pH para garantizar la perfecta funcionalidad fisiológica de nuestro organismo. Una condición que podemos alcanzar fácilmente a través de nuestro programa higienista.

     A continuación le mostramos un menú básico para tres días:

     PRIMER DÍA

     Desayuno: Naranjas.

     Almuerzo: Una gran ensalada de lechugas, bróculi, coles y      tomates.

               Aliño: zumo de limón o un aguacate mezclado con               limón.

     Cena:     Ensalada de frutas frescas compuestas de plátanos,            manzanas, peras y dátiles deshuesados.

     SEGUNDO DÍA

     Desayuno: Cítricos o piña.

     Almuerzo: Macedonia de frutas frescas: plátanos,                             melocotones, manzanas y peras.

     Cena:     Entre tres y cuatro onzas de pacanos.

               Ensalada de tomates, brotes, apio y lechuga.

     TERCER DÍA

     Desayuno: Uvas

     Almuerzo: Ensalada de verduras compuesta de lechuga,                             coliflor, bróculi, pepinos y aguacates con zumo              de limón.

     Cena:     Macedonia de frutas frescas: Manzanas, plátanos,              cerezas, mangos, nectarina.

     Los alimentos crudos pueden ser muy sabrosos. Las personas olvidan, a menudo, las delicias de los alimentos naturales.

     Tenga siempre presente que los melones deben ingerirse solos en las comidas. Existen numerosos tipos diferentes de melones: melón dulce, tendral, piñonet, cantalupo, mandioca, sandía. El organismo digiere el melón rápidamente, por lo que muchas personas lo encuentran ideal para el desayuno.

                 PREGUNTAS SOBRE LA LECCIÓN

PREGUNTA: Me pareció entender que los «elementos ácidos» y los «elementos alcalinos» a los que se ha referido son en realidad minerales específicos; azufre, fósforo y cloro por parte de los ácidos y potasio, sodio, calcio, magnesio e hierro por parte de los alcalinos. ¿Por qué no se estudian por separado los minerales y los elementos ácidos y alcalinos?

RESPUESTA: Su impresión es la correcta. Asimismo, su pregunta es bastante interesante. Debemos recordar que el organismo humano es una entidad completa, aunque esté formada por varias glándulas, sistemas, etc. Algo similar sucede con los alimentos, que aunque son productos completos, se encuentran compuestos por hidratos de carbono, grasas, proteínas, vitaminas y minerales. Sin embargo, es conveniente estudiar las diferentes partes de la totalidad, siempre teniendo presente que el todo es mayor que el total de todas sus partes.

     Aunque deberíamos haber tratado, al menos brevemente, el tema de los elementos ácidos y alcalinos en la lección de los minerales, debido a su complejidad, hemos decidido realizar una lección que abarque simplemente el tema de los elementos ácidos y alcalinos.

PREGUNTA: A lo largo de la lección nos recomendó que evitáramos la ingestión de elementos procesados y refinados porque carecían de minerales alcalinos. ¿Significa esto que los productos procesados y refinados son ácidos?

RESPUESTA: No. Los alimentos refinados y procesados carecen de todo tipo de minerales, ácidos o alcalinos, lo que significa que su actuación en el interior del organismo debería ser más neutral que ácida. Sin embargo, al igual que sucede con los alimentos ácidos, los productos que carecen de un gran número de minerales, desestabilizan el equilibrio ácido-alcalino del organismo, pero de una forma diferente. El cuerpo humano requiere la presencia de vitaminas y minerales para asegurar el metabolismo de los alimentos y garantizar su utilización. Cuando consumimos productos carbohidratados y el organismo no encuentra los elementos nutritivos necesarios para iniciar los procesos metabólicos, el cuerpo humano debe utilizar sus reservas vitamínicas y obtener sus minerales de los huesos y los dientes. Teniendo en cuenta las limitaciones de las reservas orgánicas, el consumo continuado de productos refinados y procesados provoca la aparición de numerosos problemas de salud, desde una hipoglucemia o una diabetes a caries dentales, osteoporosis, nerviosismo y depresiones.

