Solución de peróxido de hidrógeno

Una de las terapias de oxígeno es la terapia de la así llamada «agua oxigenada» (peróxido de hidrógeno, H2O2), descubierta hace dos siglos por el pueblo de la India.  Los animales obtienen su dosis natural de «agua oxigenada», y se oxigenan así también, bebiendo el agua en movimiento, que es el modo natural de consumir el agua, en movimiento de remolino, expuesta al aire y sin clorar ni fluorar.  El «agua oxigenada» no es en realidad agua, sino una sustancia distinta, que es técnicamente el «peróxido de hidrógeno», que contiene un átomo de oxígeno extra en su molécula (H2O2).  Se descompone fácilmente produciendo agua y oxígeno.  «Agua oxigenada» (peróxido de hidrógeno, H2O2) de 10 volúmenes significa que un litro de la solución produce diez litros de oxígeno en condiciones normales de presión y temperatura.  Corresponde aproximadamente a una concentración de tres por ciento de «agua oxigenada» (peróxido de hidrógeno, H2O2).  El «agua oxigenada» oxida fácilmente las sustancias con las que entra en contacto, por lo cual se usa como desinfectante y antiséptico.  Solamente el «peróxido de hidrógeno puro de grado alimenticio de 35%» es recomendado para el uso interno en humanos.  En esta concentración, sin embargo, el «agua oxigenada» es un oxidante muy fuerte, inflamable, y, sin diluirla, puede ser muy peligrosa e incluso fatal.  Cualquier concentración alta puede causar daños graves. 
Es conveniente distribuir la solución de 35% en una botella mayor y otra botella menor, de cuentagotas, y guardar ambas en la heladera, refrigerador, frigorífico o nevera.  No hay que utilizar agua clorada (de la llave, del suministro público) para diluir la solución de peróxido de hidrógeno (SPH) comercial.  Preferiblemente debe diluirse en agua destilada pura.  Hay que mantener la solución de peróxido de hidrógeno (SPH) fuera del alcance de los niños, correctamente etiquetada, en envase cerrado, en un lugar fresco y oscuro, mejor debajo de 20 grados Celsius.  La etiqueta debe decir «peróxido de hidrógeno puro de uso alimentario de 35%», para que sea clara la alta concentración y los peligros de uso sin diluir debidamente. 
Se usa también la solución de peróxido de hidrógeno (SPH), debidamente rediluida, para enjuagues bucales, aunque no resulta conveniente en caso de retracción gingival u otros problemas de ese tipo. 
Puede usarse también para limpiar frutas y verduras para su consumo en crudo y fresco.  Se agrega la solución de peróxido de hidrógeno (SPH) a un fregadero lleno de agua fría.  Los vegetales se dejan sumergidos reposando de 20 a 30 minutos.  Se desagua, seca y refrigera.  También prolonga la vida del vegetal en la heladera, refrigerador, frigorífico o nevera. 
La solución de peróxido de hidrógeno (SPH) ha sido utilizada, debidamente diluida, en odontología durante un siglo para prevenir la gingivitis.  Puede ser apropiado periódicamente, antes de dormir, finalizar la higiene de los dientes y la boca, finalizada con buches de disolución de dos partes de la solución de diez volúmenes más ocho partes de agua común pura, escupiendo luego la mezcla, pero sin enjuagar, para que la sustancia actúe idealmente durante la noche, en la boca limpia.  El naturismo repudia la teoría de las enfermedades consideradas infectocontagiosas, pero prescribe absolutamente la higiene tradicional y convencional, para evitar toda contaminación, incluso la contaminación biológica, incluso en la boca. 
La sinusitis puede tratarse también con la solución de peróxido de hidrógeno (SPH), con la debida técnica. 
También se usa, con la debida técnica, debidamente diluida, como desodorante de axilas, para limpiar manchas de la piel, combatir hongos de los pies, etcétera. 
Para tratamiento general, con un cuentagotas, o gotero, se añade una gota de «peróxido de hidrógeno puro de uso alimentario de 35%» a un vaso grande lleno de un cuarto litro de agua caliente destilada o al menos hervida para liberar el cloro, y se bebe con el estómago vacío, tres horas después de la última comida, y una hora antes de comer algo.  Esto conviene repetirse tres veces al día, es decir, en tres tomas diarias iguales, aumentando una gota por día en cada toma, hasta llegar a las 25 gotas en cada toma, tres veces al día.  A partir de las diez gotas deberán usarse dos vasos de agua en cada toma.  Cuando se llega a 25 gotas, se disminuye de a una gota por día hasta llegar nuevamente a una gota en cada toma, cuando se da final al tratamiento. 
También sirve, debidamente diluida, para limpiar externamente (externamente) la cera de las orejas.  Es muy peligroso limpiar la cera de los oídos con cualquier objeto sólido, porque se puede lesionar gravemente el oído.  Para limpiar la cera se puede echar unas gotas de la solución de peróxido de hidrógeno (SPH), dos veces al día, durante tres días.  Después de unos minutos se enjuagan los oídos con agua templada con ayuda, con muchísimo cuidado, de una jeringuilla con agua tibia.  El tapón de cera de los oídos siempre debe ser retirado por el médico especialista, y solamente por el médico especialista, para evitar dañar el oído.