     El organismo no puede aumentar sus reservas de vitaminas o minerales para iniciar el metabolismo de los productos procesados y refinados por una razón muy simple, no podemos ingerir alimentos fragmentados, es decir productos que hayan perdido algunos de sus componentes durante el proceso de refinamiento.

PREGUNTA: Las personas que defienden el consumo de una dieta macrobiótica reclaman que el arroz es el mejor alimento, ya que suministra al organismo las necesidades requeridas para mantener estable el equilibrio entre los elementos ácidos y alcalinos. Sin embargo, esta dieta se diferencia por completo de la higienista, y, desde su punto de vista, el consumo de arroz queda descartado por completo. Podría explicármelo.

RESPUESTA: En una dieta compuesta exclusivamente de granos, el arroz es uno de los mejores productos en lo que respecta al mantenimiento del equilibrio ácido-alcalino. De hecho, perjudica menos al organismo que el trigo, el grano más consumido en los países occidentales. En este sentido, podemos decir que la dieta macrobiótica es menos perjudicial que la dieta occidental convencional. Es más, podemos afirmar que tiene varios puntos en común con la dieta higienista (natural). Ambas dietas desaconsejan el uso de edulcorantes, alimentos lácteos, huevos y carne (excepto pescado, en el caso de los macrobióticos).

     Sin embargo, debemos señalar que la dieta macrobiótica se apoya en la tradición, la penuria económica y en falsas premisas. Unas bases muy diferentes a las seguidas por los higienistas, cuya filosofía se basa en los postulados científicos y en la propia naturaleza, pero no en la tradición o en las consideraciones económicas. Aunque la escuela macrobiótica defiende el uso de la sal marina, es un hecho científico que toda sal (con independencia de su origen marítimo o rocoso) es perjudicial para el organismo, ya que origina la aparición de numerosas enfermedades. Por esta razón, la salsa de soja y el miso (ambos productos contienen sal) son perjudiciales para la salud. Asimismo, debemos cocinar el arroz o unirles estos productos para realzar su sabor, sin ellos sería un alimento bastante blando. Recuerde que la cocción elimina la mayoría de los elementos nutritivos, dejando al producto prácticamente insalubre. Por otro lado, el arroz carece del agua necesaria y de los minerales y vitaminas que podemos encontrar en el interior de las frutas frescas y las verduras. Finalmente, podemos señalar que el arroz adolece del sabor y la apariencia de los productos vegetales (frutas y verduras). En definitiva, después de analizar cada uno de estos datos, no cabe la menor duda de cuáles son los alimentos que se adecuan mejor a nuestras necesidades naturales y cuáles se han incorporado en nuestra sociedad como resultado de la ignorancia y la tradición.  

PREGUNTA: La escuela macrobiótica utiliza también diversos aceites para saltear los alimentos y para realizar uno de sus platos más conocidos «las tempuras».

RESPUESTA: Efectivamente. Como habrá deducido y aprendido en las lecciones anteriores, los aceites calentados actúan en el interior del organismo como verdaderos productos tóxicos que provocan la aparición de numerosas enfermedades, incluyendo el cáncer.

PREGUNTA: Si consumimos granos ¿provocaremos algún desequilibrio ácido-alcalino en el interior del organismo?

RESPUESTA: En primer lugar, deberíamos repetir que el organismo cuenta con diversos sistemas de control que mantienen estable su nivel de pH. Casi todos los alimentos estimulan, en mayor o menor medida, estos sistema, pero algunos productos, como la carne, los productos lácteos, los huevos, etc. (alimentos anormales que actúan como sustancias tóxicas en el interior del organismo) liberan demasiados elementos ácidos como consecuencia de su metabolismo, una condición que obliga al organismo utilizar activamente sus sistemas de control.

     En términos generales, podemos afirmar que los granos son también productos ácidos. Por tanto, si decidimos consumirlos, deberíamos hacerlo moderadamente (no más de una vez cada dos o tres días). Le recomendamos que los consuma únicamente con verduras no almidonadas, pero nunca con frutas, frutos secos, semillas, aguacates o productos dulces, ya que su combinación podría ser perjudicial para el organismo. Tampoco podemos añadirle sal, puesto que este elemento (como indicamos con anterioridad) puede provocar la aparición de numerosas enfermedades.

PREGUNTA: A veces podemos sufrir una indigestión provocada por una combinación inadecuada de los alimentos (inevitable, ya que nos encontramos en casa de un amigo) o por la ingestión de alimentos bien combinados. ¿Podemos consumir un poco de bicarbonato sódico (bicarbonato) mezclado con agua destilada para combatir estas condiciones?

RESPUESTA: ¡Por supuesto que no! Los bicarbonatos, al igual que sucede con cualquier otro producto antiácido que se venda en los comercios, perjudican seriamente a nuestra salud, ya que provocan la aparición de una alcalosis al eliminar los minerales ácidos del organismo. Nunca debemos utilizar algún tipo de remedio. La ley de los efectos secundarios nos recuerda que detrás del efecto ocasionado por la ingestión de un fármaco (bicarbonato) siempre aparece un efecto secundario. Esto significa que si consumimos bicarbonato sódico para combatir una indigestión, el problema surgirá con más virulencia en la siguiente comida.

     Debería evitar, en la medida de lo posible, cualquier combinación incorrecta, aunque se encuentre en la casa de un amigo. Siempre es posible solicitar cortésmente una combinación correcta. Sin dudas, tendrá que evitar algunos platos o renunciar a ciertas invitaciones si desea recuperar o alcanzar un perfecto estado de salud.

     Si la indigestión surge como consecuencia de una perfecta combinación alimenticia, existe una forma bastante efectiva de corregirla, mediante el ayuno. Esta condición permitirá a su sistema digestivo descansar todo el tiempo que considere oportuno y solucionar los problemas internos para iniciar su trabajo con mayor eficacia. También le aconsejo que consuma menos alimentos en sus comidas, que mastique perfectamente sus alimentos, que ingiera simplemente alimentos fácilmente digestibles (frutas y verduras) y que se relaje mientras come. Su organismo asimilará y digerirá los alimentos con mayor eficacia si no efectúa ningún esfuerzo físico importante antes o después de una comida o si no sufre de un estado de nerviosismo y estrés antes, durante o después de su comida.

               RESUMEN DE LA DUODÉCIMA LECCIÓN

     El cuerpo humano es un organismo muy complejo y delicado capaz de experimentar las delicias de un perfecto estado de salud, pero también de padecer los sufrimientos de la enfermedad y el malestar. El único responsable de su condición orgánica es el propio ser humano.

     Esta lección nos ha demostrado la complejidad y fragilidad del equilibrio ácido-alcalino existente en el interior del organismo. Sin embargo, no podemos dejarnos engañar por la complejidad de los sistemas orgánicos de control y pensar que la solución de los problemas son igualmente difíciles. Aunque los especialistas médicos han pensado de esta forma durante bastante tiempo, podemos afirmar que la meta donde nos han conducido no es muy halagüeña.

     Deberíamos disipar nuestras preocupaciones y dejar que sean los poderes innatos y naturales del propio organismo los que restauren y mantengan estable cualquier desequilibrio.

     Llegado a este punto, debería saber que las soluciones son siempre las mismas, ya se trate de un tumor o de una acidosis. El cuerpo humano se ha construido sobre la base de las leyes naturales y, por tanto, debe cumplir estas leyes. Como higienista, debe guiar a sus pacientes por el camino correcto y devolverlos a la senda de estas leyes. Si lo consigue, habrá realizado un gran servicio a la humanidad.

                   TEXTOS COMPLEMENTARIOS

         La acidez y alcalinidad de los alimentos en

                 las reacciones metabólicas

     Extracto del libro Composition and Facts About Foods

     Los alimentos ingeridos se oxidan en el interior del organismo provocando una acumulación de residuos. Si en estos residuos predominan los minerales sodio, potasio, calcio y magnesio sobre el azufre, el fósforo, el cloro o radicales ácidos de naturaleza orgánica sin combustionar, podemos afirmar que nos encontramos ante un producto alcalino. Por el contrario, si lo que predomina es la presencia de fósforo, azufre, cloro y radicales ácidos, podemos señalar que se trata de un producto ácido.

     Los valores numéricos sobre la acidez o alcalinidad de un alimento se determinan mediante un exhaustivo trabajo analítico realizado en los laboratorios. En primer lugar, se analizan las concentraciones de diversos elementos por separado y, posteriormente, se computan en términos de equivalentes. Cuando un grupo de minerales supera al otro, los excesos se expresan como centímetros cúbicos de ácido o base (ácido) normal por cada cien gramos de alimentos comestibles. Los valores obtenidos reciben el nombre de grados de acidez o alcalinidad.

     (reacciones alcalinas)

     43,7  Higo, seco               9,9  Escarola

     41,6  Lima                     9,6  Dátil

     36,6  Albaricoque, seco        9,1  Castaña

     25,3  Pasa                     8,6  Pastinaca                                20,4  Acelga suiza             8,5  Granadilla

     20,3  Ciruela, seca            8,5  Limón con cáscara

     17,5  Diente de león, seco     8,5  Pulpa de coco, seca

     16,4  Brotes de haba de soja   8,5  Rutabaga   

     15,8  Espinaca                  8,4  Cebolla, seca madura

     15,0  Taro y tubérculos        8,3  Tomate, maduro  

     14,2  Pepino                    8,2  Melocotón, fresco       

     14,0  Lima, fresca              8,2  Ciruela   

     13,5  Almendra                  8,1  Apio

     12,1  Melocotón, seco               8,1  Berro

     11,1  Remolacha                 7,7  Mora

     10,7  Aguacate                 7,7  Guayaba

     10,5  Col rizada                7,7  Limón

     10,4  Cebollino                7,7  Brotes de bambú

     10,2  Zanahoria                7,7  Lechuga de cogollo

     10,2  Ruibarbo                 7,5  Cantalupo

     7,5  Leche de coco                6,0  Pulpa de coco, fresca

     7,4  Frambuesa americana           6,0  Colinabo

      7,4  Guisante, seco               5,8  Piña

     7,3  Cereza dulce                 5,7  Frambuesa

     7,3  Puerro                       5,7  Clementina

     7,2  Patata                       5,5  Grosella espinosa

     7,1  Naranja                      5,0  Mango

     7,0  Lechuga                      4,9  Membrillo

     6,7  Chumbo                       4,9  Champiñón

     6,7  Patata dulce                 4,8  Zapote

     6,6  Albaricoque, fresco          4,0  Cereza roja agria

     6,5  Nabo                         3,9  Col roja

     6,4  Uva                          3,5  Granada

     6,2  Nectarina                    3,4  Pera, fresca

     6,2  Col común                    3,2  Coliflor

     6,0  Plátano                      3,2  Achicoria    

                                       3,2  Calabaza

                                       2,8  Cucúrbitos invierno

                                       2,7  Uvas

                                       2,7  Berza de saboya

                                     2,6  Fresa

                                       2,2  Manzana

                                       2,2  Sandía

                                       1,8  Maíz dulce

                                       1,3  Guisante, fresco

                                       0,1  Aceite de oliva

     Reacciones neutras

     0,1  Espárrago                 3,8  aceitunas escabeche

     0,2  Castaña china             4,3  Alcachofa         

     0,8  Grano de sorgo            4,3  Judía blanca, seca     

     1,4  Arándano                  7,8  Arroz blanco

     2,1  Avellana                  8,5  Nuez inglesa

     2,3  Mastuerzo               10,3  Alcachofa de Jerusalén

     4,8  Habichuela              10,5  Lenteja

     4,8  Rábano                  10,6  Cacahuete

     4,5  Zumo de naranja         10,9  Grano de trigo

     4,5  Berenjena                11,3  Grano de centeno

     4,5  Kimbombó

     4,3  Coles de bruselas

     4,4  Bróculi

     4,2  Rábano picante, crudo

     3,2  Nuez de Brasil

          Ácido/alcalino: Cómo aclarar la confusión

                          Marti Fry

     El objetivo de este artículo es explicarle brevemente, pero con claridad, el significado de los términos ácido y alcalino, así como demostrarle por qué es tan importante para nuestra filosofía entender perfectamente el equilibrio orgánico entre los elementos ácidos y los elementos básicos, o lo que es lo mismo, el nivel equilibrado de pH.

     Los especialistas utilizan los términos ácidos y alcalinos para diferenciar dos clases de minerales que se distinguen por sus estructuras químicas. El primer grupo de minerales, compuesto principalmente por un gran número de iones de hidrógeno, cuenta entre otros minerales con el azufre, el fósforo y el cloro, todos ellos con una base ácida. Por otro lado, nos encontramos con un grupo de minerales cuyo contenido hidrogenado es bastante escaso y que incluye el potasio, el sodio, el calcio, el magnesio y el hierro, considerados como minerales alcalinos.

     Aunque todos las sustancias contienen minerales ácidos y básicos, su clasificación como ácida o alcalina depende del tipo de minerales que predomina en su composición. Aquellos productos cuyos contenidos minerales son similares se consideran neutrales. El agua es un producto neutral.

     Algunos alimentos (como las frutas y las verduras) pueden tener un carácter ácido antes de su ingestión, pero transformarse en alcalino después del proceso metabólico. Pero también podría darse el caso contrario, un producto que sea alcalino antes de su ingestión puede convertirse en ácido durante el metabolismo (este es el caso de los productos animales).

     El cuerpo humano se mantiene ligeramente alcalino, lo que significa que los alimentos más saludables para nuestro organismo son aquellos cuya estructura interna contiene más elementos básicos que ácidos. Cuando hablamos de alimentos alcalinos, nos referimos a los productos que generan un «residuo» álcali después de su metabolización (las frutas frescas, las verduras, algunos frutos secos y varias semillas). La ingestión de alimentos animales provoca la acumulación en el interior del organismo de ciertos ácidos, principalmente ácido úrico, ácido sulfúrico y ácido fosfórico. Estos ácidos dañan considerablemente a los sistemas orgánicos de control (aquellos órganos que mantienen estable los niveles de pH). Por el contrario, la ingestión de frutas frescas, verduras, frutos secos y semillas requieren un proceso digestivo muy fácil que no daña en absoluto al cuerpo humano.

     Los principales órganos de control son los riñones y los pulmones. Si alguno de estos órganos sufriera un trastorno por una causa determinada o si se consumiera una dieta compuesta básicamente de productos ácidos, nuestro organismo podría sufrir una acidosis. La acidosis suele aparecer con mayor frecuencia que la alcalosis. Sin embargo, podemos afirmar que los alimentos ácidos no son los responsables directos de la acidosis. La ingestión masiva de estos productos obliga a los pulmones y a los riñones a trabajar a toda máquina y merman considerablemente la cantidad de sales orgánicas necesarias para controlar el nivel de ácido. Esta condición disminuye la capacidad orgánica de neutralizar los excesos de elementos ácidos.

     Los trastornos pulmonares o renales, así como los problemas de respiración (hiperventilación) pueden provocar la aparición de una alcalosis. Sin embargo, esta enfermedad no surge como consecuencia directa de un consumo excesivo de productos alcalinos, ya que esta condición es imposible. Recuerde que estos alimentos constituyen la base principal de nuestra dieta y siempre contienen un equilibrio estable entre los minerales básicos (alcalinos) y ácidos. Ahora bien, si consumimos con frecuencia preparados antiácidos podemos provocar la aparición de una condición de alcalosis.

     Tanto la acidosis, como la alcalosis son condiciones innecesarias. Sin embargo, podemos afirmar que la acidosis es muy común hoy en día, ya que son muchas las personas que consumen diariamente grandes cantidades de alimentos ácidos (carne, leche, queso, huevos) y productos refinados (azúcar, harina, arroz, trigo).

     La acidosis es la antesala de casi todas, por no decir todas, las enfermedades. Sin embargo, no podemos afirmar que sea esta condición la causante de las enfermedades, sino las prácticas y los hábitos personales. Recuerde que las enfermedades son procesos orgánicos iniciados por el propio cuerpo para eliminar las toxinas presentes en el interior del organismo y  para estabilizar cualquier desequilibrio, entre los que se encuentra la sobreacidez. Por esta razón, no podemos hablar de ninguna «curación» posible. Lo único que podemos hacer es dejar al cuerpo que trabaje sólo para que finalice con éxito los procesos de limpieza, todo ello sin interferir en su camino con la ingestión de alimentos o productos tóxicos (como los fármacos).

     Si presiente que su organismo padece una condición de sobreacidez, lo único que debe hacer es mantenerse en ayuno durante unos cinco días y/o consumir únicamente frutas frescas y verduras en su estado natural y sin utilizar ningún tipo de condimento. El cuerpo puede corregir cualquier desequilibrio interno tan pronto como desaparezcan las causas que provocaron el problema (en cuestiones de vida o muerte, nuestro organismo puede solucionar cualquier trastorno orgánico antes de que desaparezcan las causas).

     Desde un punto de vista práctico, no tiene por qué preocuparse por los niveles de acidez o alcalinidad que poseen los alimentos que consuma. Lo único que debe hacer es consumir frutas naturales, verduras, frutos secos y semillas. Recuerde que su ingestión suministrará al organismo todas las necesidades y los elementos nutritivos requeridos.

                      HOJAS DE TRABAJO

     Múltiple elección

     1. El pH:

        (dos respuestas)

        a) está relacionado con los ácidos o bases.

        b) es igual que el número de iones de hidrógeno.

        c) se utiliza para enfatizar la importancia de la                         acidosis.

        d) Todo lo anterior.

2. De todas las sustancias que fluyen por la sangre,

        a) la glucosa es el único elemento que mantiene un margen        muy estrecho.

        b) el calcio es el elemento más importante.

        c) el pH tiene el margen más amplio.

        d) Ninguna de las respuestas anteriores.

     3. El sistema de control:

        a) aumenta el nivel de pH sanguíneo.

        b) disminuye el nivel de pH sanguíneo.

        c) provoca alteraciones excesivas en las concentraciones         de iones de hidrógeno.

        d) mantiene estable el nivel de pH sanguíneo.

     4. Los niveles excesivos de dióxido de carbono:

        (dos respuestas)

        a) incrementan la acidez en la sangre.

        b) incrementan la alcalinidad en la sangre.

        c) surgen como consecuencia de una respiración anormal.

        d) disminuyen la concentración de iones de hidrógeno.

     5. Los riñones:

        a) juegan un papel fundamental en la estabilidad del pH.

        b) segregan una orina ácida cuando disminuye la                  concentración de iones de hidrógeno.

        c) segregan una orina alcalina cuando disminuye el nivel         de pH en los vasos sanguíneos.

        d) Todo lo anterior.

        e) La respuesta a y b.

     6) Durante el proceso metabólico, la proteína animal:

        a) se transforma de una base ácida a una base alcalina.

        b) permanece neutral.

        c) se convierte en un producto más ácido.

        d) puede aumentar el nivel de pH si se ingiere en exceso.

     7) Durante la ingestión,

        a) la sustancia orgánica se oxida y libera un residuo              ácido o alcalino.

        b) la sustancia inorgánica se transforma en una sustancia        orgánica.

        c) la sangre se convierte en un medio más ácido para                     facilitar el proceso digestivo.

        d) Ninguna de las respuestas anteriores.

     8) Las proteínas:

        a) suelen ser ricas en calcio y sodio, lo que las                     convierten en elementos alcalinos.

        b) generan ácido úrico.

        c) incrementan el nivel de pH si se ingieren en exceso.

        d) contienen azufre y fósforo, esto significa que después       del proceso metabólico se transforman en elementos                     ácidos.

     9) Los cítricos:

        a) aumentan el nivel de pH sanguíneo.

        b) son alcalinos por naturaleza.

        c) se transforman en productos alcalinos después de la           digestión.

        d) Provocan artritis.

    10) El nivel de pH sanguíneo:

        (dos respuestas)

        a) sólo puede variar mediante la ingestión de alimentos.

        b) tiene un margen bastante amplio.

        c) puede variar si los riñones sufren algún trastorno.

        d) varia durante una hiperventilación.

    11) La enfermedad:

        a) puede ser una manifestación que indique una                     alteración fisiológica de los niveles de pH provocada             por una forma de vida insalubre.

        b) es la causa subyacente de todos los problemas.

        c) surge como consecuencia de los síntomas que                     manifiesta.

        d) Todo lo anterior.

    12) Los principales efectos de la acidosis son:

        (dos respuestas)

        a) la tetania.

        b) la depresión del sistema nervioso central.

        c) la desorientación.

        d) la aparición de convulsiones.

    13) La alcalosis:

        a) puede originar una condición de nerviosismo extremo.

        b) surge como consecuencia de un aumento de iones de                 hidrógeno.

        c) surge como consecuencia de una hiperventilación.   

        d) puede originarse (temporalmente) por un esfuerzo                físico extremo.

    14) La dieta óptima:

        (tres respuestas)

        a) está compuesta de carne y vegetales, ya que                     estabiliza los niveles de pH.

        b) es aquella que carece de productos cárnicos y                      lácteos.

        c) está compuesta principalmente de alimentos alcalinos.

        d) está compuesta de frutas naturales, verduras,                      frutos secos y semillas.

     Preguntas breves

     1. Enumere los tres mecanismos de defensa que el organismo utiliza para combatir la acidosis y/o alcalosis.

2. Enumere siete alimentos que mantengan estable los niveles de pH y que no dañen los riñones.

3. Nombre los alimentos más importantes que debemos ingerir y razone la respuesta.

4. Explique por qué las proteínas son ácidas.

5. Explique por qué casi todas las frutas y verduras son alcalinas en su forma natural.

6. Enumere y describa las cuatro fases químicas que intervienen en la ingestión de los alimentos.

7. Explique las diferencias existentes entre la acidosis y la alcalosis, así como sus relaciones con la concentración de iones de hidrógeno.

     Verdadero o falso

     1) El pH sanguíneo es ligeramente ácido.

2) Las influencias dietéticas son los únicos factores que regulan los valores ácidos y alcalinos.

3) Las verduras son alcalinas debido a su gran contenido de azufre y fósforo.

4) El pH es similar en todas las partes del cuerpo.

5) La condición de los alimentos después de su ingestión determina el valor del pH.

6) Cuando el dióxido de carbono se combina con el agua, se forma un ácido.

7) Los controladores ácidos o básicos son sustancias y órganos que se encuentran en el interior del organismo y que crean reacciones que favorecen el equilibrio orgánico de pH.

8) Las altitudes elevadas pueden provocar un estado de alcalosis.

9) La ingestión masiva de productos animales y lácteos puede provocar una reducción en las reservas ácidas del organismo.

10) La principal consecuencia de la acidosis o la alcalosis es una reducción en la actividad enzimática.

11) El asma surge con independencia del nivel de CO2 que exista en los pulmones, provocando un aumento en la alcalinidad.

12) Cuando se combinan sustancias ácidas y alcalinas, se forma una sal.

13) Los tres sistemas de control más importantes del organismo son los riñones, el hígado y los controladores químicos.

14) El método más fácil y eficaz para mantener estable los niveles de pH es respetando un programa higienista, acompañado del consumo esporádico de ciertos antiácidos.

                         RESPUESTAS

     Múltiple elección

     1) a y b. El pH está relacionado con los ácidos y las bases y es el número de iones de hidrógeno el que determina el carácter ácido o alcalino de una sustancia.

2) d. El margen de pH en el interior del cuerpo humano es muy estrecho, todo lo contrario de la glucosa, cuyo margen es bastante amplio.

     Aunque el calcio es un elemento importante, no lo es más que otras sustancias que intervienen en el funcionamiento orgánico.

3) d. El margen del pH sanguíneo es muy estrecho, por lo que los sistemas de control deben suministrar los medios necesarios para mantener estable dicho margen.

4) a y c. El organismo puede padecer un aumento en los niveles de dióxido de carbono si el sistema respiratorio sufre cualquier trastorno. El dióxido de carbono sufrirá una transformación química y se transformará en un elemento ácido.

5) a. Los riñones juegan un papel muy importante en el mantenimiento estable de los niveles de pH, no en vano, debemos recordar que se trata de uno de los principales órganos de control.

6) c. La proteína animal se convierte en una sustancia más ácida durante el metabolismo, debido al elevado porcentaje de elementos ácidos presentes en la proteína animal liberada durante la digestión.

7) a.

8) d. Estos elementos se combinan con otras sustancias para formar ácidos sulfúricos y fosfóricos.

9) c. Considerar que las frutas ácidas actúan como elementos ácidos en el interior del organismo es un gran error. Es más, debemos recordar que estas frutas se transforman en alcalinas después de la ingestión.

     10) c y d. Los riñones y los pulmones son dos sistemas de control muy importantes. Cuando estos órganos padecen un trastorno o no pueden funcionar con toda su eficacia, el pH sufre directamente las consecuencias.

     11) a.

     12) b y c.

     13) a.

     14) b, c y d.

     Verdadero o falso

     1) Falso. El pH sanguíneo es aproximadamente 7,35, por lo     que podemos afirmar que es un tanto alcalino.

     2) Falso. El ejercicio, las enfermedades respiratorias o renales, los productos tóxicos, etc. pueden provocar una variación en los niveles de pH.

3) Falso. Las verduras contienen un porcentaje elevado de calcio, potasio, sodio y magnesio, elementos alcalinos en su forma natural. El azufre y el fósforo son sustancias ácidas.

4) Falso. Cada área del cuerpo humano posee un pH determinado.

5) Verdadero.

6) Falso. Los elementos químicos vinculados a un ácido y a una base forman una sal.

7) Verdadero.

8) Verdadero. Cualquier incremento respiratorio que se realice provocará un aumento de dióxido de carbono que influirá directamente sobre el nivel orgánico de pH, provocando una transformación ácida.

9) Falso. Los productos animales y ácidos contienen bastante elementos ácidos, lo que provoca un incremento en las reservas ácidas.

10) Verdadero.

11) Falso. Cuando los pulmones sufren un problema ocasionado por la aparición del asma, los niveles de CO2 aumentan. Este incremento puede provocar un aumento en la acidez del organismo.

12) Verdadero.

13) Falso. El hígado no está considerado como uno de los órganos controladores más importantes del organismo.

14) Falso. La utilización de fármacos, incluyendo los antiácidos, no mejora en ningún sentido la salud del organismo.

     Respuestas breves

     1. Los controladores químicos

        El riñón

        Los pulmones

     2. Carne

        Huevos

        Queso

        Café

        Alimentos refinados

        Alimentos fritos

        Leche

3. Las frutas, las verduras, los frutos secos y las semillas. Esta dieta es la mejor porque nos suministra una proporción netamente alcalina (80% de productos alcalinos y 20% de elementos ácidos), algo fundamental para mantener estable los niveles de pH.

4. El organismo genera un elevado porcentaje de elementos ácidos (azufre y fósforo) durante la digestión de alimentos ricos en proteínas.

5. Las verduras y las frutas contienen elementos alcalinos en su forma natural.

6. 1. Se ingiere la materia orgánica.

        2. La materia orgánica se transforma en inorgánica.

        3. Los elementos inorgánicos dejan residuos ácidos y                 alcalinos.  

        4. Los elementos determinan el valor pH del alimento                     ingerido.

     7. Cuanto mayor sea el número de iones de hidrógenos, menor será el pH y mayor el carácter ácido de la sustancia. Algunos elementos son los responsables de la liberación u obtención de un ion de hidrógeno. La acidosis tiene lugar cuando el número de iones es muy elevado, y la alcalosis cuando se extraen estos iones de la solución.